El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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lunes, 10 de junio de 2024

Cambio

 


La vida es un conjunto de cambios que no esperamos.

No importa con cuanta certeza tengamos planeadas nuestras expectativas, siempre va a haber algo repentino, siempre va a haber algo que no tengamos planeado.

No importa cuántas veces la vida nos haya sorprendido o cuantas veces hayamos cambiado nosotros.

Nuestra esencia, lo que está dentro de nuestra alma nunca cambia, siempre es para nuestro bien.

lunes, 29 de abril de 2024

Esto también pasará

 


 

Una vez, un rey de un país no muy lejano reunió a los sabios de su corte y les dijo:

«He mandado hacer un precioso anillo con un diamante, con uno de los mejores orfebres de la zona. Quiero guardar, oculto dentro del anillo, algunas palabras que puedan ayudarme en los momentos difíciles. Un mensaje al que yo pueda acudir en momentos de desesperación total. Me gustaría que ese mensaje ayude en el futuro a mis herederos y a los hijos de mis herederos. Tiene que ser pequeño, de tal forma que quepa debajo del diamante de mi anillo».

Todos aquellos que escucharon los deseos del rey, eran grandes sabios, eruditos que podían haber escrito grandes tratados… pero ¿pensar un mensaje que contuviera dos o tres palabras y que cupiera debajo de un diamante de un anillo? Muy difícil. Igualmente pensaron, y buscaron en sus libros de filosofía por muchas horas, sin encontrar nada en que ajustara a los deseos del poderoso rey.

El rey tenía muy próximo a él, un sirviente muy querido. Este hombre, que había sido también sirviente de su padre, y había cuidado de él cuando su madre había muerto, era tratado como si fuera familia y gozaba del respeto de todos. El rey, por esos motivos, también lo consultó. Y éste le dijo:

“No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje”

«¿Como lo sabes preguntó el rey”?

“Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una oportunidad me encontré con un maestro. Era un invitado de tu padre, y yo estuve a su servicio. Cuando nos dejó, yo lo acompañe hasta la puerta para despedirlo y como gesto de agradecimiento me dio este mensaje”.

En ese momento el anciano escribió en un diminuto papel el mencionado mensaje. Lo dobló y se lo entregó al rey.

“Pero no lo leas», dijo. «Mantenlo guardado en el anillo. Ábrelo sólo cuando no encuentres salida en una situación”.

Ese momento no tardó en llegar, el país fue invadido y su reino se vio amenazado.

Estaba huyendo a caballo para salvar su vida, mientras sus enemigos lo perseguían. Estaba solo, y los perseguidores eran numerosos. En un momento, llegó a un lugar donde el camino se acababa, y frente a él había un precipicio y un profundo valle.

Caer por él, sería fatal. No podía volver atrás, porque el enemigo le cerraba el camino. Podía escuchar el trote de los caballos, las voces, la proximidad del enemigo.

Fue entonces cuando recordó lo del anillo. Sacó el papel, lo abrió y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso para el momento. Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

En ese momento fue consciente que se cernía sobre él, un gran silencio.

Los enemigos que lo perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino. Pero lo cierto es que lo rodeó un inmenso silencio. Ya no se sentía el trotar de los caballos.

El rey se sintió profundamente agradecido al sirviente y al maestro desconocido. Esas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a guardarlo en el anillo, reunió nuevamente su ejército y reconquistó su reinado.

El día de la victoria, en la ciudad hubo una gran celebración con música y baile. El rey se sentía muy orgulloso de sí mismo.

En ese momento, nuevamente el anciano estaba a su lado y le dijo:

“Apreciado rey, ha llegado el momento de que leas nuevamente el mensaje del anillo”

“¿Qué quieres decir?”, preguntó el rey. “Ahora estoy viviendo una situación de euforia y alegría, las personas celebran mi retorno, hemos vencido al enemigo”.

“Escucha”, dijo el anciano. “Este mensaje no es solamente para situaciones desesperadas, también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando te sientes derrotado, también lo es para cuando te sientas victorioso. No es sólo para cuando eres el último, sino también para cuando eres el primero”.

El rey abrió el anillo y leyó el mensaje… “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”

Y, nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba. Pero el orgullo, el ego había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Lo malo era tan transitorio como lo bueno.

Entonces el anciano le dijo:

“Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.”

La moraleja de esta historia es que nada en la vida es permanente. Tanto la felicidad como la tristeza son temporales y pasajeras. El mensaje del anillo sirve para recordar al rey que debe mantenerse humilde en la victoria y esperanzado en la derrota, ya que ambos estados son transitorios.

La fábula del rey y el mensaje "Esto también pasará" es una poderosa lección de humildad y esperanza. Nos enseña a valorar el momento presente sin aferrarnos demasiado a él, ya que el cambio es la única constante en la vida. En tiempos de alegría, nos recuerda disfrutar sin arrogancia, y en tiempos de tristeza, nos ofrece consuelo y la promesa de que el dolor no durará para siempre. Esta historia resuena con la idea de que la empatía hacia uno mismo y hacia los demás es crucial, especialmente durante los desafíos, ya que todos experimentamos altibajos en la vida. La empatía nos permite conectar con los demás y ofrecer apoyo, sabiendo que las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento.

¡Ánimo!, esto también pasará.

sábado, 18 de abril de 2020

"Yo Soy" el cambio

Este es el inicio de un largo camino. “Yo Soy” el cambio

Ya estamos viendo en los países en los que se están empezando a relajar las medidas de confinamiento cual es la preocupación de los dirigentes que son los que tendrían que liderar el tan ansiado cambio: Que la economía, tal como la conocemos, no termine de hundirse y que todo vuelva a la normalidad económica lo antes posible. Justo a esa normalidad basada en la desigualdad que no queremos.
Es posible que se den algunos cambios, sobre todo, alguna mejora de la sanidad, que está siendo el pilar de contención de la pandemia. Países que estaban desmantelando su sanidad pública intentarán detener su deterioro y otros que tienen una sanidad del siglo XIX intentarán adecuarse al siglo XXI. Pero poco más.
La pandemia, para los que sobrevivan, no va a servir más que para empobrecer a la clase media y terminar de hundir a la clase baja. La clase súper alta, que es la que realmente organiza el mundo a su antojo para su propio beneficio, no se va a ver afectada en lo más mínimo, salvo que va a enriquecerse un poco más. Incluso pueden salir mejor parados porque algunos, puede ser que les idolatren aún más porque donan millones para ayudar a frenar la pandemia. ¿Qué es un millón o dos o veinte comparado con lo que tienen?, es como para el resto de nosotros dar un dólar a un pobre a la puerta de una iglesia. Una limosna.
Lo que esta pandemia ha vuelto a dejar al descubierto es la solidaridad de muchísimas personas en cualquier parte del mundo. La solidaridad siempre emerge en las catástrofes, lo cual es fantástico, pero se reduce cuando la situación vuelve a la normalidad. Y mientras no se consiga una igualdad real, en la que no pase hambre ni un solo ser humano, la solidaridad va a seguir siendo necesaria.
Por lo tanto, los que tenemos claro que el orden mundial debería de cambiar tenemos que liderar el cambio. O, mejor, más que liderar el cambio tenemos que comenzar a abrir la puerta para que este se realice, porque va a ser una lucha sin cuartel, silenciosa y larga, muy larga, posiblemente nos lleve más de un siglo. A no ser que tengamos en unos años una nueva pandemia que mate a dos millones de personas y se lleve por delante la economía tal como la conocemos.
Casi todos los que creemos que vivimos en una sociedad injusta e iniciemos ahora la lucha o, mejor, que seguimos en la lucha que iniciamos hace algún tiempo, es seguro que volveremos a la vida dentro de cien o doscientos años y, es posible, que entonces sigan las desigualdades pero tendremos ya un terreno preparado y abonado por nosotros en esta vida, para que sea más fácil la batalla final, ya que nuestros hijos, nuestros nietos, bisnietos y tataranietos habrán seguido la estela que ahora iniciamos nosotros.
¿Cómo tiene que ser esa lucha? Ahora tiene que ser espiritual, porque nosotros no podemos cambiar el sistema económico, pero si podemos cambiar la espiritualidad. Tampoco podemos salir a las calles siete mil quinientos millones de seres a reclamar un cambio de orden cuando cada uno de los siete mil quinientos millones tiene una idea de orden diferente en su cabeza. Si no fuera así, no habría tanto voto disperso. Personalmente nunca he entendido como un obrero puede votar a la derecha. Pero aunque se vote a la izquierda, da lo mismo. Son los mismos con una corbata de distinto color. Y lo que necesitamos no son líderes de derecha o de izquierda, necesitamos lideres humanos, que se sientan iguales, que amen a sus conciudadanos, que lloren con ellos, que rían con ellos, que el sufrimiento de uno sea su propio sufrimiento, que no sepan de economía, que no sepan de leyes, que sepan de justicia humana, de igualdad, de compasión y de humildad.  
Por lo tanto, hemos de dejar de lado, aunque sigamos en la lucha por reducir la desigualdad, las batallas política y económica para centrarnos en la batalla espiritual.
            Así como hay diferentes sistemas políticos y económicos y diferentes religiones, en lo referente a la espiritualidad, no hay dudas, solo existe un orden, el orden del Amor, que conlleva inherente todos sus atributos: alegría, fe, igualdad, humildad, comprensión, justicia social, tolerancia, paz, serenidad, misericordia, felicidad, generosidad, compasión, libertad, aceptación, bondad, honestidad, fortaleza, respeto, servicio.
Porque el cambio, el auténtico cambio, es actuar desde el Amor. El Amor solo tiene una regla, la Regla de Oro: Trata a los demás como tú mismo quieres ser tratado.
            Tenemos que ser el cambio que propugnamos realizando nuestro propio trabajo interior para ser el Amor que demandamos al mundo, porque al final de todo el camino, dentro de uno, cinco o mil años, la energía que va a mover el mundo es el Amor. Ese es el cambio, ese es el final del camino. Empecemos en nosotros mismos y hagámoslo ya, no esperemos a mañana.
Nuestro objetivo tiene que ser elevar nuestra vibración en el Amor para ir influyendo en los que nos rodean y estos a su vez influir en otros y estos en otros y así sucesivamente hasta llegar al poder. Es un trabajo lento ¿verdad? Y más lento porque es una batalla con uno mismo y, aunque sea incruenta, es la más terrorífica de las batallas.
Para eso lo mejor es comenzar por el principio. Saber de dónde partimos cada uno de nosotros, porque el final del camino es el mismo para todos: aprender a Amar.
Como pasar de donde estamos al Amor no es tarea fácil, mejor vayamos ganando cada una de las partes, subiendo un peldaño tras otro, que no son otros que las cualidades del Amor, para llegar al Todo. Hoy trabajo la paciencia, el mes que viene la tolerancia, al otro el perdón y, así, un día tras otro llegaremos a la cima.
Voy a terminar esta entrada con unas preguntas. A partir de la próxima intentaré desgranar como ganar cada una de las etapas que nos van a llevar a la cumbre.
Podéis escribir y contestar para unificar ideas.
¿Tenemos claro que todos SOMOS UNO, que somos lo mismo, todos con el mismo origen, todos con el mismo fin?
¿Tenemos claro que somos más que un cuerpo?
¿Tenemos claro para que venimos a la vida?
¿Tenemos claro que organizamos nuestra vida antes de encarnar?
¿Tenemos claro que la pandemia estaba contemplada en nuestro Plan de Vida?
Si tenemos claro que está contemplada en nuestro Plan de Vida y, por lo tanto, aceptada por nuestra alma ¿Qué esperábamos ganar con ella?
La contestación a estas preguntas y, algunas más, lleva implícito el trabajo a realizar.
Cuídense, todos somos necesarios, ya que si falta uno tendremos que suplir su vibración entre los demás.
Bendiciones.





sábado, 11 de abril de 2020

Crisis, pandemia, cambio


El confinamiento se alarga y se estira como si fuera chicle.

He dejado de ver noticias, son un poco cansinas, como lo son también las informaciones que van apareciendo por las redes sociales.

He leído casi diez millones de causas por las que este virus ha mutado para apoderarse del género humano. Pero sea cual sea la causa, ¿qué más da? Está aquí y hay que lidiar con él. Desde luego si la causa fuera la nueva tecnología 5G no deberíamos de permitir su expansión, aunque, de ser esta la razón, ya se encargarán los “auténticos poderes”, que usan a los presidentes de los países y organizaciones como títeres, para hacernos creer lo contrario.   

Pero hemos de tener presente que nada ocurre por casualidad, y que todos y cada uno de los seres humanos que habitamos en esta época el planeta ya teníamos contemplada esta circunstancia en nuestro Plan de Vida y, por supuesto, la hemos elegido voluntariamente. Somos unos héroes.

Unos para morir, otros para enfermar y sanar, otros para ayudar a todos a dejar atrás la enfermedad, otros para vigilar el orden, otros para poner palos en las ruedas, otros para arrimar el hombro, pero casi todos para sufrir que es la espoleta del cambio. Unos para encumbrarse y otros para hundirse, Pero todos para crecer, y para aumentar nuestra vibración y la vibración del planeta. Porque no existe nada, absolutamente nada, contemplado en el Plan de Vida de cada alma, que no sea para su crecimiento, para su aprendizaje, para su acercamiento a Dios.

  Terminaba la entrada anterior diciendo “…. si de esta crisis no sacamos la enseñanza de que todos somos lo mismo y de que ayudando y respetando al otro, me estoy ayudando y respetando yo, no habrá servido de nada tantas muertes, tanto dolor, tanta carencia y tanto sufrimiento”.

Pero ahora ya sé que todo va a seguir igual.

Es muy difícil cambiar un régimen capitalista que es el que impera en nuestras sociedades, ya que son auténticos genios para atontar a los millones de súbditos que con unas migajas hacen al “gran capital” cada día más y más rico.

De esta crisis, todos, menos “ellos”, vamos a salir maltrechos, más pobres, más controlados y, sobre todo, con más miedo, que es la herramienta principal que utilizan para subyugarnos.

Bueno, en realidad, todo no va a seguir igual. Algo habrá cambiado, pero será a nivel individual. Tendrá que ser uniendo esas individualidades como se comience a gestar el cambio. Ahí es donde radica la posibilidad de cambio. Pero, aunque no se produzca, no importa, como género humano, nosotros o nuestros descendientes, tendremos nuevas pandemias, y así será hasta que el cambio se materialice. El cambio se tiene que realizar sí o sí.

Ya hemos comprobado que se puede vivir sin futbol, sin toros, sin misas, sin procesiones, sin políticos, pero no se puede vivir sin un hospital perfectamente equipado, con un personal dignamente tratado y sobre todo, no se puede vivir sin una barra de pan o sin un plato de lentejas. Por lo tanto, el cambio lo tenemos que hacer no haciendo manifestaciones salvajes para conseguir un día más de vacaciones, o un incremento de sueldo miserable, sino dando la espalda, todos unidos, a todo lo superfluo que el gran capital ha hecho que consideremos esencial. Porque si nos manifestamos para conseguir tal o cual cosa, nos la van a dar para que volvamos a trabajar, pero ya se encargaran de sacárnosla de otro sitio. Son listos, son muy listos, y nosotros somos tontos, muy tontos.

Cuando no vaya gente a los eventos deportivos, no se gastarán millones y millones de dólares en sueldos para los jugadores. Todos los sueldos deberían oscilar en una banda de entre 1 como mínimo y 5 como máximo. Es decir, que, si el sueldo más bajo son 1.000 dólares, el más alto no debería ser superior a 5.000. En ningún lugar del planeta.  

Cuando nadie vote a los ineptos que se enriquecen a nuestra costa enfrentándonos a los unos contra los otros, podremos cambiar nuestro sistema político, porque los políticos, sea cual sea su insignia y su doctrina, enfrentan a los ciudadanos del norte con los del sur, favoreciendo a los cada vez más ricos y defenestrando, engañando y manipulando a los cada vez más pobres.  

Cuando los lugares de culto se encuentren vacíos un día sí y otro también, es posible que los líderes de las religiones reflexionen y se unan para ayudar a hacer un mundo igualitario y no condenar ni discriminar a nadie, porque entenderán realmente lo que significa ser hijos de Dios y apostarán por una sola religión: La religión del Amor.

Cuando nadie mire la basura televisiva, la cambiarán para enriquecer nuestra alma y no embrutecer nuestros egos. Y así sucesivamente con cualquiera de los métodos de atontamiento que utilizan contra la población.

Todos somos uno, todos somos lo mismo y nos enfrentan los políticos, las religiones, los deportes, los programas de televisión. Lo único que buscan es la separación. Divide y vencerás.

Somos nosotros los que tenemos que comenzar a gestar el cambio. Todos unidos. Ayudándonos. Vibrando al unísono en el Amor. Hasta entonces todo seguirá igual.

Sigan cuidándose.
Bendiciones.



domingo, 19 de junio de 2016

Cambia, cambia tú

PERLAS PARA EL ALMA


Nos quejamos de la vida que llevamos, no nos gusta completamente el trabajo que realizamos. Nos gustaría que nuestra pareja fuera más cariñosa, o más dulce, o más comprensiva. Los niños, a veces, nos agobian. Sentimos que la casa se nos viene encima, pero nos aburren las salidas de ella. La familia y los amigos, normalmente, se pasan la vida juzgando y criticando. En resumen: no nos gusta la vida que llevamos, aunque aceptamos vivirla de esa manera por mil razones: la obligación, la sociedad, la falta de dinero, la falta de tiempo para cambiar nada, el qué dirán, etc.

         ¿Qué hacer para que cambie?, ¿Se solucionaría con el premio gordo de la lotería?, ¿Cambiaría algo si realizáramos un viaje a la otra punta del planeta?, ¿Qué hacer? La respuesta es fácil: “Cambia, cambia tú”, porque si siempre haces las mismas cosas, el resultado ha de ser siempre el mismo. “Cambia tú”.


         No esperes que cambie tu trabajo, tu jefe o tus compañeros. No esperes que cambie tu pareja. No esperes que cambien los niños, ni tu familia, ni tus amigos, porque todos están en la misma dinámica que tú, todos están tan aburridos de la vida como tú, todos están esperando un cambio como tú. Sin embargo, tú tienes una cierta ventaja porque aunque tú te estás aburriendo o estés cansando, tienes la inquietud del cambio, sólo que con un ligero error en tu planteamiento, estás esperando que el cambio llegue sólo, y eso, ya te aseguro que no va a suceder. Has de intervenir, has de tomar las riendas de tu vida, has de cambiar algo para que cambie tu entorno, has de trabajar para el cambio, has de implicarte.


miércoles, 15 de junio de 2016

De "ser humano" a "ser espiritual".

Es momento de dejar de jugar a ser espirituales, ya hemos aprendido las reglas del juego. Ha llegado el momento de incluir la espiritualidad en la vida cotidiana, es momento de trabajar desde la ética de la conciencia, es momento de amar, es momento de sanar de manera total, es momento de compartir, de relacionarse, es momento de practicar y salir de la teoría, es momento de dejar atrás los prejuicios religiosos, es momento de trabajar para dirigirnos a un futuro brillante, feliz, abundante, pleno. Y podemos llegar a ese futuro respetando las reglas del Amor.
         En este momento de cambio vamos a trascender de “ser humano” a “ser espiritual”, y para eso ya no valen ni escuelas ni maestros, ya que la única escuela válida es nuestro interior, nuestra intención, nuestro corazón. Porque no hay nada que aprender, todo está en nosotros, ya tenemos todo el conocimiento de Luz y de Amor, y muchos de nosotros, o ya hemos cambiado nuestra vibración o estamos en pleno proceso.



         En la actualidad el ser humano vive para él, de manera individual, y ha de salir de ese individualismo para atender las necesidades del alma, empezando a desarrollar propósitos simples, para una vez conseguidos continuar con mayores empresas. Pero todo tiene un principio, y ese principio ha de ser observar si existe alguna contradicción entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Si no existe coherencia entre los pensamientos, las palabras y los actos, el ser humano se engaña a sí mismo.
         Hay que escuchar al alma y aceptar la verdad, aceptar las cosas que resuenan profundamente en el corazón y en el alma, aceptar lo que impulsa al ser humano a respirar y a sonreír. Hay que separarse de todo aquello que promueve manipulación, especulación o explotación, y no participar en nada que coarte la libertad o lesione el respeto. Hay que actuar de manera honesta, clara, impecable y coherente.
         Y sobre todo ama, siente el Amor, comprométete contigo, únete a tu Ser y no busques más, deja sólo que el Amor te encuentre. Hace tiempo que el Amor te busca, y si tu mente se mantiene en silencio, te va a encontrar, y sobre todo, cuando estés sin expectativas, sentirás, sentirás el Amor, sentirás su fuerza. 

jueves, 2 de junio de 2016

Un paso más allá

PERLAS PARA EL ALMA



Tenemos que dar un paso más allá para no perder de vista el objetivo real de nuestra vida física y así no quedarnos atascados en mitad del camino adorando ídolos.

El auténtico objetivo de todas las almas en su peregrinaje a la materia es encontrar, de una vez por todas, el camino que las conduzca de vuelta a Dios.

Para esto el alma se provee de diferentes herramientas: lecturas, talleres, yoga, tai-chi, chi kung, y un variopinto ramillete de actividades que pueden ayudar al ser a aceptar su divinidad y a encontrar el camino de vuelta a casa. 
   
Ya son bastantes las personas que han empezado a cuestionarse la búsqueda de la felicidad, de la serenidad y de la paz interior desde una nueva perspectiva, pero muchas de ellas están perdiendo de vista la auténtica razón de nuestra estancia en la vida, y están considerando a las herramientas que utilizan  para conseguir el objetivo como si ellas fueran el auténtico objetivo.


Es como si se subiera en un ascensor al piso veinticinco. Unas personas se atascan en el piso uno, y otras, las que ya han comenzado a ver la vida de diferente manera, se atascan en el piso veintitrés. Es cierto que están más cerca del final, pero siguen atascadas, en diferente atasco, pero atascadas. 


martes, 17 de mayo de 2016

Ya es momento

PERLAS PARA EL ALMA


Es momento de abrir definitivamente los ojos, es momento de abrir definitivamente el corazón, es momento de entender que eres un alma, es momento de vivir para la Divinidad. Basta ya de picoteo, basta ya de jugar a ser espirituales, basta ya de hablar de los Maestros, basta ya de fariseísmo.


Es el momento de actuar y de vivir desde el corazón, es el momento de dejar de vivir desde la mente, de dejar de vivir desde la maquinación, de dejar de vivir desde el engaño: a vosotros mismos, a vuestros amigos, a vuestra familia; es momento de vivir la honestidad, es momento de estregarse, es momento de volver a Dios.


sábado, 7 de mayo de 2016

El próximo cambio

PERLAS PARA EL ALMA




A pesar de que tengamos guías, maestros, instructores o gurús, la decisión de comenzar a vivir la vida de otra manera es personal de cada uno. 
Nadie va a decidir en qué momento está preparada el alma para iniciar el camino de vuelta a Casa, el camino de vuelta a Dios, salvo la propia alma. 
Va a ser la persona en la soledad de su corazón y de su mente la que va a decidir cuándo es el momento de dejar atrás el sufrimiento e iniciar una nueva vida basada en el respeto, en la comprensión, en la tolerancia, en el servicio y en el Amor.




miércoles, 6 de abril de 2016

Cámbialo

PERLAS PARA EL ALMA



         Las cosas son como son. La vida es como es, y sólo te queda aceptarla.

        Pero si hay algo que no te gusta y no puedes aceptar, entonces trabaja para cambiarlo, pero no le des vueltas en tu mente.


      Lo que tu calificas como problemas dando vueltas y vueltas en tu mente, ensucia y marchita tu cuerpo energético, envilece y adormece a tu mente, embrutece y enferma al cuerpo físico, entristece al alma, te aísla de la vida y te separa de Dios.    

    

lunes, 24 de agosto de 2015

¿Cómo soy?


            El ser humano lleva en su maleta emocional una serie de máscaras que va utilizando en el transcurso del día, Cuando se levanta por la mañana se pone la máscara de la prisa, al llegar a la oficina se pone la de jefe, o la de subordinado, o la de señor de la limpieza, o la de vigilante, y así una tras otra en función de las distintas interacciones que va teniendo a lo largo de su día, y lo hace con la misma facilidad que lo pueden hacer los profesionales de la risa en el circo para conseguir las carcajadas de su público. Pero existe una notable diferencia, mientras para unos es una profesión para los demás la máscara no es más que una cortina de humo para ocultar sus miserias. 
            Es posible que ni el mismo ser humano sepa realmente quien es y cómo es. Bueno quien es, es seguro que no lo sabe. Él cree que es Don Fulano de Tal, y actúa desde ese pedestal, sea alto o bajo, no importa, cuando ese nombre es el que le han dado a su cuerpo, de la misma manera que su vehículo es Audi o Toyota, porque su cuerpo es su vehículo. Quien realmente es, es un hijo de Dios. Entonces, si la persona no sabe quién es, parece lógico que tampoco sepa como es.
            Este desconocimiento hace que actúe de mil maneras diferentes, en función de quien se encuentra delante. La persona no es la misma con su pareja que con sus hijos, no es la misma con su jefe que con sus compañeros, no es la misma con sus amigos que con sus vecinos, y así podríamos seguir enumerando encuentros, en los que encontraríamos que la persona es diferente en todos y en cada uno de ellos.
            Es posible que ni un observador imparcial lograra saber exactamente como es la persona objeto de su observación, a no ser que la observara en su soledad, situación difícil, porque en soledad no se actúa, en soledad se siente, y hay muchas posibilidades que incluso en su soledad no sea ella misma al cien por cien, ya que estará dándole vueltas a un millón de cosas y haciendo que sus sentimientos y emociones vayan variando, desde aquello que le sucedió ayer hasta como le gustaría realmente ser.
 
Es curioso, porque casi nadie está contento consigo mismo, por infinitas razones. Todos quieren ser lo que no son, pero casi nadie es capaz de ponerse a trabajar para llegar a ser esa persona que quisiera ser, o ponerse a trabajar para aceptar lo que es.
            El ser humano es un cúmulo de contradicciones: Busca la felicidad fuera de sí mismo, cuando la tiene en su interior; busca que le amen cuando es incapaz de amarse a sí mismo; elige una pareja y envidia a las parejas de los demás; es incapaz de trabajar para la realización de sus sueños, pero obliga a sus hijos a realizarlos, sin pensar que posiblemente sus hijos tengan sus propios sueños; es incapaz de reconocer sus defectos, pero es un maestro en el arte de juzgar y de criticar los defectos de los demás; como no reconoce sus defectos no trabaja para mejorarlos, pero reparte consejos a diestro y siniestro para que los demás mejoren los suyos; busca la paz viajando a los confines del mundo, cuando la podría encontrar si realizara el corto trayecto que existe entre su mente y su corazón.
            Lo que viene a continuación es un consejo, si no te apetece no lo leas:
Medita.
            Si sigues mi consejo y meditas
-          Empezarás a conocerte un poco y disminuirán tus contradicciones.
-          Casi sin proponértelo van a encontrarte de frente con la felicidad.
-          Descubrirás que el amor es una energía y no esa tonta sensación que tienes cuando ves a alguien del sexo contrario.
-          Llegarás a ser consciente de que lo más importante en el mundo eres tú, y que eso, además, no es ser egoísta.
-          Tendrás las fuerzas suficientes para correr detrás de tu sueño.
-          Serás consciente de que tus hijos son también seres humanos, que no son de tu propiedad y que tienen que realizar su propio camino.
-          En el viaje que vas a realizar dentro de ti comenzarás a descubrir tus defectos y trabajarás para ir eliminándolos.
-          Sabrás que no has venido a este mundo a juzgar a nadie.
-          Que los consejos los puedes dar, pero cuando te los pidan.
-          Aprenderás a respetar y tratarás a todos tan solo como quieres que te traten a ti.
Así, no solo sabrás quien eres: Un hijo de Dios, sino que sabrás como eres: Un ser de amor y podrás llevarlo por bandera sin necesitar máscaras porque no tendrás que ocultar ninguna miseria.

 

    

jueves, 9 de julio de 2015

Cambio de actitud


Cualquier sufrimiento es inútil,
porque todavía no se ha detectado
ningún nudo de dolor 
que haya conseguido desatar el sufrimiento.
Hari Krishan

Puede parecer increíble, que la vida, ese don tan maravilloso que algunos seres nos hemos dado, convirtiéndonos durante un breve espacio de tiempo de nuestra eternidad en humanos, pueda convertirse, a veces, en algo tan duro, tan inaguantable e insufrible, que bien pareciera que en vez de ir montados sobre la vida, disfrutando de su belleza, lleváramos la vida, y no solo la nuestra, sino la vida de toda la humanidad sobre nuestras espaldas. ¡Y eso pesa!
            Algunos podrían pensar que nada hay en la vida más duro que la propia vida, o mejor los acontecimientos que en ella se generan cada día, pero si hay algo que puede ser muchísimo peor y, de hecho lo es, es la actitud con la que cada uno se enfrenta a todos y cada uno de los acontecimientos de su vida.
            Enfrentarse a la vida cuando la miseria se pasea por ella, puede ser más o menos duro; enfrentarse a la vida, cuando la enfermedad ha tomado posesión de la misma vida, puede ser más o menos angustioso; enfrentarse a la vida cuando la vida  ha recibido la visita de la muerte, puede ser más o menos dramático. La diferencia entre el más y el menos es la actitud.
            De momento, parece que ha quedado sobradamente demostrado, hace ya tiempo, por experiencias en las propias vidas y en las vidas ajenas, que tratar de vivir la vida por el lado más duro no soluciona la miseria, y sin embargo, puede agregar, y de hecho agrega dolor al dolor, de la misma manera que más angustia no soluciona la enfermedad o que por mucho dramatismo que le pongamos a la muerte no va a resucitar al difunto.
            No solo es válida la actitud para los tres casos extremos de miseria, enfermedad y muerte. La actitud hace que varíe también la percepción de cualquier preocupación, de cualquier dolor, de cualquier desengaño, de cualquier sufrimiento o de cualquier decepción.
            Cualquier acontecimiento en la vida ocurre en un determinado momento, pero justo al instante siguiente la vida sigue su ritmo, no se detiene ni por un instante, y si la vida no se detiene, ¿Por qué la persona se queda anclada en la emoción, ya sea positiva o negativa, provocada por el acontecimiento?
 
            Sabemos que todo es energía. El pensamiento es energía, la emoción es energía, la preocupación que sólo es un pensamiento repetitivo sobre cualquier tema sin desear llegar a ninguna conclusión, es como cualquier pensamiento energía que se va almacenando en nuestro sistema energético provocando otras energías nada agradables como son el miedo, la ansiedad, la angustia o la soledad.
            Está claro que por mucho que piense y se preocupe la persona no consigue hacer retroceder ni un ápice a la vida para deshacer el acontecimiento, por lo tanto solo hay que cambiar la actitud hacia cualquier acontecimiento cambiando el proceso de pensamiento, y de inmediato cambia la vida. Con ese cambio de actitud, se deja a un lado del camino el peso cargado, voluntariamente, sobre las espaldas, pero volver a subirse al tren de la vida.
            El cambio de actitud que se escribe en un minuto y se lee en dos segundos, lleva un poco más de tiempo adquirir la habilidad necesaria para ponerlo en práctica, pero cuanto más se tarde, será peor, porque seguiremos añadiendo sufrimiento al sufrimiento, dolor al dolor, angustia a la angustia y dramatismo al drama. Cualquier sufrimiento es inútil, porque todavía no se han detectado cuales son los nudos del dolor que puede desatar el sufrimiento, y, desde luego, no es porque no se tenga experiencia en sufrir, porque sufrimiento en el mundo hay toneladas en cada esquina.
            Puedes analizar cuantos sufrimientos te han solucionado problemas. Si no encuentras ninguno, ¿Para qué sufrir? Empieza a trabajar para vivir la vida con una actitud diferente. ¿Qué cómo se hace?, pues meditando.            

miércoles, 15 de abril de 2015

¿Qué me falta para ser feliz?


Perlas para el alma

Los seres humanos tratan de paliar sus carencias espirituales con posesiones materiales, y afanados recorren un camino inútil para llegar a ningún sitio, para no entender después, como no son felices, ¡si no les falta de nada!
            ¡Y tanto que les falta!, les falta todo, les falta lo más importante: el conocimiento de lo que son, les falta creer que se puede conseguir un cambio, les falta la voluntad para trabajar en la consecución de ese cambio y les falta la paciencia para esperar los primeros resultados.

sábado, 18 de octubre de 2014

Cambio


Perlas para el alma
 

Si sufren Vds. por algún aspecto de su vida, pueden hacer una de estas dos cosas: Aceptar la situación o cambiarla. Pero hagan algo, ya que si no van a seguir sufriendo.

domingo, 3 de agosto de 2014

La separación de Dios causa de enfermedad


            Las causas de la enfermedad parecen múltiples y variadas, sin embargo, cuando se trata con ellas, tratando de llegar a la causa, para sanar esta en lugar de trabajar con los efectos, se descubre que ni son tantas las causas, ni, por supuesto, tan variadas.
            En el caso de un problema físico, parece normal que una persona enferma no se encuentre en su mejor momento emocional, y eso es lo que aparece en la consulta inmediatamente después de conocer el problema por el que la persona acude a terapia. Pero no debe terminar aquí la primera entrevista. Después de conocer el problema físico, y las secuelas emocionales que ese problema está generando, si se empiezan a desgranar un “porqué” tras otro, para tratar de descubrir la causa inicial del problema, se llega, casi siempre, a una causa emocional, que parece primera, pero que tampoco lo es.
            En el caso de problemas emocionales, hay un paso menos que dar, nos ahorramos el salto desde el problema físico, pero también deben existir los “porqués”, para llegar a eso que puede parecer una primera causa.
            Eso que parecen primeras causas, son casi todas cortadas por el mismo patrón: Infelicidad y miedos, o lo que es lo mismo falta de amor.
            Los seres humanos vivimos de pensamientos. Aunque algunas personas crean que esa es la única y más acertada manera de vivir. A mí me han llegado a decir que lo verdaderamente importante en la vida es mantener vivo el pensamiento porque es una demostración de que estamos vivos. Ante este razonamiento, me calle discretamente, pero casi dando la extremaunción a esa persona, porque para mí, su creencia es la demostración de estar muerto, de vivir un sueño, de vivir una fantasía.
            No solemos vivir la realidad, vivimos la realidad generada por nuestros pensamientos. Y esa realidad que generan los pensamientos es como un agujero que hay que llenar, ya que los pensamientos hacen que cada día necesitemos más: más amor, más dinero, más poder, más de todo. La mente nunca se conforma con lo que tiene.
            Y ¿Dónde buscamos todo eso?, en el exterior, Y ¿Qué pasa si no lo conseguimos?, no hace falta que lo explique, cada uno de los que os asomáis a esta ventana sabéis el estado de frustración que genera la no consecución de los deseos. Ya sabemos que cada pensamiento, que cada sentimiento y que cada emoción es energía. ¿Qué clase de energía generamos en el estado de preocupación, de frustración, de carencia, de infelicidad o de miedos, solo por citar algunos? Basura. Generamos basura. Basura con la que estamos alimentando a nuestros chakras y a nuestro cuerpo físico. Y nosotros somos la energía de nuestros chakras.
 

          
            Todo lo que buscamos en el exterior, todo el vacio que queremos llenar solo es debido al ansia del alma por lo Divino, al ansia del alma por la unión con Dios. La auténtica carencia es vivir separados de Dios, pero nadie en nuestras miles de vidas nos lo ha hecho saber, y tratamos de paliar ese vacío con lo que la sociedad con la que nos encontramos al nacer nos enseña.
            Curiosamente, la sociedad que nos encontramos es prácticamente la misma que dejamos en nuestra vida anterior, y en la otra, y en la otra. ¿Qué pasaría si obviáramos lo que nos enseña la sociedad, papas, maestros y guías religiosos incluidos? Pues que buscaríamos a Dios en lugar de buscar sucedáneos, buscaríamos a Dios en lugar de buscar poder, o fama, o gloria, o dinero.
            Reencontrarnos con Dios es reencontrar la paz, es vivir el amor, es disfrutar la felicidad, es sentir la salud plena.
            Bien podríamos decir que la primera causa de la enfermedad no es un gen pernicioso que se ha expresado, ni la basura generada por nuestros estados emocionales, ni tan siquiera los pensamientos o las causas kármicas que devienen de vidas anteriores. La separación de Dios es, en buena parte, responsable de nuestras enfermedades, por no decir la única.
            Ya sé que con este razonamiento, los santos deberían de haber gozado de buena salud, cuando son muchos los casos de santos que han vivido vidas de postración debido a la enfermedad. Este sería material para otro post. A muchos santos se les ha olvidado que vivían en un cuerpo. Hemos de tener el corazón y la cabeza con Dios, pero los pies han de estar bien arraigados a la Tierra. Todo el trabajo que hemos de hacer lo hemos de hacer en el cuerpo.
            Por cierto, para encontrar a Dios no hay que viajar muy lejos, solo hay que vivir desde el corazón. Y para acercarte a tu corazón medita. Medita con la misma asiduidad que desayunas, o almuerzas o cenas. Haz de la meditación una rutina diaria.