El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




viernes, 30 de septiembre de 2022

Una nueva vecina

 


Capítulo X. Parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

La nueva vecina debía ser de la puerta izquierda. El departamento estaba vacío desde hacía más de un año. Ahora entiendo el movimiento y los ruidos de la semana pasada.

Abrí la puerta y me encontré con la nueva vecina. Una mujer joven, rondando la treintena, un poco más baja que yo, media melena rubia, con unos ojos grandes, claros, húmedos y enrojecidos, como si hubiera estado llorando, y parecía que con algunos kilos de más.

Nada más abrir, amplió la información que me había dado con la puerta cerrada.

-    Hola, mi nombre es Diana. Disculpa. Me he mudado hace un par de horas y ahora iba a calentar un poco de comida en el microondas. Supongo que debe de tener algún problema, porque nada más enchufarlo se ha ido la luz en toda la casa y no sé dónde está el interruptor general –todo eso lo dijo casi sin tomar aire, aunque mejor que fuera así, porque por su aspecto daba impresión de que podría romper a llorar en cualquier momento.

-    Hola Diana. Mi nombre es Antay. Bienvenida al edificio. Sí, sé dónde se encuentra el cuadro general, pasa y te enseño donde está –mientras le hablaba me aparté a un lado para que pudiera pasar.

-    ¿Te importaría acompañarme? –preguntó con un hilillo de voz.

-    No, al contrario, será un placer. Espera que recojo las llaves y una linterna para poder iluminar el camino.

Diana abrió la puerta cediéndome el paso y poder llegar así a la lavandería que es donde se encontraba el cuadro general.

Había cajas, sin abrir, repartidas por toda la casa, excepto un par de ellas, en la cocina, que ya estaban abiertas. En la lavandería, justo delante del cuadro de los interruptores de la luz, habían colocado una pila de cajas. Era normal que no lo hubiera encontrado. Moví las cajas, que no tenían un excesivo peso, y apareció el cuadro ante nosotros con dos interruptores desconectados. Una vez repuestos no volvieron a saltar por lo que la luz volvió a iluminar casi todo el departamento. Tenía todas las lámparas encendidas.

-    Gracias –dijo Diana, quedándose encogida en la lavandería, intentando retener las lágrimas que amenazaban con salir.

-    La pobre chica lo estaba pasando mal. Supongo que no sería porque se había ido la luz, y le pregunté –Perdona, ¿estás bien?

Esa fue la espoleta. Rompió a llorar de manera desconsolada. No podía ni hablar. Pasé a la cocina donde había visto una caja de pañuelos que, seguro que ya estaba utilizando ella, para acercársela.

Allí, apoyada en una pared de la lavandería, no paraba de llorar. Me atreví a agarrarla de un brazo para llevarla hasta la cocina. Le acerqué una silla para que se sentara y, al menos, llorara con más comodidad.

-    Intentaba decir algo, pero era casi imposible. Después de varios intentos dijo, de manera entrecortada- Perdona, ¿qué pensarás?

-    Además del disgusto que parecía tener, aún estaba preocupada por lo que yo pudiera pensar- No pienso nada. Tranquila. No sufras por mí.

Como parecía que iba para rato me senté yo también, mientras la acompañaba, de manera silenciosa, en su llanto.

Después de casi media hora, comenzó a serenarse.

-    ¿Puedo hacer algo por ti?, aunque sea compañía. 

-    Gracias –contestó. Y yo permanecí en silencio esperando que dijera algo más, y continuó- es que me he separado y hoy es el primer día que estoy sola.

-    Lo único que puedo decirte es que, si tienes más necesidad de llorar, lo hagas. Alivia mucho. Si quieres hablar, puedes hacerlo, también alivia y más conmigo que soy un desconocido. Y, si lo necesitas, puedo hacerte compañía el tiempo que quieras. Vivo solo y, de momento, estoy sin trabajo, así que tengo todo el tiempo del mundo.

-    Gracias –parecía que se le había abierto el cielo, hasta esbozó una ligera sonrisa- no me vendría mal un poco de compañía, si no te importa.

-    No me importa en absoluto. Pero ¿Qué te parece pasar a mi casa?, aquí sería un poco incómodo. Te invito a cenar y a tomar un té.

Cuantos prejuicios tenemos los seres humanos. Diana necesitaba compañía, quería tenerla, tenía abierta la posibilidad y seguía insistiendo.

-    Es que no quiero molestar.

-    Anda, vamos Diana. No me molestas. Apaga las luces y vamos –tenía que ser categórico para que no añadiera más victimismo a lo que parecía una triste historia.

Apagamos las luces y pasamos a mi casa. En ese momento Diana era como un bebé que necesita compañía, cariño y una mano que guie sus pasos. Parecía perdida en la soledad de la vida.

Obsequio: En octubre 2 terapias al precio de 1


 

Meditación: Controlar la energía y expandirte

 


jueves, 29 de septiembre de 2022

Aprender a vivir

          

        Toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, es una acumulación de experiencias y una incesante recepción de lecciones. Esto sucede desde nuestra individualización como almas y, en cada vida, desde la experiencia del primer nacimiento, hasta la última muerte en nuestra última vida terrena, se van sucediendo situaciones, que llevan implícito el aprendizaje, que hemos decidido tener en esa vida en concreto y en ese determinado momento. Y excepto, posiblemente, en la segunda mitad de nuestra última vida, ese aprendizaje se realiza normalmente de manera totalmente inconsciente y en un gran porcentaje de ocasiones, con sufrimiento.

          Somos inconscientes del aprendizaje que conlleva cada situación y cada experiencia, pero sí que somos conscientes de la experiencia, es decir: Imagina que reaccionas siempre con rabia ante una determinada situación que se produce con un compañero de trabajo. La inconsciencia está en que no sabemos que esa situación lleva implícito un aprendizaje y, mucho menos, cuál es el aprendizaje, pero si somos conscientes de la rabia que nos genera esa situación, y de nuestra actuación para con el compañero de trabajo debido a esa rabia.

          Esa actuación que tenemos debida a la rabia, no sucede gratis, lleva implícito un efecto. La relación entre la causa, (la rabia), y el efecto, (la actuación), se denomina karma.

          Cualquier causa, sea de pensamiento, de palabra o de acción, genera un efecto, genera karma. Y lo mismo da que esa causa sea un buen o un mal pensamiento, una buena o una mala palabra, una buena o una mala acción. En todos los casos genera un efecto, es decir, genera karma.

Un karma producido por un mal pensamiento una mala palabra o una mala acción genera un débito por parte del emisor del pensamiento, palabra o acción, hacia el receptor. Y un karma producido por un buen pensamiento, una buena palabra o una buena acción, genera un débito del receptor hacia el emisor. En el primer caso, se ha de pagar, en el segundo, se ha de recibir.

Más allá de nuestra mente no existe distinción entre el karma producido por una acción, ya sea buena o sea mala. Los dos tipos de karma van a tener el mismo resultado, van a hacer que la persona tenga que encarnar nuevamente para pagar o cobrar la deuda. Ante esto cabría preguntarse, ¿Cuándo se acaba esta rueda?, porque siempre se están realizando acciones.

La rueda, el karma se acaba cuando todo se realiza sin deseo. Está claro, que según se va evolucionando se van realizando cada vez menos malas acciones y más buenas acciones. En el momento en que todo sean buenas acciones y se hagan de manera desinteresada, se acaba el karma, se acaba el ciclo de reencarnaciones, se entra en una nueva dimensión sin cuerpo.

Mientras todo esto sucede, se está produciendo el aprendizaje y, es difícil poder concretar cuáles son las claves que indican cuando se ha aprendido la lección. Pero sí que hay ciertos indicios. ¿Eres consciente que hay situaciones en tu vida que se repiten y se repiten, una y otra y otra vez? Esa es una evidencia concreta de que hay una lección para aprender y que no la estás aprendiendo, y se va a seguir repitiendo hasta que hayas aprendido la enseñanza contenida en esa experiencia.

De cualquier forma, cuando se planificó nuestra vida, se planificaron también las ayudas. Y en esas ayudas están los mensajes, está la sincronicidad. Recuerda, que cada acontecimiento, que cada palabra, que cada mirada, que cada pájaro y cada soplo de viento, nos está hablando de los pasos que hemos de seguir en la experiencia, para vivirla al cien por cien, para extraer la enseñanza, y para plantarnos ante la próxima situación, energéticamente reforzados, por la energía que suministra el alma satisfecha por el aprendizaje.

Sólo hay que ser conscientes de las señales. Para ser consciente de las señales y de los mensajes, se ha de estar atento, se ha de tener la mente lo más calmada posible, sin esperar las señales, sin juzgarlas, sin tratar de entenderlas, solamente dejándose llevar.

Sólo así se puede ser consciente del sufrimiento que puedan generar las experiencias, para de forma inmediata poner los medios que ayuden a la liberación del posible sufrimiento, sin quedar enganchados a él, aprovechando para el alma esa nueva experiencia y ese nuevo aprendizaje.

Miedo

 


Capítulo X. Parte 1. Novela: "Ocurrió en Lima"

        Desde que Ángel se fue de mi casa, permanecí sentado reflexionando sobre todo lo que había pasado desde que salí de la empresa inmobiliaria.

¡Qué lejos me parecía que quedaba la mañana! Había sido un día intenso de emociones y enseñanzas.

Han sido muchas las lecciones impartidas por Ángel, desde que nos conocimos o, mejor, desde que “ellos” decidieron enviarle en mi ayuda.

Está claro que los temas de los que me ha ido hablando Ángel debían de ser necesarios para mi estabilidad emocional o para mi crecimiento. No sé muy bien cómo llamarle, aunque poco importa el nombre. Como él dice, ¡qué más da!, lo importante no es el nombre, es todo lo recibido.

Estoy aprendiendo cuan inútiles son los miedos emocionales, esos generados por el pensamiento, como mi miedo a formalizar una relación para evitar un hipotético sufrimiento en caso de una, también, hipotética ruptura.

Somos increíblemente estúpidos los seres humanos o, al menos, yo lo era. ¿De cuántos momentos agradables me habré privado por mi ridículo miedo?, porque la carrera que me he dado para separarme de Indhira ha sido reciente, pero, ahora, soy consciente de que ha habido otras muchas huidas en mi vida. Me he pasado la vida cerrando la puerta a lo que más he deseado, formar una familia, dejando abierta la puerta de enfrente, para que entrara, con algarabía o de puntillas, la soledad, que es lo que estoy viviendo y, aunque crea que es algo que estoy disfrutando, la triste realidad es que me pesa como una rueda de molino atada a mi espalda.

Cuando escuchaba a Ángel hablar sobre las recreaciones, que se ven desde el otro lado de la vida, se me abrieron los ojos como platos. Pues bien, creo que aún los tengo igual de abiertos. Aunque casi se me cierran de golpe cuando escuché el timbre de la puerta de mi departamento.

No era habitual que alguien tocara en las puertas de los departamentos sin haber pasado antes por el filtro de los vigilantes de la entrada del edificio. Solo podía ser algún vecino o alguien que se hubiera colado de la calle. Lo segundo parecía improbable, ya que nunca se había colado alguien en el edificio. Tampoco era muy normal que los vecinos se pasearan por la escalera. Creo que solo la vecina que vivía a la derecha de mi puerta, una abuelita muy agradable, había tocado la puerta una vez y eso porque a mí se me habían olvidado las llaves en la parte exterior de la cerradura y tocó para avisarme.

Me acerqué a la puerta y pregunté sin abrir:

-    Si, ¿Quién es? –la inseguridad ciudadana es un problema tan grave en nuestra ciudad que se hace imprescindible tomar todas las precauciones posibles.

-    Hola –escuché una voz de mujer al otro lado de la puerta- disculpe, soy su vecina. Me acabo de mudar, me he quedado sin luz y era para ver si usted podía informarme del lugar donde se encuentra el interruptor general.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Seres de oscuridad

 




                               Lunes 26 de septiembre 2022

 

Es la entrega número 13 del diario y les ha tocado el fatídico número a los señores de la oscuridad. 

¿Quiénes son los seres de oscuridad?

La Biblia dice que Dios creó un espíritu poderoso, inteligente y hermoso, que era el jefe entre los ángeles. Su nombre Lucifer, que significa “el que brilla”. Pero Lucifer, también, tenía libre albedrío y podía hacer sus propias elecciones.

La belleza, sabiduría y poder de Lucifer, que eran los atributos creados en él por Dios, le llevaron al orgullo. Su orgullo condujo a su rebelión, pero nunca perdió ninguno de sus poderes y habilidades. Desde su rebelión está dirigiendo una revuelta cósmica contra su Creador. Su estrategia es reclutar a la humanidad para que se unan a él, tentándoles para independizarse de Dios y desafiarle.

Y la mejor manera de hacerlo es evitando que los seres humanos eleven su vibración y no hay nada mejor que el miedo para que eso no ocurra.

El miedo tiene una frecuencia de vibración larga y lenta, activando solo ciertos puntos de nuestra cadena de ADN, mientras que el amor tiene una frecuencia alta y muy rápida, impactando en muchos más puntos y, por ende, extrayendo mayor energía y potencial de nuestro ADN.

La pandemia generada por el Covid hace que toda la humanidad esté vibrando en la frecuencia de la incertidumbre, la desesperanza, la angustia y el miedo, situaciones que debilitan el sistema inmunitario disminuyendo las defensas, creando así un caldo de cultivo óptimo para la proliferación, no solo del virus sino, de todo tipo de enfermedades tanto físicas como mentales. El miedo, en concreto, tiene la misma vibración que los virus. Por lo tanto, no hay mejor caldo de cultivo para los virus que el miedo.

Todos los seres humanos que, en la actualidad, estamos encarnados, estábamos al corriente, antes de venir a la vida, de que la pandemia podía ocurrir y elegimos estar a este lado de la vida, en este momento histórico, por múltiples razones: Unos para crecer con el sufrimiento, otros para aprender a liberarse del miedo y otros para reforzar su amor y ayudar, en todo lo que puedan, a sus hermanos.

Y, de la misma manera que hay muchos seres, cercanos a la Luz, encarnados en la actualidad, también, hay encarnados muchos seres de oscuridad que, además, ocupan puestos muy importantes en las estructuras económicas, de poder y de mando de la Tierra.

Estamos inmersos en una guerra, sin cuartel, en la que las armas son el miedo y la individualidad. Nos han aislado, nos han hecho temerosos a los unos de los otros y nos han hecho perder la conciencia de unidad. Nuestra vibración ha bajado en picado, estamos perdiendo la conciencia colectiva, (la poca que teníamos), de que todos somos lo mismo. Los seres de la oscuridad parece que están ganando la batalla, pero no van a ganar la guerra porque somos muchas las personas que, de manera consciente o no, estamos trabajando para mantener la vibración, mediante la oración, la meditación y la ayuda al prójimo. La Tierra va a seguir su proceso.

Hace tiempo que se ha descubierto, científicamente, el poder de la oración y de la meditación.

Los estudios han demostrado que la oración es un medicamento poderosísimo, ya que no solo regula todos los procesos del organismo humano, sino que, también, repara la estructura de la conciencia. 

Sin lugar a dudas, la influencia de la oración en nuestras acciones y conductas, es muy grande en sentido positivo, hasta tal punto que, las personas que tienen el hábito de orar, viven con más paz interior y manifiestan una gran serenidad.

Rezar es hablar con Dios. Es dirigir el corazón hacia él.

A través de la energía generada con la oración se puede alcanzar la armonía y la unión del cuerpo, la mente y el alma, que es lo que otorga a la frágil constitución humana una fortaleza invencible

Por supuesto, en la oración, no importa la religión. La oración nos pone en contacto con el Ser Supremo, nuestro Padre, Creador de todas las cosas.

Mañana seguiré con el otro medicamento: la meditación.

Meditación para sentirte radiante y tener una mente clara

 






La aventura de vivir

 


Capítulo IX. Parte 8. NOVELA "Ocurrió en Lima"

-    ¿Qué pasaba cuando en la carrera no aprobabas una asignatura? –a veces las preguntas de Ángel eran de Perogrullo.

-    Pues que repites la asignatura –no era difícil la respuesta.

-    La vida, querido Antay, es una sucesión de asignaturas y aprendizajes. Cuando has aprendido pasas al aprendizaje siguiente, mientras tanto tienes que repetirlo, hasta que lo aprendes. Por eso hay situaciones que se repiten, las veces que sean necesarias, o que parece que no tienen fin. Y si en esta vida no terminas de aprender una lección, la vas a repetir en el curso siguiente, es decir, en una próxima vida.

-    ¿De qué sirve la planificación de la vida? –estaba empezando a entender que pocas planificaciones debían de cumplirse.

-    La planificación es una guía, es un mapa de ruta. Pero una vez en la vida física, como el ser humano no es consciente de que es lo que ha venido a hacer, comienza a seguir los designios de su mente y, se vuelca por completo en la vida de la materia. Para él no existe otra cosa que la mente.

-    ¿Cómo seguir algo, como la planificación de la vida, si no se conoce? –me parecía tan obvio- en realidad, no es que no conozcamos nuestra planificación, es que ni tan siquiera sabemos que existe un Plan de Vida.

-    Si, tienes razón. Pero en lugar de escuchar la voz de la mente solo tienes que escuchar la voz de la conciencia, que es la voz de Dios. Supongo que alguna vez has hecho algo, en tu vida, que te ha hecho sentir remordimiento y que has estado dando vueltas buscando en tu interior una especie de arrepentimiento.

-    Sí, más de una vez. 

-    Cada vez que te ocurre eso, no estas siguiendo tu planificación de vida. Actúas en contra de la vida, en contra de tu programación, en contra de tu alma y en contra de Dios.

-    Y ¿qué se tiene que hacer?

-    Todas las programaciones tienen una base: el amor. Por lo tanto, solo tienes que respetar al otro. Amarle. Imaginar que estás tratando contigo mismo y que tienes delante a Dios.

-    ¿Por qué imaginar que es Dios?, ¿por qué me va a castigar por mi mala acción?

-    No hay malas acciones. Solo hay pensamientos erróneos que te llevan a realizar acciones equivocadas. Por eso hay que salir de la mente y enfocarse en Dios. 

>> Y cuando pienses en Dios, no creas que es ese Ser que está vigilándote, desde arriba, para premiarte con el cielo, cuando haces bien, o para enviarte al infierno, cuando haces mal.

>> Dios ni premia, ni castiga, ni vigila. Lo único que hace Dios es amarte por encima de cualquier cosa.

>> El ser humano viene a la vida, por propia decisión, para encontrarse con Dios. Pero una vez en la vida eso lo olvida y, en lugar de encontrarse con Dios, trata de esconderse de Él.

-    Ángel, es normal que eso ocurra. Las religiones nos presentan a Dios como un Ser que nos ama, sí, pero nos ama para perdonarnos los pecados, cuando nos arrepentimos, porque si no lo hacemos nos envía al infierno –al menos, esa es la enseñanza que yo he recibido.

-    No existe el pecado, ni el cielo ni el infierno y Dios ya te he dicho que “Es”. Eso quiere decir que todo Es Dios.

>> El pecado no existe, existen pensamientos erróneos. El pecado solo es el instrumento que utilizan algunas religiones para manipular a sus seguidores y conseguir que sus adeptos sigan fieles a sus enseñanzas atenazados por el miedo que les provoca el castigo eterno. El cielo tampoco existe, tal como hacen creer las religiones. Cuando se deja el cuerpo se está en otro estado vibracional, pero no se está en un lugar concreto, que se denomine cielo. Y el infierno tampoco es ese lugar de fuego donde se queman las almas sin llegar a consumirse. Ya te dije el día que nos conocimos que el infierno, el auténtico y verdadero infierno, no está después de la muerte, está ahora, en la vida, es la mente de la persona la única que le hace sufrir sin necesidad de fuego.

>> Sal de la mente para alejarte de tu infierno particular y escucha el silencio. Ahí está Dios.

martes, 27 de septiembre de 2022

A vueltas con la 5ª dimensión



 Domingo 25 de septiembre 2022

        Ya lo dice el refrán: “Dime de que hablas y te diré de que careces”.

Aunque resulte difícil de creer, por todos los desastres que envuelven al planeta, la Tierra está realizando su ascenso a la quinta dimensión.

La quinta dimensión no es un lugar, es un estado de conciencia y el estado de conciencia tiene que ver con la calidad de la energía, es decir, con la vibración.

El mayor descubrimiento de Albert Einstein fue que la materia es energía. Por lo tanto, una vez demostrado que nada es sólido, se puede afirmar que todo es energía. La existencia es energía: el cuerpo es energía, la mente es energía, el alma es energía, Dios es energía, y lo es el pensamiento, la emoción y el sentimiento.

La diferencia entre la energía del cuerpo, la energía de la mente o la energía de Dios, estriba en la vibración o, en la diferente longitud de onda de cada uno de ellos. Desde la materia, que es la vibración más baja, hasta Dios, que es la vibración más sutil, existe un sinfín de vibraciones.

Las bajas vibraciones corresponden a las dimensiones bajas y se asciende a otra dimensión según se va incrementando la vibración.

Los seres humanos nos movemos entre la tercera y la cuarta dimensión.

En la tercera dimensión o tercer nivel de conciencia, se percibe el mundo, y a uno mismo, a partir de tres referencias: anchura, altura y profundidad, es decir, quien vive en la tercera dimensión valora todo aquello que puede ver, tocar y experimentar, es decir, valora el mundo físico.

Al incrementase la vibración de la persona, esta asciende a la cuarta dimensión. En ella, a las referencias anteriores, ancho, alto y profundo, se incorpora la parte espiritual, por lo que la persona puede verse a sí misma, aparte de un cuerpo con unas necesidades específicas, con un añadido afectivo y emocional. La vibración de la Tierra corresponde a esta categoría, por lo que los seres humanos que habitan en ella, al estar impregnados con su energía, tienen una facilidad añadida para llegar a ese nivel, si es que aún no han llegado a él.

El siguiente peldaño o nivel de conciencia es la quinta dimensión. Quien vibre en esa sintonía es capaz de percibir que todas las cosas están unidas por una fuerza universal, el Amor. Se deja a un lado la sensación de individualidad y se adentra en la sensación de unicidad. Todos somos Uno, hijos de un mismo Padre.

A esta vibración es a la que se está llevando al planeta, y digo “que se está llevando” porque no lo puede hacer solo y, para eso, necesita de las vibraciones de sus habitantes y de la ayuda de los Seres de Luz.

Los habitantes del planeta, no creo yo que seamos de mucha ayuda, ya que no parece que haya muchos que estén vibrando en la sintonía cercana a la quinta dimensión, por lo que casi todo el trabajo lo tienen que realizar los Seres de Luz. Cuando lo consigan será de gran ayuda para que todos los que estamos encarnados, y para que los que vayan a encarnar, podamos llegar a esa vibración más fácilmente, porque cuando la Tierra consiga vibrar en la energía de la quinta dimensión, será mucho más fácil, para los seres humanos, alcanzar ese estado de unidad con Todo, de unidad con todos y de unidad con Dios, que son los atributos de la quinta dimensión.

A pesar de que la Tierra cambie su vibración, podrán seguir habitándola seres de tercera y cuarta dimensión. Posiblemente, un poco incómodos, al principio, porque tendrán que vivir en una energía más sutil que la suya propia, pero podrán acostumbrarse sin grandes problemas.

Sin embargo, hay quien no quiere que la Tierra ascienda. Los seres de la oscuridad no desean ese cambio porque no quieren que los seres humanos se acerquen a su Origen, es decir, a Dios y, para eso, ponen todas las trabas que pueden para que eso no suceda.

Mañana seguiré con los seres de oscuridad.

Futuribles


 Capítulo IX. Parte 7. NOVELA "Ocurrió en Lima"

        - Creo que necesito un té para digerir todo esto que me estás enseñando, ¿te apetece otro? –claro, que no sabía si los que viven al otro lado necesitaban beber, de vez en cuando.

-    Será un placer tomar ese té.

-    En esa recreación que decías, ¿qué pasa cuando se cambia de rumbo, bien sea en la encrucijada o en el mismo camino?

-    Cambia la recreación de inmediato. De hecho, es lo que ocurre a cada instante. Las personas toman decisiones, cambian de parecer, avanzan, retroceden. Es el libre albedrio. Y las recreaciones cambian una, mil y hasta un millón de veces, si fuera necesario, y lo hacen de manera instantánea.

>> Cuando un alma llega a la vida hay una sola recreación, coincidente con su Plan de Vida. Pero eso no dura mucho, porque los padres comienzan a tomar decisiones que van a afectar a la vida de ese bebé, y empiezan a aparecer nuevas recreaciones que van variando según van cambiando los planes, primero de los padres y luego del bebé según va creciendo.

-    Decías que existe una especie de recreación del proceso de la vida, en cada uno de los posibles caminos elegibles, con el resultado final. Pero cuando se ha pasado de ese punto de cruce, ¿qué pasa?, ¿se mantiene la recreación? –la verdad es que todo eran dudas, entendía lo que me estaba contando, pero me costaba asimilarlo.

-    Una vez que se pasa la encrucijada y no hay vuelta atrás, la recreación desaparece. En realidad, se mantiene mientras existan posibilidades de que se materialice. Cada recreación es cada uno de los futuribles que se pueden vivir y, los futuribles, son cada una de las opciones que el alma tiene una vez que se encuentra en la materia.

>> Con cada decisión que toma el ser humano se abre un abanico de posibilidades para elegir. La persona se decide por una y desaparecen las que se habían abierto, para aparecer otro nuevo abanico de posibilidades. Otra nueva elección y así toda la vida.

>> ¿Me sigues? –concluyó Ángel.

-    Sí, pero parece muy complicado. Era mucho más sencillo, cuando la culpa la tenía el vecino y cualquier cosa que pasara era debido a la buena o mala suerte, o a la casualidad, que parece que también jugaba un papel importante en la vida de todos. Me has desmontado todas las creencias. Ahora resulta que la culpa es mía.

>> Y, ¿por qué con tantas posibilidades y tantos futuribles, a veces, las situaciones se repiten, una y otra vez, y las desgracias parece que no terminan de acabar?

domingo, 25 de septiembre de 2022

Tikum

  



Sábado 24 de septiembre 2022

 

Otra vez en La Baguette. Otro sábado haciendo tiempo hasta la hora de ir a buscar a mi hijo que asiste un sábado al mes a un taller de legos.

Hoy tenía necesidad de algo dulce y he pedido una porción de torta de chocolate y un chocolate caliente. Me voy a poner hasta las cejas de chocolate.

Somos menos personas en la terraza que el sábado anterior. Y eso que hace menos frío. Es el segundo día de primavera. Pero en esta Lima tan gris, el sol se hace el remolón.

El espacio debe de tener capacidad para unas 30 personas y, ahora, 10:30 de la mañana, somos 9. Y parece que no le prestan mucha atención a su celular, como el otro sábado que estuve aquí, excepto una de las personas que, como yo, está sola en su mesa. Todos los demás están con su consumición y hablando con las personas que los acompañan.

Yo estoy tomando notas, aprovechando el tiempo, para hacer un esquema de lo que será mi nuevo libro o una novela corta.

Tratará sobre la pareja, porque de las 1.100 entradas que tiene mi blog, (el inca vuelve a casa), las que tratan sobre la pareja son las más leídas y comentadas.

El blog tiene 12 años de vida. La idea de iniciarlo surgió cuando me vine a vivir al Perú.

Y surgió porque en España, en Tikum, que era el Centro de yoga y salud que regentaba junto a Denisa, mi socia, mi amiga, mi hermana del alma, cada viernes hacíamos una meditación gratuita en la que antes de la meditación hablábamos sobre algún tema “espiritual” de interés. Pues para seguir hablando de esos temas inicié el blog. Era una manera de no perder el contacto.

Por cierto, a Tikum se lo llevó por delante la pandemia. Las personas que lo regentaban no pudieron aguantar la presión de un alquiler sin ingresar nada.

“Los seres de la oscuridad” están haciendo un buen trabajo sembrando el miedo en cada una de las personas que habitan el planeta. Su objetivo es impedir que ayudemos a la Tierra a conseguir alcanzar la quinta dimensión. La ayudaríamos con el amor, por eso inoculan el miedo, que es lo contrario al amor. Pero no lo van a conseguir, a pesar de que aun les quedan desgracias, por sacar a la luz, dentro de su chistera.

Me está viniendo bien tanto chocolate, porque así se endulza la nostalgia que está generando en mí pensar en Tikum. Me he transportado a las siete de la noche de algún viernes. Sentado en la tarima, meditando con un grupo de personas que, con el tiempo, se convirtieron en amigos. Recordando como fue creciendo el número de asistentes, de 2, en las primeras meditaciones, a 70 algunos años después.

Ya es la hora de ir a buscar a mi hijo. ¡Hasta la próxima!   

Solo tú eres responsable de tu vida

 


Capítulo IX. Parte 6. NOVELA "Ocurrió en Lima"

        - Aparte de todo lo que me has enseñado y que creo está cambiando mi concepción de la vida, lo ocurrido esta tarde con la progresión y la regresión me hace preguntarme a mí y preguntarte a ti, ya que estás aquí, ¿mi felicidad depende de Indhira?, ¿solo podré formar una familia si estoy con ella? –pensaba que algo tendría que ver ella en todo esto, teniendo en cuenta que apareció en las tres regresiones y que la conocí a la semana de haber encontrado a Ángel.

-    Yo no te he enseñado nada. Solo te he recordado algo que conoces desde siempre y que, incluso, has practicado en la materia en más de una vida.

>> En cuanto a tu felicidad, no depende ni de Indhira ni de nadie. Solo depende de ti. Tienes que ser feliz por ti mismo.

>> La felicidad es un estado de paz interior y de serenidad. Es el estado que se consigue cuando se sabe que “todo está bien”. Te diré más, si trabajas por tu felicidad, aunque sigas toda la vida solo, la recreación de la progresión que has visualizado sería muy diferente. Estarías en la residencia, también, solo, pero estarías feliz. Porque no es necesario tener una familia para ser feliz.

>> Nada ni nadie fuera de ti, incluso una familia, te va a dar la felicidad, porque todo lo que encuentras fuera de ti te puede dar momentos agradables, alegres, incluso, momentos de serenidad, pero nada permanente, porque todo lo que encuentres fuera de ti es caduco, como la misma vida. Esos momentos pueden durar un día, un mes, un año, o varios, pero se acabará en algún momento. Y cuando esas sensaciones terminen aún podrás sentirte peor por la ausencia de algo o de alguien con lo que te sentías bien. De la misma manera que te ha pasado con tus padres o con la que fue tu pareja.

>> Lo que tú denominas felicidad son estados de alegría o de euforia. La felicidad es inherente a la esencia de la persona. Tienes que dejar de vivir el mundo exterior, que es al que te lleva la mente, y dejar de identificarte con los momentos agradables o desagradables que se van presentando. Tienes que encontrar el punto medio, ese punto de equilibrio, donde no hay euforia, donde no hay tristeza, solo serenidad y paz interior, sin apegos ni deseos.

>> No puedes buscar la felicidad utilizando la mente, porque lo primero que hace la mente es juzgar y buscar un calificativo. Poner un calificativo es comparar con algo conocido. Algo que permanece en la memoria como bueno o como malo, y la felicidad es un estado neutro, donde solo existe el instante presente, porque pasado y futuro son apreciaciones mentales. Cuando se vive con atención el presente no hay sufrimiento por algo pasado y no existen ficticias esperanzas de que se cumplan los deseos de mañana, porque vas a vivir el momento.

>> Por lo tanto, la segunda pregunta de si solo podrás formar una familia con Indhira se contesta por si sola. No. Podrás formarla con quien quieras.

>> Indhira y tú habéis estado juntos, en múltiples papeles, en muchas vidas. Por eso, en las regresiones, para ver la diferencia entre vivir con miedo y vivir con amor es normal que haya aparecido Indhira. Pero ya te aseguro que has vivido otras muchas vidas felices con otras almas. En la regresión en la que eras un pescador, sin ir más lejos, tu mamá era Indhira, pero estabas, felizmente, casado con otra persona. Y en la vida de monja, Indhira estaba ahí, era la madre superiora, pero nada que ver con la pareja o la familia.

>> Tú eres el único responsable de tu vida. Dios, en su infinito amor, te ha dado un don maravilloso que se llama libre albedrio. Gracias a eso eres el único responsable de tu vida. Serás feliz o infeliz, por tu propia decisión, porque solo tú eres el artífice de tu vida.

-    Discúlpame Ángel, las palabras suenan muy bien, pero de que le vale el libre albedrio a un hombre que tiene siete hijos, que está sin trabajo y sin dinero para alimentar a su familia. ¿Cómo va a ser feliz? –Es tan elemental que toda la palabrería sobre Dios, la felicidad y el libre albedrío se cae por si sola.

-    Es seguro que ese hombre ya está haciendo lo posible y lo imposible para que puedan comer sus hijos. Y seguro que vive con un dolor en su corazón como si llevara clavados siete puñales en él, uno por cada hijo. Y, también, es seguro, que ese dolor le impide dar amor a su familia y que, incluso, se encuentre siempre de mal humor, vociferando a todos.  ¿Qué pasaría si siguiera haciendo lo posible y lo imposible para que coman sus hijos, pero desde una perspectiva diferente?

-    ¿Qué perspectiva? –veremos por donde sale Ángel ahora.

-    Desde el amor. Porque cuando lo hace desde el mal humor, desde los gritos y desde el sufrimiento no consigue ni un pan más, ¿para qué le sirve el sufrimiento? Sin embargo, si lo hiciera desde el amor tampoco conseguiría un pan de más, pero los que pusiera en la mesa estarían envueltos de amor y no de ira, estarían envueltos de alegría y no de sufrimiento, estarían envueltos de esperanza y no de miedo. No gritaría a sus hijos y el amor, con el que les envolvería a todos, les haría mucho más llevadera la penosa situación por la que atraviesan.

>> Y ya no quiero hablarte de que está viviendo esa situación por su propia decisión, por su planificación de vida. Ha sido organizada por él mismo. ¿Con que objetivo?, con el mismo objetivo por el que se planifican todas las vidas, para crecer, para acercarse a Dios, para aprender a amar, para dejar de ser un inmaduro espiritual o un bebé emocional.