El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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miércoles, 6 de diciembre de 2023

Quién espera desespera

 


Esperar……. Esperar……. ¿Quiénes de los que estáis leyendo esto no estáis en este momento esperando algo?: ¿La pareja ideal?, separarte de tu pareja?, ¿el viaje de vacaciones?, ¿qué llegue el verano, o el invierno?, ¿qué te toque la lotería?, ¿la contestación a la petición de trabajo?, ¿alcanzar la iluminación en tu próxima meditación?, ¿esperando un hijo?, ¿qué llegue el fin de semana?, ¿qué llegue la noche para cenar?, ¿esperando la cita con tu medico?, etc., etc., etc. Todos estamos esperando algo y, casi todos, estamos esperando de manera permanente.

              Y, ¿cuánto tiempo de tu vida has pasado sin esperar nada?, no mucho ¿verdad?

              Existen esperas de todos los tipos, materiales, emocionales y espirituales. Da igual el tipo de espera, porque la espera genera infinidad de sentimientos: Miedo, estrés, angustia, alegría, ansiedad, dudas, emoción, y un sinfín de sentimientos más, que, normalmente, salvo contadas ocasiones, nos afectan negativamente.

 ¿Qué hacer?, porque ya sabemos que, para no esperar, hay que eliminar los deseos, pero entiendo que es muy difícil, o por lo menos es muy difícil eliminarlos todos. ¿Qué hacemos entonces?

              Podemos intentar dos cosas: Por un lado, lo conocido, ¡Paciencia!, porque la paciencia nos puede dar la fuerza para soportar cualquier espera, cualquier contratiempo, cualquier contrariedad. Y, por otro lado, analizar serenamente aquello que se espera: ¿Para qué es necesario?, si hasta este momento he vivido sin “eso”, podré seguir viviendo igual. Este pensamiento nos sirve para la generalidad de un deseo material, pero existen esperas más conflictivas, como ejemplo, puede servirnos un problema de salud: Ante esperas de una salud perfecta, que parece no llegar, nos queda la “aceptación”. Aceptar la situación libera del estrés de la espera. Si somos creyentes, nos puede servir el pensamiento: “Es la voluntad de Dos”. Si no lo somos, o en cualquier otra situación: ¿Para qué sufrir si no está en mis manos la solución? ¡Será lo que tenga que ser!, ya que cualquier sentimiento negativo aun afectará más negativamente a la salud.

De cualquier forma, hemos de pensar que “todo está bien”, “que siempre es lo que tiene que ser”. Y para llegar a integrar esa creencia en nosotros, hemos de realizar un viaje a nuestro interior. De hecho, la única espera importante es la cita que tenemos con nosotros mismos desde el momento de nuestro nacimiento. Todas las esperas sólo son producto de la insatisfacción producida por el desencuentro con nosotros mismos.

domingo, 2 de octubre de 2022

Meditación del mendigo (Eliminar bloqueos de deseos intensos)

La "meditación del mendigo"  es una práctica que tiene como objetivo desarrollar la humildad, la gratitud y la conexión con el universo. Se realiza adoptando la postura de un mendigo, sentándose en la tierra con las manos extendidas hacia adelante, palmas hacia arriba, como si estuvieras pidiendo limosna.

Esta meditación se utiliza para cultivar la actitud de desapego hacia las posesiones materiales y para abrir el corazón a la abundancia del universo. Al adoptar la postura de un mendigo, uno simbólicamente renuncia a la necesidad de control y se entrega al flujo de la vida. Además, al mantener las manos abiertas, uno está simbólicamente listo para recibir las bendiciones que el universo tiene para ofrecer.


sábado, 15 de abril de 2017

Hágase tu voluntad

         Todas las situaciones por las que pasan todos los hombres en la vida de la materia tienen una razón. Es una razón desconocida e ininteligible para ellos. Es una razón Superior recogida en su Plan de Vida, con la que el alma, que es la responsable de la aceptación de dicho Plan, espera conseguir un avance en su evolución.

         Es imposible reconocer a priori, la causa por la que se producen determinadas situaciones en la vida del hombre. A veces, una vez resuelta la situación, se puede llegar al entendimiento del porqué ha llegado dicha vivencia en la vida. Aunque tampoco es muy común que una vez resuelta se den vueltas de porqué ha pasado algo y no otra cosa.

         Las situaciones positivas también están determinadas por la misma ley, pero estas, al ser positivas y no causar sufrimiento no van a hacer que la persona se detenga, ni tan siquiera un segundo, en preguntarse porque ha vivido tal situación, ni porqué le ha tocado vivirla a ella y no al vecino.



         Sin embargo, las situaciones que los hombres califican de negativas, de penosas, llenas de sufrimiento o de incertidumbre, van a hacer que levante los ojos al cielo y pregunte ¿Por qué Señor?, van a hacer que pidan con auténtica devoción que se resuelva su dolor, van a hacer que se pregunten, una y mil veces, porqué les está sucediendo, van a orar, a pedir, a rogar y hasta a maldecir, porque la situación sigue ahí, inamovible, o avanzando muy lentamente.

         Ya sea la vivencia positiva o negativa, ya sea que se pregunten la razón o no, ya sea que sean conscientes o no de lo que les está “tocando” vivir, les va a ser muy difícil entender la situación.

         La mente humana, con todo y ser magnífica y poderosa, está lejos de la Mente de Dios, y en ningún caso, y ante ninguna situación, va a conseguir entender la razón. Es la Razón de Dios.

         El Plan de Vida es un Plan Divino y los hombres no están preparados para entender las razones de ese Plan, ya que es lo mismo que querer entender los Planes de Dios.


        
           Puede ser que las situaciones se alarguen y alarguen, un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro. Eso es señal inequívoca de que el aprendizaje que tal situación lleva implícito no se está realizando, en la misma persona o en actores implicados.

         Puede ser que se resuelvan, después de cierto tiempo, y no vuelvan a presentarse situaciones similares nunca más, La señal, también inequívoca, es que se ha aprendido, se ha crecido, se ha evolucionado.

         A veces, se resuelvan en falso, y al cabo de cierto tiempo vuelven a presentarse, una o más veces de manera cíclica en la vida de la persona. La señal es que no se ha extraído la enseñanza, y es muy posible que sea una asignatura para la próxima vida.

         ¿Qué les queda entonces a los seres humanos ante situaciones que les hacen sufrir?, ¿Cómo saber la enseñanza subyacente de tal situación?

         Ni se sabe, ni se puede saber cuál es la enseñanza incluida en la situación. Solo queda la aceptación. La aceptación lleva implícita la liberación del sufrimiento. De nada sirve rebelarse, ya que el deseo de resolución, es eso, un deseo, patrocinado por el ego, promovido por el orgullo, deseando “algo” que seguro no es necesario. Y en lugar de levantar los ojos al cielo pidiendo a Dios que se resuelva, levantarlos diciendo “hágase Tu Voluntad”.


         Confíen en Dios. Él da a los hombres lo que necesitan, no lo que sus egos creen que necesitan. 

  

lunes, 13 de junio de 2016

Vivir en armonía

PERLAS PARA EL ALMA

Vivir en armonía con los demás no significa estar de acuerdo con todos, y tampoco significa que tengas que sacrificar tus ideales por eso. Puedes mantener tus ideales sin ser ofensivo. Para eso actúa con bondad, y si tu bondad es motivo de ofensa o tortura para otras personas, mantente alejado de ellas.

No permitas que nada ni nadie te altere, ya que la persona que no controla sus impulsos es su peor enemigo. Cuando alguien  te irrita, es porque ha contrariado alguno de tus deseos, por lo tanto es una faceta a trabajar: hay que eliminar los deseos.


Respétate y amate, y serás amado y respetado por los demás.


viernes, 5 de febrero de 2016

Almas gemelas

Esta es la parte 2 de la entrada “La pareja: (Atracción espiritual)

Está claro que cuando dos personas se enamoran sienten algún tipo de atracción, sino no existiría el enamoramiento, bien puede ser una atracción física, o una atracción emocional, o una atracción intelectual, o una combinación de todas ellas, pero seguro que ninguno de los dos miembros de la pareja achacan su enamoramiento a una atracción espiritual.

Si acaso en su “locura inicial” pueden definir a la otra parte de la pareja como su alma gemela, eso es todo lo más que pueden acercar su enamoramiento a la espiritualidad. Bueno también pueden pensar que Dios ha decidido premiarles juntándoles y bendiciéndoles con ese amor. Todo está bien, hay que tener en cuenta que en las primeras etapas del enamoramiento se dicen muchas, permitirme la palabra “tonterías”.

Con respecto a que Dios ha decidido que se encuentren y disfruten de esa locura de amor, por supuesto que no, tal como ellos lo puedan pensar. Dios no hace de Celestina, en ningún caso, aunque para ellos es tan grande su amor, que podrían pensar que con ellos Dios ha hecho una excepción, no es así, Dios no hace excepciones.



Permitirme una pregunta, ¿Cuántas parejas rotas han pensado esto mismo en el inicio de su relación?, ¿Cuántas parejas que se soportan y se mantienen por la quietud pensaron eso mismo en el inicio de su relación?, ¿Cuántas han mantenido esa locura de amor más allá de seis u ocho meses?

Lo que suele ser más normal es que un noventa y cinco por ciento de las parejas que recién se enamoran piensen que se han encontrado con su alma gemela. Lo lamento, las almas gemelas tal como lo entienden los recién enamorados tampoco existen.

Los enamorados pueden pensar que las almas gemelas son dos almas que vibran en la misma sintonía y que su único anhelo es encontrarse para fundirse en una sola. No existe así, pero si hay almas, o mejor grupos de almas que vibran en la misma o parecida sintonía, pero no anhelan para nada encontrarse en la materia con otra igual para unirse en una vida física. El anhelo de todas las almas, vibren en la sintonía que vibren, es unirse a Dios, y todo lo que hacen en la vida, o mejor todo lo que programan para hacer en la vida física es avanzar en ese camino que les va a acercar a Dios.

También podrían pensar que son dos partes de una misma alma que también anhelan reagruparse para sentirse completas. Tampoco es así, pero si que existen almas que pueden dividirse en dos o en más cuerpos físicos diferentes, pero lo que menos quieren en juntarse, ya que si el alma ha decidido dividirse es para aprovechar varias opciones de crecimiento a la vez, o para pagar un excesivo Karma, para disminuir el tiempo de unión con Dios.

También pueden creer que se trata de dos almas tan afines que encarnan a la vez para encontrase también en la materia. Tampoco es así. Pero si que existen muchas almas que son afines por haber compartido muchas vidas juntas sin tener conflictos pendientes. Estas almas pueden volver a encontrarse en un ochenta por ciento de reencarnaciones, pero no lo hacen normalmente como pareja, aunque si como miembros de la misma familia. No lo hacen como pareja porque la pareja es una situación esplendida para crecer y ellos no crecerían mucho precisamente por su afinidad, pero si lo hacen en la familia o próximos a ella para ayudarse en su crecimiento.

Les iría mejor a todos los que se inician en la senda del amor pensar en vivir el presente para mantener ese amor que comienza cuanto más tiempo mejor, en cuidarle, en seguir mimando a su pareja, en comprenderse, en tolerarse, en conocerse para perdonar los defectos, (que con el tiempo van apareciendo), en alabar las virtudes de cada uno, y dejar de buscar en el pasado la razón de tanta “felicidad”.

La razón de tanta felicidad solo es una mezcla de deseo, de apego y de pensamiento. A partir de ese momento inicial es cuando realmente han de aprender a amar.


Continuará………… 


lunes, 7 de diciembre de 2015

La Ley de la Atracción desde otra perspectiva (1 de 2)


            Hemos leído tanto y tanto sobre la Ley de la Atracción que cualquiera de nosotros podría dictar un seminario sin temor a hacer el ridículo, y lo haría muy bien. Incluso podríamos dictar esas clases sin que hayamos conseguido ni una sola vez que se cumpla en nosotros de manera consciente la famosa ley, porque la teoría la conocemos a la perfección, y además, tenemos a nuestro favor que en los aspectos negativos estamos consiguiendo que de manera inconsciente se cumpla la ley de manera permanente.

            La Ley de la Atracción tiene dos vertientes, una positiva, atrayendo a nosotros aquello que anhelamos, y otra negativa atrayendo a nosotros justamente aquello que no deseamos.

            Aunque esto no es un tratado sobre la Ley de la Atracción, si que nos conviene recordar como atraemos tan fácilmente lo negativo y como parece que se resiste la consecución de nuestros deseos.


            La Ley de la Atracción se basa en que energías iguales se atraen, y teniendo en cuenta que cada pensamiento, que cada sentimiento, que cada emoción y que cada palabra son energía, solamente tenemos que ser conscientes de que tipo de energía mantenemos en nosotros, para saber que eso es justamente lo que estamos atrayendo.

            Ya sabemos que hay pensamientos negativos, positivos, necesarios, inútiles y elevados; y que los que habitualmente se están expresando son los pensamientos inútiles y los pensamientos negativos. Pues es esa negatividad la que estamos atrayendo de manera permanente. El sufrimiento, la tristeza, el miedo y la enfermedad llegan a nosotros como si fuéramos un imán atrayendo al otro polo, y eso solo es debido al cumplimiento de la Ley de la Atracción. Se cumple siempre, se conozca o no se conozca, como sucede con cualquier otra ley del Universo.

            ¿Por qué no se materializan nuestros deseos tan fácilmente como se materializan las cosas negativas? Por una sencilla razón, mientras los sentimientos y las emociones negativas permanecen en nosotros sin ningún tipo de esfuerzo, conseguir generar una emoción positiva de algo que no tenemos, a partir de un pensamiento, teniendo en cuenta además que la falta de “ese algo” es uno de esos pensamientos negativos que permanecen anclados en nosotros las veinticuatro horas del día, parece complicado, muy complicado. Y realmente lo es, porque hay que olvidar la carencia y sentir la emoción de que la carencia se ha transformado en abundancia.

            Sin embargo, nada es imposible, se puede conseguir y hay personas que realmente lo consiguen. Aquí es donde queremos introducir una nueva perspectiva.

            Para trabajar desde la nueva visión, hemos de tener claro que somos Hijos de Dios y que nuestro paso por la materia sólo tiene como objetivo la vuelta a Dios. Esto es fundamental ya que cualquier otra concepción de la vida y cualquier otro objetivo de vida nos mantendrían en el mismo punto en que se encuentra la humanidad en la actualidad: Conseguir aquello que se desea de cualquier forma y esta no es la visión que queremos ofrecer.

Volvamos a la Ley de la Atracción: Es claro que nos gustaría que se cumpliera la ley en nosotros para conseguir todo aquello que deseamos. Pero eso que deseamos ¿Es lo que necesitamos para cumplir nuestro Plan de Vida?, ¿Eso que deseamos con tanta vehemencia es lo que nos conviene?, ¿Para qué lo necesitamos?, ¿Llegaremos a Dios más fácilmente materializando nuestros deseos?


jueves, 12 de noviembre de 2015

Aquí está la solución a tus problemas (y final)


             Es muy fácil decirlo, pero me ha costado bastante tiempo llegar a mi interior, y además, cuando consigo llegar, siempre sucede algo, un ruido, una música, un pensamiento, que me devuelve de inmediato al exterior volviendo a la locura de la vida, y además no soy consciente de inmediato, tardo en reaccionar. ¡Engancha tanto la mente!


Sin embargo, algo sucede cuando entro: La locura se vuelve paz, el deseo se vuelve aceptación, el deseo de venganza se vuelve perdón, la tristeza se transforma en alegría,  el estrés se vuelve sereno, el orgullo convive con la humildad y el desdén se vuelve compasivo. La preocupación desaparece y el miedo se desvanece en brazos del amor. Encuentro justificación a la sinrazón del mundo, me olvido de juzgar a mi vecino y de criticar a mi jefe, entiendo a todo el mundo. A mí no me importa. Todo está bien.
Los deseos materiales se evaporan como el humo, y aparecen otro tipo de deseos, los deseos espirituales, pero no agobian, no preocupan, todo tiene su tiempo, las cosas de Dios también lo tienen.
Dentro de mí no existe ni pasado, ni presente ni futuro. Sólo ahora. Sé que soy un ser espiritual viviendo una experiencia humana, sé que soy lo que quiero ser, sé que nada en la vida es permanente, ni importante, ni imprescindible, sé que todo es pasajero, ya que también lo es la misma vida.
Sé todo lo que necesito saber, y tengo todo lo que necesito tener. No necesito más. Todo está en mi interior. Todo está bien.


martes, 21 de julio de 2015

Miedo al éxito


            El miedo al éxito hace que las personas
 se acomoden en el fracaso,
por ser un espacio confortable y conocido.
Hari Krishan

Sé que puede parecer una locura pensar que pueda haber alguna persona en el mundo que le tema al éxito, o que le rechace. Pero así es. Y no son ni una ni dos, son muchas las personas que por una u otra razón tienen miedo a triunfar.
            Por supuesto que es un miedo inconsciente, y que incluso la misma persona lo negaría una y un millón de veces porque, a simple vista, pudiera dar la impresión de que la persona está dando los pasos adecuados para la consecución del éxito que ansía, porque aunque el deseo externo sea ese, el del éxito, sin embargo, en su interior, de manera totalmente inconsciente, está trabajando para lo contrario.
 
            Voy a tratar de dar un ejemplo: Piensa en un profesional de cualquier rama, que además es reconocido en su trabajo, como un buen profesional, serio, responsable, trabajador, cumplidor de su palabra, cumplidor con el trabajo y cumplidor con los amigos. Un buen día este gran profesional decide establecerse por su cuenta. Tanto él como su entorno están seguros de su éxito, prácticamente es un éxito anunciado, ya que es conocido, es admirado y respetado.
Sin embargo, pasan los meses y no termina de despegar el negocio. Si, no se puede decir que sea un fracaso, pero no termina de ser un éxito. A duras penas cubre los gastos que genera el negocio, pero poco más. Sus ingresos no son suficientes para los gastos normales de la familia. Él sigue estando contento y esperanzado, siempre pensando que en el próximo mes será el despegue definitivo, pero tampoco y así un mes y otro mes.
¿Cómo puede ser?, se pregunta en las íntimas conversaciones que mantiene consigo mismo. Su entorno tampoco lo entiende. Algo pasa, ¿Qué será?
Nuestro profesional es, además un amante de su familia, y cada día en la despedida, tiene la misma conversación con su esposa:
-          “¿A qué hora vendrás?”, pregunta casi siempre su esposa, a lo que el esposo responde:
-          “Si no viene nadie en cuanto acabe con el cliente que tengo a las seis”.
-          A ver si hay suerte y no viene nadie para que llegues pronto”, finaliza su esposa.
-          “A ver…..”, finaliza el esposo, “¡Hasta la noche!”
Y, ¡qué curioso!, casi siempre tienen suerte, no viene nadie y puede salir pronto para ir a casa.
Sin embargo, al llegar a casa se lamenta:
-          “Es que no viene nadie, no sé cuándo van a empezar a aparecer los clientes, ahora parece que vienen con cuentagotas”.
Nuestro profesional, a veces, le comenta también a su esposa:
-          “Creo que me estoy convirtiendo en un brujo, porque esta mañana he pensado que si no viniera el cliente que tenía cita a las diez me iría bien para poder ir al banco, y no ha venido, y ya ha pasado otras veces con otra gente”.
Hasta aquí nuestra historia. ¿Qué opinas?
Es seguro que nuestro profesional nunca va a conseguir el éxito esperado porque mientras con el pensamiento consciente está deseando el éxito, aunque también es cierto que cada vez con menos emoción por la cruda realidad, con el pensamiento inconsciente, desea intensamente que ese éxito no se produzca, alejando a los clientes con su ferviente deseo de que no vengan para poder ir a casa, o para hacer otras cosas en el tiempo que tendría que dedicar a la atención de los clientes.
Porque no es que se esté convirtiendo en un brujo, solo es que “energías iguales se atraen”, y el Universo se encarga de enviarle aquello que más fervientemente desea, es decir, no clientes. Los que llegan son los pocos que atrae con el deseo consciente del éxito que genera con mucha menos intensidad, y por lo tanto con mucha menos emoción que el deseo de no tener clientes.
¿Qué hacer ante esto? Para revertir la situación va a tener que ser consciente “todo el tiempo” de que necesita clientes para triunfar, y así no los repelerá con sus deseos conscientes contrarios al éxito, que no son más que un miedo inconsciente al éxito.
El miedo al éxito puede ser por infinidad de causas, y los boicots también se pueden manifestar también de infinitas formas.
Es necesaria mucha atención a los pensamientos, a las palabras, a los deseos y a las acciones que boicotean la llegada del éxito. Ayuda a esto el mantener la mente en silencio, para que pueda permanecer alerta a cualquier pensamiento, por eso, también para un caso como este de boicot a los deseos conscientes de la persona sirve la meditación.
Puede ser también una buena herramienta mantener pensamientos conscientes del tipo: “Yo soy el éxito”, “Amo a mis clientes”, “Abro encantado las puertas a todos los nuevos clientes”. “Me siento bendecido por los X clientes”, “Me siento agradecido por los X clientes”.
Si crees que te encuentras en una situación parecida en la que el éxito no llega a ti, cuando no parece que pudiera haber ninguna causa que lo impida, mantente alerta, observa sus pensamientos, observa tus reacciones, observa tus pensamientos, observa tus emociones.

 

martes, 14 de abril de 2015

Jueces de nada y parte de todo


 "Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo."
     Mahatma Gandhi

Queremos un mundo mejor, queremos ser felices, queremos vivir sin estrés, queremos ser amados, queremos sentir paz interior, queremos dejar de lado la ansiedad, el miedo o la soledad, solo por mencionar alguno de los grandes males con los que convive la raza humana, o alguno de lo que parecen logros imposibles de conseguir.
Una de las grandezas que tenemos los seres humanos reside en la capacidad de cambio y que no la tiene ningún otro animal sobre la Tierra. Aunque también es cierto que son muchos los seres humanos que desconocen esa capacidad y pueden pasarse toda su vida sin realizar la más mínima variación en sus estructuras mentales, y por lo tanto en las acciones que dirigen sus vidas.
            De la misma manera que se realizan cambios para conseguir algún objetivo material, se han de realizar cambios para la consecución de objetivos no tan materiales, y que bien podríamos denominar espirituales, ya que son los relacionados con el espíritu, los relacionados con el alma, pero que sin embargo, son los cambios imprescindibles para la consecución de todas esas cosas intangibles, que a fin de cuentas, son las que van a hacer que nuestra vida se mueva por encima de los umbrales de la infelicidad, infelicidad que soportan, con más o menos estoicismo e incluso con aceptación, la mayoría de personas.
            El desconocimiento de que las cuestiones relacionadas con el alma son las que nos van a dar la auténtica paz que todos deseamos, hace que tratemos de encontrar la paz, la felicidad, la armonía o el amor, transitando a través de caminos equivocados para llegar a ¿La meta?, ¿A qué meta?
            El mayor error consiste en creer que existe una meta y que para llegar a ella, existe un camino. Y este error es el que lleva a todos los seres humanos a tratar de paliar sus carencias espirituales con posesiones materiales, y afanados recorren un camino inútil para llegar a ningún sitio, para no entender después, como no son felices, ¡si no les falta de nada!
            ¡Y tanto que les falta!, les falta todo, les falta lo más importante: el conocimiento de lo que son, les falta creer se puede conseguir un cambio, les falta la voluntad para trabajar en la consecución de ese cambio y les falta la paciencia para esperar los primeros resultados.
Son seres espirituales, y como tal, solo van a conseguir la felicidad que tanto ansían cuando conecten con su espiritualidad, que es lo mismo que decir que cuando conecten con su alma, y como eso parece muy etéreo, se puede centrar más en que se conecten con los dictados de su corazón.
 
            Aquí deviene el cambio. ¡Dejar de pensar para empezar a sentir!, y esto es algo que solo reside en la grandeza del ser humano. Los animales que se rigen por los instintos, no necesitan ningún cambio porque lo único que necesitan es mantener la existencia, con escasísimas necesidades, alimentarse, reproducirse y descansar. Ya sé que hay seres humanos que se parecen muchísimo a los animales, con el agravante de que tienen una mente que les incita a robar, a violar, a engañar o a matar. Pero está claro que no es su momento de ir más allá, y que en su evolución, más que crecimiento, puede ser que ellos mismos se hayan ofrecido para el aprendizaje de otros seres humanos que necesitan para su aprendizaje ser engañados, ser violados, ser robados o morir de manera violenta.
            Está claro que este post no es para esos que están más cerca de la irracionalidad, sino para los que están buscando, aunque por caminos equivocados vivir la experiencia de ser un alma.
            Volvamos al cambio, y sobre todo recordar que si queremos obtener distintos resultados, algo hay que cambiar, ya que si siempre hacemos las mismas cosas, los resultados siempre serán los mismos. Por supuesto si lo que queremos obtener son resultados espirituales, los cambios, parece lógico pensar, que también han de ser espirituales.
            ¿Cuáles serían esos cambios espirituales?: Volver la vista al corazón, volver la vista a la comprensión, volver la vista a la tolerancia, volver la vista al respeto, volver la vista a la ayuda, volver la vista a la honradez, volver la vista a la misericordia. A partir de estos cambios de actitud, en los que al principio se ha mantener una total y absoluta atención, hasta que la mente se vaya acostumbrando a la nueva forma de hacer, algo a empieza a cambiar, en la persona y en el entorno. La persona empieza a sentir una alegría que no sentía con anterioridad, y empieza a ser consciente de una paz interior desconocida, descubre entonces, que “todo está bien”, que no ha venido a la Tierra para ser juez de nada, pero si parte de todo; y esta nueva forma de hacer comienza a ser percibida por la gente de su entorno, que posiblemente, al principio del cambio piensen que la persona está perdiendo la cabeza, pero no tardarán mucho en ser conscientes de que es un cambio y no una locura.
            A partir de ese momento, también comienza a cambiar el entorno. Si con anterioridad con frecuencia había enfrentamientos, enfados, malas caras, malos entendidos, gritos y silencios, a partir del cambio, a la sonrisa le responderá otra sonrisa, el abrazo y el respeto serán correspondidos, y la ayuda, la comprensión y la tolerancia agradecidas.
            Ya lo dicen los sabios: “Si quieres un mundo mejor conviértete en el cambio que deseas”, “Cambiando tú, cambia el mundo”, empezando por cambiar “tú mundo”.
            Así que este parece un buen momento para dejar de desear y actuar para que ese deseo se cumpla.

miércoles, 14 de enero de 2015

El sentido de la vida (1)


La felicidad es como una mariposa.
Cuanto más la persigues, más huye.
Pero si vuelves la atención hacia otras cosas,
ella viene y suavemente se posa en tu hombro.
Viktor Frankl
La felicidad no consiste en adquirir y gozar,
sino en no desear nada,
pues consiste en ser libre.
Epicteto de Frigia
Volvía caminando a casa cuando escuche en una de las múltiples emisoras o altavoces que se escuchan en la calle una especie de discurso o sermón, que hizo que me detuviera un momento para escuchar de qué iba, porque lo primero que escuché captó mi atención. Decía alguien que parecía ser un guía religioso: “El sentido de la vida solo es hacer felices a los demás. Los que tienen esto claro y lo practican son tan o más felices que aquellos a los que ellos intentan hacer vivir la felicidad”.
Seguí caminando con varias preguntas, relativas a la vida, en mi mente: ¿Cuál es el sentido de la vida?, ¿Cuál es el sentido de mi vida?, ¿Cuántos habrán conseguido crecer a mi lado, y cuantos se habrán sentido desdichados?, ¿Estaré viviendo según lo previsto?, ¿Realmente habrá algo previsto? Si hecho la vista atrás tengo la sensación de haber vivido cuatro o cinco vidas en esta misma vida. Puede servir como ejemplo los veintitrés cambios que he hecho de vivienda, aunque esto, visto así, bien podría únicamente representar que me gusta el cambio. Y si, realmente me encantan los cambios, aunque creo que también han existido mudanzas internas.
 
Son muchas las veces que me he preguntado que hago aquí. La vida siempre me ha parecido tonta y aburrida, a pesar de vivir intensamente, y no solo ahora, sino a lo largo de muchas etapas de mi vida. Pero la vida, por muy intensa, emocionante y llena de contenido, que sea, el saber de ella que no es más que una ilusión y que puede acabar en cualquier instante, hace de ella, según mi parecer, algo dual: Disfruto de ella, pero me gustaría quemar las etapas rápidamente para encontrarme al otro lado. Si, ya sé que la vida es una elección y que es a través de ella como vamos a aprender a amar y a alcanzar la unión con Dios, pero eso no quita que en mi mente aparezca de vez en cuando el pensamiento de ¿Qué hago aquí?
La frase de que el sentido de la vida es intentar hacer felices a los demás, se puede quedar, y de hecho se queda, en eso, en una frase bonita, porque la inmensa mayoría de las personas no piensan en hacer felices a los demás, (con la excepción, lógica, de alguno de sus seres queridos), únicamente buscan ser felices ellos, pero no saben como, y eligen un camino equivocado, que no solo no les acerca a la felicidad, sino que cada vez les separa más de ella.
El mejor sentido que le podemos dar a la vida es precisamente hacer felices a los demás. Es la mejor manera de conseguir la propia felicidad, pero ¿Cómo se hace para que los demás sean felices? Indiscutiblemente se consigue prestando atención a la vida, y aplicando la mejor de las medicinas: No desees para nadie aquello que no deseas para ti. Respeta como a ti te gustaría ser respetado, escucha como a ti te gustaría ser escuchado, agradece como a ti te gustaría que te agradecieran, ayuda como a ti te gustaría ser ayudado, sonríe, se honesto, cumple tu palabra, y sobre todo ama, ama por encima de todo.
Es difícil, lo sé, pero es más fácil alcanzar así la propia felicidad, que esperando que se infle la cuenta corriente. Y una buena manera de comenzar es intentarlo en el propio entorno, en la familia, en el trabajo, con los amigos.
Suerte. ¡Que seas muy feliz, haciendo felices a todos los que te encuentres!

 

martes, 9 de septiembre de 2014

Misión de vida


Perlas para el alma        



Dios tiene una misión asignada para cada uno de nosotros. Si Vds. tienen el deseo y la voluntad, es seguro que también tienen la capacidad de hacerla realidad.

jueves, 3 de julio de 2014

El uso del pensamiento


Del Libro de oro de Saint Germain

                   

                     El uso incontrolado del pensamiento y el sentimiento han traído toda clase de discordias, enfermedades y moles­tias. Sin embargo, pocos son los que creen esto, y continúan creando caos en sus mundos con sus pensamientos y deseos desordenados cuando podrían, tan fácil como respirar, tor­nar a usar su pensamiento constructivo, y con el motivo del Amor, construirse un paraíso perfecto en un período de dos años.
                    Hasta la Ciencia ha comprobado que la forma exterior y el cuerpo interior se renuevan completamente en pocos me­ses; de manera, pues, que por medio de la aplicación de las leyes verdaderas del Ser, ¡Cuán fácil es causar la perfección del cuerpo exterior entero, y que cada órgano recobre su ac­tividad normal y perfecta en poco tiempo! Sería imposible que la inarmonía entrara en el pensamiento o en el cuerpo. Esta es la puerta abierta de Dios ante ti que ninguno puede cerrar sino tú; que nadie puede obstruir ni interferir. Usa valientemente tu dominio y poder Divino y sé libre.
                    No puedes mantener esta libertad perfecta sino por me­dio del conocimiento consciente y aplicado. Te voy a dar un secreto, que si fuera comprendido por el individuo iracundo o discordante lo arrancaría de esa actividad destructiva, aunque no fuera sino por un motivo puramente egoísta. La persona iracunda, condenadora, que envía pensamientos y palabras destructivas hacia otra, recibe de vuelta la cualidad negativa con que cargó sus sentimientos, palabras y pensa­mientos. En cambio, la otra, si está estabilizada en su poder Divino, recibe la energía que le haga falta, calificándola. Así el creador de discordias a través de su ira y condenación, se está destruyendo él mismo y a su mundo y asuntos.
DEBEN, EN TODO MOMENTO, RECORDAR QUE NO IMPORTA LO QUE HAYAN COMETIDO EN ERRORES. DIOS JAMÁS CRITI­CA NI CONDENA, SINO QUE EN CADA TROPIEZO DICE DULCE Y AMO­ROSAMENTE «LEVÁNTATE, HIJO, Y COMIENZA DE NUEVO, CONTINÚA ENSAYANDO HASTA QUE LOGRES LA VERDADERA VICTORIA Y LA LIBER­TAD DE TU DOMINIO DIVINO».
Podéis encontrar El Libro de Oro de Saint Germain en una de las páginas de este blog.
 

viernes, 6 de junio de 2014

En pos de los sueños

Fragmento de “La vida es sueño”, de Pedro Calderón de la Barca

Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Nos pasamos la vida soñando, nos pasamos la vida buscando. Buscando la felicidad, buscando la paz, buscando el amor, buscando la seguridad, buscando, buscando, buscando.


He encontrado un cuento de Jorge Bucay, que trata sobre un buscador que va en busca de un tesoro que soñó durante varias noches.

Había una vez en la ciudad de Cracovia, un anciano piadoso y solidario que se llamaba Izy. Durante varias noches, Izy soñó que viajaba a Praga y llegaba hasta un puente sobre un río; soñó que a un costado del río y debajo del puente se hallaba un frondoso árbol. Soñó que él mismo cavaba un pozo al lado del árbol y que de ese pozo sacaba un tesoro que le traía bienestar y tranquilidad para toda su vida.

Al principio Izy no le dio importancia, pero después de repetirse el sueño durante varias semanas, interpretó que era un mensaje y decidió que él no podía desoír esta información que le llegaba de Dios o no se sabía de dónde, mientras dormía.

Así que, fiel a su intuición, cargó su mula para una larga travesía y partió hacia Praga.

Después de seis días de marcha, el anciano llegó a Praga y se dedicó a buscar, en las afueras de la ciudad, el puente sobre el río.

No había muchos ríos, ni muchos puentes. Así que rápidamente encontró el lugar que buscaba. Todo era igual que en su sueño: el río, el puente ya un costado del río, el árbol debajo del cual debía cavar.

Sólo había un detalle que en el sueño no había aparecido: el puente era custodiado día y noche por un soldado de la guardia imperial.

Izy no se animaba a cavar mientras estuviera allí el soldado, así que acampó cerca del puente y esperó. A la segunda noche el soldado empezó a sospechar de ese hombre cerca de SU puente, así que se aproximó para interrogarlo.

El viejo no encontró razón para mentirle. Por eso le contó que venía viajando desde una ciudad muy lejana, porque había soñado que en Praga debajo de un puente como éste, había un tesoro enterrado.

El guardia empezó a reírse a carcajadas:

—Mira que has viajado mucho por una estupidez –le dijo el guardia—. Hace tres años que yo sueño todas las noches que en la ciudad de Cracovia, debajo de la cocina de la casa de un viejo loco, de nombre Izy, hay un tesoro enterrado. Ja... Ja... mira si yo debiera irme a Cracovia para buscar a este Izy y cavar debajo de su cocina... Ja... Ja... Ja....Izy agradeció humildemente al guardia y regresó a su casa.

Al llegar, cavó un pozo debajo de su propia cocina y sacó el tesoro que siempre había estado allí enterrado.


            Los seres humanos somos como ese buscador, siempre detrás de nuestro sueño, lo malo, es que no llegamos al final de ningún camino en el que un soldado nos explique también su sueño. Buscamos lejos, buscamos en el exterior algo que está y siempre ha estado en nosotros.

            Soñamos que vamos a encontrar el amor cuando encontremos a nuestra media naranja, soñamos que esa misma pareja es la que nos va a dar la felicidad, soñamos con los hijos perfectos, soñamos con el trabajo ideal, soñamos con una jugosa cuenta corriente en el banco, soñamos con el último modelo de coche, soñamos con una mansión, soñamos, soñamos, soñamos. Y se nos pasa la vida en un sueño, sin conseguir hacer realidad ninguno de esos sueños. Y si se llega a conseguir alguno de ellos, de inmediato volvemos a soñar.

            No es malo correr detrás de los sueños, no es malo tratar de materializar nuestros deseos, al contrario, es bueno, ya que nuestros sueños y nuestros deseos son la espoleta que nos impele a la acción. Sin embargo, la no consecución de las expectativas que podamos generarnos, son causa de dolor y sufrimiento. Vayamos detrás de los sueños, corramos detrás de los deseos pero sin expectativas, sin condicionar nuestra felicidad a la consecución de nuestro objetivo.

Condicionar nuestra felicidad, nuestro amor, nuestra paz, nuestra serenidad, a la consecución de esos deseos, es fracaso seguro. Y es fracaso seguro porque nada del exterior va a conseguir que seamos felices. Por una sencilla razón, todo está en el interior. El amor, la felicidad, la paz, la alegría, la serenidad, se encuentran en nuestro interior, de la misma manera, que se encuentran la voluntad, la paciencia, la fortaleza, la valentía o el miedo.

De la misma manera que la consecución de nuestras metas físicas requiere trabajo, requiere voluntad, requiere paciencia, necesitamos trabajar para conseguir nuestras metas emocionales. Con una diferencia, una vez conseguidas perdurarán para siempre a lo largo de todas nuestras vidas, mientras que los logros físicos pueden durar, como máximo, una vida, la que ahora vivimos.

Para poder llegar a contactar con eso que se encuentra en nosotros, solo se ha de apartar los sentidos del exterior, solo hemos de prohibir a nuestro pensamiento que se vaya al pasado o que pasee por nuestro incierto futuro, solo hemos de encontrar el silencio.


Para esto, ¡medita!