………..Continuación
Empieza
haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible;
y de repente estarás haciendo lo imposible.
San Francisco de Asís.
Ahora que hemos pasado por el primer
peaje de la Fe, ya somos conscientes de que todo lo que nos ha enseñado la
sociedad no nos lleva a ninguna parte, porque todas las enseñanzas recibidas
son para el cuerpo, un trabajo mejor, una casa más grande, una pareja con un
apellido ilustre y una jugosa cuenta corriente, más dinero, más dinero, más
dinero, más poder, más poder, más poder, seguir los cánones de moda y de
belleza, y un sinfín de cosas más que ni tan siquiera llenan, aunque sea de
manera parcial, nuestra ansia de felicidad. Todo esto, aderezado, en algunas
ocasiones, con lo que parece ser una enseñanza o un alivio para el alma,
(reunión dominical, según la religión, procesiones, novenas, etc.), enseñanzas
engañosas, porque los enseñantes, no predican con el ejemplo, y lo único que
buscan, (siempre hay honrosas excepciones), es el mismo poder social y
económico que buscan sus feligreses. Con el agravante de que ellos juegan con
los sentimientos de las personas, y para conseguir ese poder, no dudan en
atemorizar hasta extremos insospechados a sus seguidores.
La conciencia social, políticos, religiosos, los estándares de salud y de belleza nos dan modelos y
normas de cómo deberían ser las cosas, o de cómo deberíamos comportarnos.
Tratan de definirnos lo que es bueno, lo que hay que hacer, lo que está bien
visto, y lo que no. Y lo único que consiguen, es llenar nuestra conciencia de
miedo. Miedo en infinidad de variantes: miedo al rechazo, miedo a la soledad,
miedo a Dios, miedo a la pobreza, miedo al miedo. Y esto hace que la persona
necesite reafirmarse a si misma constantemente, buscando siempre validación
externa, buscando la aprobación del exterior, buscando la aprobación de
cualquiera, sea quien sea, que se encuentre a su alrededor. Toda nuestra vida
se ha construido, de manera inconsciente sobre ese miedo. Porque vivimos desde
la mente. Cuando la mente es nuestro centro, estamos encogidos por el miedo y
eso nos hace estar constantemente a la defensiva, siempre nos falta algo,
siempre tenemos necesidad de más: Más amor, más dinero, más poder, más
aceptación, más atenciones.
La base de nuestros pensamientos y sentimientos es como un agujero
negro, un vacio que nunca puede ser llenado, y para aliviar ese miedo, para tratar
de llenar ese vacío, nos vamos al exterior y nos aficionamos al poder, al
halago, a la admiración. Confiamos en el juicio de otras personas, ¡que poco
nos valoramos y queremos!, no confiamos en nosotros, y le damos nuestro poder a
cualquiera que pasa por delante de nosotros.
Confiamos en el juicio de otras personas y nos ponemos nerviosos sobre
lo que la gente piense de nosotros. Es importante para nosotros porque nuestra
autoestima depende de eso y, sin embargo, nuestra estima desciende y desciende,
porque hemos entregado nuestro poder a otras personas.
Algo hemos de cambiar. Si ya
hemos cambiado la idea de lo que somos, también se ha de comenzar a cambiar la
manera de hacer las cosas. Lo que sucede cuando intentamos
despegarnos de nuestras creencias, es que nos podemos encontrar con un problema
añadido, ya que cuando nos dejamos de identificar con lo que siempre hemos
hecho y con lo que nos han enseñado, se genera un estado de confusión, y nos
surgen las preguntas del millón, ¿Qué quiero realmente?, ¿Quién soy?, etc.,
etc.
Y así llegamos a nuestro segundo peaje “ACEPTACIÓN”. El trabajo de
aproximación a la Luz no es más que un trabajo de sanación, que se ha de
realizar aceptando. ¿Aceptando qué?: Aceptando lo que somos, aceptando el
dolor, aceptando el sufrimiento, aceptando el miedo, aceptando lo que nos
parecen limitaciones, aceptando nuestra vida.
Cuando se consigue aceptar la vida y lo que la envuelve, la persona se
ablanda, tolera, perdona y ama.
Se dice muy rápido que hay que aceptar la vida, sin embargo, nuestra
conciencia lleva mucho tiempo generando un patrón de conducta que hace difícil
cualquier cambio. ¿Qué hay ahora en la conciencia?, ¿Qué es lo que tiene que
cambiar?: Tenemos que ser conscientes de que estamos atados a nuestros
pensamientos, para permitir que estos cambien y desaparezcan las viejas
energías, y así despertar a una conciencia basada en el corazón.
Sólo cuando nos demos cuenta de que el vacio en el que estamos
inmersos no puede ser llenado de ninguna manera desde el exterior, empieza el cambio, empieza la aceptación.
Aceptar significa no juzgar
nada, ni nuestro, ni de los otros, ni del interior, ni del exterior, las cosas
son como son y no hemos de tener ningún interés en como deberían ser, en como
tendrían que ser, en como pensamos nosotros que han de ser.
Hemos de comenzar a vivir desde el corazón, porque el corazón, al
contrario que la mente, está interesado en todo lo que es, sólo en lo que es,
no en lo que se juzga como bueno o como malo; y si nos abrimos a vivir desde el
corazón nos liberamos del juicio de manera inmediata, y aceptamos quienes
somos, sin más. No quienes queremos ser, o quien quiere la sociedad que seamos,
aceptamos quienes somos.
Toda esta teoría de vivir desde el corazón, y de aceptar, suena muy
bien, sin embargo, los miedos, los traumas, los sufrimientos, siguen ahí. Es
como si quisiéramos engañar a la mente, y no se trata de engañarla, se trata de
limpiarla.
Todos los miedos, todos los traumas, todos los sufrimientos, son
experiencias del pasado, y eso es lo que hay que sanar, eso es lo que ha de
desaparecer. ¿Cómo?: volviendo al pasado, volviendo a la experiencia, pero de
una manera amorosa, es decir, revivir la situación, pero estando centrados en
el corazón, no dándole vueltas a la mente. Y así simplemente observando lo que
sucede, se crea una especie de separación entre el suceso y la persona, y es
esa separación la que hace a la persona dueña de la realidad, pudiendo aceptar
el suceso completo, sin volver a enjuiciarlo, ya que la persona comprende desde
el corazón, que para todo hay una causa, es una experiencia más para el alma, y
no tiene por que quedar grabada en la mente.
Cuando somos capaces de relacionarnos con todos los papeles y todas
las escenas que hemos ido interpretando en nuestra vida, quedamos libres para
vivir desde el corazón. Es entonces cuando estamos preparados para circular
hasta el siguiente peaje, que no será otro que comenzar a trabajar
conscientemente nuestras debilidades, nuestros vicios, nuestros malos hábitos.
Continuará………………..