Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
La respiración pránica es una técnica
de sanación energética.
1. Postura: Siéntate cómodamente en una
posición erguida pero relajada. Puedes hacerlo en una silla con la espalda
recta o en posición de loto si estás familiarizado con esa postura. Las plantas
de los pies bien apoyadas en el piso. Las manos encima de los muslos con las
palmas mirando al techo. La punta de la lengua tocando el paladar.
2. Invocación: Antes de comenzar,
puedes invocar a tu jerarquía espiritual y enraizar a la madre tierra para que
la energía fluya con mayor consciencia a través de ti.
3. Relajación: Cierra los ojos y relaja
todo tu cuerpo. Con cada inhalación y exhalación, siente cómo se relajan tus
músculos y cómo desaparece la tensión.
4. Inhalación: Comienza inhalando por
la nariz, contando 6, permitiendo que el aire llene tus pulmones. Siente cómo
tu abdomen se expande con el aire.
5. Retención: Mantén el aire en tus
pulmones contando 3, sin tensión.
6. Exhalación: Exhala lentamente por la
nariz, contando 6, permitiendo que el aire salga completamente de tus pulmones.
Siente cómo tu abdomen se contrae.
7. Retención sin aire: Vuelve a retener
con los pulmones vacíos contando 3, antes de volver a inhalar.
8. Visualización: Durante la
inhalación, puedes visualizar luz blanca y brillante entrando en tu cuerpo,
llenándote de energía vital. Durante la exhalación, puedes visualizar cualquier
tensión o energía negativa saliendo de tu cuerpo en forma de humo oscuro.
9. Repetición: Continúa este ciclo de
respiración consciente durante unos minutos, manteniendo un ritmo suave y
constante.
10. Concentración: Durante todo el
proceso, mantén tu atención en la sensación de la respiración y en la energía
que fluye dentro y fuera de tu cuerpo.
Esta sencilla meditación, es una
técnica muy poderosa, ya que hace que tu aura se expanda hasta límites
insospechados, limpiando el campo energético de energías no deseadas y dejando
en el meditador una sensación de paz y serenidad, que van durando más en el
tiempo según se va practicando de manera habitual.
RESPIRACIÓN DOUTI (para el inicio de
una sesión pranayama)
·Es
una respiración depuradora, recomendada para el inicio de una sesión de
pranayama.
TÉCNICA
·Sentarse en el piso con las piernas
cruzadas, con las manos sobre los muslos. Realizar un ciclo de respiración
completo.
·Inhalar, fruncir los labios (formando
una ‘O’) y sacar el aire soplando por la boca, con cortas exhalaciones mientras
se va flexionando el cuerpo hacia delante.
·Cuando la frente toque el suelo al
final de la exhalación, permanecer en esta posición e intentar sacar el aire
residual que pueda quedar en los pulmones.
·Inhalar y volver a la posición inicial.
Repetir tres veces.
·La respiración Douti generalmente
implica respirar profundamente y de manera consciente, prestando atención a la
inhalación y exhalación.
·Esta técnica se ha popularizado en
diversas comunidades de bienestar y es considerada útil para reducir el estrés,
aumentar la concentración y promover una sensación general de bienestar.
TÉCNICA:
1.Posición:
Siéntate en una posición cómoda, con la espalda recta pero relajada. Puedes
estar en una silla o en el suelo, usando cojines para mayor comodidad si es
necesario.
2. Respiración
profunda: Comienza inhalando profundamente por la nariz, llenando tus pulmones
de aire tanto como sea posible sin forzar. Siente cómo tu abdomen se expande
mientras inhalas.
3. Retención: Una vez
que hayas inhalado completamente, retén la respiración por un breve momento. No
retengas el aire por demasiado tiempo, solo lo suficiente como para sentir la
sensación de plenitud.
4. Exhalación: Exhala
lentamente por la boca, liberando todo el aire de tus pulmones. Concéntrate en
vaciar, completamente, los pulmones durante la exhalación.
5. Repetición:
Continúa este ciclo de respiración profunda, retención y exhalación durante
varios minutos. Intenta mantener un ritmo constante y relajado.
6. Atención plena:
Durante todo el proceso, trata de mantener tu atención en tu respiración. Si tu
mente comienza a divagar, suavemente vuelve tu enfoque a la sensación de
respirar.
DURACIÓN
·Puedes realizarla el tiempo que
consideres necesario.
·La respiración Douti se puede practicar
en cualquier momento del día, pero muchas personas encuentran útil hacerlo por
la mañana para establecer un estado de calma y enfoque para el día que
comienza, o por la noche para relajarse antes de dormir.
Puedes hacerla en cualquier postura
cómoda. Sentarse en el piso, en una silla, con la espalda recta y las manos
encima de los muslos con las palmas mirando al techo.
Para principiantes, contar 4 segundos.
Inhalar durante 4 segundos, cerrar
ambas fosas nasales y retener con pulmones llenos 4 segundos, exhalar durante 4
segundos, retener con pulmones vacíos 4 segundos más. Esto constituye un ciclo
completo.
No es necesario aplicar los bandhas en
las retenciones.
Cuando dejes de ser principiante puedes
ir alargando los segundos.
Beneficios:
-Mejora la concentración y prepara para
meditación
-Recarga la energía pránica y física
-Ayuda a conseguir el equilibrio en
distintos niveles: equilibrio de la mente, otorgando paz y calma, y equilibrio
del sistema nervioso.
-Se potencia la capacidad de
concentración, ya que para hacer el esfuerzo de igualar las 4 fases de la
respiración, sin perdernos, es necesario estar muy concentrados. Si no,
perdemos la cuenta y se rompe el equilibrio del cuadrado.
-Supone una limpieza, purificación y
oxigenación completa, que nos libera de las preocupaciones que pueden causar
estados de estrés o ansiedad.
No es recomendable para mujeres
embarazadas, pues no deben realizar retenciones de aire durante el embarazo.
Tampoco se debe realizarse después de una comida abundante
Como hemos abierto en
el blog una página dedicada a la respiración, es bueno saber que es una “bandha”,
ya que puede aparecer en alguna de las respiraciones.
En yoga, una “bandha”
es una técnica que implica la contracción de ciertos músculos para controlar y
dirigir el flujo de energía, o “prana”, en el cuerpo. La palabra “bandha” en
sánscrito significa "sostener", "apretar" o
"bloquear".
Los “bandas” son considerados
cierres energéticos que, al activarse, ayudan a mantener la energía en áreas
específicas y redirigirla hacia el canal energético principal, el “Sushumna
nadi”, con el objetivo de lograr el despertar espiritual.
Los tres bandhas
principales son:
1. Jalandhara
Bandha: Conocido como "cierre de la garganta", se logra bajando
la barbilla hacia el pecho y llevando la cabeza ligeramente hacia adelante, lo
que crea una ligera presión en la garganta. Este bandha se emplea comúnmente
durante la práctica de pranayama para controlar el flujo de energía y mantener
la atención interna. Actúa sobre las glándulas del cuello y se asocia con la
regulación del sistema nervioso y respiratorio.
2. Uddiyana
Bandha: Este es el "cierre del abdomen" y consiste en retirar los
músculos abdominales hacia adentro y hacia arriba, creando un vacío en el área
del abdomen superior. Se utiliza principalmente durante la práctica de
pranayama y algunas posturas avanzadas y tiene efectos sobre el sistema
digestivo y la energía vital.
3. Mula
Bandha: También conocido como "el cierre de la raíz", implica el
cierre o contracción de los músculos del suelo pélvico ubicados en la base del
torso. Se activa elevando ligeramente el suelo pélvico y sosteniendo esta
contracción mientras se practican las posturas y la respiración.
Cuando se aplican los
tres bandhas simultáneamente, se le llama “Maha Bandha”. La práctica de los
bandhas puede incorporarse en ejercicios de respiración (pranayama) y en la
realización de distintas posturas de yoga (asanas). Es importante señalar que,
aunque los bandhas tienen un componente físico, también se les atribuyen
efectos sutiles a nivel mental y emocional.
Si
no tienes problemas de espalda no te apoyes es el respaldo de la silla.
Las manos en Dhyani-Mudra: Descansan en el regazo adoptando la forma de cuencos. La mano derecha encima de la izquierda mientras se unen la punta de los pulgares.
Cierra
los ojos y coloca la punta de la lengua tocando el paladar.
Respira
por la nariz, tanto para inhalar como para exhalar. Y haz una respiración
abdominal. (El abdomen se infla cuando inhalas y se desinfla cuando exhalas).
Respira lenta y suavemente, sin forzar.
Durante
5 minutos por la mañana y otros cinco por la tarde, mantén la atención en la
respiración.
Y
vete repitiendo en tu interior: Yo Soy el alma, Yo Soy paz, Yo Soy la
resurrección y la vida.
Desde
antes de nacer, el corazón del ser humano empieza a latir en el útero materno,
y no lo deja de hacer hasta que el alma decide abandonar el mundo de la materia;
de la misma manera que la respiración, que comienza en el mismo instante en que
nos asomamos a la vida, y no termina hasta el momento del regreso a la Energía
Divina.
El
corazón latiendo, siempre latiendo, y la respiración siempre con su vaivén, nos
atan a la vida, de manera autónoma, de manera automática, sin que seamos
conscientes de que son esa respiración y ese latir, los que nos mantienen con
vida.
Vivimos
a pesar de nosotros mismos, a pesar de lo mal que tratamos a nuestro cuerpo y,
de rebote, a nuestro corazón, a pesar de olvidarnos de como se respira,
utilizando músculos que nada tienen que ver con la respiración.
Y
a pesar de la importancia vital de nuestra respiración y del latir de nuestro
corazón, pocas son las personas que dedican un momento en su día para comprobar
cómo es esa respiración, o como late su corazón.
Al
igual que los seres humanos, los animales también respiran y también tienen un
corazón que bombea de manera permanente, y como muchos seres humanos, ninguno
de ellos es consciente de la maravilla que está ocurriendo en su cuerpo. Sin
embargo, los animales, en su nivel dentro de la evolución, no saben que ellos,
también, son más que ese cuerpo que sólo se puede dirigir por los instintos. No
tienen una mente que razona, una mente que les puede llevar a preguntarse qué
hacen en la vida, o qué diferencia hay entre la vida y la no vida.
Los
seres humanos, casi todos, en algún rincón de su mente, tienen la conciencia de
que son algo más que el cuerpo, muchos creen que tienen, o que son, algo que se
denomina alma, aunque como no se ve, no saben ubicarla, y no se identifican, en
absoluto, con ella.
Todo
eso, en cuestiones de vida, hace que esos seres humanos se diferencien en poco
de los animales, ya que rigen el cuerpo por los mismos instintos con los que se
rigen los animales, comen cuando tienen hambre, aunque muchos, al contrario que
los animales, siguen comiendo después de saciada la necesidad de comer, beben
incluso cuando no tienen sed y, en ocasiones, bebidas dañinas para el cuerpo y,
satisfacen como los animales, sus necesidades fisiológicas de manera instintiva.
En
casi todas las cuestiones referentes al cuerpo, la diferencia entre el animal
que se rige por los instintos, y el ser humano que tiene una mente racional, es
mínima.
¿Cómo
ser más humanos racionales y menos animales instintivos? Aunque resulte
paradójico, lo podemos conseguir siendo conscientes del cuerpo. Y se es
consciente del cuerpo sintiéndole, sintiendo sus sensaciones, sintiendo su
respiración, sintiendo sus latidos. Es en esos momentos en que estamos
sintiendo el cuerpo, cuando podemos despegarnos de él, cuando podemos, aunque
sea por un instante, conectarnos con eso otro que realmente somos, con el alma.
Es a partir de ahí, cuando no sólo nos despegamos del animal, sino que también
nos despegamos del ser humano normal, para atisbar nuestra propia divinidad,
convirtiéndonos, aquí en la Tierra en superhumanos, con todos nuestros poderes
divinos desarrollados.
No
somos el cuerpo. El cuerpo sólo es, aunque de vital importancia, el vehículo
del alma, el instrumento desde el cual tenemos que realizar nuestro trabajo de
acercamiento a nuestra Divinidad, el instrumento para nuestro aprendizaje, el
instrumento desde el que hemos de vivir todas las experiencias humanas, sin
apegarnos a ellas. ¡Siéntelo!
el
dinero o la fama no eran tan importantes como respirar.
Lo
esencial sucede y lo demás es prescindible.”
―
Angus Young
La respiración es la vida.
Antes de relacionar las emociones y la
respiración, veamos primero que es la respiración.
Lo
primero que hace un bebé al tomar contacto con la vida física fuera del útero
de su madre es tomar una inhalación, y lo último que él mismo realiza cuando
abandona la vida es completar esa respiración con una exhalación.
Y ese ser humano, mientras dura su vida,
va a respirar, de manera autónoma, sin ser en absoluto consciente de su
respiración, entre 12 y 16 veces por minuto.
La
respiración es el proceso mediante el cual el aire entra en el cuerpo inspirado
a través de la nariz, (mejor que por la boca), y es conducido por la tráquea a
los pulmones, o mejor dicho a través de bronquios y bronquiolos hasta los
alveolos. A los alveolos es donde llega la sangre cargada de anhídrido
carbónico, (CO2), procedente de la combustión celular donde se cambia por el
oxígeno del aire, (inversamente a lo que realizan las plantas en la
fotosíntesis).
Es importante inspirar
y expirar por la nariz, ya que así el aire se filtra, se
calienta y se humedece, recuperando la humedad cuando se exhala.
Tipos
de respiración: Aun cuando anatómicamente no sea muy
correcto, se pueden dividir los pulmones en tres partes: superior, media e
inferior.
Por lo que, en función
de la zona pulmonar que se utilice la respirar, se puede hablar de tres tipos
de respiración: - Superior o clavicular.
- Media o costal. - Inferior o abdominal.
A
estas tres se puede añadir una más, la respiración completa, que engloba a las
tres.
Respiración
clavicular o superior: Es la que ofrece menor volumen para
el intercambio, haciendo intervenir los músculos de la zona superior, que no
son músculos de la respiración, acumulando tensión en cuello y hombros.
Se
produce un menor intercambio gaseoso porque se hace trabajar la parte superior
de los pulmones, que es, justamente, la parte más pequeña, con menor número de
vasos sanguíneos, por lo que existe un menor flujo sanguíneo en la zona.
Respiración media o
costal: Normalmente se da asociada a la superior o a la
inferior.
Respiración
abdominal o inferior: Es la más recomendada. A menor
gasto energético, ya que moviliza menos músculos y muy poco las costillas
flotantes, mayor intercambio gaseoso.
Se utiliza el
diafragma, que es el músculo de la respiración, y el desplazamiento de este
músculo hacia el abdomen es lo que produce la expansión y el estiramiento de
los pulmones con lo que el aire entra en ellos por succión.
Al haber un mayor intercambio
gaseoso, por ser mayor la superficie de los pulmones que intervienen en este
tipo de respiración, hace que sea necesario respirar menos veces que si se
realiza una respiración clavicular o superior.
De tal manera, que mientras una persona
que respira con la parte superior realiza tres respiraciones, otra que hace una
respiración abdominal respira solamente dos.
Respiración
completa: Es la respiración compuesta de los tres tipos anteriores. Se
comienza bajando el diafragma y llenando primero la zona inferior,
posteriormente la media y por último la superior.
La
respiración ideal es la respiración abdominal, ya que además de utilizar el
diafragma, que es el músculo específico de la respiración, tiene otros efectos: - Produce un rítmico masaje visceral que
ayuda a la digestión, a la circulación en el hígado y a las venas de la zona. - Sitúa el mayor intercambio en la zona
inferior de los pulmones, donde tiende a transitar un mayor volumen sanguíneo. - Es una respiración más vertical que
horizontal, ya que lleva el abdomen hacia delante y las vértebras lumbares
ligeramente hacia atrás; lo cual resulta importante a la hora de evitar el
agarrotamiento y la rigidez.
Existe
una profunda conexión entre el pensamiento y la respiración.
El ritmo de los movimientos respiratorios corresponde en una forma notable al
ritmo de los pensamientos.
Por lo tanto, si se
realiza una respiración clavicular, se respira más veces por minuto, con lo
cual, los pensamientos van a presentarse con más rapidez, y el trabajo para
controlarlos ha de ser mucho más intenso, mientras que, con una respiración
abdominal, los pensamientos aparecerán más lentamente, y serán más fáciles de
controlar.
La respiración
clavicular es la respiración que realiza un alto porcentaje de la población,
con lo cual, es fácil entender la razón por la que son esclavos de sus
pensamientos, de sus preocupaciones y de sus emociones.
Tan
profundo es el lenguaje de nuestra respiración, que se comporta de acuerdo, no
solo a como estamos, sino también a como somos.
Las
emociones tienen una incidencia muy importante en la respiración: El
miedo inhibe y bloquea la respiración, el estrés hace que se respire de manera
entrecortada, la ansiedad, la ira y la angustia, aceleran la respiración,
mientras que la tristeza la ralentiza.
La
respiración es un proceso inconsciente, pero a diferencia de otros procesos,
circulatorio, digestivo, etc., también se puede controlar de manera consciente,
porque no sólo está regida por el sistema nervioso vegetativo, sino también por
el sistema nervioso central.
Por lo tanto, de la misma manera que la emoción modifica
la respiración, se puede utilizar la respiración para modificar la emoción.
Al controlar voluntariamente la respiración, se tiene la posibilidad de
recuperar el equilibrio y gestionar la emoción.
Y
la mejor respiración para recuperar el control emocional es la respiración
abdominal. Es la respiración natural, es la que tienen los bebés cuando nacen.
Practicar esta
respiración es beneficioso para el organismo ya que ayuda a mejorar la
circulación y a oxigenar órganos vitales como el corazón y el hígado. En lo
emocional favorece la relajación, la concentración, elimina la tensión muscular
y combate la fatiga, la ansiedad y la depresión.
Practicar la respiración
abdominal de forma habitual favorece que se pueda ejercitar de forma natural en
los momentos en que es necesario tomar el control de la emoción.
Sin embargo, a pesar de
que la respiración utilizada habitualmente sea la respiración superior o
clavicular, se puede, en momentos de emociones desbordadas realizar una
respiración abdominal lenta, de manera consciente.
Para ello, puedes
sentarte o acostarte. En la posición de acostado es más fácil manejar la
respiración abdominal, así que, si tienes problemas para realizar ese tipo de
respiración, acuéstate:
- Coloca una mano en el
punto del ombligo para comprobar que sube y baja, y comienza a ser consciente
de la respiración.
- Inhala suave y
lentamente por la nariz.
- Realiza una pequeña
retención antes de expulsar el aire.
- Exhala lentamente
también por la nariz.
- Vuelve a realizar una
pequeña retención antes de volver a tomar aire.
En cinco minutos se comenzará a
estabilizar la emoción desbocada, pero puedes seguir el tiempo que consideres
oportuno.
Se pueden realizar respiraciones
específicas dependiendo de qué es lo que se quiere logar:
Cuando
la persona se siente estresada, enfadada, inquieta o ansiosa,
respirar por la fosa nasal izquierda.
Esta técnica es ideal para quienes tienen problemas para dormir o necesitan
relajarse.
- Sentados con la columna recta y los pies
apoyados en el piso.
- Tapar la fosa nasal derecha con el
pulgar derecho y mantener el resto de los dedos juntos y apuntando hacia
arriba.
- Respirar lenta y profundamente 26 veces
por la fosa nasal izquierda y la persona se sentirá totalmente tranquila y en
paz.
- Si se respira por la por la fosa nasal
izquierda durante 5 minutos, se calmará completamente.
Por lo tanto, para
activarse, respirar por la fosa nasal derecha. Esta
respiración resulta magnífica cuando la persona, pese a estar exhausta, no se
puede permitir parar. Va bien practicarla, por ejemplo, cuando a la persona le
entra el sopor a media tarde. Se practica como la anterior, tapando el orificio
izquierdo y respirando 26 veces por la derecha.
Normalmente
siempre tenemos una fosa nasal más abierta que la otra. Aproximadamente cada
dos horas cambia la fosa dominante, con lo que se equilibra la polaridad
energética.
En
situaciones de actividad debería dominar la fosa derecha y en otras más
tranquilas o inactivas, la izquierda. Por eso, es recomendable dormir con la
cabeza apoyada sobre el lado derecho, así se usa el izquierdo, más apropiado para
el sueño y el descanso.
Para controlar la ira
expulsar con fuerza el aire, y hacer una retención antes de tomar una nueva
inhalación cuando lo pida el cuerpo. Esa inhalación será de forma pasiva, sin
intervenir ni en alargar ni en acortar. Sola se controla la exhalación. Se
puede repetir hasta notar que llega la calma.
Para
refrescar el cuerpo, bajar la fiebre, e incluso como ayuda para dejar de fumar,
practica Sitali Pranayama. - Esta respiración consiste en inspirar
por la boca con la lengua rizada y ligeramente salida y expirar por la nariz,
sin meter la lengua. - Ayuda a dejar de fumar. Se puede
practicar siempre que se sientan deseos de fumar, ya que disminuirá el impulso
adictivo y desaparecerá la urgencia. - Es recomendable su práctica diaria para
mantener una buena salud. Puede que después de cada sesión se note un sabor a
cobre o metal en la lengua; son las toxinas que elimina el cuerpo. - Se puede realizar durante un mínimo de 3
minutos y un máximo de 31.
La
respiración lenta reduce las sensaciones de dolor.
Cuanta
más lenta es la respiración, la calma y la tranquilidad serán su reflejo
inmediato. Si se consigue reducir el número de respiraciones de 16 a 8 la
serenidad será la tónica habitual, y si se consigue llegar a 4 respiraciones
por minuto, la vida será un estado de meditación.
Meditaciones sobre la
respiración:
Respiración
cuadrada:
·Sentados con la espalda recta y los pies
apoyados en el piso.
·Inhala suave y lentamente por la nariz,
contando 6.
·Realiza una pequeña retención antes de
expulsar el aire, contando 6.
·Exhala lentamente también por la nariz,
contando 6.
·Vuelve a realizar una pequeña retención
antes de volver a tomar aire, contando 6.
Meditación
So Hung:
• INHALA pensando “So”
• EXHALA pensando “Hung”
Meditación
sencilla para mejorar la atención
• Siéntate cómodamente en una silla con
las plantas de los pies bien apoyadas en el suelo. Las manos apoyadas en los
muslos con las palmas mirando hacia arriba.
• Cierra los ojos y coloca la punta de la
lengua tocando el paladar.
• Lleva la atención a tu respiración.
• Siente como entra el aire por tus fosas
nasales (observa dónde roza y cuál es la temperatura del aire).
• Siente cómo expiras. Hazlo por la nariz.
(Observa también dónde roza y la diferencia de la temperatura con el aire que
entraba).
• Permanece atento a tu respiración.
•Cuando seas consciente de que aparece
algún pensamiento (porque seguramente aparecerán y puede que no seas consciente
hasta mucho tiempo después), vuelve suavemente a tu respiración.
• La mejor técnica para que desaparezca un
pensamiento es quitarle la energía, y eso se hace quitándole la atención. Es
decir, lleva tu atención a otro sitio, y como estás meditando en la
respiración, vuelve la atención a la respiración.
• Hazlo de 10 a 15 minutos en la mañana y
otros 10 a 15 minutos en la tarde.
Fijarse en la sensación
que se produce en los agujeros de la nariz al entrar y salir el aire de la
respiración.
Mantener la atención en
esa percepción sutil y observar la total duración de cada inspiración y de cada exhalación.
Si es difícil, se
pueden contar las respiraciones, o la respiración completa o contando la
inhalación y la exhalación; empezando de nuevo cada vez que se pierda la
cuenta.