El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




Mostrando entradas con la etiqueta Reproches. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Reproches. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de diciembre de 2015

Derribando tabúes de la pareja


            Un alto porcentaje de infelicidad y sufrimiento tiene su origen en la relación de pareja, cuando curiosamente elegimos a nuestra pareja para, en teoría, pasar toda una vida de felicidad.
            Hay parejas, o mejor dicho los miembros que componen la pareja, que después de cierto tiempo sienten que les falta algo, que no disfrutan con la relación, que no son felices, que se sienten incompletos. Y, por supuesto, la relación comenzó con todos los requisitos necesarios: Maripositas en el estómago, un estado de devoción en el que casi tocaban a Dios, una necesidad permanente de verse, tocarse, escucharse, sentirse, con cara de iluminados por su sonrisa permanente y con un olvido total del resto del mundo.
            Después de esos comienzos, pueden haber establecido una relación legal o de hecho, no importa, los papeles están bien para las cuestiones legales, pero para la cuestión del “ser”, para las cuestiones energéticas, para los compromisos adquiridos o para su compromiso con Dios, (si, con Dios), no importa si la relación es legal o no.


            Y al cabo de cierto tiempo, no importa cuánto, ni como era el tipo de pareja formada, ¡Oh, el amor se acabó!, y ahora ¿Qué?, porque las estructuras sociales, religiosa, familiares y en muchas ocasiones económicas, les obligan, aunque mejor estaría decir se obligan ellos mismos, a seguir juntos, con todo lo que eso significa: silencios, gritos, rencores, chantajes, infidelidad, engaños, maltratos, etc., etc.
            A pesar de esas estructuras sociales, es posible que se separen unos veinticinco millones de parejas anualmente en el mundo, (son cálculos extrapolados), y en muchos casos, no en todos afortunadamente, también es posible que antes, durante y después de la separación, o uno o los dos miembros de la pareja, hagan la vida imposible al otro.
El origen del problema no es otro que el desconocimiento de lo que es una relación de pareja y de la razón por la que se forma, así como del ingrediente o ingredientes imprescindibles, tanto para mantenerla como para darla por concluida.
Toda nuestra vida gira en rededor de parámetros erróneos, siendo el más grave la creencia de que somos un cuerpo, sin ninguna misión, salvo la de ser “personas de provecho” y conseguir lo mejor: mejor empleo, mejor casa, mejor coche, mejor pareja, mejores hijos, mejor todo. Como consecuencia de eso, todas nuestras acciones van a ser erróneas después de una lucha despiadada y sin cuartel con la propia vida.
Los seres humanos llegamos a la vida con un Plan establecido. Recogido en ese Plan se encuentran nuestras relaciones. Por lo tanto primer error: Las relaciones no son fruto de la casualidad o del encuentro con nuestra media naranja o nuestra alma gemela; las relaciones se establecen para aprender algo, para enseñar, para recibir algo que se debe o para pagarlo y están establecidas de antemano, de la misma manera que está establecida su duración, no tanto en tiempo,  ya que el tiempo solo es algo inherente a la materia y el Plan viene establecido desde el otro lado de la vida, sino en cuanto a la conclusión del trabajo, o cuando se comprueba que el trabajo va a ser irrealizable, (como sucede en un alto porcentaje de parejas).
Por lo tanto sería bueno desterrar la romántica idea de que se establece una relación para toda la vida, porque no va a ser así, o no va a ser así en un ochenta por ciento de relaciones, aunque no todas llegan a romperse. Si prefieren sufrir y ser infelices, es su decisión.
El segundo problema o error es que en las relaciones está ausente el Amor, y está ausente porque eso es justamente lo que tratamos de aprender con nuestras encarnaciones en la materia vida tras vida. No sabemos Amar, y lo que llamamos amor, que es en lo que basamos la relación, no es más que una mezcolanza de apego y deseo. Si a esa mezcla le añadimos el pensamiento social, la presión familiar, el fariseísmo religioso, los hijos y la posible precaria situación económica, la ruptura de la pareja es como una bomba atómica explotando en el salón de la casa familiar.
La metralla de la bomba son un sinfín de desencuentros en los que se llegan a utilizar hasta los niños como arma arrojadiza. Hay una parte de la pareja, normalmente los padres, que puede llegar a perder completamente el contacto con sus hijos por las maniobras y malas artes de la otra parte. Es terrible.
Todo esto se podría evitar si todos fuéramos conscientes de nuestro papel en la vida. Pero ya que eso parece difícil de conseguir podemos asirnos al amor, aunque sea esa emoción que sentimos los humanos. Si se pusiera un poco de amor en la pareja es posible que se pudiera mantener en la ruptura y utilizarlo en la separación junto con el respeto y la generosidad, aplicando además la Regla de Oro: No quieras para el otro, lo que no quieres para ti. Así no se utilizarían a los hijos como arma arrojadiza, no existiría ningún tipo de chantaje, y los dos miembros de la pareja arreglarían la vida de separados conjuntamente, de la misma manera que organizaron de manera conjunta la unión.
Siempre en estos casos se comenta “Es que las cuestiones del corazón son difíciles”. El comentario es erróneo, la formación de la pareja y su separación solo es una cuestión de la mente, otra cosa sería si entrara en juego el corazón con el auténtico Amor. Las cosas del corazón son las más fáciles.

jueves, 14 de agosto de 2014

Educar con el ejemplo


El amor es para el niño lo que el sol para las flores.
No le basta pan:
Necesita caricias para ser bueno y para ser fuerte.
Concepción Arenal

El medio mejor para hacer buenos a los niños,
es hacerles felices.
Oscar Wilde
Señor, dame un corazón de niño
 y un gran coraje para vivir como adulto.
Santa Catalina de Siena
Quien levanta la mano a un niño,
está golpeando su alma,
está golpeando a Dios.
Hari Krishan Singh
            Recuerdo la llegada a la terapia de una pareja con su niño de dos años y medio como si fuera ahora, porque la mirada triste, la mirada de miedo, la mirada ansiosa de ese niño, como pidiendo ayuda, no se me va a olvidar en mucho tiempo.
            La razón de su visita era que con dos años y medio, el niño no hablaba, y lo traían para ver si podía hacer algo.
            Toqué al niño para ver que sentía, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Estaba aterrorizado, era como si hubiera construido dentro de sí mismo una especie de burbuja en la que se refugiaba, aunque para nada se sentía seguro, porque era sujetado en brazos por los responsables de su miedo. Sus papas.
            Era normal que no hablara, lo extraño era que respirara. Cuando pregunté a los papas que pasaba, la mama, mirando al padre dijo: Bueno…… mi esposo le habla un poco fuerte.
            Era paralizante el miedo que sentía el niño, y les dije a los papas que sí, que le haría terapia, pero que el trabajo importante era el suyo, tenían que cambiar su actitud hacia el niño y darle amor.
          
               Un niño no es un adulto bajito, y no se le puede exigir al niño como si fuera un adulto. El niño tiene que jugar, porque ese es su aprendizaje. En cuanto a la enseñanza de los adultos hacia el niño, no hay que olvidar que el mejor aprendizaje es el ejemplo.
            Al niño se le ha de tratar con amor, con paciencia y perseverancia. Nada de gritos, nada de desesperarse, nada de represión física. Eso no quiere decir que no se le corrija y se le llame la atención.
            Hay que educar con tolerancia. Cuando los niños hacen algo que disgusta a los adultos, éstos suelen molestarse y actuar de manera impulsiva. Los adultos, por lo general, no sabemos expresar adecuadamente nuestros sentimientos. Es normal tener molestia o enojo, sobre todo si alguien ha hecho algo que pensamos es incorrecto o que ha violado alguna de las normas establecidas en el hogar o fuera de él; sin embargo, hay que saber expresar tales sentimientos. Primero debemos aprender a ser más tolerantes, la gente puede equivocarse y los niños también. Además, los adultos no tienen por qué tener siempre la verdad o la razón de las cosas. Educar con tolerancia significa adentrarse al mundo de los niños y respetarlo.
            Amor, ejemplo, tolerancia, perseverancia y paciencia, son las claves para educar y hacer felices a nuestros niños.
            

lunes, 21 de julio de 2014

Fracaso en la pareja


            Aconsejo a los religiosos, creyentes, devotos, seguidores y practicantes de todas las religiones, así como a todos aquellos influenciados por las insanas creencias de la sociedad, a los meapilas, a los hipócritas, y a los fariseos, que no sigan leyendo, ya que no es una entrada que les pueda interesar porque va claramente en contra de sus intereses. Esta es una entrada para afianzar el respeto, y no creo que ningún adalid de la pureza que viva blandiendo su espada de fuego en contra de los que consideran que viven en pecado, conozcan mucho de él.
            Así que ahora que ya hemos quedado solos los pecadores, podemos comenzar. No existe fracaso en el matrimonio o en la pareja, ya que el fracaso es la no consecución del éxito, y en la pareja, teniendo en cuenta que ni los mismos integrantes conocen la razón de su unión, no se puede hablar de fracaso. Se puede, sin embargo, hablar de éxito en todas las uniones, aunque, la mayoría de las veces es un éxito agridulce, o incluso amargo, por el desconocimiento del ego sobre cuál es la causa y los objetivos de la unión.
            Para entender el párrafo anterior sería bueno remontarnos al espacio entre vidas anterior a la encarnación en la que se produce la unión de la pareja. En ese espacio, antes de encarnar en la materia, cada alma organiza su vida y firma su contrato. Ya sabemos que elegimos los padres, el lugar de nacimiento, así como las relaciones y el trabajo a realizar. También se organiza y se firma las uniones de las personas así como los objetivos a alcanzar en ellas.
            Cada unión tiene por objetivo el aprendizaje, la cancelación de deudas kármicas, la recepción de débitos, y la enseñanza. El alma, aunque el ego tenga un total desconocimiento de la tarea a realizar, sigue las pautas establecidas para que la unión se de, y el trabajo se realice.
            Por lo tanto, las uniones pueden durar un instante, un tiempo más o menos largo, o toda una vida. El problema surge cuando la unión no debe durar más allá de un tiempo limitado y choca frontalmente con las creencias religiosas o con las creencias de la sociedad, que impone que una unión debe durar toda una vida.
           
             Existe un problema añadido, posiblemente el más importante, y es que las uniones no se establecen desde el Amor del alma, desde el Amor divino, desde el Amor incondicional. Las uniones se establecen desde lo que podríamos llamar amor humano, que no es más que una emoción, una mezcla de amor-deseo, en el que priman múltiples factores, totalmente alejados de la energía del Amor. Esos factores pueden ser la atracción física, el deseo sexual, o intereses materiales, como pueden ser alcanzar una buena posición social, una mejora en la economía, la necesidad de compañía o satisfacer a la sociedad para evitar “el qué dirán”.
            Y aún podríamos hablar de otro problema más, como es la falsa creencia de bastantes hombres de que en la unión la mujer tiene un papel de servilismo, y la falsa creencia de las mujeres de que efectivamente es así y que han de intentar satisfacer al hombre en todo lo que se supone que a este le agrada. Esto es dramático, esos hombres de hombre solo tienen el nombre, y las mujeres, con esa creencia, clara muestra de que no se respetan a sí mismas, es lógico y normal que no reciban el respeto que merecen como seres humanos.
            Hagamos un inciso, para recordar que todos, hombres y mujeres, somos exactamente iguales. Todos somos alma, todos somos una Chispa Divina, todos somos hijos de Dios, que un día decidimos encarnar, por propia decisión, y en esa encarnación le pusimos al alma, para facilitar el trabajo a realizar, un ropaje de hombre o de mujer. La realidad es que somos eternos y que no tenemos sexo. Líbrese bien el miembro de la pareja que maltrate física o emocionalmente a su pareja, porque en próximas encarnaciones es posible que tenga el sexo contrario a la encarnación actual para recibir en carne propia el daño generado.
            Con todo ese panorama, se establece la unión para realizar el trabajo acordado, que se puede realizar o no; pero ante la falta de autentico Amor, ninguno de los miembros de la pareja van a ser capaces de identificar cuando ha finalizado ni el trabajo ni la unión. A partir de ahí surgen los engaños, los sufrimientos, los desencuentros, los maltratos y mil y una desgracias más.
            Con lo fácil que es identificar cuando ha finalizado la unión, y de manera racional, basándose en el Amor, el cariño y el respeto, concluir esa unión, que no la relación, apoyándose ambos en los primeros momentos, esos que la sociedad se encarga de calificar como dramáticos, cuando, sin embargo, ha sido una relación exitosa, porque no solamente han cumplido su compromiso, sino porque han podido extraer el aprendizaje y abstraerse de la conciencia social.
            Cuando el hombre entienda que no solo no es superior, sino que posiblemente camine varias pasos detrás de las mujeres, y cuando la mujer aprenda a respetarse a sí misma, y entienda que su sumisión a la tiranía es el aprendizaje que está dando a sus hijos, que serán tiranos, y a sus hijas que serán esclavas, se habrá acabado la lacra de maltratos y engaños en la pareja, aunque no basen su relación en el Amor, pero si lo hagan en el respeto mutuo.             

lunes, 21 de abril de 2014

Las virtudes, la pareja y el amor


Los hombres y las mujeres a veces descubren
que es difícil encontrar a la pareja deseable para el matrimonio.
Puede ser cierto.
Pero hay otro componente en la situación:
No es suficiente encontrar a la persona adecuada,
nosotros debemos ser la persona adecuada.

Siempre he creído que no existe ninguna diferencia entre el amor humano y el amor divino. Y eso es así porque el amor es único, no existen diferentes tipos de amor. El error consiste en que los seres humanos pensamos que el amor es una emoción, y no es tal, el amor es energía, y no esa idea romántica que tenemos los seres humanos del amor. Como decía en la entrada del poder del amor, el amor no se acaba porque es la fuerza de la vida. El amor es la fuerza que mantiene girando en perfecto orden a los planetas en el cielo. El amor es la fuerza de vida que mantiene los latidos del corazón. El amor es la Fuerza Divina que se mueve en todos los seres humanos, porque somos hijos de Dios, y Dios es Amor.
Pero está claro que ninguno de los que nos movemos por esta vida en la materia, o casi ninguno, podemos hablar del amor, como sensación, como energía. Podemos hablar de él de manera teórica, ya que si hubiéramos conseguido sentir ese amor, nos faltaría muy poquito para irnos y no volver nunca más, ya que habríamos llegado al final de nuestro aprendizaje en la Tierra.
Por lo tanto, como todo el amor que los seres humanos conseguimos dar y conseguimos sentir, es producto de un pensamiento. Vamos a llamarlo en esta entrada amor humano, para diferenciarlo del amor energía o mejor llamado Amor Divino.
 
El Amor Divino lleva intrínseco todas las virtudes. No en vano, el Amor Divino es el amor que siente Dios por cada uno de nosotros, por lo tanto en el Amor Divino esta la paciencia, esta la tolerancia, esta la comprensión, esta la bondad, esta la falta de crítica y de juicio, esta el servicio, en fin, todas las virtudes se encuentran reflejadas en el Amor Divino. Sin embargo, en el amor humano no es tal. Por el mero hecho de amar a nuestra familia o a nuestros amigos, con nuestra errónea idea del amor, no estamos exentos de enojarnos con ellos,  no estamos exentos de hacerles sentir culpables por algo en alguna circunstancia, no estamos exentos de engañarles, no estamos exentos de juzgarles, no estamos exentos de herirlos emocionalmente, de estamos exentos de ejercer algún tipo de dominio o de control sobre ellos, no estamos exentos de perder la paciencia con ellos, no estamos exentos de gritarles, no estamos exentos de hacerles algún tipo de reproche. Cuando se ama con el Amor Divino, nada de esto ocurre, porque el Amor Divino lleva implícitas todas las virtudes. ¿Os imagináis a Dios perdiendo la paciencia, o gritando por algo que hemos hecho mal, o reprochándonos alguna cosa?, ¿Os imagináis a Dios engañándonos?
Por lo tanto amar como amamos los humanos, con el pensamiento, hace que tengamos que trabajar el resto de virtudes si queremos, no solamente crecer y evolucionar, sino que nuestro amor dure. Por ejemplo: piensa en esa pareja que comienza su convivencia, y que al cabo de poco tiempo comienzan ciertas desavenencias, porque un miembro de la pareja es ordenado y el otro no, o porque a uno de ellos le gusta seguir saliendo de noche, aunque sea de vez en cuando con sus amigos, o sencillamente porque uno aprieta el tubo de la pasta de dientes por abajo y el otro por el medio, o que uno se crea superior por el hecho de ser hombre. Si no existe la paciencia, o la igualdad, o la tolerancia, o la comprensión, en poco tiempo estarán discutiendo, gritándose, posiblemente agrediéndose, ya sea de palabra o de obra. ¿Cuánto les va a durar el amor?, les va a durar un suspiro. A esta pareja, y a tantas y tantas, las ha engañado su pensamiento.
Debemos trabajar sobre todo la paciencia, la tolerancia y la compresión. Para ello piensa que tu también haces cosas que no le gusta como lo haces a tu pareja, y que si tu eres comprensivo/a, paciente y tolerante, a tu pareja posiblemente le resultara mas fácil ser paciente contigo, ser tolerante y comprensivo/a.
Animo, puedes hacer que tu relación de pareja se dulcifique, y no digo que vaya a durar toda la vida, pero el tiempo que dure será un verdadero gozo y no un sufrimiento lleno de reproches, de críticas, y sepa Dios cuantas cosas más.

viernes, 31 de enero de 2014

Ciclos de vida


            Un ciclo es un espacio de vida, sin duración definida en el tiempo, en el que la persona desarrolla ciertas actividades, rodeada de un determinado grupo de personas. Así mismo, dentro de cada ciclo pueden establecerse una especie de miniciclos que son situaciones que se repiten, y se repiten, y se repiten hasta el aburrimiento en la vida de la persona, casi como si de un mal sueño se tratara. Estos miniciclos sólo son lecciones no aprendidas, y podemos tener claro que se van a repetir una y otra vez, sin ningún tipo de misericordia.  
            El mayor de los ciclos, es el tiempo que comprende una vida, y de la misma manera que no permanecemos eternamente en la vida de la materia, no hemos de intentar permanecer tampoco en ninguno de los ciclos o etapas que comprende la vida. Intentar permanecer más tiempo del necesario hace que empiecen a no funcionar las cosas, hace que perdamos la alegría y la ilusión.
            No tenemos normalmente mucha conciencia de la finalización de las etapas, salvo casos excepcionales, en los que se siente que el ciclo en el que nos encontramos ha finalizado. Tenemos, por tanto, que permanecer atentos a las señales, que pueden ser de diferentes tipos, en función del tipo de etapa finalizada. Dichas señales, como pueden ser aburrimiento, desgaste excesivo en relación con personas, trabajo o cualquier otra actividad, son los síntomas de que debemos cerrar una puerta y encararnos hacia la siguiente.
            La finalización de cada etapa lleva consigo el inicio de un nuevo ciclo, y para eso, en función del tipo de cambio, no está preparada la sociedad, ni por supuesto nosotros, que somos una parte de esa sociedad. A la sociedad le gusta vernos revolcarnos en la miseria del presente, antes de aceptar cualquier tipo de cambio. Así, mientras nos revolcamos, la sociedad puede sentirse útil culpabilizándonos, compadeciéndonos y dándonos consejos. Sin embargo, si encaramos nuestra vida y realizamos los cambios que demanda nuestro corazón, ya tienen la frase preparada: “Estás loco”.
            No aceptar la finalización del ciclo y cerrar bajo llave la puerta de la etapa anterior, supone un desgaste de energía enorme, que hace que físicamente la persona deje de vivir para empezar a vegetar. Caminar dejando puertas abiertas, “por si acaso”, impide una vida plena.
            La vida es un continuo, y aferrarse a una etapa acabada es tratar de detener la vida, y la vida no se detiene. Aferrarse a una etapa finalizada puede hacer que la propia vida se pudra y huela tan mal como el agua estancada.
            No se puede vivir añorando situaciones del pasado. Hay que soltar las amarras, hay que cerrar los círculos, hay que cerrar las puertas. Es importante deshacerse de recuerdos, cambiar de casa, de ciudad, de país si la situación lo requiere, hay que romper documentos, romper fotos y regalar libros.
Hay que tener en cuenta que negar los cambios es negar el propio crecimiento interior, porque los cambios externos pueden ser sinónimo de procesos internos de crecimiento.
Recuerda que nada ni nadie es imprescindible, y quien siente eso, solo son apegos. Deja que fluya la vida, suelta, despréndete de lo innecesario, cierra puertas, clausura, oxigénate, vive.

 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mensaje para la Tierra (4) Aceptación


………..Continuación
Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible;
 y de repente estarás haciendo lo imposible.
San Francisco de Asís.
Ahora que hemos pasado por el primer peaje de la Fe, ya somos conscientes de que todo lo que nos ha enseñado la sociedad no nos lleva a ninguna parte, porque todas las enseñanzas recibidas son para el cuerpo, un trabajo mejor, una casa más grande, una pareja con un apellido ilustre y una jugosa cuenta corriente, más dinero, más dinero, más dinero, más poder, más poder, más poder, seguir los cánones de moda y de belleza, y un sinfín de cosas más que ni tan siquiera llenan, aunque sea de manera parcial, nuestra ansia de felicidad. Todo esto, aderezado, en algunas ocasiones, con lo que parece ser una enseñanza o un alivio para el alma, (reunión dominical, según la religión, procesiones, novenas, etc.), enseñanzas engañosas, porque los enseñantes, no predican con el ejemplo, y lo único que buscan, (siempre hay honrosas excepciones), es el mismo poder social y económico que buscan sus feligreses. Con el agravante de que ellos juegan con los sentimientos de las personas, y para conseguir ese poder, no dudan en atemorizar hasta extremos insospechados a sus seguidores.
La conciencia social, políticos, religiosos, los estándares  de salud y de belleza nos dan modelos y normas de cómo deberían ser las cosas, o de cómo deberíamos comportarnos. Tratan de definirnos lo que es bueno, lo que hay que hacer, lo que está bien visto, y lo que no. Y lo único que consiguen, es llenar nuestra conciencia de miedo. Miedo en infinidad de variantes: miedo al rechazo, miedo a la soledad, miedo a Dios, miedo a la pobreza, miedo al miedo. Y esto hace que la persona necesite reafirmarse a si misma constantemente, buscando siempre validación externa, buscando la aprobación del exterior, buscando la aprobación de cualquiera, sea quien sea, que se encuentre a su alrededor. Toda nuestra vida se ha construido, de manera inconsciente sobre ese miedo. Porque vivimos desde la mente. Cuando la mente es nuestro centro, estamos encogidos por el miedo y eso nos hace estar constantemente a la defensiva, siempre nos falta algo, siempre tenemos necesidad de más: Más amor, más dinero, más poder, más aceptación, más atenciones.
La base de nuestros pensamientos y sentimientos es como un agujero negro, un vacio que nunca puede ser llenado, y para aliviar ese miedo, para tratar de llenar ese vacío, nos vamos al exterior y nos aficionamos al poder, al halago, a la admiración. Confiamos en el juicio de otras personas, ¡que poco nos valoramos y queremos!, no confiamos en nosotros, y le damos nuestro poder a cualquiera que pasa por delante de nosotros.
Confiamos en el juicio de otras personas y nos ponemos nerviosos sobre lo que la gente piense de nosotros. Es importante para nosotros porque nuestra autoestima depende de eso y, sin embargo, nuestra estima desciende y desciende, porque hemos entregado nuestro poder a otras personas.
Algo hemos de cambiar. Si ya hemos cambiado la idea de lo que somos, también se ha de comenzar a cambiar la manera de hacer las cosas. Lo que sucede cuando intentamos despegarnos de nuestras creencias, es que nos podemos encontrar con un problema añadido, ya que cuando nos dejamos de identificar con lo que siempre hemos hecho y con lo que nos han enseñado, se genera un estado de confusión, y nos surgen las preguntas del millón, ¿Qué quiero realmente?, ¿Quién soy?, etc., etc.
Y así llegamos a nuestro segundo peaje “ACEPTACIÓN”.  El trabajo de aproximación a la Luz no es más que un trabajo de sanación, que se ha de realizar aceptando. ¿Aceptando qué?: Aceptando lo que somos, aceptando el dolor, aceptando el sufrimiento, aceptando el miedo, aceptando lo que nos parecen limitaciones, aceptando nuestra vida.
Cuando se consigue aceptar la vida y lo que la envuelve, la persona se ablanda,  tolera, perdona y ama.
Se dice muy rápido que hay que aceptar la vida, sin embargo, nuestra conciencia lleva mucho tiempo generando un patrón de conducta que hace difícil cualquier cambio. ¿Qué hay ahora en la conciencia?, ¿Qué es lo que tiene que cambiar?: Tenemos que ser conscientes de que estamos atados a nuestros pensamientos, para permitir que estos cambien y desaparezcan las viejas energías, y así despertar a una conciencia basada en el corazón.
Sólo cuando nos demos cuenta de que el vacio en el que estamos inmersos no puede ser llenado de ninguna manera desde el exterior,  empieza el cambio, empieza la aceptación.
Aceptar significa no juzgar nada, ni nuestro, ni de los otros, ni del interior, ni del exterior, las cosas son como son y no hemos de tener ningún interés en como deberían ser, en como tendrían que ser, en como pensamos nosotros que han de ser.
Hemos de comenzar a vivir desde el corazón, porque el corazón, al contrario que la mente, está interesado en todo lo que es, sólo en lo que es, no en lo que se juzga como bueno o como malo; y si nos abrimos a vivir desde el corazón nos liberamos del juicio de manera inmediata, y aceptamos quienes somos, sin más. No quienes queremos ser, o quien quiere la sociedad que seamos, aceptamos quienes somos.
Toda esta teoría de vivir desde el corazón, y de aceptar, suena muy bien, sin embargo, los miedos, los traumas, los sufrimientos, siguen ahí. Es como si quisiéramos engañar a la mente, y no se trata de engañarla, se trata de limpiarla.
Todos los miedos, todos los traumas, todos los sufrimientos, son experiencias del pasado, y eso es lo que hay que sanar, eso es lo que ha de desaparecer. ¿Cómo?: volviendo al pasado, volviendo a la experiencia, pero de una manera amorosa, es decir, revivir la situación, pero estando centrados en el corazón, no dándole vueltas a la mente. Y así simplemente observando lo que sucede, se crea una especie de separación entre el suceso y la persona, y es esa separación la que hace a la persona dueña de la realidad, pudiendo aceptar el suceso completo, sin volver a enjuiciarlo, ya que la persona comprende desde el corazón, que para todo hay una causa, es una experiencia más para el alma, y no tiene por que quedar grabada en la mente.
Cuando somos capaces de relacionarnos con todos los papeles y todas las escenas que hemos ido interpretando en nuestra vida, quedamos libres para vivir desde el corazón. Es entonces cuando estamos preparados para circular hasta el siguiente peaje, que no será otro que comenzar a trabajar conscientemente nuestras debilidades, nuestros vicios, nuestros malos hábitos.
Continuará………………..

viernes, 12 de abril de 2013

Las pequeñas cosas de cada día


            Todos sabemos que no somos el cuerpo, que somos un alma; de la misma manera que tenemos un conocimiento bastante aproximado de que el Amor con mayúscula, el Amor incondicional, el auténtico y verdadero Amor, es una energía que se siente en el interior y que nadie nos va a hacer sentir nunca, ni tan siquiera la tan cacareada como inexistente alma gemela; al igual que tampoco vamos a conseguir la tan ansiada felicidad con nada ni nadie procedente del exterior, ya que la felicidad, como el Amor, es un estado interior.
            Pero ¡qué difícil es vivir desde el alma!, o sentir el Amor, o la felicidad, (hablamos del Amor incondicional y de la felicidad permanente). Y no será porque no lo intentemos, aunque sin mucha convicción, por supuesto, ya que esto supone un trabajo adicional, y como tampoco conocemos a muchas personas normales que lo hayan conseguido, creemos que las posibilidades de conseguirlo son una entre un trillón.
            Es cierto, que algunas personas parece que lo han logrado, pero no parecen estar a nuestra altura, parecen muy elevados, y enseguida se les cataloga de Maestros, Santos o Gurús.  Pero también es posible, que no se nos ocurra pensar que esas personas, que parecen extraordinarias, no nacieron así, y que lo conseguido por ellos, sólo es fruto de su propio trabajo. ¿Por qué no vamos a poder conseguirlo nosotros? Sólo se necesita una pequeña dosis de trabajo interior. Pero si, ya sé que cualquier trabajo interior, por pequeño que se nos anuncie, nos parece una montaña insalvable. Preferimos, por ejemplo, leer, creyendo que con ese conocimiento vamos a conseguir alguna cosa. Lo cierto es que sólo adquiriremos un cierto conocimiento, bastante raquítico, comparado con el conocimiento que llega por sí solo, cuando abrimos las puertas de nuestro interior.
            Si cualquier cosa que se defina como “estado interior”, es difícil de conseguir para los que nos podemos considerar seres normales, (nada de maestros, ni de gurús), podemos intentar acercarnos a ese estado interior con las pequeñas cosas de la vida. Es también una manera de conseguirlo: No gritar a la pareja por cualquier nimiedad, dedicar un ratito cada día para jugar con los hijos, dar una limosna al pobre que encontramos cada día en la esquina de casa, comprender los gritos (inútiles) de nuestro jefe y no caer en su provocación, etc., etc.
La propuesta es bien sencilla: Es prestar atención y agradecer todo lo bueno que nos sucede cada día, dejando a un lado lo que calificamos como malo, y ayudar a todos en todo lo que podamos. Es buscar lo bueno de las personas, en vez de resaltar lo que parecen sus fallos. Es vivir con atención cada segundo de vida, en vez de lamentarnos permanentemente por todas aquellas cosas de las que creemos que carecemos. Es vivir sin atarnos a ningún deseo ya que cuando estos se cumplen, no suele ser en el momento que nosotros deseamos, ni suele ser exactamente como deseamos. Es cierto que no recibimos lo que queremos cuando lo queremos, sino que recibimos lo que necesitamos, en el momento en que eso es necesario.
Está en nuestras manos, en nuestra cabeza y en nuestro corazón evolucionar, crecer y madurar en dignidad, y no es nada difícil, solo hemos de prestar atención a las pequeñas cosas de cada día.
¡Que tengas un feliz día!

lunes, 16 de abril de 2012

Te amo para amarte y no para ser amado.

Te amo para amarte y no para ser amado,
puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz.
George Sand

            Eso es Amor, y cualquier otra cosa es un sucedáneo.
            Si amas así a todos los seres, deseando únicamente su felicidad, sin preocuparte de cuanto te aman a ti, sin ocuparte de cómo viven su vida, sin juzgarles,  sin valorar sus cualidades o sus defectos, sin tratar de cambiar su estilo de vida, o sus pensamientos, o sus creencias, aceptándoles tal cual son, ofreciéndoles todo aquello que sabes que les va a hacer felices, estás a punto de finalizar tu paso por la materia.
            Pero la expresión máxima de este Amor, es Amar así a todos los seres que te rodean, y que comparten diariamente tu vida: padres, hermanos, pareja, hijos, amigos. Es con ellos con los que tienes la oportunidad de ofrecer tus cuidados y satisfacer sus necesidades, es con ellos con los que tienes la oportunidad de comprender y de ayudar, es con ellos con los que puedes sacrificar tus propios intereses en beneficio suyo, es a ellos a los que no tienes que manipular, ni poseer, ni dominar; es a ellos a los que vas a favorecer olvidándote de ti y a los que vas a aceptar “sin condiciones”.
            Si juzgas cualquier acción por nimia que sea, si tratas de cambiar al otro porque “tú crees” que es lo mejor para él, si tratas de dominarle o de manipularle “por su propio bien”, si coartas su libertad a la que tu consideras “libertinaje”, si haces estas y muchísimas cosas más: “en nombre del amor” que profesas a la otra persona, o “por su propio bien”, o “porque realmente sabes lo que le conviene”, o “porque está cegado y no ve la realidad”, o “porque………”.  Realmente no amas.
Porque el Amor, que lo único que desea es ver feliz al ser amado, es libertad, es ayuda, es servicio, es comprensión, es dar, es aceptación, es perdonar. Este Amor es la relación más profunda que pueda existir. Cualquier otra cosa como decía al principio es un sucedáneo.

domingo, 1 de enero de 2012

Enero

            Enero tendría que ser declarado el mes de las promesas personales incumplidas, de la falta de voluntad o de la falta de respeto y de amor por uno mismo. Al final de cada año nos prometemos a nosotros mismos un sinfín de cosas, pero todas ellas se van diluyendo como el humo al paso de los días y todos los buenos deseos se convierten en papel mojado.

            Recuerdo de mi estancia en Tikum, (Centro de Yoga), que Enero era el mes de mayor número de altas de alumnos, todas ellas producto de promesas y buenos deseos de final de año, y Febrero, el mes de mayor índice de bajas, el cien por cien de ellas, de las altas de Enero.
            La mayoría de los seres humanos tiene muy poca voluntad, pero esa escasa voluntad se convierte en nula cuando llega el momento de cumplir las propias promesas o los propios compromisos. La mente, tan poderosa ella, se encarga de desbaratar todo aquello, que en un arrebato de algo desconocido, posiblemente una  ligera aproximación al alma, lleva a las personas a programar para el año nuevo algo que consideran bueno para ellas.
            Pero no solamente dejan de cumplirse los deseos propios, los buenos deseos de paz y de amor que se desean a los demás, y que embargan a todos en las fiestas navideñas, manifestados con frases hechas que se envían por SMS, por correo postal y que inundan las redes sociales, también desaparecen el dos de Enero, volviendo a aparecer las envidias y las críticas. ¿Serían realmente deseos sinceros de paz, amor y felicidad, o sólo eran la falsa ilusión que embargan a todos en estas fechas? Para que se cumplan los deseos de paz, amor y felicidad, hay que trabajar, ya que no llegan por si solos al resto de la humanidad. Ha de ser cada persona la que tiene que entregar a los demás esa paz, ese amor y esa felicidad, que además, está deseando a todos. Cada persona ha de cambiar y entregar aquello  que desea para los demás. Cada persona que cambie está ayudando a cambiar al mundo. Esa es la única manera de que los buenos deseos de Navidad se cumplan para el resto de los mortales.
Pero este año, todavía estás a tiempo de cumplir tus propios compromisos, hoy es primero de Enero. Siéntate un momento a meditar sobre tus deseos: Primero todos los que has deseado a los demás, y empieza a entregar eso que has deseado, paz, amor, felicidad; primero a los que tienes más cercanos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo, a tus amigos; y después al resto del mundo. Replantéate también tus deseos propios y pon todos los medios a tu alcance para llevarlos a la práctica, a una práctica continuada en el tiempo. Si ves que va a ser imposible cumplirlos, date permiso para rebajarlos, y cúmplelos, contigo y con el resto de la humanidad. Así irás fortaleciendo poco a poco tu voluntad y además habrás cumplido las promesas.
Si no lo haces, ¿Qué se puede esperar de ti? Los fariseos, que Jesús denominaba sepulcros blanqueados, hacían eso, decían una cosa y hacían otra. Eso es una falta de respeto, primero a uno mismo y después a los demás. La falta de respeto a uno mismo, es una prueba irrefutable de falta de amor hacia sí mismo. Y si una persona no es capaz de amarse a sí misma, ¿Cómo va a amar a los demás?
Aun estás a tiempo. Este año si. Este año vas a cumplir tus compromisos y vas a llenar de paz, amor y felicidad a todos los que se lo has deseado. Este año es un buen año para acelerar tu crecimiento, es un buen año para vislumbrar lo que es el amor universal.
¡Feliz año!

lunes, 22 de agosto de 2011

La posibilidad de ser feliz

             La posibilidad de ser feliz no es algo que se presente una vez en la vida, o dos. No. Se presenta en cada instante de nuestra vida y es mucho más fácil de lo que podamos imaginar. Porque la realidad es más rica que nuestra imaginación. Y porque es y fluye, a pesar de nosotros. 

Pensar las cosas o solamente imaginarlas es la posibilidad menos cercana a la felicidad. En cambio, vivirlas, a pesar de la dureza de muchas circunstancias, es abrirse a un mundo nuevo, inesperado, lleno de riquezas. No puedo quedarme esperando a que llegue un momento feliz y, que tal y como ha llegado se desvanezca y, entonces volver a la normalidad de infelicidad. Ni puedo  vivir permanentemente en el recuerdo de lo que fue, ya que la posibilidad de que vuelva a sentirme feliz, se convierte en la persecución imposible de un ideal que no existe.
Tampoco puedo obrar de la manera en que los demás creen que yo seré feliz, para hacerles felices a ellos. Amar es hacerlo desde un estado de paz interior muy grande en que, como decía Confucio, “El peso de mi conciencia es más fuerte que la opinión que puedan tener de mí. Incluso aquellos a los que más quiero”. 
Si me paso la vida tratando de satisfacer a  los demás y eso implica renunciar a mi plenitud interior, ni soy feliz, ni les hago felices a ellos. Pero si sigo mi camino, aún cuando ellos no lo compartan y/o no lo respeten, al menos puedo mostrarles que Amar no es dar nuestra aprobación a lo que el otro hace, sino acompañarle en su camino, sin condiciones. Para ser feliz no es necesario que nadie apruebe lo que haces. Mientras eso no suponga pisar su camino o hacerles sentir mal intencionadamente, tu nunca puedes sentirte mal por no seguir lo que ellos creen que sería “normal”. Es más, tu estado de felicidad debería ser la felicidad de los que te aman solamente por ver tu alegría y tu paz.
Conversando con una buena amiga me decía algo que me sugiere una respuesta: Siempre es necesario seguir adelante. La vida no se detiene y no podemos estar elaborando hipótesis y elucubrando de porqué los otros tienen determinadas reacciones conmigo, de porque no me quieren como nosotros creemos que merecemos y de porqué es así aún cuando nosotros les amamos de todo corazón.
¿Por qué lo hacemos tan complicado, siendo tan sencillo?
Y seguía diciendo: El Amor de madre y/o padre podrían hacernos comprender que damos amor porque queremos, sin esperar nada a cambio, porque ese es el estado natural del ser.
Muchas veces sufrimos por las reacciones de los demás y aún peor sufrimos porque la cabeza y el corazón se empeñan en entender que ha pasado. Pero incluso esta respuesta, que regresa a nosotros vacía y sin explicación, forma parte del misterio que nos envuelve a todos y, como tal, solamente podemos respetar, esperar y confiar, confiar plenamente.
El Amor es la fuerza que lo revoluciona todo, sólo cabe esperar, porque sólo en él cabe la posibilidad de ser feliz de manera permanente. Entonces ya no hay preguntas ni respuestas vacías. Deviene un espacio donde el reencuentro es la razón del Amor y donde ya no caben las justificaciones. Se desmoronan las ideas, los pensamientos, la imaginación. Todo es un vacío mental donde lo único importante es sentir ese Amor y reconocerse como hermanos. Ya no sirven las palabras que quieren clarificar nuestras reacciones y el corazón se olvida de hacer reproches o guardar resentimientos, porque el reencuentro con la esencia de uno mismo está por encima.  

Sólo cuenta el saber que estás en el lugar adecuado y en el momento adecuado, al lado de aquellos que has amado tanto, sin remedio, y sin posibilidad de odio ni rencor. 

Y ni las palabras pueden atesorar ese momento ni describir como llega. En él solo puedes reconocer una certeza, Dios está ahí. Ha estado siempre, incluso en los momentos más duros, y ahora es feliz de ver como sus amados hijos retornan al origen, retornan al Amor. Porque el Amor, todo lo puede. 

Gracias, amiga.
Entrada publicada por Elisenda Julve.

jueves, 11 de agosto de 2011

Alabanzas & Críticas

            Creo, que la inmensa mayoría de las personas, no somos especialistas en destacar las virtudes de los demás. Estamos especializados en hacer hincapié en lo que consideramos defectos, y ahondamos en ellos hasta casi hacer sangre.

            ¿Alguna vez habéis reflexionado sobre esto?, yo lo he hecho esta mañana, mientras escuchaba a dos señoras como criticaban a una tercera que, lógicamente, no estaba presente. Y me preguntaba: si lo más característico de la señora ausente sería eso que sus “amigas” comentaban indignadas con tanta saña. Solamente era un aspecto, y ¿todo lo demás?, ¿Por qué no alababan con la misma vehemencia algunas de sus cualidades?, ¿Serían capaces de tener la misma conversación si estuviera presente “su amiga”?
            ¿Por qué costará tanto trabajo destacar las virtudes, y se crítica, sin embargo, tan a la ligera, algún defecto?, ¿Quiere esto decir que los que hacen de la crítica su deporte favorito son perfectos?, ¿Sabrán los críticos, que cuando no están presentes son criticados de la misma manera?, lo cual es normal, ya lo dijo Jesús: “Con la vara que mides serás medido”, sólo es la ley del Karma.
            Cuesta el mismo trabajo criticar que alabar, y sin embargo, los efectos generados son opuestos según se hable bien o mal. Alguien puede decir que comentar un defecto no es hablar mal, sino que únicamente es la constatación de un hecho. Pero ¿No es también constatar un hecho hablar de una virtud?, ¿Por qué no hacerlo? La energía generada por una crítica, es como un puñal lanzado a la persona criticada, por el contrario, la energía generada por una alabanza, es como un nube de algodón.
El Karma de la crítica es negativo, han de devolver la crítica;  es cierto que también han de devolver la alabanza, pero es mucho más agradable. Recordar que ya no se genera Karma, cuando todo se hace con y por Amor. ¡Cuando se critica no hay mucho amor por el medio, al contrario, normalmente hay miedo, o envidia, o rencor, u orgullo, pero sobretodo lo que hay es el reconocimiento de los propios defectos reflejados en el espejo de la persona que está delante!
Os propongo que durante la segunda quincena de este mes no hablemos absolutamente de nadie que no se encuentre presente, pero si alguien no puede evitarlo, que al menos, evite la crítica, cualquier crítica, y ya que tiene esa necesidad imperiosa, (sepa Dios porque), de hablar de los demás, que únicamente alabe las virtudes de la persona sobre la que ha decidido disertar.
No hay que hablar de nadie que no se encuentre presente, pero si se hace, que el tema de conversación sea algo que se pueda hablar sin problemas, con la persona de la que se hable.
Todas las personas tenemos muchas más virtudes que defectos, por lo tanto va a sernos muy fácil, cuando hablemos de alguien, poder elegir alguna de sus virtudes y hablar, y hablar, y hablar.

martes, 2 de agosto de 2011

Prefiero amarte en lugar de sufrir por tí

            Los seres humanos tenemos, en todo momento, libertad para elegir los derroteros por los que queremos que discurra nuestra vida.

            Haciendo uso de esa libertad de elección los seres humanos van tomando decisiones y eligiendo caminos, que les llevan a su propio sufrimiento o al de las personas que les rodean, sin ser conscientes, de que otra decisión distinta a la tomada con anterioridad, les podría suponer una paz interior equidistante ciento ochenta grados, del sufrimiento generado por la primera decisión.
            Recuerdo cuando mi mente era todavía una jaula de grillos, cuál era mi estrategia para evitar, en todo lo que pudiera, tomar decisiones que me desestabilizaran emocionalmente: Pensaba “Si se parara mi corazón en los próximos dos minutos, ¿De qué me serviría este enfado?, incluso, aunque en mi mente pensara, y en mi interior sintiera, que era mía la razón, ¿Qué ganaba con el disgusto si dejaba de existir en los dos minutos siguientes? Y de manera inmediata trataba de suavizar la situación, y eso era suficiente para mantener mi estabilidad emocional, aunque no siempre lo conseguía. La situación, entonces, podía variar o no, pero incluso, si no lo hacia y todo seguía igual en el exterior, yo, al menos, me mantenía estable.
            Haciendo uso de mi libertad de elección, hace ya tiempo que decidí intentar no sufrir por los demás, y en su lugar intentar amarles, a pesar de……. Amar a los demás supone tenderles siempre la mano, supone eliminar la crítica, incluso de pensamiento, supone no verse afectado por juicios ajenos, supone intentar ayudar cuando lo soliciten, supone no inmiscuirse en vidas ajenas, supone aceptar cualquier vida, y cualquier situación de esas vidas, supone alejarse cuando no se es aceptado, supone desear siempre lo mejor para todos, a pesar de……..
¿Cuál es la diferencia entre sufrir por los demás o amarles? Ya sabemos que todo es energía, y que la energía afecta físicamente, sanando o enfermando al cuerpo, en función de la calidad de esa energía. El sufrimiento es energía sucia, oscura, pesada, es esa energía que va afectando al cuerpo de manera negativa, enfermándole lentamente como si una gota de veneno entrara en él cada día. El amor también es energía, pero a diferencia de la anterior es una energía limpia, clara, luminosa y sanadora.
Sufrir o amar, amar o sufrir, sólo es una elección, pero esa elección, a diferencia de otras, como el lugar de vacaciones o el color del coche, cambia completamente la vida, ya que permite vivir, de manera permanente, algo que los seres humanos buscamos desde que tenemos uso de razón: la felicidad.  
Todos podemos decidir cuál es la forma de vida que queremos, sólo hemos de tener claro cómo queremos vivir y trabajar para ello. Puedo asegurarte que se consigue. ¡Tú decides!

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Intolerancia o falta de amor?

            Por fin sábado, y la familia Equis está preparándose para ir a pasar el fin de semana a su casa de la playa. Era un día precioso de principio de la primavera, el sol ya empezaba a calentar, y parecía un buen plan tomar el sol a la orilla del mar.

La señora Equis corría de un lado a otro de la casa preparando la ropa para el fin de semana de toda la familia, preparando los útiles de limpieza, ya que hacia tres meses desde la última vez que estuvieron en la casa de la playa, preparando comida para el fin de semana, vigilando la lavadora para tender la ropa en cuanto esta terminara, diciendo, mientras tanto a los niños, de ocho y diez años, que dejaran de jugar y no se olvidaran los deberes del colegio. Los niños jugaban, y entre juego y juego guardaban un cuaderno o un libro en su mochila, coincidiendo con los avisos de su madre. El señor Equis, mientras tanto, sentado en su sillón leía el periódico del día, mirando su reloj, cada vez con mayor insistencia, parecía que el reloj funcionaba gracias a su mirada, ya que le miraba cada minuto, parecía un lobo enjaulado, hasta que al despegar la mirada del reloj, paseó la vista por la casa y viendo a los niños jugar, sin poder reprimirse les gritó: ”Ya está bien de juegos, y que hace vuestra madre, ¿no sabe que a este paso vamos a salir con retraso?, y siguió gritando: “María, cada día igual, como siempre vamos a llegar tarde”. Y después, el silencio, el lobo había dejado salir su rabia, y se había calmado por unos minutos, ¿Cuánto duraría la calma?....... bien poco, ya que unos minutos después volvió a despertar la fiera: “María, ¿quieres terminar de una vez?, ¡cada día eres más lenta!, ¡estoy hasta los…… de esperar!…….., siempre igual. Y otra vez el silencio.

Por fin la señora Equis terminó toda faena en la casa y pudieron emprender el camino, mientras el señor Equis seguía con sus reproches y sus gritos. ¡Qué agradable fin de semana para la esposa!, ¿verdad?

Meditar un momento en la situación…………………, el señor Equis sentado y gritando a su esposa y a sus hijos, mientras su esposa trabaja y trabaja. A mí se me ocurren varias preguntas: ¿Es importante salir a una hora determinada cuando se va a descansar?, ¿Con que animo puede enfrentarse al fin de semana la señora Equis?, ¿Es un fin de semana de descanso para el matrimonio o sólo para el esposo?, ¿En el contrato de matrimonio de los señores Equis dónde estaba escrito que todo el trabajo de la casa lo haga la esposa?, ¿Con cada grito se adelanta el tiempo?, ¿Porqué los reproches?, ¿Porqué los insultos?, ¿Porqué los gritos?, ¿Porqué la intolerancia?, ¿Porqué la incomprensión?

Recordar que es el Amor: “Amar es hacer feliz a la persona amada”, “Amar es dar sin pedir nada a cambio”.

¿Creéis que es posible que el señor Equis ame a su esposa y a sus hijos? Si así fuera, sería feliz viendo jugar felices a sus hijos, y no les gritaría. Si así fuera, colaboraría con su esposa, en vez de gritar. Si así fuera, lo importante sería hacer que los suyos iniciaran el fin de semana con alegría. Si realmente les amara, velaría por su felicidad en lugar de reprochar; velaría por su alegría en lugar de gritar; velaría por su integridad en lugar de insultar.

Recordar también, que el mejor aprendizaje es el ejemplo. ¿Qué ejemplo creéis que están recibiendo los hijos del señor Equis? Sus hijos, están carentes, al menos, de un cincuenta por ciento de amor. Sus hijos están aprendiendo a maltratar a su futura esposa y a sus futuros hijos. Sus hijos están aprendiendo lo que es la intolerancia. Sus hijos están aprendiendo lo que es el desamor.

Recordar, otra cosa: “Todo está bien siempre”. No pasa absolutamente nada por llegar más tarde al lugar de veraneo: ¿Para qué gritar? si la vida va a seguir pasando, sólo que más amarga por tanto reproche. No cambia nada con la intolerancia, no pasa nada por tomar dos horas menos de sol, no pasa nada por estar más tiempo en caravana, no pasa nada……, salvo que los receptores de los reproches se van a distanciar cada día más del maltratador/a.

Recordar por último: “Todo sucede por algo”. Si sales más tarde, ¡abre los ojos!, ¡abre la conciencia!, porque por alguna razón se ha producido el retraso, y si vas gritando, además de perderte como pasa la vida, puedes perderte algún evento importante.

¡Reflexiona! ¡Reflexiona!