El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 3 de febrero de 2013

La nueva religión IV


(Continuación de la Nueva Religión III)
La prueba de fuego total es vivir el Amor Divino en pareja: sin reproches, sin el domino del uno sobre el otro.
Me encanta la frase de Virginia Satir, escritora norteamericana, que escribe del Amor Incondicional: "Te quiero amar sin aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti sin invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin culpa, examinarte sin culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo recibir lo mismo de ti, entonces podremos encontrarnos y enriquecernos de verdad".
Una relación basada en el Amor Divino, es la unión de dos almas, de dos almas que saben que con su unión sólo están cumpliendo el Plan Divino; y saben también, porque el alma lo sabe todo, que esa relación es finita, que puede durar un día, un mes, un año, un lustro, o una vida física, porque el objetivo de esa relación es, como todas, acumular experiencias para el alma, aprender, enseñar, y liberarnos de karma.
No conozco muchas relaciones basadas en el Amor Divino, y las relaciones que no tienen como bandera ese Amor, tienen muchas posibilidades de…………….. de todo lo que conocemos……..: Engaños, frustración, maltratos físico o emocional, etc.
Si existiera Amor Divino, no existiría el planteamiento de sentirse mal porque la relación se haya desgastado. La felicidad es consustancial con el Amor Divino: Si se siente Amor Divino, se es feliz, con independencia de la pareja, de la relación, de la vida. Y como la relación, ya sabemos que es finita, cuando el trabajo por el que se estableció la relación, (por supuesto que de manera inconsciente), concluye, cada miembro de la pareja puede seguir su camino de crecimiento sin odio, sin culpa, ayudando al otro desde el Amor que se siguen manifestando.
Para sentir el Amor Divino se ha de vivir desde el corazón, y no desde la mente, un segundo tras otro, un minuto tras otro, un día tras otro. No es suficiente sentirlo durante una meditación, y ya está, no, ha de ser permanente, porque además una relación desgastada, es ideal para perder la conexión con el corazón e instalar a la persona en la mente a una velocidad increíble.
Si existe una relación desgastada, hay que enfrentar la situación, con amor, e imaginar que se habla con uno mismo, diciendo lo que a la persona la gustaría que la dijeran a ella, y diciéndolo de la forma como la gustaría que se lo dijeran a ella. Si alguien se encuentra en ese punto es seguro que ninguno de los miembros de la pareja sabe lo que es el Amor Divino. En ese caso se ha de actuar, conscientemente, con ternura, sin crear falsas expectativas; para que al menos, no acabe también el cariño existente.
 El Amor no sólo es la respuesta, el Amor también es el camino. Más amor significa más conciencia, y más conciencia más conocimiento de quien eres, y el descubrimiento de quien eres es una explosión de júbilo, porque ese descubrimiento te pone en contacto con tu naturaleza esencial, el Amor, con todos sus atributos,  paz, alegría, sabiduría, fortaleza, etc., etc. Y en ese momento se termina el dolor, se termina la enfermedad, las preguntas tienen respuestas, los problemas se difuminan como el humo, y el miedo desaparece sin más, porque se ha encontrado el Amor, que es lo único que existe, lo demás sólo está en la mente.
El amor que puede morir no es amor, el amor verdadero dura toda la vida física y no física, y si la formalización de una pareja se basa según la sociedad y la religión en el amor, ¿Qué tipo de parejas estamos formando entre personas que no se aman?, ¿No estaremos fomentando la creación de núcleos en los que existe la indiferencia, la tristeza, a veces el odio, la incomprensión, el dominio sobre el otro, el maltrato físico y emocional, a veces la muerte. Y es en ese núcleo donde vienen al mundo los hijos de esas parejas que no se aman. ¿Qué pueden enseñar esos padres?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad quien no sabe de que le están hablando?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad personas que dicen que…. bueno…… la felicidad es algo que se puede conseguir algunos ratos, ¿Algunos ratos?, ¿Cuándo?, ¿Cuándo gana tu equipo?, ¿Cuándo engañas a tu pareja?,  ¿Cuándo?
Casi todas las personas consideran felicidad la consecución de un deseo. Deja de leer por un momento, y reflexiona sobre tus momentos de felicidad, ¿Cuántos de esos momentos no están unidos a un deseo conseguido? Reflexiona.
La felicidad, amigos míos, no tiene nada que ver con ningún deseo cumplido, la felicidad es un estado interior, y ese estado, no aparece a ratos, cuando se consigue es permanente, en mayor o menor medida, pero estable. La felicidad va unida a este Amor que no muere. Si eres feliz a ratos, es que no sabes lo que es el Amor, ni por supuesto la felicidad. Si te enfadas, si criticas, si no respetas a todos los demás, si no colaboras, tampoco sabes lo que es el Amor ni la felicidad. Debes de ser de una de las miles de religiones que pululan por el planeta, no eres de la nueva religión. 
            El amor que no muere es el que vive en el corazón. Y el amor que vive en el corazón consigue para ti la felicidad SIEMPRE, por nada, porque si, sólo porque amas. El proceso que has de seguir es el siguiente: Primero has de aprender a amar, y es después, cuando ya sabes amar cuando podrás amar a alguien, incluido en ese alguien a los que serán tus propios hijos. Mientras no sepas amar, ¿Cómo vas a amar?
Y ¿Cómo se aprende a amar?, ¿Cómo se aprende a conducir?, pues conduciendo, ¿Cómo se aprende a cocinar?, pues cocinando. ¿Ya sabes cómo se aprende a amar?, claro, amando. Lo mejor es la práctica, y la mejor práctica, es la Regla de Oro: “Trata a los demás como tu mismo quieres ser tratado”. Como se supone que lo que quieres es que te amen, te valoren, te respeten, que no te juzguen ni te critiquen, esa va a ser la forma en la que vas a tratar a todas las personas, “como si fueras tu mismo”; al principio, lo has de hacer conscientemente, ya que no es ese el tratamiento que normalmente surge de tu inconsciente. Cuando vemos a alguien que tiene un defecto y mil virtudes, rápidamente nos centramos en criticar el defecto, cuando teníamos mil virtudes para alabar. Eso es lo que hemos aprendido, a buscar el fallo y a criticar lo diferente. Tenemos que desaprender lo aprendido. Tenemos que aprender a amar en lugar de criticar.
Hay una cita preciosa de San Agustín que dice: Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
Existen medicamentos de todo tipo para combatir cualquier clase de enfermedad, existen drogas para conseguir que la persona viva estados de euforia o se inhiba de la realidad, existen rituales que transportan a la persona, como si de un viaje se tratara, a vivir estados alterados de conciencia; pero todavía no se ha inventado la píldora del Amor Incondicional permanente.
Pero el problema no es la falta de la píldora para conseguir el Amor, el problema es que las personas no saben lo que es el Amor, porque si lo supieran, la cola del lugar donde se consiguiera daría la vuelta al mundo.
¿Dónde están las colas hoy día?, en las paradas de los mercados, en las grandes superficies, en los cines; y ¿Porqué ahí? La explicación es sencilla, porque es ahí donde se espera encontrar la felicidad y el Amor, en nuestro exterior, en lo que nos pueden dar los demás. Nuestros educadores, padres y maestros, nos han enseñado eso, porque eso es lo que ellos creen, y eso es lo que a ellos les han enseñado.
Pero no es así, no es en esos lugares donde vamos a encontrar la felicidad y el Amor, porque si se encontrara en esos lugares, alguien la habría encontrado, y nos habríamos enterado, porque seguro que habría salido en la tele, pero no parece que eso haya ocurrido. Parece claro entonces que el Amor Incondicional no se consigue con que te toque la lotería, parece claro que no se consigue con una opípara cena, ni estando en posesión del último invento electrónico o viendo una película ganadora de diez premios.  
No es fácil explicar lo que es el Amor Incondicional, creo que es más difícil que explicar a un invidente como es el color rojo. El color rojo hay que verlo, el Amor hay que sentirlo.
Quien ha conseguido sentirlo aunque haya sido por una sola vez y haya durado un solo instante, sabe de sobra lo que es, como es, y la manera de conseguirlo; y seguro que ya está trabajando para volver a sentirlo. Cuando se ha sentido, ya no se tienen dudas de lo que es, pero por si te queda alguna duda, tienes que saber que quien siente Amor Incondicional, ni critica, ni juzga, ni controla, ni maltrata, no se siente víctima ni superior a nadie, no se siente dueño ni sirviente de nadie, por lo que no sabe lo que son los celos, no siente tristeza, ni orgullo, ni ira, no tiene dudas, no tiene miedo, sólo siente compasión, sólo acepta, sólo respeta, solo siente paz y alegría, siente seguridad; porque se sabe unido con todo lo creado, porque se sabe parte de Dios.
Sabiendo a ciencia cierta que esos son los efectos del Amor Incondicional, ¿No harías cola donde vendieran la píldora del Amor? Pues no la hagas, yo te doy la píldora del Amor, de manera gratuita, es una meditación, la meditación Metta. Seguro que has realizado alguna vez esta meditación, te recuerdo como hacerla:
Metta significa Amor Universal.
La meditación consta de cinco partes. El tiempo de duración de cada parte podría ser de cinco o diez minutos.
Las cinco partes son:

Enviar amor hacia nosotros mismos.
Enviar amor hacia un buen amigo o familiar.
Enviar amor a alguien con quien no se tiene trato.
Enviar amor a una persona difícil o un enemigo.
Enviar amor a todos los seres.
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Coloca las manos apoyadas en las piernas con las palmas hacia arriba. Los dedos en Gyan Mudra, (junta las yemas del pulgar y del índice en ambas manos, dejando los otros tres dedos juntos y estirados).
-          Coloca la punta de la lengua en el paladar.
-          Cierra los ojos o déjalos una decima parte abiertos.
-          Lleva la atención al corazón.
-          Empieza respirando lenta y suavemente por la nariz, con una respiración abdominal, alargando la exhalación en las primeras respiraciones.
-          Permite que con cada exhalación salga toda la tensión de tu cuerpo.
Primera parte:
-          Visualízate a ti mismo delante de ti.
-          Siente como sale una luz dorada desde el centro de tu corazón, y te envuelve completamente.
-          Siente que desde tu corazón te estás llenando de amor a ti mismo.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo Soy ese Yo Soy, Yo Soy Amor, Yo Soy Paz, Yo Soy Alegría.
-          Siente que te amas, que te valoras, que te toleras, que te sientes feliz contigo, siente que te respetas.
Segunda parte:
-          Visualiza a tus amigos y a tu familia delante de ti.
-          Siente como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve completamente. Es fácil, es una persona a la que quieres.
-          Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-          Siente que amas, que valoras, que reconoces las cualidades de esa persona.
Tercera parte:
-          Visualiza a una persona que te sea indiferente delante de ti.
-          Siente como sale esa luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve completamente.
-          Queremos reconocer en esta parte a ese ser humano como un igual a nosotros.
-          Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-          Siente que reconoces la conexión entre todas las cosas, y por supuesto con esa persona.
Cuarta parte:
-          Visualiza a tu enemigo.
-          Siente como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y le envuelve completamente.
-          Es posible que te surjan preguntas del tipo: ¿quién puede sentir amor hacia un canalla? ¿hacia aquel que tan mala jugada me ha gastado?
-          El que esa persona sea “mala”, no justifica que tú también lo seas Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te perdono, yo te bendigo con Amor.
-          Siente que perdonas  y bendices a esa persona.
Quinta parte:
-          Visualiza la Tierra delante de ti.
-          Siente como la luz dorada que sale desde el centro de tu corazón la envuelve completamente.
-          Repite en silencio dentro de ti: Que cada persona, que cada ser sea bendecido.
-          Siente que envías tus sentimientos de comprensión, reconocimiento, tolerancia y amor, hacia todos los seres humanos, hasta el último rincón de la tierra, hacia todos los animales de todas las especies, hacia el planeta, hacia sus ríos, sus valles, sus montañas, sus bosques. Hasta donde la existencia se exprese sin importarnos la forma, sin discriminaciones.
 

-          Cuando creas que has finalizado, vuelve a ti, siente el amor en tu corazón, disfruta de la sensación.

-          Para finalizar la meditación, respira más profundamente alargando la inhalación. 

Capítulo (II), parte (IV) del libro “Vivir desde el corazón es más fácil”.