Hemos elegido nacer en un momento crucial para la Tierra y para nosotros, en el momento en que nuestro planeta está cambiando su vibración de la tercera a la cuarta dimensión, y nosotros con ella. Hemos decidido nacer en el momento de una nueva espiritualidad, de un nuevo modelo de conciencia.
Es momento de que todos aquellos que empezáis a ser un poco conscientes dejéis de jugar a ser espirituales, ya habéis aprendido las reglas del juego. Ha llegado el momento de incluir la espiritualidad en la vida cotidiana, es momento de trabajar desde la ética de la conciencia, es momento de amar, es momento de sanar de manera total, es momento de compartir, de relacionarse, es momento de practicar y salir de la teoría, es momento de dejar atrás los prejuicios religiosos, es momento de trabajar para dirigirnos a un futuro brillante, feliz, abundante, pleno; y podemos llegar a ese futuro respetando las reglas del Amor.
En este momento de cambio vamos a trascender de “ser humano” a “ser espiritual”, y para eso ya no valen ni escuelas ni maestros, ya que la única escuela válida es nuestro interior, nuestra intención, nuestro corazón. Porque no hay nada que aprender, todo está en nosotros, ya tenemos todo el conocimiento de Luz y de Amor, y muchos de nosotros, o ya hemos cambiado nuestra vibración o estamos en pleno proceso.
En la actualidad el ser humano vive para él mismo, de manera individual, y ha de salir de ese individualismo para atender las necesidades del alma, empezando a desarrollar propósitos simples, para una vez conseguidos continuar con mayores empresas. Pero todo tiene un principio, y ese principio ha de ser observar si vive alguna contradicción entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Si no existe coherencia entre los pensamientos, las palabras y los actos, el ser humano se engaña a sí mismo.
Hay que escuchar al alma y aceptar la verdad, aceptar las cosas que resuenan profundamente en el corazón y en el alma, aceptar lo que impulsa al ser humano a respirar y a sonreír. Hay que separarse de todo aquello que promueve manipulación, especulación o explotación, y no participar en nada que coarte la libertad o lesione el respeto; hay que actuar de manera honesta, clara, impecable y coherente.
Y sobre todo ama, siente el Amor, comprométete contigo, únete a tu Ser y no busques más; deja sólo que el Amor te encuentre. Hace tiempo que el Amor te busca, y si tu alma está quieta, te va a encontrar, y sobre todo cuando estés sin expectativas, sentirás, sentirás el Amor, sentirás su fuerza.
El Amor no se manifiesta a trocitos, según las necesidades de cada uno, sino que se manifiesta de manera total, sin dosificación y sin distinción.
La primera manifestación del Amor es el amor a uno mismo, y es justamente eso lo que da al ser humano el “conocimiento directo”, sin maestros, sin creencias, sin escuelas.
Creer no es saber. La persona que cree en algo, no sabe, es influenciable y acepta que otros piensen por ella, aceptando lo que otros digan como alimento de su alma. Hay que experimentar, ya que sino sólo queda la creencia, y la creencia es imitación.
En la nueva espiritualidad el aprendizaje es muy sencillo, sólo hay que aprender a amar y a ser amado. Amar y expresar ternura requiere paciencia, ya que, a veces, la respuesta al Amor es la indiferencia, el silencio, la ignorancia. Si eso pasa, hay que retirarse de esas gentes, de la misma manera que hay que retirarse cuando es uno mismo el que no ama.
El Amor puro florece y se manifiesta completamente, sin condiciones, sin intereses. Vívelo, a fin de cuentas, tú has elegido vivir en este apasionante momento.