Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Dedica la vida a
vivirla, no a vivir la vida de los demás.
La vida es plenitud, y cada segundo
que intentas vivir la vida de los demás dejas de vivir la tuya, dejas de vivir
un segundo de tu tiempo que no volverá a repetirse, conviertes tu vida en una
vida incompleta.
La vida es demasiado hermosa para desperdiciarla, aunque sólo
sea un segundo.
Desperdiciar la vida juzgando, opinando o criticando a otros es,
además, un trabajo insulso, ya que ese otro al que estás juzgando, es posible
que siga viviendo su vida tan feliz, sin enterarse de tus críticas o pasando de
ellas, porque sencillamente no las necesita; estás desperdiciando tu vida para
nada.
Nuestra vida diaria está regida por los pensamientos. Nos
movemos, actuamos y sentimos en función de lo que va apareciendo en nuestra
mente. Nuestra mente no se detiene ni un momento, hasta el extremo de que no
nos comportamos como lo que realmente somos, sino que nos comportamos como
pensamos que deberíamos ser, en función del entorno en el que nos encontremos.
De alguna manera, nos pasamos la vida actuando, somos actores de la vida, no
nos manifestamos tal como somos, sino como nos gustaría ser, como les gustaría
a nuestros padres que fuéramos, como les gustaría a nuestros educadores, como
le gustaría a nuestro jefe, a nuestros amigos o a nuestra pareja.
En definitiva, son pocos los momentos de nuestra vida en
los que nos podemos considerar auténticos. La mente dirige, por completo,
nuestra existencia, siempre de manera errática, siempre de manera crítica.
Nuestros pensamientos están dirigidos y gobernados por el
pensamiento social, están regidos por las normas y las creencias que la
sociedad impone. Y en la sociedad que nos hemos dado, es muy fácil sentirse
solos en nuestra realidad, porque la mente, desde donde vivimos, es la que nos
dice que existe separación entre nosotros y todo lo demás, y eso no es más que
una ilusión, una fantasía, una mentira, ya que la realidad es que todos y todo
somos uno. Ser uno con todo y con todos, quiere decir que yo no soy mejor, pero
tampoco soy peor, ni tan siquiera soy igual, sencillamente soy uno, soy lo
mismo.
Los estímulos que nos rodean nos mantienen dentro de nuestra
propia mente, nos mantienen a merced de la mente, la cual siempre está juzgando
todo lo que estamos percibiendo en nuestro entorno. Esta mente crítica, esta
mente que juzga de manera permanente, hace que aparezca en nuestra conciencia
sentimientos como la vergüenza, o la soberbia, o la envidia, por citar solo
algunos, y si aparecen en nuestra conciencia, es eso exactamente lo que vamos a
vivir y va a ser esa la forma de cómo vamos a sentirnos.
La vida no es eso, hay que acercarse a la vida y a todas
las circunstancias que la rodean con calma y con tranquilidad, aceptando la
vida tal cual es, aceptándonos nosotros mismos tal como somos, viviendo y
siendo conscientes de las experiencias que nos toca vivir en cada instante, sin
querer escapar del momento presente ni de los sentimientos que cada experiencia
genera. Todo lo que buscamos lo vamos a encontrar en el momento presente,
porque es ahí donde reside la verdad de lo que estamos buscando, y ninguna
experiencia es ni buena ni mala, solo es.
Pero, ¿cómo vamos a conseguir eso cuando toda nuestra
educación y nuestras creencias nos llevan directamente a la mente? Pues lo
vamos a conseguir trasladándonos de vivir desde el espacio de la mente a vivir
en el espacio del corazón. Podríamos decir que se trata de vivir una vida más
espiritual, no porque tenga que ver con ninguna religión, las religiones son
tan culpables de nuestra sinrazón como el resto de la sociedad. Es vivir una
vida más espiritual porque se trata de darle más chance al espíritu que a la mente,
se trata de vivir desde el corazón que es el abanderado del alma y dejar de
lado la mente que es la abanderada del cuerpo.
Esto
que predican con tanta insistencia las enseñanzas de los gurús de tantos libros
de autoayuda, es más difícil de practicar de lo que parece. Si fuera fácil
todos viviríamos desde el corazón y no serían necesarios más libros, más
cursos, más conferencias, más nada.
Vivir
una vida más espiritual, es decir, vivir desde el corazón, no significa saber
más, leer más, tener más conocimiento, retirarse a una cueva o hacer una vida
monacal. Sólo se trata de amar más, así de fácil es la teoría, la práctica no
lo es tanto.
Vivir
desde el corazón es vivir la libertad, es vivir la eternidad, es vivir la
alegría, es vivir la felicidad, es vivir el amor, es vivir la divinidad. Vivir
desde el corazón es dejar que el corazón hable su propia verdad, es dejar que
exprese su propia sabiduría, es dejar que nos ayude a tomar decisiones en
nuestra vida diaria, ya que siempre nos va a decir cuál es la respuesta y cual
la dirección correcta. Vivir desde el corazón es estar completamente presente,
y convertirse en la personificación del amor, de la ecuanimidad, y de la
libertad. Vivir desde el corazón es el estado natural y auténtico del alma que
ha decidido encarnar, y si no lo vivimos así, es porque hemos sido enseñados y
condicionados para vivir lejos del corazón.
No
sigas leyendo y piensa que crees que haces en la vida. Recógete un momento en
ti mismo, y piensa. Es posible que nunca se te haya ocurrido pensar que haces
aquí, en la Tierra. Es posible que nunca hayas pensado el porqué de la vida, de
tú vida. Es posible que nunca te hayas planteado porque tú vives en la
opulencia y otros no tienen para vivir. Es posible que hayas pensado en la mala
suerte que tienen los que han nacido en Siria, o en Palestina, o en el Sahara.
Pues ahora es el momento, ¿Para qué crees que has nacido?
Me
refiero a la verdadera razón de la vida, no a pequeñas tareas, o grandes, como
tú quieras calificarlas. Quiero que pienses en la auténtica, en la verdadera,
en esa tarea que una vez conseguida lleva aparejada el que ya no vuelvas, nunca
más, a encarnar en un cuerpo en este planeta.
Piénsalo
seria y honestamente antes de seguir leyendo. A fin de cuentas, nadie va a
saberlo, así que puedes ser totalmente honesto. Piénsalo.
¿Crees
que has nacido para liberar de su yugo a los oprimidos?, ¿Crees que has nacido
para tener hijos y que estos sean felices?, ¿Crees que has nacido para luchar
por el derecho de los animales?, ¿Crees que has nacido para preservar el medio
ambiente?, ¿Crees que has nacido para ayudar y servir al prójimo?, ¿Crees que
has nacido, sencillamente para vivir, y mientras tanto hacer algo bueno?,
¿Crees que has nacido para trabajar, trabajar y trabajar, para conseguir un
respetable montón de dinero, que te de seguridad a ti y a los tuyos?
Es
posible que haya tantas respuestas como personas. Pero solo una es la correcta.
Hemos
nacido para volver a Dios, que es nuestro origen.
Y
todo lo demás, son “tareíllas”, que nos pueden parecer importantísimas, nos
pueden parecer vitales, nos pueden parecer transcendentes, nos pueden parecer
imprescindibles, pero solo son eso, “tareíllas”.
En
la Biblia, (Marcos 8, 36 y Mateo 16, 26), aparecen las palabras de Jesús: “De
que le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma”.
La inmensa mayoría de
los seres humanos, una vez en la materia, creen que la vida es el espacio de
tiempo comprendido entre el nacimiento y la muerte del cuerpo. Y no es así. Una
vida es el espacio de tiempo y de “no tiempo” comprendido entre dos
nacimientos, y en ese periodo se contabiliza un nacimiento a la vida física,
una vida en la Tierra, la muerte del cuerpo, la estancia al otro lado de la
vida y una nueva encarnación. Así se vive una experiencia completa, siendo el
espacio más pequeño el comprendido por la vida física. Pues bien, es justamente
ese espacio ínfimo de tiempo lo que los seres humanos consideran toda una
vida.
Y en ese ínfimo
espacio de tiempo los seres humanos se ocupan en hacer justamente lo contrario
de aquello que habían planificado al otro lado de la vida: Darle la espalda a
Dios. Cuando, paradojas de la vida, la única razón para la vida es reconocer la
propia divinidad y realizar la unión con Dios.
No
le pongas palos a la rueda de la vida. Lo haces cada vez que sufres, cada vez
que te decepcionas, cada vez que te hundes
o cada vez que te lamentas por no haber conseguido tus objetivos.
No
quiere decir que no tengas que tener deseos o no puedas soñar. Por supuesto que
tienes que tener sueños, por supuesto que tienes que tener deseos, por supuesto
que tienes que luchar para conseguir que se cumplan. Pero lo que no puedes
hacer es que la no consecución de tus deseos turbe tu paz, tu serenidad, tu
alegría o tu felicidad, porque eso es ponerle palos a la rueda de la vida.
Si
tus deseos se cumplen ¡está bien! Si no se cumplen, ¡también está bien!
Dedícate a vivir tu vida, no a vivir la vida de los demás. La vida es plenitud, y cada
segundo que intentas vivir la vida de otros dejas de vivir la tuya, dejas
de vivir un segundo de tu tiempo que no volverá a repetirse, conviertes tu vida
en una vida incompleta.
La
vida es demasiado hermosa para desperdiciarla, aunque sólo sea un segundo.
Desperdiciar la vida juzgando, opinando o criticando a otros es además un
trabajo insulso, ya que ese otro al que estás juzgando, si es inteligente seguirá viviendo
su vida tan feliz, sin enterarse de tus críticas o pasando de ellas, porque
sencillamente no las necesita. Estás desperdiciando tu vida para nada.
Crecer……….,
evolucionar……….., madurar……….. Siempre hablamos de crecimiento, siempre
hablamos de evolución. Algunos creen que van a conseguirlo con los años, lo que no sé si todos tienen claro que elhecho de cumplir años no implica ni
madurez, ni crecimiento, ni evolución. Para crecer y evolucionar es imprescindible
que en algún momento de la vida la persona empiece a tomar sus propias decisiones,
y dejarse guiar por……., ¿El sentido común?, si, el sentido común, o mejor esa
voz interior, que es quien te va a guiar de vuelta a casa. Para volver a casa, lo primero y principal es alcanzar a saber quién eres
realmente, y por supuesto de dónde vienes, de cuál es tu casa, para volver a
recorrer el camino de regreso.
Saber
quién eres, implica despertar. La inmensa mayoría de las personas duermen, ni
tan siquiera nos atrevemos a decir que viven dormidos porque no es así, no viven,
sencillamente duermen. No saben quienes son ni de dónde vienen, duermen guiados
en su sueño por su mente poderosa, y lo que ellos creen que viven solo es
ilusión, y creen en su sueño que esa ilusión lo es todo, y se dejan guiar, y ellos
mismos aconsejan, sin saber que no viven, sino que tan solo duermen.
Pero esa
ilusión es nada, sólo ilusión. Es ilusión su aprendizaje, ya que despiertos
pueden tener acceso a todo el Conocimiento; es ilusión su mirar, ya que
despiertos pueden ver más allá de la materia; es ilusión sus pensamientos que
les hacen vivir una vida de creencias engañosas, ya que despiertos pueden vivir
la Totalidad; es ilusión su amor, ya que despiertos pueden vivir el Amor
Divino.
Es en la
ilusión de esa vida de donde nace el miedo, la crítica, la mentira, la defensa
del espacio propio, los celos, la incomprensión, la desigualdad, el egoísmo, el
sufrimiento, la tristeza, la desconfianza, el engaño, etc. Y todo esto, lo
único que hace es retrasar, obstaculizar y empobrecer vuestra conciencia,
vuestros días, vuestra vida.
Para poder
acabar con todo eso, sólo hay que despertar. Incluso los que viven
completamente dormidos pueden hacerlo, sólo es necesario que alguna vez pongan
en duda quienes son realmente, ya que ese es el camino, saber quién eres, y
alcanzar la meta de ser quien eres; de esta manera vas a tener la energía que te
va a llevar a la dicha de crear la vida desde el Amor.
Despierta,
vive desde el centro de tu Ser y comenzarás a ver los frutos; comenzarás a ser
consciente de las sincronicidades, comenzarás a ser consciente de que eres guiado,
y será más fácil para ti vivir tu tiempo, tu único tiempo: el presente; porque
sólo existe hoy, lo que llamas pasado y futuro no existe, por eso has de romper
con esa mente de ilusión que crea los pensamientos que te sujetan a las
acciones de ayer o te proyectan al mañana.
Tu cambio es ahora,
es este el momento de empezar a tomar tus propias decisiones, y seguir los
dictados de tu voz interior, sin dejar que aquellos que todavía están dormidos,
viviendo su ilusión, influyan en tu nueva vida.
Cuando
consigas dejar de vivir la ilusión, será cuando comiences a vivir. ¡Que sea
ahora!, un segundo de retraso sólo es un segundo más de infelicidad.
Toda tu vida se
desarrolla en “piloto automático”. Sería bueno que en algún momento tomaras los
mandos para pilotar tu vida. Ya que si no, te vas a enojar sin saber muy bien
por qué, vas a gritar sin saber muy bien por qué, vas a sufrir sin saber muy
bien por qué, vas a enfermar sin saber muy bien por qué y vas a morir sin haber
sido consciente de que has vivido.
La vida puede ser una
fiesta o un calvario. Es la persona la única que decide lo que desea vivir, y
como desea vivirlo. Nuestro contrato con Dios, por expresarlo de alguna manera,
es aprender a vivir en la Tierra confinados en un cuerpo como si estuviéramos
al otro lado de la vida. Si Él interfiriera, sería como realizar un examen con
la información del profesor, y en las asignaturas de la vida no valen engaños.
¿Cómo
sé que me amo? es la continuación de ¿Por qué amarse a uno mismo?
No
se puede amar a nadie si no nos amamos a nosotros mismos, ya que como decíamos
en la entrada anterior para dar algo es imprescindible tenerlo, y para dar la
energía del amor también, por lo tanto el primer paso es trabajar en nosotros,
es aprender a amarnos.
¿Cómo
hacerlo?
Sé
tu mismo siempre, en cualquier circunstancia, ante cualquier situación, con
independencia de quien está delante de ti. Cuando alguien se ama a sí mismo no
tiene porque esconder nada, está satisfecho de sí mismo tal cómo es, por lo
tanto no tiene que fingir ser quien no es y no tiene que ponerse ninguna
máscara en función de la persona que tiene delante.
Ya
sé que puedes pensar: “Si me presento tal cual soy, a veces, las personas
pueden ofenderse, o no entenderme, o pueden forjarse una idea errónea sobre mí,
o no valorarme en su justa medida. Además soy consciente de algunos aspectos de
mi personalidad y de mi carácter que en según qué condiciones, es mejor que no
salgan a la luz, Creo que lo más seguro es presentarme tal como le gusta a la
persona con la que interactúo, y con mucha más razón si es una persona a la que quiero complacer o una persona de la
que quiero conseguir algo. Sobre todo si no me cuesta excesivo trabajo, tengo
practica en fingir ser quien no soy”.
Ese
pensamiento es una prueba irrefutable de que no te amas. No te sientes
satisfecho de ti, entregas tu poder al primero que llega presentándote ante él
tal como a él le gusta, le estás engañando dando una imagen ficticia, y te
estás engañando a ti, lo cual no te va a permitir evolucionar, vas a quedarte
estancado en tu engaño ocultando tus carencias y divulgando tu mediocridad.
Como
inicio del trabajo conseguir ser consciente de tus máscaras, ya tiene algo
bueno: Eres consciente de tus debilidades, eres consciente de tu carácter, eres
consciente de tus limitaciones, eres consciente de tus malos hábitos.
La
parte no tan buena es que una vez eres consciente de todo eso, en lugar de
mejorarlo lo escondes. Así no vas a llegar a ningún sitio, y mucho menos a
Dios, que es realmente tu destino aunque no seas consciente.
Has
de conseguir desprenderte de cada una de tus máscaras, para interactuar en la
vida tal cual eres sin esconderte detrás de nada. Por eso has de analizar
cuando te escondes, por qué te escondes, para qué te escondes, y como es la
actuación que realizas.
Las
personas con las que te vas encontrando en la vida solo han sido colocadas por
ti, en tu camino, precisamente para que seas consciente de ese defecto que
traes de fabrica, para que seas consciente de la debilidad de tu carácter, para
que seas consciente de la baja autoestima que sientes por ti, para que seas
consciente de tus miedos, de tus malos hábitos, de tu pereza o tu falta de
voluntad, para que seas consciente de tu falta de respeto y de tu falta de
compasión, en suma, esas personas han pactado contigo en tu Plan de Vida ser un
espejo donde aparezcan reflejadas tus debilidades, para que sea más fácil para
ti subsanar todos esos “defectillos”, y empezar así a amarte para acumular la
energía del amor con la que comenzar a entregársela a los demás.
Cuanto
más seas tu mismo, sin máscaras, más cerca estarás de amarte a ti y de amar a
los demás.
Carta
de Albert Einstein a su hija Lieserl.
“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy
pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la
humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.
Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo
que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo
suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que
hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza
que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de
cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por
nosotros. Esta fuerza universal es el amor.
Cuando los científicos buscaban una teoría
unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo
recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas
por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y
permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y
desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en
mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado
tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del
universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple
sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la
energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por
la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor
es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control
de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es
urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra
especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si
queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la
única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una
bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el
egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva
en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera
ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía
universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo
trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo
que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal
vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo,
necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última
respuesta!
¿Buscas ganar más dinero?, ¿Buscas a tu
media naranja?, ¿Buscas a tu alma gemela?, ¿Buscas la perfección en tus hijos?,
¿Buscas la casa de tus sueño?, ¿Buscas ascender en tu trabajo?, ¿Buscas la
felicidad?, ¿Buscas el último modelo de teléfono?, ¿Buscas la salud?, ¿Buscas
vivir sin estrés?, ¿Buscas el amor?, ¿Buscas crecer espiritualmente?, ¿Buscas
la iluminación, ¿Buscas a Dios?
Está claro: Si estás buscando algo es
porque careces de ese algo.
A los que buscan se les denomina
buscadores, aunque más que buscadores habría que decirles “carecedores”, ya que
la carencia es anterior a la búsqueda y causa de esta, sin embargo, como la
palabra no existe en la lengua castellana, les tendríamos que llamar
necesitados. Necesitados de amor, necesitados de felicidad, necesitados de Dios,
y a la vez: buscadores de quimeras, buscadores de sueños, buscadores de
ilusión.
Reflexiona: ¿Estás seguro de que te
falta algo, o de que tienes carencia o necesidad de algo?
Si
la respuesta es “si”, si crees que te falta algo es que no estás aprovechando
tus recursos al cien por cien, ya que realmente no tenemos carencias, nada
necesitamos, estamos completos con lo que tenemos, estamos completos tal como
somos, ¿Crees que Dios nos hubiera dejado incompletos en el mundo?, ¿Crees que
Dios hubiera permitido que vivieras con todo eso que crees que te falta?
Y,
¿Cuándo esperas conseguirlo?, ¿Mañana?, ¿Más adelante?, ¿Dentro de algunos
años?, y ¿Qué vas a hacer hasta que lo consigas?, y si te mueres antes ¿Qué?, ¡Te
morirás incompleto!, sin embargo, viniste completo a la vida.
Mientras
luchas, porque eso es lo que se supone que haces para conseguirlo, ¿Estás
aprovechando tus recursos para vivir al cien por cien, o estás utilizando esos
recursos para conseguir lo que te falta, dejando claramente de vivir?
Somos completos, estamos en Dios, pero
tenemos un problema creemos que no es así, creemos que tenemos que conseguir
algunas cosas para ser felices, y esto nos convierte en esclavos, esclavos de fuentes
externas, tenemos que lograr…., tenemos que conseguir…., tenemos que poder…..
Tenemos
todo lo material que necesitamos para realizar el trabajo que cada uno ha
venido a hacer, pero si no lo mantenemos y lo perdemos de vista tratando de
conseguir más lo perderemos todo. La misma Ley de la Atracción tiene algunas excepciones:
La más importante es que si lo que deseas atraer está en contraposición con la
esencia de tu Plan de Vida, es decir con aquello que es el “leitmotiv” de la
vida, no lo vas a conseguir de ninguna manera.
Y
en cuanto a nuestro bagaje espiritual todos tenemos el mismo y es un bagaje
completo. Somos espirituales por naturaleza, el Amor es nuestra esencia, la
felicidad nuestro derecho de vida.
Dios
ya está en nosotros, no le busques, cuando le buscas en el exterior pierdes de
vista tu centro, pierdes de vista a Dios.
El origen de todas
las situaciones que se van presentando a lo largo y ancho de nuestra vida es algo
pactado de antemano, aparece recogido en nuestro Plan de Vida, y es algo que
tiene que pasar si o si. Lo que estas situaciones generan, es decir, nuestras
reacciones, es nuestro aprendizaje, eso no está pactado, es el fruto de nuestro
libre albedrío.
En
ocasiones, hemos escuchado, y posiblemente nos ha ocurrido a nosotros mismos, arrepentirnos
de situaciones en las que nos hemos involucrado y decir “Si no hubiera hecho tal
cosa, me habría ahorrado este sufrimiento, o esta pérdida o este desengaño”.
Siempre el origen de “ese
sufrimiento” es algo que teníamos que vivir, y no nos habríamos librado de él
de ninguna de las maneras. De lo que si nos podríamos haber librado era del
sufrimiento, porque ahí estaba la lección, vivir sin el dolor, vivir aceptando,
vivir desligándonos de la materia, vivir como seres espirituales, vivir como
hijos de Dios.
Sin embargo, si el
origen de alguna situación es algo que nos produce placer, paz o alegría, es
seguro que nunca nos vamos a arrepentir de haber elegido ese camino. Pues hemos
de saber y aceptar que tanto el origen de lo que produce dolor como el origen de
lo que produce placer tienen la misma fuente: Nosotros mismos.
Cuanto antes
entendamos y aceptemos que únicamente nosotros somos responsables de todo lo
que nos ocurre mejor será, ya que eso nos permitirá dar un salto cualitativo y
cuantitativo importante para la finalización de nuestro deambular por la
materia.
Las situaciones
generadas por el origen inicial van a devenir en otros orígenes para nuevas
situaciones que serán distintos según sean nuestras propias reacciones. Estos
nuevos orígenes también se encuentran en nuestro Plan de Vida, porque el origen
de una primera situación puede resolverse de diferentes maneras y al final de
cada manera hay un nuevo principio, hay un nuevo origen.
Si el camino elegido
para vivir la situación presentada no es el correcto, es decir que solo
sufrimos sin asumir el aprendizaje, esa situación se va a repetir una y otra
vez hasta que se haya aprobado la asignatura, hasta que se haya asumido e
integrado el aprendizaje.
La vida de la que somos conscientes solamente es la última
hoja de un guión que consta de cientos o miles de hojas, y para entender la
historia en su totalidad es imprescindible leer todas las hojas del guión
siguiendo su orden numérico antes de llegar a la ultima hoja, que es
precisamente de la que tenemos constancia y un conocimiento solamente parcial.
Esto quiere decir que para entender el porqué de
muchas de las situaciones por las que atravesamos en nuestra aventura de vivir,
y que podrían parecer inexplicables, tenemos que admitir y aceptar, (ya que de
momento no tenemos conocimiento), que antes de nuestra vida actual han ocurrido
muchísimas cosas y hemos vivido muchísimas situaciones que han marcado nuestra
vida actual con las cicatrices de tantas y tantas heridas que hemos recibido o
nos hemos generado en nuestro deambular por la materia, ya que la vida es un
continuo desde nuestra primera encarnación hasta la actual.
Las relaciones, los trabajos, las situaciones, las circunstancias
y muchas de nuestras emociones no son más que las herramientas que hemos
seleccionado para nuestro trabajo actual.
No achaques nada a la buena o a la mala suerte, no
culpes al destino. Tanto el rey como el bufón se han colocado en el lugar del
tablero que ellos mismos han elegido, y lo han hecho porque han determinado que
es el lugar idóneo para la realización del trabajo establecido en su Plan de
Vida.
Sueña el rey que es
rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su
riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy
aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.