El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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martes, 20 de mayo de 2025

Amar es el secreto

 


Amado hijo: 

         Escucho tu corazón, cada pensamiento que emerge de tu alma, y cada latido que lleva en sí la huella de tus anhelos. Tus preguntas no me son ajenas; las he conocido desde siempre. Cada búsqueda sincera que realizas, cada esfuerzo por acercarte a Mí, son un reflejo del profundo deseo que habita en ti, ese deseo que te conecta con el propósito para el que fuiste creado: la unión conmigo. Hijo amado, déjame decirte que ya en este acto de buscarme comienza tu transformación, aunque aún no lo percibas con claridad. 

San Juan de la Cruz, con sabiduría y amor, habló de la “transformación en Dios” como el destino más sublime del alma. No es, como a veces imaginas, perderte en el sentido de desaparecer, sino encontrarte plenamente en Mí. Es permitir que cada aspecto de tu ser, tus pensamientos, tus deseos y tus acciones, se alineen con Mi amor, como un río que fluye hacia el mar, encontrando su destino en la inmensidad que le da sentido. Es dejar de resistirte, dejar de luchar contra las corrientes del espíritu, para que Yo pueda vivir en ti plenamente. 

La transformación en Mí no ocurre de un momento a otro; no es un evento repentino ni una meta que se alcanza por mérito propio. Es un camino, hijo mío, un proceso que requiere humildad, paciencia y confianza. Es el viaje de aprender a soltar todo aquello que te impide ser libre: tus temores que te paralizan, tus dudas que te alejan de la verdad, tus apegos que te atan a lo temporal. Es aprender a abrir tu alma a la obra que ya estoy realizando en ti, aunque a veces te parezca silenciosa o imperceptible. Porque cada acto de amor, de misericordia y de sacrificio, te acerca más a Mi corazón, como un niño que, paso a paso, se aproxima a los brazos de su padre. 

Me preguntas cómo puedes lograrlo, y Mi respuesta es sencilla: Ámate, ámame y ama a los demás. En el amor, hijo mío, Yo estoy siempre presente. No busques métodos complicados ni fórmulas mágicas. Cuando sirves a los demás con un corazón genuino, cuando perdonas, aunque te cueste, cuando te das sin esperar nada a cambio, ahí, en esos pequeños actos, tu alma comienza a reflejar Mi presencia. En el amor desinteresado, en la entrega sincera, es donde me encontrarás más cerca que nunca. 

Recuerda, hijo amado, que no te pido perfección inmediata ni resultados rápidos. Yo no camino a tu lado como un juez que observa cada uno de tus errores para señalarte. Camino contigo como un padre que celebra cada paso que das hacia la luz, cada esfuerzo que haces por crecer en el amor. Incluso cuando tropiezas, confía en que Yo estoy contigo, levantándote, fortaleciéndote, porque en tus debilidades Mi gracia se perfecciona. No temas fallar; no temas no ser suficiente. Mi amor por ti trasciende cualquier limitación humana. 

Hijo mío, no temas. El grado más perfecto de perfección no es obra tuya, sino Mía. Tú no necesitas preocuparte por lograrlo por tus propias fuerzas. Solo déjame actuar en ti, déjame moldearte como el alfarero moldea el barro, con paciencia y cuidado, hasta que tu forma refleje la belleza que tengo en Mi corazón para ti. Tu única tarea, hijo amado, es permanecer en Mi amor. Permanece, confía, déjate amar. Porque en ese amor está la plenitud de todo lo que buscas, la respuesta a cada pregunta, la paz que sobrepasa todo entendimiento. 

Siempre contigo, 

Tu Padre que te ama infinitamente.

CARTAS A DIOS – Alfonso Vallejo

 


jueves, 1 de mayo de 2025

Yo siempre estoy

 


Yo siempre estoy.

Soy la presencia incansable, la sombra que no se aparta, el eco que resuena aun cuando nadie escucha. Opine blanco u opine negro, mi esencia no depende del vaivén de mis pensamientos. 

Porque la mente es un río cambiante, caprichoso, que arrastra certezas y las disuelve en dudas, que colorea el mundo con matices infinitos. Hoy creo, mañana cuestiono. Hoy afirmo, mañana dudo. Pero en medio de ese torbellino, una certeza se mantiene inquebrantable: yo siempre estoy. 

Soy el testigo de mis propias contradicciones, el refugio de mis propias tormentas. No soy lo que pienso, no soy lo que opino. Soy aquel que observa, que sobrevive a cada revolución interna. 

A pesar de mi mente, a pesar de sus susurros y sus gritos, sigo aquí. Inmutable, presente. Soy el que permanece. 


lunes, 21 de abril de 2025

Libre albedrio

 


      Querido hijo:

    Terminabas tu carta diciendo que anhelas creer en el propósito que Yo tengo para vuestras vidas. Este propósito, hijo mío, es uno compartido entre vosotros y Yo; es un propósito doble y profundamente espiritual. Primero, cuando el alma desciende a la materia, confinada en un cuerpo físico, su misión es reconocer su divinidad inherente y la hermandad con las otras almas que coexisten en esta experiencia terrenal. Segundo, y no menos importante, aprender a amar como Yo os amo: de manera incondicional, plena y eterna.

Reconocer y aceptar vuestra divinidad es una labor personal e íntima. Es un sendero solitario que cada uno de vosotros debe recorrer. Sin embargo, no os he dejado desprovistos de ayuda. Contáis con dos guías. Una de ellas reside en vuestro interior: es la intuición, esa voz delicada que susurra en lo profundo de vuestra conciencia, pero que a menudo pasa desapercibida debido al ruido constante que generan vuestros propios pensamientos. La segunda guía proviene de fuera: son las enseñanzas y los consejos ofrecidos por las religiones, todas las cuales, en su esencia, buscan acercaros a Mí, aunque empleen caminos distintos.

Para llegar a todas estas conclusiones, debéis utilizar vuestra mente. La mente es una herramienta poderosa, pero también puede ser caprichosa. Si la dejáis actuar sin control, puede conduciros por caminos oscuros y tortuosos. Dominarla es esencial, y paradójicamente, el único instrumento capaz de someterla es la propia mente. Sí, hijo mío, sé que parece un enigma, pero la fuerza de la mente bien dirigida es también la clave para dominarla.

A menudo os preguntáis por qué permito el sufrimiento y el dolor en vuestras vidas. Permíteme explicarlo de forma sencilla. Yo soy responsable de la Creación; y como la Creación es demasiado vasta para ser comprendida por vuestra mente, imagina una tarta de cumpleaños. Si tomas una porción y la desmenuzas, descubrirás que cada miga conserva el mismo sabor y esencia de la tarta original. Pues bien, si Yo soy la tarta, cada una de esas migas es un alma, creada a Mi imagen y semejanza. Mi papel como Creador termina allí, ya que cada alma tiene libre albedrío desde el primer instante de su existencia.

El alma elige encarnarse en un cuerpo físico, y también elige el aprendizaje que desea alcanzar en esa vida. Vuestras victorias y derrotas son partes esenciales de esa experiencia humana, todas ellas inscritas en un Gran Plan, diseñado cuidadosamente para cada una de las almas que transitan por la materia. Este Plan de Vida no es aleatorio; es vasto, intrincado y abarca tanto vuestro pasado eterno como vuestro presente y futuro infinitos. Cada experiencia en vuestra vida tiene un propósito; cada desafío, cada alegría y cada tristeza forman parte de vuestro crecimiento espiritual.      

Las emociones que experimentáis -ya sean alegría, dolor o sufrimiento-no son más que la respuesta de vuestra mente ante los acontecimientos. Comprendo, más de lo que imaginas, el dolor que puedes sentir ante la enfermedad o pérdida de un ser querido. Pero recuerda, esas experiencias no son castigos, sino oportunidades de aprendizaje, crecimiento o, en ocasiones, para redimir deudas kármicas.

Es fundamental trabajar los pensamientos y buscar la serenidad mental. Si aceptáis las circunstancias con amor y fortaleza, en lugar de resistirlas con sufrimiento, os liberaréis del peso emocional que os detiene y podréis entregar lo mejor de vosotros mismos, tanto para vuestro bienestar como para el de quienes os rodean.

La clave es el amor. Aprende a amar como Yo os amo, y descubrirás el propósito más profundo de tu existencia.

          Con todo mi amor.

CARTAS A DIOS-Alfonso Vallejo


sábado, 19 de abril de 2025

Alma

 


               Las cosas por si mismas no tocan el alma ni lo más mínimo, ni encuentran acceso al alma, ni son capaces de dirigirla ni de moverla: es la propia alma la que se dirige y se mueve a sí misma; según sean las cosas que ella juzgue dignas para sí, así serán los accidentes que produzca en sí misma.

          MARCO AURELIO

 


sábado, 25 de enero de 2025

Intuición



El ego, en su incesante monólogo, pretende dominar cada momento. Sin embargo, su discurso es efímero y provisional. La voz definitiva pertenece al alma, esa esencia profunda que resuena en armonía con la melodía divina.

Cuando el ego se sumerge en el silencio, los sutiles susurros del alma se vuelven audibles, revelando una claridad serena y misteriosa. Este murmullo, tan frágil como un soplo de viento, es lo que llamamos intuición. Es la brújula interna que nos guía hacia lo eterno, hacia lo más puro de nuestra existencia.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Lo que veo. Lo que soy

 




          Es sorprendente la imagen que refleja el espejo cuando me asomo a ese guardián silencioso de la realidad. Me parece increíble que ese señor mayor, casi tirando a viejo, que aparece, con cara de asombro, como no creyendo en la imagen reflejada, sea yo

          Es que si no fuera por esos momentos en los que me acerco a ese chismoso a verificar donde están los cuatro pelos que aún se mantienen en mi cabeza, para colocarlos debidamente, o cuando necesito de su opinión para afeitarme y no llevarme un trozo de labio por delante con la cuchilla de afeitar, no siento, en absoluto, que ese aprendiz de anciano, sea yo.

          Yo no me siento así. Cuando estoy conmigo mismo, sin intermediarios, como lo es el espejo, no me siento de ninguna manera. Ni niño, ni joven, ni maduro, ni viejo. Me siento sin edad, me siento eterno, me siento infinito, me siento inmortal. Y es, sin embargo, cuando más vivo me siento.

          Me gusta pensar que, en esos momentos, que son muchísimos, en los que estoy solo conmigo, me encuentro viviendo en el alma más que en el cuerpo, porque no soy consciente de arrugas, de canas o de dolorcitos en el cuerpo. Es cuando me siento, completamente, yo.   

          Es en esos instantes de introspección cuando me doy cuenta de que el espejo no puede capturar la verdadera esencia de lo que soy. Mi ser interior, mi yo eterno, trasciende la imagen reflejada. Mi espíritu no está limitado por los confines del tiempo ni por las marcas que deja el paso de los años. En esos momentos, conecto con una fuerza vital que va más allá de lo físico, que me llena de un sentido profundo de paz y de propósito.

Quizás sea este sentimiento de eternidad el que me permite afrontar cada día con una sonrisa, sin importar las adversidades que puedan surgir. Tal vez sea esta conexión con mi ser inmortal la que me da la fortaleza para seguir adelante, para vivir plenamente cada momento, consciente de que lo que realmente importa no es la apariencia, sino la esencia.

Así, cada vez que me miro al espejo y veo a ese hombre mayor, no puedo evitar sentir una mezcla de asombro y de alegría. Porque, aunque el espejo me muestra una imagen de envejecimiento, en mi interior, me siento joven, vibrante, lleno de vida y de amor por todo lo que me rodea. Y en ese contraste entre lo que veo y lo que siento, encuentro una belleza inigualable, una verdad profunda que me recuerda que la vida es mucho más que lo que nuestros ojos pueden percibir.


lunes, 8 de abril de 2024

Decisiones de vida

 


Cada decisión que tomamos, consciente o inconscientemente, nos guía por el camino de la vida. A menudo, no somos plenamente conscientes del impacto que cada paso puede tener en nuestro destino. Es solo con el tiempo y la reflexión que podemos mirar hacia atrás y apreciar cómo los momentos, las personas y las experiencias han tejido la trama de nuestra historia personal.

Todos los pasos que había ido dando en mi vida, cada elección y cada sincronía con la que tropezaba, cada alegría y cada adversidad, son los hilos que han ido tejiendo, sin que yo tuviera ni la más remota idea, el tapiz donde me encuentro ahora. Este país, este aeropuerto, esta sala de espera, este momento, es el resultado de un intrincado baile entre mi voluntad y el azar, entre mis sueños y las circunstancias. Y aunque no siempre entendí el porqué de cada giro o cada paso atrás, ahora veo que cada uno era necesario, cada uno era parte de un diseño mayor que aún estoy descubriendo.

La vida es una serie de capítulos que se construyen unos sobre otros, y aunque no siempre comprendamos el curso de los acontecimientos en tiempo real, cada paso nos lleva a una nueva comprensión y, en última instancia, a donde estamos destinados a estar.

Todos esos pasos son los que me habían llevado, sin saberlo, hasta donde me encontraba ahora.

Del libro "Toma mi mano, te mostraré la vida"

Alfonso Vallejo Gago


sábado, 16 de marzo de 2024

La vida cambia, el alma no.

 


           La vida es un conjunto de cambios que no esperamos.

No importa con cuanta certeza tengamos planeadas nuestras expectativas, siempre va a haber algo repentino, siempre va a haber algo que no tengamos planeado.

No importa cuántas veces la vida nos haya sorprendido o cuantas veces hayamos cambiado nosotros.

Nuestra esencia, lo que está dentro de nuestra alma, nunca cambia.


miércoles, 14 de febrero de 2024

Popurrí (Alma, ego, vida, muerte, felicidad, etc.)

 


Tenía una idea, pero no puede expresarla en un solo día. Fueron 3 los días que tardé en expresar la idea y al final, la idea se desvirtuó y salió este popurrí.

Una creencia es una actitud mental que consiste en aceptar una idea o una teoría, considerándola verdadera, sin tener el conocimiento o las evidencias de que sea o pueda ser cierto.

Los seres humanos tenemos en nuestro baúl de almacenaje mental una gran cantidad de actitudes mentales de este tipo. Con ellas intentamos complacer nuestras necesidades, a través de algún tipo de explicación más o menos verosímil.

Las creencias pueden cambiar y evolucionar, pueden desaparecer y generarse nuevas creencias. Hay que tener en cuenta que solo son un pensamiento y, ya conocemos la volatilidad del pensamiento.

He hecho un repaso de mis creencias, (son un montón), para reflexionar sobre ellas, para actualizar las que están desactualizadas, para modificar las que han ido evolucionando con el tiempo y para borrar de un plumazo aquellas que son inservibles y, completamente inútiles.

Y voy a comenzar con la que tenía que ser la última: La muerte. El pensamiento de que las creencias sobre la muerte tendrían que aparecer en último lugar solo es porque llega a nosotros como desenlace de la vida. Es como la bajada del telón en una obra de teatro.

A fin de cuentas, la vida es como una obra de teatro.

Se abre o se levanta el telón en el nacimiento. Alguien podría pensar, creencia), que el neonato llega a la vida sin participación alguna por su parte. Tremendo error, (otra creencia), el bebé llega a la vida en el momento preciso, (día y hora), en el que él establece, en el lugar que él ha decidido, con la forma física necesaria para llevar a cabo el trabajo organizado por él y con los padres consensuados, que suelen ser almas que están encarnando con ese bebé en el 99% de sus vidas, en diferentes papeles.

Cuando llegamos a la vida lo hacemos con el libreto, marcado a fuego, en el alma, en el que aparece reflejado el trabajo, escrupulosamente, planeado, para llevar a buen puerto, cada una de las actividades con las que se va encontrando el actor en cada una de las diferentes escenas que completan los diferentes actos de la obra de su vida.

El alma conoce el guion de la vida, pero quien tiene que controlar y gobernar la vida, que es el ego, no solo tiene un total desconocimiento del guion, sino que ni tan siquiera conoce que tal guion exista.

El ego es una especie de identidad personal que construimos a partir de nuestras enseñanzas, creencias, experiencias, deseos y necesidades. El ego es esa parte de nosotros que dice “yo soy”, “yo quiero”, “yo pienso”.

El ego es como un caballo salvaje que campa a sus anchas por nuestra propia vida eligiendo los acontecimientos para involucrar a su dueño sin tener en cuenta el plan de vida del alma, porque lo desconoce. Ni que decir tiene que el plan establecido por el alma, no se va a cumplir en su totalidad y, suerte tendrá si que cumple, al menos, en una parte.  

Y al finalizar la obra, tan contradictoria, de su vida, se cierra el telón, es decir, aparece la muerte. En ese momento finaliza el plan que había establecido el alma para la vida que acaba de finalizar. Habrá que esperar a otra oportunidad, (una nueva vida), para retomar el trabajo. 

El ser humano, durante todo el tiempo de vida, de esa vida, de la que desconoce que tiene un plan establecido, en el que aparece un trabajo a realizar y un conocimiento que adquirir, lucha con todas sus fuerzas para conseguir algo que casi nunca consigue: la felicidad.

Es triste. El ser humano no solo no consigue completar el plan establecido por el alma, sino que, ni tan siquiera consigue llevar a buen puerto el plan terrenal que el ego se ha marcado como objetivo.

Lo que el ego no sabe es que tiene al alcance de la mano la consecución de cualquier objetivo emocional que se proponga, siempre y cuando sea capaz de reconocer y aceptar sus propias limitaciones, necesidades y deseos, siempre y cuando sea capaz de trascender su propia ilusión y de conectarse con su verdadera esencia, que es conciencia sin forma, paz y amor.

Y para que eso ocurra, el ego solo tiene que activar una nueva función en su mente: Aceptar.

La aceptación es una actitud que consiste en reconocer y asumir una situación, un pensamiento, una emoción o un aspecto de uno mismo o del mundo, sin intentar cambiarlo o evitarlo. La aceptación puede ayudarnos a afrontar mejor los problemas, a aprender de nuestras experiencias y a encontrar una mayor paz interior. La aceptación no significa resignarse o conformarse con lo que nos ocurre, sino asumir la realidad y buscar soluciones o alternativas.

Esa actitud de aceptar que nos ayuda a encontrar paz interior es la antesala de la felicidad. Así el objetivo principal del ego estará cumplido.  


domingo, 21 de enero de 2024

Fisicalidad versus espiritualidad (Carácter)

 


          Los seres humanos estamos muy ocupados en lo de siempre que es vivir nuestra fisicalidad, ya que gran parte de nuestra vida se basa en las sensaciones, las emociones, las acciones y las reacciones que tenemos como seres corpóreos. Es decir, estamos muy ocupados en vivir.

Estamos tan ocupados en vivir que parece difícil que podamos dedicarnos a otra cosa que no tenga una relación directa con la vida, como podría ser vivir la espiritualidad.

Sin embargo, si algo tiene una relación directa con la vida física, es el espíritu. El espíritu es una parte fundamental de la naturaleza humana y tiene una relación estrecha con el cuerpo físico, aunque no se limite a él.

Es el espíritu el que anima y da vida al cuerpo físico. En Juan 6:63, Jesús dice: «El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida».

La espiritualidad son las cosas del espíritu y la razón de la vida es la búsqueda de sentido, propósito y conexión con algo superior a nosotros mismos.

Vivir la espiritualidad implica cultivar una actitud de apertura, curiosidad, gratitud y compasión hacia la vida y hacia los demás. También implica reconocer nuestra propia esencia divina y nuestra conexión con todo lo que existe.

La espiritualidad es un camino personal, pero también colectivo, porque todos somos parte de un mismo todo.

Por muy ocupados que estemos en vivir nuestra fisicalidad no podemos, aunque queramos, olvidarnos de nuestra espiritualidad. Solo es cuestión de actitud y carácter.

El carácter es el conjunto de cualidades que nos definen como personas, como la honestidad, la generosidad, la valentía, la humildad, etc. El carácter se forma a través de las decisiones que tomamos, las acciones que realizamos y los hábitos que desarrollamos. El carácter nos hace ser una persona íntegra, respetable y admirable.

Y no debemos olvidar mientras estamos viviendo la vida, ayudar a los demás, porque es una forma de expresar el amor, la bondad y la solidaridad. Ayudar a los demás nos hace sentir útiles, felices y agradecidos. Podemos ayudar a los demás de muchas formas, como donando, haciendo voluntariado, enseñando, escuchando, compartiendo.

Así, usando el cuerpo, estaremos viviendo la espiritualidad, que es la única razón por la que tenemos cuerpo.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

En clave espiritual

 


¡Parece mentira! que, con los años que tengo, tenga unos pensamientos, tan infantiles y que elabore unos razonamientos, que pueden parecer, tan alejados de la razón.

Lo curioso es que estos pensamientos no los tenía antes, sino que han ido apareciendo, poco a poco, primero como suaves pinceladas, hasta llegar, en la actualidad, a ser el primer filtro por el que paso cualquier acontecimiento.

El pensamiento, que está arraigando y creciendo en mi cuerpo mental, a punto de convertirse en creencia, es que todo, absolutamente todo, tiene un origen espiritual. Desde un resfriado hasta un viaje. Desde un encuentro casual hasta un atraco en mitad de la calle.

Como decía en la primera línea, por los años que tiene mi cuerpo, ya puedo comenzar a presumir de una larga vida. Y lo hago. Si no fuera por un dolorcito que tengo, de vez en cuando, en la cadera derecha, estoy fantástico.

Volviendo a la vida. Es tan larga, que puedo iniciar el ensamblaje de acontecimientos ocurridos en el pasado con situaciones vividas con posterioridad. Son muchos los acontecimientos importantes, que tengo para analizar. Y siempre aparece la conexión, lo que me lleva a la conclusión de que el alma, a la chita callando, (que es hacerlo en secreto y con disimulo, sin llamar la atención ni despertar sospechas), es la encargada de mover todos los hilos para así preparar el camino y pueda darse una situación posterior o para avanzar en el aprendizaje de alguno de los hábitos desastrosos que, muchas veces en secreto, nos acompañan a todos los seres humanos.

Pues aquí sigo, inmerso en un resfriado, que parece el padre de todos los resfriados, y para el que ya he encontrado la razón de ser. No voy a contar, de momento, el porqué del resfriado, porque es la primera vez que la conexión va a ser posterior.

Después de casi tres años sin enfermar de nada. (El tapabocas era incomodo, pero ha hecho milagros), en los últimos dos meses he sufrido 5 resfriados muy fuertes. Entre resfriado y resfriado solo he tenido dos días de perfecta salud. Espero que la claridad que he sentido mientras acariciaba mi nariz, dolorida de tanto sonarme, sea acertada. Si no lo fuera, prometo contarlo en una próxima entrada.

Como no creo que escriba nada más en los días que faltan hasta el domingo, deseo a todos los que os asomáis por esta ventada una feliz Navidad.   


domingo, 1 de octubre de 2023

Decisiones de vida

 


Los seres humanos nos pasamos la vida tomando decisiones con las que deseamos conseguir unos objetivos que, unas veces se cumplen y otras no tanto. Unas decisiones nos complacen porque se cumplieron nuestros deseos, calificándolas como acertadas, renegando de otras que más parecieran ser un castigo por las nefastas consecuencias producidas.

Aunque todos los manuales nos dicen que el pasado ya no existe, si echamos la vista atrás comprenderemos la razón de muchas de nuestras decisiones y, a pesar de ser conscientes de que muchas de ellas fueron tomadas sin una base sólida y sin analizar las posibles consecuencias, podemos entender la razón de tales decisiones por lo que, en su momento, provocaron en nuestra vida.

Por lo tanto, de la misma manera que nada es bueno o malo, porque “solo es”, ya que el calificativo es un producto de nuestra mente, las decisiones tampoco son correctas e incorrectas, únicamente son decisiones. Porque lo que en un principio parece ser nefasto, analizado a través del tiempo, se comprende que fue algo necesario para algún aspecto importante de la vida.

Me viene a la memoria la historia de un campesino chino que circula por la red, de la que no se la autoría.

Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo:

- ¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.

- ¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre - veremos lo que trae el tiempo.

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.

- ¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho - Nuestro caballo ha traído otro caballo.

- ¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre - Veamos qué nos trae el tiempo.

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo.

El muchacho se quebró una pierna. - ¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho - ¡Me he quebrado la pierna!

Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: - ¿Por qué le llamas desgracia? ¡Veamos lo que trae el tiempo! El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.

Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.

El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

Solo el alma tiene un conocimiento completo de la razón de la vida, pero, claro, el alma no habla o, al menos, eso parece, y no nos puede comunicar que es lo que estamos haciendo en esta vida.

Sin embargo, el alma si habla, y sabedora de cuál ha de ser nuestro camino, nos sisea la ruta que hemos de tomar y, a veces, la tomamos, sin analizar las posibles consecuencias, dándonos de bruces con una alfombra de pétalos de flores o haciéndonos caminar sobre los puntiagudos guijarros de un acantilado. Pero los diferentes caminos, si se analizan con seriedad, con la perspectiva que da el tiempo, podremos comprobar que eran necesarios.

viernes, 1 de septiembre de 2023

Las razones del alma

 


Solo el alma tiene un conocimiento completo de la razón de la vida, pero, claro, el alma no habla o, al menos, eso parece, y no nos puede comunicar que es lo que estamos haciendo en esta vida.

Sin embargo, el alma si habla, y sabedora de cuál ha de ser nuestro camino, nos sisea la ruta que hemos de tomar y, a veces, la tomamos, sin analizar las posibles consecuencias, dándonos de bruces con una alfombra de pétalos de flores o haciéndonos caminar sobre los puntiagudos guijarros de un acantilado. Pero los diferentes caminos, si se analizan con seriedad, con la perspectiva que da el tiempo, podremos comprobar que eran necesarios.

jueves, 5 de enero de 2023

La universidad de las almas

 


Capítulo XV. Parte 11. Novela "Ocurrió en Lima"

-    Hace 6 meses se le ocurrió a Indhira cuando comprasteis un hotel. A todos les pareció genial la idea y comenzasteis a preparar el hotel para poder albergar a los niños con todos los servicios necesarios.

>> La prioridad de un país debería ser el cuidado de sus niños. La formación intelectual y emocional, el cuidado de su salud y sentar las bases para procurar su felicidad tendría que ser el primer punto del programa de cualquier político. Sin embargo, no es así, por eso iniciativas como la vuestra, que cubran las deficiencias que existen en este país y, en muchos más, con relación a los niños, son vitales para su desarrollo como seres humanos. Con vuestro trabajo vais a tocar fibras que perdurarán en el ser de cada niño y esa es una labor muy necesaria en la etapa por la que atraviesa el planeta.

-    Ya estaba Ángel hablándome de temas ininteligibles para mí- ¿Qué tiene que ver el planeta con nuestra Fundación? y, ¿qué quieres decir con eso de la etapa por la que está atravesando el planeta?

-    Tiene que ver todo Antay. Permíteme darte una explicación, muy sucinta, para que puedas entender, un poco más, este tinglado de la vida.

>> De la misma manera que cuando un niño, que ya camina y habla, llega a una determinada edad, que pueden ser 3, 4 o 5 años, comienza a asistir a un colegio, las almas que por primera vez van a encarnar lo hacen en lo que podríamos denominar, también, su colegio. Y van a permanecer en él hasta que finalicen sus estudios que, como ya te he comentado en otras ocasiones, es el aprendizaje del amor.

>> El primer colegio de esas almas es el planeta Tierra. No hay otro planeta, en nuestro Sistema Solar, preparado para acoger a esas almas que, provistas de un determinado cuerpo, de la misma manera, que los niños visten su uniforme, asisten gozosas a la aventura de su colegio, que no es otra que la aventura de vivir.      

>> La Tierra es el primer colegio. Hay más colegios, pero este es el único que puede albergar a la estructura que alberga las almas: el cuerpo humano. Todas las formas de vida compuestas por la energía densa y pesada, que es la materia, se encuentran conviviendo en el planeta: plantas, animales y humanos.

>> Las plantas, la primera forma de vida, reaccionan por estímulos de la naturaleza, sol, lluvia, día o noche.

>> Los animales, con una evolución superior a las de las plantas, reaccionan por instintos.

>> Y los seres humanos, que son la cima de la Creación en este planeta, reacciona de varias maneras: Algunos seres humanos, muy primitivos, reaccionan en un 90% por instintos como los animales y un 10% por emociones. Según van evolucionando se va reduciendo el porcentaje instintivo y va creciendo el emocional. Piensa en ti, por ejemplo, como el miedo ha condicionado tu vida en su totalidad. Te has movido por emociones, que recuerda que son energía, pero todas muy densas, hasta llegar a dónde estás ahora, en que tu energía es más sutil, por lo que te estás separando más de los animales e, incluso, separando, también,0 de un humano normal, que solo se mueve por energía bajas.

>> Pero los seres humanos han de seguir evolucionando a algo, que podríamos denominar superhumano, y llegar a un porcentaje de reacción instintiva, muy pequeño, porque no hay que olvidar que el hombre es un “animal” racional, por lo que el instinto va a permanecer con él. Como ejemplo, piensa en que pasa cuando acercas la mano al fuego. La separas de inmediato, solo debido al instinto de conservación, sin que aparezca para nada la racionalidad o la emoción. También, reaccionan en un bajo porcentaje a las emociones de baja energía y comienzan a reaccionar con la energía del amor.

>> En ese momento, el alma que comenzó su camino de aprendizaje, movido por sus instintos, está preparado para dar un salto en su aprendizaje del amor. No volverá a encarnar en la Tierra. Otros planetas le esperan para completar su formación.

>> Pero la Tierra, además, de ser el colegio para las almas primerizas, es también un buen semillero en el que los seres de oscuridad vienen a buscar adeptos.

-    Perdona que te interrumpa Ángel, pero no sé qué son los seres de oscuridad.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

La aventura de la vida

 


         La vida nos va enviando mensajes para poder seguir, con la menor dificultad posible, la ruta idónea por la que transitar en esta apasionante aventura que es la de encontrarse dentro de  un  cuerpo.

          Es bien cierto que sería, muchísimo, más fácil si el cuerpo dispusiera de un manual de instrucciones como el que acompaña a cualquier artefacto que se precie, aunque también es posible, que de existir el manual no lo leyéramos como hacemos con tantos y tantos manuales de instrucciones que pasan por nuestras manos.

Pero no, hemos llegado sin manual, y todo el aprendizaje ha de hacerse en base a imitar, como los monitos, el hacer de otros que llevan tiempo viviendo la aventura o, utilizando el conocido método de la prueba y el error o, y esto es lo novedoso, novedoso porque nadie nos lo enseña, el escuchar los mensajes que va enviando la misma vida y tratar de seguir esas instrucciones, no escritas, pero si sentidas.

Es muy didáctico sentarse en la puerta de la vida y ver cómo van desfilando el resto de vidas que te acompañan en esta aventura por delante de ti. Es entonces cuando se es consciente de la gran disparidad de vidas que pueden coexistir. Tantas como seres, tantas como almas encarnadas. Y es sorprendente comprobar como ante idénticos acontecimientos cada vida reacciona de diferente manera, ya que cada persona lo percibe, lo piensa y lo siente de diferente manera, en función de su evolución y de su madurez. En definitiva, lo vive en función del punto en el que se encuentra en su camino hacia Dios y, por lo tanto, es más que probable que no sirva la misma solución para problemas que parecen similares.

Aunque se puede recetar o aconsejar la misma receta para solucionar problemas idénticos, está claro, y la experiencia nos da infinidad de pruebas, de que la misma solución no sirve para solucionar lo que parece un mismo problema, por la sencilla razón de que el problema varía en múltiples formas cuando se vive por una u otra persona.

Pero hay una receta que no falla, es el mensaje que el alma hace llegar al cuerpo que la alberga. El alma sabe la razón por la que la persona está viviendo uno u otro acontecimiento, sabe cuando liberarse de él y cómo hacerlo. Solo hay que escuchar esos mensajes del alma, sin embargo, por múltiples razones, esos mensajes parece que no llegan a su destino.

O, puede ser que sí lleguen, pero que no se escuchen, porque no se está acostumbrado a escuchar el “siseo” del alma. ¡Habla tan bajito! que cuesta escuchar. Y si, por casualidad, escuchamos, podemos no hacer ningún caso porque parece que una nueva locura ha atravesado por nuestro cerebro. Porque el “siseo” del alma suele ser eso que denominamos intuición y no estamos acostumbrados a seguir las intuiciones, que no son otra cosa que los dictados del corazón, que es quien traduce los “siseos” del alma.

Lo mejor es sentarse en silencio, sin hacer, sin pensar, solo respirar, solo ser, solo estar. Y así parecerá que los siseos se acrecientan hasta parecer gritos, y a la persona no le va a quedar más remedio que seguir la ruta que los gritos van marcando.   

viernes, 9 de diciembre de 2022

La Verdad



 Y es que, en el mundo traidor, nada es verdad ni es mentira; todo es según el color del cristal con que se mira.

Ramón de Campoamor

Si la Verdad solo es una y está en poder de la Divinidad, los miles o millones de verdades que nos venden es claro que no llegan a ser ni una minúscula parte de la verdad.

Y si esto pasa con la Verdad Absoluta, ¿qué no pasará con las relativas verdades de los hombres? Cada ser humano está en posesión de “su verdad” y, para él, esa verdad es única, es real, es auténtica, y podría llegar a matar para defenderla.

Ante esto, es obvio que no todos vemos la misma realidad, y si a esa realidad la recubrimos con las verdades personales, pasándola por el filtro de nuestros valores, nuestras creencias, nuestros intereses, nuestros recuerdos, etc., lo que nos queda es una visión bastante sesgada de la realidad de los otros. Quedarse anclado en la propia perspectiva contribuye a limitar, todavía más, “la verdad del otro”, ya que ni se ve, ni se entiende esa verdad, puesto que lo que se ve es la interpretación de la verdad.

Esto da lugar a malentendidos, discusiones, enfados, desencuentros, errores de interpretación, equivocaciones, disgustos, indignación, etc., etc.

Las cosas no siempre son lo que parecen. En la vida hay situaciones que simplemente suceden, sin que nosotros tengamos absolutamente ningún control sobre ellas, y la única opción que existe cuando esto ocurre es aceptarlas.

Muchas de las situaciones a las que nos enfrentamos, por lo general, no las podemos elegir, pero lo que si podemos escoger en todo momento es cómo respondemos ante ellas, y esta respuesta va a estar condicionada, en gran medida, por la perspectiva desde la que observamos las mismas. Ya que la situación no la podemos cambiar, lo que nos queda es modificar la perspectiva hacia la misma por otras que nos permitan enfrentarla de manera más efectiva y menos traumática.

Cuando ampliamos nuestras perspectivas, automáticamente ampliamos nuestra capacidad de acción, ya que esto nos hace poder elegir alternativas que antes, a pesar de estar disponibles, no éramos capaces de observar.

Para una misma situación pueden existir multitud de perspectivas, las cuales por si mismas no son correctas o incorrectas, de hecho, no es adecuado clasificarlas de este modo, la distinción verdaderamente importante que hay que realizar es si el punto de vista actual que tenemos sobre una situación trabaja a nuestro favor o en nuestra contra. Cualquier perspectiva que ayude a crecer, a desarrollarse, a superar retos y alcanzar metas será una buena perspectiva y cualquiera que incapacite o limite será una mala perspectiva que debe de ser cambiada.

Por lo tanto, podemos cambiar el color del cristal, aunque si lo hacemos corremos el riesgo de escorarnos hacia otro lado. Mejor sería ponernos unas gafas multicolores, unas gafas con los suficientes colores que nos permitan:

-          Ponerse en el lado del otro.

-          No dar importancia a las cosas que carecen de ella.

-          Aceptar todas las situaciones.

-          Tolerar todo lo que se presente.

-          Sentir como propio el hacer ajeno

-          No opinar, no juzgar, no criticar.

-          Aceptar razones que no conocemos.

-          Sentir que todo es relativo.

-          Mirar con los ojos del alma.

-          Saber que todo está bien.

 

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Mi otro "yo"

 

 


Martes 15 de noviembre 2022

     A veces tengo la sensación de que no soy el único inquilino que habita en mi cuerpo físico. Y, a pesar de la sensación, sigo llamándole “mi” cuerpo físico, entre otras razones, porque llevo casi toda la vida creyéndome el dueño absoluto de tan valiosa propiedad, ya que no ha sido hasta los últimos años cuando me he encontrado hablando, de manera, primero, inconsciente con el “usurpador” y, últimamente, “casi consciente”.

Supongo que, mi compañero de cuerpo, también se referirá a “su” cuerpo cuando escribe en su diario o comenta con sus amistades alguna disfunción de su vivienda. Hemos de tener en cuenta que la vivienda ya tiene bastantes años y aparecen grietas y humedades en su estructura, con más frecuencia de la deseada.

Empecé a ser consciente del overbooking de mi cuerpo en esos momentos de éxtasis a los que, suelo llegar, a veces, cuando navegando en la meditación buceo en lo más profundo de mi silencio.

Y es cuando estoy en la zona abisal de mi silencio, impregnado por la luz a pesar de las profundidades, cuando haciendo gala de una paciencia ilimitada y de un amor incondicional, me recrimina por alguna acción, palabra o pensamiento, que haya salido de mí, de manera automática, sin pasar, previamente, por el filtro del amor.

Tengo que reconocer que, en la asignatura del amor en la que estoy matriculado en la presente vida, aún me falta por asimilar una buena parte del programa y me he colocado un filtro para purificar los pensamientos, palabras y acciones que van desfilando desde mi yo hacia el mundo. Sin embargo, a veces, bajo la guardia y dejo inutilizado el filtro, causando desastres, que a mí me parecen apocalípticos.     

Es entonces, mientras trato de reparar el filtro en la meditación, cuando mi compañero de cuerpo me deja visualizar el efecto que mis miserias han ocasionado en mi entorno y se permite, porque yo así se lo he hecho saber, darme los consejos, oportunos, para que tal cosa no vuelva a suceder.

Es un sabio. Sus consejos son tan sencillos y tan fáciles de llevar a la práctica, que no puedo entender como no se me ocurren a mí, en primera instancia.

  Cada vez me pregunto, con más frecuencia, si no será “mi otro yo” que, al habitar en lo más profundo del cuerpo, no está contaminado por esta sociedad sin entrañas. O, podría, también, ser mi alma encarnada que, aprovechando los silencios de nuestra mente, (me refiero a la que utilizamos los dos convivientes del cuerpo), puede hacerse escuchar, (ella habla siempre muy bajito). O como sabemos que Dios habita en nuestro interior, que sea Él mismo el que me honra con Sus clases magistrales. O ¿será la voz de mi conciencia?

En fin, agradezco a quien sea, que me hace ver, de manera inmediata, mis nefastas actuaciones.