Claves para cambiar la sintonía de la propia energía:
Ser sinceros y honestos: En la sinceridad y la
honestidad se igualan los pensamientos, las palabras y las acciones. Ya no hay
inconsistencia, ya no hay falsedad.
Evitar el auto-engaño: Hay que permanecer alerta de
manera permanente. La mente utiliza millones de estrategias para convencerte de
que lo estás haciendo bien.
Discernir lo verdadero de lo falso: Casi todo lo que
presenta la sociedad, es ilusión, es falso, es un sueño, porque sólo es un
reflejo de las propias mentes que conforman esa sociedad y, en esas mentes,
solo hay cabida para la desigualdad, para el egoísmo, para la desunión.
Políticos y religiosos se encargan de fomentar la desigualdad y la desunión, inculcando
falsos valores sobre la patria o la religión. Los verdaderos valores son la
unión, la hermandad, la solidaridad o el amor. Nuestra patria es el Universo,
nuestro idioma es el Amor, nuestro Dios es el mismo para todos, y se encuentra
tanto en la catedral, en la pagoda, en el castillo y en la choza, como en el
corazón de todas las personas.
Abandonar la pereza: El crecimiento interior y el
fortalecimiento del carácter, no lo va a dar nadie más que uno mismo con su
propio trabajo interno. Ni libros, ni gurús, van a hacer que se avance ni un
ápice en el propio crecimiento. Hay una cita que dice: “El maestro abre la
puerta, pero es el alumno el que ha de traspasar el umbral”.
Aceptar la vida tal cual es: Aceptar los obstáculos, aceptar
las crisis, aceptar los desafíos, porque son, gracias a ellos, como vamos a
avanzar y a crecer, son ellos los que fomentan la conexión con nosotros mismos
y con Dios.
Selecciona a las personas con las que te relacionas: Hay
mucho fariseo, hay mucho charlatán, que por mucho que se anuncien, están muy
lejos de la Luz. Recuerda: ¡Por sus hechos los conoceréis!, mucho más que por
sus palabras. Para evolucionar es bueno encontrar a personas que estén vibrando
en un nivel alto de evolución, no que ellos digan que están vibrando en tal o
cual sintonía. Obsérvalos, observa sus acciones, observa su amor, observa su
caridad, observa su falta de juicios, observa su honestidad, observa su
solidaridad.
Practica la humildad: En nuestro nivel, ninguno de
nosotros está exento de vanidad. Posiblemente sea una de las mayores batallas
que todos tenemos que librar, en mayor o menor medida
No explotar a nadie, no manipular, no especular: Respeta
a cada persona como te gustaría que te respetaran a ti. Respeta su proceso. Ni
tan siquiera les ayudes, si no desean la ayuda. Ten en cuenta una máxima: Trata
a todos como te gusta ser tratado.