El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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domingo, 2 de septiembre de 2012

Ruegos


              En una tabla de piedra en la iglesia de Saint Paul de Irlanda del Sur se encuentra un texto encabezado por la palabra DESIDERATE, que podríamos traducir por ruegos.
            Ve tranquilo y sereno ante el ruido y las prisas, sé la representación de la paz que cobija el silencio.
Siempre que puedas sé amable con los demás sin que ello te resulte una carga.
Expresa tu verdad tranquila y clara, y escucha a los otros, incluso al necio e ignorante, ellos también tiene su historia.
Evita a las personas ruidosas y agresivas, son una tormenta para el espíritu.
No te compares, si te comparas con los demás, te amargarías y te sentirías nulo, porque siempre habrá alguien que sea más grande o pequeño que tú.
Alégrate de tus propios resultados y de tus proyectos.
Permanece interesado en tu propia carrera por modesta que sea.
En tus ocupaciones profesionales, deja que rija la cautela, porque el mundo está lleno de engaño. Pero esto no debe hacerte ciego a la honradez que también existe. Muchas personas luchan por altos ideales y en todas partes la vida está llena de heroicidades.
¡Sé tú mismo! Sobre todo no finjas simpatías. No seas cínico respecto al amor, porque siempre está permanente, igual que en la faz de toda sequía y deserción está la hierba.
Soporta amable y sereno los consejos de la edad y encomienda con benevolencia las tareas a la juventud.
Fortalece la energía de tu espíritu para que te proteja del mal repentino.
No te intranquilices con vanas esperanzas.
Sé bueno contigo mismo, con una saludable medida de autodisciplina.
Eres un hijo del Universo, no menos que los árboles y las estrellas. Tienes derecho a estar aquí y, sin duda, el universo seguirá su curso como está previsto, seas consciente de ello o no.
Por lo tanto, vive en paz con Dios, sea cual sea el concepto que tengas de Él y sean cuales sean tus anhelos y esfuerzos.
Conserva la paz en tu alma en el ruidoso laberinto de la vida, ya que a pesar de la apariencia, de las fatigas y de los sueños rotos, LA VIDA ES BELLA. SÉ PRUDENTE. ASPIRA A LA FELICIDAD.