El
miedo al éxito hace que las personas
se acomoden en el fracaso,
por ser un espacio confortable y conocido.
Hari Krishan
Sé que puede parecer una locura
pensar que pueda haber alguna persona en el mundo que le tema al éxito, o que
le rechace. Pero así es. Y no son ni una ni dos, son muchas las personas que
por una u otra razón tienen miedo a triunfar.
Por supuesto
que es un miedo inconsciente, y que incluso la misma persona lo negaría una y
un millón de veces porque, a simple vista, pudiera dar la impresión de que la
persona está dando los pasos adecuados para la consecución del éxito que ansía,
porque aunque el deseo externo sea ese, el del éxito, sin embargo, en su
interior, de manera totalmente inconsciente, está trabajando para lo contrario.
Voy a tratar
de dar un ejemplo: Piensa en un profesional de cualquier rama, que además es
reconocido en su trabajo, como un buen profesional, serio, responsable,
trabajador, cumplidor de su palabra, cumplidor con el trabajo y cumplidor con
los amigos. Un buen día este gran profesional decide establecerse por su
cuenta. Tanto él como su entorno están seguros de su éxito, prácticamente es un
éxito anunciado, ya que es conocido, es admirado y respetado.
Sin embargo, pasan los meses y no
termina de despegar el negocio. Si, no se puede decir que sea un fracaso, pero
no termina de ser un éxito. A duras penas cubre los gastos que genera el
negocio, pero poco más. Sus ingresos no son suficientes para los gastos
normales de la familia. Él sigue estando contento y esperanzado, siempre
pensando que en el próximo mes será el despegue definitivo, pero tampoco y así
un mes y otro mes.
¿Cómo puede ser?, se pregunta en las
íntimas conversaciones que mantiene consigo mismo. Su entorno tampoco lo
entiende. Algo pasa, ¿Qué será?
Nuestro profesional es, además un
amante de su familia, y cada día en la despedida, tiene la misma conversación
con su esposa:
-
“¿A
qué hora vendrás?”, pregunta casi siempre su esposa, a lo que el esposo
responde:
-
“Si
no viene nadie en cuanto acabe con el cliente que tengo a las seis”.
-
A
ver si hay suerte y no viene nadie para que llegues pronto”, finaliza su
esposa.
-
“A
ver…..”, finaliza el esposo, “¡Hasta la noche!”
Y, ¡qué curioso!, casi siempre tienen
suerte, no viene nadie y puede salir pronto para ir a casa.
Sin embargo, al llegar a casa se
lamenta:
-
“Es
que no viene nadie, no sé cuándo van a empezar a aparecer los clientes, ahora
parece que vienen con cuentagotas”.
Nuestro profesional, a veces, le
comenta también a su esposa:
-
“Creo
que me estoy convirtiendo en un brujo, porque esta mañana he pensado que si no
viniera el cliente que tenía cita a las diez me iría bien para poder ir al
banco, y no ha venido, y ya ha pasado otras veces con otra gente”.
Hasta aquí nuestra historia. ¿Qué
opinas?
Es seguro que nuestro profesional
nunca va a conseguir el éxito esperado porque mientras con el pensamiento
consciente está deseando el éxito, aunque también es cierto que cada vez con
menos emoción por la cruda realidad, con el pensamiento inconsciente, desea
intensamente que ese éxito no se produzca, alejando a los clientes con su
ferviente deseo de que no vengan para poder ir a casa, o para hacer otras cosas
en el tiempo que tendría que dedicar a la atención de los clientes.
Porque no es que se esté convirtiendo
en un brujo, solo es que “energías iguales se atraen”, y el Universo se encarga
de enviarle aquello que más fervientemente desea, es decir, no clientes. Los
que llegan son los pocos que atrae con el deseo consciente del éxito que genera
con mucha menos intensidad, y por lo tanto con mucha menos emoción que el deseo
de no tener clientes.
¿Qué hacer ante esto? Para revertir
la situación va a tener que ser consciente “todo el tiempo” de que necesita
clientes para triunfar, y así no los repelerá con sus deseos conscientes
contrarios al éxito, que no son más que un miedo inconsciente al éxito.
El miedo al éxito puede ser por
infinidad de causas, y los boicots también se pueden manifestar también de
infinitas formas.
Es necesaria mucha atención a los
pensamientos, a las palabras, a los deseos y a las acciones que boicotean la
llegada del éxito. Ayuda a esto el mantener la mente en silencio, para que
pueda permanecer alerta a cualquier pensamiento, por eso, también para un caso
como este de boicot a los deseos conscientes de la persona sirve la meditación.
Puede ser también una buena
herramienta mantener pensamientos conscientes del tipo: “Yo soy el éxito”, “Amo
a mis clientes”, “Abro encantado las puertas a todos los nuevos clientes”. “Me
siento bendecido por los X clientes”, “Me siento agradecido por los X clientes”.
Si crees que te encuentras en una
situación parecida en la que el éxito no llega a ti, cuando no parece que
pudiera haber ninguna causa que lo impida, mantente alerta, observa sus
pensamientos, observa tus reacciones, observa tus pensamientos, observa tus
emociones.