Nadie
puede tener todo lo que desee; pero si puede dejar de desear lo que no tiene, y
recibir con alegría lo que se le presenta.
LUCIO
ANNEO SÉNECA
Nadie
puede tener todo lo que desee; pero si puede dejar de desear lo que no tiene, y
recibir con alegría lo que se le presenta.
LUCIO
ANNEO SÉNECA
La
alegría no está en las cosas, está en nosotros.
Richard
Wagner
Se identifica a la Alegría como un valor, por ser una gran herramienta para afrontar las dificultades de la vida o, aquello que los seres humanos consideramos como dificultad, con optimismo y esperanza
He elegido tratar, en
primer lugar, la alegría por ser uno de los valores de los que estoy más
necesitado. En realidad, más parezco el paradigma de la tristeza. Así que voy a
seguir mis propios consejos para erradicar la tristeza y vivir con alegría. Recuerdo
mi primera canalización, hace ya 25 años, en la que el ser que daba la
información me dijo, como introducción: “La
tristeza distorsiona la forma de tu realidad”. Algo he ganado, desde
entonces, aunque aún me falta algunos peldaños que subir en relación con la
alegría.
El término alegría
proviene del latín “alacer”, “alacris” y se puede traducir como suspicaz o
entusiasta, que nada le perturba y está animado.
Se ha demostrado que
los pensamientos optimistas tienen efectos positivos para la salud. Cuando un
individuo se siente feliz, el cerebro libera endorfinas. Las endorfinas son
pequeñas proteínas con una estructura química muy parecida a la morfina, por
eso se denominan como “morfina endógena”, es decir, producida por nuestro
organismo.
Se liberan en áreas
del cerebro que están en el centro de la supresión del dolor y son producidas
por la glándula pituitaria y el hipotálamo durante la actividad física
aeróbica, además de otros estímulos, como: el dolor, el consumo de alimentos
picantes o el consumo de chocolate, entre otros.
Tener un alto nivel de
endorfinas es muy positivo para la felicidad de las personas, ya que son
capaces de inhibir las fibras nerviosas que transmiten el dolor, además de
actuar a nivel cerebral produciendo experiencias subjetivas, como: mejorar el
estado de ánimo, disminuir la ansiedad y mantener una sensación de bienestar.
El papel de las
endorfinas es muy importante en la recuperación y tienen funciones esenciales
para la salud, como son: Promover la
calma, crear un estado de bienestar, mejorar el humor, reducir el dolor,
retrasar el proceso de envejecimiento, potenciar las funciones del sistema
inmunitario, reducir la presión sanguínea y contrarrestar los niveles elevados
de adrenalina asociados a la ansiedad.
Ayudan a aumentar los niveles de endorfinas, la
meditación, el masaje, la risa y la actividad física intensa, como correr.
La alegría tiene
efectos positivos para la salud y se puede entrenar, cultivar y compartir.
Algunas formas de hacerlo son:
- Buscar el lado
positivo de las cosas, incluso en las situaciones difíciles o adversas.
- Practicar la
gratitud, reconociendo y agradeciendo lo bueno que tenemos y lo que recibimos
de los demás.
- Disfrutar del
presente, viviendo el momento con atención plena y sin preocuparnos
excesivamente por el pasado o el futuro.
- Expresar la alegría,
sonriendo, riendo, celebrando, abrazando, elogiando y agradeciendo a los demás.
- Realizar actividades
que nos gusten y nos diviertan, como hobbies, deportes, juegos, arte, música,
lectura, etc.
- Cuidar nuestra salud
física y mental, durmiendo bien, alimentándonos sanamente, haciendo ejercicio,
meditando, relajándonos, etc.
- Rodearnos de
personas positivas, que nos apoyen, nos inspiren y nos contagien su alegría.
- Ayudar a los demás,
colaborando, cooperando, compartiendo, donando, haciendo voluntariado, etc.
La alegría es un valor
que se manifiesta en la actitud positiva de una persona, incluso ante
situaciones negativas de la vida. Tener la alegría como valor implica tener una
actitud positiva y contagiarla a los demás. La alegría también tiene un impacto
positivo en la salud y mejora la productividad de las personas. La alegría es
considerada uno de los valores de mayor subjetividad, pues hace referencia a la
preferencia de bienes que generan goce y placer, agrado o desagrado.
El amor puede ser la
causa más profunda y común para la alegría, ya que puede conllevar una óptima
forma de relacionarnos con las otras personas, circunstancia que causa más
alegría.
La alegría no debe
confundirse con la felicidad, ésta última supone un estado de satisfacción más
duradero y más vinculado con la evaluación racional de la propia vida y el
propio desempeño.
Te dejo algunas citas sobre la alegría
"La alegría no nos llega sin más. Tenemos que elegir la alegría y seguir eligiéndola cada día". - Henri Nouwen
"El
mundo está lleno de mucho miedo, mucha negatividad y mucho juicio. Creo que la
gente tiene que empezar a cambiar hacia la alegría y la felicidad. Aunque suene
cursi, necesitamos hacer un cambio". - Ellen DeGeneres
"Encuentra
el éxtasis en la vida; la mera sensación de vivir es alegría suficiente".
- Emily Dickinson
"La
alegría es oración; la alegría es fuerza: la alegría es amor; la alegría es una
red de amor con la que puedes atrapar almas." - Madre Teresa
“A
veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser
la fuente de tu alegría”. Thich Nhat Hanh
"Céntrate
en el viaje, no en el destino. La alegría no se encuentra al terminar una
actividad, sino al hacerla." - Greg Anderson
"Cultivar
la felicidad interior te permitirá tener una alegría sin límites sea cual sea
la situación". - Tom Miles
"Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Actué y he aquí que el servicio era alegría". - Rabindranath Tagore
-
¿Hay alguien ahí?
-
Si –me pareció escuchar-, estoy contigo
–aunque no fueron palabras, ya que fue más un pensamiento que apareció muy
rápido, casi de inmediato, después de formular la pregunta.
-
Y ¿por qué no te siento? –pregunté, embargado
por la tristeza, sin ser consciente de que podía haber entablado una
conversación con, no sabía muy bien si podía ser Dios o con una parte de mi
mente que se encargaba de pensamientos elevados.
-
Imagina que un mediodía de verano,
cuando más luce el sol, te encierras en un cuarto sin ventanas y cierras la
puerta, ¿verías el sol?, ¿sentirías su calor?
-
No –contesté-, todo sería oscuridad.
-
Pues eso es lo que te ocurre a ti.
Estas en un cuarto sin ventanas con la puerta cerrada. Tu pena, tu tristeza, tu
rabia y tu dolor, son como esa oscuridad y te envuelven, por completo, sin
dejarte, ya no digo disfrutar, sino, ni tan siquiera ser consciente de que, en
el exterior, hay algo más que tu tristeza, hay vida.
>>Estás
encogido, echado en el suelo, creyendo que estás siendo apaleado por la vida,
cuando la realidad es que si te levantas y sales de tu oscuridad verás lucir el
sol –concluyó.
-
Sí, claro. Suena muy bonito. Pero la
vida, esa que dices, es una auténtica desgracia, porque es mi vida y soy yo el
que cada día tiene que sufrir esperando que no me falte la comida y llegue una
llamada ofreciéndome trabajo –y lo dije con tristeza, sin rabia, como
justificando la razón de mi oscuridad.
-
¿Sabes que a Mi Hijo no solo le faltó
la comida, sino que le quitaron la vida?
-
Si, tienes razón, perdón –entonces fui
consciente de mi egoísmo y me sentí mal.
-
No te sientas mal, hijo mío. No añadas
más oscuridad a tu vida. Te voy a decir lo que tienes que hacer:
>>Ha
estado muy bien que hoy te hayas sentado a meditar porque así has podido
establecer contacto conmigo. Pero no es suficiente porque yo, a fin de cuentas,
siempre estoy, aunque tú no me sientas. Tan importante como sentirme a mí,
sería aceptar la vida.
-
¡Cómo se nota que tú no tienes que
comer cada día ni pagar ningún recibo! –surgió mi ironía.
-
Tú eres mi familia y el resto de seres
humanos también, pero no puedo intervenir para darte ni un mendrugo de pan
porque tú has elegido, exactamente, que comer, como comer y cuando comer.
-
Yo no recuerdo haber elegido nada –En
ese momento pensé que me estaba comenzando a cansar de una conversación tan
ridícula.
-
No es ridícula nuestra conversación.
Sentí
como se me subían los colores. “¡Qué vergüenza!, pensé, pero… si no he dicho
nada como sabe mi pensamiento. Bueno, en realidad, no he dicho ni una sola
palabra, en ningún momento. Todo ha sido un pensamiento hablando con otro
pensamiento, por lo tanto, no tendría que extrañarme que el pensamiento que
responde lo haga, no solo, al pensamiento que habla, sino al pensamiento que
piensa”. Porque somos cuatro, un pensamiento que piensa, otro que habla, otro
que contesta y yo.
-
Y siguió Dios, o el pensamiento que
habla, con su exposición- Hiciste una primera elección para venir a la vida,
pero podemos olvidarnos de esa porque, para ti, es muy lejana, Podemos recordar
otras más cercanas: Cada día eliges. Cada día tomas decisiones Y esas
decisiones tienen unas consecuencias. Y esas consecuencias es lo que estás
viviendo.
>>La
vida, tu vida, lo has oído no hace mucho, es como un río. El agua siempre fluyendo,
nunca se detiene. Pero, a veces, por cualquier circunstancia, el agua deja de
correr y se estanca. Entonces se pudre y huele mal.
-
¡Oh!, cómo se nota que eres Dios. Lo
has descrito muy bien. Mi vida está detenida creo que hace mucho tiempo y huele
muy mal.
-
Pues eres tú el que la ha detenido.
Eres tú el que con tus pensamientos ha puesto una barrera infranqueable para
que tu vida no avance.
>>Empieza
aceptando la vida. No te quejes, no te lamentes. Da las gracias por lo que
tienes, sea poco o mucho. Ayuda, dentro de tus posibilidades a otros que lo
necesitan más que tú.
-
¿Y si hago eso y la vida no cambia? –La
verdad es que tenía todas las dudas del mundo. En realidad, eran más que dudas,
no me creía nada.
-
Si haces eso esperando que tu vida
cambie, no va a cambiar. Hazlo porque sí. Si lo haces porque sí, sin esperar
que cambie, cambiará. Y, además, te encontrarás conmigo cada día.
-
Te repito, ¡cómo se nota que eres Dios!
Perdona si te digo, con todo respeto, que estoy haciendo muchas cosas para que
mi vida cambie y no cambia, ¿cómo va a cambiar sin hacer nada?, ¿cómo no voy a
quejarme cuando veo como disminuyen mis ahorros?, ¿cómo no voy a lamentarme por
mi mala suerte? Y ¿qué gano con encontrarme contigo?, nada va a cambiar por
mucho que hables.
-
Eres libre de hacer lo que te parezca.
Pero podrías intentarlo. ¡Acepta tu vida con alegría! Reflexiona sobre esto.
Después
de eso, el silencio. Volví a quedarme solo sintiendo mi respiración y como un
payaso se me ocurrió decir “Gracias”.
Pero…
“¿a quién doy las gracias?”, pensé. “Es como un chiste, hablo conmigo y me lo
agradezco porque… supongo que no habrá sido Dios, o ¿sí?”.
¡Qué
curioso!, de no existir, para mí, la reflexión sobre sentimientos o emociones
me he encontrado, sin saber cómo, en el lapso de una semana, con dos trabajos
que parecen ser importantes: Amarme a mí mismo y aceptar la vida.
Supongo
que se podrán realizar las dos al unísono ya que en la
aceptación de la vida se tiene que encontrar integrada la aceptación a uno
mismo y, aceptarme a mí ya es una forma de amarme.
A mi
pensamiento o a Dios no le había prometido nada, pero a Ángel sí que le dije
que las dificultades no me asustaban y que iba a intentarlo. Como no sabía muy
bien por donde comenzar, para aprender a amarme, decidí hacerlo en las partes
visibles de mi anatomía, es decir, en mi aspecto físico.