El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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jueves, 15 de mayo de 2014

El diario de Patricia (2)


---------------Continuación
Comencé esto que no tiene nombre con la palabra depende y es que depende de cómo mires la vida: si como veas el vaso, medio lleno o medio vacío, va a depender el papel que decidas interpretar en la vida: el de la víctima, a la que le ocurre de todo y con el que la vida se ha ensañado; o el del dueño de tu vida, con tu pasado bueno o malo.
Es claro que lo que pertenece al pasado no existe, ya está, ya fue, ya pasó, solo existe en nuestra mente, ¿Por qué insistes en torturarte en repetir una y otra vez el daño que te han hecho?,  porque eso es lo que haces. Al recordarlo haces que vuelva a ocurrir la ofensa, sé que es más fácil decirlo que sentirlo, pero hay que intentarlo.
En tu ser profundo, afortunadamente no  existen pastillas para el rencor. No sé si el mundo sería mejor o peor, no lo sé, pero tenemos que  aprender a luchar con nuestros demonios interiores, en ellos, un auténtico y verdadero satán lucha contra nosotros, haciendo casi desvariar a nuestra mente. Me refiero a nuestros pensamientos negativos que son los primeros que se apuntan ante cualquier problema.
El infierno no existe, como tampoco existe un Dios castigador. El cielo o el infierno nos lo buscamos nosotros acá en la tierra, son nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros sentimientos los que nos hacen vivir un cielo o un infierno.
Y también depende la etapa de tu vida. Generalmente se dice que cambios importantes se producen cada siete años, un día leí en un viejo libro algo de mucha sabiduría y  quiero compartir con ustedes: “Leer libros en la juventud es como mirar la luna por una rendija, leer libros en la edad adulta es como mirar la luna desde un patio y leer libros en la ancianidad es como mirar la luna desde una terraza abierta. Esto es porque la profundidad de experiencias es mayor con los años”.
Bueno, quiero hacer un paréntesis para decirles que todo esto que estoy diciendo es relativo, porque nada es absoluto y nadie es dueño de la verdad. Lo único absoluto es Dios por la eternidad.
La vida es vivir, no es una cosa, es un proceso, solamente puedes conocerla viviendo, fluyendo con ella. Si buscas el significado de la vida en libros, filosofías, dogmas,  te la perderás. Siente el aire entrando por tu nariz, siente como bombea tu corazón, siente la sangre que corre por tus venas, no esperes encontrarla en algún lugar. Está sucediendo aquí y ahora.
Este momentito es lo único real, el pasado ya fue, el futuro es incierto, y hablando del pasado, es momento de que me conozcan un poco más: ¿Quién soy? Lamento decir que todavía no se quien soy, quizá para muchos de Uds. sea una niña con retardo o enfermita como he escuchado algunas veces y no entiendo, se supone que los enfermos están en los hospitales, bueno mejor lo dejamos, decía que no sé quien soy profundamente. Pero no soy la única que se hace esas preguntas: ¿Quiénes somos?, ¿Por qué nos tocó la vida que nos tocó?
Y no digas que nunca te has preguntado nada de esto. Esas son las grandes preguntas a lo  largo de la historia de la humanidad, eso me ocurrió a mí. Cuando enferme vi la vida de forma distinta era como si hubiera estado con una venda en los ojos para apreciar lo bello y el regalo que Dios nos da cada mañana al despertar.
No se porque los humanos somos “tan cabeza hueca” que nos gusta aprender a golpes. Esperamos que se muera alguien que amamos, o entrar en la cárcel, o como yo estar enferma, para darnos cuenta de que lo más importante de esta existencia, es eso, la existencia.
Es un hecho que sin salud poco o nada se puede hacer, más aun, si es una restricción física trae mucho dolor, al menos al inicio, aunque luego lo asumes como tu realidad.
Más adelante explicare el proceso de la enfermedad, como afronte el comienzo, los cambios en el cuerpo, las dificultades motoras, etc.…
Pienso que lo más difícil de una enfermedad es aceptar que estás enfermo. Para mi es darte por vencido a pesar de que los psicólogos dicen que una parte fundamental de cualquier mal o cualquier situación en que te encuentres es la aceptación. Todavía no he aceptado esto que le está ocurriendo a mi cuerpo y es que aceptar que estoy enferma seria para mí como derrumbarme. Ahora no se si estoy haciendo bien o mal, tal vez esté cometiendo un error, pero supongo que llegará la etapa en que lo acepte. Puede que a partir de eso este mejor o peor, pero aun no me toca.
La enfermedad de mi cuerpo dio sus primeros síntomas en la universidad porque aunque no lo crean alguna vez en un tiempo lejano estuve ahí. Lo más increíble de todo esto es que ingrese con beca, algo de lo cual jamás me sentí orgullosa aunque todos lo creían así.
Continuará………………….

domingo, 18 de agosto de 2013

Estrategias del alma


            Antes de que el alma tome posesión de un nuevo cuerpo, los Señores del Karma presentan a ese alma que está preparándose para su vuelta a la materia, cuál será su próximo plan de vida, donde nacerá, quienes serán sus padres, cuáles serán sus hitos importantes, y no tan importantes, cuál será su misión, sus aprendizajes, cual el Karma que traerá para ser liberado, sus trabajos, sus encuentros, sus relaciones, sus enfermedades, y hasta el momento del abandono del cuerpo y su retorno a casa.
            El alma, normalmente no discute dicho plan, lo acepta confiada, ¿Quién mejor que los Señores del Karma para preparar una vida?
            El problema reside, en que una vez que el alma ha tomado posesión del cuerpo, el ser humano va olvidando paulatinamente, no solamente el plan, sino que llega a olvidar quien es realmente y de donde procede. Olvida la conexión que le une con el resto de seres que como él, caminan por esta Tierra, y que en multitud de ocasiones, y provocado por ese olvido, el camino parece convertirse en un valle de lágrimas.
            Pero lo que parece que es olvido, no es completo, el alma tiene un exhaustivo conocimiento de todo, y la agenda, (permitirme que la denomine así), donde permanecen las anotaciones, se encuentra almacenada en el corazón, que es el instrumento de trabajo del alma.
            En todo momento, el corazón se encarga de ir enviando impulsos a la mente con la información y los planos que la persona necesita para seguir su camino, son las intuiciones, pero a veces, la mente está tan ocupada en sus inútiles procesos mentales, que no siente la más mínima vibración, con  lo que la información se pierde en la nada.
            Sin embargo, hay informaciones que son imprescindibles de conocer por la persona, y es entonces cuando el alma toma las riendas, poniendo en marcha alguna de las múltiples estrategias que puede utilizar, para que la persona reciba, de una u otra manera, esa información.
            La forma en la que el alma hace llegar la información, es de la única manera que el ser humano puede, medianamente, entender: con enfermedad, con dolor, con sufrimiento, con decepciones. Cuando el ser humano siente algo de esto es su cuerpo, se detiene en su frenética carrera hacia la nada, y entonces se pregunta ¿Porqué el dolor, porqué el sufrimiento, porqué la enfermedad, porque la decepción?, y el corazón vuelve a enviar esa información. Si la persona no la percibe, entonces el alma se hará ayudar por algún sanador, o clarividente para que la persona escuche la información.
            Aun así, la persona puede hacer oídos sordos al mensaje. ¿Qué hace entonces el alma?, nada, resignarse, y la persona seguirá con más dolor, con más enfermedad, con más sufrimiento o con más decepciones.
Conozco gente de los dos lados: Los que percibiendo un mínimo impulso, se han ido detrás de él, dejando su vida e incluso su país, sin tener claro nada más que ese impulso que nacía en su corazón, encontrándose con una nueva vida que en el transcurrir del tiempo ha resultado ser para esa persona una parte de vida imprescindible y muy importante, para cerrar el círculo kármico y para realizar un avance importante en su crecimiento.
Y del lado de las personas que no escuchan “en todo” a su corazón, últimamente he conocido a una persona, toda bondad, brillante, que siendo consciente de la razón de una enfermedad que la aqueja, sigue “erre que erre”, cerrando la puerta de la información que recibe, no sólo de su corazón, sino también de su alma, e incluso la de su propio Maestro, con el que habla regularmente.
En la entrada anterior decíamos que “La verdadera y futura curación se efectuará cuando la vida del alma pueda fluir sin impedimento ni obstáculo a través de cada aspecto de la materia, pudiendo entonces vitalizarla con su potencia y eliminar los bloqueos que son la fuente de las enfermedades”.
Un sinfín de enfermedades tienen su origen en un, (permitirme la acepción),  “enfado del alma”.  Sólo hay que ser honestos con uno mismo, escuchar lo que dice el corazón, y seguirlo al pie de la letra. 

jueves, 15 de agosto de 2013

Las causas de la enfermedad


                Se denomina enfermedad al proceso que atraviesan los seres vivos cuando padecen una afección que atenta contra su bienestar al modificar su condición de salud.
            Enfermedad proviene del término latino “infirmitas”, que significa “falto de firmeza y consiste en un proceso que acaece a un ser vivo y altera su estado normal de salud.
            La persona enferma, la ciencia médica y muchos curadores, se centran, casi siempre, en la manifestación de la enfermedad, en el efecto, ignorando que todo efecto es producto de una causa, de un “algo” inicial que ha hecho que se produzca ese  efecto, que al ser lo que se manifiesta a los sentidos, es en lo que se centra la atención del enfermo y de sus curadores. Es mucho más eficaz buscar la causa y trabajar en ella, que eliminar el efecto, ya que si persiste la causa inicial, antes o después volverá a manifestarse.
            Las causas de la enfermedad pueden ser: Externas, internas y kármicas.
Podríamos enumerar como causas externas: Accidentes, Infecciones, cuestiones hereditarias, y condiciones de vida, como puede ser, por ejemplo, una mala alimentación o la ingesta de sustancias tóxicas. Estas causas, son claras, y en ellas sí que actúan todos los curadores, sean tradicionales o no.
En cuanto a las causas internas, hemos de tener en cuenta que el ser humano es la suma de sus emociones, de sus sentimientos, de sus deseos y de sus procesos mentales. Cada una de estas fuerzas caracteriza a los distintos cuerpos sutiles del ser humano, y determinan cual es la vida y la experiencia del cuerpo físico. Por lo tanto cualquier cuestión psicológica puede ser una causa interna de enfermedad, causa no conocida por la persona, ni por la ciencia médica y en muy pocas ocasiones por los sanadores.
Y por último las causas kármicas, totalmente desconocidas por todos. La ceguera y la falta de instrucción, hace creer a “casi todos” los seres humanos que todo comienza con su nacimiento y finaliza con su muerte. Nada más lejos de la realidad. La vida de cada ser humano es una continuación de las vidas anteriores en las que el alma se ha recubierto de materia. Producto de esas vidas, faltas cometidas en ellas, cumplimiento de promesas, liberación del Karma a través del sufrimiento, son algunas de las razones por la que el cuerpo enferma.
A la vista de todo esto, y exceptuando algunas de las enfermedades provocadas por causas externas, podemos decir que toda enfermedad es una falta de armonía entre la materia y el espíritu, entre el cuerpo y el alma. Por lo que el arte del sanador consistiría en liberar al alma, en enseñar al enfermo a vivir desde y para el alma.   
En la actualidad, la enfermedad es algo que no se acepta, ni se acepta que las condiciones que rodean la enfermedad, (dolor, desarmonía, congestión, e incluso muerte), son purificadoras en sus efectos. Esta sería una  manera correcta de asumir la enfermedad.
Sin embargo, el ser humano, con su pensamiento creador, se centra en la resistencia a la enfermedad, en no apreciar el verdadero valor del dolor, en centrarse en la materia, y en la creencia de que la muerte es la finalización de la vida. Cuando el ser humano cambie sus ideas sobre la enfermedad, y las acepte como un hecho natural, y comience a reorientar su pensamiento hacia el alma, las enfermedades en el plano físico comenzarán a desaparecer. Si, ya lo sé, aun faltan muchísimas generaciones para conseguirlo, pero alguien tiene que empezar.
 La verdadera y futura curación se efectuará cuando la vida del alma pueda fluir sin impedimento ni obstáculo a través de cada aspecto de la materia, pudiendo entonces vitalizarla con su potencia y eliminar los bloqueos que son la fuente de las enfermedades.