Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Está surgiendo una nueva sociedad, un nuevo estado del Ser, basado en
el Amor y en los valores del corazón. Va a ser una transición de lo viejo a lo
nuevo, y somos todos nosotros con nuestra energía los que vamos a realizar ese
cambio.
Y para que se produzca ese cambio, para el resurgir de esta nueva
sociedad ha de cambiar nuestra energía, y esa energía cambia cuando pasamos de
vivir desde la mente a vivir desde el corazón, esa energía cambia cuando cambia
la conciencia; es decir cuando cambiamos nosotros, porque la conciencia es lo
que nosotros somos.
¿Qué hay ahora en la conciencia?, ¿Qué es lo que tiene que cambiar?:
Tenemos que ser conscientes de que estamos atados a nuestros pensamientos, para
permitir que estos cambien y desaparezcan las viejas energías, y así despertar
a una conciencia basada en el corazón.
Nuestra conciencia está llena de miedo, miedo al rechazo, miedo a la
soledad, miedo al qué dirán, miedo a no llegar o miedo a pasarnos, y necesita
reafirmase a si misma constantemente, buscando siempre validación externa,
buscando la aprobación del exterior; y toda nuestra vida se ha construido, de
manera inconsciente, (siempre estamos en piloto automático), sobre ese miedo. Cuando
la mente es nuestro centro, estamos encogidos por ese miedo y eso nos hace
estar constantemente a la defensiva, tenemos que defender nuestro espacio, siempre
nos falta algo, siempre tenemos necesidad de más: Más amor, más dinero, más
poder, más aceptación, más atenciones.
La base de nuestros pensamientos y sentimientos es como un agujero
negro, un vacio que nunca puede ser llenado, y para aliviar ese miedo, para tratar
de llenar ese vacío, nos vamos al exterior y nos aficionamos al poder, al
halago, a la admiración. Confiamos en el juicio de otras personas, ¡que poco
nos valoramos, nos respetamos y nos queremos!, no confiamos en nosotros, y le
damos nuestro poder a cualquiera que pasa por delante de nosotros.
Confiamos en el juicio de otras personas y nos ponemos nerviosos sobre
lo que la gente piense de nosotros. Es importante para nosotros porque nuestra
autoestima depende de eso y, sin embargo, nuestra estima desciende y desciende,
porque hemos entregado nuestro poder a otras personas.
Y nuestra conciencia cree que así está satisfaciendo el anhelo del alma
por la unidad con lo Divino, por la paz y el amor, pero ese anhelo, que es la
llamada de Dios, la llamada de nuestra propia naturaleza y nuestra propia
esencia, no hay que buscarlo porque ya está en nosotros: Nosotros somos a
imagen y semejanzade Dios nosotros
somos Amor.
Lo que queremos es el Amor incondicional, es sentir esa energía que
llamamos Dios. Pero nosotros ya somos esa energía, en nosotros ya está la Luz, ya
está el Amor, ya está la Paz; y si vamos a nuestro interior a través del miedo,
que es lo que conocemos, el miedo se disuelve igual que desaparece la
oscuridad, en cuanto conectamos la luz. No hay que luchar contra la oscuridad,
solo hay que dar al interruptor. No hay que luchar contra el miedo, solo hay
que activar el amor.
Sólo hay que contactar con el Amor, y Amor significa aceptación de uno
mismo tal cual es, Amor significa aceptación de los demás tal como son. Sólo
cuando nos demos cuenta de que el vacio no puede ser llenado de ninguna manera desde
el exterior,empieza el cambio.
Cuando nos dejamos de identificar con lo que siempre hemos hecho y con
lo que nos han enseñado, se genera un estado de confusión, y nos surgen las preguntas
del millón, ¿Qué quiero realmente?, ¿Quién soy?, ¿Adónde voy?, ¿De dónde
vengo?, ¿Qué hago realmente acá?
Aquí empieza el trabajo, es un trabajo de sanación que se ha de
realizar aceptando. ¿Aceptando qué?, aceptando el dolor, aceptando el
sufrimiento, aceptando el miedo.
(Continuará)
Capítulo II, (Parte II) del libro Vivir desde el corazón es más fácil.
En el video os dejo el regalo de un hermoso villancico cusqueño, cantado en quechua.
cuando hago el mal, me siento mal, y
esa es mi religión.
Abraham Lincoln
Vivir desde el corazón, es vivir el Amor, y el Amor es la base de la
nueva religión en esta Era de Acuario, que recién comienza.
Pero antes de iniciarnos en la nueva religión, tenemos que hacer un
repaso de las actuales. No sé si alguien sabe realmente cuantas religiones hay
en la actualidad, ¿Cientos?, ¿Miles? En algún sitio he leído que existen tantas
religiones como personas, y es posible que haya algo de razón en tal
aseveración, porque muchas personas se confiesan seguidores de una u otra
religión, pero también confiesan que no practican las reglas que su religión
impone. Pero por si no fuera suficiente el reconocimiento de su falta de
cumplimiento, si se observa el comportamiento de muchos seguidores de cualquier
religión, tampoco parece muy coherente con los principios que su religión
exige. Por lo tanto, si no realizan las prácticas y si su modelo de vida no es acorde
a los preceptos de su religión, ¿Qué clase de seguidores son?
Creo que es imposible conocer los postulados de todas, pero leyendo y
analizando las más importantes, se puede comprobar que predican grandes
enseñanzas, y que existen bastantes semejanzas entre ellas, pero también tienen
grandes lagunas, difícilmente aceptables. Una de las más importantes es la
discriminación en casi todas las religiones más conocidas. Porque si predican
que se ha de amar al prójimo, ¿Cómo pueden los mismos dirigentes discriminar al
prójimo, por razón de sexo, por razón de raza o por pertenencia a otra
religión, sólo por citar los más importantes? Otra podría ser su afán por
atemorizar con castigos terroríficos, si no se cumplen las reglas, las normas,
los principios, los preceptos, los mandamientos, o como deseen llamar a todas
las exigencias que dictan a sus seguidores. El no cumplimiento de esas normas
genera lo que se denomina pecado.
Algunas de las definiciones de pecado
son:
·Transgresión
voluntaria de un precepto tenido por bueno.
·Trasgresión
voluntaria de los mandamientos religiosos o divinos.
·El
pecado es una ofensa a Dios. Es una falta contra la razón, la verdad, la
conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el
prójimo.
·Desviación
moral del ser humano que lo lleva a una conducta ofensiva a los ojos de Dios.
El pecado impide la relación con Dios.
·Acción
deliberada y engañosa, contraria a la voluntad de Dios expresada en la Ley.
El Hinduismo, sin embargo, no percibe al pecado como un
crimen contra Dios, sino como un acto contra el dharma, (orden moral), y contra
el propio ser de uno.
El concepto
de pecado, no existe tampoco en las enseñanzas de Buddha. En sus enseñanzas
existe el concepto de acción-reacción, (karma), es decir que nuestros actos
traen consecuencias. Observar la motivación y la intención de nuestras acciones
y mantenerlas apegadas al amor compasivo evita la acumulación de karma
negativo.
Resumiendo, se ofende a Dios en
religiones como la cristiana, judaica e islámica, por citar algunas de las más conocidas,
pero no se le ofende en otras, como el hinduismo o el budismo, aunque el
budismo no sea exactamente una religión.
¿Quiere esto decir, que si un
hinduista realiza una acción que en la moralidad cristiana se cataloga como
pecado, Dios no lo tiene en cuenta?, o ¿Sí lo tiene en cuenta sin que lo sepa
el hinduista y, por lo tanto, le condena sin que él sepa que está pecando?, o
¿Lo tiene en cuenta para el cristiano, condenándole al fuego eterno, y no para
el hinduista?
¿Cómo puede ser que siendo Dios
Único, y siendo todos nosotros Sus hijos, se comporte de manera tan
extravagante en función de la creencia de la persona?, ¿Cómo puede ser que publiciten
el viaje para llegar a Él por caminos tan distintos?, ¿No será un intento de
dominio y manipulación de unas personas sobre otras? ¿No será el pecado sólo un
intento más de ese dominio y esa manipulación de las distintas religiones, a
través del miedo?
La realidad es que no existe el
pecado. Dios no se ofende por nada de lo que los humanos podamos hacer, decir o
pensar, y no se ofende porque Dios es Amor, Dios nos ama sobre todas las cosas,
y Él sabe, mejor que nadie, que lo que hagamos, digamos o pensemos los humanos,
es cosa del ego, no del alma. Para Dios somos como un bebé para su mama, no hay
nada que perdonar al bebé, porque nada de lo que haga ofende. Somos bebés de
Dios, estamos creciendo, y de la misma manera que el bebé está aprendiendo a
vivir en la vida física, nosotros estamos preparándonos para vivir la vida
eterna. Y en ese aprendizaje, podemos cometer errores, que no pecados.
Esos errores son necesarios, no, más
que necesarios son imprescindibles para que el alma asimile la experiencia. Difícilmente
se aprende cuando todo está bien, se aprende de los errores. A veces, caemos en
el error más de una vez, pero no importa, lo importante es rectificar ese error,
es aprender, para que una vez aprendido, no vuelva a repetirse. Dios, ante
nuestro error, en su Magnífica Bondad, sólo debe de esbozar una sonrisa, como
diciendo: “Vaya, otra vez”; igual que cuando la mamá tiene que limpiar a su
bebé una y otra vez. Pero es, precisamente de esos errores, de donde va a salir
el afianzamiento de la experiencia para el alma. Experiencia que una vez
asimilada va a hacer que nunca más se repita el error, ni en esta, ni en
ninguna otra vida. Lo que se ha aprendido, se conserva para la eternidad.
Aunque no exista el pecado y no
seamos condenados al fuego eterno que prometen las religiones, nuestras
acciones, si que tienen consecuencias, tanto en nuestra vida física, como en
nuestra vida fuera del cuerpo. A cada acción le corresponde una reacción, y
esta teoría científica, sí que está recogida no sólo en las religiones que
postulan por el pecado, (aunque no les interesa publicitarlo), sino también,
por todas aquellas que no lo contemplan. Ni el más mínimo pensamiento queda
fuera de esta ley, hemos de recordar que el pensamiento es energía.
Es esta cadena de acciones y
reacciones, de caer en el error, levantarse, rectificarlo y aprender, la que
nos ata a la rueda de nacer y morir, una y otra vez. ¿Hasta cuándo?, pues hasta
que nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos, sean sólo
impulsados por el Amor, pero sin deseos, sin apegos, sin esperar nada a cambio,
ni recompensas, ni felicitaciones.
Si Dios es Amor, y nos ama sobre todas las cosas, no puede más que
desear para nosotros el bien, y si los que se califican como sus representantes
no vibran en su misma sintonía, es posible que sean unos farsantes. Sus
auténticos representantes deberían amar sobre todas las cosas y desear
únicamente el bienestar físico, mental, emocional y espiritual, de todos, no
sólo de los que siguen sus normas; y en vez de perder su tiempo atemorizando, a
todo lo que se mueve, con horrores eternos si no hacen lo que ellos predican, podrían
dedicar su vida a enseñar a amar y a servir a todos, que es la auténtica y
verdadera enseñanza de los Grandes Seres de los que se proclaman sus
representantes.
Las religiones actuales, han tenido, sin duda, un papel importante en
el devenir de la humanidad mientras esta estaba dormida, pero una parte de esa
humanidad, aunque aun no muy representativa todavía, está entreabriendo los
ojos a una nueva realidad. Estamos en el inicio de una nueva era, de una nueva
civilización, y las estructuras de poder conocidas, las religiones entre ellas,
han quedado obsoletas, necesitamos nuevas estructuras y nueva religión. No
nuevas religiones, necesitamos sólo una, porque solo hay un Dios, porque todos
somos hermanos que caminamos en busca del Padre, necesitamos una religión que
vibre en la sintonía de Dios, una religión que se base en el Amor.
¿Qué pasará con las actuales religiones? Pues………. Mucho me temo que,
más tarde o más temprano, no les va a queda más remedio que desaparecer, ya que
cuando los seres humanos vayan
despertando y sean conscientes del gran engaño que los hombres han montado
alrededor de la vida de los Grandes Seres aprovechando su sueño, se separarán
de las religiones, dejando a estas sin seguidores y sin razón para su
existencia.
Esa nueva religión es la religión
del Amor.
(Continuará)
Capítulo II parte 1 del libro Vivir desde el corazón es más fácil.
La constelación de Piscis, está representada por dos peces colocados en
oposición, y los grandes acontecimientos de la Era de Piscis tienen relación
con el agua. El pez es el símbolo religioso de los cristianos.
Cada una de las
constelaciones zodiacales tiene una palabra clave a la que obedecen los pueblos
cuando están bajo su regencia. La palabra de Piscis es "yo creo", por
eso la civilización europea, obedeciendo a las vibraciones de su constelación,
se estableció sobre bases religiosas, o sea, el poder papal y el dogma de la fe.
Cada era está
representada también por un chakra. En el caso de Piscis, es el chakra solar.
El chakra solar es el centro del poder, de las emociones, de la voluntad. Este
centro puede acoger las fuerzas de la naturaleza inferior o la voluntad del
alma superior. Cuando la voluntad inferior del ser humano, se ajusta con la
voluntad del alma superior, es cuando la persona entra en el verdadero sendero
espiritual.
Mantener fuera de control
este chakra hace que las emociones se desboquen. Una de las principales
características de este signo es su profunda emotividad y, también, la búsqueda
de sabiduría. Por tal motivo, la humanidad perteneciente a la Era de Piscis
buscó la manera de llegar al conocimiento través de la actividad espiritual
formal (las grandes religiones monoteístas, el acentuado misticismo de la Edad
Media) y la ciencia (el Renacimiento, el Siglo de Oro, la Revolución
Industrial), pero ciertamente no logró manejar adecuadamente sus emociones y,
por ello, muchas circunstancias escaparon a su discernimiento.
De esta manera, la Era de
Piscis, que se inició con el amoroso apostolado de Cristo, desembocó en la
intolerancia de la Inquisición, continuó con el severo deterioro del medio
ambiente que causaron los excesos de nuestra tecnología y finalizó con sendas
guerras mundiales.
El hombre de la Era de
Piscis fue un individuo que intentó por todos los medios plasmar sus
sentimientos, y si bien fue capaz de los actos más altruistas también causó
graves desastres. Como sentimental, vivió en un mundo donde prevalecieron las
desbordadas emociones del cuerpo sobre el equilibrio espiritual del alma.
Adquirió enormes cantidades de conocimiento… ¡pero no supo manejarlas!
La civilización de Piscis
ha presentado sus características definidas y distintas a las de las otras
civilizaciones, y coincidirá el fin de esta civilización con un cambio total de
las costumbres y las creencias.
Se termina el mundo de
Piscis y comienza el mundo del Acuario, con una nueva estructura, una época de
transición. Se derrumba una civilización y se levanta una Nueva Era y todo
sufrirá una transformación, una evolución: la política, la ciencia, la
religión, el arte, la filosofía, la moral, en fin, todo será transformado.
Desde el punto de vista
filosófico; el mundo está entrando en una época de sapiencia y saliendo de una
época de creencia, ya que la palabra clave de la constelación de Acuario es "yo
sé". Sólo hay que observar que lo que está presenciando el hombre de hoy
en materia de ciencia es algo asombroso, sin precedentes en la historia. Esto,
a no dudarlo, está trayendo un despertar en la humanidad en todos los aspectos
del pensamiento. La ciencia está comprobando hoy la verdad de postulados
filosóficos antiguos que son base de los conocimientos actuales, por ejemplo:
la ciencia está comprobando el principio hermético que dice "todo es
vibración, nada está en reposo". Einstein, al presentar la teoría de la
relatividad, no ha hecho sino afirmar el principio hermético que dice: "los
planos se corresponden, todo es relativo"; "como es arriba, es
abajo".
Por un lado se celebran
los grandes avances científicos, tecnológicos, sanitarios, políticos y sociales,
y por otro lado asistimos a un deterioro sin precedentes del medio ambiente, a
un incremento y sofisticación del poder destructivo de la industria
armamentística y a la profundización de las desigualdades en la distribución de
la riqueza. Las antiguas convicciones morales y religiosas han entrado en
crisis en grandes capas de la población que, desorientadas, buscan una
alternativa. Se ha mezclado así el temor al desplome de la civilización tal
como la hemos conocido hasta ahora con el deseo del advenimiento de un tiempo
nuevo, una era de luz, de justicia, de colaboración, de concordia, de libertad,
de belleza, de limpieza de sentimientos, de respeto por el medio ambiente, en
suma, un nuevo paraíso terrenal.
En esta forma estamos
viendo que la humanidad actual está despertando a un profundo conocimiento de
la llamada Verdad.
La auténtica evolución
humana consiste en el desarrollo de las facultades físicas, mentales y morales,
de acuerdo a una moral universal.
Con este desarrollo que
será alcanzado por la raza del futuro, el hombre nuevo estudiará todas las
ciencias con miras elevadas y no especulativas; estudiará la verdadera
expresión del arte; practicará el amor universal, tratará de ser sabio y útil;
sano de cuerpo y de espíritu, en vez de aspirar a ser solamente poderoso; su
conocimiento de Dios no tendrá fronteras; su sentido religioso se basará en ser
uno con el Universo, y sabrá asistir en todo momento al sublime ceremonial que
nos ofrece la madre naturaleza.
La
Era de Acuario es un umbral para el ser humano que sirve a sus semejantes.
En los principios de Acuario,
el pensamiento ha penetrado en el interior del individuo, instaurando en él la
ley del corazón y atenuando la ley meramente sentimental que hasta ahora había
regido sus actos. Al llegar a Acuario, estamos más cerca de la armonía psíquica
y espiritual… ¡pero aún falta mucho trabajo!
En ninguna Era
precedente, el conocimiento se ha democratizado tanto y en tan poco tiempo como
en este principio de Acuario. El fenómeno de internet, la mundialización de las
comunicaciones y los negocios, revelan un creciente e indetenible proceso de
interconexión planetaria.
En los tiempos que
corren, todas las culturas se mezclan; las disciplinas científicas y
humanísticas se acercan; el saber mágico y el saber tecnológico se funden en
armonioso mestizaje; y las religiones y credos espirituales empiezan a ver más
sus similitudes que sus diferencias.
Podríamos describir la
figura del Hombre de Acuario con estas palabras del maestro Jesús: "El
que quiera ser grande entre ustedes, sea servidor de los demás; el que quiera
ser el primero, hágase servidor de todos, igual que yo. No he venido a que me
sirvan, sino para servir" (Mateo, 10:16). Son una especie de
avanzadilla de la Era de Acuario, tantos filántropos, tantos voluntarios, gente
que ayuda de manera totalmente desinteresada a sus semejantes.
De esta manera, los seres
de Acuario, integradores y poseedores de conocimiento, son además, hombres y
mujeres de servicio, capaces de asistir a sus semejantes y manejar
inteligentemente sus emociones, como el agua que fluye y es capaz de adaptarse
a cualquier espacio.
El
chakra que regirá la Era de Acuario es el chakra cordial, el chakra del corazón.
La expresión del centro
cardíaco en el nivel emocional se traduce en comprensión, solidaridad y una
búsqueda de armonía en la vida. Existe una menor preocupación por los asuntos
personales para ocuparse con mayor interés por lo comunitario. Corresponden a
este chakra las virtudes de la compasión, la misericordia, al amor, el dar y el
compartir.
Hasta ahora hemos vivido
en los tres primeros chakras. Los tres primeros chakras son animales, los tres
últimos son divinos, y entre los dos grupos está el cuarto, Anahata: el chakra
del corazón, la flor de loto del corazón, el chakra del amor. Este es el
puente. El amor es el puente entre lo animal y lo divino.
Por debajo del corazón el
ser humano es un animal; por encima del corazón se vuelve divino. El verdadero
ser humano es el hombre que puede sentir, que puede amar, que puede rezar,
llorar, reír, que puede compartir, que puede sentir compasión.
La Era de Acuario traerá
consigo una edad de hermanamiento universal arraigada en la razón, donde será
posible solucionar los problemas sociales de una forma justa y equitativa, y
con mayores oportunidades para la mejora intelectual y espiritual, ya que
Acuario es un signo científico e intelectual y el planeta que lo rige, Urano,
está asociado con la intuición (el sentimiento de lo irracional por encima de
la razón) y las percepciones directas del corazón.
La Era de Acuario marcará
un cambio en la conciencia del ser humano, que ya estaría empezando a notarse y
que llevaría asociado un tiempo de prosperidad, abundancia y paz.
La primera vez que escuché hablar, hace ya algunos años,
sobre la Era de Acuario, no entendí nada. Aunque la falta de entendimiento, no
era otra cosa que ignorancia. En mi ignorancia, llegué a creer que el eje de la
Tierra se desplazaba, de tal manera, que lo que hoy es el Polo Norte, llegaría
en su movimiento a colocarse en lo que es el ecuador, y siguiendo su recorrido
se convertiría en el Polo Sur. Lógicamente pensaba que eso sería una hecatombe,
que sería, sin lugar a dudas, la destrucción de la civilización actual. Y aun,
cabalgando en mi ignorancia, trataba de encontrar una razón con un poco de
lógica: ¿Sería producto del maltrato con el que la humanidad trata a la
Tierra?, o ya, fuera de toda lógica, ¿Sería un castigo divino?
¡Que
inocente es la ignorancia!, aunque por fin tuve un poco de lucidez, y decidí
buscar información. En libros de astronomía, encontré toda la información que
necesitaba y más. Resulta que la Tierra no tiene únicamente dos movimientos,
sino que son tres: La conocida rotación sobre sí misma, de 24 horas de
duración, que da lugar al día y a la noche. La órbita alrededor del Sol, con
una duración de 365 días. Y un tercer movimiento que es el cambio de
orientación del eje de la Tierra, algo parecido al giro de una peonza, con una
duración de 27.000 años.
Esto ya
tenía lógica, pero a lo que no le encontraba lógica, y sigo sin encontrarla, es
tratar de asegurar que el cambio de Era se producía en una fecha determinada.
Científicos, místicos, intelectuales, eruditos, y el calendario maya, daban
fechas dispares sobre el cambio de Era; fechas que van desde 1915 hasta 2340.
Lo que sí es
claro, es que si el paso de la noche al día no ocurre en un instante, sino que
va clareando paulatinamente; y lo mismo ocurre en el cambio de estaciones,
¿Cómo un cambio de eje, en el que de una Era a otra han de transcurrir más de
2000 años, va a darse en un día determinado?, es imposible, la transición entre
una Era y otra ha de ocurrir en años, muchos años; por lo que establecer una
fecha concreta como el 21 de Diciembre del año 2012, más bien parece una
majadería. Aunque se puede aceptar como fecha simbólica, de la misma manera que
aceptamos el 24 de Diciembre de cada año como el día del nacimiento de Jesús.
Está bien
que se reúnan grupos para meditar y realizar ofrendas a la Tierra, la energía
que se mueve en una meditación grupal, se incrementa de manera exponencial.
Pero reunirse porque ese día cambia la Era, para evitar ¿desastres?, parece un
poco de locos.
He tratado
de resumir a continuación la información que fui consiguiendo para tratar de
disminuir un poco mi ignorancia.
En astronomía, existe un cambio lento
y gradual de la orientación del eje de rotación de la Tierra. A este fenómeno
se denomina precesión de los equinoccios. Este eje, conocido como Eje Polar o
Eje del Mundo, se desplaza en el espacio, describiendo un cono y recorriendo
una circunferencia completa cada 26.000 años aproximadamente. Este periodo es
conocido como año platónico o año sideral.
El
movimiento de precesión ocurre por dos factores:
a) La figura de la Tierra: La forma
de la Tierra no es totalmente esférica, sino más bien un esferoide de
revolución, conocido con el nombre de geoide. De esta manera, las masas hacia
el Ecuador del planeta son mayores que hacia los Polos.
b) Las fuerzas
combinadas de atracción gravitatoria del Sol y la Luna, atentan contra la
estabilidad del eje polar terrestre.
Si no existiera el achatamiento y la Tierra fuese esférica, la atracción
del Sol no produciría un momento de fuerza sobre la Tierra y no habría
modificación en la dirección del eje terrestre.
En su
movimiento, el eje de la Tierra se va orientando hacia determinadas constelaciones,
es decir, que va recorriendo el eje por lo que conocemos como los signos del
Zodiaco. Considerando que son 26.000 años el tiempo que tarda el eje en
recorrer una circunferencia completa, si lo dividimos por las 12 constelaciones
zodiacales, tenemos que en cada constelación, el eje permanece aproximadamente
2.100 años. A ese tiempo se le denomina Era.
Con
anterioridad a nuestra famosa Era de Acuario podemos mencionar:
-Era
de Libra, entre los años 14.000 y 12.000 antes de Cristo.
-Era
de Virgo, entre los años 12.000 y 10.000 antes de Cristo.
-Era
de Leo, entre los años 10.000 y 8.000 antes de Cristo.
-Era
de Cáncer, entre los años 8.000 y 6.000 antes de Cristo.
-Era
de Géminis, entre los años 6.000 y 4.000 antes de Cristo.
-Era
de Tauro, entre los años 4.000 y 2.000 antes de Cristo.
-Era
de Aries, entre los años 2.000 y el nacimiento de Cristo.
-Era
de Piscis, entre el nacimiento de Cristo y los años 2.000.
-Era
de Acuario, entre los años 2.000 y 4.000 después de Cristo.
Cada era se ha desarrollado con las
características típicas de cada signo.
Si bien no
existe registro histórico, es de suponer que en la Era de Libra puede haber
existido una humanidad con conciencia de la belleza, justicia, armonía y ecuanimidad.
Un total refinamiento. Aunque la historia no lo recuerda, esto si ha quedado
registrado a nivel etérico en los denominados Registros Akhásicos y en el
cuerpo de la humanidad como la memoria de la Raza. Libra es el Signo del
Centro, refleja la justicia, la verdad y el amor.
En la Era
de Virgo, existieron la Atlántida y Lemuria. Fue un período de perfeccionamiento
tecnológico. Virgo es un signo de tierra, pragmático, eficiente,
perfeccionista. Pero la polarización en esta cualidad implicó la separación del
aspectoespiritual. Desde un punto de
vista energético, Virgo está preso dentro de las formas. Para salir de allí
debe transformarse en otra cosa. Y de hecho para convertirse en otra cosa, esa
forma debe morir. Esta fue la experiencia de la humanidad que en este período
llegó a la autodestrucción, por lo que parece que se tuvo que comenzar
nuevamente desde el principio, desde una nueva prehistoria.
La Era de
Leo, fue la época del hombre primitivo. Leo es el estadio energético del niño
que con dos o tres años se está descubriendo. Está explorando sus
posibilidades, su identidad. Conociendo el nuevo mundo más allá de su madre y
lo inmediato. Comienza a desarrollar su fuerza y su voluntad. La humanidad de
esta época fue egocéntrica e infantil. Período nómada en el que sobrevivir era
el único objetivo. Desconectado del sentido de Humanidad, propio de su
polaridad acuariana, lentamente fue despertando hacia Cáncer.
En la Era
de Cáncer, se dieron los primeros asentamientos sedentarios. Cáncer proporcionó
el sentido de familia, clan, protección. Aparecen los primeros pueblos y
núcleos con identificación grupal. Faltó en cambio la conciencia social y
sentido de propósito ulterior, ambición y responsabilidad humanitaria, propio
de capricornio, su polaridad.
En la Era
de Géminis, se dio el máximo desarrollo de grandes conocimientos
arquitectónicos, astrológicos y culturales en general que surgen en
Mesopotamia, Egipto y Oriente. Géminis es la comunicación y también el
conocimiento de “la otra parte”, de las sombras.
La Era de
Tauro, o el Amor por la madre Tierra. Tauro conoce las formas dentro de la
materia. Su lugar es la Tierra, la ama, la disfruta, la posee. Conoce sus
misterios y sus recursos y le rinde honor. Pero falta la profundidad,
compromiso, pasión y búsqueda de la verdad.
Aries, es
un signo regido por el fuego. Esta casa zodiacal abre la puerta de la comunicación de las fuerzas
cósmicas que, una vez liberadas, fluyen con todo su poder vivificante hacia el hombre.
Es a través de Aries que el mandato divino entra en el hombre. Sin embargo, el
ser humano que prosperó en aquella época aún no estaba consciente de esta gran
potencialidad. Por ello, los hijos e hijas de la Era de Aries fueron grandes
hombres y mujeres de acción, más dotados para la lanza y la hazaña que para la
meditación y la plegaria.
La energía simbolizada en Aries
resulta esencial en toda empresa que se inicia, porque aporta a ella su
inquebrantable entusiasmo, su confianza en el resultado final, su formidable
voluntad de triunfo. Aries fue la Era de la Acción Heroica, donde se
construyeron algunos de los más grandes imperios guerreros de la historia, como
los de Alejandro Magno, de Rómulo y Remo y de Darío en Persia.
Capitulo 1 (1ª parte) del libro "Vivir desde el corazón es más facil".