Querido
Dios:
Pero no, en la primera meditación llegó tu respuesta, de
manera rápida y clara, hasta el extremo de que, por la rapidez, tuve ciertos
problemas para poder ir transcribiendo toda la información.
Que me ronde o se deslice la alegría en mí interior, no
es muy habitual, ya que mi estado emocional acostumbra a transitar por
distintos matices de la tristeza, como pueden ser la melancolía y la nostalgia.
A veces pienso que alguna célula de mi cuerpo debe haber
recibido algún input de mi vida al otro lado de la vida y que, de vez en
cuando, va dejando salir ráfagas de nostalgia y soplos de melancolía que hacen
que, sin tener ningún recuerdo de la vida del alma, sienta la tristeza como si
sintiera añoranza de esa vida. Algo inconsciente debe de haber, porque son muchísimas
las veces en que me encuentro pensando en la muerte como una liberación de la
tristeza y de la monotonía de la vida.
Siempre me he preguntado para que nacemos, aunque tengo
claro que voy a dejar esta vida sin saber para que he nacido, pero que seguro
lo sabré en cuanto muera. Es una paradoja, vivir toda una vida sin saber para
que vivimos. Como decía Stephen Hawking: “Si
encontramos la respuesta al porqué de nuestra existencia y la del universo,
sería el triunfo definitivo de la razón humana, pues entonces conoceríamos la
mente de Dios".
Estoy convencido de que todas las preguntas
“existenciales” que me llevo haciendo desde que tengo uso de razón espiritual,
como son ¿para qué la Creación?, ¿para qué la vida?, ¿de dónde venimos?,
¿adónde vamos?, ¿qué he venido a hacer? y, alguna más, quedarán contestadas en
el momento de traspasar el umbral del “otro lado” y que, además, aunque ahora
estemos ávidos por saber, no será una sorpresa, porque es algo que conocemos
desde siempre.
La hipótesis del Big Bang, puede ser una explicación de
cómo se formó el universo: Un punto muy pequeño, pero enormemente denso, que,
de repente, estalló irradiando una cantidad fabulosa de energía, dando inicio al
comienzo del Universo, formándose la materia, el espacio y el tiempo.
Pero no hay hipótesis sobre el porqué. Aunque asumo lo
que dijo el papa Benedicto XVI: “La Creación
es un don de Dios y es consecuencia de un acto de amor. Decir Creación
significa afirmar que el mundo está orientado a la realización del proyecto de
amor del Creador”.
Aunque, si el mundo mismo es Dios, tal como indicas en tu
contestación, todo es parte de lo mismo. Es decir, de Ti. Por lo tanto, el ser
humano sólo puede ser un chispazo transitorio del todo. Una parte que se ha
separado temporalmente y que manifiesta, durante esa temporalidad, una
conciencia personal, pero que está llamada a unirse y fundirse en el Todo,
Es posible que el ser humano esté diseñado para que esa
temporalidad fuera corta, de muy pocas vidas. Y que esa temporalidad fuera el
tiempo necesario para experimentar el amor incondicional, y una vez
experimentado pueda el alma independiente volver a unirse con la Energía
Divina.
Sin embargo, En algún punto del camino, los seres humanos
olvidamos, no solo, cuál era la razón de la vida, sino también, de donde
procedemos. Por ello, la razón de la vida que era experimentar el amor, en un
tránsito efímero por la materia, se convirtió en un viaje de cientos o miles de
vidas con dos objetivos: Saber que nuestra procedencia es Dios y que Dios es
nuestro destino al que llegaremos una vez conseguido el segundo objetivo,
anidar la energía del amor en nuestro interior.
Reflexionar sobre todo lo que puede haber al otro lado de
la materia supone la formulación de infinitas preguntas que dudo mucho de que
con nuestra mente estemos capacitados para entender las respuestas.
No te molesto más. Gracias por escucharme.