El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 8 de junio de 2016

¡Acabo de nacer!

           ¡Es un niño!, ¡Es un niño precioso!

Estaba muy asustado, quería salir de allí y supliqué: “Padre mío, ¿Por qué este dolor?,  ¡Quiero volver a casa! Y por fin puede ver a alguien conocido, era mi amigo de juegos, después supe que aquí, donde estoy ahora, desde este lugar que se llama cuerpo, les llaman ángeles, aunque curiosamente nadie les ve. Y mi amigo me dijo:


-      Acuérdate que elegiste entrar dentro de ese cuerpo para seguir avanzando un poco más en tu evolución.
-      Has encarnado.
-      A ti te va a parecer un poco largo, pero en realidad no lo es, yo lo viviré como un suspiro.
-      Dentro de poco ya no te acordarás de mí, ni de nuestros juegos, ni de nuestros estudios, ni de tu hogar.
-      Ya no te parecerá un sueño, te parecerá real.
-      Pero sin embargo, seguirá siendo un sueño.
-      Lo único que tienes que hacer es buscar con ahínco los mismos sentimientos que tenías antes de entrar en este cuerpo.
-      Tienes que acordarte de vivir ahora en el cuerpo, como vivías allí, en tu verdadero hogar.
-      No vayas nunca en contra de la vida, no quieras manipular ni a la vida, ni a los otros, que como tú tienen un cuerpo.
-      Ayuda a todos porque son tus hermanos que también han elegido estar en un cuerpo para avanzar más rápido.
-      Ayuda solo cuando te lo soliciten, son ellos los que deben hacer su camino.
-      No juzgues a nadie si no quieres que te juzguen a ti.
-      No critiques nunca.
-      Respeta siempre las decisiones de los otros.
-      Ante cualquier desaire, perdona, bendice y vete.
-      Deja que la vida pase a través de ti.
-      Déjate guiar por la intuición.
-      Acepta a todos.
-      Escucha siempre a tu corazón.
-      Práctica el silencio, y cuando hables que sea con verdad.
-      Aprende a meditar y practica cada día.
-      Busca la paz y la serenidad. Busca el amor.
-      Recuerda que no eres ese cuerpo.
-      Y aplica la máxima: “Todo está bien”.
-      Cuando necesites ayuda, llámame, porque yo siempre estaré aquí para ayudarte.
-      Pero recuerda que la ayuda no va a ser para ese cuerpo. La ayuda es para ti. Y además has de hacer tu recorrido solo. Lo has elegido, lo has aceptado.
-      ¡Hasta pronto!

-      ¡Te quiero!

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