Sé coherente.
El viaje del alma
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
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viernes, 7 de julio de 2023
Sé coherente
sábado, 25 de febrero de 2023
El ritmo del silencio
Cada vez que hablamos dejamos
salir una parte de nuestra energía, y producimos imágenes con aquello que
pensamos antes de convertirlo en palabras. ¿Cuántas de nuestras palabras son
positivas?, ¿Cuántas de nuestras palabras son necesarias?, ¿Cuántas de nuestras
palabras son verdad? Si lo que queremos decir no es bueno, ni necesario, ni
verdadero, es mejor quedarse callados y no decir nada. Así no ensuciaremos
nuestro entorno con la energía negativa de nuestras proyecciones y no
perderemos nuestra energía inútilmente.
Hemos de ser como un espejo que
escucha y refleja la energía, sin más. Hemos de ser como el Universo que acepta sin condiciones nuestros
pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y todo
lo que hace es enviarnos el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de
las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.
Si tus palabras se identifican con el
éxito, tendrás éxito, si tus palabras son de rabia, tendrás más rabia; si tus
palabras son de ira, esta te inundará completamente; si tus palabras son de
miedo, sentirás terror; si hablas de fracasos, fracasarás.
Nuestra vida solamente es el reflejo de
nuestro parloteo interno. Aprende a escuchar y a reflejar esa energía sin
emociones ni prejuicios, y calla si no tienes algo bueno, necesario o verdadero
que decir.
Aprende
el arte de la discreción, es una buena manera de evitar la opinión de los demás
y así tu vida se volverá tranquila, volviéndote invisible, misterioso e
indefinible. Mantener en el exterior el silencio interno ayuda a evaluar todo
lo que se presenta y poder así tomar las decisiones de manera acertada.
Con la discreción y el silencio, evitas
las críticas y los juicios sobre los otros, que además de una perdida inútil de
energía, lo único que hacen es esconder tus propias debilidades, ya que todo lo
que criticamos de los otros son proyecciones de nuestras debilidades, son
manifestaciones de toda la negatividad no resuelta que aun anida en nuestro
interior.
Permite que cada persona resuelva sus
problemas, ¡bastante tenemos cada uno con los nuestros! Y, además, es bueno
preservar nuestra energía para ir resolviéndolos poco a poco. Cuando atacas,
muestras tus propias debilidades, cuando te defiendes estás entregando tu
energía a quien no se la merece; así que no ataques, pero tampoco te defiendes,
escucha las opiniones sobre ti, como si oyeras llover, acuérdate del espejo,
deja que la energía envenenada que llegue a ti, rebote sobre el emisor. A fin
de cuentas, sólo son palabras, solo son opiniones.
Tu silencio interno te fortalece y
te vivifica, tu silencio externo preserva tu energía. Calla si lo que tienes
que decir no es ni bueno, ni necesario, ni verdadero; pero tampoco permitas que
te cuenten mentiras, inutilidades o maldades. Eres tú, con tu propia energía,
quien va a atraer a los chismosos, a los mentirosos o a los que hablan por
hablar. Eres tú, con tu propia energía, quien decide si quieres rodearte de
sabios o de mequetrefes.
Tu energía
eres tú, los que te rodean son el reflejo de tu energía. ¡Tú decides!
martes, 10 de enero de 2023
Claves para cambiar la sintonía de la propia energía
Claves para cambiar la sintonía de la propia energía:
Ser sinceros y honestos: En la sinceridad y la
honestidad se igualan los pensamientos, las palabras y las acciones. Ya no hay
inconsistencia, ya no hay falsedad.
Evitar el auto-engaño: Hay que permanecer alerta de
manera permanente. La mente utiliza millones de estrategias para convencerte de
que lo estás haciendo bien.
Discernir lo verdadero de lo falso: Casi todo lo que
presenta la sociedad, es ilusión, es falso, es un sueño, porque sólo es un
reflejo de las propias mentes que conforman esa sociedad y, en esas mentes,
solo hay cabida para la desigualdad, para el egoísmo, para la desunión.
Políticos y religiosos se encargan de fomentar la desigualdad y la desunión, inculcando
falsos valores sobre la patria o la religión. Los verdaderos valores son la
unión, la hermandad, la solidaridad o el amor. Nuestra patria es el Universo,
nuestro idioma es el Amor, nuestro Dios es el mismo para todos, y se encuentra
tanto en la catedral, en la pagoda, en el castillo y en la choza, como en el
corazón de todas las personas.
Abandonar la pereza: El crecimiento interior y el
fortalecimiento del carácter, no lo va a dar nadie más que uno mismo con su
propio trabajo interno. Ni libros, ni gurús, van a hacer que se avance ni un
ápice en el propio crecimiento. Hay una cita que dice: “El maestro abre la
puerta, pero es el alumno el que ha de traspasar el umbral”.
Aceptar la vida tal cual es: Aceptar los obstáculos, aceptar
las crisis, aceptar los desafíos, porque son, gracias a ellos, como vamos a
avanzar y a crecer, son ellos los que fomentan la conexión con nosotros mismos
y con Dios.
Selecciona a las personas con las que te relacionas: Hay
mucho fariseo, hay mucho charlatán, que por mucho que se anuncien, están muy
lejos de la Luz. Recuerda: ¡Por sus hechos los conoceréis!, mucho más que por
sus palabras. Para evolucionar es bueno encontrar a personas que estén vibrando
en un nivel alto de evolución, no que ellos digan que están vibrando en tal o
cual sintonía. Obsérvalos, observa sus acciones, observa su amor, observa su
caridad, observa su falta de juicios, observa su honestidad, observa su
solidaridad.
Practica la humildad: En nuestro nivel, ninguno de
nosotros está exento de vanidad. Posiblemente sea una de las mayores batallas
que todos tenemos que librar, en mayor o menor medida
No explotar a nadie, no manipular, no especular: Respeta
a cada persona como te gustaría que te respetaran a ti. Respeta su proceso. Ni
tan siquiera les ayudes, si no desean la ayuda. Ten en cuenta una máxima: Trata
a todos como te gusta ser tratado.
jueves, 8 de diciembre de 2022
La Verdad
Y es que, en el mundo traidor, nada es verdad ni es mentira; todo es según el color del cristal con que se mira.
Ramón de Campoamor
Si la Verdad solo es una y está en
poder de la Divinidad, los miles o millones de verdades que nos venden es claro
que no llegan a ser ni una minúscula parte de la verdad.
Y si esto pasa con la Verdad
Absoluta, ¿qué no pasará con las relativas verdades de los hombres? Cada ser
humano está en posesión de “su verdad” y, para él, esa verdad es única, es
real, es auténtica, y podría llegar a matar para defenderla.
Ante esto, es obvio que no todos vemos
la misma realidad, y si a esa realidad la recubrimos con las verdades
personales, pasándola por el filtro de nuestros valores, nuestras creencias,
nuestros intereses, nuestros recuerdos, etc., lo que nos queda es una visión
bastante sesgada de la realidad de los otros. Quedarse anclado en la propia
perspectiva contribuye a limitar, todavía más, “la verdad del otro”, ya que ni
se ve, ni se entiende esa verdad, puesto que lo que se ve es la interpretación
de la verdad.
Esto da lugar a malentendidos,
discusiones, enfados, desencuentros, errores de interpretación, equivocaciones,
disgustos, indignación, etc., etc.
Las cosas no siempre son lo que
parecen. En la vida hay situaciones que simplemente suceden, sin que nosotros
tengamos absolutamente ningún control sobre ellas, y la única opción que existe
cuando esto ocurre es aceptarlas.
Muchas de las situaciones a las que
nos enfrentamos, por lo general, no las podemos elegir, pero lo que si podemos
escoger en todo momento es cómo respondemos ante ellas, y esta respuesta va a
estar condicionada, en gran medida, por la perspectiva desde la que observamos
las mismas. Ya que la situación no la podemos cambiar, lo que nos queda es
modificar la perspectiva hacia la misma por otras que nos permitan enfrentarla
de manera más efectiva y menos traumática.
Cuando ampliamos nuestras
perspectivas, automáticamente ampliamos nuestra capacidad de acción, ya que
esto nos hace poder elegir alternativas que antes, a pesar de estar
disponibles, no éramos capaces de observar.
Para una misma situación pueden
existir multitud de perspectivas, las cuales por si mismas no son correctas o
incorrectas, de hecho, no es adecuado clasificarlas de este modo, la distinción
verdaderamente importante que hay que realizar es si el punto de vista actual
que tenemos sobre una situación trabaja a nuestro favor o en nuestra contra.
Cualquier perspectiva que ayude a crecer, a desarrollarse, a superar retos y
alcanzar metas será una buena perspectiva y cualquiera que incapacite o limite
será una mala perspectiva que debe de ser cambiada.
Por lo tanto, podemos cambiar el
color del cristal, aunque si lo hacemos corremos el riesgo de escorarnos hacia
otro lado. Mejor sería ponernos unas gafas multicolores, unas gafas con los suficientes
colores que nos permitan:
-
Ponerse
en el lado del otro.
-
No
dar importancia a las cosas que carecen de ella.
-
Aceptar
todas las situaciones.
-
Tolerar
todo lo que se presente.
-
Sentir
como propio el hacer ajeno
-
No
opinar, no juzgar, no criticar.
-
Aceptar
razones que no conocemos.
-
Sentir
que todo es relativo.
-
Mirar
con los ojos del alma.
-
Saber
que todo está bien.
martes, 22 de noviembre de 2022
Hágase Tu Voluntad
La Voluntad de
Dios, entre otros atributos, es el bien, es la libertad, es la salud, es que se
acaben los velos existentes entre Dios y el hombre, la Voluntad de Dios es luz,
es felicidad, es paz, es pureza, es equilibrio, es bondad.
Dejar que se haga la Voluntad de Dios es dejar que la vida fluya, es aceptar los acontecimientos que la vida nos depara, es vivir nuestra propia divinidad.
Es todo lo contrario de lo que vivimos los seres humanos, que empecinados, insistimos una vez y otra en que la vida sea como nosotros pensamos que debe ser, insistimos en que las personas sean como nosotros creemos que deben ser, olvidando su libertad, y culpabilizamos a Dios, de manera permanente, porque nuestros deseos no se cumplen tal como planeamos, sin ser conscientes de que las cosas son como tienen que ser y no como nosotros deseamos que sean.
Culpabilizamos a Dios por nuestro sufrimiento, levantando los ojos al cielo y preguntando ¿por qué a mí?, sin ser conscientes de que somos los únicos creadores de nuestra propia vida. Dios nos permite ser, Dios respeta nuestra libertad, la libertad que Él mismo nos ha dado.
En lugar de aliarnos con Dios para sentir y vivir los atributos
de su Voluntad, le vemos como a ese Ser que está presto a castigarnos y que
parece que colabora poco con nosotros. ¡Qué lejos estamos de la Verdad!, y que
fácil sería vivir una vida llena de amor y felicidad, mucho más fácil de lo que
la mayoría de las personas creen. Lo hace difícil el no saber o no aceptar,
que la misma Vida es Dios en acción y que su Voluntad ya impregna la Vida. Solo
hay que vivirla y no sufrirla.
La otra parte de la frase es: “Así en
la Tierra como en el Cielo”. ¿Dónde radica la diferencia entre la Tierra y lo
que la oración llama Cielo? El Cielo no es un lugar, el Cielo es ese estado de
conciencia en el que nos encontramos cuando no tenemos materia, cuando no
tenemos cuerpo, mientras que la Tierra es lo que estamos viviendo, una
existencia dentro de un cuerpo.
Cuando pedimos que se haga la Voluntad
de Dios tanto en la Tierra como en el Cielo, ¿quiere decir que son distintas
voluntades? No, es la misma Voluntad, lo que existe en la vida terrenal, es lo
mismo que existe al otro lado de la vida. Y si los que están al otro lado de la
vida de la materia viven una vida de paz, de amor, de alegría, de felicidad,
¿qué es lo que impide que a este lado no sea lo mismo? Solo el pensamiento.
sábado, 18 de junio de 2016
¡La Verdad! ¿Qué verdad?
miércoles, 11 de mayo de 2016
miércoles, 4 de mayo de 2016
Caminando......, caminando hacia Dios (1 de 2)
domingo, 6 de marzo de 2016
Primera vida (y 2)
miércoles, 17 de febrero de 2016
Creer solo es un pensamiento
sábado, 11 de octubre de 2014
La muerte nos iguala
domingo, 31 de agosto de 2014
Todo es según el color del cristal con que se mira
sábado, 2 de agosto de 2014
El camino hacia la Verdad
viernes, 27 de junio de 2014
El camino siempre es el Amor
lunes, 23 de junio de 2014
La verdad os hará libres
Y nos engañamos a nosotros mismos cuando nos creemos que somos “Fulanito de Tal” y que tenemos que ser cada vez más importantes, aunque para ello tengamos que pisar a quien esté delante de nosotros. Nos engañamos a nosotros mismos cuando vemos a alguien como nuestro enemigo, o como nuestro rival. Nos engañamos a nosotros mismos cuando criticamos, cuando juzgamos o cuando envidiamos a cualquiera que pase por nuestro lado. Nos engañamos a nosotros mismos con el sufrimiento, la tristeza, la ira o el desamor, creyendo que la vida es sufrimiento y que es normal que nos arrastre al dolor. Nos engañamos a nosotros mismos cuando buscamos la felicidad en el exterior, sin saber que ya la tenemos y está en nuestro interior.