Todo está
perfectamente calculado y planificado. Nada sucede por casualidad en nuestra
vida. No existe la suerte, no existen las casualidades, no existen los
accidentes. Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que
sembramos con anterioridad, en esta y en anteriores vidas y, a la vez, estamos
sembrando lo que recogeremos en las próximas.