El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
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domingo, 23 de abril de 2017
miércoles, 19 de octubre de 2016
miércoles, 4 de mayo de 2016
Caminando......, caminando hacia Dios (1 de 2)
¿Por
qué he de preocuparme?
No es asunto mío pensar en mí.
Asunto mío es pensar en
Dios.
Es cosa de Dios pensar en mí.
Simone
Weil
A los seres humanos aunque
no nos gustan los exámenes sí que nos gustan las evaluaciones, o sino las
evaluaciones como tal, si nos gusta que alguien nos confirme si estamos en el
camino correcto, si hemos avanzado un tramo importante, y si además nos dijeran
que hemos adelantado a “fulanito”, ya sería increíble.
Pero no, en esta
carrera que todos compartimos de volver al seno de Dios, no hay evaluadores, no
hay adversarios, no hay meta, solo hay destino. El estudiante y el adversario,
el evaluador y el evaluado son la misma persona, es uno mismo. Esta es una
carrera contra nosotros mismos, este es un camino de soledad, es un trabajo de
valientes, es una lucha contra un enemigo invisible, es un camino interminable para
una sola vida, es un sendero lleno de recovecos, es una guerra sin cuartel,
unas veces dura y otras menos dura, pero siempre reconfortante, porque aunque de
la sensación de que no se avanza o que incluso hay días o temporadas en los que
parece que se retrocede, no es tal, siempre se avanza, aunque no se sienta.
El camino que nos
conduce a Dios parece sembrado de obstáculos, pero todos son superables, y en
cada posta vamos recibiendo regalos, vamos recibiendo dones que son producto
del propio crecimiento. Es posible que no se sea consciente de los dones que se
van recibiendo, pero solo es por una razón: Se recibe el regalo o el don cuando
la persona ha dejado de desearlo, cuando no lo espera y para ella la obtención
de ese don es una consecuencia lógica y conocida.
Vamos por un momento
a utilizar la imaginación. Imagina que la distancia que nos separa de Dios es
cuantificable en un millón de kilómetros. Imagina también que cada kilómetro se
corresponde con una determinada vibración de la energía, más rápida y más sutil
cuanto más cerca de Dios, (esto es realidad), y más lenta y pesada cuanto más
cercana a la materia, (esto también es real). Imagina que una persona que vive
una vida total y absolutamente material, sin tener ningún tipo de conocimiento,
y que ni tan siquiera sabe de su divinidad, ni por equivocación cree en ella, y
tampoco sabe el papel que está representando en la materia, se encuentra en el kilómetro cero, es decir un millón de kilómetros separada de Dios. Imagina, por
el contrario, que una persona que se encuentre en su última vida de encuentra
solamente a cien kilómetros de Dios.
En la energía se
encuentra todo el conocimiento. Imagina que podemos cuantificar ese
conocimiento de cero a mil. Cero es el conocimiento que se encuentra en la
energía que compone la materia, y mil es el conocimiento de Dios.
Según se avanza por el
camino que conduce directamente a Dios, va cambiando la vibración, se va
acelerando, se va volviendo más sutil, con la consecuencia lógica de acceder al
conocimiento disponible en esa vibración. De ese conocimiento el caminante
puede ser consciente de varias maneras: Puede comenzar a ver otras energías,
puede comenzar a oír las voces de sus maestros y guías, puede tener sueños
lúcidos, informativos y premonitorios, puede comenzar a tener certeza de cosas,
que no sabe como las sabe, pero las sabe, puede sentir cada vez con más fuerza
el estado físico, mental y emocional de las personas, puede volverse mucho más
sensible a la energía que le rodea, se atreve a seguir con total confianza sus
intuiciones porque tiene la seguridad de que son certeras, de la misma manera que
su eficacia en las sanaciones, si es curador, se incrementa de forma
exponencial, sabiendo las actuaciones que debe realizar el paciente para su
sanación, o para su aceptación de la enfermedad.
¿Quiere decir que
todos van a acceder a ese conocimiento? Si, con matices. Cualquiera que llegue
a un nivel determinado de energía va a tener acceso a ese conocimiento, a esos
dones, a esos regalos, a no ser que existan ciertas clausulas en su Plan de
Vida que lo impidan, ya que el Plan de Vida es la auténtica hoja de ruta por la
que se rige toda la vida en la materia.
Continuará.................
lunes, 25 de abril de 2016
Directos a la meta, sin peajes (1 de 2)
Existe
algo mucho más importante
que
una mente vacía de pensamientos,
y
ese algo es una mente con un pensamiento único,
el
pensamiento de Dios.
Seguro que nadie duda ya de esa parte del
Principio de Vibración que dice que “Energías iguales se atraen”, y es este principio
la base de prácticamente todos los cursos, talleres, técnicas y métodos de
crecimiento, de expansión de la conciencia, de construcción del carácter, de
espiritualidad y sanación. Aprendemos a meditar para tratar de vaciar la mente
de tantos y tantos pensamientos negativos con los que convivimos sin ser
realmente conscientes, para que no atraigan la miseria que estamos generando.
Aprendemos técnicas para atraer aquello que deseamos, a base de generar
pensamientos conscientes positivos hasta conseguir la emoción correspondiente.
Realizamos talleres para aprender a liberarnos de nuestros miedos y de nuestras
limitaciones, que son muchas. Asistimos a clases de yoga y similares para
liberarnos del estrés y mantener la serenidad y la calma. Leemos ávidamente un
libro tras otro con lo que nuestra sabiduría en temas de “espiritualidad” se
incrementa después de cada lectura, pero sin hacer prácticamente ningún uso de
esa sabiduría, salvo impresionar a los demás. Y es posible que con todo esto consigamos
algunos pequeños éxitos, es posible que consigamos ganar alguna “batallita”:
Que se serene un poco la mente, que consigamos algunas de las muchas cosas que
deseamos, que desaparezca el terror a la muerte y hasta que consigamos vivir
una vida más serena. Pero… ¿Nos podemos conformar con eso?, y ¿Por qué no
intentamos ganar la “guerra”?
Si nuestra vida se circunscribiera al
espacio de tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte, sería más que
suficiente, ya que el único objetivo de la vida sería vivir bien, sería vivir
una vida feliz, carente de problemas y preocupaciones, una vida en la que
consiguiéramos satisfacer todos nuestros caprichos.
Pero el espacio de tiempo que
transcurre entre el nacimiento y la muerte solamente es una vida física, es
como esa “batallita” que comentaba en el párrafo anterior. Nuestra vida abarca
más, mucho más, muchísimo más, tanto como una eternidad. Esta es la auténtica “guerra”,
y nuestro objetivo, no es vivir bien, o vivir una vida feliz, o conseguir
nuestros caprichos. Nuestro objetivo es otro, nuestro objetivo es la unión con
Dios, lo cual no quiere decir que tengamos que renunciar a esos pequeños
placeres.
Los cursos, talleres, técnicas y
métodos de crecimiento y sanación, con los que nos movemos todos en la
actualidad son una excelente herramienta para poder acercarnos a vivir una vida
feliz, para ir vaciando la mente de pensamientos, incluso para realizar un
tímido acercamiento a vivir una vida desde el corazón, una vida basada en el
amor. Pero en caso de conseguirse, lo cual es bastante difícil para un
porcentaje importante del total de personas que tratan de transitar por este
sendero, puede ser válido para la vida actual, pero de poco alcance para
nuestra eternidad, porque el aprendizaje del alma va a ser limitado, ya que se
va a circunscribir a pequeñas ganancias, que si que vamos a mantener para
nuestra siguiente vida, pero que nos va a obligar a volver muchas veces e ir caminando vida tras vida
a paso lento.
Y nuestro avance va a ser tan lento que
nos va a obligar a encarnar un sin fin de vidas más, cuando podríamos intentar,
incluso sin tantas técnicas, avanzar a paso ligero y recorrer en una sola vida tanto
trayecto como veinte o treinta vidas con los pequeños aprendizajes anteriores.
Continuará....................
viernes, 22 de abril de 2016
domingo, 28 de febrero de 2016
Yo sé..., y tú también sabes
Yo
sé que el cuerpo es capaz de sanarse a sí mismo de cualquier enfermedad y en un
corto espacio de tiempo. Yo sé el cuerpo puede permanecer sano hasta la última
etapa de su existencia. Yo sé que se puede ralentizar el deterioro que
experimenta el cuerpo físico con el paso del tiempo. Yo sé que se puede influir
tanto positiva como negativamente en la salud física, emocional y mental de
otros. Yo sé que se puede vivir en paz cada día. Yo sé que se puede ser feliz
de manera permanente. Yo sé que no hay que buscar porque lo tenemos todo. Yo sé
que el pensamiento es creador y responsable directo de aprisionar y amordazar
este conocimiento. Yo sé que soy Eterno, que soy Luz, que soy un hijo de Dios.
Yo sé que sé todo lo que necesito saber y que tengo todo lo que necesito tener.
Yo sé que la vida tiene un propósito completamente distinto del que la sociedad
enseña. Y no solo lo sé yo, tú también lo sabes.
Y
también sé que para llevar a la práctica este conocimiento no es necesario
retirarse del mundo y vivir en una cueva dedicado a la oración y la meditación.
Sé que no es necesario ser ni un superhombre, ni un yogui, ni un meditador, ni
un Maestro, ni un gurú. Sé que no es necesario comer sólo vegetales. Sé que no
tengo que realizar ningún curso ni leer cientos de libros, salvo aquellos con
los que disfrute. Sé que puedo llevar una vida completamente normal, sin
renunciar a nada. Y no solo lo sé yo, tú también lo sabes.
Lo único, no solo necesario, sino
imprescindible, para que todo esto se haga realidad es el Amor. Amar a todo y a
todos comenzando por uno mismo es el verdadero y auténtico secreto, no hay
otro. Todo lo demás son rodeos.
¿Por qué somos capaces de realizar un
trabajo de atontamiento para atraer más dinero, algo que si se materializa va a
durar como máximo esta vida, y no somos capaces de poner cada una de nuestras
células a trabajar para que aprendan a Amar, que es algo que va a durar una
eternidad, y nos va a dar de una sola vez, no solo dinero, sino la felicidad
total y absoluta?
¿Cómo hacerlo?: Amando. A Amar se
aprende amando, de la misma manera que a cocinar se aprende cocinando.
Sólo tenemos que Amar a todos, sean
amigos, conocidos, desconocidos y hasta enemigos, de la misma manera que una
madre ama a su bebé recién nacido.
Tú también sabes todo esto, y si no lo
haces es porque la sociedad ha hecho muy bien su trabajo. Nos distrae, nos
confunde, nos atonta. El demonio existe, pero no es un espécimen rojo con rabo
y cuernos, es el conjunto de la sociedad liderada por las grandes fortunas, por
los políticos, por el fútbol, por el sexo, por el dinero y el alcohol.
Libérate y Ama, todo llegará por sí
solo.
miércoles, 10 de febrero de 2016
Esos locos bajitos (y 2)
Si preguntamos a los
papas que desean para ese bebé que está a punto de llegar a la vida,
responderán que lo único que desean es que llegue sano. Ese es el primer deseo que
tenemos todos los padres, y si se les pregunta cómo van a enseñar a vivir a ese
bebé, se escucharán algunas respuestas distintas, pero las más coincidentes
serán que quieren que su hijo sea feliz. Este también es el deseo de todos, la
diferencia entre padres estriba en que es lo que conocen como felicidad.
Hasta aquí todo es
correcto tanto para la sociedad como para el alma. Pero ahora que hablamos de
alma tenemos que recordar que el bebé es un alma, que fuera de ese cuerpo de
bebé no tiene edad y no existe ninguna diferencia con el alma de sus papas ni
de ningún otro ser, esté encarnado o no.
Cuando en la noche la
familia duerme y se encuentran las almas al otro lado de la vida repasando su
vida en la materia, comprueban como va todo, donde están fallando, el porqué de
cada reacción, cómo va el seguimiento de sus planes respectivos, y de su
análisis vuelven con el propósito del alma de enmendar los errores o los fallos
para volver al Plan original, pero al abrir los ojos el cuerpo tiene que
cerrarlos el alma porque vuelve a su confinamiento, y encerrada entre las rejas
del “yo” al alma no le queda más remedio que oír, ver y callar.
El alma del bebé ha
organizado su Plan de Vida, como el resto de almas, y cuando llega a la vida se
encuentra con sus papás, tal como los tres habían planificado, pero se
encuentra con un problema, que no por conocido al otro lado de la vida, sea lo
deseable, y es que la enseñanza para la realización de su principal trabajo,
que es encontrar el camino para volver a Dios que es el Padre Eterno, no solo
no se la van a impartir, sino que todas las enseñanzas van a estar dirigidas a
alejarle aun más de ese camino, todas las enseñanzas van a estar dirigidas a
enseñarle que su Padre Eterno es un Dios vengativo y castigador que le va a
enviar a los infiernos si desobedece de pequeño, o si se masturba de mayor,
todas las enseñanzas van a estar dirigidas a separarle del resto de almas, a
separarle de Dios.
Si el alma del bebé y
de los papas pudieran expresarse en la vida física con la misma libertad que lo
hacen en la vida astral, cambiarían de un plumazo su concepto de felicidad, y
dejarían de buscarla en la materialización de sus deseos para encontrarla en su
interior, en su conexión con el alma, en acallar al “yo” para que hable el
alma, en liberar al alma de su encierro para que sea la que dirija la vida ya
que es ella quien sabe lo que se necesita para conseguir la felicidad.
Para esto hay que dar
un ligero giro a las enseñanzas que va a recibir ese bebé, sin olvidar que
somos dos en uno: “SER y HUMANO”. Por lo que no podemos, ni debemos olvidar que
somos humanos, pero si es imprescindible empezar a recordar que somos espíritus
con el ansia de volver a Dios.
La enseñanza para
desenvolverse en la Tierra ha de mantenerse, con los matices que la educación
comporta según el país o según la creencia. Entre los matices sí que habría que
sustituir la competencia por la colaboración, habría que añadir el respeto,
habría que adecuar la enseñanza a la edad del niño, y recordar que el trabajo de
un niño es jugar y que aprende jugando, respetando siempre su proceso de
desarrollo. Metodologías tipo colegios Waldorf o Montessori, parecen las más
idóneas para esto. Desde luego pagar miles de dólares para escolarizar a un niño en un
colegio en que le enseñan miles de cosas no parece que sea el mejor camino para
llegar a Dios, aunque el colegio sea dirigido por religiosos, ya que ellos son
precisamente los que van a condenar a ese niño a la frustración en la vida y al
infierno en la muerte, si no sigue sus normas.
Pero a la vez que se
realiza la enseñanza para desenvolverse en la materia ha de existir una nueva
enseñanza: la búsqueda interior, la búsqueda de Dios, escuchar al corazón y
vivir desde el alma, a través de la mejor herramienta conocida hasta la fecha: la
meditación, porque enseñar a meditar a un niño con cinco, seis o siete años, es garantizar un adulto mentalmente sano,
es inculcar un hábito que será tan normal como lavarse, almorzar o ver la tele,
es inculcar las creencias de Dios, desde la perspectiva de que Dios es Amor, es
enseñarles desde pequeños que todos somos hermanos, y no enseñarles a competir,
es ayudarles a madurar el carácter, es enseñarles a crecer y no sólo a
envejecer, es enseñarles a amar, es enseñarles realmente a vivir, es enseñarles
a vivir en Dios.
Con muy pocas generaciones el mundo sería mucho mejor. Conseguiríamos hacer un
mundo más equitativo, un mundo en el que no importe ni el lugar de nacimiento,
ni la raza, ni las creencias, ni el sexo. Un mundo en el que todos sus
habitantes tengan las mismas oportunidades de acceso a las riquezas del
planeta, a la educación, a la sanidad. Un mundo en el que todos sintamos
alegría por ver la felicidad de otro ser humano, un mundo en el que sintamos a
nuestro prójimo como nuestro hermano. Un mundo lleno de Amor.
domingo, 3 de enero de 2016
Guerreros de Luz (Integrar el ser en lo humano)
Sabemos que
lees mucho de casi todo: Libros de crecimiento, de física cuántica, de
meditación, de filosofía, de metafísica, de teosofía, lees la vida de los
grandes seres espirituales, lees sus obras. Sabemos que también realizas prácticas
de yoga, o meditación, o asistes a meditaciones grupales o a conferencias que
tocan tu alma, sabemos que sientes el amor en el abrazo de Amma, sabemos que te
indignan las injusticias, las guerras y sus consecuencias, sabemos que te
emocionan ciertos sucesos en los que se ven involucrados niños, ancianos o
personas discapacitadas, sabemos de tu amor por los animales, sabemos de tu
devoción por ciertos Maestros. Sabemos esto y mucho más.
Pero sabemos
también que aun te identificas plenamente con tu parte humana, material, caduca,
y que no actúas prácticamente desde tu alma, desde tu parte divina, ya que
sino, ¿Qué hay de la lectura de tu corazón?, ¿Qué hay de la lectura de tus
emociones?, ¿Qué hay de tu impaciencia?, ¿Qué hay de tu soberbia, de tu
orgullo, de tu vanidad, de tu arrogancia?, ¿Qué hay de tu miedo a la
enfermedad, o a la muerte, propia o de
tus seres queridos?, ¿Qué hay de tus celos?, ¿Qué hay de tu afán por impresionar
a los demás?, ¿Qué hay de tu carrera en pos del éxito?, ¿Qué hay de tus
criticas, de tus juicios, de tu intolerancia, de tu discriminación?, ¿Qué hay
de tu mal humor, de tu rabia, de tu envidia?, ¿Qué hay de tus preocupaciones y
de tus deseos?, ¿Qué hay de tus mentiras y de tus medias verdades?, ¿Qué hay de
tus adicciones y de tu afán por seguir los cánones de la moda?
A pesar de
las lecturas, a pesar de las prácticas y de esas emociones positivas más o
menos desbordadas, es muy posible que aun te encuentres lejos de la integración
de tu cuerpo y de tu alma, de la integración del ser y del humano. Es posible
que a pesar de que en las lecturas, en las prácticas, en los talleres, en las
conferencias o en las terapias, leas, escuches y a veces, hasta llegues a
sentir que eres un alma, que eres espíritu, que eres energía, que eres grande,
que eres Hijo de Dios, aun sientes y actúas solo desde el cuerpo.
Y ¿A qué
estás esperando para integrar todo eso que estás aprendiendo, o mejor
recordando?, ¿A un nuevo libro?, ¿A un nuevo desengaño?, ¿A un nuevo intensivo?
Seguro que
has leído y escuchado cientos de veces como hacerlo. Por si no lo recuerdas te
damos algunas pautas. La primera es imprescindible, necesitas voluntad. Sin
ella nada te sirve. Aunque tuvieras el conocimiento de Dios, (que lo tienes),
sin voluntad es como si fueras la persona más ignorante del planeta.
Así que si
eres débil y te dejas arrastrar por la indolencia comienza por fortalecer esa
parte de tu carácter. Es imprescindible para llegar a Dios.
Mientras
trabajas tu voluntad puedes responder las preguntas que aparecen en el segundo
párrafo. Así podrás determinar las debilidades que acompañan a tu indolencia,
ya que ellas solo son producto de tu parte humana.
Llegar al
ser, integrarse con el alma, se ha de hacer desde el cuerpo, ya que el cuerpo es nuestra
herramienta de trabajo:
Mantén
en tu mente el pensamiento durante todo el día, o el mayor tiempo que puedas, de
que eres un Hijo de Dios, mantén en tu mente la idea de que tienes que actuar
como tal, mantén en tu mente la idea de que eres un ser divino que
temporalmente se encuentra en un cuerpo, y se consciente de cada pensamiento,
de cada palabra, de cada emoción, se consciente de tus actos, y a continuación
hazte las preguntas: ¿Pensaría Dios esto?, ¿Sentiría esto?, ¿Diría esto o
actuaría de esta manera?
Si
la respuesta fuera sí, no necesitarías ni hacerte la pregunta porque en los
pensamientos, las palabras o las acciones concordantes con el quehacer de Dios,
se siente una energía especial que te indica de antemano que estás en el camino
correcto.
Si
la respuesta fuera no, tienes que arreglarlo. Pide perdón por lo que has
pensado, dicho o hecho, y permanece atento para que la próxima vez no te vuelva
a suceder. De la misma manera si has descubierto alguna debilidad en ti,
(seguro que tienes más de una), aplica también la atención y la voluntad para
actuar con la virtud contraria, de momento de manera consciente, ya se
encargará el inconsciente de aprender, lo va a hacer con la repetición, de la
misma manera que aprendió el mal hábito.
La
atención es tan imprescindible como la voluntad. Son las dos facultades
esenciales del trabajo de integración, se necesitan la una a la otra, se
complementan, de la misma manera que los procesos de la inspiración y la
exhalación son fundamentales en la respiración.
Resumimos
los pasos a dar:
-
Conocimiento
de quien eres.
-
Voluntad
para mantener en tu mente que eres Hijo de Dios.
-
Atención
para observarte como observador imparcial.
-
Descubrir
tus debilidades y aplicar la virtud contraria.
-
Perdón
para todo aquello que sabes que Dios no haría.
Esto es más que un trabajo, es una
lucha sin cuartel con el peor enemigo que puedes encontrar, tú mismo. Te vas a
convertir en un guerrero, en un guerrero de la Luz. No desfallezcas, integrar
el ser en lo humano es el camino que se ha de recorrer obligatoriamente para
llegar a Dios. No es un trabajo para débiles de carácter, ni para perezosos o
indolentes. Es para auténticos guerreros. Dejar a los débiles leyendo,
asistiendo a cursos y conferencias, mientras vosotros, guerreros poderosos camináis con paso seguro en pos de Dios.
viernes, 11 de septiembre de 2015
El viaje del alma (1)
Un día, sin saber muy bien por qué ni para qué, aparecemos en
la vida. Ninguno de los que nos reciben saben absolutamente nada de nosotros,
no saben quiénes somos, no saben de dónde venimos, no saben cuál es nuestra
misión, no saben cuál es nuestro pasado, no saben cuál es la mochila kármica
que traemos a la vida, no van a saber, por lo tanto, como tratarnos aparte de
los cuidados físicos, y tampoco van a saber el porqué de nuestros miedos. No
saben nada de nosotros, y ¿Cómo van a saberlo?, si tampoco saben de ellos
mismos. Sólo saben que son felices, (lo que ellos consideran que es la
felicidad, muy lejos de la auténtica felicidad), porque han sido bendecidos con
un nuevo miembro en la familia.
A partir de
ahí, comienza para el recién nacido un nuevo periplo en la materia, una nueva
andadura entre los mortales, una caminata por la vida, una más, en la que con
un poco de suerte es posible que logre avanzar un paso en el kilométrico
recorrido que le separa de Dios, que es su única meta. De hecho es su única misión:
Llegar a Él. Y para realizar esa travesía necesitará de un vehículo que aunque
conocido no es de uso frecuente, es el Amor.
Si, el Amor,
y es el Amor porque para avanzar por los intrincados caminos de la mente, para
sortear los obstáculos que el propio ego va sembrando en la vida es necesario
algo que sea capaz de disolver y limpiar los malos hábitos, los bloqueos y las
negatividades que vamos acumulando vida tras vida, para dejar sin mácula cada
rincón de los diferentes cuerpos del ser humano. Eso no lo consigue ningún
detergente ni ninguna crema limpiadora, solo es posible tal limpieza con una
energía poderosa, tan poderosa como lo es nuestra propia esencia. El Amor.
El que viene
tampoco sabe nada de esto. Y como en los primeros meses y años de vida aun vive
entre dos mundos, con las memorias del otro lado intactas, es muy posible que
en un primer momento ni tan siquiera le apetezca vivir. Se encontraba muy bien
y muy cómodo allá, al otro lado, en su casa, y aunque su alma esta de completo
acuerdo, el encontrarse constreñido en un cuerpo, sin previo aviso, para el ego
es aterrador.
¿Qué se supone que va a ocurrir, a partir de
ahora, con el nuevo ser que ha llegado a la vida?
Pues no va a
ocurrir nada que no sepamos. Crecerá y se hará una persona exitosa o no, feliz
o no. Pero sea lo que sea, siempre estará disconforme con lo que tiene, y sea
lo que sea siempre será criticado él y él mismo también se encargará de
criticar, y se encargará de juzgar y se encargará de temer, en suma se
encargará de todo lo contrario de lo que tendría que hacer: Se va a ocupar en
gran medida para ser infeliz, cuando, paradojas de la vida, él querría ser
feliz.
Que ocurra
esto, es normal, es lo conocido, y por ende lo esperado. Todos deseamos la
felicidad para nosotros y para los más cercanos a nosotros. A los demás, son
muchas las personas que piensan “que les parta un rayo, es su problema, no el
nuestro”, y los que no piensan así, tampoco mueven un dedo para conseguir que
los otros también sean felices. ¡Qué inmenso error! Si tuviéramos que elaborar
una lista de errores de porque las personas no son felices, esta de “la
separación” podría ocupar el primer lugar, incluso por delante del dominio de
la mente.
Continuará………………
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Yo creo que......
“Yo creo que…”,
es el inicio de una frase que utilizamos con frecuencia, porque todos y cada
uno de nosotros tenemos nuestras propias creencias. Creencias que normalmente
defendemos, a veces hasta levantando la voz, otros se enfadan y dejan de
dirigir la palabra a otros que proclaman creencias diferentes, los hay que
hasta llegan a matar por defender sus creencias, y a algunos de estos hasta les
homenajean por su heroicidad.
Antes de
seguir quiero dar una sucinta pincelada de lo que es Dios. Dios Es, Dios es
Todo, Dios es Uno, Dios es Unidad. Nosotros los seres humanos nos proclamamos y
nos proclaman como Hijos de Dios, por lo tanto tener el mismo Padre nos hacer
hermanos, nos hace Uno, nos une en Dios.
Si Dios es
Uno, la Verdad solo puede ser una, única. No puede haber dos verdades, ni
medias verdades, ni verdades parciales, ni medias mentiras, ni verdades rosas,
ni verdades amarillas, hay una Verdad y punto.
Los seres
humanos somos muy importantes, mucho más incluso que los que se “creen” el ombligo
del mundo. Pero hay una gran diferencia entre la importancia real y la
importancia “creída”.
Los que se saben importantes, muy
pocos, posiblemente se puedan contar con los dedos de una mano, no tienen
creencias, saben. Saben que son hijos de Dios, saben que todos somos lo mismo, saben
que solo hay una Verdad y no creen otras verdades, saben que todos somos
hermanos y respetan sus verdades y sus creencias, saben de la mutabilidad de
todo lo que coexiste en la materia y esperan pacientes, porque el tiempo no
importa para ellos, que regrese su hermano de su propia creencia.
Los que se “creen” importantes no se
sienten unidos a nada, defienden su espacio y su creencia hasta con la vida,
reniegan del resto de creencias, reniegan de su hermano, que es lo mismo que
renegar de Dios.
Las creencias separan, y son
creencias las religiones y las opciones políticas, que son las dos grandes
tendencias que arrastran tras de sí a todo el género humano.
Los seres humanos solo estamos en
este lado de la vida para expandir la conciencia, para respetar, para amar, para
actuar con generosidad, para actuar con dignidad, para volver a Dios, y seguir
las creencias es juzgar, es discriminar, es separar, es dividir, es temer, es
odiar, y todo eso no expande la conciencia, la constriñe.
Piensa en cuantas son tus creencias,
pues ten por seguro de que te estás separando de tus hermanos que tienen
creencias distintas.
Cree en Dios, cree en tu hermano,
actúa como si tu hermano fueras tu mismo, y así acabaras con el hambre en el
mundo, acabarás con las guerras, acabarás con la discriminación, acabarás con
las injusticias, acabarás con el dolor y con el sufrimiento, acabarás con la
muerte.
jueves, 27 de agosto de 2015
Gyan Mudra - Mudra del Conocimiento
GYAN MUDRA – MUDRA DEL CONOCIMIENTO
Tocar la punta del dedo pulgar con la punta del dedo índice.
Mantener juntos y rectos los otros tres dedos. Hacerlo con las dos manos.
Sirve para:
Como es el mudra del conocimiento mejora el conocimiento. La
punta del dedo pulgar es el centro de la pituitaria y de las glándulas
endocrinas. Cuando pulsamos esos centros con el dedo índice, las dos glándulas
trabajan activamente.
Duración:
No hay un tiempo particular de duración para este mudra.
Puedes practicarlo de pie, sentado o acostado en la cama. Hazlo cuando tengas
tiempo.
Beneficios:
Aumenta la capacidad de la memoria y agudiza el cerebro.
Mejora la concentración y evita el insomnio.
Si se practica con regularidad puede curar los desordenes
psicológicos como la histeria, la ira y la depresión.
martes, 5 de mayo de 2015
Próxima parada: Dios (Primera estación)
El mayor problema con el que nos
encontramos los seres humanos al llegar a la vida es, sin ninguna duda, la
falta de conocimiento: No sabemos de dónde venimos, no sabemos adónde vamos, no
sabemos que hemos venido a hacer aquí, y
por no saber, ni tan siquiera sabemos lo que somos.
Esta falta
de conocimiento no sería problema, si aquellos que nos entrenan para nuestra
vida de adultos estuvieran en posesión de él y nos lo enseñaran, pero no es
tal. Nuestros padres y educadores tampoco saben ni lo que son, ni de dónde
vienen, ni adonde van, ni que han venido a hacer aquí y, lógicamente, la enseñanza
que imparten para nuestro crecimiento, a pesar de su buena voluntad, es lo poco
que ellos saben, es lo que a ellos les han enseñado y eso es pura y llanamente
una pequeña porción, menos de lo mínimamente imprescindible, para poder
sobrellevar nuestra vida física, con más o menos dignidad.
La enseñanza
que recibimos es para el desarrollo de la vida física y material, pero no
recibimos ninguna enseñanza para el desarrollo y control de nuestras emociones,
no nos enseñan a amar, no nos enseñan a valorar y a respetar al resto de seres
humanos, y ni tan siquiera recibimos las herramientas necesarias para hacer
frente a tantos y tantos conflictos emocionales con los que nos vamos a
encontrar a lo largo y ancho de nuestra vida.
El resultado de nuestra educación y
de nuestra enseñanza, está a la vista, es de sobra conocido por todos, es ni
más ni menos, que el reflejo de la misma sociedad de la que formamos parte, y
nuestra sociedad está enferma, corrompida y carente de valores, es una sociedad
materialista cuya bandera es el dinero, una sociedad en la que prima la
apariencia: una buena figura, una cara tersa y sin arrugas, una casa rodeada de
jardín, el auto último modelo, el celular y la tablet de última generación, los
del norte mirando por encima del hombro a los del sur, los blancos creyéndose
superiores a los negros, los hombres tratando de dominar a las mujeres, los
magnates del mundo capitalista esclavizando y explotando a los integrantes del
tercer mundo, intolerantes con el diferente, juzgando los unos a los otros, haciendo
del engaño el “modus operandi”, desconociendo que es el respeto, viendo pasar
por delante de la puerta el hambre y la miseria sin ningún tipo de compasión, y
además engañados, manipulados y distraídos por nuestros dirigentes políticos y
religiosos, con la basura de la tele, o con el futbol, o con las procesiones, o
despertando en nosotros un ridículo y patético sentido de patriotismo, a través
de la bandera, de la comida del país o de la hazaña de algún compatriota, y por
si eso fuera poco, también atemorizados por horrendos castigos para aquellos
que mueran en pecado.
¡Pobre ser humano!, con este panorama,
son auténticos héroes todos los que deciden, o mejor decidimos, nacer a este
lado de la vida, sin nadie que nos enseñe, engañados y vilipendiados por los
que tendrían que velar por nosotros, hemos de acercarnos solos a ese
conocimiento, buscando algo que alivie nuestros dolores, buscando algo que
apague la sed de conocimiento, la sed de Amor, la sed de Dios.
Y en el fragor de alguna de las
batallas de la vida, en mitad de un duelo, de una enfermedad o de una depresión,
encontramos algo o a alguien que nos insinúa
que la vida no es lo que estamos viviendo, que esto que vivimos sólo es una
ilusión, que somos mucho más grandes que el cuerpo que nos alberga, y que
tenemos una misión, que no pasa, en absoluto, por ganar más dinero, ni por
tener más poder, sino que se trata de todo lo contrario, de ayudar, de
acompañar, de compartir, de respetar, de amar. Y si teníamos poco, por el
momento dolorosa en el estábamos viviendo, se añade la duda, ¿Será verdad?, ¿Cuál
será esa misión?, ¿Cómo seré de grande?, ¿Dónde puedo conocer todo esto? Y así
se inicia una búsqueda que es posible que dure el resto de la vida, y de
próximas vidas, y se comience a transitar por un camino, que en un principio creíamos
desconocido, pero que según lo transitamos nos sentimos “como en casa”. Sin saberlo
vamos al encuentro de Dios.
Los caminos por los que se inicia la
búsqueda son tantos como personas lo inician y tan diferentes como las personas
que lo transitan. Pero lo importante no es que o a quien se van a encontrar al
final del camino, lo importante es el camino en sí mismo, porque al final del
camino está Dios, pero también lo está en cada milímetro del recorrido, y lo
está porque Dios es el Camino.
martes, 22 de julio de 2014
Acceder al conocimiento del Universo
Mensaje
canalizado de un Maestro Ascendido (21 de Julio de 2014)
Todo el conocimiento del Universo
está en el Corazón de Dios. Para acceder a ese conocimiento no es necesario que
luchemos por él o que pasemos por alguna prueba. Sólo basta tener la voluntad
de escuchar lo que Él nos quiera decir, en voz baja, al oído, en un susurro.
sábado, 5 de julio de 2014
Entrar a la Energía Divina
Mensaje
canalizado de un Maestro Ascendido (4 de Julio de 2014)
Para entrar en la Energía de Dios no
es necesaria la preparación académica ni espiritual. Sólo es necesaria la
voluntad, al amor a Dios, el amor incondicional hacia Dios y hacia todo lo que Él
ha creado.
Las puertas siempre están abiertas.
miércoles, 19 de marzo de 2014
Si, soy un hijo de Dios, ¿Y qué?
Ya sabemos
que somos el alma, ya sabemos que somos seres divinos, ya sabemos que somos a
imagen y semejanza de Dios: es normal, somos Sus hijos, ya sabemos que todos nuestros
sufrimientos tienen un principio único: nuestro pensamiento, ya conocemos la
ley de la atracción, por la que somos conscientes de que atraemos aquello que
permanece en nuestra mente: enfermedad, pobreza, dolor, sufrimiento, alegría,
salud, etc.; ya sabemos que somos inmortales, ya sabemos que la vida es una
escuela a la que asistimos para aprender, para crecer, para evolucionar, para
aprender a amar; ya conocemos la ley del karma: sencillamente recibimos aquello
que damos; ya sabemos que la alegría, la paz, la felicidad, y el mismo Dios se
encuentran buscando en nuestro interior; ya sabemos que es dando como
recibimos, ya sabemos que el apego y el deseo son el principio del sufrimiento,
ya sabemos que todos somos hermanos, ya conocemos los beneficios de la oración,
de la meditación y del silencio; ya sabemos que el amor, el perdón y la
bendición son las energías más poderosas del Universo, ya sabemos que somos lo
que pensamos, porque la energía siempre sigue al pensamiento; y seguramente
sabemos muchas cosas más de las que ahora no recuerdo.
¿Y qué?
¿De qué nos
vale tener todo ese conocimiento?, ¿Acaso somos felices?, ¿Vivimos alegres y en
paz?, ¿Sentimos a Dios en nosotros?, ¿Nuestra prioridad es servir a nuestros
hermanos?, ¿Amamos a todo y a todos por igual?, ¿Amamos, cuidamos y respetamos el
Planeta?, ¿Amamos, cuidamos y respetamos nuestro cuerpo?, ¿Hemos dejado de lado
el juicio, la crítica, el egoísmo, el orgullo, la impaciencia, el miedo, el
estrés?, ¿Actuamos a sabiendas de que todo está bien, de que todo es correcto,
de que todo es como debe ser?, ¿Hemos olvidado las mentiras o las medias
verdades?, ¿Hemos incorporado la meditación y la oración a nuestra vida?, ¿Ya
trabajamos para controlar el pensamiento?
¿Verdad que no?
Todo ese conocimiento no deja de ser
algo mental, no integrado en nosotros, y que para lo único que nos sirve es
para hablar sobre ello, a veces, solo para deslumbrar a nuestro interlocutor. Aunque
también es cierto, esto es lo bueno, que nos puede servir como acicate para
conseguirlo.
Si todo esto nos lo enseñaran de
pequeñitos con el mismo empeño que ponen los educadores para enseñarnos, por
ejemplo, la tabla de multiplicar, arraigaría en nosotros y viviríamos desde ese
conocimiento. Pero no es así. Lo aprendemos solos, de mayores, y la integración
es una tarea harto difícil.
La dificultad en la integración
estriba en que hemos de mantener la atención y la concentración en nosotros, en
nuestros pensamientos, en nuestras emociones, en nuestros sentimientos, y en la
sociedad de hoy, en la que todo está diseñado para la distracción necesitamos
para comenzar el trabajo de una cualidad añadida: la voluntad. No olvidemos que
la voluntad es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta.
Una buena manera de empezar a
trabajar para la integración de todo el conocimiento en nosotros, sería
intentar mantener a Dios en nuestro pensamiento, no como en la actualidad, que
sólo nos acordamos de Él cuando aparece algún problema en nuestra vida, sino
haciendo lo contrario: dándole gracias de manera permanente por despertar, gracias
por el sol que asoma por la ventana o por la lluvia que moja la calle, gracias
por la salud o por la enseñanza que conlleva la enfermedad, gracias, en suma
por la vida. Y así, poco a poco iremos desterrando de nuestra mente los
pensamientos que nos atan al miedo, al dolor, a la incertidumbre, al deseo, al
sufrimiento, a la tristeza, para revertirlos en amor, en alegría, en paz, porque
estos son, junto a otros muchos, atributos de la Gracia Divina con la que
queremos comenzar a convivir.
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Silencio
miércoles, 12 de marzo de 2014
Aprendizaje personal
Desde que me
hice las peguntas del millón, ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Qué hago aquí?,
¿Adónde voy?, hace de esto ya mucho tiempo. Hay un tema que ha llamado mi
atención de una manera especial, es un tema que me apasiona: La muerte. Pero no
la muerte física en sí, no soy lúgubre, ni siniestro, ni macabro. Me apasiona
la muerte por el cambio de conciencia que se genera, me apasiona la muerte por la
curiosidad de saber qué es lo que habrá al otro lado de la vida, ya que es
desde ese otro lado de dónde venimos y adonde volvemos una y otra vez. ¿Cómo
será nuestra estancia allá?, ¿Cómo será nuestra relación con los que han sido
nuestra familia en la presente y en anteriores vidas?, ¿A qué dedicaremos el
tiempo?, ¿Estaremos cerca de otras almas más evolucionadas como Jesús o Buda o
Maria?, podría seguir haciendo miles de preguntas, pero no tendría demasiado
sentido. Es una lástima que no nos quede ni un ápice de memoria de nuestra vida
al otro lado.
Con
regresiones y sobre todo con canalizaciones, he podido ir confeccionando un
mapa de mis idas y venidas, o mejor de mis venidas, ya que de las idas al otro
lado de la vida poca es la información creíble recibida.
El mapa
confeccionado llega a abarcar una extensión de cuatro mil años, con información
y curiosidades sobre vidas constatables. Esa información ha llegado a
desmontarme creencias que permanecían arraigadas en mí, y durante un tiempo me
han tenido un poco descolocado, ¿Cómo podía ser que informaciones que aparecían
en publicaciones que parecían serias no fueran más que palabrería? ¡En fin!, de
todo esto creo haber sacado dos enseñanzas importantes: Que no vale de nada conocer
aspectos de otras vidas, excepto por la curiosidad y para algunas cuestiones terapéuticas,
y una segunda que en vez de buscar información en el exterior, tengo que
buscarla en mí, ya que todos estamos en posesión de todo el conocimiento. Esto
lo sabía, al menos teóricamente, pero no puedo dejar de caer en la tentación de
buscar libros y leer. Hay una tercera enseñanza: Lo que es realmente valido e
importante es la vida actual.
Y es
importante la vida actual porque es en ella en la que tenemos que cumplir la o
las misiones programadas. Cada misión está en función del crecimiento de la
conciencia de cada persona. Hay misiones individuales, de aprendizaje y hay
misiones de servicio y ayuda a la humanidad, pero entre estas dos hay infinidad
de matices. Ningún ser tiene programada una misión para la que no esté
preparado, y a ella se ha de llegar como en casi todo en la vida en la materia,
siguiendo las intuiciones, comprobando en que actividad nos encontramos
realmente cómodos, y sobre todo a base de ensayo y error.
Con todo
esto se fortalece mi creencia de que nada es importante, excepto intentar hacer
felices a los que nos rodean. Si lo conseguimos habremos cumplido una parte
importante de nuestro objetivo en la vida. Lo demás, llegará fácilmente sin que
casi seamos conscientes de ello.
jueves, 26 de septiembre de 2013
Reencarnación,...... ¿Y?
Cada vez es
mayor el número de personas que creen en una vida anterior y posterior a la
vida física. Si, cada vez es mayor el número de personas que creen en la
reencarnación. Y creen por infinidad de razones, si preguntamos la razón, es
posible que encontremos tantas respuestas como personas. Sin embargo, en el
fondo de todas las razones subyace el miedo a la muerte. Es un alivio pensar
que todo va a seguir, de alguna manera, después de la muerte del cuerpo.
Y según
vamos leyendo y aprendiendo, o recordando, cosas sobre la reencarnación y sobre
la muerte, no es que termine de desaparecer el miedo a la muerte, pero parece
que se atenúa bastante.
Además hay
algunas técnicas, como las regresiones que nos pueden ayudar a recordar
acontecimientos de vidas pasadas, nos pueden ayudar a comprender el posible
origen de traumas, de problemas emocionales, o de la causa de relaciones
conflictivas con otras personas. Pueden ayudarnos a entender el porqué de
nuestro carácter, e incluso, de alguna manera, más o menos sutil, la razón o la misión de la vida.
Todo esto
está bien, porque con esas técnicas se pueden arreglar algunos problemas que se
arrastran, como una pesada losa, en la vida de la persona. El reconocimiento de
que un problema tiene su origen en una vida anterior, es un alivio, y puede
llegar a sanar el problema.
Pero, es
posible, que no puedan solucionarse, con ese método, todos los problemas de la
persona, y sobre todo algunos problemas emocionales, que pueden existir por una
acumulación de las actuaciones realizadas en muchas vidas, ni por supuesto puede
solucionarse la inmadurez de un carácter, que también es causa de hábitos que
se han ido forjando por acciones repetidas en cada vida.
Por lo tanto
hay que buscar otra técnica. Es bueno saber con qué herramientas contamos. Y la herramienta más importante de la que
disponemos es la propia vida. Ya sabemos que gran cantidad de nuestros
problemas tienen su origen en vidas pasadas, sabemos que estamos en la vida
atados a la Ley del Karma, pero la solución a todo eso, ha de encontrarse en la
vida actual, es en ella donde podemos aprender a amar de manera definitiva, es
en ella donde vamos a pagar deudas pendientes, es en ella donde hemos de
perdonar, es en ella donde podemos eliminar malos hábitos, es en ella donde
podemos crecer, evolucionar y terminar de construir nuestro carácter. Podemos
utilizar otros cientos o miles de vidas para realizar ese trabajo, pero, también
es cierto que se puede conseguir en una sola vida. ¿Por qué no en la vida actual?
Es igual haber vivido una, cien, mil
o un millón de vidas, porque de la única que tenemos conciencia es de la vida
actual. Por lo tanto podemos dejar de elucubrar con otras vidas y centrarnos en la
vida que estamos viviendo. Es en ella donde hemos de realizar cualquier acción
que nos acerque a la Iluminación, cualquier acción que nos acerque a Dios.
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domingo, 8 de septiembre de 2013
Mensaje para la Tierra (2)
………. Continuación.
Educar con el ejemplo no es una
manera de educar,
es la única.
Albert Einstein
El mejor
método para que un aprendizaje sea real y efectivo es el ejemplo. Sin embargo,
el ejemplo es válido para enseñar en el entorno próximo: Los esposos entre sí,
los padres con sus hijos, los amigos entre ellos, el jefe con sus empleados, y
estos con su jefe, los vecinos en su comunidad, en los medios de transporte,
etc., etc. Todos nos relacionamos cada día con un buen número de personas. ¿Te
has preguntado alguna vez cuál es tu influencia en cuantos te rodean? Es mucha,
porque la debilidad del carácter en la inmensa mayoría de las personas, hace
que estas sean muy influenciables, y las palabras y las acciones de los otros, se
incrustan en la conciencia, en forma de envidia, en forma de deseo, en forma de
ira contenida, en forma de rabia, en forma de admiración, e incluso de
adoración.
La mayoría de los seres humanos
tienen hambre de conocimiento y una imperiosa necesidad de ser guiados, y no somos
conscientes de que todos somos guías, todos somos maestros. Cada uno en su
nivel, porque son necesarios maestros de primaria, de secundaria y profesores
universidad. Le toca a cada uno desempañar su papel, en unos momentos de
enseñante, y en otros de aprendiz. Hay que dejar que brille la propia luz, para
que sirva de faro a los que transitan por el mismo camino, y seguir a la vez la
luz de los que han pasado delante de nosotros.
Queremos aprovechar este foro, para
tocar en las conciencias de todos los que os asoméis a este ventanal y
recordaros que sois espejo para todos los que os rodean, sobre todo vuestros hijos
y nietos, vuestra pareja, vuestros amigos. Mantenerlo limpio para que el
reflejo sea intenso, y no necesitéis de la palabra cuando ejerzáis de maestros.
Con vuestro ejemplo será suficiente.
Recordar que somos energía, y que la energía
del pensamiento llega de inmediato, mucho antes que la acción o la palabra.
Todos reaccionamos, aunque sea de manera inconsciente, a la energía recibida.
No puedes decir blanco con la boca, mientras estás pensando negro. La respuesta
no será para el blanco, será para el negro. Pero si eres consecuente y dices y
haces blanco mientras piensas blanco, el
aprendizaje será rápido y eficaz.
Pero si
queremos llegar a más personas, a esas que no se encuentran necesariamente en
nuestro entorno, es necesaria la palabra, ya sea hablada o escrita.
Sin embargo, para que la palabra
llegue al lugar adecuado y necesario para que surja su efecto, el camino por el
que debe transitar, ha de estar preparado. Para entenderlo nos vale la parábola
del sembrador, que según el evangelio de San Marcos es como sigue: Aquel día
salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y
entrando Él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les
habló muchas cosas por parábolas, diciendo: “He aquí, el sembrador salió a
sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y
vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha
tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el
sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y
los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio
fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene
oídos para oír, oiga”.
La palabra
tiene que llegar a un terreno previamente abonado, si no es así, pasa algo que
todos conocemos: Cuando se lee o se escucha alguna cosa que impresiona o que
sencillamente agrada a la persona, son muchas las personas que deciden llevar a
la práctica eso que les ha parecido interesante, para conseguir algo que no
tienen en su vida, y que, sin embargo, desean. Pero todo queda en un intento inútil,
ya que su decisión es tan débil como una burbuja de aire. La palabra ha
llegado, pero la persona no estaba preparada para llevarla a la práctica,
básicamente, por su escasa voluntad.
Pero, no por
eso, se ha de dejar de hablar o de escribir. Hay que seguir haciéndolo, y como
dice la parábola: “El que tenga oídos para oír, que oiga”, y añadiría: “El que
tenga voluntad para hacer, que haga”.
Para enseñar
de nuevo como se hacen las cosas me dijeron que les gusta comenzar por el
final, como una especie de atajo, y de la misma manera que los Diez
Mandamientos de la Ley de Dios se resumen en dos, sus conceptos se resumen en
uno: AMAR. Si se consigue entender el AMOR, (lo cual ya es un poco difícil), y
se llega a sentirlo y a manifestarlo, el camino estará concluido para el ser
que lo consigue, y ya no tendrá necesidad de una nueva vida. Todo estará
aprendido.
¿Cómo es ese AMOR que proclaman? Es
algo parecido al amor que siente una madre por su hijo en los primeros meses de
vida. El amor que siente una madre por su bebé, en los primeros meses de vida,
es distinto al de la misma madre por el mismo hijo en etapas más avanzadas de
la vida. En los primeros compases de la vida, en el amor no hay deseo, se da
todo, absolutamente todo a cambio de nada, porque no se espera nada del hijo,
con que crezca sano y feliz, la mama ya tiene suficiente. El auténtico AMOR
sólo desea la felicidad de la persona amada.
Pues
bien, se ha de sentir ese AMOR, por todos los seres que han sido, son y serán
en el planeta. Este es el atajo, ya que llegar a sentir ese AMOR, hace
innecesario trabajar para eliminar defectos, porque el AMOR los disuelve con su
fuerza, de la misma manera que se hace innecesario trabajar virtudes, porque el
AMOR las contiene todas.
Continuará………………..
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