El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de marzo de 2024

Encontrar a Dios

 


Donde haya un pájaro, donde haya una flor, donde haya una piedra y donde haya una nube, ahí está Dios. En la brizna de hierba, en la gota de agua, en el grano de arena y en la chispa del fuego, ahí está Dios. En la catedral, en la pagoda, en el salón del reino y en la mezquita, ahí está Dios. En el bar, en el prostíbulo, en el casino y en la sala de meditación, ahí está Dios. En el agua, en el fuego, en el aire y en la tierra, ahí está Dios.

Dios está alrededor de ti, pero también está en ti, donde puedes encontrarle en cualquier momento, porque cualquier momento es bueno para encontrarte con Dios.

Solo tienes que respirar, mantener la atención en esa respiración, y dejarte llevar hacia tu interior. Sin darte cuenta te encontrarás con Él cara a cara. ¡Apúrate, te está esperando!


miércoles, 10 de enero de 2024

Sobre el pecado

 


Y dijo Dios: 

No existe el pecado. Yo nunca me ofendo por nada de lo que los seres humanos podáis hacer, decir o pensar, y no me ofendo porque os amo sobre todas las cosas, y sé que cualquier cosa que hagáis, digáis o penséis, es cosa del ego, no del alma.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Conectar con el corazón y elegir

 


Querido hijo:

Tienes toda la razón cuando dices que la mente humana no está capacitada para entender todas las respuestas, sobre todo aquellas que no tienen relación con la materia, que están fuera del espacio conocido o que no pueden ser medidas con un reloj de tiempo porque su medida siempre es “ahora”.

Sé de tu afán por saber y conocer que hay al otro lado de la vida, pero…, contesta una pregunta, ¿para qué te serviría ese saber? ¿Tú crees que conocer las actividades que realiza el alma cuando se encuentra en el espacio “entre vidas”, sería de utilidad para tu trabajo en la materia?, ¿te ayudaría a tener más paciencia?, ¿cambiarían en algo tus terapias?, ¿cambiarías la receta de los garbanzos?

Yo voy a contestar, por ti, esas preguntas: No te serviría para mejorar en las actividades que realizas en la materia. Entonces, si no lo vas a entender y no te va a ser útil, ¿para que insistir? Olvida el tema y enfócate en lo que, además de conocido, es imprescindible para tu crecimiento y tu desarrollo espiritual.

Has podido comprobar que es muy fácil contactar conmigo cuando estás en meditación.

Percibir mis señales es muy sencillo, sólo tenéis que permanecer en silencio, sólo tenéis que atravesar el espacio que existe entre vuestro pensamiento y vuestra sensación, sólo tenéis que aparcar el pensamiento y centrar la atención en el corazón. Ahí vivo Yo en nosotros. Y para llegar no vale escuchar discursos llenos de amor, ni asistir a misas donde se hable de Mi. El ser humano ha de encontrarme en solitario. Sin embargo, así como no vais a salir en la búsqueda de un tesoro si no se sabe que existe, habéis de tener el pleno convencimiento de que Yo habito en nuestro interior para establecer contacto.

La vida es una escuela en donde cada persona elige las materias a estudiar. Yo os he dejado elegir libremente las asignaturas. Pero al final de la “carrera” hay una tesis obligada: “Encontrarse conmigo”. Para la realización de la tesis no está establecido que haya que estudiar una vida o miles de vidas, se me puede encontrar en un instante, o se puede tardar una eternidad. No me busquéis en el cielo, ni en las iglesias. Buscarme en vuestro interior, porque mientras no me encontréis en vosotros, permaneceréis en la vida repitiendo curso una y otra vez.  

Sois libres, tenéis capacidad de elección, pero pocos son los que eligen lo bueno. Casi todos elegís sufrir, elegís el miedo, enfadaros con vuestros hermanos, elegís la ansiedad, la tristeza, la enfermedad, el dolor, la soledad.  Con lo fácil que es cambiar el punto de mira, recorrer el camino que os separa de vuestro corazón y elegir la felicidad, elegir la alegría, elegir el Amor.

Permíteme hablarte un poco más del poder de elección que os he dado.

Continuará.......

(Del libro Cartas a Dios de Alfonso Vallejo)

lunes, 20 de noviembre de 2023

Big Bang

 


Querido Dios:

Cuando he recibido tu contestación me he vuelto loco de alegría. Pensaba, cuando escribía, que el destino de la carta sería como el de las palabras, difuminarse, lentamente, hasta desaparecer.

Pero no, en la primera meditación llegó tu respuesta, de manera rápida y clara, hasta el extremo de que, por la rapidez, tuve ciertos problemas para poder ir transcribiendo toda la información.

Que me ronde o se deslice la alegría en mí interior, no es muy habitual, ya que mi estado emocional acostumbra a transitar por distintos matices de la tristeza, como pueden ser la melancolía y la nostalgia.

A veces pienso que alguna célula de mi cuerpo debe haber recibido algún input de mi vida al otro lado de la vida y que, de vez en cuando, va dejando salir ráfagas de nostalgia y soplos de melancolía que hacen que, sin tener ningún recuerdo de la vida del alma, sienta la tristeza como si sintiera añoranza de esa vida. Algo inconsciente debe de haber, porque son muchísimas las veces en que me encuentro pensando en la muerte como una liberación de la tristeza y de la monotonía de la vida.

Siempre me he preguntado para que nacemos, aunque tengo claro que voy a dejar esta vida sin saber para que he nacido, pero que seguro lo sabré en cuanto muera. Es una paradoja, vivir toda una vida sin saber para que vivimos. Como decía Stephen Hawking: “Si encontramos la respuesta al porque de nuestra existencia y la del universo, sería el triunfo definitivo de la razón humana, pues entonces conoceríamos la mente de Dios".

Estoy convencido de que todas las preguntas “existenciales” que me llevo haciendo desde que tengo uso de razón espiritual, como son ¿para qué la Creación?, ¿para qué la vida?, ¿de donde venimos?, ¿adonde vamos?, ¿qué he venido a hacer? y, alguna más, quedarán contestadas en el momento de traspasar el umbral del “otro lado” y que, además, aunque ahora estemos ávidos por saber, no será una sorpresa, porque es algo que conocemos desde siempre.

La hipótesis del Big Bang, puede ser una explicación de cómo se formó el universo: Un punto muy pequeño, pero enormemente denso, que, de repente, estalló irradiando una cantidad fabulosa de energía, dando inicio al comienzo del universo, formándose la materia, el espacio y el tiempo.

Pero no hay hipótesis sobre el porqué. Aunque tal como dijo el papa Benedicto XVI, solo es un acto de amor: “La creación es un don de Dios y es consecuencia de un acto de amor. Decir creación significa afirmar que el mundo está orientado a la realización del proyecto de amor del Creador”.

Aunque, si el mundo mismo es Dios, tal como indicas en tu contestación, todo es parte de lo mismo. Es decir, de Ti. Por lo tanto, el ser humano sólo puede ser un chispazo transitorio del todo. Una parte que se ha separado temporalmente y que manifiesta, temporalmente, una conciencia personal, pero que está llamada a unirse y fundirse en el Todo,

Es posible que el ser humano esté diseñado para que esa temporalidad fuera corta, de muy pocas vidas. Y que esa temporalidad fuera el tiempo necesario para experimentar el amor incondicional, y una vez experimentado pueda el alma independiente volver a unirse con la Energía Divina.

Sin embargo, En algún punto del camino, los seres humanos olvidaron, no solo, cual era la razón de la vida, sino también, de donde procedían. Por ello, la razón de la vida que era experimentar el amor, en un tránsito efímero por la materia, se convirtió en un viaje de cientos o miles de vidas con dos objetivos: Saber que nuestra procedencia es Dios y que Dios es nuestro destino al que llegaremos una vez conseguido el segundo objetivo, anidar la energía del amor en nuestro interior.

Reflexionar sobre todo lo que puede haber al otro lado de la materia supone la formulación de infinitas preguntas que dudo mucho de que con nuestra mente estemos capacitados para entender las respuestas.

No te molesto más. Gracias por escucharme.

(Del libro “Cartas a Dios” de Alfonso Vallejo)

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Y Dios contestó

 


Querido hijo:

No es irrespetuoso nada de lo que comentas sobre mi sordera. Como bien dices no me ofendo nunca, nada me ofende. Rememora tu pasado cuando tus hijos eran unos bebecitos de pocos meses. ¿Te ofendías por algo que ellos hicieran en su inconsciencia? Tú y tus hermanos que comparten contigo la encarnación en la Tierra sois mis amados hijos, sois mis bebés, que estáis creciendo en el amor y en la bondad.

Quiero comenzar contestando a la pregunta que haces en tu misiva. Preguntas si, realmente, estoy ahí. Pues sí, estoy ahí, estoy en el cielo, porque Yo Soy el cielo, pero, también, estoy en la Tierra, porque Yo Soy la Tierra. Estoy en cada nube, en cada brizna de hierba y en cada grano de arena, porque Yo Soy la nube, la hierba y la arena. Estoy en el Sol, en cada planeta, en cada satélite y en cada estrella, porque Yo Soy el Sol, Soy cada planeta, cada satélite y cada estrella.

Pero aun hay más, estoy en ti. Y siento tu emoción sin que me la expliques, conozco tu pensamiento a la vez que tú, escucho cada palabra que sale de tu boca y cada anhelo que se escapa de tu corazón, acompaño tu mano cuando acaricia, cuando bendice y cuando golpea y enjugo las lágrimas que resbalan por tus mejillas.

Por lo tanto, siempre te escucho ¡hijo mío! Y siempre te contesto. Con palabras que no escuchas por el ruido que mantienes en tu interior, con las señales que pides, que no sabes interpretar, con sueños que olvidas porque no los consideras interesantes, con encuentros que calificas de casuales.

De mil maneras me comunico contigo, pero no me sientes, y no lo haces porque no estás sintonizando la emisora correcta. Estás centrado en tus problemas, en tus preocupaciones, en tus más íntimos deseos, en envidiar lo que otros tienen, en criticar todo lo que no se ajusta a tu creencia.

Y todo eso en lo que centras tu atención, tu pensamiento, tu emoción y tus palabras, te hacen sordo a mis respuestas, te hacen ciego a mis señales, te hacen insensible a las intuiciones y, lo que es peor, te están separando de la vida. No estás viviendo, porque la vida pasa a tu lado sin que seas consciente de ella. Y es, entonces, cuando más agobiado te sientes, cuando te acuerdas de mí y levantas los ojos al cielo pidiendo, rogando, suplicando, implorando, haciéndome culpable.

Tienes que salir de ese bucle de sufrimiento y conseguir que la paz, la serenidad, la bondad y el amor aniden en ti. Entonces estarás listo, no solo para poder escucharme, sino para no tener que pedirme o suplicarme, porque entenderás la razón por la que determinado acontecimiento se cruza por tu vida. Y si no llegas a entenderlo, estarás preparado para aceptarlo, porque entenderás que es necesario para poder llevar a buen término alguna de las enseñanzas que has decidido, aprender en esta encarnación.

Te amo hijo mío y te bendigo.

martes, 14 de noviembre de 2023

Monólogo dedicado a Dios

 


Querido Dios:

Son infinitas las veces que hablo Contigo o, mejor dicho, son infinitas las veces que hablo solo, siendo Tú el protagonista principal al que dedico mis palabras. Yo le llamo soliloquios, porque, en realidad, hablo conmigo mismo. Es un monologo dedicado a Ti.

A mí, como a todos los que se dirigen a Ti, haciéndote preguntas, pidiendo alguna gracia, realizando ofrendas, prometiéndote algún sacrificio a cambio de algo, encarándose Contigo por algo que la persona no entiende como puede proceder de Ti o, incluso, agradeciendo algo que ha llegado, más o menos, cuando se esperaba, nos gustaría obtener alguna respuesta, en forma de palabra, de señal inequívoca o de sueño consciente. Pero no. Tú callas. Por toda respuesta, silencio y más silencio. No respondes nunca. No das señales ni de escuchar ni de responder. No sé cómo se sentirán los demás, pero yo, como norma, me siento muy solo, a veces, muy decepcionado y, siempre, muy triste.

En ocasiones, te disculpo, explicándome a mí mismo que no debes oír bien, que tienes un problema de audición, ya que, si yo, por la edad, empiezo a tener algunos problemas, Tú, con muchos más años que yo, (eres eterno), debes estar sordo total.

Creo que la primera pregunta que tendríamos que hacer es ¿realmente estás ahí?, porque si no estuvieras es normal que no te enteres de que los seres humanos nos pasamos la vida levantando los ojos al cielo, que se supone que es donde habitas, para hablar Contigo.

Se me ocurre que cuando crees la sexta o séptima raza-raíz pongas a los humanos un ojo adicional en la cresta de la cabeza para que no tengan que hacer tanto esfuerzo mirando al cielo, con peligro de pillar una tremenda tortícolis.

Ahora que he llegado hasta aquí, pienso en si lo escrito no será una falta de respeto por mi parte. Aunque amparado por mis creencias, sé que no te ofendes nunca. Sé que estás ahí y sé que escuchas y que, en ocasiones, nos contestas, aunque no te escuchemos porque los sordos somos nosotros.

Esto solo es un reflejo de mi frustración y soledad. Realmente sí que me gustaría escucharte alguna vez, aunque solo musitaras mi nombre. 

Por hoy no te molesto más. Y ahora, para despedirme, se me plantea un problema añadido, no sé si despedirme con un abrazo, con un hasta pronto, con un sinceramente Tuyo, con una bendición o con un amén.

En fin, lo haré con agradecimiento por escucharme.

martes, 24 de octubre de 2023

Espiritualidad/Iluminación (1 de 2)

 



Recorriendo ese camino que nos acerca, a todos, a la madurez de la vida, (porque la vida no se detiene), comencé, de manera inconsciente, un tránsito desde la religiosidad a la espiritualidad, desde la teatralidad externa hacia la paz interior, tratando de liberarme de la culpa que genera el pecado para vivir en libertad.

A pesar de nacer en el seno de una familia católica, cuando pude tomar decisiones por mi cuenta, dejé de cumplir algunos de los preceptos de mi religión. Eso no quiere decir que no fuera admirador, amante y temeroso de Dios. Lo era. Pero no lo era tanto de sus representantes. Siempre me han parecido más seguidores de Caifás que del mismo Dios, predicando una cosa y haciendo lo contrario.

Agobiado y estresado por un trabajo muy demandante me inscribí en un centro de yoga, con el único objetivo de aliviar mi estrés y aprender alguna técnica que me permitiera adquirir algún tipo de dominio sobre mi mente.

Allí fue donde comencé a escuchar el termino espiritualidad, disociado de la religión y con una definición propia y diferente de lo religioso. Y asociado a la espiritualidad descubrí un nuevo concepto, el de iluminación espiritual.

Con mi escaso conocimiento del tema comencé a pensar que yo quería alcanzar la iluminación, porque creía, y sigo creyendo, que quien alcanza la iluminación ya no vuelve a encarnar más en la materia por haber finalizado su aprendizaje en la Tierra. La vida siempre me ha parecido un poco monótona, con algunos picos, (pocos), de éxtasis, y algunos valles, (muchos más), de sufrimiento e, incluso, de sufrimiento intenso.

Con el paso de los años, comencé a ser consciente de que no solo los representantes de las iglesias se comportaban como Caifás, sino que muchos representantes de la espiritualidad también. Por lo tanto, necesitaba un conocimiento, mucho más profundo, de lo que significaba ser espiritual y alcanzar la iluminación, del que tenía hasta entonces. En realidad, lo que necesitaba era práctica y un modelo creíble al que seguir.

Aprendí, de una manera teórica, que ser espiritual es una forma de vivir y de relacionarse con uno mismo, con los demás y con el mundo y que, no hay una única definición de lo que significa ser espiritual, ya que depende de las creencias, valores y experiencias de cada persona. 

(Del libro "Dame tu mano, te mostraré la vida" de Alfonso Vallejo Gago)

jueves, 14 de septiembre de 2023

Palabras y hechos

 



No se trata de palabras, no tienen demasiado valor. Se las lleva el viento y las que salen de cada boca lo hacen a través del tamiz de la dualidad, bien o mal, que la persona siente en ese momento.

De lo que se trata es de las acciones. De como somos en nuestras acciones. Hemos de accionar dejando de lado cualquier juicio de valor y, sin importar que es lo que esté sucediendo, hemos de tener presente que “todo” es de una perfección absoluta, que Dios está en cada instante y que “todo” está supeditado a un propósito superior.

jueves, 3 de agosto de 2023

El Dios de Spinoza en palabras de Anand Dilvar

 “Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti. Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa. Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro! Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.

Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno. No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?

Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme. Deja de complicarte las cosas y de repetir como un loro lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.

Anand Dilvar.

viernes, 7 de abril de 2023

Viernes Santo

 



 

Viernes 7 de abril 2023

 

Y hoy es Viernes Santo. Se recuerda la crucifixión y la muerte de Jesús de Nazaret. Es una de las conmemoraciones más profundas para los cristianos, (católicos, ortodoxos, anglicanos, luteranos, etc.).  

Pero esta Semana Santa, en lugar de estar imbuido por el espíritu de aquello que representa, (compasión, piedad, misericordia, penitencia), estoy empapado de reflexión, reflexión que me está llevando a realizar un análisis de mi vida, con lo que eso supone de rebuscar en los cajones de la memoria para desempolvar los recuerdos más importantes de una larga vida que, vista desde el origen, es decir, desde mi óptica, está pasando como un suspiro. ¡Que larga parece y que corta es!

Me quedé ayer comentando lo terrorífica que fue, emocionalmente, la primera parte de mi vida consciente, (entre los 13 y 17 años), por esa espada de Damocles, que era la amenaza permanente y persistente del infierno como final de una vida de pecado. Porque me pasaba el día pecando, sobre todo en tres de los mandamientos: No santificaba las fiestas ya que, si podía no cumplir con el precepto dominical de la misa, no iba, porque me aburría un montón. Cometía actos impuros, en la intimidad de mi soledad, a diario, porque para mí era una necesidad fisiológica, algo, tan necesario, como sonarse la nariz. Y de los pensamientos y deseos impuros, ya no quiero ni hablar. Solo diré que soñaba dormido y despierto con mi profesora de francés. Era una auténtica belleza.

Estaba claro: Los enseñantes, la religión y los curas eran mis enemigos y, a los enemigos se les puede vencer, te puedes unir a ellos o te puedes alejar.

Opté por la última opción, alejarme, con lo cual, alguna vez, me vi obligado a pecar, también, en el octavo mandamiento, porque tuve que decir alguna mentira para salvar mi piel.

Pero todo eso terminó cuando terminé el bachiller y salí del colegio. Ahí me hice un nuevo replanteamiento de vida: Podía hacer o pensar, todo aquello que no rechinaba en mi conciencia, como cualquier palabra, acción u omisión, que no interfiriera en la libertad de los demás, evitando la crítica o acto similar que pudiera hacer que otra persona se sintiera incomoda o hiciera que se sintiera atacada o que faltara a su respeto y, además, sin miedo a pecar, porque decidí que el pecado es algo que no existe y que solo era una herramienta que “mis enemigos” utilizaban para tratar de dominarme.

A partir de ese momento hubo dos “Yoes”: uno público y otro privado. Es decir, se instauraron dos creencias con respecto a la vida: Una vida muy material, la pública, en la que mi creencia era que quería vivir bien, para lo cual necesitaba dinero y otra, la privada, íntima y personal, en la que se fueron pergeñando diferentes verdades para conseguir la estabilidad emocional.

Y así siguió siendo hasta bien avanzada la mitad de mi vida, por lo que puedo decir que mi crecimiento fue “cero”. No quiero decir que fueron 40 años desperdiciados, porque algo avanzaba en lo que ahora sé que es la misión de mi vida, pero era un avance tan lento que no lo notaba.

Al inicio de la segunda parte de mi vida, mis creencias sobre lo que había venido a hacer en la vida fueron sufriendo cambios muy rápidos, vertiginosos, casi mareantes.  

Esos cambios comenzaron a darse cuando Dios reapareció en mi vida. Un Dios diferente. No era ese dios miserable, vengativo y terrorífico, inventado por unos hombres sin entrañas, que nos vigilaba, de manera permanente, para ver cuando teníamos un pensamiento pecaminoso, no. Era otro Dios. Es ese Dios que cuando Moisés le preguntó quien era Él, y cual era Su nombre, respondió: “Yo soy el que soy”. Diles a los egipcios, siguió diciéndole a Moisés: “El que Es me ha enviado”.

Por lo tanto “Dios Es”. Es decir, no es ni bueno ni malo, ni hombre ni mujer, ni blanco ni negro, ni luz ni oscuridad, ni hermoso ni deforme, “SOLO ES”. Eso quiere decir que es todo, lo blanco y lo negro, la luz y la oscuridad, lo hermoso y lo deforme, porque si fuera blanco estaría negando lo negro, si fuera hombre estaría negando a la mujer, si fuera luz estaría negando la oscuridad y todo ha sido creado por Él. Es el sol que me alumbra, es la tierra que piso, es el aire que respiro, es mi piel, es mi corazón, es yo.

Me quedo aquí. Voy a almorzar, porque a las 4 me voy al cine a ver una película de Mario Bros. Espero no dormirme para que mi hijo pueda ir haciéndome los comentarios sobre la película, (no calla ni debajo de agua). 

Jueves Santo

 


Jueves 6 de abril 2023

 

Hoy es Jueves Santo, festividad católico-cristiana, que conmemora la última cena que realizó Jesús con sus discípulos, según cuentan diferentes escritos y, cada Jueves Santo, la iglesia católica quiere que recordemos la experiencia del amor fraterno que Jesús quiso expresar en el gesto del lavatorio de los pies, que es expresión del amor hecho servicio.

Parece un buen día para reflexionar, y mi cerebro, desde primera hora de la mañana, lo ha sentido y ha comenzado con preguntas, un poco etéreas, ya que la respuesta a la pregunta que ha comenzado a hacer, con más insistencia, parece difícil de contestar.

La pregunta es: ¿Cuánto habré crecido a lo largo y ancho de mi vida?  Y este crecimiento no se refiere al cuerpo físico, ya que por lo que respecta al cuerpo estoy bastante crecidito. Se refiere a mi sabiduría. Ella es la que tiene que crecer.

La respuesta de cuanto he crecido no es tan clara como decir que dos más dos son cuatro. Es algo más complicado y, para tratar de acercarme a la respuesta, he partido de la idea del amor hecho servicio. Es decir, ¿hasta donde llega mi capacidad de servir?

Aunque antes de analizar la evolución de mi vida como servicio creo que sería bueno saber cual es mi punto de partida o, lo que es lo mismo, saber desde que nivel de sabiduría he comenzado la andadura de mi vida.

Tengo muy claro que todo es cuestión de creencias. Lo que yo creo es verdad para mí, así como lo que tú crees es verdad para ti. Y cada uno, tú y yo, nos vamos a mover por la vida en función de esas verdades que, por supuesto, no van a ser iguales, incluso, pueden ser opuestas, (aunque por eso no tenemos que pelearnos. Tenemos que respetarnos).

La misma sabiduría es, no solo, la aceptación de determinadas verdades, sino la actuación y el comportamiento, de manera coherente, en consonancia con dichas verdades. Es decir, pensar, hablar y actuar de manera congruente. O, lo que es lo mismo, se trata de actuar según lo que se habla y de hablar según lo que se piensa.

 Por lo tanto, pienso que, si analizo cada una de mis creencias, sobre la vida, sobre Dios, sobre la muerte, sobre el amor, sobre la Creación, entre otras, podré saber cuánto ha sido mi crecimiento.

Siempre me ha parecido que la vida y Dios son dos conceptos que parecen estar muy unidos. Lo pensaba en mi adolescencia y, lo sigo pensando ahora: “Si somos hijos de Dios y estamos en la vida, seguro que algo tiene que ver Dios con nuestra vida”. Hoy creo que son indisolubles.  

La pregunta que siempre me he hecho es si he nacido para hacer algo concreto, si tengo o, mejor, si cada uno de los seres humanos, tenemos una misión determinada que realizar en la vida. La respuesta a esta pregunta ha sido muy cambiante. Demasiado cambiante. Tanto que no me ha ido danto tiempo para ir asimilando las distintas creencias que han ido apareciendo en relación a la vida.

La primera creencia sobre la vida fue, totalmente, material, porque espiritualidad me enseñaron poca. Todo lo que hicieron mis enseñantes, sobre todo en el colegio, que era muy católico, con una gran influencia religiosa, fue aterrorizarme. Y huyendo de ese terror me volqué en la vida física. Entonces creía que, si no pensaba en una cosa, para mí no existía. Y aunque no sabía muy bien de donde procedía ese pensamiento, resulta que es coincidente con mi creencia actual sobre la vida: Yo puedo crear mi propia realidad.

Pero mejor sigo la secuencia, sin adelantar acontecimientos. Nací en una cuna católica, y eso marca mucho. Me enseñaron que Dios, es nuestro Padre que está en los cielos, que nos ama mucho, gracias a lo cual perdona nuestros pecados, si nos arrepentimos de ellos, pero que si morimos en pecado íbamos de cabeza al infierno. Teniendo en cuenta lo que contaban, entonces, del infierno, pensaba que “mucho amor no parecía tenernos nuestro Creador, cuando nos enviaba al fuego eterno, porque ¿qué padre, por mucho malo que hayas hecho, te castiga de manera tan terrible?

Para alejarme de tanto terror me olvidé del Dios que me estaban enseñando y me creé un Dios a mi conveniencia, pero eso hizo que se acabara mi religiosidad, antes de empezar, y comenzara a practicar una espiritualidad creada a la conveniencia de mis creencias.

Tengo que dejarlo aquí. Es muy tarde. Mañana sigo. 

viernes, 17 de marzo de 2023

Sólo léelo

 


Vivimos en un mundo de fantasía, queremos dos o tres casas, nos gustaría amasar mucho dinero y tener un coche de lujo, o dos, o tres. La belleza física es un merito importante, ya que hemos limitado y reducido nuestra existencia al plano físico. Tiene más mérito darle patadas a una pelota que escribir un libro. Nos falta carácter, voluntad y compromiso. A menudo decimos cosas que no son ciertas, y las decimos sinceramente. Estamos destrozando el planeta. El hombre explota a la mujer, el empresario al obrero, la religión explota a sus seguidores, el político a los suyos y los bancos a todos. Matamos por poder, matamos por dinero, matamos en nombre de Dios.

¿Hasta cuándo?, ¿Cuándo seremos conscientes  de nuestra ceguera, que nos impide ver la presencia de Dios en nosotros, y en todas las cosas?, ¿Cuándo dejaremos de ser una parodia de nosotros mismos?, ¿Cuándo podremos experimentar el ser queridos, respetados y comprendidos, sólo por el hecho de ser seres humanos, con independencia de si se es joven o viejo, hombre o mujer, blanco o negro, cristiano o musulmán?, ¿Cuándo empezaremos a amarnos y a valorarnos a nosotros mismos?, ¿Cuándo dejaremos de pensar en nuestro futuro, para ser conscientes de que nuestro futuro es ahora?

Y ¿Si lo hiciéramos ahora? Ahora es un buen momento para empezar a tener control sobre nosotros mismos, sin dejarnos manipular por nuestra mente, o por los políticos, o por las religiones, o por la cultura del dinero. Ahora es buen momento para no idealizar a nadie más que a uno mismo. Ahora es buen momento para fortalecer nuestra voluntad y nuestro carácter. Ahora es buen momento para empezar a ver a todos como hermanos, y sentir su sufrimiento como propio.  

Si hacemos eso, terminaremos con las desgracias colectivas de la humanidad, como el hambre, la falta de vivienda, la violación, la guerra, el racismo, la discriminación y la contaminación ambiental. Porque nada será mío o tuyo, todo será de los dos, todo será de todos.

Y así será cuando alcances a entender que no eres un cuerpo independiente separado de todo, porque eres energía interconectada con todo y con todos, así será cuando entiendas que no tienes que preocuparte por el futuro, porque el futuro no existe, es ahora; así será cuando sepas que no tienes que buscar a Dios, porque somos Dios, porque cada átomo de nuestro cuerpo físico y energético es Dios. No vale que lo leas, no vale que no discutas, no vale que realices cursos, solo valdrá cuando lo integres completamente en ti, cuando sea una creencia mucho más clara que la creencia de que eres hombre o mujer.

¿Cuándo sabrás que está integrado? Cuando no te importe la crítica de los que todavía viven en la prehistoria. Cuando tu vida sea una vida de ayuda, de servicio, de compromiso. Cuando vivas en el corazón, para tocar con tu energía al corazón de los otros. Cuando sientas que tu vida es plena, es satisfacción, es alegría, es felicidad. Cuando no desees nada, porque sabes que lo tienes todo. Cuando sientas Amor por cada persona, por cada planta, por cada animal, cuando sientas Amor por todo. 

Puedes permanecer anclado/a en tu actualidad de miedos, de envidias, de rencores, de críticas; o dar un paso de gigante y vivir en la gracia, en el conocimiento y el Amor. Esta en tu mano.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Buscando a Dios



Voy a seguir buscando a Dios a pesar de que, a veces, me parece esquivo.

Cuando parece que me da la espalda, voy a tocarle en el hombro, para que sepa que aún estoy aquí.

Cuando parece que camino solo por los barrizales de la vida, calzaré mis botas para no hundirme en el fango y continuar en Tu busca.

Cuando parece que mi mente va a ganar en la lucha fratricida que mantiene con mi alma, voy a grabar Tu imagen a fuego, a veinte centímetros de mi cara, para sentir Tu calor.

Cuando parece que la vida me abofetea, a diestro y siniestro, voy a colocar mis brazos para parar los golpes, mientras te entrego a Ti mis moratones.

Cuando parece que los míos voltean su cara para no ver como caigo, aparecen ángeles desconocidos tratando de amortiguar mi caída. Seguro que son Tus ayudantes.

Cuando parece que estás escondido, busco el agujerito por el que sé que me estás mirando.

Cuando parece que las decepciones son el desayuno en la mañana y la tristeza el almuerzo del mediodía, me preparo una suculenta cena de esperanza, para soñar Contigo.

Porque sé que eres la única razón de mi vida.

Porque nada va a conseguir que te olvide.

Porque sé que solo me has soltado un momento para que afiance mis pasos.

Porque, aunque no te sienta yo sé que estás ahí.

Y voy a seguir buscándote, aunque parezca que te escondes.

  

miércoles, 14 de diciembre de 2022

El ser humano es perfecto

 


          Creen los hombres que necesitan un líder que les conduzca por la senda adecuada, un gurú que les enseñe, un maestro que les indique el camino, un jefe que les controle, un modelo al que imitar, un ídolo al que admirar, una pareja para amar, un amigo con quien hablar, un profesional que les comprenda, un sacerdote que les perdone, un alguien sobre el que arrojar su dolor, un santo al que adorar, un dios en quien creer, un enemigo al que culpar, un grupo para meditar, una cuenta corriente que les de seguridad, un libro para aprender y una pastilla para dormir.

          Y, si ellos así lo creen, así es. Porque cada hombre sólo es el reflejo de su propio pensamiento y de su propia creencia. Y así seguirá siendo hasta que el hombre entienda que no necesita nada, que no necesita a nadie. Y no lo necesita porque el ser humano es un ser completo. Tiene todo lo que necesita para realizar con éxito su Plan de Vida.

          Puede que, en algún momento de su existencia necesite de alguien, de manera puntual, para que le ayude a abrir alguna puerta, pero, como seguro que ha leído u oído en multitud de ocasiones, la puerta ha de franquearla él sólo, porque todo el trabajo importante a realizar en la vida física es un trabajo en soledad, es un trabajo de introspección, de comprensión y de aceptación.

          Lo único que necesita el ser humano es tener conciencia de lo que es, y aceptarlo, y eso lo podrá escuchar de sus modelos y lo podrá leer en libros, pero no le va a servir para nada hasta que no lo integre en cada célula de su cuerpo.

          El ser humano es una parte de Dios. Dios es su origen y Dios es su destino. Y todo el equipaje que necesita el hombre para volver a Dios es el Amor.

          

domingo, 11 de diciembre de 2022

Por supuesto que le importamos a Dios

 


          ¿Podrían pensar nuestros hijos cuando se encuentran en el colegio enfrentados, ellos solos, a exámenes, bullying, una mañana de tos, una caída en el patio que le hace sangrar la rodilla, llorar a lagrima viva por haber perdido una canica, pasar un mal rato por no saber una lección o sentir la indiferencia de esa compañera que tanto le gusta, que no les importa a sus papás?

Por supuesto que no. Los papás están llenos de amor por su hijito y le envían al colegio porque saben que eso es lo que necesita para su crecimiento.

La Tierra es el colegio, nosotros somos los niños que estamos aprendiendo, Dios es Nuestro Papá.

¿Vamos nosotros al colegio a ayudar a realizar los exámenes de nuestros hijos?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

¿Vamos nosotros al colegio a decirle a la compañera de nuestro hijo que le haga caso?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

¿Vamos nosotros al colegio a sonarle los mocos a nuestro hijo cuando está medio resfriado?, ¿por qué iba a hacerlo Dios?

Nuestro pensamiento y nuestro amor envuelven y protegen a nuestro hijo. El Amor de Dios inunda nuestro cuerpo y vive en nuestro corazón para darnos la fortaleza necesaria que nos ayude a resistir nuestro dramático día de colegio.

Cuando nuestros hijos vuelven a casa del colegio reciben un abrazo tan grande que los problemas que tuvo en el colegio se quedan en la puerta de casa. Cuando nosotros volvemos a casa, una vez dejado el cuerpo, nos vemos envueltos en una energía de Amor tan increíble que los problemas de nuestro colegio (la Tierra), también se quedan en la puerta.

Somos ocho mil millones de niños en el colegio, todos suspirando en el patio, cuando salimos al recreo, por nuestro Papá. Todos pidiendo algo, todos suplicando, todos llorando, todos orando, todos prometiendo, todos tratando de intercambiar favores con Él.

Dios no puede y no debe hacer nada en nuestro día de colegio. Es nuestro aprendizaje. Y, lo bueno, es que, aunque llevemos malas notas al final de curso, Él nos va a recibir a todos, absolutamente a todos, con el mismo Amor y sin ningún reproche, aunque tengamos que repetir una o mil veces las mismas asignaturas.

Por supuesto que le importamos a Dios.