El viaje del alma
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
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jueves, 18 de enero de 2024
miércoles, 10 de enero de 2024
El poder de elección
Puede ocurrir, que
habiendo olvidado que tenéis el poder de la elección, os sintáis atrapados en
una relación, en un trabajo, en la vida o por ciertas circunstancias y, las
cosas se han de poner muy mal, hasta que se encuentra el deseo, el coraje, y el
respeto personal para tomar nuevas decisiones. A no ser que seáis conscientes
de que tenéis el poder de decir no, nunca podréis, verdaderamente, decir si, a
las relaciones, al trabajo, a la vida, a cualquier cosa.
No tenéis que esperar
para hacer cambios positivos y poderosos. No tenéis que ir al trabajo, no tenéis
que ir a la guerra, no tenéis que estar casados o tener hijos, o actuar como
otra gente espera o desea. No tenéis que hacer nada. Simplemente reconocer que
cada acción o inacción, y vuestra voluntad para aceptar esas consecuencias, os
da el poder y la libertad para escoger quien ser, dónde estar y que hacer. Es
entonces cuando la vida pasa de ser una obligación a una oportunidad
maravillosa. Es entonces cuando los milagros ocurren.
El milagro de elegir,
es el milagro de crear la vida. No tenéis que preguntaros si estáis en el
camino adecuado, con la persona correcta, o haciendo el trabajo idóneo. No. Solo
tenéis que elegir vivir cada día por elección, y vivir al máximo.
Del libro "Cartas a Dios" de Alfonso Vallejo
viernes, 1 de diciembre de 2023
Conectar con el corazón y elegir (y 2)
Permíteme hablarte un
poco más del poder de elección que os he dado.
En un momento de la
Creación se originan las Mónadas o unidades de conciencia. Es vuestra parte más
espiritual. Las Mónadas son como Chispas de Fuego Supremo, como fragmentos
divinos, como fragmentos de vida divina separada, como entidad individual.
Las Mónadas, en el
momento de la Creación son omniscientes, (capacidad de saberlo todo), y
omnipresentes, (capacidad de estar en todas partes simultáneamente), pero
únicamente lo son en el plano en el que fueron creadas, ya que en todos los
demás planos son inconscientes e insensibles, incluido el plano físico, por lo
que no son capaces de responder a todas las vibraciones divinas del Universo.
Desde el plano físico
en el que estáis los seres humanos hasta el plano donde están las Mónadas hay
otros siete planos.
Para poder ser
sensibles en todos los planos, en todos omniscientes, en todos omnipresentes,
las Mónadas han de manifestarse en esos planos, de ahí que todo el proceso de
la evolución del “Yo” individual es una actividad escogida por las Mónadas
mismas.
Desde el momento de la
creación de la Mónada, tenéis todo el poder de elección. Yo no intervengo en
ningún momento en vuestro proceso. Si estáis en los mundos de la materia, es porque
habéis querido vivir en ese mundo.
La
primera elección que realiza el alma es su vuelta a la vida en la materia, es
decir, el nacimiento en un cuerpo. Y esa decisión la toma el alma por la
imperiosa necesidad que siente de unirse a la Conciencia Superior, a Dios, a
Mi. Nadie le dice que tiene que volver a encarnar. Es su decisión.
El
alma vuelve a encarnar con la única finalidad de descubrir en la materia, cuál
es su verdadera identidad, a pesar de la lucha por el poder que mantiene, de
manera permanente, con el ego.
Como
es el ego el que tiene el mando cuando el alma está encarnada, en cada vida se
quedan muchos círculos sin cerrar, que será necesario cerrar en las próximas
encarnaciones. Por eso, una vez tomada la decisión de volver a la materia, el
alma vuelve a elegir, organizando un Plan de como se desarrollará su vida en la
materia para conseguir, en el menor tiempo posible, su tan ansiado deseo.
Para
la planificación de la vida si que recibe algún tipo de ayuda, sobre todo, para
hacerla entender que no debe programar una vida llena de sufrimiento, lo cual
sería muy difícil de llevar a buen término.
El
alma quiere terminar su peregrinaje en la materia cuanto antes y sus
programaciones de vida pueden ser muy duras.
Una vez en la materia,
el alma que es la que conoce el Plan, queda opacada por el ego que es quien
toma el mando, siendo él quien toma las decisiones. Elige los estudios, el
trabajo, el tipo de vida que quiere llevar, elige la soledad o la compañía, elige
con quien compartir la vida.
Es muy posible que a
la hora de elegir el ego no esté muy seguro de a dónde le va a llevar ese
camino, pero a pesar de todo, tiene que elegir.
Sin embargo, tenéis
que ser conscientes de que las elecciones no se toman con palabras, sino con
acciones. De nada vale decir, escojo ser feliz. Lo que realmente vale es
ponerse en camino, de inmediato, para llegar a esa felicidad.
Os he dado la
capacidad y la libertad de elegir. Eso quiere decir que podéis escoger abrazar
las Leyes que están en lo más profundo de vuestra intuición, o podéis dejar que
los impulsos, miedos y hábitos, dirijan vuestra vida.
Las decisiones son
dirigidas: O por la mente consciente que casi siempre elige el miedo, la pereza,
los hábitos, o por la sabiduría del subconsciente que tiene mucha más
información de la que la mente consciente puede acceder.
Todo lo que podéis
hacer es tomar las mejores elecciones posibles, dentro de vuestro grupo
particular de circunstancias, elecciones hacia la vida, hacia el amor, hacia el
servicio, hacia la conexión. No importa lo que la vida os presente, siempre podéis
escoger como responder interiormente: Podéis resistiros, lamentaros y maldecir
el destino, o podéis haceros cargo y abrazarlo, fluyendo y expandiéndoos para
vivir el momento.
Puede ocurrir, que
habiendo olvidado que tenéis el poder de la elección, os sintáis atrapados en
una relación, en un trabajo, en la vida o por ciertas circunstancias y, las
cosas se han de poner muy mal, hasta que se encuentra el deseo, el coraje, y el
respeto personal para tomar nuevas decisiones. A no ser que seas consciente de
que tienes el poder de decir no, nunca puedes, verdaderamente, decir si, a las
relaciones, al trabajo, a la vida, a cualquier cosa.
No tenéis que esperar
para hacer cambios positivos y poderosos. No tenéis que ir al trabajo, no tenéis
que ir a la guerra, no tenéis que estar casados o tener hijos, o actuar como
otra gente espera o desea. No tenéis que hacer nada. Simplemente reconocer que
cada acción o inacción, y vuestra voluntad para aceptar esas consecuencias, os
da el poder y la libertad para escoger quien ser, dónde estar y que hacer. Es
entonces cuando la vida pasa de ser una obligación a una oportunidad
maravillosa. Es entonces cuando los milagros ocurren.
El milagro de elegir,
es el milagro de crear la vida. No tenéis que preguntaros si estáis en el
camino adecuado, con la persona correcta, o haciendo el trabajo idóneo. No. Solo
tenéis que elegir vivir cada día por elección, y vivir al máximo.
Dejar de quejaros y elegir
otra opción.
Yo te bendigo hijo mío.
(Del libro
“Cartas a Dios” de Alfonso Vallejo)
jueves, 23 de noviembre de 2023
Conectar con el corazón y elegir
Querido hijo:
Tienes toda la razón
cuando dices que la mente humana no está capacitada para entender todas las
respuestas, sobre todo aquellas que no tienen relación con la materia, que
están fuera del espacio conocido o que no pueden ser medidas con un reloj de
tiempo porque su medida siempre es “ahora”.
Sé de tu afán por
saber y conocer que hay al otro lado de la vida, pero…, contesta una pregunta,
¿para qué te serviría ese saber? ¿Tú crees que conocer las actividades que
realiza el alma cuando se encuentra en el espacio “entre vidas”, sería de
utilidad para tu trabajo en la materia?, ¿te ayudaría a tener más paciencia?,
¿cambiarían en algo tus terapias?, ¿cambiarías la receta de los garbanzos?
Yo voy a contestar,
por ti, esas preguntas: No te serviría para mejorar en las actividades que
realizas en la materia. Entonces, si no lo vas a entender y no te va a ser
útil, ¿para que insistir? Olvida el tema y enfócate en lo que, además de
conocido, es imprescindible para tu crecimiento y tu desarrollo espiritual.
Has podido comprobar
que es muy fácil contactar conmigo cuando estás en meditación.
Percibir mis señales
es muy sencillo, sólo tenéis que permanecer en silencio, sólo tenéis que
atravesar el espacio que existe entre vuestro pensamiento y vuestra sensación,
sólo tenéis que aparcar el pensamiento y centrar la atención en el corazón. Ahí
vivo Yo en nosotros. Y para llegar no vale escuchar discursos llenos de amor,
ni asistir a misas donde se hable de Mi. El ser humano ha de encontrarme en
solitario. Sin embargo, así como no vais a salir en la búsqueda de un tesoro si
no se sabe que existe, habéis de tener el pleno convencimiento de que Yo habito
en nuestro interior para establecer contacto.
La vida es una escuela
en donde cada persona elige las materias a estudiar. Yo os he dejado elegir
libremente las asignaturas. Pero al final de la “carrera” hay una tesis
obligada: “Encontrarse conmigo”. Para la realización de la tesis no está
establecido que haya que estudiar una vida o miles de vidas, se me puede
encontrar en un instante, o se puede tardar una eternidad. No me busquéis en el
cielo, ni en las iglesias. Buscarme en vuestro interior, porque mientras no me
encontréis en vosotros, permaneceréis en la vida repitiendo curso una y otra
vez.
Sois libres, tenéis
capacidad de elección, pero pocos son los que eligen lo bueno. Casi todos elegís
sufrir, elegís el miedo, enfadaros con vuestros hermanos, elegís la ansiedad, la
tristeza, la enfermedad, el dolor, la soledad.
Con lo fácil que es cambiar el punto de mira, recorrer el camino que os
separa de vuestro corazón y elegir la felicidad, elegir la alegría, elegir el
Amor.
Permíteme hablarte un
poco más del poder de elección que os he dado.
Continuará.......
(Del libro Cartas a Dios de Alfonso Vallejo)
domingo, 2 de octubre de 2022
Ser tú
¿Te has sentido muchas veces transportado a un mundo increíble mientras leías o escuchabas la historia de alguien a quien le cambió su vida? Seguro que sí, aunque no estés en ninguna búsqueda específica de nada. Seguro que sí, porque todos los seres humanos nos preguntamos alguna vez en la vida ¿para qué estoy aquí?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿qué sentido tiene la vida?, ¿por qué sufro, porqué solo soy feliz en algunos momentos?, ¿por qué no me pasará a mí como a otros que han cambiado su vida, lo han dejado todo y han seguido su corazón? Y en esos instantes te has imaginado haciendo lo que verdaderamente quieres hacer, lo que sientes y te has sentido el hombre, la mujer más libre del mundo.
Pero, casi al mismo instante ha aparecido tu mente y te ha dicho “Eso solo les pasa a los demás”. A algunos, a muy pocos, y yo soy una persona normal y corriente. ¿Pero, sabes una cosa? Los demás son tú y tú eres los demás. Es decir, lo que tú piensas, ellos también lo piensan, Porque todos somos, exactamente, lo mismo. Almas, almas con una sed increíble de ser felices. Pero no felices con nuestras posesiones materiales.
Así
pues, hablamos de plenitud, de plenitud interior, de sentirte presente, muy
presente en tu propia vida y ver como todo sucede y darte cuenta de que tú puedes
intervenir. De hecho, debes hacerlo, es tu obligación. Y lo haces.
Constantemente eliges esto o aquello en tu quehacer diario. Así pues, ¿por qué
no eliges para ti?, ¿por qué no dejas ya de pensar que sentirán los demás si
haces esto, o si haces lo otro? Qué más da. No harás nada que les pueda hacer
daño si lo haces con Amor, con el convencimiento de que eso es lo mejor para
ti.
Porque
cuando haces lo que es mejor para ti, estás haciendo lo mejor para todos los
que te rodean. Porque eres completo y feliz y todo lo que puedes hacer es dar
felicidad y amor.
Párate,
deja de leer como “otros sí pueden y tu no”. No te pongas excusas mentales que
sabes que no te sirven para nada y que solo son excusas movidas por el miedo.
¿Pero
dónde queda el miedo cuando eres feliz? No existe. Haz, camina, cae, levántate
y confía, confía, confía. No estás nunca solo. Jamás, porque estás contigo. Y
en ti lo tienes todo. La capacidad de amar, de sentir, de vibrar con la energía
del Universo. Porque eso eres, un “ínfimo” fragmento del Universo, que dejó un
día de tener esa conciencia y se encarnó. Pero no perdió nada. La llevas
contigo. Tú eres luz, tú eres vida. Tú eres esa pieza imprescindible, aunque
estés en una esquina lejana de este puzle Universal, que no puede construirse
sin ti. Seria incompleto.
Siéntete
tú, siéntete yo. Un yo no mental, un yo en los demás y con todo. Tú eres Buda,
tú eres Dios, tú eres Luz, tú eres camino, tú eres Maestro.
Y
por encima de todo tú eres ¡libre! Libre para elegir y ser ese “otro” que ha cambiado
su vida y al que envidias muchas veces. Eso te puede pasar a ti, de hecho, te
está pasando, pero no quieres escuchar.
Haz
tu camino sin miedo y los demás se colocarán en el lugar correcto para dejarte
andar. Da igual, no pienses en “mi madre, mi padre que dirán, que pensarán, mis
hijos, mi pareja, mi hermano……” Da igual. Si tú estás bien ellos estarán bien,
seguro.
Quizá
tarden un tiempo en darse cuenta y aceptarlo. Y, ¿qué? Es su tiempo, no el
tuyo. Es su elección, no la tuya. Tú eliges amarlos desde ese tú que eres y,
ellos, poco a poco, sentirán esa energía que les llegará sin palabras, sin
discusiones, sin luchas, sin tener que convencerles de nada. Llegará así, tal
cual.
Qué
fácil parece, ¿verdad? Pues lo es. Lo verdaderamente difícil, y muy cansado, es
que sea al revés. Es decir, que sea una lucha entre tu sentir y tu deber. No
hay deberes.
Obsérvate
como el Ser Divino que eres y camina desde ahí. Nadie es más que tú. Ni Jesús,
ni Buda, ni nadie. Todos somos elegidos.
Recuerda:
el puzle está incompleto sin ti.