El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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miércoles, 21 de febrero de 2024

La noche más oscura

 


          Cuando la incertidumbre, la impotencia, la sensación de soledad, la tristeza, la ansiedad, la angustia o la depresión se apoderen de ti, llenando de oscuridad tu vida, dándote la sensación de vivir en la etapa más oscura de tu existencia, entra dentro de ti, deja de lamentarte y cambia la pregunta de ¿por qué a mí? por esta otra ¿para qué a mí?

          En la vida, todos los acontecimientos, todas las situaciones, todo lo que parecen problemas, lo que parece buena o mala suerte, los hechos, los sucesos, los accidentes o las casualidades, ya están, desde antes de llegar a la vida, perfectamente organizados, planificados y programados.

          Todo en la vida está engarzado, para todo existe una sagrada razón, todo tiene un “por qué” y un “para qué”.

          Trabaja para cambiar eso que no te gusta, pero antes tienes que aceptarlo. Acepta y honra tu vida y cada instante de ella, porque eso que no te gusta es una pieza muy importante en el devenir de tu existencia para conectar con tu divinidad.  

          La vida, como un río sin fin, fluye con misterio y propósito. Aunque no siempre entendamos las razones detrás de los eventos que nos rodean, a veces es en la incertidumbre donde encontramos la belleza y el significado más profundo.

Cada hoja que cae, cada risa compartida, cada lágrima derramada, todos forman parte de un tejido cósmico. Para todo existe una sagrada razón.

Todos los seres humanos estamos conectados y cualquier acción, por ínfima que parezca, tiene un enorme impacto.

lunes, 31 de octubre de 2022

Pasos de gigante

 



Capítulo XIII. Parte 5. Novela "Ocurrió en Lima"

El timbre de la puerta me sacó de mis elucubraciones. Pensé que solo podía ser Diana.

-    Cuéntame –fue lo primero que dijo en cuanto abrí la puerta.

-    Pues ya está hecho. He estado trabajando en mi nuevo despacho hasta las tres de la tarde, -y fui consciente de que se lo contaba con una ilusión que hacía mucho tiempo que no había sentido.

Detallé a Diana como había transcurrido el día, sin omitir nada.

-      Estás exultante, -me comentó.

-      Sí. Y tú, ¿quieres cambiar de trabajo?, -tenía que empezar a reclutar el personal para el departamento.

-      Sí, me apetece mucho, ¿crees que podrá ser?, -preguntaba esperanzada.

-      Por supuesto. Tienes que llevar tu curriculum en persona para que te hagan una entrevista y supongo que no tendrás ningún problema. Yo te acompañaría. La oficina de recursos humanos está al costado de la nuestra. ¿De qué quieres trabajar?

-      No sé, ¿qué puestos hay?

-      Puedes ser mi asistente o trabajar de administrativa introduciendo datos.

-      Me apetece más ser tu asistente, ¿qué tengo que saber?

-      Tienes que estar en contacto conmigo y con los técnicos, cuando salgamos de la oficina, para saber dónde estamos por si nos necesitan. Serás mi voz en el departamento cuando yo no esté y cuando esté, también, porque organizarás mi agenda y contactarás con las distintas oficinas para temas que puedan surgir. Tendrás que manejar todas las aplicaciones de la empresa. Y, posiblemente, un sinfín de tareas más que irán surgiendo.

-    Me encanta, -parece que ya éramos dos los que estábamos ilusionados.

-     ¡Ah!, y tu sueldo estará equiparado al de los técnicos y, supongo, que será el triple de lo que ganas ahora.  

-    Pues aún me encanta más.

-    Perfecto, empieza a preparar el curriculum y el lunes, si puedes, te vienes conmigo a primera hora. ¿Cuándo podrías empezar?

-    Al otro lunes. En una semana. Y si no me cuentas más, paso a mi depa a preparar el curriculum.

-    Mientras lo preparas, voy a llamar a mis antiguos compañeros a ver si les puede interesar. Cuando finalice las llamadas, paso a buscarte y, vamos a comer una pizza para celebrarlo, te invito.

-    Acepto la invitación. Pasa cuando estés. Hasta luego, -y se fue dejándome solo.

En la antigua empresa trabajábamos diez personas. Todos responsables y cumplidores de su trabajo, desde los técnicos de primera línea hasta el personal de administración y ventas. Cualquiera de ellos sería un buen fichaje.

Mi intención era contactar con ellos, desde Pablo, con el que ya me reuní para intentar iniciar un negocio juntos, que no pudo ser por falta de capital y que, además de ser mi mejor amigo de la empresa, yo lo consideraba el más valioso técnicamente, hasta tener cubierto el cupo de las seis plazas que necesitaba el departamento.

Al final contacté con los diez porque la mitad habían conseguido trabajo o habían decidido tomarse una temporada sabática, como fue el caso de Alba que estaba embarazada y había decidido junto con su esposo disfrutar su estado y dedicarse al bebé cuando naciera, o de Alex, otro extraordinario técnico, que aprovechó el quedarse sin trabajo para sustituir a sus padres en el negocio familiar. Por su parte, Ramón, Ferrán y Doménica habían conseguido un trabajo en el que se sentían satisfechos y no les apetecía cambiar otra vez, aunque Ferrán me comentó que Karla, su esposa podría estar interesada. A Karla la conocía por los encuentros y comidas de empresa que hacíamos, con bastante frecuencia, todos los compañeros, por venir acompañando a su esposo.

Pablo y Belén, como técnicos, y Patricia, Esteban y Raúl, como administrativos, se mostraron muy interesados y quedé con todos ellos, más Karla, en reunirnos el domingo por la tarde, en mi casa, para informarles a todos de lo que yo sabía, que tampoco era demasiado.

Y con la satisfacción de estar dando pasos de gigante, en lo que sería el equipo de trabajo, pasé a buscar a Diana para ir a cenar nuestra pizza de celebración.

jueves, 29 de septiembre de 2022

Aprender a vivir

          

        Toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, es una acumulación de experiencias y una incesante recepción de lecciones. Esto sucede desde nuestra individualización como almas y, en cada vida, desde la experiencia del primer nacimiento, hasta la última muerte en nuestra última vida terrena, se van sucediendo situaciones, que llevan implícito el aprendizaje, que hemos decidido tener en esa vida en concreto y en ese determinado momento. Y excepto, posiblemente, en la segunda mitad de nuestra última vida, ese aprendizaje se realiza normalmente de manera totalmente inconsciente y en un gran porcentaje de ocasiones, con sufrimiento.

          Somos inconscientes del aprendizaje que conlleva cada situación y cada experiencia, pero sí que somos conscientes de la experiencia, es decir: Imagina que reaccionas siempre con rabia ante una determinada situación que se produce con un compañero de trabajo. La inconsciencia está en que no sabemos que esa situación lleva implícito un aprendizaje y, mucho menos, cuál es el aprendizaje, pero si somos conscientes de la rabia que nos genera esa situación, y de nuestra actuación para con el compañero de trabajo debido a esa rabia.

          Esa actuación que tenemos debida a la rabia, no sucede gratis, lleva implícito un efecto. La relación entre la causa, (la rabia), y el efecto, (la actuación), se denomina karma.

          Cualquier causa, sea de pensamiento, de palabra o de acción, genera un efecto, genera karma. Y lo mismo da que esa causa sea un buen o un mal pensamiento, una buena o una mala palabra, una buena o una mala acción. En todos los casos genera un efecto, es decir, genera karma.

Un karma producido por un mal pensamiento una mala palabra o una mala acción genera un débito por parte del emisor del pensamiento, palabra o acción, hacia el receptor. Y un karma producido por un buen pensamiento, una buena palabra o una buena acción, genera un débito del receptor hacia el emisor. En el primer caso, se ha de pagar, en el segundo, se ha de recibir.

Más allá de nuestra mente no existe distinción entre el karma producido por una acción, ya sea buena o sea mala. Los dos tipos de karma van a tener el mismo resultado, van a hacer que la persona tenga que encarnar nuevamente para pagar o cobrar la deuda. Ante esto cabría preguntarse, ¿Cuándo se acaba esta rueda?, porque siempre se están realizando acciones.

La rueda, el karma se acaba cuando todo se realiza sin deseo. Está claro, que según se va evolucionando se van realizando cada vez menos malas acciones y más buenas acciones. En el momento en que todo sean buenas acciones y se hagan de manera desinteresada, se acaba el karma, se acaba el ciclo de reencarnaciones, se entra en una nueva dimensión sin cuerpo.

Mientras todo esto sucede, se está produciendo el aprendizaje y, es difícil poder concretar cuáles son las claves que indican cuando se ha aprendido la lección. Pero sí que hay ciertos indicios. ¿Eres consciente que hay situaciones en tu vida que se repiten y se repiten, una y otra y otra vez? Esa es una evidencia concreta de que hay una lección para aprender y que no la estás aprendiendo, y se va a seguir repitiendo hasta que hayas aprendido la enseñanza contenida en esa experiencia.

De cualquier forma, cuando se planificó nuestra vida, se planificaron también las ayudas. Y en esas ayudas están los mensajes, está la sincronicidad. Recuerda, que cada acontecimiento, que cada palabra, que cada mirada, que cada pájaro y cada soplo de viento, nos está hablando de los pasos que hemos de seguir en la experiencia, para vivirla al cien por cien, para extraer la enseñanza, y para plantarnos ante la próxima situación, energéticamente reforzados, por la energía que suministra el alma satisfecha por el aprendizaje.

Sólo hay que ser conscientes de las señales. Para ser consciente de las señales y de los mensajes, se ha de estar atento, se ha de tener la mente lo más calmada posible, sin esperar las señales, sin juzgarlas, sin tratar de entenderlas, solamente dejándose llevar.

Sólo así se puede ser consciente del sufrimiento que puedan generar las experiencias, para de forma inmediata poner los medios que ayuden a la liberación del posible sufrimiento, sin quedar enganchados a él, aprovechando para el alma esa nueva experiencia y ese nuevo aprendizaje.

martes, 13 de septiembre de 2022

Vivir el momento

 

Capítulo VIII parte 2. Novela "Ocurrió en Lima"

-    Estaba aceptándome yo, pero ya veo que tengo que abrir el abanico a todo.

-    A todo y a todos -parece que Ángel dio por concluido el tema porque pasó a preguntarme- ¿Qué piensas hacer con respecto a Indhira?

-    Esperar. Puede ser que, en el proceso de espera, con el paso del tiempo, se vaya diluyendo el pensamiento y ya estará.

-    ¡Ah!, y si no se te pasa, ¿qué?

-    ¡Se pasará! –ni yo mismo estaba seguro de lo que estaba diciendo.

-  Es cierto que no existe la casualidad, que todo es debido a tu planificación de la vida.

- ¿Quiere eso decir que todo esto que me está ocurriendo es programado por mí y, supongo, que por Indhira, para estar juntos?

- Puedes estar completamente seguro de que ha sido programado por vosotros –sentenció Ángel, y continuó- Ahora, eso de que sea para estar juntos o no, ya son palabras mayores. Lo único que se puede saber es que algo tenéis que aprender de la situación. -sentenció Ángel.

-    Pues entonces con mi otra relación ¿fue igual?

-    Fue igual, todo está programado. Una enseñanza más. -Ángel era como un lorito de repetición con la historia de la programación de la vida.

-    Somos como una hormiga. En cualquier momento puede venir un gigante, pisarnos y, adiós Antay. Si todo está programado no sé qué hacemos aquí –empezaba a cargarme tanta teoría indemostrable.

-   Sí que hacemos, y mucho –trataba de convencerme Ángel- tenemos libertad para reaccionar ante las situaciones programadas y no programadas de la vida.

-    ¡Ah!, ¿programé algo para sufrir? -a ver ahora que decía Ángel.

- Programaste para aprender, que es la razón por la que se realizan todas las programaciones en la planificación de la vida. Tu sufrimiento, como cualquier sufrimiento, es opcional. Tú decidiste sufrir, con una duración que, también, tú decidiste y con unas consecuencias, (tu miedo), que tú mismo, también, has decidido.

>> Míralo, ahora, desde otra perspectiva: Programaste una relación para aprender a amar, para aprender a dejar ir, para aprender a perdonar y, en lugar de eso, decidiste temer, decidiste mantener en el pensamiento a la otra persona, sin soltarla, porque aún no la has dejado que se vaya, y no has sabido perdonar, porque estás lleno de ira.

-    Claro, y no sabemos porque esta nueva programación. ¿Para volver a sufrir?

- Por supuesto que lo sabemos. Para seguir con tu aprendizaje del amor. Pero no podrás avanzar ni un milímetro si antes no te liberas del miedo.

>> Míralo de esta manera: Las cosas van y vienen. De lo que se trata es de disfrutar lo que tenemos, en cada momento. ¿Estás disfrutando?

-    Claro que no estoy disfrutando, estoy pasándolo mal –estoy seguro de que no hacía falta que dijera como me encontraba, mi cara reflejaba mi desastroso estado.

-    Y, ¿por qué estás pasándolo mal? –Ángel metía el dedo en la llaga como si quisiera hacer más daño.

-    Porque me gustaría estar con ella y no estoy –parecía claro, no había necesidad de preguntar.

-    ¿Por qué no estás con ella? –este hombre cuando se pone pesado no hay quien lo gane. Creo que estoy empezando a cansarme de esta conversación.

-    No estoy con ella porque me gusta demasiado, porque puedo enamorarme y no quiero sufrir si un día se acaba la relación. Tengo experiencia en eso.

-    ¡Ah!, ¡vaya! Y para no sufrir un día, que no sabes si llegará, ya empiezas a sufrir ahora. Lo que estás diciendo es de locos.

>> En primer lugar no sabes si te vas a enamorar. No sabes si se va a enamorar ella. En caso de que os enamoréis los dos no sabes si estaríais juntos. En caso de que estuvierais juntos no sabes si sería para siempre o se acabaría algún día. En caso de que se acabara, ¿quién te dice que no sea porque tú lo decidas?

>> Es una locura el sufrimiento que te estás infringiendo ahora.

>> Tienes que decidir qué quieres hacer con tu vida y ponerte a ello.

>> Imagina que estás en un punto desde el que parten varios caminos. De hecho, cada minuto de vida nos encontramos en una encrucijada y tenemos que decidir qué camino tomar. Siempre tenemos varias opciones que se pueden agrupar en dos: Las que nos hacen felices y las que nos causan sufrimiento.

>> Para tomar las opciones que nos hacen felices tenemos que escuchar la voz del corazón. Para las otras solo tenemos que seguir los dictados de la mente.

>> A pesar de lo que te he dicho de la programación de la vida, cada persona es absolutamente libre de elegir. Y nadie, ni el mismo Dios, sabe que camino vas a elegir. Lo que sí sabe es lo que te vas a encontrar al final de ese camino.

>> Cuando alguien tiene un momento de sufrimiento puede estar seguro que está tomando una decisión desde la mente. Y no digo equivocada, porque ninguna decisión lo es. En cada camino que se elija y en cada decisión que se tome hay un aprendizaje.

>> La prueba la tenemos en ti. Ahora estás, emocionalmente, muy mal, ¿por qué?, porque has tomado una decisión proyectándote a un hipotético futuro, ¿desde dónde?, desde tu mente que es la que recuerda una ruptura de hace unos cuantos años y te dice que cada relación va a terminar en lo mismo.

>> Por lo tanto, parece fácil deducir que lo que quieres hacer con tu vida es seguir solo. ¿Es así?

-    No. Me gustaría tener una familia –lo decía en serio-. Me encantaría tener una familia.

-    ¿Cómo lo vas a conseguir si cada vez que alguna persona despierta algo en ti sales corriendo por si un día decide dejarte?

martes, 26 de abril de 2022

Y la vida sigue fluyendo, a pesar de todo

 

          Piensa en un rio de aguas tranquilas y trasparentes que discurren por su cauce sin oposición, con continuidad, y que después de un recorrido, más o menos largo, desemboca en el mar. La vida es como ese rio, nunca se detiene, siempre continua, siempre en movimiento, un segundo tras otro, discurriendo como las aguas del rio, siempre cambiantes, nunca es igual. La vida fluye en cada uno de nosotros como las aguas fluyen por su cauce.

        ¿Qué pasa si hay una roca en mitad del rio? El agua choca contra ella, rebota, retrocede, se abre en dos partes, se crean remolinos, los sedimentos que parecían dormidos en el lecho del rio suben a la superficie enturbiando el agua. Pero unos metros por delante de la roca el agua vuelve a su tranquilo discurrir. La vida, también, es como el rio, hasta que, a veces, nos encontramos con piedras que se interponen en el fluir de nuestra vida.

Sin embargo, mientras el agua del rio se torna serena una vez traspasado el obstáculo, el normal fluir de la vida en los seres humanos no vuelve después del obstáculo, porque la mente se encarga de fabricar más rocas y de arrojarlas al cauce de la vida.

          Es lo que pasa en el río cuando hay muchas rocas, a lo largo y ancho de su cauce. El agua ya no discurre tranquila, todo lo que hay son remolinos, y el avance del agua es un torbellino sin control. Cuando nuestra mente, (y pasa demasiadas veces), es como un tío vivo, llena de luces y ruido, dando vueltas y más vueltas, en torno a los problemas, a los miedos, a la autocompasión, se parece a ese rio lleno de obstáculos, y nosotros, creyéndonos que vamos a llegar al mar subidos en esa balsa, fabricada por nuestros pensamientos, en la que creemos tener seguridad, terminamos perdiendo la vida sólo por el hecho de no vivirla de manera consciente.

          Nuestros pensamientos repetitivos, nuestro esfuerzo por asirnos con desesperación a la seguridad, nuestro miedo a perder el control, nuestras indecisiones, nuestro apego al sufrimiento, hacen incluso que, en el cauce de la vida, por delante de las rocas, levantemos una inclusa que detiene completamente el agua, emponzoñándose, pudriéndose.

          Nos han enseñado que la única manera de tener éxito es generando y manteniendo un esfuerzo constante, es realizando un trabajo excesivo, es renunciando a nuestro propio placer, porque a eso le llaman egoísmo. Nos han enseñado que sólo se puede aprender son sufrimiento, que la letra con sangre entra que, antes de hacer, hemos de pensar en “que pensara la gente”. Es mentira, ¡nos han engañado!

          El aprendizaje es una diversión, el éxito no se persigue, el verdadero éxito llega cuando dejamos de ofrecer resistencia, cuando no nos aferramos a la vida, porque aferrarse a la vida persiguiendo el éxito, es perder el éxito y la vida. Rompamos las compuertas y limpiemos nuestro cauce de escollos para dejar que la vida fluya, sin perdernos en el tío vivo de nuestros pensamientos. Detengamos el carrusel de tu mente y bajemos, de nuevo, a la vida.

          Dejar que la vida fluya a través nuestro, es aceptar. Fluir, aceptar, no quiere decir que nos crucemos de brazos con resignación, no. Quiere decir que elijamos la paz en lugar del miedo, que elijamos la alegría en lugar de la tristeza, que elijamos la acción en lugar de las dudas, quiere decir que lo importante es la felicidad y no el pensamiento de los que nos rodean, quiere decir que elijamos el amor ante cualquier otra circunstancia, quiere decir “si”, “si a la vida”.

          Un buen trabajo sería empezar a aceptarte a ti y empezar a presentarte ante los demás tal como eres, sin máscaras:

Para eso podrías colocarte delante de un espejo y observar la expresión de tu cara. Toma conciencia de tu expresión, no juzgues si es un rostro serio, si es lánguido, si parece enfadado……… sólo observa.

Empieza a decir cosas hermosas a ese rostro que se refleja en el espejo: “que belleza”, “te quiero”, “que ojos tan bonitos”, sonríe y empieza a ver como es tu rostro cuando sonríes. No juzgues nada, no busques el por qué de nada, sólo quiérete, solo acéptate, y podrás observar como tu rostro se relaja y cambia. Haz este ejercicio durante cinco minutos cada día antes de tu meditación y que sea luego ese rostro el que sacas de casa para presentarte ante el mundo.

A partir de tu propia aceptación, será más fácil aceptar la vida. Poco a poco, vete desterrando el “no” y, empieza a utilizar el “si” con esa sonrisa que practicas en el espejo, empieza a aceptar los cambios de la vida sin oponerte, empieza a decidir sin darle vueltas y más vueltas que solo sirven para envenenar tu mente. Empieza a vivir todos los instantes, sin perderte ni uno solo.

El pensamiento lleva al sufrimiento y a la soledad. Para rasgar el velo de la soledad clica aquí.

 

sábado, 15 de abril de 2017

Hágase tu voluntad

         Todas las situaciones por las que pasan todos los hombres en la vida de la materia tienen una razón. Es una razón desconocida e ininteligible para ellos. Es una razón Superior recogida en su Plan de Vida, con la que el alma, que es la responsable de la aceptación de dicho Plan, espera conseguir un avance en su evolución.

         Es imposible reconocer a priori, la causa por la que se producen determinadas situaciones en la vida del hombre. A veces, una vez resuelta la situación, se puede llegar al entendimiento del porqué ha llegado dicha vivencia en la vida. Aunque tampoco es muy común que una vez resuelta se den vueltas de porqué ha pasado algo y no otra cosa.

         Las situaciones positivas también están determinadas por la misma ley, pero estas, al ser positivas y no causar sufrimiento no van a hacer que la persona se detenga, ni tan siquiera un segundo, en preguntarse porque ha vivido tal situación, ni porqué le ha tocado vivirla a ella y no al vecino.



         Sin embargo, las situaciones que los hombres califican de negativas, de penosas, llenas de sufrimiento o de incertidumbre, van a hacer que levante los ojos al cielo y pregunte ¿Por qué Señor?, van a hacer que pidan con auténtica devoción que se resuelva su dolor, van a hacer que se pregunten, una y mil veces, porqué les está sucediendo, van a orar, a pedir, a rogar y hasta a maldecir, porque la situación sigue ahí, inamovible, o avanzando muy lentamente.

         Ya sea la vivencia positiva o negativa, ya sea que se pregunten la razón o no, ya sea que sean conscientes o no de lo que les está “tocando” vivir, les va a ser muy difícil entender la situación.

         La mente humana, con todo y ser magnífica y poderosa, está lejos de la Mente de Dios, y en ningún caso, y ante ninguna situación, va a conseguir entender la razón. Es la Razón de Dios.

         El Plan de Vida es un Plan Divino y los hombres no están preparados para entender las razones de ese Plan, ya que es lo mismo que querer entender los Planes de Dios.


        
           Puede ser que las situaciones se alarguen y alarguen, un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro. Eso es señal inequívoca de que el aprendizaje que tal situación lleva implícito no se está realizando, en la misma persona o en actores implicados.

         Puede ser que se resuelvan, después de cierto tiempo, y no vuelvan a presentarse situaciones similares nunca más, La señal, también inequívoca, es que se ha aprendido, se ha crecido, se ha evolucionado.

         A veces, se resuelvan en falso, y al cabo de cierto tiempo vuelven a presentarse, una o más veces de manera cíclica en la vida de la persona. La señal es que no se ha extraído la enseñanza, y es muy posible que sea una asignatura para la próxima vida.

         ¿Qué les queda entonces a los seres humanos ante situaciones que les hacen sufrir?, ¿Cómo saber la enseñanza subyacente de tal situación?

         Ni se sabe, ni se puede saber cuál es la enseñanza incluida en la situación. Solo queda la aceptación. La aceptación lleva implícita la liberación del sufrimiento. De nada sirve rebelarse, ya que el deseo de resolución, es eso, un deseo, patrocinado por el ego, promovido por el orgullo, deseando “algo” que seguro no es necesario. Y en lugar de levantar los ojos al cielo pidiendo a Dios que se resuelva, levantarlos diciendo “hágase Tu Voluntad”.


         Confíen en Dios. Él da a los hombres lo que necesitan, no lo que sus egos creen que necesitan. 

  

sábado, 11 de junio de 2016

Despierta: Estás viviendo una ilusión

            Saber quién eres, implica despertar. La inmensa mayoría de las personas duermen, ni tan siquiera nos atrevemos a decir que viven dormidos porque no es así, sencillamente duermen. No saben quienes son ni de dónde vienen, duermen guiados en su sueño por su mente poderosa, todo lo que viven es ilusión, y creen en su sueño que esa ilusión lo es todo, y se dejan guiar, y aconsejan, sin saber que no viven, sino que tan solo duermen.

Pero esa ilusión es nada, sólo ilusión. Es ilusión su aprendizaje, ya que despiertos pueden tener acceso a todo el Conocimiento; es ilusión su mirar, ya que despiertos pueden ver más allá de la materia; es ilusión sus pensamientos que les hacen vivir una vida de creencias engañosas, ya que despiertos pueden vivir la Totalidad; es ilusión su amor, ya que despiertos pueden vivir el Amor Divino.


Es en la ilusión de esa vida de donde nace el miedo, la crítica, la mentira, la defensa del espacio propio, los celos, la incomprensión, la desigualdad, el egoísmo, el sufrimiento, la tristeza, la desconfianza, el engaño, etc. Y todo esto, lo único que hace es retrasar, obstaculizar y empobrecer vuestra conciencia, vuestros días, vuestra vida.

Para poder acabar con todo eso, sólo hay que despertar. Incluso los que viven completamente dormidos pueden hacerlo, sólo es necesario que alguna vez pongan en duda quienes son realmente, ya que ese es el camino, saber quién eres, y alcanzar la meta de ser quien eres; de esta manera vas a tener la energía que te va a llevar a la dicha de crear la vida desde el Amor.

Despierta, vive desde el centro de tu Ser y comenzarás a ver los frutos; comenzarás a ser consciente de las sincronicidades, comenzarás a ser consciente de que eres guiado, y será más fácil para ti vivir tu tiempo, tu único tiempo: ahora; porque sólo existe ahora, lo que llamas pasado y futuro no existe, por eso has de romper con esa mente de ilusión que crea los pensamientos que te sujetan a las acciones de ayer o te proyectan al mañana.

Tu cambio es hoy, es ahora, es este el momento de empezar a tomar tus propias decisiones, y seguir los dictados de tu voz interior, sin dejar que aquellos que todavía están dormidos, viviendo su ilusión, influyan en tu nueva vida.

Y recuerda: es bueno pedir ayuda, al Universo, a Dios, a la Energía, a tus Guías o a quien creas conveniente, pero pide ayuda cuando te despiertes cada mañana, y da las gracias antes de dormir cada noche, aunque te cueste trabajo creerlo hay una cohorte de seres dispuestos a ayudarte, dispuestos a ayudarte a despertar, por nada, sólo por Amor, sólo por el placer de servirte están dispuestos a ayudarte a despertar; sólo tienes que pedir la ayuda y después entregarte, dejando que la vida sea, sin interferir con tu mente. 

          Cuando consigas dejar de vivir la ilusión, será cuando comiences a vivir. ¡Que sea ahora!, un segundo de retraso sólo será un segundo más de infelicidad.



miércoles, 8 de junio de 2016

¡Acabo de nacer!

           ¡Es un niño!, ¡Es un niño precioso!

Estaba muy asustado, quería salir de allí y supliqué: “Padre mío, ¿Por qué este dolor?,  ¡Quiero volver a casa! Y por fin puede ver a alguien conocido, era mi amigo de juegos, después supe que aquí, donde estoy ahora, desde este lugar que se llama cuerpo, les llaman ángeles, aunque curiosamente nadie les ve. Y mi amigo me dijo:


-      Acuérdate que elegiste entrar dentro de ese cuerpo para seguir avanzando un poco más en tu evolución.
-      Has encarnado.
-      A ti te va a parecer un poco largo, pero en realidad no lo es, yo lo viviré como un suspiro.
-      Dentro de poco ya no te acordarás de mí, ni de nuestros juegos, ni de nuestros estudios, ni de tu hogar.
-      Ya no te parecerá un sueño, te parecerá real.
-      Pero sin embargo, seguirá siendo un sueño.
-      Lo único que tienes que hacer es buscar con ahínco los mismos sentimientos que tenías antes de entrar en este cuerpo.
-      Tienes que acordarte de vivir ahora en el cuerpo, como vivías allí, en tu verdadero hogar.
-      No vayas nunca en contra de la vida, no quieras manipular ni a la vida, ni a los otros, que como tú tienen un cuerpo.
-      Ayuda a todos porque son tus hermanos que también han elegido estar en un cuerpo para avanzar más rápido.
-      Ayuda solo cuando te lo soliciten, son ellos los que deben hacer su camino.
-      No juzgues a nadie si no quieres que te juzguen a ti.
-      No critiques nunca.
-      Respeta siempre las decisiones de los otros.
-      Ante cualquier desaire, perdona, bendice y vete.
-      Deja que la vida pase a través de ti.
-      Déjate guiar por la intuición.
-      Acepta a todos.
-      Escucha siempre a tu corazón.
-      Práctica el silencio, y cuando hables que sea con verdad.
-      Aprende a meditar y practica cada día.
-      Busca la paz y la serenidad. Busca el amor.
-      Recuerda que no eres ese cuerpo.
-      Y aplica la máxima: “Todo está bien”.
-      Cuando necesites ayuda, llámame, porque yo siempre estaré aquí para ayudarte.
-      Pero recuerda que la ayuda no va a ser para ese cuerpo. La ayuda es para ti. Y además has de hacer tu recorrido solo. Lo has elegido, lo has aceptado.
-      ¡Hasta pronto!

-      ¡Te quiero!