Esperar……. Esperar……. ¿Quiénes de los
que estáis leyendo esto no estáis en este momento esperando algo?: ¿La pareja
ideal?, separarte de tu pareja?, ¿el viaje de vacaciones?, ¿qué llegue el
verano, o el invierno?, ¿qué te toque la lotería?, ¿la contestación a la
petición de trabajo?, ¿alcanzar la iluminación en tu próxima meditación?, ¿esperando
un hijo?, ¿qué llegue el fin de semana?, ¿qué llegue la noche para cenar?, ¿esperando
la cita con tu medico?, etc., etc., etc. Todos estamos esperando algo y, casi todos,
estamos esperando de manera permanente.
Y, ¿cuánto
tiempo de tu vida has pasado sin esperar nada?, no mucho ¿verdad?
Existen
esperas de todos los tipos, materiales, emocionales y espirituales. Da igual el
tipo de espera, porque la espera genera infinidad de sentimientos: Miedo,
estrés, angustia, alegría, ansiedad, dudas, emoción, y un sinfín de
sentimientos más, que, normalmente, salvo contadas ocasiones, nos afectan
negativamente.
¿Qué hacer?, porque ya sabemos que, para no
esperar, hay que eliminar los deseos, pero entiendo que es muy difícil, o por
lo menos es muy difícil eliminarlos todos. ¿Qué hacemos entonces?
Podemos
intentar dos cosas: Por un lado, lo conocido, ¡Paciencia!, porque la paciencia
nos puede dar la fuerza para soportar cualquier espera, cualquier contratiempo,
cualquier contrariedad. Y, por otro lado, analizar serenamente aquello que se
espera: ¿Para qué es necesario?, si hasta este momento he vivido sin “eso”,
podré seguir viviendo igual. Este pensamiento nos sirve para la generalidad de
un deseo material, pero existen esperas más conflictivas, como ejemplo, puede
servirnos un problema de salud: Ante esperas de una salud perfecta, que parece
no llegar, nos queda la “aceptación”. Aceptar la situación libera del estrés de
la espera. Si somos creyentes, nos puede servir el pensamiento: “Es la voluntad
de Dos”. Si no lo somos, o en cualquier otra situación: ¿Para qué sufrir si no
está en mis manos la solución? ¡Será lo que tenga que ser!, ya que cualquier
sentimiento negativo aun afectará más negativamente a la salud.
De cualquier forma, hemos de pensar que “todo está bien”, “que siempre es lo que tiene que ser”. Y para llegar a integrar esa creencia en nosotros, hemos de realizar un viaje a nuestro interior. De hecho, la única espera importante es la cita que tenemos con nosotros mismos desde el momento de nuestro nacimiento. Todas las esperas sólo son producto de la insatisfacción producida por el desencuentro con nosotros mismos.