El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




Mostrando entradas con la etiqueta Amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Amor. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de marzo de 2025

Nunca dejes de decir "Te amo"

 


El amor es un regalo precioso que no debemos dar por sentado. Cada día que pasa es una oportunidad única para expresar nuestros sentimientos más profundos a aquellos que atesoramos. Nunca dejes de decir "Te amo", pues no sabes si será la última vez que tendrás la oportunidad de hacerlo.

La vida es impredecible y frágil. En un instante, todo puede cambiar. Por eso, es crucial aprovechar cada momento para demostrar nuestro afecto. No esperes a ocasiones especiales o momentos "perfectos" para expresar tu amor. Cada día, a cada instante, tienes la posibilidad de hacer que alguien se sienta querido y valorado.

Expresar amor no se limita solo a las palabras. Puede manifestarse de innumerables formas: una caricia, una sonrisa, un gesto de apoyo, o simplemente estar presente. Cada acto de bondad y consideración es una forma de decir "Te amo" sin pronunciar una sola palabra.

Recuerda que el amor es como una planta que necesita cuidado constante para florecer. Al expresar tu amor regularmente, no solo nutres tus relaciones, sino que también cultivas tu propio bienestar emocional. Estudios han demostrado que expresar afecto puede mejorar tu salud física y mental, reduciendo el estrés y fortaleciendo el sistema inmunológico.

No temas parecer repetitivo o exagerado. El amor genuino nunca se desgasta por ser expresado con frecuencia. Al contrario, cada "Te amo" reafirma el vínculo especial que compartes con tus seres queridos.

Imagina cómo sería tu vida si supieras que hoy es tu último día. ¿Qué dirías a tus seres queridos? ¿Qué gestos de amor harías? Vive cada día con esa intensidad y consciencia. No dejes para mañana lo que puedes expresar hoy.

El amor tiene el poder de transformar vidas y sanar heridas. Tus palabras y acciones de amor pueden ser el rayo de luz que alguien necesita en su día más oscuro. Nunca subestimes el impacto positivo que tu amor puede tener en los demás.

En un mundo que a menudo parece frío e indiferente, tu expresión de amor puede marcar la diferencia. Sé generoso con tus "Te amo", con tus abrazos, con tu tiempo y atención. Estas son las verdaderas riquezas de la vida.

Al final, lo que más lamentamos no son las palabras que dijimos, sino aquellas que dejamos sin decir. No permitas que el miedo o la vergüenza te impidan expresar tus sentimientos. El amor es valiente y se fortalece con cada expresión sincera.

Haz del amor tu prioridad diaria. Que sea lo primero que expreses al despertar y lo último antes de dormir. Llena cada día con pequeños actos de amor y palabras de afecto. Porque en el gran esquema de las cosas, es el amor lo que verdaderamente importa y perdura.



sábado, 1 de marzo de 2025

Dos caminos para llegar a Dios

 


Dos caminos para llegar a Dios

         Existen básicamente dos caminos para alcanzar la unión con Dios: la senda externa y la senda interna o trascendental. La senda externa consiste en la actividad correcta: amar y servir a la humanidad con la conciencia centrada en Dios; la senda trascendental es esotérica y se basa en la meditación profunda.

Por la senda trascendental tomarás plena conciencia de todo lo que no eres y descubrirás aquello que eres: “No soy el aliento, ni el cuerpo, ni los huesos, ni la carne. No soy la mente, ni el sentimiento. Soy Aquello que está tras el aliento, el cuerpo, la mente y el sentimiento”.

Cuando te remontas más allá de la conciencia de este mundo, sabiendo que no eres el cuerpo ni la mente y, sin embargo, más consciente que nunca de que existes, experimentarás esa divina conciencia que es lo que en verdad eres. Eres Aquello que da origen a todo cuanto existe en el Universo.

¿Por qué no indagas más allá de la oscuridad de los ojos cerrados? Es allí donde debes explorar. “Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Juan 1:5). Inmensas luces y fuerzas cósmicas están actuando allí.

Paramahansa Yogananda


lunes, 13 de enero de 2025

Hoy es tu cumpleaños y no estás

 


          Hoy es tu cumpleaños, pero no podemos celebrarlo. Ya no estás, te fuiste de mi lado hace casi tres meses, exactamente dos meses y veintidós días. Un cáncer se encargó de separarnos.

          Aunque un loco vestido de blanco, al que acudí para aliviar mi dolor, me dijo que no habías muerto, que estabas más viva que antes, que solo había muerto tu cuerpo, pero tú, la que piensas y la que amas, estás viva, sin dolor, sin edad, sin hambre, sin sueño, sin sufrimiento, viviendo la alegría y el Amor de manera permanente.

No le abofeteé porque no tenía fuerzas y, supongo que envalentonado porque le seguía escuchando, aun dijo más: dijo que podías verme a cada instante, dijo que cada noche nos volvíamos a reunir y que hablábamos y que me decías que dejara de sufrir, que ahora eras feliz plenamente y que me amabas con mucha más intensidad que cuando estabas conmigo, dijo que veías mis emociones y hasta mis pensamientos

Como esa parte en la que me decía que ahora eres plenamente feliz y que me amas con más intensidad, me gustó, le presté un poco más de atención, mientras pensaba: “si ve mis emociones y mi pensamiento podrá ver cuanto la amaba y cuanto la añoro”.

Ese pensamiento lo expresé en voz alta y el sanador me dijo: todo es energía. Ella lo es ahora aun más y los pensamientos y las emociones que también lo son, no tienen ningún secreto para los que están al otro lado.

La verdad, desde ese momento, ya no me parecía tan loco, y le observaba mientras hablaba. Es un hombre mayor y desprendía bondad, su aspecto era sereno, hablaba bajito como si tú estuvieras dormida y tuviera miedo despertarte, parecía emanar respeto por cada poro de su piel, respeto hacia ti, respeto hacia mí, respeto hacia todo.

Posiblemente tenía razón, aunque me costaba creerle, porque nunca nadie me había dicho tales cosas. Yo creía en la resurrección de los muertos, al final de los tiempos, como me habían enseñado en la iglesia desde que tengo uso de razón. Así que, si esto que dice es verdad, no podrá resucitar nadie, porque nadie está muerto.

Y aun dijo algo más: Personalmente creo que es ahora cuando estamos muertos y, si me apuras, podríamos decir que estamos en el infierno, porque esto que tú estás pasando, ¿no es un infierno?

-   Está claro que la amabas -sentenció- Por lo tanto, si la amabas con tanta intensidad seguro que deseas lo mejor para ella.

-      La amaba y la amo -respondí- y por supuesto que siempre deseé lo mejor para ella.

-       Pues que mejor -respondió- que estar al lado de Dios.

Sali de su consulta mucho más aliviado, relajado, en paz. Con una meditación bajo el brazo para realizar cada día,

-  Para que la hagas, me dijo, cada día, así podrás entrar en tu interior y reencontrarte con ella en tu silencio.

Concerté una nueva cita para la semana siguiente. Tenia ganas de volver para saber más de la vida y, también, de la muerte.

Seguiré pensando en ti, aunque creo que más serenamente. Te amo.

 

 


domingo, 12 de enero de 2025

Fragilidad

 




El 20 de febrero de 1994. Carl Sagan publica uno de los libros más importantes de divulgación científica: “Un punto azul pálido”. Esta obra se basaba en la imagen tomada el 5 de febrero de 1990 del Voyager 1 en la que se veía la Tierra desde 6.000 millones de kilómetros, la más lejana de la historia.

La instantánea, considerada por la NASA como una de las más importantes de la historia, lejos de quedarse en una anécdota, comenzó a verse como un reflejo de la presencia del humano en el universo: ínfima. Con un tamaño de apenas “0,12 píxeles”, la Tierra no se veía más que como un punto sin importancia dentro de un vasto campo de estrellas. Su brillo sin particularidad y su presencia irrelevante, convirtieron la fotografía, casi, en un tratado filosófico:

En “Un punto azul pálido” escribía Carl Sagan: “Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida”.

Si. En ese punto azul, en la inmensidad del cosmos, donde las estrellas pueden relatar historias de eternidad, vive el ser humano: un ser pequeño, frágil y vulnerable que, sin embargo, se cree el centro del universo.

La fragilidad humana es un delicado entramado de emociones, recuerdos, deseos y miedos, que se despliega en cada suspiro y en cada latido. Suspiros y latidos que pueden concluir en un instante, sin previo aviso, porque el ser humano nunca sabe cuando será el último día de su viaje en ese punto azul que le lleva, parece, a ninguna parte.

Pero no es así. Aunque viaja con la Tierra, no es esta la que le está llevando, es el propio ser humano el vehículo y su corazón el conductor. El ser humano sí que está realizando un viaje: El viaje de vivir. Con un destino, para él, desconocido, con una duración desconocida, con compañeros de viaje desconocidos, con situaciones desconocidas.

Y cada amanecer, para cada ser humano, que llega a ese nuevo día, es una página en blanco que espera ser escrita, olvidándose de su fragilidad y vulnerabilidad, guiado por ¿su corazón?, ¿por las estrellas?, ¿por su ego?, trata de avanzar a través de la incertidumbre.

La fragilidad humana no es solo física. Es cierto que puede desaparecer en cualquier momento, sin embargo, mientras está presente, con mucha facilidad, sus corazones pueden romperse, las mentes pueden nublarse y los sueños pueden desvanecerse ante los embates del destino, llenando de nubarrones su existencia. Esa es mayor fragilidad.

En los momentos más oscuros, cuando el peso de la existencia parece insoportable, es cuando la luz interior brilla con más intensidad. La fragilidad humana es un recordatorio constante de nuestra humanidad compartida. Nos muestra que, a pesar de nuestras debilidades, tenemos la capacidad de levantarnos, de sanar y de crecer. Cada cicatriz es una marca de resiliencia, cada lágrima una prueba de nuestra capacidad para sentir y perseverar.

Así, la fragilidad humana no es una debilidad, sino una fortaleza oculta. Nos recuerda que somos seres de carne y hueso, sí, pero también de sueños, de valor, de fortaleza y esperanzas. En cada gesto delicado, en cada acto de compasión, revelamos la esencia misma de nuestra humanidad: un ser que, a pesar de su fragilidad, posee una capacidad infinita para amar, crear y transformar el mundo que lo rodea.

Porque a pesar de ser más pequeños que un grano de arena y de nuestra fragilidad, tenemos un destino y una misión que cumplir: Amar, crear y transformar el mundo que nos rodea.

 


domingo, 24 de noviembre de 2024

El perdón de Dios

 


Paseando por la ciudad, nos dimos de bruces con la catedral. Surgió de repente, majestuosa y solemne, en medio del bullicio urbano. Sus torres se alzaban desafiando al cielo, como si quisieran rozar las nubes con sus pináculos góticos. La fachada, una sinfonía de piedra tallada, estaba adornada con estatuas de santos y querubines que parecían cobrar vida bajo la luz del atardecer.

La catedral, construida en el siglo XII, es un testimonio del ingenio y la devoción de generaciones de artesanos y fieles. Sus muros de piedra caliza fueron erigidos con esfuerzo titánico, cada bloque colocado con una precisión casi divina. Los vitrales, intrincadamente coloreados, proyectaban un caleidoscopio de luz al interior, bañando las paredes y los bancos en un resplandor casi místico.

El campanario, con su robusta estructura, albergaba campanas cuyo tañido resonaba a kilómetros de distancia, marcando el paso del tiempo y llamando a los fieles a la oración. En el interior, el aroma a incienso y cera derretida llenaba el aire, mientras que el eco de los pasos reverberaba por las bóvedas y los arcos, creando una atmósfera de reverencia y recogimiento.

Cada rincón de la catedral contaba una historia de fe y perseverancia. Desde los capiteles de las columnas, esculpidos con escenas bíblicas, hasta el altar mayor, donde el oro y la plata relucían bajo la luz de los candelabros, todo hablaba de un pasado glorioso y una dedicación inquebrantable. Así, en medio de la ciudad moderna, la catedral se erguía como un faro de espiritualidad y arte, un lugar donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en perfecta armonía.

Era la hora de la misa y en el altar mayor, un sacerdote, bastante entrado en años, dirigía el oficio, de manera rutinaria. Eran tantas las misas que debía de haber oficiado que no necesitaba leer, todo lo sabía de memoria y lo recitaba como un papagayo repite sus palabras recién aprendidas.

En el púlpito, otro sacerdote daba instrucciones a los pocos fieles que seguían la misa, casi todos tan entrados en años como el oficiante. Fue este sacerdote desde el púlpito quien comenzó la homilía, mientras el oficiante se sentaba como un espectador más para escuchar a su compañero.

"Tienen que pedir perdón a Dios por sus pecados", fue el inicio de una plática que parecía tomar un rumbo demasiado siniestro. Mi hijo, de 10 años, que me acompañaba, me preguntó de inmediato:

—Papá, ¿Dios nos perdona siempre?

—Dios no necesita perdonar, hijo mío —le contesté a mi hijo, como si siguiéramos una conversación que solíamos tener con frecuencia—, porque ya te he dicho en muchas ocasiones que no se ofende nunca, y donde no hay ofensa no es necesario el perdón.

—Y entonces —siguió mi hijo, poniendo cara de extrañeza—, ¿por qué este señor habla de ofensa, de pecado, de infierno y de perdón?

¡Qué difícil me lo estaba poniendo! ¿Cómo le explicaba que todas las religiones eran una asociación de personas con las mismas creencias, que enseñan verdades parciales e interesadas, estando muy alejadas de la Verdad, que solo está en posesión de Dios?

—Pero tenía que intentarlo: Las religiones son, en esencia, intentos humanos de entender a Dios, de dar sentido a lo que está más allá de algo que no podemos entender, porque no lo vemos. A través de ritos, como esta misa, y de enseñanzas, buscan guiar a las personas hacia una vida más espiritual y moral, básicamente, enseñan a actuar con bondad. Sin embargo, estas enseñanzas, a menudo, reflejan interpretaciones humanas de lo divino, influenciadas por las culturas y contextos en los que se desarrollan.

>> El concepto de pecado y perdón es una de esas interpretaciones. Se basa en la idea de que los seres humanos, en su imperfección, a veces actúan de maneras que se consideran contrarias a la voluntad de Dios. La necesidad de pedir perdón surge de la idea de reconciliación, de volver a alinear nuestras acciones y pensamientos con lo que se percibe como divino y correcto.

>>No obstante, algunas personas, como nosotros, creen que Dios, en su infinita sabiduría y amor, no tiene necesidad de perdonar porque nunca se siente ofendido. Según esta creencia, el perdón es más una necesidad humana que divina. Es un proceso de sanación personal. Algo para sentirnos bien con nosotros mismos. Enseñar sobre el pecado y el perdón puede ser una manera de ayudar a las personas a reflexionar sobre sus acciones y motivarlas a mejorar, aunque a veces pueda parecer que nos hacen culpables y nos hace sentirnos mal.

>>No hay que seguir los pasos de una religión.

>> La verdadera espiritualidad, es una búsqueda personal y continua de entender y vivir según lo que uno percibe como divino. En este camino, es crucial cuestionar, aprender y crecer, reconociendo que la Verdad, en su forma más pura, es algo que tal vez nunca comprendamos completamente, pero hacia lo cual siempre nos esforzamos por acercarnos.

No creo que me haya entendido, aunque espero vivir lo suficiente para ir explicándole, cuando la ocasión lo permita, que Dios es Amor y que eso es la misión de nosotros, los seres humanos, en la vida: amar como Él nos ama.


domingo, 23 de junio de 2024

Eres tú

 


Cuidado con lo que piensas, cuidado con lo que sientes, cuidado con lo que dices, cuidado con lo que haces.

Imagina que la persona que está delante de ti, eres tú misma.

Piensa, siente, habla y haz lo que te gustaría que pensaran, que dijeran y que sintieran de ti, y que hicieran para ti.


viernes, 21 de junio de 2024

Un propósito mayor

 


Puede parecer que estamos solos con nuestras circunstancias, o que nuestro destino depende de una decisión a la que no tenemos alcance, o que las cosas que hacemos cada vez salen de mal en peor.

A pesar de nuestros ruegos, las situaciones no cambian. No parece haber una salida.

Pero no es así. Cada acontecimiento, por nimio que nos parezca esta perfectamente organizado y planificado, por nosotros, antes de llegar a la vida.

A veces, enfrentamos situaciones desafiantes o dolorosas, pero solo son  parte de nuestro viaje hacia el amor incondicional. El aprendizaje y el crecimiento personal a menudo ocurren en medio de las dificultades. Es como si estuviéramos escalando una montaña en un videojuego y cada paso tiene un propósito: completar el nivel.

Es justamente esa desastrosa situación la que habíamos previsto para conseguir avanzar en nuestro peregrinaje hacia el amor incondicional. Algo que no es material y que, una vez conseguido, hará que cambie, por completo, la situación.

En cuanto al tiempo que va a durar la adversidad que nos envuelve, no es solo una cuestión de cronología. El aprendizaje y la evolución espiritual no están atados a un reloj. A veces, el camino puede sentirse solitario y desértico, pero no estamos solos, porque Dios está con nosotros en todos los jugares y durante todo el tiempo.

La fe y la esperanza de que eso es lo que necesitamos en este momento, nos sostienen incluso cuando todo parece oscuro.

    Recuerda, por tanto, que nuestras circunstancias, decisiones y destino están entrelazados. Aunque no siempre entendamos, completamente, el propósito detrás de cada situación, podemos confiar en que hay un propósito mayor en juego. Así que sigamos avanzando, aprendiendo y buscando ese amor incondicional que transformará nuestra realidad.


domingo, 12 de mayo de 2024

¿Qué es importante?

 


Lo importante no está en lo que hemos acumulado, no nos lo vamos a llevar.

 

Lo importante no está en lo que hemos logrado, nadie nos lo va a reconocer al otro lado.

 

Lo importante está en aprender a amar. En eso está la cercanía a Dios y el mérito de la existencia.


La bolsa de basura

 


La bolsa de plástico negra con capacidad para cincuenta litros y que apenas estaba llena hasta la mitad se encontraba descansando al lado de la puerta de casa esperando, como cada día, que alguno de los miembros de la familia la sacara para realizar sus acostumbrados paseos. Primero de la mano de los dueños de la casa hasta el contenedor y, después, en el tour turístico en el que se encontraban las bolsas del vecindario hasta, lo que para ellas era, el balneario de vacaciones, aunque también podrían denominarlo como “el jardín del Edén” o “el paraíso”, porque allí iban a diseccionarlas completamente para reciclar a cada uno de los integrantes de la bolsa para su reutilización.

La bolsa se estaba impacientando. Se acercaba la hora en la que el vehículo que la transportaba solía llegar y, en la casa, no se apreciaba ningún tipo de movimiento.

No le gustaba el retraso porque cada vez que se retrasaba luego tenía que estar, durante toda la noche y buena parte del día siguiente, en el contenedor completamente sola.

¡Ah!, ¡por fin había movimiento en la casa! El esposo se estaba poniendo los zapatos a la vez que le decía a su esposa:

-    Cariño, me voy a la reunión del colegio.

-    Llévate la basura al salir –le dijo su esposa.

-    No puedo –contestó el esposo- ya voy tarde

-    Pero si solo es medio minuto cruzar al otro lado –le dijo la esposa un poco molesta- Di que no te apetece y quedas mejor.

-    Te he dicho que no puedo –volvió a repetir el esposo levantando la voz.

-   No es que no puedas –gritó la esposa- lo que pasa que no te sale de las narices bajarla. Te recuerdo que la basura la hemos hecho los tres. Y siempre la saco yo sin tener que salir.

     Pues no me sale de las narices, ¿vale? -y dando un portazo se fue de la casa, dejando a la pobre bolsa de basura allí, tirada en el suelo y, lo que es peor, a su esposa roja de ira.

La bolsa estaba perpleja. El matrimonio había discutido por ella. ¡Ella que solo era una bolsa de basura!

-    ¡Qué importante debo ser! -pensó la bolsa de basura, cuando discuten por mí- En esta familia, yo, una bolsa de basura, soy más importante que el amor y el respeto. Aunque no deben de quererse mucho cuando discuten por mí como si yo fuera la amante de uno de ellos.

La esposa tuvo que sacar la bolsa de basura y a cada paso que daba renegaba más y más de su esposo, mientras el ego de la bolsa de basura se inflaba tanto que podría haber ido ella sola al contenedor volando. ¡Qué importante soy!, seguía pensando la bolsa de basura.


sábado, 11 de mayo de 2024

El jardín del amor

 


En un rincón olvidado de la ciudad, había un jardín secreto que todos creían abandonado. Pero no lo estaba. En él vivía Emilia, una mujer de avanzada edad con una sonrisa que reflejaba la sabiduría de los años y la bondad de un corazón que había amado mucho.

Emilia había dedicado su vida a cuidar de ese jardín, pero no solo de las plantas y flores que crecían en él. Su jardín era especial porque allí, ella cultivaba el amor incondicional. Cada planta, cada flor, tenía una historia, una promesa de amor eterno que Emilia había hecho a su esposo, Carlos, antes de que él partiera de este mundo.

Carlos había sido el amor de su vida, y juntos habían planeado hacer de ese jardín un refugio para todas las formas de amor. Cuando Carlos falleció, Emilia continuó su legado, plantando una nueva flor por cada acto de amor desinteresado que presenciaba.

Con el tiempo, el jardín se llenó de colores y fragancias, y aunque nadie sabía quién lo cuidaba, se convirtió en un lugar de leyenda. Se decía que aquellos que encontraban el jardín experimentaban una sensación de paz y amor como en ningún otro lugar.

Un día, un joven llamado Mateo descubrió el jardín mientras escapaba de la tristeza de un corazón roto. Emilia lo encontró llorando junto a un rosal y, sin decir una palabra, comenzó a podar las rosas. Mateo la observó, y poco a poco, la serenidad del lugar calmó su dolor.

Emilia le contó sobre Carlos y cómo cada flor representaba un amor puro y eterno. Le habló de la importancia de amar sin condiciones, sin esperar nada a cambio. Mateo escuchó, y algo dentro de él cambió.

Inspirado por Emilia y su jardín, Mateo decidió abrir su corazón de nuevo. Con el tiempo, encontró un amor verdadero, uno que era generoso y libre de expectativas. Y cuando ese amor floreció, llevó a su amada al jardín secreto y plantaron una flor juntos, un símbolo de su compromiso de amarse incondicionalmente.

Emilia sonrió al ver la nueva flor en su jardín. Sabía que su trabajo había dado fruto una vez más. Aunque ella ya no estaría para siempre, su jardín seguiría siendo un testimonio del amor incondicional, un lugar donde el amor verdadero nunca muere.

Esta historia es un homenaje a todos aquellos que, como Emilia, creen en el poder del amor incondicional y dedican sus vidas a cultivarlo. Es un recordatorio de que el amor, en su forma más pura, puede transformar corazones y dar esperanza incluso en los momentos más oscuros.


miércoles, 8 de mayo de 2024

Amar a pesar de....

 


                 Qué fácil es mostrar tu amor al mundo, cuando este cumple al ciento por ciento tus expectativas. Lo difícil es seguir mostrando el mismo amor cuando el mundo te vuelve la espalda, cuando el mundo te engaña, cuando el mundo te traiciona. Y, sin embargo, es aquí cuando se demuestra tu autenticidad, es aquí cuando se puede valorar la calidad de tu amor.

            El amor que se da cuando el mundo cumple tus expectativas, no es amor, es complacencia. El autentico amor se da siempre, sobre todo cuando el mundo te traiciona.


domingo, 14 de abril de 2024

Conversaciones con el Maestro (sobre la ira)

 


Conversaciones con el Maestro (Sobre la ira)

 

-      Maestro, a pesar de llevar tiempo trabajando para controlar la ira, de vez en cuando, siento que pierdo el control, de una manera desproporcionada e incontrolable. Mi ira se manifiesta de manera destructiva, como si fuera un animal: gritando, con una ironía demoníaca o con un despectivo silencio.

>> No, debo rectificar. No es como si fuera un animal. En esos momentos, me convierto en uno, porque cualquier signo de racionalidad desaparece.

 >> Siento que esa ira es muy destructiva y que podría llegar a afectarme físicamente; mi respiración se vuelve agitada y mi ritmo cardiaco se acelera. Y ni siquiera quiero mencionar como afecta a mis relaciones interpersonales; se destruyen en un instante.

>> Además, me siento terrible, emocionalmente, después del episodio de ira, porque soy consciente de que mi trabajo para cultivar el amor, se desvanece o se ve gravemente comprometido. Y eso sin mencionar el daño emocional, tan terrible, que causo a la persona que ha sido el blanco de mi ira.

>> Necesito ayuda.

-      Hijo mío, la ira es una emoción básica y universal que puede surgir por múltiples razones y su origen puede variar de una persona a otra.

>> Algunos factores comunes pueden ser: Frustración; percepción de una injusticia; sensación de peligro o amenaza; expectativas no cumplidas por experiencias pasadas de dolor, traición y/o abuso; por estrés o por problemas para controlar las emociones, entre otros factores.

>> Mejor que controlar la ira sería que no apareciera. Para lograr esto, es crucial reconocer cuál es el factor primario que desencadena la ira. ¿Conoces su origen?

-    Si. Es frustración. Pero no es una frustración mía por no poder conseguir alguna meta, es por mi hijo, ya que veo que va a ser incapaz de lograr nada, porque no le gusta trabajar.

-    Y con tu ira, ¿trabaja más?

-    No. Y, además, nos sentimos mal los dos.

-    Seguro que hay algo que le gusta hacer.

-    Si. Como tiene muy buen oído, le gusta la música y los idiomas. Cosas que puede aprender de oído y que no requieren tanto estudio.

-    Pues ya lo tienes claro. Que se dedique a los idiomas o la música, será más fácil para él y para tu salud emocional que enfocarse en matemáticas o derecho.

>> Y para evitar que vuelva a surgir la ira, intenta poner en práctica alguno de estos consejos:

>> Identifica cuando empiezas a sentirme molesto o frustrado, y en ese momento, haz respiraciones profundas o abandona el lugar hasta que recuperes la calma.

>> Ponte en el lugar de la otra persona. Esto es algo que siempre has hecho muy bien. Practícalo en esas situaciones.

>> Trata de ver la situación desde diferentes ángulos.

>> Comunícate de manera respetuosa. Hazlo como te gustaría que te hablaran a ti.

-      Gracias.


sábado, 6 de abril de 2024

¿Y si actuamos como Dios?

 


¿Y si actuamos como Dios?


Siempre ha sido fácil para mí relacionarme con Jesús, María, Buda, Mahoma o Santa Teresa de Jesús, solo por citar alguno de los grandes hombres o mujeres que nos han precedido en nuestra vida en la Tierra. Y ha sido fácil porque han tenido vida, han tenido un cuerpo, conocemos su historia o lo que nos han contado de ellos, pero mi relación con Dios siempre ha sido un poco más difusa,

Y lo ha sido porque, durante mucho tiempo, no conseguía ni tan siquiera imaginármelo, y nuestra mente trabaja con imágenes. No ha tenido un cuerpo, no ha caminado sobre la Tierra, no hay ningún tipo de imagen, salvo ese señor con barba blanca y un triángulo en la cabeza que dibujan en algunas ilustraciones. Pero siempre me ha parecido poco serio imaginármelo así.

Eso me ha generado una cierta frustración, desasosiego, ansiedad e, incluso, angustia, porque como creo que los objetivos de la vida son dos, entender que todos somos uno y amar a Dios sobre todas las cosas, me preguntaba, ¿cómo voy a amar a Dios si no le conozco?

Todo eso fue cambiando mientras entendía e integraba en cada célula de mi cuerpo que Dios lo era todo y que vivíamos en él, como el pez vive en el agua. El primer paso para ese entendimiento fue comprender que en la luz del día podíamos encender una cerilla y ver su resplandor. Asocié la luz del sol a Dios y la luz de la cerilla a cada uno de los seres humanos.

¡Aleluya!, ya había entendido una parte, ya no necesitaba tener una imagen de Dios, porque si Dios es todo, un árbol, un pájaro, un pez u otro ser humano, son imágenes de Dios.

A partir de ahí comenzaba la segunda parte del peregrinaje, aprender a amar a Dios.

Mi punto de partida fue el siguiente razonamiento, si Dios lo es todo, amar a Dios significa amar a todo lo creado. Por lo tanto cuando ame a todo lo creado estaré amando a Dios.

Prescindí de animales y plantas en el aprendizaje del amor e intenté centrarme en los seres humanos, pero me pareció que intentar amar de golpe a casi ocho mil millones de personas me parecía un trabajo imposible de realizar y pensé, si un ingeniero empieza con cinco años a aprender los números, y después las sumas, las restas, las multiplicaciones y así, sucesivamente, hasta el último año de carrera, ¿por qué yo, en lugar de comenzar a amar a todos los habitantes del planeta no comienzo por lo básico? Llegué a la conclusión de que tenía que ser así y decidí que lo básico era mi familia. Necesitaba amar a mi familia, pero no de una manera, que podríamos considerar normal, como todos, con luces y sombras, no. Tenía que ser como Dios nos ama. De manera incondicional.

Y en ese trabajo estoy, y mucho me temo que en esta vida no voy a pasar de nivel. Sí, no os sorprendáis, no es tan fácil amar como Dios nos ama.

¿Qué significa amar de manera incondicional? Significa amar de manera absoluta, sin limitaciones y sin condiciones.

¿Es incondicional cuando pierdes la paciencia?, no lo es.

¿Es incondicional criticar alguna actuación de tu pareja?, no lo es.

¿Es incondicional elevar el tono de voz?, no lo es.

¿Es incondicional juzgar cualquier actitud?, no lo es.

¿Es incondicional dar algo a cambio de…?, no lo es.

¿Es incondicional castigar con el silencio?, no lo es.

¿Es incondicional una mentira, o una media verdad?, no lo es.

¿Y si actuamos como Dios? Todos sabemos que la mejor enseñanza es el ejemplo. Pues sigamos el ejemplo de Dios.

Dios nos da total y absoluta libertad, nunca se ofende, nunca nos grita, para Él todo está bien, acepta todo lo que hacemos sin juzgarnos ni criticarnos, nunca nos castiga ni pierde la paciencia, no hace cambalaches con nosotros.

Ya sé, ya sé, estoy escuchando las críticas, (porque no actuáis como Dios, claro), seguro que estáis pensando ¡si actuamos así nuestros hijos nos comen! ¿Nos comemos nosotros a Dios?, seamos ejemplo de amor para nuestros hijos, seamos ejemplo de amor para nuestra pareja. Se puede enseñar con amor. Se puede reprender con amor. Se puede vivir con amor.

Sé por experiencia personal que es difícil. Yo llevo tiempo embarcado en esa tarea. Para tenemos que intentarlo porque es la única razón de la vida.


Amor por encima de todo

 


                         Qué fácil es mostrar tu amor al mundo, cuando este cumple al ciento por ciento tus expectativas. Lo difícil es seguir mostrando el mismo amor cuando el mundo te vuelve la espalda, cuando el mundo te engaña, cuando el mundo te traiciona. Y, sin embargo, es aquí cuando se demuestra tu autenticidad, es aquí cuando se puede valorar la calidad de tu amor.

       El amor que se da cuando el mundo cumple tus expectativas, no es amor, es complacencia. El autentico amor se da siempre, sobre todo cuando el mundo te traiciona

sábado, 16 de marzo de 2024

Calidad de amor

 


Qué fácil es mostrar tu amor al mundo, cuando este cumple al ciento por ciento tus expectativas. Lo difícil es seguir mostrando el mismo amor cuando el mundo te vuelve la espalda, cuando el mundo te engaña, cuando el mundo te traiciona. Y, sin embargo, es aquí cuando se demuestra tu autenticidad, es aquí cuando se puede valorar la calidad de tu amor.
El amor que se da cuando el mundo cumple tus expectativas, no es amor, es complacencia. El autentico amor se da siempre, sobre todo cuando el mundo te traiciona.

Aprender a amar