Existen
un sinfín de enseñanzas que no pueden salir a la luz, porque así lo indican los
maestros que enseñan estas técnicas, y que podrían acercar al ser humano a
algunos de los miles de caminos, que existen para su despertar, y poder así,
separarse paulatinamente del cuerpo para acercarse al alma.
La
razón del secretismo, no es otra, de que podría caer en manos de personas que
no están preparadas para tales técnicas, y además, podría desvirtuarse la
enseñanza.
Yo
mismo, tengo firmados documentos de confidencialidad de técnicas, que más tarde
he visto recogidas en libros, que se encuentran al alcance de todo el mundo,
previo pago, por supuesto. Y sigo manteniendo la confidencialidad, por cuestión
de palabra. Siempre he creído que la palabra de una persona es una de las cosas
más hermosas y valiosas que existen, y no cumplir esa palabra, sería como
retozar en un lodazal.
Antes
pensaba y ahora sigo pensando con más fuerza, si cabe, que si las técnicas
salieran a la luz, es muy posible que las personas que no están preparadas para
recibirlas, no las hagan caso, o se les olvide, (hay muchas experiencias sobre
esto), o en el peor de los casos si tuvieran algún problema, siempre hay otros
que podrían ayudarles a solucionar ese problema. Pero si podría haber otras
personas que si las aprovecharían sin ningún problema, y sin embargo, les
estamos privando de ellas, por si acaso…..
Creo,
(sólo es un pensamiento), que en la encrucijada actual en que se encuentra la
humanidad, es imprescindible sacar a la luz el mayor número de enseñanzas posibles
para ayudar a la persona a despertar. Todos no tienen el suficiente dinero para
la realización de cursos en los que se explican estas técnicas, cursos, que
además son lo suficientemente caros como para privar de ellos a muchas
personas. ¿Quién puede decir que las personas carentes de recursos no están
preparadas para recibir tales enseñanzas?
Así como
la Naturaleza, obra de Dios, no esconde su belleza, ni discrimina por el
coeficiente intelectual de las personas, ni por la raza, ni por el sexo, pienso
que nosotros, los seres humanos, que aunque a imagen y semejanza de Dios, somos
algo menos que Él, tampoco deberíamos de discriminar a nadie.