El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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domingo, 18 de febrero de 2024

Vivir la vida (2 de 3)

 


        Si nos resignamos sufriremos ya que continuaremos a la espera de que la situación se revierta. Quedaremos atrapados en esa situación. Nos compadeceremos y nos sentiremos las víctimas.

Para alejarse del sufrimiento es imprescindible entenderlo y ser consciente de que el padecimiento nos aleja de una vida feliz. Una vez entendido, es muy posible que no se pase, directamente, al capítulo de la aceptación, sino que la persona se entretenga en un punto intermedio.

Cuando el sufrimiento ha tomado posesión de la persona y esta es consciente, solo le queda tratar de alejar el sufrimiento para volver a un estado, si no de felicidad, si, al menos, de una cierta tranquilidad.

Para ello la persona, con ayuda externa o haciendo uso de su propia voluntad, comienza un trabajo interior. La base de ese trabajo bien podría estar alineado con los siguientes enunciados:

-       Todo es energía.

-       Los pensamientos, origen de su sufrimiento, también lo son.

-       Energías iguales se atraen.

Cada pensamiento y emoción emite una vibración y, según la ley de la vibración, esta vibración atrae eventos, circunstancias y personas similares.

Esta es la base de la Ley de la Atracción. Nuestra mente y nuestros pensamientos tienen un poder de atraer lo positivo o lo negativo que se proyecta en el universo. La idea es que si nos enfocamos en lo que queremos y lo visualizamos, sintiendo la emoción de eso que queremos, con la misma intensidad que sentíamos el sufrimiento, podremos manifestarlo en nuestra realidad.

Es bueno utilizar algunas técnicas, porque la acción, el esfuerzo, y la responsabilidad son la llave para desechar viejos hábitos y crear otros nuevos, para generar un estado mental positivo y alineado con los objetivos que se desean. Estas técnicas pueden ser: la meditación, la afirmación, el agradecimiento, el perdón y la visualización.

Visualiza tus deseos como si ya se hubieran manifestado. Imagina tus deseos como si ya se hubieran manifestado en tu vida.

Visualízate experimentando y disfrutando de tus metas alcanzadas con todos los detalles sensoriales. Siente la emoción y la gratitud mientras visualizas.

A partir de aquí, solo queda mantener la voluntad y el trabajo y, esperar con paciencia, que lleguen los resultados esperados.


sábado, 11 de noviembre de 2023

11/11/23 Un nuevo portal

 


 

De esto que viene a continuación he hecho un copiar y pegar de una página de Internet:

Según la Numerología, el portal energético 11/11/2023 pretende llevar a cabo una relación mística entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas.

En tanto, en este fenómeno se abrirá la puerta hacia el encuentro de uno mismo con ese yo interior y, a su vez, romper las cadenas de la negatividad y del pánico para salir de la zona de confort.

El número 11 representa la intuición, la iluminación y la espiritualidad. Así como también está vinculado a la creatividad y a la percepción. Al unirse dos 11, se potencian y crean un importante portal espiritual que vale la pena utilizar.

En el tiempo que llevo reencarnado en la Tierra, que es mucho, supongo que son incontables los portales energéticos que se han abierto ante mí y, aquí estoy, sin ser consciente de haber atravesado alguno de los dinteles de esos portales, es decir, sin ser consciente de si he sacado algún provecho por algunos de los grandes beneficios que parece que reciben quienes atraviesan el portal, si es que fuera necesario atravesarlo para gozar las gracias de tan energético día.

Le he preguntado al ChatGPT que calculara cuantos portales se han abierto en el curso de mi vida y me soltado lo siguiente:

Para calcular los portales energéticos que se han abierto desde el 28/06/1950 hasta el día de hoy, se puede usar la siguiente fórmula:

P=i=1∑12j=112k=19502023I(i=j=l=03dl(k))

Donde:

P es el número de portales energéticos.

i es el número del mes.

j es el número del día.

k es el número del año.

dl(k) es el dígito en la posición l del año k.

I(x) es la función indicadora que vale 1 si x es verdadero y 0 si x es falso.

En fin, voy a dejar la ficción para otro momento e intentar ser un poco más realista, aunque no sé si será muy realista hablar de pensamientos y decisiones. Yo creo que sí lo son, porque todo empieza por una decisión y hoy, he tomado algunas.

Me van a disculpar que no las comparta con ustedes, pero he decidido mantenerlas en mí, por esa creencia de no esparcir la energía.

 Hoy en la ducha he tenido algunos pensamientos encadenados derivados de un primer pensamiento sobre el 11/11/23.

¿Saben que el número del día también es 11?, (1+1+1+1+2+0+2+3=11).

Volviendo a la cantidad de portales que se han abierto en mi vida, he llegado a la conclusión, de que para atravesar el portal o, lo que es lo mismo, para recibir las bendiciones de tan magnífico día, (según los numerólogos), hay que estar en el dintel de la puerta, ya que si se está alejado de la puerta será imposible de atravesar. Es como si en el lugar donde te encuentras, hubiera un largo periodo de sequía, por falta de lluvias, y a 10.000 km. de distancia estuvieran sufriendo inundaciones por lluvias torrenciales. De poco serviría para el terreno seco las lluvias torrenciales a 10.000 km.

Con portal abierto o cerrado es recomendable realizar actividades que nos ayuden a trabajar nuestro espíritu, como meditar, cuidar nuestra alimentación, evitar el consumo de drogas y alcohol, desconectarnos de los aparatos electrónicos, conectar con la naturaleza y comunicarnos con el Universo, expresando y agradeciendo nuestros más grandes deseos.

Es una buena manera de cambiar nuestra energía, ya sea 11 del 11 o 25 del 3.

 

sábado, 25 de febrero de 2023

El ritmo del silencio

 


Cada vez que hablamos dejamos salir una parte de nuestra energía, y producimos imágenes con aquello que pensamos antes de convertirlo en palabras. ¿Cuántas de nuestras palabras son positivas?, ¿Cuántas de nuestras palabras son necesarias?, ¿Cuántas de nuestras palabras son verdad? Si lo que queremos decir no es bueno, ni necesario, ni verdadero, es mejor quedarse callados y no decir nada. Así no ensuciaremos nuestro entorno con la energía negativa de nuestras proyecciones y no perderemos nuestra energía inútilmente.

Hemos de ser como un espejo que escucha y refleja la energía, sin más. Hemos de ser como el Universo que acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y todo lo que hace es enviarnos el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.

Si tus palabras se identifican con el éxito, tendrás éxito, si tus palabras son de rabia, tendrás más rabia; si tus palabras son de ira, esta te inundará completamente; si tus palabras son de miedo, sentirás terror; si hablas de fracasos, fracasarás.

Nuestra vida solamente es el reflejo de nuestro parloteo interno. Aprende a escuchar y a reflejar esa energía sin emociones ni prejuicios, y calla si no tienes algo bueno, necesario o verdadero que decir.

 Aprende el arte de la discreción, es una buena manera de evitar la opinión de los demás y así tu vida se volverá tranquila, volviéndote invisible, misterioso e indefinible. Mantener en el exterior el silencio interno ayuda a evaluar todo lo que se presenta y poder así tomar las decisiones de manera acertada.

Con la discreción y el silencio, evitas las críticas y los juicios sobre los otros, que además de una perdida inútil de energía, lo único que hacen es esconder tus propias debilidades, ya que todo lo que criticamos de los otros son proyecciones de nuestras debilidades, son manifestaciones de toda la negatividad no resuelta que aun anida en nuestro interior.

Permite que cada persona resuelva sus problemas, ¡bastante tenemos cada uno con los nuestros! Y, además, es bueno preservar nuestra energía para ir resolviéndolos poco a poco. Cuando atacas, muestras tus propias debilidades, cuando te defiendes estás entregando tu energía a quien no se la merece; así que no ataques, pero tampoco te defiendes, escucha las opiniones sobre ti, como si oyeras llover, acuérdate del espejo, deja que la energía envenenada que llegue a ti, rebote sobre el emisor. A fin de cuentas, sólo son palabras, solo son opiniones.

              Tu silencio interno te fortalece y te vivifica, tu silencio externo preserva tu energía. Calla si lo que tienes que decir no es ni bueno, ni necesario, ni verdadero; pero tampoco permitas que te cuenten mentiras, inutilidades o maldades. Eres tú, con tu propia energía, quien va a atraer a los chismosos, a los mentirosos o a los que hablan por hablar. Eres tú, con tu propia energía, quien decide si quieres rodearte de sabios o de mequetrefes.

              Tu energía eres tú, los que te rodean son el reflejo de tu energía. ¡Tú decides! 

martes, 10 de enero de 2023

Claves para cambiar la sintonía de la propia energía


 

Claves para cambiar la sintonía de la propia energía:

Ser sinceros y honestos: En la sinceridad y la honestidad se igualan los pensamientos, las palabras y las acciones. Ya no hay inconsistencia, ya no hay falsedad.

Evitar el auto-engaño: Hay que permanecer alerta de manera permanente. La mente utiliza millones de estrategias para convencerte de que lo estás haciendo bien.

Discernir lo verdadero de lo falso: Casi todo lo que presenta la sociedad, es ilusión, es falso, es un sueño, porque sólo es un reflejo de las propias mentes que conforman esa sociedad y, en esas mentes, solo hay cabida para la desigualdad, para el egoísmo, para la desunión. Políticos y religiosos se encargan de fomentar la desigualdad y la desunión, inculcando falsos valores sobre la patria o la religión. Los verdaderos valores son la unión, la hermandad, la solidaridad o el amor. Nuestra patria es el Universo, nuestro idioma es el Amor, nuestro Dios es el mismo para todos, y se encuentra tanto en la catedral, en la pagoda, en el castillo y en la choza, como en el corazón de todas las personas.

Abandonar la pereza: El crecimiento interior y el fortalecimiento del carácter, no lo va a dar nadie más que uno mismo con su propio trabajo interno. Ni libros, ni gurús, van a hacer que se avance ni un ápice en el propio crecimiento. Hay una cita que dice: “El maestro abre la puerta, pero es el alumno el que ha de traspasar el umbral”.

Aceptar la vida tal cual es: Aceptar los obstáculos, aceptar las crisis, aceptar los desafíos, porque son, gracias a ellos, como vamos a avanzar y a crecer, son ellos los que fomentan la conexión con nosotros mismos y con Dios. 

Selecciona a las personas con las que te relacionas: Hay mucho fariseo, hay mucho charlatán, que por mucho que se anuncien, están muy lejos de la Luz. Recuerda: ¡Por sus hechos los conoceréis!, mucho más que por sus palabras. Para evolucionar es bueno encontrar a personas que estén vibrando en un nivel alto de evolución, no que ellos digan que están vibrando en tal o cual sintonía. Obsérvalos, observa sus acciones, observa su amor, observa su caridad, observa su falta de juicios, observa su honestidad, observa su solidaridad. 

Practica la humildad: En nuestro nivel, ninguno de nosotros está exento de vanidad. Posiblemente sea una de las mayores batallas que todos tenemos que librar, en mayor o menor medida

No explotar a nadie, no manipular, no especular: Respeta a cada persona como te gustaría que te respetaran a ti. Respeta su proceso. Ni tan siquiera les ayudes, si no desean la ayuda. Ten en cuenta una máxima: Trata a todos como te gusta ser tratado.

 

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Limpieza energética

 


Como todo es energía, mantén tu cuerpo energético limpio de energías sucias, enfermas y/o contaminadas, para mantener la salud del cuerpo físico y vivir una vida plena, llena de amor, paz, armonía y felicidad.

Todo es energía.

Desde el minúsculo grano de arena que encontramos en el desierto, hasta el planeta que alberga ese desierto, es energía. Y lo son los animales y las plantas que habitan en el mismo planeta. Lo es el aire y el agua. Lo es el microcosmos y el macrocosmos. Lo eres tú, lo soy yo. Lo son nuestras emociones y nuestros pensamientos. Lo es Dios.

Albert Einstein ya lo dijo: “Todo es energía y eso es todo lo que hay”.

Pero no quiero entrar en el macrocosmos. ¡Bastante tenemos con el microcosmos, con nosotros mismos!

El ser humano es energía. Una energía muy densa que es el cuerpo, visible a los ojos de todos y, otra energía más sutil, que no puede verse a simple vista, a no ser que se sea clarividente. Esa energía que no puede verse es la que forma nuestro cuerpo energético, compuesto por varias capas de energía que conforman lo que se denomina el aura, donde se encuentran unos centros de energía en forma de disco o embudo y que reciben el nombre de chakras, que significa rueda que gira.

 Los seres humanos somos física, mental y emocionalmente, en función de la energía que hay en nuestros chakras. Por lo tanto, si queremos cambiar algo, ya sea en el cuerpo, en los pensamientos o en las emociones, solo hemos de cambiar la energía de nuestros chakras.

Todas las emociones son energía, y dependiendo de su calidad y del tiempo que permanezcan activas, así va a ser la energía generada, energía que se va a ir acumulando en el cuerpo energético, de tal manera que, cada vez que el chakra absorbe energía para alimentar al cuerpo físico, lo hace con la energía del ambiente, y la energía que se encuentra en su cuerpo energético, que es su ambiente, es esa energía sucia generada por sus propias emociones.

Por lo tanto, si en el aura se encuentra energía sucia, enferma o contaminada generada por las emociones y los pensamientos negativos, esa energía sucia es con la que se va a alimentar cada una de las células, con un claro resultado: el cuerpo va a enfermar.

Las enfermedades y las dolencias en el plano físico son el reflejo de un mal funcionamiento de nuestro plano “no físico”, es decir, de nuestro cuerpo energético, de forma que cuando tenemos pensamientos o sentimientos negativos, se genera energía negativa, sucia o enferma que provoca el mal funcionamiento de las partes del cuerpo físico a la que iba dirigida, manifestándose en forma de dolencia o enfermedad.

Los seres humanos somos y nos comportamos según la energía que hay en cada chakra, por ejemplo: Una persona con un tercer chakra cerrado o con poca energía, (El tercer chakra es la sede del poder personal), probablemente sentirá terror ante la situación de tener que hablar en público. Una persona con el segundo chakra (el de la sexualidad) muy abierto, quizás disfrute variando entre un gran número de oponentes sexuales, mientras que otro que lo tenga muy cerrado, puede sentir, incluso, dificultades para mantener una relación monógama.

La configuración y el contenido de los chakras se forman, en su mayor parte, por las pautas repetidas de nuestros actos en la vida cotidiana, ya que nosotros mismos somos siempre el punto central de dichas acciones.

 

viernes, 28 de octubre de 2022

Sanación Espiritual

 




Voy a prorrogar la oferta un mes más, hasta el 30 de noviembre. 


Sanación Espiritual

La Sanación Espiritual es la práctica de canalizar la Energía Divina para que interactúe sobre todas las dimensiones existenciales del ser humano. Las personas que son tratadas con la Sanación Espiritual reciben una transmisión de energía que reestructura y reordena las energías alteradas y reactiva sus recursos naturales, su sistema inmunitario y sus fuerzas internas para ayudarles a enfrentarse a la enfermedad y, sobre todo, a la causa, que no es más que sus malos hábitos, sus perniciosas rutinas, sus emociones destructivas, sus pensamientos negativos y la carencia de amor hacia sí mismos y por extensión hacia los demás. 

Que en un mismo párrafo se pueda leer “sanación”, “espiritual”, “energía” y “divina”, puede asustar a más de uno, y hacerle pensar que ese tipo de sanación se encuentra muy lejos para él, por un sinfín de razones, y seguro que cada persona que piense que este tipo de sanación no está a su alcance puede dar una razón diferente que, por supuesto, puede sonar convincente.

Sin embargo, no es así. Todos los seres humanos somos canales de energía, por lo tanto, todos los seres humanos podemos canalizar energía de sanación. Y, por supuesto, todos podemos recibir esa energía para nuestra sanación.

Existen diferentes grados de calidad de energía. Y fijaos que no digo diferentes tipos de energía, sino diferentes grados de calidad. En lo que si estamos totalmente de acuerdo es que existen multitud de técnicas de sanación energética.

Pero la energía a la que se accede en cualquier tipo de sanación es siempre la misma. La diferencia estriba en el sanador y en su capacidad para acceder a energía de mayor gradación. Serán los sanadores más cercanos al Amor los que canalizarán energía de más alta calidad.

Imaginar una cañería de conducción de agua de 1 milímetro de espesor, y pensar en la cantidad de agua que puede discurrir por esa cañería. La cantidad que pasa por ella es muy poca si la comparamos con una tubería de conducción de agua de 1 metro de diámetro.

Sucede lo mismo con los seres humanos. En función de su desarrollo espiritual, unos dejaran pasar más cantidad de energía que otros. Pero por todos circula una cierta cantidad de energía.

Ni tan siquiera son necesarios cursos para canalizar energía. Si acaso, los cursos pueden ser necesarios para aprender diferentes técnicas. No sucede lo mismo con la sanación espiritual, no es necesario aprender nada especial, solo hay que “ser”.

Todas las técnicas de sanación energéticas que se publicitan son auténticas, son correctas, son actuales y todas funcionan. Sin embargo, afirmar que solo una técnica es la correcta, es anunciar la carencia del otro ingrediente necesario para la sanción, que es el que Jesús utilizaba en mayor medida: el Amor.

Hemos hablado de 2 ingredientes: la energía y el Amor. Pero existe un tercer ingrediente que es fundamental, la propia persona. Una frase que se atribuye a Albert Einstein dice: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.

Imaginaos una bañera con el tapón cerrando el desagüe y el grifo abierto. Se llenará y rebosará el agua por el borde. Se puede llamar a un aguador para que vaya vaciando la bañera, pero no conseguirá dejarla sin agua a no ser que se cierre el grifo.

Pues bien, la bañera es el cuerpo del paciente, el grifo abierto es su mente, siempre dando vueltas como un tiovivo, el agua es la energía sucia que inunda el cuerpo energético de la persona y el aguador es el sanador que está utilizando la Energía Divina para limpiar la bañera con mucho Amor. Pero por mucho Amor que se ponga y muy divina que sea la energía, si no se cierra el grifo, la bañera nunca se va a vaciar completamente.

Es imprescindible que la persona realice algún cambio en su vida, para que los resultados finales sean diferentes. Esos cambios que tiene que realizar la persona son los que aparecen en el primer párrafo como origen de la enfermedad: sus malos hábitos, sus perniciosas rutinas, sus emociones destructivas, sus pensamientos negativos y la carencia de amor hacia sí mismos y por extensión hacia los demás.   

Aun podríamos añadir un cuarto ingrediente, que es el Plan de Vida de la persona. Si en ese Plan de Vida aparece contemplado que su muerte se va a producir por una determinada enfermedad, ni el Amor, ni la Energía, ni los cambios que realice la persona serán suficientes para sanar de esa enfermedad. Sin embargo, la sanación espiritual le ayudará a aceptar, con serenidad, la enfermedad y sus consecuencias. 

martes, 27 de septiembre de 2022

A vueltas con la 5ª dimensión



 Domingo 25 de septiembre 2022

        Ya lo dice el refrán: “Dime de que hablas y te diré de que careces”.

Aunque resulte difícil de creer, por todos los desastres que envuelven al planeta, la Tierra está realizando su ascenso a la quinta dimensión.

La quinta dimensión no es un lugar, es un estado de conciencia y el estado de conciencia tiene que ver con la calidad de la energía, es decir, con la vibración.

El mayor descubrimiento de Albert Einstein fue que la materia es energía. Por lo tanto, una vez demostrado que nada es sólido, se puede afirmar que todo es energía. La existencia es energía: el cuerpo es energía, la mente es energía, el alma es energía, Dios es energía, y lo es el pensamiento, la emoción y el sentimiento.

La diferencia entre la energía del cuerpo, la energía de la mente o la energía de Dios, estriba en la vibración o, en la diferente longitud de onda de cada uno de ellos. Desde la materia, que es la vibración más baja, hasta Dios, que es la vibración más sutil, existe un sinfín de vibraciones.

Las bajas vibraciones corresponden a las dimensiones bajas y se asciende a otra dimensión según se va incrementando la vibración.

Los seres humanos nos movemos entre la tercera y la cuarta dimensión.

En la tercera dimensión o tercer nivel de conciencia, se percibe el mundo, y a uno mismo, a partir de tres referencias: anchura, altura y profundidad, es decir, quien vive en la tercera dimensión valora todo aquello que puede ver, tocar y experimentar, es decir, valora el mundo físico.

Al incrementase la vibración de la persona, esta asciende a la cuarta dimensión. En ella, a las referencias anteriores, ancho, alto y profundo, se incorpora la parte espiritual, por lo que la persona puede verse a sí misma, aparte de un cuerpo con unas necesidades específicas, con un añadido afectivo y emocional. La vibración de la Tierra corresponde a esta categoría, por lo que los seres humanos que habitan en ella, al estar impregnados con su energía, tienen una facilidad añadida para llegar a ese nivel, si es que aún no han llegado a él.

El siguiente peldaño o nivel de conciencia es la quinta dimensión. Quien vibre en esa sintonía es capaz de percibir que todas las cosas están unidas por una fuerza universal, el Amor. Se deja a un lado la sensación de individualidad y se adentra en la sensación de unicidad. Todos somos Uno, hijos de un mismo Padre.

A esta vibración es a la que se está llevando al planeta, y digo “que se está llevando” porque no lo puede hacer solo y, para eso, necesita de las vibraciones de sus habitantes y de la ayuda de los Seres de Luz.

Los habitantes del planeta, no creo yo que seamos de mucha ayuda, ya que no parece que haya muchos que estén vibrando en la sintonía cercana a la quinta dimensión, por lo que casi todo el trabajo lo tienen que realizar los Seres de Luz. Cuando lo consigan será de gran ayuda para que todos los que estamos encarnados, y para que los que vayan a encarnar, podamos llegar a esa vibración más fácilmente, porque cuando la Tierra consiga vibrar en la energía de la quinta dimensión, será mucho más fácil, para los seres humanos, alcanzar ese estado de unidad con Todo, de unidad con todos y de unidad con Dios, que son los atributos de la quinta dimensión.

A pesar de que la Tierra cambie su vibración, podrán seguir habitándola seres de tercera y cuarta dimensión. Posiblemente, un poco incómodos, al principio, porque tendrán que vivir en una energía más sutil que la suya propia, pero podrán acostumbrarse sin grandes problemas.

Sin embargo, hay quien no quiere que la Tierra ascienda. Los seres de la oscuridad no desean ese cambio porque no quieren que los seres humanos se acerquen a su Origen, es decir, a Dios y, para eso, ponen todas las trabas que pueden para que eso no suceda.

Mañana seguiré con los seres de oscuridad.

martes, 20 de septiembre de 2022

Quinta dimensión

 Domingo 18 de septiembre 2022

 

No hace mucho contaba que hay días en los que amanezco, especialmente, triste, (fue el lunes día 12. Lo he buscado), y lo achacaba a dos factores. Decía que uno, podrían ser problemas sin resolver, por preocupaciones o por mucho estrés acumulado a lo largo de un periodo de tiempo, y otra, que en esa doble vida que tenemos al dormir, sucede algo, en alguna proyección astral, que hace que al despertar mantengamos la emoción o el pensamiento que teníamos en nuestro sueño.

Existe un estudio que dice que cuando nos ocurre algo que podemos catalogar como malo se lo contamos a 8 personas, sin venir a cuento. Y cuando nos ocurre algo bueno se lo contamos, solamente, a 3 y, eso, si la conversación lo requiere.

Pues bien, yo soy como todos y, aunque hablo poco, (mi esposa dice que muy poco), tengo una ligera tendencia a contar más lo malo, que me ocurre, que lo bueno.

Pero, también, me ocurren cosas buenas. A veces siento, una sensación de plenitud, de serenidad y de amor, sin medida. Es una sensación que suele durar mucho más tiempo que la tristeza con la que amanezco algunos días. Lo cual es normal, porque en cuanto siento la tristeza me siento a meditar para erradicarla, lo antes posible, y con esta sensación, de plenitud, lo único que hago es disfrutarla. Casi ni me muevo, para que no desaparezca.

Con esta sensación de plenitud no despierto, como ocurre con la tristeza. Suele aparecer después de haber realizado una terapia, a veces, después de haber recibido una noticia o de haberla visto en la tele, que me haya tocado la fibra de la compasión y, más aun, si me siento identificado por pensar en como se podría sentir esa persona.

La noticia lo mismo puede ser, alegre o triste, porque alguien haya ganado un premio o porque haya perdido a un ser querido. Cualquier noticia puede hacer que sienta la misma emoción que la persona protagonista del suceso.

Hay que tener en cuenta que soy un babau y me emociono hasta con los dibujos animados.

Pues, cuando me pasa esto, doy gracias al cielo y pido que se alargue en el tiempo. Puede durar entre media hora y unas tres horas. No soy consciente de que haya durado más. Si me ocurre a media mañana a la hora del almuerzo ya ha desparecido y, si pasa en horas de la tarde a la hora de cenar ya no la siento.

Bien es cierto que, aunque desaparezca el “clímax”, el estado emocional subsiguiente es de una serenidad total.

Achaco el advenimiento de esa sensación al aumento de vibración en mi campo energético, bien sea porque la meditación en la sanación haya sido muy intensa o por la expansión de mi chakra cardiaco debido a la compasión o el amor aparecidos al identificarme con el personaje de la noticia.

Creo que hoy tengo una respuesta convincente, (al menos para mí). En esos momentos estoy vibrando en la quinta dimensión.

Los seres humanos vivimos en la tercera dimensión. Sin embargo, todos los que tenemos conciencia de lo que somos, (energía, un alma, hijos de Dios), en ocasiones, con más frecuencia de la que nos podemos imaginar, ingresamos en la cuarta dimensión, con lo cual es mucho más fácil traspasar, de vez en cuando, el umbral de la quinta e incluso más allá.

Algunas de las señales de que se está en la quinta dimensión son esos momentos de inmensa alegría, de serenidad y paz interior, sin saber de dónde vienen.

Una vez ahí es cuestión de intentar mantenerse. Supongo que volvemos atrás por nuestra propia programación, por nuestros recuerdos, en definitiva, por nuestra mente.

Sé que tengo que confiar más en mi saber interior. Ese que todos tenemos y que se manifiesta como una vocecita que a todos nos habla, pero la ilusión de creer que somos el cuerpo nos impide movernos con plena libertad.

Sayri, no te digo a ti, porque eres una extensión de mi propio pensamiento, pero si alguien se asomara a esta ventana le recomendaría que intentara conseguir ese estado.

Una vez conseguido solo querrá mantenerlo, que es lo que yo deseo con cada uno de los átomos de mi cuerpo.

Alegrarse con la felicidad de otros y/o sentir compasión por sus desgracias es una buena manera para cambiar la vibración. Es casi tan efectiva como la propia meditación. 

martes, 13 de septiembre de 2022

Conversaciones en el día de las brujas

  

Martes y 13 de septiembre 2022


Martes y 13. Dia de brujas. Ni te cases ni te embarques. En Perú no es el martes el día de las brujas, es el viernes y 13.

Sayri, mi diario, debe de haber sentido el día porque cuando me he acercado a él y lo he abierto, sin haber dicho yo nada y sin escribir ni una sola letra, me suelta de sopetón:

-     ¿Para qué escribes?, ¿por qué te pasas horas sentado, con un cuaderno y un lápiz en la mano o en la computadora, escribiendo, perdona que te lo diga, sandeces?

-     ¡Vaya!, me ha dejado de una pieza, no esperaba que porque ahora tiene un nombre tenga el atrevimiento de cuestionar en que utilizo mi tiempo- Pues escribo porque me apetece, porque me lo pide el cuerpo y me siento muy cómodo haciéndolo, aunque tú digas que son sandeces. Bueno…, y es posible que no todo sean sandeces, que haya algo aprovechable.

-     Puede ser que haya algo aprovechable -contestó Sayri y siguió- pero estarás conmigo que no tiene ningún valor literario. Solo eres un escribidor.

-     ¡Glup!, ¡Vaya repaso que me está dando! -, Si, puede ser que tengas razón.

-     Y, además, si te lo guardaras para ti, estaría pasable, pero no, el señor lo publica en sus redes. Menos mal que no te lee casi nadie.

-     Perdona, alguien si debe de leerlo, porque entran 70 personas cada día, de media, en el blog.

-     Eso es porque le dan un clic por equivocación. Pero no te engañes. No te lee nadie. Y da gracias que sea así, ¿por qué te has preguntado qué pensarán de ti?

-     Mira Sayri. Escribo porque algo dentro de mí me lleva a hacerlo y lo publico en las redes por la misma razón.

>> No es mi problema lo que otros puedan pensar o decir de mí. Es problema de ellos. Por lo que otros piensen o digan de mí, yo ni gano ni pierdo. No voy a ser más rico, ni más pobre, ni más listo, ni más tonto. Yo voy a seguir igual.

>> Pero ellos no. ¿Alguna vez me has oído decir que todo es energía?

-     Alguna vez no, -contestó Sayri- muchas veces. Para ti parece un mantra: “Todo es energía”.

- Pues las palabras y los pensamientos, también, lo son. Cada palabra y cada pensamiento son energía y afecta a la persona que habla o piensa. Si piensan mal de mí, esa energía negativa se va a quedar en su aura y les va a afectar a ellos, no a mí. Porque a mí no me llega.

-     Bueno, -dijo Sayri resignado- ya veo que vas a seguir escribiendo.

-     Pues sí. Hasta que me canse.

miércoles, 17 de agosto de 2022

La historia se repite

 


De la novela "Ocurrió en Lima". Capítulo II, parte 7.

-    No entiendo nada Ángel.

-    Déjame que te hable de Dios y así lo entenderás. De Dios sería suficiente con que te dijera que “Dios Es”, y lo Es desde siempre. Pero, ¿cómo empezó todo? Como para nosotros es casi inconcebible que algo no tenga principio o fin podemos decir que al principio de los tiempos había Nada y esa Nada era Dios. Fue a partir de esa Nada, es decir de Dios, que comenzó la Creación. Por lo tanto, todo, absolutamente todo, procede de Dios, tú y yo incluidos. Todos los seres humanos somos lo mismo, somos hermanos, todos hijos de Dios. Cada uno de nosotros somos como un átomo de la Energía Divina. Ese átomo o chispa de energía vive al otro lado de la materia y seguirá haciéndolo hasta que se encuentre preparado para volver a unirse a Dios. –aproveché una pausa en el relato de Ángel para hacerle un resumen de lo que yo estaba entendiendo.

-    Permíteme que te haga un resumen para ver si lo voy entendiendo. Dios no es, ni ha sido una persona como Jesús, Buda o Mahoma. Dios es la Energía Suprema de la que procede todo. -¿es correcto?

-     Así es. –corroboró Ángel.

-    Entonces al otro lado de la vida está Dios y todos los que han vivido o vivirán en la materia.

-    No. Dios no está al otro lado de la vida. Dios Es, Dios Está. Está aquí y allí. Está a este lado de la materia y está al otro. Al otro lado están todos los que han vivido o vivirán en la materia, pero están en Dios. De la misma manera que la luz de una vela está en la luz del Sol. Iluminadas por el Sol puede haber miles, millones de velas.

>> Y nosotros en la materia, también, estamos en Dios, porque Dios lo es Todo. ¿Lo entiendes?  –quiso saber.

-    Lo entiendo. Entonces todos existimos desde siempre y vamos a vivir para siempre de forma independiente o formando parte de Dios. -sin embargo, había algo que no entendía y así se lo hice saber a Ángel.

>> Hay algo que no entiendo muy bien. ¿Por qué cuando una persona tiene una experiencia cercana a la muerte, cuando vuelve a la vida nos habla de lo bien que se está al otro lado y de la sensación de amor que ha sentido y, sin embargo, nosotros en el cuerpo no sentimos ese amor ni esa sensación de cercanía con Dios como lo sienten ellos? Se supone que, si todos vivimos en Dios, tanto al otro lado de la vida como en este lado, todos deberíamos de sentir ese amor. ¿Por qué no lo sentimos?

-    Por un tema de energía, -respondió Ángel- La vibración cuando estamos en el cuerpo es mucho más baja y no somos capaces de apreciar la sutileza de la energía que nos envuelve. Aunque, en realidad, no hay un lado y otro lado de la vida. Lo que pasa es que el alma, lo que somos, vibra diferente con materia que sin materia.

>> Este es, justamente, el trabajo que se ha de realizar cuando se está encarnado en un cuerpo. Primero, llegar a entender, de manera intelectual, que todos somos hermanos, hijos de un mismo Padre, para, a continuación, comenzar a percibir esa realidad que se ha comenzado a entender. A eso se llega incrementando la cantidad de amor.

-    ¿Ese es el objetivo de la vida?, ¿es lo mismo que el propósito que yo tuve claro hace un momento?

-    Exacto –sentenció Ángel-, lo sentiste hace un momento. Solo tienes que recordar que formas parte de un Todo, que todos somos lo mismo y que, por lo tanto, hemos de amar a todos como a nosotros mismos. Ese es el único propósito de la vida. ¿Te suena la frase, ama al prójimo como a ti mismo?

-    Sí que me suena, pero el que seamos incapaces de aceptarnos tal como somos es una prueba inequívoca de que no nos amamos. Así que si no nos amamos y tenemos que amar a todos como a nosotros mismos, lo tenemos mal.

Mientras Ángel movía la cabeza afirmativamente, con una mueca de tristeza en su cara, mi pensamiento realizó un repaso de los grandes conflictos armados, de los millones de desplazados por la guerra y el hambre, de los millones de niños que mueren por desnutrición, de la violencia familiar, del nefasto reparto de la riqueza, de la hipocresía de las religiones, de los dirigentes psicópatas, de la intolerancia a todo lo que es diferente. Aunque no hace falta desplazarse a un país en conflicto para vivir todo eso, ya que en el nuestro tenemos un poco de todo: políticos corruptos, machismo, falta de respeto hacia todo lo que se mueve, hambre, racismo, pobreza extrema, trabajo precario, corrupción en cualquier estamento oficial, falta de servicios básicos, inseguridad ciudadana.  

-    Termine mi pensamiento en voz alta- El mundo, en estos últimos tiempos, parece haberse vuelto loco.

-    En estos últimos tiempos no Antay –me corrigió Ángel-, en el cuento del Paraíso Terrenal recuerda que Caín mató a su hermano y solo fue por envidia, es decir, solo fue por un pensamiento. Pensamiento producido por una falta de amor. Por eso te comentaba en nuestro primer encuentro que tienes que aprender a amarte. ¿Cómo lo llevas? –preguntó.

-    Creo que lo llevo bien porque he comenzado a cambiar mi modelo de comparación mientras aprendo a no compararme con nadie.  

-    Es perfecto ese trabajo. Está muy bien compararte con un modelo menos demandante, pero, como tú bien dices, lo importante es no compararse. Lo importante es aceptar lo que eres.

-    Ahora que hablas de aceptar, hace unos días me ocurrió algo curioso. Me senté a meditar para ver si eran ciertos los beneficios de la meditación que acababa de leer y creo que estuve hablando con Dios. ¿Tú crees que me estoy volviendo loco? –estaba seguro que Ángel, con la sabiduría que parece almacenar, era la persona idónea para que opinara sobre mi posible conversación con Dios.

-    No creo, en absoluto, que te estés volviendo loco. Si tú crees que hablaste con Dios, es seguro que sí hablaste con Él, y ¿sobre qué trató la conversación?

-     Sobre la aceptación. Me acordé de ti y se me ocurrió pensar que aceptarse uno mismo es una prueba de amor. Si me acepto es que estoy satisfecho conmigo. ¿Qué opinas? –pegunté a Ángel, buscando su aprobación.

-    Me parece perfecto. Así funciona. La aceptación es una prueba de amor.

>> Y ahora puedo contestar a tus preguntas. Preguntabas como se llega de manera consciente a ese estado que tú has denominado como "complitud". Se llega cuando detienes el pensamiento, cuando te desidentificas del “Yo”.

>> Todos los seres humanos están programados por la tradición, la formación, las creencias y los prejuicios. Cuando la realidad de la vida no coincide con esa programación aparece el miedo, la ansiedad y la angustia. Esa programación nos separa de Dios. Por lo tanto, lo que hay que aprender es a ser consciente de esa programación y comenzar a desprogramarse, que es lo que te ha pasado a ti, solo que de manera inconsciente.

>> No hay nadie que viva en ese estado de manera permanente. Pero si hay personas que llegan a él. Se puede conseguir en la meditación.

>> Tú fuiste consciente de que todo tiene un propósito que es aprender a amar, como Dios nos ama, y para eso se organiza la vida. Cada uno de la manera que estima conveniente, porque cada alma sabe, antes de venir a la vida, que es lo que necesita para alcanzar la meta del amor.

>> Y si no se consigue en la vida, se repite. Por eso nacemos y morimos unas cuantas veces.

>> Pero mientras se trabaja para lograr el objetivo máximo, que ya sabes que es aprender a amar, como Dios nos ama, nos programamos otros pequeños trabajos que no son otros que cerrar los círculos que se mantienen abiertos de otras vidas.

>> Esos círculos son las causas pendientes. Pagar lo que debes o cobrar lo que te deben a ti. Te pongo un ejemplo muy claro: Alguien que mate a una persona tiene que recibir algo similar o equivalente para que el círculo se cierre.

-    Pensando en tu ejemplo, se me ocurre pensar que ese círculo no se va a cerrar nunca. En esta vida me matan a mí, en la siguiente vida mato yo, y volvemos para que me vuelvan a matar y seguiríamos así indefinidamente. No se acaba nunca.

-    Por supuesto que se acaba, -respondió Ángel con una sonrisa- Se acaba cuando se perdona. Si en esta vida te toca matar a ti, pero en lugar de hacerlo perdonas a la persona que te hace el daño, ahí se acaba y se cierra el círculo.

-    Entiendo. Todo se basa en amar y perdonar. El único propósito de la vida es ese: amar y perdonar.

-    Aun voy a ir un poco más allá, -me anunció Ángel- Si amas no necesitarás perdonar, porque nunca te sentirás ofendido. Y si no hay ofensa, no es necesario el perdón. Por lo tanto, puedes reducir el propósito de la vida a un solo concepto: amar.

>> La programación final la conocen las almas, por eso encarnan, por su afán para aprender a amar, cuanto antes, para disfrutar del gozo de unirse a Dios. Y las programaciones para ir cerrando círculos pendientes las organizan, de manera independiente, cada alma, de acuerdo con las almas involucradas en el círculo que tratan de cerrar.

>> No son propósitos opuestos, solo que cada alma tiene sus propios temas pendientes. Y si no se cumple el propósito, no pasa nada, volverán a la vida, una vez más, para poder cumplirlos. Las veces que sean necesarias.

>> ¿Lo tienes más claro?

-    Creo que sí, aunque sigo sin tener muy claro para que puede servirme en la vida.

-    Para ser feliz. Cuanto más te acercas al amor más felicidad sientes en tu interior.

>> Y cambiando de tema, ¿te importa si vamos caminando por donde tú venías? Tengo que recoger unas cosas en una tienda delante del Parque Kennedy –esto último lo dijo ya levantándose del banco.

-    No, no me importa. Te acompaño –y comenzamos a caminar hasta el parque. 

Subíamos lentamente, ahora, hablando de nimiedades, del tiempo y del cambio de ministros que había ocurrido dos días atrás. Estas sí que eran conversaciones normales, como las que estaba acostumbrado a mantener, y no como la que habíamos tenido hasta levantarnos del banco.

Al llegar a la altura del edificio donde está mi departamento le dije a Ángel que ya me quedaba en casa. Nos despedimos sin más, como la vez anterior.

No había dado ni diez pasos hacia el portal de mi casa cuando me crucé con Álvaro, un vecino de mí mismo bloque.

-    ¿Qué tal Antay?, ¿disfrutando de esta mañana tan magnífica? –fue su saludo.

-    Si –contesté- un día así hay que aprovecharlo.

-    Y siempre solo, ¿no te aburres?

-    No me aburro, estoy acostumbrado, pero hoy no he estado solo, he estado conversando con un amigo –No sé porque lo dije. Supongo que para justificar mi soledad.

-    ¡Ah!, como te he visto subir solo por el paseo pensé que habías salido solo. Bueno te dejo, que me esperan –y se alejó dejándome pensativo.

¿Cómo puede ser que me haya visto solo?, si hasta medio minuto antes de encontrarme con él estaba con Ángel. ¡Qué extraño! Miré para ver por dónde estaba Ángel y no le vi por ningún lado. Otra vez había desaparecido y, ahora, no había baño. Y seguro que Álvaro no estaba haciendo un chiste. Es como si Ángel después de dejar mi compañía desapareciera sin más y, lo más sorprendente es que parecía que fuera invisible a los ojos de los demás. ¿Me estará volviendo loco la soledad?