El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 17 de septiembre de 2013

Aceptación (2)


Mensaje para la Tierra (5)
……….. Continuación.
Queremos incidir un poco más sobre la aceptación, ya que la resistencia inútil a dejar que la vida siga su curso, aferrarnos de manera desesperada al pasado o sentir frustración porque las cosas no son como nosotros desearíamos que fueran, implica un desgaste de energía mucho mayor que dejar que las cosas sucedan y aceptar todas las incertidumbres con las que nos sorprende la vida. Es justamente este dejar que las cosas sucedan y aceptar aquello que la vida nos va presentando, lo que permite nuestra transformación, nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento. En realidad es un regalo del Universo, aunque a veces, nos pueda parecer la mayor de las desdichas.
Sigamos hablando en términos energéticos, ya que a fin de cuentas es lo que nosotros somos. No hemos de olvidar que somos una Chispa Divina, somos una parte de la Energía de Dios, e incluso el cuerpo físico, que parece tan denso, no es más que átomos vibrando.
Qué fácil es dar consejos: “Lo que tienes que hacer es aceptar lo que la vida te va presentando, y punto”, pero no es nada fácil seguirlos. Se han de dar ciertas condiciones, condiciones energéticas para que eso suceda.
La aceptación llega con la apertura del chakra del corazón. El centro energético del corazón, situado en el centro del pecho, a la altura del corazón físico, es la sede del amor, de la compasión, de la misericordia, de la dulzura, y es lo que nos une al resto de seres humanos, y lo que nos acerca a nuestra divinidad. Un chakra cardiaco que irradia amor, generosidad, compasión, que se siente unido a todo y a todos, es el secreto para conseguir el tan deseado equilibrio interior, equilibrio que lleva directamente a no resistirse al fluir de la vida, y a aceptar los cambios, las incertidumbres, los sucesos, las ideas y las personas.
La aceptación es la antesala del Amor, y más adelante cuando hablemos de cómo conseguir amarnos a nosotros mismos, veremos que necesitamos traspasar la puerta de la aceptación, para observarnos sin juzgar, para valorarnos, para respetarnos, para compartir y para entregarnos a los demás.
 Todos los seres que nos rodean, están aquí, cada uno en su propio camino, en su propio aprendizaje, con sus circunstancias, que para nada tienen que ver con nuestro camino, ni con nuestro aprendizaje, ni con nuestras circunstancias. Y un gran aprendizaje, uno de las más importantes, por ser precisamente la antesala del Amor, es aceptar a todos esos seres que nos rodean, tal como son, con sus virtudes y sus defectos. Cada uno tiene que cumplir su tarea, y no cumplir con nuestras expectativas, o satisfacer nuestros ideales de cómo deberían ser, simplemente son.
Cada persona es, como nosotros, una Chispa Divina, por lo tanto, un hermano al que hemos de aceptar, ya que aunque proyecte rabia, tensión, conflicto o cualquier otro sentimiento, solo es producto de sus propias experiencias, de su propio miedo, de su propio aprendizaje. Nuestro trabajo con él, es comprenderle, ayudarle y respetarle, sin juzgarle.
Cuando aceptamos y amamos no pretendemos cambiar a nadie, pues tenemos solidaridad con el otro y vemos que cada uno es bello y perfecto. La realidad es como es, y nosotros somos como somos. Es el único punto desde donde podemos partir hacia un crecimiento interior, hacia la Luz y hacia los propósitos que tenemos: sin juicios y con amor, para con nosotros y todo lo que nos rodea.
Continuará……………..

1 comentario:

  1. Creo que es un gran paso empezar a no juzgar y saber que cada persona esta en su propio aprendizaje ,y reconocer que cualquier comportamiento de cualquier persona por daño que nos pueda hacer , no esta actuando desde su esencia sino desde el ego .Cuando realmente sabemos lo que somos nuestra esencia reconocemos que todos somos lo mismo ,que formamos y somos parte de dios.Un abazo

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