El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 29 de noviembre de 2016

El libre albedrío (La vida de Kepha)

Continuación de “El Plan de Vida (La vida de Kepha)”

El libre albedrío es la capacidad de elección del ser humano. Pero se ha de tener en cuenta que esa capacidad de elección tiene ciertos límites. Imagina que existe un camino de varios kilómetros de ancho, delimitado en toda su lateralidad por dos murallas de 100 metros de altura desde el inicio hasta el final del camino. A ese camino se accede por una puerta. Esa puerta es el nacimiento, es la llegada a la vida de la materia. Cada alma tiene su puerta, cada alma tiene su camino, y una vez dentro del camino no se tarda mucho en encontrar otras puertas para seguir avanzando. Es la primera elección en la vida física, que en estas primeras ocasiones son los padres los que van eligiendo por sus bebés. Ellos lo siguen haciendo hasta determinada edad, ya que son los padres los que deciden la guardería, el colegio y el tipo de educación que van a recibir sus hijos. Pero elijan los padres o los hijos, se van encontrando puertas por la que atravesar. Cada caminante puede elegir la puerta que desee, y es claro que al otro lado, en cada una de las puertas se va a encontrar vivencias diferentes. Y nuevas puertas, y nuevas decisiones, siempre eligiendo cual traspasar, y así va a ser hasta el final del camino, elección tras elección.


Cada persona puede ir eligiendo puertas, traspasarlas, volver atrás o quedarse sentada en el quicio de la puerta, pero lo que no podrá hacer nunca es saltar por encima de las murallas que delimitan el camino para pasar a un camino contiguo, ahí se acaba el libre albedrío, no se puede salir del camino al que se ha accedido a través de la puerta del nacimiento. Será rey o mendigo, rico o pobre, pero siempre siguiendo su Plan de Vida establecido, sin saltarse ni una coma.

¿Cómo saber cuál es la puerta correcta?, no se sabe.

¿Se podría pensar entonces que es cuestión de suerte elegir el camino correcto? No, nada tiene que ver la suerte en las elecciones de vida. Pero de lo que se puede estar completamente seguro es que nunca hay decisiones erróneas. Es cierto que los resultados de algunas decisiones pueden causar sufrimiento, pero eso no significa que se haya elegido una puerta equivocada. El sufrimiento es una asignatura para el crecimiento, es una asignatura para aprender a amar, desprendiéndose del miedo, que es la causa de cualquier sufrimiento. El error sería permanecer en el camino del sufrimiento durante mucho tiempo, sin atreverse a traspasar una nueva puerta.

Las elecciones que se hacen en cualquier momento de la vida, son siempre correctas, ya que son las mejores que se pueden hacer teniendo en cuenta la situación de la persona. Nadie elije mal a propósito, nadie elije el sufrimiento.

En el Plan de Vida para cada alma se recoge todo lo que se puede encontrar en función de la puerta que elija. La programación de una vida es muy compleja, ya que se contemplan muchísimas posibilidades en función de la elección de cada puerta. Son muchos los Planes de Vida de muchas almas que tienen que coordinarse para que se den los encuentros que se tienen que dar, y nadie sabe, ni a este ni al otro lado de la materia cual va a ser la puerta elegida por la persona.

Hay situaciones recogidas en el Plan de Vida que se pueden realizar o no, según sea la elección de la persona. Pero existen otras situaciones programadas que se han de realizar ineludiblemente.

El libre albedrío también interviene es estas últimas, de tal manera que la puerta que va a llevar a esa situación, la cual es imprescindible experimentar, va a aparecer junto a las otras puertas en cada etapa del camino. Si siempre se obviara esa puerta, llegaría un momento que esa sería la única opción que la persona iba a tener delante.

En la Tierra el Plan de Vida no suele cumplirse al cien por cien, ni al cincuenta, y posiblemente ni al veinticinco por ciento. Sin embargo, los que al otro lado de la vida tienen relación con el alma encarnada, como pueden ser sus guías y los Maestros, lo tienen en cuenta al cien por cien. Lo tienen tanto en cuenta que cuando el ser pone su vida en manos de Dios, con una fórmula parecida a “Señor, hágase Tu Voluntad”, lo que hace es ponerse en contacto con el alma y con el Plan de Vida.

Ningún Ser al otro lado de la vida va a interferir en la programación que el alma ha aceptado realizar en su vida física. Nunca, bajo ningún concepto.

-      Kepha, si te dieran a elegir, ¿Qué misión elegirías para tu próxima vida? Preguntó uno de los Miembros del Consejo.


Continuará…………….

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