El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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martes, 26 de agosto de 2025

El peso de la libertad

 



Entre el deseo de ser y el miedo a fallar, la voluntad se convierte en el campo de batalla donde el alma aprende a caminar sola

 

        Querido Dios:

         Supongo que a todos los seres humanos les sucede lo mismo que a mí, que en múltiples ocasiones se sienten como una simple hoja, desprendida de un árbol y que, con cualquier ráfaga de viento, se mueve sin control: adelante, atrás, arriba y abajo.

Nos has creado, físicamente, con una perfección digna de Ti, pero de la misma manera que aprendimos a caminar, tenemos que aprender a movernos por el mapa de nuestras emociones; pero con una diferencia importante, para aprender a caminar nos tomaban de la mano, para aprender a manejar las emociones no nos enseña nadie y con nuestra falta de voluntad nos vamos moviendo de la alegría a la tristeza y de la felicidad al sufrimiento en función de los acontecimientos que se van sucediendo en nuestra vida.

A veces me detengo a mirar atrás, y aunque encuentro momentos hermosos, la sensación que prevalece es la de haber desperdiciado oportunidades, la de haber cedido frente al miedo, frente a la pereza, frente a la indecisión. ¿Por qué nos resulta tan difícil sostenernos firmes en nuestros propósitos, incluso cuando esos propósitos nos hacen bien? ¿Por qué esa tendencia casi automática a postergar lo importante, a dejar para mañana lo que sabemos que daría sentido a nuestro día?

No es que ignoremos lo que es correcto. Lo sabemos, a menudo con dolorosa claridad. Y, sin embargo, nos falta el empuje necesario para actuar en coherencia con ese conocimiento. Dices en muchas de las voces que te representan que la voluntad es el motor del alma, pero, sinceramente, Señor, ¿no crees que ese motor viene sin gasolina? Nos despertamos con ilusiones, sí, pero basta una mala noticia, una crítica, una rutina pesada… y todo se desinfla. 

A veces pienso que nos diseñaste con un amor inmenso, pero que te faltó incluir un manual para entender el sistema operativo de nuestra mente y de nuestro corazón. Porque esta batalla interna entre lo que anhelamos ser y lo que terminamos siendo, entre lo que sabemos que debemos hacer y lo que finalmente hacemos… desgasta el alma. Y cuando se repite día tras día, comienza uno a sospechar si somos realmente libres o si apenas somos marionetas sacudidas por los hilos invisibles de nuestra emocionalidad voluble.

Y, sin embargo, cuando uno logra un pequeño triunfo sobre sí mismo, cuando vence una tentación, cuando cumple con una tarea que había estado postergando, cuando dice “no” donde antes siempre decía “sí” (o viceversa), siente uno que ha tocado el cielo por un momento. Entonces comprendemos que esa lucha interna vale la pena, pero… ¿por qué es tan difícil replicarla? ¿Por qué no podemos sostener ese estado de gracia un poco más?

Señor, he notado que la voluntad no se rompe de golpe, sino que se va desgastando poco a poco. Un día haces una excepción, al siguiente otro desliz, y cuando te das cuenta, ya te has alejado kilómetros de quien pretendías ser. Y lo peor es que seguimos andando como si no pasara nada, justificándolo todo con frases como “mañana empiezo” o “es que estoy cansado” o “no soy perfecto”. Lo sabemos, no somos perfectos. Pero ¿no podrías habernos hecho un poco más fuertes frente a nuestras propias excusas?

Y no me malinterpretes, no te escribo desde el reproche amargo. Te escribo desde la necesidad de comprender, desde el cansancio de arrastrar una libertad que se vuelve pesada cuando no sabemos usarla. Porque cuando no ejercemos nuestra voluntad, somos esclavos. Esclavos del placer inmediato, del miedo, del “qué dirán”, de los impulsos. Y aunque nos desagrada reconocerlo, hemos aprendido a vivir más cómodamente en la sumisión a nuestros impulsos que en la lucha por mantenernos fieles a nuestros valores.

A veces pienso que, si me dieras solo cinco minutos con la voluntad de un santo, podría cambiar el curso de mi vida entera. Pero luego recuerdo que los sbantos no la recibieron como un regalo mágico: la construyeron a golpe de caídas y de perseverancia. Y eso, en vez de consolarme, me abruma, porque sé que esa perseverancia también depende de mí… y justo eso es lo que siento que me falta.

Nos diste el libre albedrío, y con él, la posibilidad de ser héroes o cobardes de nuestra propia historia. Pero muchos días no somos ni una cosa ni la otra: solo espectadores de nuestra propia vida, mirando cómo se nos escapa de las manos lo que más queríamos lograr.

No sé si esta carta es una súplica, una queja o simplemente una forma de no sentirme solo en esta lucha interior. Pero necesito saber que estás ahí, que no nos dejas solos frente a la fragilidad de nuestra voluntad, que en algún rincón de tu silencio hay un “te entiendo”, incluso cuando no nos entendemos ni a nosotros mismos.

Gracias por escucharme, incluso cuando no tengo fuerzas para hablarte con fe. 

CARTAS A DIOS -Alfonso Vallejo


lunes, 21 de abril de 2025

Libre albedrio

 


      Querido hijo:

    Terminabas tu carta diciendo que anhelas creer en el propósito que Yo tengo para vuestras vidas. Este propósito, hijo mío, es uno compartido entre vosotros y Yo; es un propósito doble y profundamente espiritual. Primero, cuando el alma desciende a la materia, confinada en un cuerpo físico, su misión es reconocer su divinidad inherente y la hermandad con las otras almas que coexisten en esta experiencia terrenal. Segundo, y no menos importante, aprender a amar como Yo os amo: de manera incondicional, plena y eterna.

Reconocer y aceptar vuestra divinidad es una labor personal e íntima. Es un sendero solitario que cada uno de vosotros debe recorrer. Sin embargo, no os he dejado desprovistos de ayuda. Contáis con dos guías. Una de ellas reside en vuestro interior: es la intuición, esa voz delicada que susurra en lo profundo de vuestra conciencia, pero que a menudo pasa desapercibida debido al ruido constante que generan vuestros propios pensamientos. La segunda guía proviene de fuera: son las enseñanzas y los consejos ofrecidos por las religiones, todas las cuales, en su esencia, buscan acercaros a Mí, aunque empleen caminos distintos.

Para llegar a todas estas conclusiones, debéis utilizar vuestra mente. La mente es una herramienta poderosa, pero también puede ser caprichosa. Si la dejáis actuar sin control, puede conduciros por caminos oscuros y tortuosos. Dominarla es esencial, y paradójicamente, el único instrumento capaz de someterla es la propia mente. Sí, hijo mío, sé que parece un enigma, pero la fuerza de la mente bien dirigida es también la clave para dominarla.

A menudo os preguntáis por qué permito el sufrimiento y el dolor en vuestras vidas. Permíteme explicarlo de forma sencilla. Yo soy responsable de la Creación; y como la Creación es demasiado vasta para ser comprendida por vuestra mente, imagina una tarta de cumpleaños. Si tomas una porción y la desmenuzas, descubrirás que cada miga conserva el mismo sabor y esencia de la tarta original. Pues bien, si Yo soy la tarta, cada una de esas migas es un alma, creada a Mi imagen y semejanza. Mi papel como Creador termina allí, ya que cada alma tiene libre albedrío desde el primer instante de su existencia.

El alma elige encarnarse en un cuerpo físico, y también elige el aprendizaje que desea alcanzar en esa vida. Vuestras victorias y derrotas son partes esenciales de esa experiencia humana, todas ellas inscritas en un Gran Plan, diseñado cuidadosamente para cada una de las almas que transitan por la materia. Este Plan de Vida no es aleatorio; es vasto, intrincado y abarca tanto vuestro pasado eterno como vuestro presente y futuro infinitos. Cada experiencia en vuestra vida tiene un propósito; cada desafío, cada alegría y cada tristeza forman parte de vuestro crecimiento espiritual.      

Las emociones que experimentáis -ya sean alegría, dolor o sufrimiento-no son más que la respuesta de vuestra mente ante los acontecimientos. Comprendo, más de lo que imaginas, el dolor que puedes sentir ante la enfermedad o pérdida de un ser querido. Pero recuerda, esas experiencias no son castigos, sino oportunidades de aprendizaje, crecimiento o, en ocasiones, para redimir deudas kármicas.

Es fundamental trabajar los pensamientos y buscar la serenidad mental. Si aceptáis las circunstancias con amor y fortaleza, en lugar de resistirlas con sufrimiento, os liberaréis del peso emocional que os detiene y podréis entregar lo mejor de vosotros mismos, tanto para vuestro bienestar como para el de quienes os rodean.

La clave es el amor. Aprende a amar como Yo os amo, y descubrirás el propósito más profundo de tu existencia.

          Con todo mi amor.

CARTAS A DIOS-Alfonso Vallejo


martes, 5 de marzo de 2024

No es el "qué", es el "cómo"

 



«No son las cosas que nos pasan las que nos dañan,

sino nuestra opinión sobre ellas»

Epicteto

 

"No es lo que te ocurre, es cómo te lo tomas"

 

La vida está llena de giros inesperados, desafíos y momentos difíciles. En el viaje de la vida, enfrentamos una variedad de situaciones que pueden sacudir nuestras emociones y poner a prueba nuestra resistencia. Sin embargo, lo que realmente determina nuestro bienestar y nuestra capacidad para superar los obstáculos no es tanto lo que nos sucede, sino cómo elegimos responder ante esas circunstancias.

Es fácil ser arrastrado por las olas de la adversidad, sentirnos víctimas exclusivas de los acontecimientos. Sin embargo, en lugar de quedarnos anclados al sufrimiento, podemos despertar nuestras actitudes y diseñar estrategias para enfrentar los problemas.

En el corazón de esta idea radica el poder del pensamiento y la percepción. Dos personas pueden experimentar exactamente la misma situación, pero sus reacciones pueden ser radicalmente diferentes. Esto se debe a que cada individuo interpreta los eventos a través de su propia lente emocional y mental. Mientras que algunos pueden ver un revés como una oportunidad para crecer y aprender, otros pueden percibirlo como una tragedia insuperable.

Reconocer la importancia del cómo nos tomamos las cosas no significa ignorar la realidad de nuestras emociones. Es natural experimentar tristeza, ira o frustración frente a los desafíos de la vida. La clave radica en no permitir que esas emociones nos controlen o nos definan.

Recuerda que somos los arquitectos de nuestra propia felicidad y bienestar. Aunque no podamos controlar todas las circunstancias externas, siempre tenemos el poder de elegir nuestra actitud y respuesta frente a ellas. Al abrazar esta verdad, podemos transformar incluso los momentos más difíciles en oportunidades para crecer, aprender y prosperar.

El libre albedrío consiste en esto. No podemos controlar lo que llega a nosotros, porque es algo ya pactado por el alma para llevar a buen término alguna de las razones de la vida, pero si podemos, y para eso estamos aquí, en la materia, elegir nuestra respuesta ante las adversidades. Esto es, precisamente, el crecimiento que hemos venido a intentar conseguir en este valle de lágrimas o en este camino de rosas. Es nuestra elección, de nosotros depende.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Conectar con el corazón y elegir

 


Querido hijo:

Tienes toda la razón cuando dices que la mente humana no está capacitada para entender todas las respuestas, sobre todo aquellas que no tienen relación con la materia, que están fuera del espacio conocido o que no pueden ser medidas con un reloj de tiempo porque su medida siempre es “ahora”.

Sé de tu afán por saber y conocer que hay al otro lado de la vida, pero…, contesta una pregunta, ¿para qué te serviría ese saber? ¿Tú crees que conocer las actividades que realiza el alma cuando se encuentra en el espacio “entre vidas”, sería de utilidad para tu trabajo en la materia?, ¿te ayudaría a tener más paciencia?, ¿cambiarían en algo tus terapias?, ¿cambiarías la receta de los garbanzos?

Yo voy a contestar, por ti, esas preguntas: No te serviría para mejorar en las actividades que realizas en la materia. Entonces, si no lo vas a entender y no te va a ser útil, ¿para que insistir? Olvida el tema y enfócate en lo que, además de conocido, es imprescindible para tu crecimiento y tu desarrollo espiritual.

Has podido comprobar que es muy fácil contactar conmigo cuando estás en meditación.

Percibir mis señales es muy sencillo, sólo tenéis que permanecer en silencio, sólo tenéis que atravesar el espacio que existe entre vuestro pensamiento y vuestra sensación, sólo tenéis que aparcar el pensamiento y centrar la atención en el corazón. Ahí vivo Yo en nosotros. Y para llegar no vale escuchar discursos llenos de amor, ni asistir a misas donde se hable de Mi. El ser humano ha de encontrarme en solitario. Sin embargo, así como no vais a salir en la búsqueda de un tesoro si no se sabe que existe, habéis de tener el pleno convencimiento de que Yo habito en nuestro interior para establecer contacto.

La vida es una escuela en donde cada persona elige las materias a estudiar. Yo os he dejado elegir libremente las asignaturas. Pero al final de la “carrera” hay una tesis obligada: “Encontrarse conmigo”. Para la realización de la tesis no está establecido que haya que estudiar una vida o miles de vidas, se me puede encontrar en un instante, o se puede tardar una eternidad. No me busquéis en el cielo, ni en las iglesias. Buscarme en vuestro interior, porque mientras no me encontréis en vosotros, permaneceréis en la vida repitiendo curso una y otra vez.  

Sois libres, tenéis capacidad de elección, pero pocos son los que eligen lo bueno. Casi todos elegís sufrir, elegís el miedo, enfadaros con vuestros hermanos, elegís la ansiedad, la tristeza, la enfermedad, el dolor, la soledad.  Con lo fácil que es cambiar el punto de mira, recorrer el camino que os separa de vuestro corazón y elegir la felicidad, elegir la alegría, elegir el Amor.

Permíteme hablarte un poco más del poder de elección que os he dado.

Continuará.......

(Del libro Cartas a Dios de Alfonso Vallejo)

sábado, 29 de octubre de 2022

¿Destino o libre albedrio?

 

 

Jueves 20 de octubre 2022

 A veces pienso si una decisión de tal calibre, que cambió, completamente, mi vida y, no solo la mía, sino, también, la de mi esposa, y algunas otras personas de nuestro entorno, fue una decisión tomada en total libertad, haciendo uso del, tan manido libre albedrío, o fue algo manipulado, por eso que llamamos destino, aunque yo prefiera calificarlo como Plan de Vida.

Si solo tenemos en cuenta las circunstancias por las que tomé la decisión: una meditación, una especie de alucinación ocurrida en ella, la ¿coincidencia? de estar leyendo determinado libro y el recuerdo de una canalización, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que sí, que fue una decisión, libremente, tomada bajo el paraguas del libre albedrío. Yo era libre de seguir con mi vida o cambiarla. Aunque, fueron muchas casualidades, causalidades o sincronicidades juntas

Pero analizado desde hoy, 20 de octubre de 11 años después, con la perspectiva que da el paso del tiempo y con lo ocurrido en estos años, tengo serias dudas de que haya sido una decisión tomada libremente y me inclino a pensar que el destino tuvo mucho que ver y que estaba marcado a fuego.

Y si no, opinen.

Lo voy a hacer muy breve. Cuando llegamos a Cusco, comencé a dictar clases de yoga y realizaba terapias y meditaciones de manera gratuita. Bueno, nada más llegar no, porque tardamos 8 meses en conseguir todos los permisos para poder iniciar las actividades. Comenzamos en noviembre del año 2011.

Mi esposa, por su parte, comenzó a trabajar de voluntaria en un hogar de acogida para niños que se encontraba detrás de nuestra casa.

Lo que voy a relatar, que me parece la verdadera razón para nuestro traslado al Perú, ocurrió en la última semana de febrero del año 2012, un año después de nuestra llegada al Perú.

En el hogar donde mi esposa trabajaba de voluntaria llevaron a un bebé con una semana de nacido. En ese momento, en el hogar, había un brote de varicela, por lo que el doctor que asistía, (también de manera gratuita), a los niños, en el hogar, aconsejó que se aislara al bebé recién llegado.

Estuvo aislado durante casi dos semanas, tiempo en el que mi esposa pasaba con él la mayor parte del día. Surgió una especie de enamoramiento entre ambos y, después de hablarlo en casa, decidimos solicitar ser familia de acogida para ese niño.

Ese niño, hoy es, legalmente, nuestro hijo y está a punto de cumplir 11 años.

Algún día escribiré sobre él en este diario, porque es un personaje. Ahora solo voy a decir que, gracias a él, mi trabajo de aprender a amar, de manera incondicional, está dando un salto en cantidad y calidad y, estoy convencido, que no se ha dado en ninguna de mis vidas anteriores.

Así que, ¿estoy en Perú por una decisión tomada bajo el paraguas de mi libre albedrio o solo estaba siguiendo mi destino? Los caminos del Señor son inescrutables.

martes, 12 de junio de 2018

Karma inexorable


          Lo primero que se podía apreciar en Yerena era su hermosura, pero al segundo siguiente su hermosura quedaba eclipsada por su inteligencia, por su carácter y por su determinación. Y como una guinda adornando el pastel, la personalidad de Yerena, que lo llenaba todo, estaba adornada por un poder sobrenatural que se concretaba en su habilidad para curar, para predecir el futuro o para ponerse en contacto con los espíritus.

            Todo parecían virtudes en Yerena, sin embargo, no era oro todo lo que relucía. Yerena, hija de un señor feudal en la Alemania medieval, utilizaba sus poderes para su propia satisfacción, sobre todo, para satisfacer a su ego acumulando una conquista tras otra, embaucando a cualquier hombre del que se encaprichara, ya fuera caballero o campesino, ya estuviera libre o comprometido.



            Cierto día paseando por los jardines del palacio de su padre, se encontró con Ermo que se encontraba arreglando las plantas. Ermo era un hombre joven, guapo, fuerte, y nada más verle una corriente de energía circuló por el cuerpo de Yerena. Se acercó y estuvo observándole mientras trabajaba, a la vez que pensaba, “este hombre ha de ser para mí”.

            No le importó que Ermo tuviera una esposa a la que amaba, ni le importó que tuviera tres hijos de corta edad. Le acechó, le hechizó, contactó con espíritus de la oscuridad para que la ayudaran en su propósito. Y así, dos meses después podía consumar su capricho.    

            La esposa de Ermo lloró y suplicó, sin entender el cambio que había ocurrido en su esposo. La desesperación la estaba dejando exhausta, y no podía permitírselo, porque tenía que sacar adelante a sus tres hijos, de los que Ermo parecía, en su embrujo, haber olvidado.

-       Mira a los ojos a Ermo, le dije a Adelaida, a ver si te recuerda a alguien de esta vida actual.

Adelaida estaba en regresión y había acudido a la consulta para tratar de entender porque su esposo, con el que llevaba dieciocho años de feliz matrimonio, de la noche a la mañana, hace tres meses, se fue de casa para irse a vivir con otra mujer.

-       Es mi esposo, contestó Adelaida.
-    Y mira ahora a la esposa de Ermo, a ver si te recuerda a alguien, aunque de sobra conocía la respuesta.
-       Si, contestó, es Silvia, la nueva pareja de mi esposo.

El entendimiento de Adelaida fue total.

Fuera ya de la regresión:

-       ¿Has comprendido como funciona al Karma?, pregunté.
-   Completamente, contestó, pero ahora ¿qué?, vamos a estar así eternamente quitándonos el marido una a la otra.
-   No, le dije, hay que romper ese círculo Y ahora está en tu mano romperlo. Perdona a tu esposo y a su nueva pareja hasta que no quede en tu interior ni un ápice de ira, de rabia, de pena, de tristeza o de rencor. Tienes que conseguir pensar en ellos sin ninguna emoción negativa, a pesar, incluso, de lo que hagan o digan a partir de ahora. Lo bueno sería que pensaras en ellos con amor, pero no me atrevo a pedirte tanto. Cuando ya no quede ningún resto de emoción negativa en tu interior habrás cerrado ese capítulo para siempre.
-  Si se negara a pasar la pensión o hicieran alguna otra cosa que pudiera afectarnos negativamente, ¿qué?,preguntó.
-       Para eso están las leyes de los hombres, le respondí. Denuncia todo lo que creas que tienes que denunciar, pero no te mantengas anhelante con su resolución, ni desees una sentencia determinada. Con tu deseo de venganza solo mantienes abierto el círculo del Karma.



martes, 29 de noviembre de 2016

El libre albedrío (La vida de Kepha)

Continuación de “El Plan de Vida (La vida de Kepha)”

El libre albedrío es la capacidad de elección del ser humano. Pero se ha de tener en cuenta que esa capacidad de elección tiene ciertos límites. Imagina que existe un camino de varios kilómetros de ancho, delimitado en toda su lateralidad por dos murallas de 100 metros de altura desde el inicio hasta el final del camino. A ese camino se accede por una puerta. Esa puerta es el nacimiento, es la llegada a la vida de la materia. Cada alma tiene su puerta, cada alma tiene su camino, y una vez dentro del camino no se tarda mucho en encontrar otras puertas para seguir avanzando. Es la primera elección en la vida física, que en estas primeras ocasiones son los padres los que van eligiendo por sus bebés. Ellos lo siguen haciendo hasta determinada edad, ya que son los padres los que deciden la guardería, el colegio y el tipo de educación que van a recibir sus hijos. Pero elijan los padres o los hijos, se van encontrando puertas por la que atravesar. Cada caminante puede elegir la puerta que desee, y es claro que al otro lado, en cada una de las puertas se va a encontrar vivencias diferentes. Y nuevas puertas, y nuevas decisiones, siempre eligiendo cual traspasar, y así va a ser hasta el final del camino, elección tras elección.


Cada persona puede ir eligiendo puertas, traspasarlas, volver atrás o quedarse sentada en el quicio de la puerta, pero lo que no podrá hacer nunca es saltar por encima de las murallas que delimitan el camino para pasar a un camino contiguo, ahí se acaba el libre albedrío, no se puede salir del camino al que se ha accedido a través de la puerta del nacimiento. Será rey o mendigo, rico o pobre, pero siempre siguiendo su Plan de Vida establecido, sin saltarse ni una coma.

¿Cómo saber cuál es la puerta correcta?, no se sabe.

¿Se podría pensar entonces que es cuestión de suerte elegir el camino correcto? No, nada tiene que ver la suerte en las elecciones de vida. Pero de lo que se puede estar completamente seguro es que nunca hay decisiones erróneas. Es cierto que los resultados de algunas decisiones pueden causar sufrimiento, pero eso no significa que se haya elegido una puerta equivocada. El sufrimiento es una asignatura para el crecimiento, es una asignatura para aprender a amar, desprendiéndose del miedo, que es la causa de cualquier sufrimiento. El error sería permanecer en el camino del sufrimiento durante mucho tiempo, sin atreverse a traspasar una nueva puerta.

Las elecciones que se hacen en cualquier momento de la vida, son siempre correctas, ya que son las mejores que se pueden hacer teniendo en cuenta la situación de la persona. Nadie elije mal a propósito, nadie elije el sufrimiento.

En el Plan de Vida para cada alma se recoge todo lo que se puede encontrar en función de la puerta que elija. La programación de una vida es muy compleja, ya que se contemplan muchísimas posibilidades en función de la elección de cada puerta. Son muchos los Planes de Vida de muchas almas que tienen que coordinarse para que se den los encuentros que se tienen que dar, y nadie sabe, ni a este ni al otro lado de la materia cual va a ser la puerta elegida por la persona.

Hay situaciones recogidas en el Plan de Vida que se pueden realizar o no, según sea la elección de la persona. Pero existen otras situaciones programadas que se han de realizar ineludiblemente.

El libre albedrío también interviene es estas últimas, de tal manera que la puerta que va a llevar a esa situación, la cual es imprescindible experimentar, va a aparecer junto a las otras puertas en cada etapa del camino. Si siempre se obviara esa puerta, llegaría un momento que esa sería la única opción que la persona iba a tener delante.

En la Tierra el Plan de Vida no suele cumplirse al cien por cien, ni al cincuenta, y posiblemente ni al veinticinco por ciento. Sin embargo, los que al otro lado de la vida tienen relación con el alma encarnada, como pueden ser sus guías y los Maestros, lo tienen en cuenta al cien por cien. Lo tienen tanto en cuenta que cuando el ser pone su vida en manos de Dios, con una fórmula parecida a “Señor, hágase Tu Voluntad”, lo que hace es ponerse en contacto con el alma y con el Plan de Vida.

Ningún Ser al otro lado de la vida va a interferir en la programación que el alma ha aceptado realizar en su vida física. Nunca, bajo ningún concepto.

-      Kepha, si te dieran a elegir, ¿Qué misión elegirías para tu próxima vida? Preguntó uno de los Miembros del Consejo.


Continuará…………….

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El Plan de vida (La vida de Kepha)

Continuación de “La Tríada de la Ascensión (2)”
   
          Ante esta perspectiva, Kepha en su meditación trataba de impregnar, en cada átomo de energía de su ser, la memoria de lo que es, de su hermandad con el resto de almas, de su divinidad, de su eternidad, del Amor que todo lo envuelve, del Amor de Dios. Pero no era fácil. Porque todo dependía de su programación de vida, y estaba tan…, cansado podría ser la palabra, de entrar en un cuerpo, de arrastrar el ego, de buscar con desesperación a su alma, de sufrir la separación de Dios, que daría cualquier cosa porque fuera la última vez. Podría aceptar cualquier misión, o una vida larga y de dolor. Y aunque él sabía que la última palabra iba a ser la suya, también estaba seguro que aceptaría, con gusto, como todas las almas, cualquier Plan presentado por los Maestros del Consejo para su vida.



-      Si no fuera porque la vida en la materia es el camino más rápido para unirnos a Dios, no volvería. Es muy cansado, es aburrido. Visto desde aquí es muy corto, es un suspiro, pero una vez en el cuerpo es demasiado intenso, lento, pesado y largo. Me ayuda a preparar la nueva vida el ansia que tengo de unirme con Dios. Le respondió a Jesús.
-      Lo sé hijo mío, pero cada vez está más cerca. Cada vez despiertas antes de la ilusión de la vida. Le respondió Jesús.

Kepha se acercó al templo donde los Señores del Karma o Consejo Kármico presentaban, al ser próximo a la encarnación, un proyecto general de Plan de Vida, organizado por ellos, tomando como base tres aspectos importantes: Uno, el objetivo a conseguir; dos, la cantidad de Karma pendiente con posibilidades de ser liberado y tres, el punto de partida, en función de la trayectoria y experiencias de vidas anteriores. Ya que son los miembros de este Consejo Kármico quienes deciden cuándo y cómo encarna cada alma.

Los miembros del Consejo invitaron a Kepha a tomar asiento frente a ellos. Permanecían sentados en semicírculo, por lo que podía ver a todos perfectamente. Detrás de ellos también estaban sentados Maria, Jesús y sus amigos más afines, con los que había compartido muchas vidas, haciendo de guía o siendo guiado por ellos, o sencillamente encarnados actuando en roles muy próximos. Y estaba también Erihak.

Erihak era…. su alma gemela. Habían encarnado juntos en un ochenta por ciento de sus vidas, casi siempre como padre e hijo. Su evolución había ido pareja, traspasándose los conocimientos de uno al otro. ¡Cuánto le gustaría a Kepha que Erihak le acompañara también en este viaje!

Se encontraban en una sala circular, blanca y luminosa. Para llegar a ella había que atravesar un enorme pasillo, muy ancho, con sillas a ambos lados que flanqueaban puertas en las que los mismos miembros del Consejo y sus ángeles ayudantes iban recibiendo a almas o grupos de almas, en función de su despertar, para entregarles el que sería su Plan de Vida.

Las almas que se encontraban total y absolutamente dormidas recibían las instrucciones en grupos reducidos, en lugar de recibirlas de manera individual, ya que el grupo iba a permanecer prácticamente unido durante toda su experiencia en la materia hasta lograr algún mínimo avance en su despertar y en su camino hacia Dios que les pudiera llevar a independizarse completamente en un futuro, e iniciar así su camino de despertar individual.

Estas almas después de cada transito en la materia, volvían a agruparse según iban descarnando para purificarse y volver a preparar una nueva vuelta a la materia con su grupo establecido.

Las almas más adelantadas eran recibidas de forma individual para presentarles su Plan específico de Vida.

El Plan de Vida es, sin lugar a dudas, el aspecto más importante del proceso de encarnación y la auténtica hoja de ruta del alma en la materia. Es la máxima Ley que va a regir la vida del alma una vez en la materia. Nada ni nadie va a ir en contra de ella.

En cada Plan de Vida aparecen reflejados aspectos que se pueden cumplir o no y otros que se tienen que cumplir si o si. Aunque el Plan de Vida es la guía suprema de todas las almas, y ninguna otra ley va a ir en su contra, (incluida la famosa Ley de la Atracción), sí que hay algo que puede variar en algún aspecto dicho plan, ya sea en su realización, en la forma de llevarse a cabo, o en el tiempo en que va cumpliendo lo recogido en el Plan. Ese algo es “el libre albedrío del ser humano”.

Continuará………



miércoles, 19 de octubre de 2016

Libre albedrio

PERLAS PARA EL ALMA


El ser humano es responsable de todos y cada uno de sus pensamientos, de todas y cada una de sus palabras, de todos y cada uno de sus actos y de todas y cada una de sus omisiones, nada de esto está en el Plan de Vida. 

Dios, en su infinito Amor, ha dejado que el ser humano actúe según su conciencia, sin inmiscuirse para nada ni en las decisiones ni en las realizaciones de su vida. El único responsable de lo que pasa y de lo que no pasa es el ser humano.

El Plan de Vida es una guía de realización, con el único propósito de crecimiento de la persona. Seguirlo o no, es potestad de ella misma.


viernes, 27 de mayo de 2016

La elección del alma

PERLAS PARA EL ALMA


La programación del alma, las elecciones que esta hace a través de la organización del Plan de Vida no tienen más objetivo que llevarnos a la única, a la auténtica, a la verdadera realidad, de que somos hijos de Dios, que de Él venimos, y a Él vamos. Y vamos a ir todos. Ninguno se va a quedar en el camino. Esta es la elección del alma.


Y esta elección es a la vez nuestro destino. El punto de partida es Dios, el destino también es Dios. Y entre la salida y la meta podemos divagar todo lo que queramos, nadie nos lo va a impedir, solo estaremos retrasando nuestra propia grandeza. Esta divagación es otra nueva elección, esta divagación es nuestro propio albedrío, que nos mantiene atados al sueño, a la ilusión, a la quimera de creer que somos un cuerpo. 


martes, 10 de mayo de 2016

Solo tú eres responsable

PERLAS PARA EL ALMA


El ser humano es responsable de todos y cada uno de sus pensamientos, de todas y cada una de sus palabras, de todos y cada uno de sus actos y de todas y cada una de sus omisiones, nada de esto está en el Plan de Vida. Dios, en su infinito Amor, ha dejado que el ser humano actúe según su conciencia, sin inmiscuirse para nada ni en las decisiones ni en las realizaciones de su vida.


domingo, 6 de marzo de 2016

Libertad

PERLAS PARA EL ALMA


Cuantas personas crecen, envejecen y mueren, sin tan siquiera plantearse, ni una sola vez en su vida, que es lo que están haciendo aquí. De la misma manera que no se cuestionan que el Sol salga cada día.

Pero se lo planteen o no, la vida es una escuela en donde cada uno de nosotros aprende y practica las lecciones correspondientes a su nivel de estudio, a su nivel de evolución. Y en nuestro libre albedrío podemos hacer la vida que queramos, Dios nos lo permite, nos permite adecuar nuestro aprendizaje. Somos libres para vivir nuestra vida, somos libres para practicar las lecciones o darle satisfacción al cuerpo físico, somos libres para ser felices o para sufrir, somos libres para sentirnos culpables o para amar, somos libres para perdonar o para odiar.




lunes, 30 de noviembre de 2015

Una nueva palabra: Electino


La vida es “Electino”, es elección y es destino.
Hari Krishan Singh.

            Si decimos que todo en la vida es elección, estamos en lo correcto. Antes de nacer el alma programa con total libertad lo que va a ser su vida en la materia. Por lo tanto ha sido su elección.
            Si decimos que todo en la vida es destino, también estamos en lo correcto. Una vez en la vida el ego no recuerda absolutamente nada, sin embargo la programación se va cumpliendo. Es decir ese ego está marcado por la programación de su alma, que a este lado de la vida bien se puede denominar destino.
            Si decimos que la vida está repartida entre elección y destino, también estamos en lo correcto. Es cierto que se cumple la elección programada. Es cierto que al no recordar para el ego es destino. Pero también es cierto que sus reacciones ante los distintos acontecimientos de la vida son fruto de su propia libertad, de su libre albedrío. Por lo tanto nueva elección.
            Son muy pocos, poquísimos, los afortunados que pueden vivir, más o menos parcialmente desde el alma. Aunque realmente no es cuestión de fortuna, es cuestión de trabajo, es cuestión de trabajar para recordar quienes somos.


            La programación del alma, las elecciones que esta hace a través de su programación no tienen más objetivo que  llevarnos a la única, a la auténtica, a la verdadera realidad de que somos hijos de Dios, que de Él venimos, y a Él vamos. Y vamos a ir todos, ninguno se va a quedar en el camino. Esta es la elección del alma.
Y esta elección es a la vez nuestro destino. El punto de partida es Dios, el destino también es Dios. Y entre la salida y la meta podemos divagar todo lo que queramos, nadie nos lo impide, solo estamos retrasando nuestra propia grandeza. Esta divagación es otra nueva elección, esta divagación es nuestro propio albedrío, que nos mantiene atados al sueño, a la ilusión, a la quimera de creer que somos un cuerpo.
 Y como creemos que somos un cuerpo, nos condenamos, con nuestra propia elección a vivir atados al cuerpo, a vivir atados a nuestra cuenta corriente, a vivir atados a nuestras fantasías, a vivir atados a nuestra intolerancia, a vivir atados a nuestra discriminación, a vivir atados a nuestro miedo, a vivir atados a nuestro orgullo, a vivir atados a nuestra imagen, a juzgar a todo lo que se mueve, a criticar a todo lo que pasa por nuestro punto de mira. Y todo esto significa seguir separados de Dios.
Lo mejor no es preguntar si la vida es lección o es destino, lo mejor es vivir la vida, viendo a Dios en todo, viendo a Dios en todos. Decía Yogui Bhajan que si no puedes ver a Dios en todo, entonces no puedes ver a Dios.