El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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lunes, 1 de febrero de 2016

Entregar el sufrimiento a Dios

No existen fórmulas magistrales para entregar a Dios ni el sufrimiento ni nada. Sólo hay que pensar: “Dios mío, te entrego este sufrimiento, hágase Tu voluntad”. No hay que olvidar que Dios sabe todo de cada uno de nosotros, y todo es todo: emociones, pensamientos, palabras, sentimientos y acciones.

Cabria pensar que como Dios lo sabe todo porque permite el sufrimiento, y no un sufrimiento auto-inducido como el de la madre de la entrada anterior, sino cualquier tipo de sufrimiento. Dios ni permite ni deja de permitir. Dios está ahí observando como el ser humano va ganándole metros a su mente, y Él Sabe que cualquier sufrimiento, cualquiera, sea del tipo que sea, solo es una herramienta que el ser humano se ha dado para ganar justamente esos metros para acercarse a Él.



Cuando el ser humano le ofrece a Dios el sufrimiento, no es que Dios se haga cargo del sufrimiento y ya está, se acabó el sufrimiento en ese ser humano, no, no funciona así. Cuando la persona le entrega a Dios su sufrimiento, o se pone en Sus Manos, ocurren varias cosas:
-      Se cambia el pensamiento de miedo, o de ira, o de dolor, o del tipo que sea, por el pensamiento de alta frecuencia. De inmediato cambia esa energía negativa que generaba el pensamiento negativo y que estaba ensuciando el cuerpo energético de la persona, por una energía positiva y poderosa que no solo no ensucia, sino que comienza a limpiar el cuerpo energético.
o   Esa energía negativa además atrae hacia la persona más energía de lo mismo. Recodar: “Energías iguales se atraen”. Al cambiar la energía se cambia lo que se atrae.

-      Está bien cambiar un pensamiento negativo por otro positivo, pero si además ese pensamiento positivo es hacia Dios, se abre de inmediato la puerta de comunicación con Dios, y la Energía Divina comienza a descender sobre la persona a través de su chakra corona. La persona se inunda de Amor, se inunda de Dios. Es posible que no lo note, al principio somos un poco insensibles, pero está ahí, o es posible que note una emoción momentánea o un escalofrío, que son algunas de las manifestaciones de la Energía Divina.


-      Al ponerse en manos de Dios la persona se pone de inmediato en contacto con su Plan de Vida, solo por el mero hecho de dejar de ofrecer resistencia a la Energía Divina. Eso no significa que deje de sufrir o que comience una nueva vida en concordancia con los deseos de la persona. Normalmente los deseos de la persona no tienen nada en común con el Plan de Vida, pero a pesar de que no se cumplen los deseos de la persona, esta, en su sufrimiento o en su decepción se siente tranquila, se siente en paz. 

      Recuerda, solo tienes que decir "Hágase Tu Voluntad", mantener en tu mente la idea de que todo lo que pase a partir de ese momento procede de Dios, y lo que tenga que llegar llegará por añadidura. No le puedes poner puertas al monte, no le puedes poner puertas a la vida.

viernes, 11 de diciembre de 2015

La vida es........ un circo


La vida interior es la auténtica y verdadera vida, es el sendero que nos va a llevar a la placidez y a la serenidad total, es el camino que nos acerca a Dios, alejándonos de las oscilaciones en la que nos mantenemos viviendo la vida del exterior, oscilaciones que nos llevan del dolor al placer, de la oscuridad a la luz, del amor al miedo.
No podemos permitir dejarnos arrastrar por la corriente de los pensamientos negativos, que nos quieren hacer experimentar como verdadero lo que sólo es ilusión, la ilusión de todas las cosas que percibimos por los sentidos y nos presenta la mente. Y es esta ilusión la que hace que nos hundamos en la más trágica de las desesperaciones o sintamos el más dulce de los placeres.
Pero tanto la desesperación como el placer tienen un carácter efímero, que en el peor, o mejor de los casos, puede durar lo que dura una vida. Y ¿Qué es una vida comparada con la eternidad?
La vida es la escuela para la eternidad. Cada vida, cada tiempo de encarnación, es un curso de aprendizaje para alcanzar la graduación del Espíritu, la graduación del Alma, y si nos dejamos arrastrar por las ilusiones que nos presentan los sentidos, acabaremos cada curso sin haber alcanzado el nivel imprescindible para pasar al próximo curso, repitiendo vidas que no sólo pueden resultar inútiles, sino que pueden ser un lastre por la acumulación de causas pendientes, que hemos de solucionar en vidas posteriores.
Todas las situaciones que se presentan, todas las personas que nos rodean, todas las circunstancias vividas, están ahí justo en el momento oportuno para aprovechar la mejor de las enseñanzas. Es nuestra opción vivir la enseñanza con la mente, desde los planteamientos del propio interés material, desde el resentimiento, desde la ira o desde los celos, o vivir desde el interior donde habita la misericordia, la compasión y el amor.


La mente en como un circo, como un espectáculo de ilusiones, en el que van apareciendo un número de prestidigitación tras otro, con el único fin de preservar su poder, de mantener la atención, de defender su espacio, y todo desde una sólida base creada por ella misma: el aislamiento, la separación de todo. El ser humano no es un ente aislado, sin embargo, él se lo cree. Él no cree realmente que sea un Espíritu, no cree que sea un Alma, no cree que el cuerpo sea una simple, aunque muy importante, vestimenta, no cree que está interconectado con el resto de almas, no cree que sea parte de una misma Energía, no cree que haya sido creado a imagen y semejanza de Dios, y que el objetivo de cada tiempo de encarnación sea el aprendizaje para la unión con su Alma, la unión con la Energía, la unión con Dios.
El ser humano no es un ente aislado. El ser humano no está sólo. Este es el primer aprendizaje, el siguiente es vivir desde el interior. Desde el interior se puede observar el espectáculo que presenta la mente de manera imparcial, sin implicarse en los números de ilusión que van apareciendo en el escenario de nuestra mente y que sólo buscan, la hipotética satisfacción de ella misma, satisfacción que nunca va a conseguir, ya que la mente es ávida de sus deseos e implacable de sus obsesiones, y nunca tiene suficiente, siempre quiere más.
Vivir desde el interior, manteniendo en reposo a la mente, nos hace recordar el camino para el retorno a casa, el retorno a nuestra verdadera casa, la casa del Alma, la casa de Dios.

lunes, 24 de agosto de 2015

¿Cómo soy?


            El ser humano lleva en su maleta emocional una serie de máscaras que va utilizando en el transcurso del día, Cuando se levanta por la mañana se pone la máscara de la prisa, al llegar a la oficina se pone la de jefe, o la de subordinado, o la de señor de la limpieza, o la de vigilante, y así una tras otra en función de las distintas interacciones que va teniendo a lo largo de su día, y lo hace con la misma facilidad que lo pueden hacer los profesionales de la risa en el circo para conseguir las carcajadas de su público. Pero existe una notable diferencia, mientras para unos es una profesión para los demás la máscara no es más que una cortina de humo para ocultar sus miserias. 
            Es posible que ni el mismo ser humano sepa realmente quien es y cómo es. Bueno quien es, es seguro que no lo sabe. Él cree que es Don Fulano de Tal, y actúa desde ese pedestal, sea alto o bajo, no importa, cuando ese nombre es el que le han dado a su cuerpo, de la misma manera que su vehículo es Audi o Toyota, porque su cuerpo es su vehículo. Quien realmente es, es un hijo de Dios. Entonces, si la persona no sabe quién es, parece lógico que tampoco sepa como es.
            Este desconocimiento hace que actúe de mil maneras diferentes, en función de quien se encuentra delante. La persona no es la misma con su pareja que con sus hijos, no es la misma con su jefe que con sus compañeros, no es la misma con sus amigos que con sus vecinos, y así podríamos seguir enumerando encuentros, en los que encontraríamos que la persona es diferente en todos y en cada uno de ellos.
            Es posible que ni un observador imparcial lograra saber exactamente como es la persona objeto de su observación, a no ser que la observara en su soledad, situación difícil, porque en soledad no se actúa, en soledad se siente, y hay muchas posibilidades que incluso en su soledad no sea ella misma al cien por cien, ya que estará dándole vueltas a un millón de cosas y haciendo que sus sentimientos y emociones vayan variando, desde aquello que le sucedió ayer hasta como le gustaría realmente ser.
 
Es curioso, porque casi nadie está contento consigo mismo, por infinitas razones. Todos quieren ser lo que no son, pero casi nadie es capaz de ponerse a trabajar para llegar a ser esa persona que quisiera ser, o ponerse a trabajar para aceptar lo que es.
            El ser humano es un cúmulo de contradicciones: Busca la felicidad fuera de sí mismo, cuando la tiene en su interior; busca que le amen cuando es incapaz de amarse a sí mismo; elige una pareja y envidia a las parejas de los demás; es incapaz de trabajar para la realización de sus sueños, pero obliga a sus hijos a realizarlos, sin pensar que posiblemente sus hijos tengan sus propios sueños; es incapaz de reconocer sus defectos, pero es un maestro en el arte de juzgar y de criticar los defectos de los demás; como no reconoce sus defectos no trabaja para mejorarlos, pero reparte consejos a diestro y siniestro para que los demás mejoren los suyos; busca la paz viajando a los confines del mundo, cuando la podría encontrar si realizara el corto trayecto que existe entre su mente y su corazón.
            Lo que viene a continuación es un consejo, si no te apetece no lo leas:
Medita.
            Si sigues mi consejo y meditas
-          Empezarás a conocerte un poco y disminuirán tus contradicciones.
-          Casi sin proponértelo van a encontrarte de frente con la felicidad.
-          Descubrirás que el amor es una energía y no esa tonta sensación que tienes cuando ves a alguien del sexo contrario.
-          Llegarás a ser consciente de que lo más importante en el mundo eres tú, y que eso, además, no es ser egoísta.
-          Tendrás las fuerzas suficientes para correr detrás de tu sueño.
-          Serás consciente de que tus hijos son también seres humanos, que no son de tu propiedad y que tienen que realizar su propio camino.
-          En el viaje que vas a realizar dentro de ti comenzarás a descubrir tus defectos y trabajarás para ir eliminándolos.
-          Sabrás que no has venido a este mundo a juzgar a nadie.
-          Que los consejos los puedes dar, pero cuando te los pidan.
-          Aprenderás a respetar y tratarás a todos tan solo como quieres que te traten a ti.
Así, no solo sabrás quien eres: Un hijo de Dios, sino que sabrás como eres: Un ser de amor y podrás llevarlo por bandera sin necesitar máscaras porque no tendrás que ocultar ninguna miseria.

 

    

miércoles, 29 de abril de 2015

Hay que enseñar a los niños


La letra que los niños aprenden con sangre
se les va a olvidar cuando se cierre la herida.
Aquello que los niños aprenden jugando
permanecerá para siempre
Hari Krishan
           
La ducha de la mañana debe reblandecer todos mis tejidos y facilitar el camino de la energía porque es en ese momento cuando las intuiciones, las ideas y los mandatos del corazón, o lo que sea, llegan con más nitidez a mi cerebro. A veces he pensado en ducharme en seco, como hacen con la ropa en las lavanderías, o hacerlo sentado en postura de meditación y meditar para sentir solo el agua y no tener pensamientos, pero no, no lo he hecho todavía, pero no lo descarto.
            Y es muy pesado, porque soy muy mental para mí mismo, lo de los demás me lo creo todo a pies juntillas, pero para mí soy como Santo Tomás, tengo que ver para creer, y como no hago caso de inmediato me estoy duchando cada día con la misma historia, y la ducha es larga, muy larga, ya que aunque haga Kundalini no sigo las recomendaciones de Yogui Bhajan de ducharme con agua fría, me ducho con agua caliente, ¡Me gusta, que le voy a hacer!, bastantes bofetadas nos va dando la vida, como para encima, no disfrutar de los grandes o pequeños placeres inocuos, y una ducha con agua caliente para mí es un placer increíble. ¿Dónde estaba?, ¡Ah sí!, decía que es muy pesado ducharme cada día con la misma historia, hasta que por fin, un buen día, hago caso a la historia del momento y empiezo a actuar, unas veces con acierto y otras no tanto, debe de ser que a veces el agua no está tan caliente, los tejidos no se ablandan tanto y la información pasa distorsionada.
            Todo esto, es una introducción para haceros participes de la historia del momento, porque necesito ayuda, porque necesitamos ayuda, porque la Tierra necesita ayuda. Desde hace dos meses, me ducho rodeado de niños. Me explico. Todos los días la idea que tortura mi cabeza es: “Tienes que enseñar a los niños”. Supongo que los que sois intuitivos y leéis el blog os habréis dado cuenta de que en las últimas entradas hablo demasiado de los niños. Y si, de momento, a pasar del escaso éxito, ya que sólo tengo una encantadora alumna de cinco años, mantengo dos horarios para niños, dos días a la semana, uno para niños de cuatro a siete años y otro para niños de ocho a doce años, y lo voy a seguir haciendo hasta que reciba, en la ducha claro, ordenes en contra. Pero como no me resigno a seguir solamente con una alumna, iré llenando el facebook con publicidad de la clase de niños, espero vuestra comprensión y podéis compartirlo, sobre todo los que estáis en Lima o tenéis conocidos acá, no seáis tímidos, así ayudareis a la causa, y cambiará la historia de mi ducha.
            La idea es, y ya lo estoy haciendo can Natalia, jugar a hacer yoga y aprender a meditar también jugando, que es lo que también hacen todos los valientes que se atreven a dedicar un espacio en su Centro para los niños.
 
            Digo valientes porque los que hacen yoga para niños lo son y mucho, porque los niños no vienen solos a las clases, les traen los papas, y eso implica que a los papas les guste el yoga, o que al menos crean que a sus hijos les va a ir bien, y eso supone que no va a haber clases superllenas, lo cual tampoco podría ser, ya que los niños necesitan mucha atención. ¡Vamos, que no es un negocio! Es claro que los papas traen a los niños porque son traviesos, porque son muy nerviosos, porque tienen estrés, porque enferman mucho, porque son muy activos, porque no se relacionan con otros niños, o porque son tímidos y apocados. Cada uno tiene su razón, ninguno va a venir declarando: “Quiero que mi hijo aprenda a meditar para que llegue a ser un adulto mentalmente sano”, no, ninguno lo va a hacer, pero nuestro trabajo, es trabajar para eso, trabajar para que ese niño sea feliz desde entonces hasta que ya de abuelito finalice su camino en la Tierra, y por supuesto, el objetivo de los papas también se va a ver cumplido porque ya va implícito en la definición de yoga o de meditación.
            Jugamos a hacer yoga y jugamos a meditar, porque es jugando como los niños aprenden, y lo que así aprenden va a mantenerse en su interior para siempre. La letra que los niños aprenden con sangre se les va a olvidar cuando se cierre la herida.
            Pero tenemos que ser muchos. Hay que llegar a cuantos más niños mejor, porque se gana muchísimo tiempo si los que aprenden a meditar y a ser felices desde su interior son los niños. Estos niños cuando lleguen a adultos no se van a comportar de la misma manera, dañina para ellos y para el resto de la sociedad, que sus progenitores. Van a saber y van a actuar desde el conocimiento de que la única moneda de cambio es el Amor, y no van a tener los traumas que tienen los adultos debido a su debilidad de carácter o su nula voluntad, ya que cuando estos niños lleguen a adultos además de los hábitos materiales, descansar, comer, asearse, etc., tendrán los hábitos espirituales y sabrán cuidar a su alma con el mismo mimo que cuidan su cuerpo. Decía en la entrada “Mejor desde niños” que enseñar a meditar a un niño con cinco, seis o siete años, es garantizar un adulto mentalmente sano, es inculcar un hábito que será tan normal como lavarse, almorzar o ver la tele, es inculcar las creencias de Dios, desde la perspectiva de que Dios es Amor, es enseñarles desde pequeños que todos somos hermanos, es enseñarles a compartir y no a competir, es ayudarles a madurar el carácter, es enseñarles a crecer y no sólo a envejecer, es enseñarles a amar, es enseñarles realmente a vivir.
            Hago desde aquí un llamado a todos los meditadores para que enseñen a meditar a los niños, hago un llamado a los instructores de yoga para que abran sus Centros también a los niños, hago un llamado a los padres para que piensen seriamente que quieren que sean sus hijos de adultos, que sean adultos sanos y felices o sean dependientes de pastillas, de terapias, de libros de autoayuda, de psicólogos o psiquiatras, hago un llamado a la sociedad en general para que vuelquen su amor, (aunque sea con minúscula ya es importante), en los niños, en todos los niños, tanto a los que les falta un plato de comida como a los que les salen las golosinas por las orejas, porque los niños de hoy serán los adultos de mañana, y si queremos un mundo nuevo se ha de comenzar por la base, por los niños, los adultos bastante tenemos con subsistir con lo que nos hemos encontrado, somos pocos los que estamos en esta onda, y ya no tenemos tiempo material para cambiar nada, pero si todos los niños crecen en el Amor, es lo que van a dar en su etapa adulta, con lo cual el mundo será algo más equitativo, sin hambre, sin guerras, sin desigualdad, un mundo tolerante, un mundo libre, en definitiva un mundo mejor, y todo gracias a los niños que estamos educando y enseñando hoy.

lunes, 16 de marzo de 2015

La muerte: Transito entre vidas


La vida física solo es un medio para la manifestación del espíritu, nada más. Todo lo que el ser humano viene a hacer a la materia no es más que el trabajo elegido por el propio espíritu. No es casualidad lo que el ser humano se encuentra en la Tierra, ni el hijo del potentado ni el hijo del pobre lo son por caprichos del destino, lo son, sin error, por su propia voluntad. Lo son porque es justamente esa situación la elegida por ellos, por ser la más idónea para la realización de su trabajo.
No viene el ser humano a la vida para tener una cuenta corriente que haga palidecer de envidia a sus congéneres, no viene para tener una profesión de éxito, ni para ganar ningún concurso, viene con un objetivo concreto: Desarrollar lo antes que pueda y lo mejor que sepa su trabajo y su aprendizaje, para no volver, y quedarse así definitivamente en su casa, en  “la casa del espíritu”, donde morará eternamente.
Ya son muchos los seres humanos que saben eso, y muchos más son los que lo intuyen, pero muy pocos son los que actúan en consecuencia con ese saber en su vida física.
Es por la falta de integración de esa sabiduría en su conciencia, o por ignorancia de lo que son y de lo que han venido a hacer acá, que su actuación a lo largo y ancho de la vida no es más que una pobre, no, más que pobre, mísera competición con todos los espíritus afines, sus hermanos, que coinciden con ellos en la vida, no por casualidad, sino por propia elección.
 
Como consecuencia de esta ceguera, la vida no es más que una triste caricatura de lo que realmente ellos mismos esperaban realizar, y lo que estaba minuciosamente planificado se derrumba de manera estrepitosa socavado en sus cimientos por unos males que el espíritu no conoce: miedo, tristeza, odio, envidia, celos, y un sinfín de emociones más generadas por una mente que no sabe actuar según el papel asignado de servidora del alma.
Y entre todas esas emociones negativas, hay una que destaca por ocupar un lugar prioritario entre todas ellas: el miedo a la muerte. La angustia que produce a los seres humanos el pensar que un día, que además no sabe cuál va a ser, se va a terminar todo con la muerte les afecta de manera dramática sacando a la luz miedos paralelos, como pueden ser el miedo a la enfermedad, al dolor, o a la soledad, que pueden afectarle durante toda la vida.
De poco vale el tener conocimiento de la manifestación de seres que están al otro lado de la vida, Maestros, Ángeles, Guías, o familiares que han partido con anterioridad, de poco vale tener información de lo placida que es la estancia en ese plano, de poco vale creer que en la vida en la Luz no existe dolor, ni enfermedad, ni necesidades físicas, que son las que preocupan a la humanidad, de poco vale saber todo eso, el miedo a la muerte está ahí, perenne, inamovible.
Pero tenemos suerte los seres humanos. Conscientes de nuestro miedo, los seres que están al otro lado de la vida, cuando llega el mágico momento de traspasar el umbral de la vida, todos se vuelcan en nuestra ayuda, haciendo que el transito normalmente sea placido y sereno.
Podemos hacer, en nuestras manos está, que toda la vida sea plácida y serena, desterrando los miedos que son como una losa que los seres humanos tenemos que ir arrastrando por el camino de nuestra vida, y además de nada vale el pesado equipaje.
Pongámonos en manos de Dios. Detengamos la locura de nuestra mente. Dejemos hablar al corazón, y si no entendemos con claridad cuál es nuestra misión en la vida, podremos intuirlo, y si ni tan siquiera lo intuimos, vivamos con amor, esa manera de vivir va a hacer que nuestra vida sea un paseo, libre de equipaje, por un ancho camino sembrado de pétalos de rosa.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Comprensión


            Todos los seres humanos, en mayor o en menor medida, hemos tenido la osadía de juzgar y de criticar a nuestros semejantes. Y todo ello, debido, posiblemente, a que cada uno de nosotros nos creemos en posesión de la verdad, de una verdad única, perfecta e inmutable, y eso hace que ante cualquier circunstancia, distinta de las propias creencias, nos permitamos el atrevimiento de juzgar aquello que no es coincidente con nuestra propia verdad.
            Una crítica es una opinión, un examen o un juicio que se formula en relación a una situación, servicio, propuesta, persona u objeto. Se juzga y se critica todo: el vestir, las maneras de hacer, o de no hacer, el hablar, el callar; por criticar, se critica hasta el tamaño de la nariz. 
Pero en realidad, alguien se ha preguntado cuál es el objetivo real de la crítica. Podría ser un objetivo constructivo, como por ejemplo, que la persona criticada cambiara alguna de sus actitudes, o cambiara su carácter. Pero ¿Que sabe el crítico de las condiciones de vida, del pensamiento o de los sentimientos de la persona criticada? Es posible también que la crítica no tenga ningún objetivo definido, y que solo sea una manera de liberar la propia frustración del crítico, o asomarse a su propia impotencia, siendo incapaz inconscientemente de soportarla, o no soportar tampoco el reflejo de sus propios errores.
De cualquier forma, sea por la razón que fuere, la crítica no lleva a buen puerto. El criticado, si tiene conocimiento, es posible que se sienta mal. Pero la peor parte, se la lleva, desde luego, el crítico: Por el Karma que se autogenera, por el que tendrá  que pagar, tarde o temprano, y de manera inmediata por la energía que se produce por el pensamiento o la palabra de crítica.  
¿Qué pasaría si elimináramos la crítica?, ¿Qué pasaría si actuáramos siempre con total comprensión ante cualquier situación? La comprensión que está relacionada con el verbo comprender, se relaciona con la actitud de entender o de justificar como naturales las acciones o las emociones de los otros.
Comprensión es la aptitud para alcanzar el entendimiento de cualquier acontecimiento, es tolerancia, es paciencia, es confianza en los demás.
Hemos de ser conscientes de nuestra propia fragilidad, y de que podemos caer en la misma situación y en los mismos errores.
La comprensión es un acto de generosidad, ya que con ella aprendemos a perdonar a los demás y a tener confianza en ellos.
Ante cualquier situación, en la que estemos propensos a la crítica, sería bueno preguntase como actuaríamos nosotros. Para lo cual tendríamos que conocer todos los aspectos que afectan a dicha situación.
En esta época del año, con los sentimientos un poco más a flor de piel que en cualquier otra época, podríamos empezar a ser conscientes de nuestras críticas y empezar a comprender a los otros.
¡Seguro que siempre existe una razón, desconocida para nosotros, por la que la otra persona actúa como lo hace! Entendámosla y aceptémosla.

lunes, 7 de octubre de 2013

Como amarse a uno mismo (2)


“Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo,
no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes”
Indira Gandhi
“Amarse a sí mismo es reconocerse y elogiarse verbalmente.
Es aprobar totalmente las propias acciones.
Estar seguro de las propias habilidades.
Amar el propio cuerpo y admirar la propia belleza”
Sondra Ray
“La religión de todas las personas debería ser la de creer en sí mismas”
Jiddu Krishnamurti
Hacia una buena auto-imagen:
En casi todas las épocas y culturas, la “belleza” ha sido admirada como un don especial. De manera similar, las sociedades se han caracterizado por sancionar la “fealdad”. Las personas somos crueles con aquellas que no reúnen los  cánones de belleza establecidos. Es común ver como los niños se burlan de los gordos, los bajitos, los altos, los narigones, los muy flacos, etc. Los humanos no toleramos los extremos estadísticos.
El juicio estético que la cultura da a la apariencia física, tiene enormes consecuencias para nuestro futuro: Los juicios hacia las personas hermosas son más benignos, somos muy crueles con las personas que no son tan hermosas.
No hay un criterio universal de belleza. El patrón ideal de lo que es hermoso se aprende a través de las experiencias personales y sociales del entorno inmediato. La propia imagen corporal se forma por la influencia de dos fuentes de datos: El ambiente social y los medios de comunicación.
Si la autoafirmación personal gira en torno de la belleza física, esto no solo indica una pobre vida interior, sino una muerte prematura. La necesidad imperiosa de mantener la juventud y la belleza a toda costa, y no entender el encanto de las distintas edades, lleva indefectiblemente a la depresión.
A pesar de que se nos inculque lo que debe ser “hermoso” o “feo”, no significa que sea una verdad absoluta, por lo que cada persona puede decidir su concepto de lo bello.
Me gusto porque me gusto, y punto. Lo importante, no es ser hermoso, sino gustarse a sí mismo. Para lograrlo no es conveniente utilizar criterios rígidos y estrictos.
Mejorando la auto imagen:
1.- Trata de definir tus propios criterios de lo que es bello:
-          No te dejes llevar de la mano por los conocedores. En este tema, nadie sabe nada.
-          No te dejes regañar por tus gustos.
-          Trata de ser una persona espontanea y auténtica cuando elijas.
-          Lo atractivo para ti es una elección que sólo tú puedes hacer.
-          Arriésgate a ensayar e inventar sobre tu arreglo personal.
-          A la pregunta estúpida: ¿Se usa?, simplemente contesta: “No tengo la menor idea”.
-          Arréglate para ti y no para otros.
2.- Descarta la perfección física y los criterios estrictos:
-          No hay un absoluto.
-          Hay gorditos atractivos, delgados insípidos y viceversa. Hay bajitas sensuales, espigadas insulsas y viceversa.
-          No pierdas el tiempo pensando que te falta para ser Afrodita o Apolo. Disfruta lo que tienes y no te exijas lo imposible.
-          La idea de la perfección sólo te llevará a focalizar la atención en tus defectos y a olvidar tus encantos.
3.- Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti:
-          Siéntete orgulloso y feliz de tus atributos físicos. No importa si son muchos o pocos, eres afortunado por lo que tienes.
-          No escondas las cosas que te agradan de ti: destácalas, muéstralas y disfrútalas.
-          Nunca pienses que has agotado tus encantos.
-          Explora y te sorprenderás de las cosas atractivas, interesantes, seductoras y sensuales que puedes hallar en ti.
-          Focaliza la atención en las cosas tuyas que te resulten agradables.
4.- Tu auto imagen se transmite a otros:
-          Si te sientes una persona poco interesante y atractiva, darás esa imagen a los demás.
-          La gente te tratará como inadecuada y te hundirás cada vez más en una auto imagen oscura y triste.
-          Rompe el círculo vicioso. En cierta manera, la belleza es una actitud.
-          Los famosos “feos” o “feas atractivas” son el resultado de una actitud positiva hacia sí mismos.
-          Si te auto compadeces, te compadecerán. Si te sientes lástima, inspirarás pesar. Si te ves a ti mismo como desagradable, te rechazarán.
-          La mejor manera de romper el círculo negativo es gustarte.
-          Si te sientes irresistible y atrayente, no cabe duda, serás una persona bella.
-          Prueba a jugar el papel de alguien sin complejos, a ver cómo te sientes.
-          Como un ensayo de conducta, siéntete irresistible con las demás personas e intenta comportarte en esa dirección. El círculo comenzará a quebrantarse.
5.- El aspecto físico es sólo uno de los componentes de tu auto imagen:
-          Ser bien parecido es uno de los tantos requisitos de la atractibilidad. No es el único. Ni siquiera el más importante.
-          El aspecto físico no garantiza todo.
-          Las personas, además de lindas o feas, pueden ser cálidas, amables, inteligentes, tiernas, seductoras, sensuales, interesantes, educadas, alegres, afectuosas, graciosas, etc. Hay personas que poseen magia.
-          Tienes muchas opciones para gustarte. Pregúntate que más tienes fuera de huesos y piel.
6.- No importa que seas o como seas. Si realmente te agradas y te gustas, siempre encontrarás alguien que guste de ti:
-          El auto desagrado inmoviliza.
-          Las personas que no se gustan anticipan el rechazo y evitan la gente.
o   Muestran miedo a la evaluación negativa y ansiedad social.
o   Viven con un alto nivel de frustración por considerar casi imposible que alguien se sienta atraído por ellas.
o   No intentan la coquetería y la seducción porque se consideran ridículas en ese plan.
o   Nunca dan el primer paso, y si alguien se acerca lo ahuyentan con sus inseguridades y prevenciones.
-          Gustarse es abrir los horizontes afectivos y aumentar las posibilidades de conocer gente.
 

domingo, 6 de octubre de 2013

Como amarse a uno mismo (1)


Perdónate, acéptate, reconócete y amate.
Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad.
Facundo Cabral.
Si te olvidas de ti, tarde o temprano, los demás, siguiendo tu ejemplo,
también se olvidarán, y quizás deduzcan que no existes.
Joege Bucay.
            Más de una vez habrás oído, porque te lo han dicho a ti o se lo decían a otros: “Lo que tienes que hacer es amarte, valorarte y respetarte”.
            Está muy bien, ¡es tan fácil dar consejos!, pero ¿Cómo hacerlo?, ¿Cómo llegar realmente a amarse a uno mismo?, ¿Cómo sabemos que es amor lo que podemos sentir hacia nosotros mismos y no es una forma de egoísmo?
            He encontrado el libro de un psicólogo clínico, Walter Riso: “Aprendiendo a quererse a sí mismo”, que lo explica de mejor manera de lo que yo podría hacerlo. Por lo tanto, esta entrada y posiblemente las dos siguientes son un extracto de dicho libro. Este libro lo podéis encontrar en Internet.
            La sociedad ha orientado el aprendizaje social a fortalecer el amor dirigido a los demás y ha olvidado que el requisito esencial para dar es la auto-aceptación. Es imposible entregar amor si no te quieres a ti mismo.
            Nuestra civilización intenta inculcar principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, el altruismo, la expresión del amor, el buen trato, la comunicación, etc., pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros humanos. El auto-respeto, el auto-amor, la auto-confianza y la auto-comunicación, no suelen tenerse en cuenta. Más aun, se considera de mal gusto el quererse demasiado. Si una persona es amigable, expresiva, cariñosa y piensa más en los otros que en ella misma, es evaluada excelentemente. Si alguien disimula sus virtudes, niega o le resta importancia a sus logros, es decir, miente o se auto-castiga, ¡es halagado y aceptado!
            No sólo rechazamos la auto-aceptación honesta y franca, no nos importa que sea cierta o no, sino que promulgamos y reforzamos la negación de nuestras virtudes. Absurdamente, las virtudes pueden mostrarse, pero no verbalizarse.
            Para evitar caer en la pedantería insufrible del sabelotodo, hemos caído en la modestia auto-destructiva de la negación de nuestras virtudes. Por no ser derrochadores, somos mezquinos. Los psicólogos clínicos saben que ese estilo de excesiva moderación hacia uno mismo es el caldo de cultivo de la tan conocida y temida depresión. Tienes el derecho a quererte y a no sentirte culpable por ello, a disponer de tu tiempo,  a descubrir tus gustos, a mimarte, a cuidarte y a elegir.
            Desde pequeños nos enseñan conductas de auto-cuidado personal: lavarnos los dientes, bañarnos, cortarnos las uñas, controlar los esfínteres y vestirnos. ¿Pero qué hay del auto-cuidado y de la higiene mental? No se nos enseña a querernos, a gustarnos, a contemplarnos y a confiar en nosotros mismos.
Hacia un buen concepto de ti mismo.
            La cultura nos ha enseñado a llevar un garrote invisible, pero doloroso, con el que nos golpeamos cada vez que equivocamos el rumbo o no alcanzamos las metas personales. Hemos aprendido a culparnos por casi todo lo que hacemos mal y a dudar de nuestra responsabilidad cuando lo hacemos bien.
            Si fracasamos, decimos: “Dependió de mí”, si logramos el éxito: “Fue pura suerte”.
            Algunas personas, por tener un sistema de auto-evaluación inadecuado, adquieren el vicio de auto-rotularse negativamente por todo. Se cuelgan carteles con categorías generales. En vez de decir: “Me comporté torpemente”, dicen: “Soy torpe”. Utilizan el “soy un inútil” en vez de “me equivoqué en tal o cual cosa”.
            Palabras que deberían suspenderse de nuestra lengua y ser consideradas “malas palabras”: NUNCA, SIEMPRE, TODO y NADA. Lo único que generan son confusión y malos entendidos.
            Como es de esperar, si deseas fervientemente el éxito, el poder y el prestigio, temerás al fracaso. Este miedo te hará dirigir la atención más hacia las cosas malas que hacia las buenas, con el fin de “prevenir” los errores que tanto temes. Esto lleva a desconocer las aproximaciones a la meta, así como los esfuerzos y pequeños ascensos que realices en la escalinata hacia tus logros personales. Por querer ver el árbol, no verás el bosque.
1.- Trata de ser más flexible, tanto con otros como contigo:
            - No pienses en términos absolutistas: No hay nada totalmente bueno ni malo.
            - Debes tener tolerancia a que las cosas se salgan a veces del carril.
            - Aprende a soportar, a perdonar y a entender tu rigidez como un defecto, no como una virtud.
            - Las cosas rígidas son menos maleables, no soportan demasiado y se quiebran.
           - Si eres normativo, perfeccionista, intolerante y demasiado conservador, no sabrás que hacer con la vida. Ella no es así.
          - La gran mayoría de los eventos cotidianos te producirán estrés, porque no son como a ti te gustaría que fueran.
          - Concéntrate durante una semana o dos, en los matices:
·         No te apresures a categorizar de manera terminante.
·         Detente y piensa si realmente lo que dices es cierto.
·         Revisa tu manera de señalar y señalarte. No seas drástico.
·         Evita utilizar palabras como siempre, nunca, todo o nada.
-          No es lo mismo decir: “Robó una vez”, que “ser un ladrón”.
-          Las personas no son, simplemente se comportan.
§  Permítete no ser tan normativo.
·         Sé más informal un día, a ver qué ocurre.
§  Trata de no ser perfeccionista.
§  Convive con el desorden una semana. Piérdele el miedo.
§  No rotules ni te auto-rotules.
§  Intenta ser benigno.
§  Habla solo en términos de conductas.
§  Concéntrate en los matices.
§  La vida está compuesta de tonalidades, más que de blancos y negros.
§  Escucha a las personas que piensan distinto de ti.
2.- Revisa tus metas y las posibilidades reales para alcanzarlas.
-          No te coloque metas inalcanzables.
-          Exígete de acuerdo con tus posibilidades y habilidades.
-          Cuando definas alguna meta, define también las sub-metas o los escalones.
-          Intenta disfrutar de cada peldaño como si se tratara de una meta en sí misma.
-          No esperes llegar al final para descansar y disfrutar. Busca estaciones intermedias.
-          Escribe tus metas, revísalas, cuestiónalas y descarta aquellas que no sean viables.
-          La vida es muy corta para desperdiciarla.
-          Si tus metas son inalcanzables, vivirás frustrado y amargado.
3.- No auto-observes sólo lo malo.
-          Si sólo te concentras en tus errores, no verás tus logros.
-          Si sólo ves lo que te falta, no disfrutarás del momento, del aquí y el ahora.
-          No estés pendiente de tus fallos como un radar.
-          Cuando te encuentres focalizando negativamente de manera obsesiva, para.
4.- No pienses mal de ti.
-          Sé más benigno con tus acciones.
-          Afortunadamente no eres perfecto.
-          No te insultes ni te faltes al respeto.
-          Lleva un registro sobre tus auto-evaluaciones negativas.
-          Si detectas que el léxico hacia ti mismo es ofensivo, cámbialo. Busca calificativos constructivos.
-          Ejerce el derecho a equivocarte.
-          Los seres humanos, al igual que los animales, aprendemos por ensayo y error, no por ensayo y éxito.