El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 4 de febrero de 2011

Se os está acabando el tiempo (2)

Transcribo a continuación un comentario anónimo sobre la entrada “Se os está acabando el tiempo”: Es muy certero todo lo que dices, pero creo que lleva su tiempo, me imagino que también ayuda haber hecho muchos cursos, muchos seminarios, todo eso debe de ayudar, estar rodeado de personas que te ayudan a crecer porque ellos ya han despertado, en fin pienso que no es toda una vida pero que lleva su tiempo, pero quien no ha tenido aún mucho tiempo de experiencia, quien por temas económicos o lo que sea no ha podido hacer tantos cursos o terapias, pues yo desde mi modesta opinión, creo que no evoluciona tan rápido, ya que todo eso ayuda en tu camino, puedes leer libros, puedes sentir en tus meditaciones, pero debe de ayudar la experiencia que te aporta todo lo que has realizado en tu trayectoria de Profesor, Maestro.
No, no ayuda en absoluto el hecho de haber hecho muchos cursos y muchos seminarios. ¿Cuántos cursos de crecimiento personal crees que hizo el Buda?, ¿cuántos seminarios?, ¿cuántos libros parecidos a los de Osho leyó? , ¿Cuántas terapias hizo?, ¿a cuántas meditaciones grupales asistió? No hizo ningún curso de crecimiento, ningún seminario, ni leyó ningún libro de autoayuda, ni asistía a centros de meditación, ni hacia terapias. Es más, vivía en una jaula de oro, porque su padre no quería que se enterara del sufrimiento que había fuera de esa prisión. Y sin embargo, despertó y se ilumino. Lo único que hizo fue seguir los dictados de su corazón.
Conozco gente que es muy versada en temas espirituales, que lo único que busca es reconocimiento y gloria, y jamás alcanzará un gramo de crecimiento, porque no saben lo que es la humildad, porque no saben lo que es el amor, porque tienen el peor defecto que pueda existir, el orgullo espiritual y, sin embargo, conozco a otras que no saben quién es Louise L. Hai, ni Osho, ni Buda, ni la meditación, y están ya iluminados, porque viven desde el corazón, porque son Amor.
Hay tantas almas que han conseguido conquistar la Gloria Divina, sin cursos, sin conferencias, sin estar apoyados por otros que puedan ser más evolucionados. Todo lo han conseguido con una única consigna, “Amor”. Y cuando estaban amando, ellos no sabían en absoluto que eran un alma, ni que eran energía, ellos no sabían que podían volver a encarnar, ellos solo sabían que su corazón les marcaba unas pautas que ellos seguían a pies juntillas  porque eso les hacia felices.
Así que como nos decían en la entrada de “Se os está acabando el tiempo”: Coger ese ascensor estacionado en la mente, que es donde están los libros, donde están los cursos, donde está la ignorancia y accionar los mandos para bajar al piso del corazón, que es donde está el conocimiento y donde está el Amor. Vivir desde él,  entregaros a los demás completamente, y recibidlos como son, como ángeles, como vuestros hermanos, no queráis cambiarlos, son perfectos, están ahí tal como ellos han elegido ser para realizar su trabajo y ayudaros a vosotros a realizar el vuestro, si tratáis de cambiarlos, estáis actuando en contra del Plan Divino.
Dejar de vivir en la mente y vivir desde el corazón no requiere más que amar, amar a los demás como a ti mism@, ayudarles, apoyarles, respetarles. No requiere cursos, no cuesta dinero, no es necesario imitar a otros que parece que…..…¿quién sabe donde esta cada uno en su camino? Solo requiere Amor.  Y no lleva tiempo, puedes empezar a vivir desde el corazón en un instante.

jueves, 3 de febrero de 2011

Se os está acabando el tiempo

Sabed, todos los que estáis leyendo esto, que ya es momento de abrir definitivamente los ojos, que es momento de abrir definitivamente el corazón, que es momento de entender que sois un alma, que es momento de vivir para la Divinidad. Basta ya de picoteo, basta ya de jugar a ser espirituales, basta ya de hablar de los Maestros, basta ya de fariseísmo.
Es el momento de actuar y de vivir desde el corazón, es el momento de dejar de vivir desde la mente, de dejar de vivir desde la maquinación, de dejar de vivir desde el engaño, a vosotros mismos, a vuestros amigos, a vuestra familia; es momento de vivir la honestidad, es momento de entregarse, es momento de recibir.
Si pudiéramos cogeros de las orejas y meteros la cabeza por el agujero del cielo, para que pudierais ver vuestra verdadera grandeza, vuestra verdadera divinidad, no volveríais después de esa visión al derroche de vida que lleváis en la actualidad, y empezaríais a vivir una vida plena y total, sin los condicionamientos que os ponéis ahora, sin miedo. Pero no podemos hacerlo, ese es vuestro trabajo; en realidad ese es el trabajo. Cuando lleguéis a la convicción de vuestra divinidad, todo lo demás se os dará por añadidura, y ese trabajo que, a veces, tanto os preocupa mentalmente, saldrá a la luz como lucen las luciérnagas en la noche. 
Pero será cuando lleguéis a la convicción de vuestra divinidad desde el corazón, no desde la cabeza. Desde la cabeza, ya sabemos que lo sabéis, habláis de ello constantemente. ¿Sabéis cuando tendréis la convicción de vuestra divinidad desde el corazón?, cuando ya no habléis de ella, cuando ya no necesitéis contar a nadie toda la sabiduría que habéis adquirido sobre el tema, cuando sintáis que ya no necesitáis reconocimiento. Lo reconoceréis muy fácilmente porque en ese momento habréis dejado de saber cositas para conocer Todo.
 Basta ya de ceguera, basta ya de hipocresía, poner en práctica todo eso que habéis leído, todo eso que habéis aprendido curso tras curso, todo eso que recibís en las meditaciones, en las clases de yoga, ¡hacedlo ya!, ¡es el momento!, aunque el tiempo no existe, es en otros planos, aquí, para vosotros en la tercera dimensión, si existe, y puede ser que se esté agotando el tiempo para que abráis definitivamente vuestro corazón. Coger ese ascensor estacionado en la mente y accionar los mandos para bajar al piso del corazón. Vivir desde él,  entregaros a los demás completamente, y recibidlos como son, como ángeles, como vuestros hermanos, no queráis cambiarlos, son perfectos, están ahí tal como ellos han elegido ser para realizar su trabajo y ayudaros a vosotros a realizar el vuestro, si tratáis de cambiarlos, estáis actuando en contra del Plan Divino.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Expresar el amor

Decía Siddhartha Gautama, el Buddha, que “Nosotros somos lo que pensamos. Todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construiremos nuestro mundo”.
No vamos a hablar del pensamiento, (luego veréis porque nos va bien esta cita), vamos a seguir hablando del Amor, y aunque esté escrito con mayúscula porque así es como nos gusta describir el Amor Divino, vamos a tratar otro aspecto del amor, no solo de la pareja, sino del amor entre los miembros de la familia y del amor entre los amigos.
Al principio de cualquier relación se expresa abierta y claramente el amor que se siente por la otra persona, Las frases: “te quiero”, “te adoro”, “no puedo vivir sin ti”, son la moneda de cambio en esos inicios de relación. ¿Qué sucede ante tal profusión de palabras y pensamientos de amor?, vuelve a leer la frase del Buddha: Somos lo que pensamos, todo lo que somos lo somos por nuestros pensamientos. Y con nuestros pensamientos, construimos nuestro mundo”.
¿Qué mundo se puede construir cuando una buena parte del día el pensamiento es de amor hacia la persona amada?, un mundo de amor. El pensamiento de amor hace que la energía poderosísima del amor empiece a impregnar el cuerpo energético, de tal manera que se va limpiando de impurezas. Si la pareja de enamorados siguiera eternamente manifestándose de pensamiento, palabra y obra su amor, este se iría incrementando día tras día, sin remitir ni un solo gramo. Lo mismo pasa con cualquier otro tipo de relación.
Los niños que crecen en el amor crecen más sanos, más alegres, más saludables. Los niños necesitan la demostración del amor tanto como la pareja de enamorados, tanto como cualquier persona. Las palabras de amor, las caricias, la ternura son la clave de un cuerpo sano, de una mente serena, de unas emociones estables.
Decir “te quiero”, cuantas más veces mejor, es la letanía que hace que todos los cuerpos, físico y energético, actuando desde ese amor consigan la estabilidad física, mental y emocional de la persona.
Pero todo pasa, y también la necesidad de expresar el amor. Cada vez se distancian más los “te quiero”, con el resultado contrario, la energía de amor y limpieza que se generaba al repetir la letanía, deja de generarse, inundándose el cuerpo energético con la energía de los problemas y del miedo. La pareja empieza a preguntar: ¿ya no me quieres?, y la respuesta es: “pues claro que te quiero”, y una nueva pregunta: “y ¿por qué no me lo dices?”.  Y la respuesta es: “porque ya lo sabes”.
Con los niños pasa lo mismo, después de besos, caricias y achuchones, se encuentra el pobre niño, no solo con que ya no recibe muestras de amor, sino que le tratan como si fuera un adulto exigiéndole cada día más. El niño no va a preguntar si han dejado de quererle, pero su comportamiento puede cambiar de manera radical.
No se debe dar nada por sabido. Si quieres que tu amor se incremente trabájalo, si quieres que los tuyos sean felices demuéstrales tu amor. Es muy fácil basta un “te quiero” unas cuantas veces al día, basta un beso al entrar, al salir, al despertar, al dormir, basta una caricia, al pasar el pan, al abrir la puerta.
Somos lo que pensamos, porque la energía va detrás del pensamiento. Expresa tu amor mientras está fuerte para que no se debilite, y cuando se debilite, si quieres que se incremente empieza a expresarlo nuevamente, si ya te va bien ser medio infeliz, no hagas nada y sigue instalad@ en el miedo.

martes, 1 de febrero de 2011

Ser agradecidos

La gratitud es el arte de saborear la vida con dulzura, es aceptar, es disfrutar, es trabajarse uno mismo. 
Un alma recién llegada al cielo se encontró con San Pedro que salió a recibirle. El santo llevó al alma a realizar un  recorrido por el cielo. Ambos caminaron paso a paso por unos grandes espacios llenos de Ángeles. San Pedro se detuvo frente a la primera sección y dijo: “Esta es la sección de recepción. Aquí son recibidas todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración”. El alma miró la sección en la que muchos Ángeles estaban muy ocupados clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel, solicitadas por personas de todo el mundo.
Siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección y San Pedro le dijo: “Esta es la sección de embalaje y entrega. Aquí las bendiciones que la gente pide, son embaladas y enviadas a las personas que lo solicitaron”. El alma vio como estaban de ocupados en la sección. Había tantos Ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones estaban siendo embaladas y enviadas a la Tierra. Finalmente, se detuvieron en la última sección, en la que un solo Ángel permanecía ocioso haciendo muy poca cosa. “Esta es la sección del agradecimiento” dijo San Pedro. “Pero ¿cómo es que hay tan poco trabajo aquí”, preguntó el alma. “Esto es lo peor”, contestó San Pedro, “después de que las personas reciben los dones y las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento”. “¿cómo se agradecen las bendiciones de Dios?”, “simple” contestó San Pedro, “Sólo tienes que decir: Gracias Señor”
Dar las gracias a Dios, decir como decía San Pedro: “Gracias Señor”, se convierte en una oración increíble por su fuerza y en un regalo de amor. Quien pronuncia las "gracias" de esta manera, comprende que nada en esta tierra le pertenece, y que todo es un regalo de los seres que velan por nosotros.
La gratitud es necesaria para entrar en una auténtica relación con Dios o con la persona que nos haya agraciado. "Gracias" es una palabra que une al cielo y la tierra. Cuando el agradecimiento es sincero,  está lleno de fuerza vital, y hace que se activen el chakra del poder personal, (el chakra solar) y el chakra del amor, (el chakra cardiaco).
El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por otra que le prestó ayuda. No consiste, necesariamente, en “pagar” ese favor con otro igual, sino en mostrar afecto y guardar en la memoria ese acto de generosidad. 
Hay que aprender a agradecer. El agradecimiento siempre es interior, y después se puede expresar con palabras y con acciones. Recuerdas la historia de los diez leprosos. Solo uno regresó a darle gracias a Jesús por su curación milagrosa. Jesús lo puso por ejemplo y se entristeció por los otros nueve.
Recuerda: “Somos lo que pensamos”, “dar y recibiréis”. Dar las gracias por todas las bendiciones que estás recibiendo de manera permanente, te pone en condiciones de recibirlas a manos llenas.
El descontento estrecha la vida, mientras que la gratitud la expande, la aumenta, incrementa la alegría, y abre las puertas del infinito, abre las puertas del amor. Aquellos que reciben amor con gratitud lo reciben doblemente, mientras que quienes están descontentos lo pierden. La gratitud es el arte de saborear la vida con agrado; es también una aceptación inteligente y trabajo sobre uno mismo. 
 Aprende a usar una fórmula infalible. “Por favor” para pedir, “Gracias” al recibir. Piensa y reconoce todo aquello que recibes de los demás. Exprésalo a tu estilo: con palabras, con un abrazo, como te apetezca, pero exprésalo.
Ejercicio Esenio de purificación y  salud, agradeciendo:
Habría que hacerlo en el exterior, pero puedes intentarlo en tu espacio de meditación.
Empieza sintiendo la Tierra bajo tus piernas y tus nalgas y tus pies, sintiendo que te llena de energía, que te sostiene la Tierra.
Sintiendo la Tierra piensa en el origen de tu alma encarnada.
Siente el cielo infinito sobre ti, siente como te inspira, como te eleva.
Sintiendo la energía del cielo, piensa que eres etern@, que eres un alma.
Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y la Tierra. Coloca las manos juntas delante del pecho en el mudra de oración.
En esa postura permite que una hermosa luz que procede del cielo fluya a través de ti, llegando a la Tierra.
Repite en silencio dentro de ti:
“Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través del corazón de todos los hombres y mujeres.
Que todos los seres que llevas en tu seno, protejan, alimenten y bendigan todo lo que crece”.
Permanece un momento en silencio, respirando lentamente, sintiendo como se expande tu corazón por esa expresión de agradecimiento.
Sigue diciendo en tu interior:”Madre Tierra, elimina mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad para recibir la bendición del espíritu divino y transmitirla a todos los seres vivientes según tu voluntad”.
Mantente en silencio, mientras dejas que la Tierra te purifique.
Piensa en tu alma, siente tu conexión con ella, y repite dentro de ti: “Con amor y gratitud te ofrezco  mi amoroso agradecimiento lleno de Luz a la Madre Tierra.
A la Madre Tierra gracias.
Al agua de la vida, gracias.
Al aire que nos mantiene la vida, gracias.
Al fuego sagrado, gracias.
A los minerales, gracias.
A las plantas, gracias.
A los animales, gracias.
A la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias.
A todos los ángeles, gracias.
A la Inteligencia que creó mi pensamiento, gracias.
Al océano de Amor que creó mi sensibilidad, gracias.
A la Vida Universal que impregno mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias.
A todo los seres del mundo, gracias.
Gracias Señor, porque eres la Única Fuente que unifica a todos los seres”.
Haz una leve inclinación de cabeza y repite “Amen”.
Permanece en meditación el tiempo que te apetezca.

Con esta práctica se desarrolla una mayor sensibilidad hacia todo lo creado y hacia el mundo superior


lunes, 31 de enero de 2011

Respetar es dejar ser

            Aquel  a quien te cuesta respetar, ámale. Si le amas le estarás respetando sin saberlo.
Llevamos días hablando del Amor, bueno, en realidad estamos hablando del Amor desde el principio del blog, y en especial, del amor en pareja, y aunque parezca una repetición continua, no lo es. No. Piénsalo…….., mejor dicho………., siéntelo. El Amor lo engloba todo, es el absoluto, es la complitud total. Aún cuando no te quede nada, ni posesiones, ni deseos, ni anhelos, cuando todo te parezca un vacío absoluto, si amas, sentirás el respeto por la vida. Y es en ese sentir, es en ese respeto dónde vas a encontrarte contigo y a remontar el vuelo, porque vas a entender que las posesiones, que los deseos, que los anhelos no son los que te van a llevar a la iluminación,  es justamente el vacío absoluto el que  te va a permitir vivir el amor verdadero, sin los adornos del deseo
Podemos hablar del respeto en muchos sentidos, de hecho, lo hacemos constantemente y tratamos de educar en ello a nuestros niños. Respeto por los mayores, por los padres, por los vecinos, por los maestros, respeto por todos, respeto por todo.
Pero ¿entendemos realmente que es el respeto?, respetar es asumir como propia la libertad de los demás. Y los demás son todos, mayores y pequeños. Con nuestros pequeños pensamos que hemos conseguido inculcarles el respeto cuando han aprendido a decir gracias, cuando están callados a conveniencia nuestra, cuando sonríen aunque tengan ganas de gritar…….., creemos que lo hemos logrado. Que ignorantes somos, a veces, demasiadas veces.  ¿Acaso no nos damos cuenta que cuando los demás actúan desde nuestro sentir, ellos, a menudo actúan desde el miedo y nosotros desde la más absoluta falta de respeto por ellos? Es muy sencillo. Imagina la situación: tú no quieres que tu hijo hable con ningún desconocido pero él se siente bien sonriendo a aquel vecino que tan antipático nos parece. En ese momento, cuando ocurre te quedas paralizad@, y acto seguido, en cuanto el vecino ha desparecido, le recriminas al niño que no tiene que hablar con desconocidos, que no puede ir sonriendo sin más a cualquiera, etc., etc., etc. Pregúntate, ¿Quién es más irrespetuoso? El niño o tú que no le dejas expresarse libremente, que coartas su libertad, que no le dejas sentir desde el corazón, que no le dejas expresar la pureza de su Amor.
Y así es todo. ¿Cómo amas a tu pareja?, ¿la amas con tanto respeto que su libertad, su desapego, su virtud es la tuya? ¿la amas desde ahí o sufres porque la amas tanto que tienes miedo a perderla? Sí….., en verdad, crees que la amas, pero desde luego no es desde el corazón. No la amas por lo que es, por lo que despierta en los demás, sino por el egoísmo de poseerla solo para ti. ¿Sólo para ti? ¿Porque? Porque te quieres tan poco y respetas tan poco a tu pareja. Proponte amarla desde la libertad más absoluta, sin temor, sin ansia, sin deseo, sin egoísmo. Ámala desde tu libertad y el respeto por ti mism@ y sereis un@ del otr@ para siempre aunque estéis a miles de kilómetros de distancia.
Hoy me contaban el caso de una madre que lleva cuarenta años sufriendo porque su hijo se fue a otra ciudad a ganarse la vida. Y el sufrimiento de la madre es según dice ella misma, porque su hijo está lejos, porque no puede cuidarle, porque no está a su lado, y mil razones más. Y cuando le preguntan a la madre si su hijo es feliz, no sabe que contestar; pero si el hijo confirma que es inmensamente feliz, ella contesta de inmediato: “si, pero no está a mi lado”…………..
¿Dónde queda el amor de esa madre?, sólo en la cabeza, solo es condicionamiento social, solo es apego, y ante esa falta de amor, ¿Dónde queda el respeto?...................., ¡Pobre madre que no sabe ser feliz viendo la felicidad de su hijo! ¿A cuántas madres, padres, esposos, abuelos, conoces así?  Muchos ¿verdad?
La vida es mucho más sencilla, solo cabe amar desde la certeza que Dios nos ama con una libertad y un respeto tan grandes, que aún cuando no sigamos nuestro Plan Divino, nos  sigue respetando y amándonos infinitamente.

domingo, 30 de enero de 2011

El poder en la pareja

            En todas las relaciones, relaciones de cualquier tipo, y por lo tanto también en las relaciones de pareja, se establecen unas reglas de juego surgidas de una lucha sorda y silenciosa. Es la lucha por el poder, pasa siempre, y los componentes de la pareja aceptan de manera tácita las reglas surgidas de esa lucha.
Cada uno de los miembros de la pareja antes de unificar su mundo, vivían en mundos diferentes, aportando a ese nuevo mundo sus experiencias personales, sus creencias, sus vivencias, su manera de enfrentarse al mundo, sus gustos y sus pasiones. Y claro, todo eso hay que unirlo, hay que mezclar esos mundos diferentes, y es aquí donde cada miembro de la pareja trata de imponer sus ideas, sus experiencias y sus creencias al otro. Y lo que tendría que ser mayor riqueza por la unión de dos experiencias, se convierte en choques y conflictos más o menos graves.
Lo que podría ser la riqueza de los dos mundos en uno, se convierte en pobreza por el predominio de un mundo sobre otro, ya que se ha anulado y menospreciado la experiencia de uno de los mundos.
Y ante tanta pobreza surgen la preguntas, permitirme la expresión, tontas en la pareja: ¿Me quieres?, ¿por qué siempre tengo que ser yo quien de mi brazo a torcer?, ¿por qué ya no me besas?, etc., etc.
En las relaciones es las que el poder no es compartido totalmente por ambas partes, se corrosiona la base que debe sustentar la relación, el amor.  Y cuando se olvida el amor, se olvida decir a la pareja cuán importante es en su vida, de olvida decir a la pareja que la quiere, se olvida de dar para exigir, se olvida de dar para solo recibir. Seguro que un miembro de esa pareja todo lo que tiene que atender es una lista infinita de obligaciones. Eso no es una relación, es el dominio de una parte sobre la otra.
En esa relación no se expresa el cariño, la ternura, las caricias, los besos, los silencios, las miradas, los abrazos, el “te quiero” de buenos días, el beso de buenas noches, en esa relación no se expresa el amor, no hay comunicación. En esa relación sólo hay descalificaciones, agresividad, ira, ironía, maltrato emocional.
Pero ¿por qué se corrosiona el amor, que es la base que sustenta la relación? Pues sencillamente porque no existe.  Se ha basado la relación en algo que surge en la mente que llamamos amor, pero eso no es amor, porque el amor por definición es dar, dar sin medida, buscar la satisfacción del otro. Si no se da permanentemente para buscar que la otra persona sea feliz, no existe amor. Y La pareja pasa de ser una pareja para convertirse en muchos casos en una pantomima de soportarse en público y aborrecerse en privado.
La pareja, que es el mejor campo de aprendizaje y de crecimiento para el alma,  se ha convertido, desgraciadamente, en un campo de batalla, en un campo de deudas kármicas, que ata a sus integrantes al ciclo de reencarnaciones para tratar de liberar en vidas posteriores los efectos nocivos de esas relaciones dañinas.
La pareja es el espacio ideal para empezar a desarrollar el Amor Divino. Nada es dado porque sí, todo se ha de trabajar, el Amor Divino también, y la mejor universidad del Amor Divino es la pareja.
Mantener el amor “humano” del enamoramiento más allá del inicio de la relación, más allá del nacimiento de los niños, más allá de la jubilación, es desarrollar el Amor Divino.
Sentir como se abre tu pecho cuando miras a tu pareja en cualquier situación, es desarrollar el Amor Divino.
Decir de manera permanente a tu pareja cuanto la amas y cuanto te importa, es desarrollar el Amor Divino.
Escuchar a tu pareja, apoyarla, reconocer sus éxitos, es desarrollar el Amor Divino.
Mantener y reforzar la confianza entre los dos, es desarrollar el Amor Divino.
Nadie es servidor de nadie, repartirse el trabajo y la educación de los niños, es desarrollar el Amor Divino.
Respetar la libertad del otr@ y sus diferencias, es desarrollar el Amor Divino.
Comunicarse, no olvidarse de contar nada, no dejar que se enquisten las dudas y los problemas, es desarrollar el Amor Divino.
Si creen que el proyecto común ha concluido, hacer lo que corresponda con amor, es desarrollar el Amor Divino.
Esto no es imposible. Siéntate en tu espacio de meditación y reflexiona como es tu relación. Si dominas o eres dominad@ empieza a poner todos los medios a tu alcance para cambiar la situación.
Decir que la pareja es la universidad del Amor Divino, es decir que el espacio de la pareja es un espacio de felicidad. Si no habéis conseguido ese espacio de felicidad todavía estáis a tiempo, siéntate con tu pareja y reflexionar en voz alta sobre vuestra relación. SIN UN SOLO REPROCHE, SIN UN SOLO JUICIO, SIN UNA SOLA CRITICA.
Puedes hacerlo, muchas parejas lo están consiguiendo.

Vivo sin vivir en mí

               Antes de leerlo, activa el video, baja la intensidad de la luz, enciende una vela y un incienso, respira cuatro o cinco veces lentamente, lleva la atención a tu corazón, y lee, verso a verso, sintiendo como penetra en ti. Si estás enamorad@ ten los kleneex a mano, si no lo estás, tenlos también, por si acaso. Que disfrutes.


Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

sábado, 29 de enero de 2011

Circulo de espiritualidad

      Terminábamos ayer “Descubrir la verdadera espiritualidad” diciendo que teníamos que recuperar la ternura en nuestro corazón, ya que mientras eso no suceda estaremos lejos de la propia divinidad que es lo único que importa. Y decíamos también que de nada sirven las lecturas de libros de crecimiento, ni leer los millones de frases bonitas que circulan por la red, ni tantos simulacros de meditación, ni hablar de espiritualidad.
Sólo vale vivir desde el corazón, activar la ternura y la compasión, solo vale activar la misericordia, en definitiva solo vale activar el amor.
Hemos dicho millones de veces que a amar se aprende amando. Y es posible, que como estás en esto, que podríamos llamar el circulo de la espiritualidad te creas que ya amas, por el mero hecho de hablar del amor.
Ya es mucho que al menos hables del amor, pero recuerda que para amar realmente, has de ver a los otros con sus ojos, sin juzgarles. Porque quien juzga no ama.
Nos pasamos la vida hablando de nuestra misión, de lo fácil que sería si supiéramos que es lo que hemos venido a trabajar en esta encarnación. Aunque algunos, sin saber realmente cual es su misión, actúan como si su misión aquí fuera hacer de jueces, porque hagan lo que hagan los demás, siempre lo hacen mal, siempre hay un motivo para corregir, para opinar, para sugerir, en definitiva para coartar la libertad del otro. ¿Crees realmente que tu misión en la vida es juzgar a los demás?, y si no es así, ¿por qué lo haces?.
Hay un atajo para saber cuál es nuestra misión: Vivir desde el corazón, activar la energía del Amor. Viviendo desde el corazón, tienes la mente serena y preparada para ser consciente de cuáles son las puertas que se van abriendo en tu camino, de cales son las que se van cerrando, de cuando has de variar tu dirección, de cuando has de seguir en línea recta.
En ese atajo no cabe otra cosa que el Amor, por lo que los juicios a los demás, las críticas, o sencillamente indicarles cuál es su camino, no son peajes que se encuentren en ese atajo. Respeta el camino que hayan elegido los demás y su forma de recorrerlo.
Te propongo un trabajo para el próximo mes: En cuanto abras los ojos cada mañana repite dentro de ti: “Hoy no voy a juzgar ni a criticar nada ni a nadie”, y practícalo durante todo el día. En ese nada ni nadie, también entras tú, así que empieza por respetarte a ti, sobre todo en cuanto lleguen tus críticas hacia los demás, en ese momento se benévolo contigo. No puedes cambiar en un día una tendencia de años.
La mejor manera de cumplir el objetivo de no juzgar en vivir conscientemente el presente. No dividas tu atención en infinidad de cosas, mantén la concentración, y así tu mente estará más preparada para recibir las señales.
Durante todo el mes practica también esta meditación:
Meditación: Vivir conscientemente (Atención plena)
Siéntate en tu espacio de meditación, con la espalda recta, manteniendo el dorso de la mano izquierda sobre la palma de la mano derecha, y juntando las puntas de los pulgares.
Lleva la atención a la respiración.
Permite que tus pensamientos entren y salgan, sin dirigirlos, sin controlarlos, sin seguirlos.
Cuando dejas de controlar los pensamientos, permaneces presente.
Es en este estado cuando se puede comprobar la contradicción que existe entre los pensamientos y los sentimientos.
Observando los pensamientos se puede comprobar que son la representación de aquellas facetas de la vida en las que estás más asustad@.
La meditación permite que todo eso salga a la luz y se haga presente, sanándolo.
Llevar con suavidad la atención a la respiración, impide perderse en el caos de pensamientos y sentimientos, y permite que la confusión salga a la luz sin identificarse con ella para poder llegar a su raíz.
Se aprende a "mantener el centro" sin ser arrastrados por la mente, y a permanecer alerta y a seguir a la mente allá donde ella vaya.
La mente así, comienza a ralentizar su ritmo, y se puede comprobar que en lugar de ser dirigidos y arrastrados por los pensamientos, se comienza a profundizar y ampliar la conciencia.

viernes, 28 de enero de 2011

Descubrir la verdadera espiritualidad

            Hablar de espiritualidad a alguien que vive en la miseria parece difícil, sin embargo, es posible que ya esté viviendo la espiritualidad de una manera distinta a como otros pudieran pensar. He sido consciente esta tarde, que la he dedicado a vislumbrar un poco lo que es Cusco, el Cusco del que no hablan las guías de turismo, el Cusco profundo, el Cusco de la gente que no sabe que Cusco es una ciudad turística, el Cusco que no conocen los turistas, porque así como en el centro se confunden todas las lenguas, en este Cusco profundo solo se escucha quechua y español.
            En el mismo centro de lo que para alguien llegado del primer mundo parece miseria, se encuentra una colaboración, una ayuda, una amistad, una serenidad y un amor como no se puede ni vislumbrar en nuestro mundo. Las prisas no existen, pueden dejarlo todo solo por dar los buenos días, no existe el enfado, no se gritan, se dan la mano constantemente de manera suave, se ayudan por encima de cualquier otra cosa.
            ¿Para qué quieren saber que son alma, si ya actúan desde ella?, ¿para qué quieren saber que todos somos hermanos, si es su manera natural de interactuar con el otro?, ¿para qué quieren saber que se ha de vivir desde el corazón, si no saben vivir de otra manera?, ¿para qué quieren saber que han de hacer diezmo, si ya lo dan todo?, ¿para qué quieren saber técnicas de relajación, si no conocen las prisas ni el estrés?  Ya son espirituales sin saber que es la espiritualidad.
            Son los habitantes del primer mundo los que necesitan saber todo eso, porque su corazón se ha endurecido. Son espirituales de mente, de lecturas, de frases bonitas, de terapias y de simulacros de meditación.
            Todos hemos pasado por esas vidas duras, y una vez superadas, nos permitimos nacer en países ricos y desarrollados, para finalizar nuestro crecimiento. Sin embargo, toda la ternura que tiene nuestro corazón cuando vivimos esas vidas de dureza, se convierte en dureza cuando se viven las vidas más livianas. Con lo cual se produce un estancamiento en el crecimiento, naciendo y muriendo una y otra vez, sin atisbar la ternura que tenia nuestro corazón en etapas anteriores.
            Hay que recuperar esa ternura, hay que recuperar la ternura de los niños. No voy a recomendar una meditación, que a la postre va a servir de poco. Mi recomendación es una visión distinta en vuestro próximo viaje. La visión de las gentes. Dejar los monumentos a un lado, se pueden ver mucho mejor en las fotos, y visitar a las gentes, como viven, como sufren, como aman. Se aprende más de la gente que de las piedras.
            Yo he aprendido más esta tarde visitando el Cusco profundo que viendo la piedra de los doce ángulos, a fin de cuentas, sólo es una piedra; el merito es el del inca que la recortó para colocarla, y el ya no está. Por eso la visita a los descendientes de ese inca, para ver los recortes que le hacen a la vida, ha sido mucho más didáctica.

jueves, 27 de enero de 2011

La vida es perfección

La vida es perfección, es un viaje fascinante, es una sucesión de sincronicidades, la vida es complitud. La vida es eso que has elegido, que te has dado, para experimentar, para aprender, para disfrutar.
El secreto para que esto ocurra, para que disfrutes, para que sea fascinante tu vida, es la aceptación, es el no enfrentarte a la vida, es no querer manipularla, es no querer controlarla, es dejarla que fluya, es dejarla que te empape sin el paraguas de tus prejuicios. La has elegido tú, has elegido el lugar, has elegido la familia, has elegido las experiencias con las que vas a vivir, has elegido el aprendizaje que sobreviene con esas experiencias, lo has elegido todo, ¿por qué te rebelas?, ¿por qué te cuestionas?, ¿por qué le pones freno a tu evolución?
Las quejas sobre la vida son continuas, se la tacha de dura, de aburrida, de corta si alguien la deja joven, de terrible ante la enfermedad si se alarga demasiado, de injusta, de patética, etc., y la vida no es nada de eso. La vida es un fiel reflejo de su protagonista. Si el protagonista es valiente y se atreve con todo, la vida le dará más coraje por su valentía, y más resoluciones por su osadía; si el protagonista es alegre, su vida  será una fiesta; si el protagonista es un neurótico, la vida le dará neurosis; si es triste, le dará dolor; si es amoroso, le dará amor; si es dulce le dará ternura; si es sereno le dará respeto.
¿Te acuerdas de tu último enamoramiento?. Te cambia la vida, todo está bien, todo es alegría, todo es perfección, no hay enemigos, y la faz rejuvenece de la sonrisa floja que se instala en ella. Pero como desgraciadamente, es posible que te parezca imposible tanta felicidad, empiezas a estropearlo, con dudas, con preguntas: ¿Cuánto me quieres?, ¿me querrás toda la vida?, y ¿si el fin de semana que no nos vemos me olvidas? Este es el verdadero patetismo, no la vida. Negarse a ser feliz, negarse a vivir, negarse a ser complet@.
Recuerda……… cada persona vive la vida que ha decidido vivir, y ni una sola de las circunstancias que la rodean son por casualidad, porque esta no existe. Cada persona tiene el grado de felicidad que ha decidido tener, porque nadie la puede dar la felicidad excepto ella misma. Cada persona tiene el dinero que ha decidido tener, y se va a boicotear para no tener más durante toda su vida. Cada persona va a tener soledad o compañía, va a tener paz o estrés, va a tener salud o enfermedad, según haya sido su decisión.
Ahora que estoy haciendo inmersión en otra cultura, puedo comprobar lo poco que necesitan algunos para ser felices, y como otros, los más desarrollados, los que lo tienen todo, se niegan la felicidad porque aún les siguen faltando cosas. ¡Es triste!
Repara todas las goteras que están afectando a tu vida, y sé feliz, no necesitas nada para serlo, sólo realizar el viaje más corto que te puedas imaginar, “Viajar a tu interior”.

viernes, 21 de enero de 2011

Nos vemos en Cusco

            Namaste        
Con los ojos empañados en lágrimas me peleo  con el teclado del ordenador….., no veo las letras,  me moquea la nariz. ¡Ya está!………., ¡ya está!............, en el continuo de la vida llegó el momento de cerrar una etapa, llegó el momento de abrir la puerta a una nueva experiencia, a una nueva vida.
Pero ni la ilusión del cambio, ni la alegría de la nueva experiencia pueden impedir que vayan pasando por mi corazón todos los momentos vividos en Sabadell, todos los momentos vividos en Tikum: cada clase, cada meditación, cada terapia, cada curso, y sobre todo cada profesor/a y cada alumn@, todos estáis en mí………, yo no sería yo sin vosotr@s.........., yo no sería yo sin vuestras enseñanzas, sin vuestra paciencia, sin vuestra comprensión, sin vuestro compromiso, yo no sería yo sin vuestro amor. Sería otra cosa, pero es tan grande lo que me habéis dado, que cualquier otra cosa carece de valor.
Las lágrimas que empañan mis ojos, no son de tristeza, no son de añoranza, son de amor; el mismo que estoy poniendo en cada letra para que cuando leas esto, puedas sentir, aunque sólo por sea un instante, el amor que ahora vive en mí.
¡Ya está!............ ¡Ya está!.............. Gracias, …………., gracias Denisa, gracias Elisenda, gracias Consol, gracias Guifré, gracias Ardaas, gracias Rosa Mª, gracias Ángeles, gracias Tubi, gracias Javi, gracias Montse, gracias Antonia, gracias Víctor, gracias Linda, gracias Bea, gracias  María, gracias Georgina, gracias Magda, gracias Gemma, gracias Rosa, gracias Sergi, gracias Antonio,  gracias a tod@s……………, gracias…………, gracias……….., me gustaría nombraros a tod@s, porque a tod@s os siento, porque tod@ estáis en mí. Gracias. Os quiero.
Uffffff!,…………….. Esta es mi despedida física de Sabadell, pero no es la despedida del blog. A partir de la semana que viene, “el inca escribirá desde casa”, pero eso sí, escribiré cuando tenga una conexión a Internet, no tengo ni idea, si pasará una semana o pasará un mes, el Señor proveerá.
Espero ver a algún@ de vosotr@s en Cuzco, no……… Cuzco no, Cusco, a partir de ahora para mi, Cusco, como le dicen los cusqueños.
Gracias desde el corazón. Un abrazo desde el alma. Os quiero con todo mí Ser. 
  ¡Nos vemos en Cusco!

jueves, 20 de enero de 2011

Sociedad sin alma

            La vida está llena de corazones enormes que aman, pero que permanecen dormidos bajo los efectos anestesiantes de la sociedad; mientras que la sociedad, si tuvo corazón alguna vez, ya no se acuerda. La sociedad empezó a perder su corazón cuando permitió el primer asesinato, cuando patrocinó la primera guerra, cuando distribuyó por el mundo drogas y alcohol, cuando se lucró con la explotación del hombre, de la mujer, del niño; cuando empezaron a proliferar los “ismos”, terrorismo, capitalismo, racismo, consumismo, nacionalismo, ……………, y una sociedad sin corazón…………, es una sociedad muerta.
            Vivimos en una sociedad sin alma, sin corazón, sin escrúpulos; ¡pero la sociedad………., la forman las personas!, ¿cómo es posible que personas con corazones enormes que aman, puedan formar una sociedad sin corazón?: Por la anestesia de la propia sociedad. La sociedad anestesia creando necesidades a sus componentes, y estos, dormidos, responden como autómatas.
            La sociedad crea la necesidad de tener casa en propiedad, casa de segunda residencia, vacaciones cuanto más lejos mejor, coche para cada miembro de la familia, televisión en cada sala de la casa, días especiales: del padre, de la madre, de reyes….………, consumo………., consumo………., consumo. Resultado: cincuenta años de hipoteca, trabajar de sol a sol a sueldos de miseria, no tener relación con la familia, ¡no vivir!, en vez de vivir los componentes de la sociedad, mueren para satisfacer las necesidades que la sociedad les ha creado.
            La sociedad es muy lista, cuando se encuentra con miembros que no caen en las redes del consumo, genera necesidades de discriminación: necesidades religiosas y  necesidades políticas. Lo importante para la sociedad es que ningún miembro consiga despertar su corazón, y solo le den vueltas y vueltas a su cabeza para ver la manera de consumir más, para ser uno de los miembros más respetados de la sociedad.
            ¡Despierta!, ¡despierta! La sociedad eres tú. Si tú despiertas y tú cambias vas a cambiar el mundo. Si una ley, la ley antitabaco, pensada por una persona, ha sacado el humo a las calles. Tú puedes sacar a la calle el Amor, y la energía del Amor es mucho más poderosa que todo el humo que llena ahora las calles.
            Imagina como sería el mundo si en cada calle viviera una Madre Teresa de Calcuta. Imagina si en cada ciudad viviera un Vicente Ferrer. Imagina si en vez gastar el dinero en equipos de futbol se gastara en investigación. Imagina si el dinero que se dedica a financiar los ejércitos y las guerras lo enviaran a países africanos, asiáticos, centroamericanos. ¿Dónde quedaría el hambre?, ¿dónde quedaría la discriminación?, ¿Dónde quedaría la enfermedad?
¡Despierta!, ¡despierta! Ayuda a despertar a los demás, y entre todos, poco a poco, construiremos un mundo distinto, un mundo mejor,……….. para nuestros hijos,  para los hijos de nuestros hijos, para sus nietos, para todos. A fin de cuentas, si existe la reencarnación, volveremos un día, y podremos así encontrarnos con el vergel que ahora estamos ayudando a destruir.     ¡Despierta!........... ¡Despierta!.
Hablando de corazones, he encontrado este cuento, que no sé de quien es, pero que es precioso. Disfrútalo,................, si tu hipoteca te permite relajarte un poco.
Corazonada era una ciudad muy pequeña habitada sólo por ratones, todos bigotudos y orejones. El nombre de la ciudad se debía a que, si bien en apariencia todos los ratones eran igualitos, se distinguían por su corazón.
Los había con corazones grandes, otros pequeños, algunos más enamoradizos, otros un poco más duros y algunos más blandos.
Corazón de Piedra era un ratón de mediana edad al que todos llamaban así porque realmente daba la impresión de tener una roca en lugar de corazón. No era que fuese malo, sino que parecía siempre enojado y tenía muy pocos amigos. Todos decían que, con el tiempo, su corazón se había endurecido y era cierto.
Corazón de Piedra no siempre había sido así. Cuando era un pequeño tenía el corazón blandito, tierno y de color rosa. Era un ratoncito como todos, excepto por un problema: no sabía perdonar.
Cuando tenía apenas un añito, un amiguito, sin maldad alguna y sólo por hacer una travesura, le escondió su chupete preferido que tenía sabor a queso Roquefort y era de color azul. Nuestro ratoncito lloró mucho al no encontrar el chupete, tanto que hubo que sacar el agua de su cuevita con veinte baldecitos. Como su amiguito vio que la cosa se estaba complicando, fue en búsqueda del chupete de Roquefort y se lo devolvió.
“¡Pensé que lo había perdido! ¡Eres un tonto!” Gritó Corazón de Piedra enfurecido, mientras chupaba el chupete y se secaba las lágrimas.
“Perdón amigo, no pensé que te pondrías tan mal, sólo quise hacer una broma”. Se justificó Corazón de Chocolate (así le decían porque era un ratón de color marrón oscuro).
“¡Qué perdón, ni perdón! Ya no soy más tu amigo y no te voy a perdonar jamás”. Volvió a gritar el ratoncito que seguía muy enojado.
Corazón de Chocolate se fue muy triste, pues realmente no había querido dañar a su amigo. Pensó que, con el tiempo, el enojo pasaría pero no fue así. Corazón de Piedra jamás volvió a dirigirle la palabra.
Cuando empezó el colegio, un compañerito un poco atolondrado tropezó con nuestro ratoncito, quien con el golpe dejo caer los útiles al piso. La cartuchera con aspecto de quesera que Corazón de Piedra tanto amaba, quedó aplastada y muy sucia. Inútil fue tratar de hacerle entender que había sido un accidente y que nadie había querido dañarlo a él o a su amada cartuchera.
Como una vez más, nuestro ratón no quiso perdonar a su compañero, perdió así otro amigo más y fueron muchos los que quedaron en el camino. El tiempo fue pasando y parecía que con cada perdón no dado, su corazón se convertía más y más es una roca. Perdió su color rosa, se volvió gris, duro y seco, como si no tuviese vida.
Corazón de Esponja, en cambio, era un ratón que siempre perdonaba y que tenía muchísimos amigos. Decía que en cada poro de esa hermosa esponjita que era su corazón, había un amor y sus poros eran muchos realmente.
Como era muy bueno, pensó en que algo debía hacer por Corazón de Piedra. No se resignaba a que el corazón de este ratón siguiera endureciéndose más y más cada día.
Ideó un plan. Debía hacer que Corazón de Piedra entendiese realmente el valor del perdón.
Llamó a todos aquellos ratoncitos a quienes nuestro amigo no había perdonado. Eran muchos por cierto. Les pidió su ayuda para solucionar el problema de Corazón de Piedra y como por suerte, ninguno era rencoroso, todos aceptaron ayudar. Faltaba muy pocos días para el cumpleaños de nuestro amigo, ésa sería una oportunidad ideal llevar a cabo su plan.
El mismo día del cumpleaños, reunió a todos los ratones que no habían sido perdonados en la plaza de la ciudad que tenía forma de corazón, como podrán imaginarse.
A cada uno le puso un sombrerito de cumpleaños y un globito atado en la colita y les pidió que no trajeran regalo alguno.
Cuando estuvieron todos reunidos, fue a buscar a Corazón de Piedra. Primero le dijo “Feliz Cumpleaños” y luego le tapó los ojos, pidiéndole que lo acompañara a la plaza.
Cuando llegaron, Corazón de Esponja con una seña les indicó que todos juntos cantaran el feliz cumpleaños, cosa que así hicieron. Al terminar la canción, destapó los ojos de su amigo.
Corazón de Piedra no podía creer lo que veía, Todos aquellos ratones a los que él había dado la espalda y les había cerrado su corazón estaban allí agitando globitos con sus colitas y cantándole el feliz cumpleaños. Se sintió realmente conmovido. Pero eso no era todo.
 “Todos ellos tienen un regalo especial para darte”, dijo Corazón de Esponja.
“Un… regalo… no…. No…. hace falta”. Contestó un poco avergonzado Corazón de Piedra.
“Sí que hace falta y mucha”. “A ver ahora todos juntos y en forma clara ¿qué tienen para darle al cumpleañero?” Preguntó el noble ratón.
“Nuestro perdón”. Dijeron todos.
“Creo que no entiendo”, comentó confundido Corazón de Piedra.
“Es evidente que no entiendes. En distintas oportunidades no perdonaste a cada uno de estos ratoncitos. Les cerraste las puertas de tu corazón y los alejaste de tu vida. Ninguno de ellos, por más que quisiera, pudo volver a ser tu amigo”. Dijo muy firme Corazón de Esponja. Luego continúo.
“Espero hayas aprendido con la soledad de todos estos años, que el perdón nos acerca al otro, nos une y nos hace más buenos. Perdonar a un amigo ablanda nuestro corazón, le da energías, lo hace brillar más”.
Corazón de Piedra escuchaba atento y con la cabeza baja. Su amigo siguió hablándole.
“Son ellos los que ahora tienen que perdonarte y como te quieren y desean tener corazones rosas y mulliditos lo hacen justamente desde lo más profundo de su corazón”.
Parecía raro, él que jamás había perdonado, ahora deseaba con toda el alma ser perdonado por los demás.
Ahora sí que Corazón de Piedra había entendido, agradecido y emocionado aceptó el regalo de sus amigos: el perdón.
El ratoncito jamás olvidaría ese cumpleaños. Había recibido el mejor de los regalos pues también se perdonó a sí mismo. Así, dándose una nueva oportunidad, volvió a tener muchos amigos, aprendió a ser feliz y su corazón de a poquito fue cambiando de color, de textura y de forma.
Con el tiempo nadie recordaría su viejo nombre, ahora todos los llamaban Corazón Algodón de Azúcar. El nombre era largo pero a él no le importaba, lucía muy orgulloso un corazón rosa, grande, blandito y muy dulce.            

miércoles, 19 de enero de 2011

Aprendizaje y karma

            Toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, es una acumulación de experiencias, y una incesante recepción de lecciones. Esto sucede desde nuestra individualización como almas, y en cada vida, desde la experiencia del primer nacimiento, hasta la última muerte en nuestra última vida terrena, se van sucediendo situaciones que llevan implícito el aprendizaje que hemos decidido tener en esa vida en concreto y en cada determinado momento. Y excepto, posiblemente, en la segunda mitad de nuestra última vida, ese aprendizaje se realiza normalmente de manera totalmente inconsciente y en un gran porcentaje de ocasiones, con sufrimiento.
            Somos inconscientes del aprendizaje que conlleva cada situación y cada experiencia, pero sí que somos conscientes de la experiencia; es decir: Imagina que reaccionas siempre con rabia ante una determinada situación, que se produce con un compañer@ de trabajo.  La inconsciencia está en que no sabemos que esa situación lleva implícito un aprendizaje, y mucho menos cuál es el aprendizaje, pero si somos conscientes de la rabia que nos genera esa situación, y de nuestra actuación para con el compañer@ de trabajo debido a esa rabia.
            Esa actuación que tenemos debida a la rabia, no sucede gratis, lleva implícito un efecto. La relación entre la causa, (la rabia), y el efecto, (la actuación), se denomina karma.
            Cualquier causa, sea de pensamiento, de palabra o de acción, genera un efecto, genera karma. Y lo mismo da que esa causa sea un buen o un mal pensamiento, una buena o una mala palabra, una buena o una mala acción; en todos los casos genera un efecto, es decir, genera karma.
El karma producido por un mal pensamiento una mala palabra o una mala acción genera un débito por parte del emisor del pensamiento, palabra o acción, hacia el receptor. Y el karma producido por un buen pensamiento, una buena palabra o una buena acción, genera un débito del receptor hacia el emisor. En el primer caso, se ha de pagar, en el segundo, se ha de recibir.
Más allá de nuestra mente no existe distinción entre el karma producido por una acción sea buena o sea mala. Los dos tipos de karma van a tener el mismo resultado, van a hacer que la persona tenga que encarnar nuevamente para pagar o cobrar la deuda. Ante esto cabría preguntarse, ¿Cuándo se acaba esta rueda?, porque siempre se están realizando acciones. La rueda del karma se acaba cuando todo se realiza sin deseo. Está claro que según se va evolucionando se van realizando cada vez menos malas acciones y más buenas acciones. Cuando llegue el momento que todo sean buenas acciones y se hagan desinteresadamente, se acaba el karma, se acaba el ciclo de reencarnaciones, se entra en una nueva dimensión sin cuerpo.
Mientras todo esto sucede, se está produciendo el aprendizaje, y es difícil poder concretar cuáles son las claves que indican cuando se ha aprendido la lección. Pero sí que hay ciertos indicios. ¿Eres consciente que hay situaciones en tu vida que se repiten y se repiten, una y otra y otra vez? Esa es una evidencia concreta de que hay una lección para aprender y que no la estás aprendiendo, y se va a seguir repitiendo hasta que hayas aprendido la enseñanza contenida en esa experiencia.
De cualquier forma, cuando se planificó nuestra vida, se planificaron también las ayudas. Y en esas ayudas están los mensajes, está la sincronicidad. Recuerda, que cada acontecimiento, que cada palabra, que cada mirada, que cada pájaro, que cada soplo de viento, nos está hablando de los pasos que hemos de seguir en la experiencia, para vivirla al cien por cien, para extraer la enseñanza, y para plantarnos ante la próxima situación, energéticamente reforzados por la energía que suministra el alma satisfecha por el aprendizaje.
Sólo hay que ser conscientes de las señales. Para ser consciente de las señales y de los mensajes, se ha de estar atent@, se ha de tener la mente lo más calmada posible, sin esperar las señales, sin juzgarlas, sin tratar de entenderlas, solamente dejandose llevar.
Sólo así se puede ser consciente del sufrimiento que puedan generar las experiencias, para de forma inmediata poner los medios que ayuden a la liberación del posible sufrimiento, sin quedar enganchados a él, aprovechando para el alma esa nueva experiencia y ese nuevo aprendizaje.

martes, 18 de enero de 2011

Triple salto hacia la Luz

Saber quién eres:
Es imprescindible, es importantísimo, es vital, el reconocimiento de que eres Luz, o un alma, o una Chispa Divina, lo que quieras, pero que ese reconocimiento sea total y absoluto. En un principio es suficiente con que ese reconocimiento sea racional, es normal no integrarlo en la conciencia al comienzo del camino y actuar desde ahí. Ya que vivir desde la conciencia de la Luz es algo que se dará al final del trabajo.
El reconocimiento de que eres Luz va a desligarte de tu cuerpo: “Yo no soy el cuerpo”………., pero vives en él. Empieza a reconocer a tu cuerpo como el templo del alma, como el santuario del espíritu. Eso hará que empieces a valorarlo, a respetarlo, a amarlo. Y cuando lo valores, lo respetes y lo ames, empezarás a cuidarlo con mimo, empezarás a cuidarlo con devoción, dándole al cuerpo todo lo que sea correcto para su buen funcionamiento, evitándole sustancias tóxicas y corrosivas. Todo el trabajo que has venido a hacer aquí, lo vas a hacer desde ese cuerpo, por lo que es tu obligación mantenerlo, sano, joven y fuerte, el mayor tiempo posible.
Este reconocimiento de que eres Luz, lleva implícita la sensación de libertad; la Luz, el alma, es libre, no se siente ligada a nada ni a nadie. No debe nada a nadie, no tiene que inclinar la cabeza ante nadie. ¡Eres libre!
Vivir como si ya fueras Luz:
            Vivir como si ya fueras Luz, es vivir la divinidad.  Y ¿cómo se vive la divinidad?, se vive la divinidad amando:
            Alejar pensamientos negativos: Recuerda: “somos lo que pensamos”. No puedes permitirte el mantener pensamientos negativos en tu mente. Para eso has de permanecer consciente la mayor parte del tiempo posible. En el momento que seas consciente de un pensamiento negativo contrarresta esa energía con el pensamiento positivo contrario, o con la virtud contraria, o pidiendo perdón.
            Utiliza palabras correctas: Que ninguna de las palabras que salgan de tu boca sean para herir, o lastimar, o molestar a nadie. Utiliza siempre palabras de alabanza, y destaca siempre los méritos de los demás, sus cualidades positivas, sus virtudes. Si se consigue mantener los pensamientos negativos bajo control, es mucho más fácil no herir con la palabra.
            Realizar buenas acciones: Ayuda a los demás, son Luz como tú. Ayudar no es dar un plato de lentejas o unas monedas, ayudar es sonreír, es apoyar, es abrazar, es escuchar, es besar, es no molestar, es respetar, ayudar es colaborar con el otro, siempre que el otro lo permita
Perdonar: El objetivo final, es que nada debe ser motivo de tu ofensa. Pero hasta que llegue ese momento, perdona de inmediato cada ofensa, no esperes al día siguiente, porque si tardas un día en perdonar, será un día tomando veneno por tu parte. Recupera la “meditación del perdón” que está en este blog y realízala si crees que la necesitas.
            Aceptación: Sólo una frase: “Todo está bien”.
Eliminar obstáculos:
Los obstáculos en esta carrera no hay que saltarlos, no hay que ignorarlos, hay que eliminarlos. Los obstáculos en esta carrera son los bloqueos emocionales, son los hábitos negativos, es la debilidad de carácter.
            Conocer los bloqueos: Para poder eliminar algo, es imprescindible saber que existe, por lo tanto, de la misma manera que decíamos al principio que tienes que saber quién eres, es importante saber cómo eres. Relee la entrada “Pedir ayuda”.
Amar:
 Veinte entradas en este blog están dedicadas al amor. Si tienes alguna duda de lo que es amar, elige la que quieras. Pero las veinte entradas actuales o las doscientas que haya dentro de un año, permitirme resumirlas en dos frases, una en positivo: “Trata a los demás como tú quieres ser tratad@”; y otra en negativo: “No quieras para los demás lo que no quieres para ti”