Es muy importante sentirse bien con uno mismo, aceptarse tal como somos, no criticarse. Todos sabemos lo difícil que es llevarse bien con los demás y aceptarlos sin más, tal como son. Pero ¿alguna vez has pensado sobre el arte de llevarte bien contigo? Es lo más difícil.
Si te observas y analizas verás que estás en permanente lucha contigo, y mientras mantengas esa lucha, va a ser imposible que aceptes a los demás, ya que nada ni nadie te gustará si no te gustas tú. Si te desagradas, si hay aspectos de ti con los que no estás conforme, ¿cómo quieres agradar o que te agraden los demás?, la energía que desprendes es la que perciben los otros, y esos aspectos de ti con los que no estás conforme, va a ser lo primero que reciban los que interaccionen contigo.
Tener una relación armónica con uno mismo es la cualidad más importarte para poder conducirse bien en este mundo. Así que ante todo, debes aprender a valorar lo que vales, reconocer tus meritos, saber cuáles son tus debilidades y aceptarlas mientras las trabajas y sobre todo: amarte, amarte de verdad.
Pero amarte no es sentir afecto por tu vanidad, por tu egoísmo, ni tan siquiera por tu poder terreno. No, amaté porque eres una parte divina, porque eres un hijo/a de Dios dotado de potencialidades divinas. Es tu amor por ese potencial lo que ayuda al desarrollo de la verdadera naturaleza del alma.
No puedes escapar de ti aunque vayas al rincón más alejado de la tierra. Allá donde tú vayas, estás tú. Por eso, trabaja para llegar a la perfección allí donde te encuentres. No debes esperar a que tus circunstancias cambien, ya que si esperas que eso pase, nunca vas a progresar. Sea lo que sea lo que tengas a tú alrededor, afirma:
- “Estoy bien, aunque mi entorno no sea favorable”-
- “Si deseo meditar, encontraré la forma de hacerlo, a pesar del ambiente que me rodea”.
- “Si deseo trabajar mi carácter, lo haré sin que influyan en mi las condiciones externas”.
Recuerda que “Querer es poder”.
Tú eres la única persona que sabe si puedes llevarte bien contigo. Nadie te conoce mejor que tú.
Depende de ti esforzarte cada día para ser mejor, para descubrir si te encuentras en paz, para tener una buena relación contigo. Cuando aprendas a tener una buena relación contigo mismo/a, sabrás como hacerlo con los demás.
Prácticas para tener una buena relación contigo
· Escucha a tu conciencia: Tu conciencia es la voz de tu ser interior, y está ahí para ayudarte a llevarte bien y de manera armónica contigo.
· Practica la ecuanimidad mental: Ecuanimidad es tener una actitud equilibrada. El equilibrio y la serenidad aportan una felicidad total.
· Disfruta de la vida: La vida es una fiesta y es bueno disfrutarla, pero sin dejarse arrastrar ni deslumbrar por todo lo bueno que te vas encontrando. Y cuando el pesar se presente, afróntalo con entereza y piensa en cómo superarlo, en lugar de afligirte y quedarte pegado/a al dolor.
· Controla los pensamientos: Es bueno practicar el arte de la concentración para poder enfocar la mente en un pensamiento en particular y que la atención no se vaya de una idea a otra.
La mayoría de las personas viven en la superficie de la vida. Si se profundiza lo suficiente, surgirá la solución, y es en esa profundidad interior donde se va a sentir la paz que va a envolver el alma.
· Sentido común: Hay un sentido común en todas las personas: la intuición, que sin intermediarios te dice lo que debes hacer. Está presente en cada alma, pero son pocas las personas que se dejan dirigir por ella.
· Controla los deseos: El verdadero maestro es aquel que controla sus deseos. Cuando dice “no” a las tentaciones es “no”, y cuando dice “si” a los dictados del alma, es “si”.
· No pierdas el tiempo: El tiempo es demasiado valioso para perderlo en actividades inútiles. El propósito supremo de la vida es la realización. Es el encuentro con Dios, así que no malgastes ni un minuto en esa carrera hacia Dios.
A la vez que aprendes a llevarte bien contigo, practica el arte de la buena convivencia con los demás. Comienza en tu propio hogar. No seas un ángel en la calle y un demonio en casa. Si aprendes a tener una buena relación con los que convives, estarás mejor preparado/a para convivir con los demás.
Vivir en armonía con los demás no significa estar de acuerdo con todos, y tampoco significa que tengas que sacrificar tus ideales por eso. Puedes mantener tus ideales sin ser ofensivo/a; para eso actúa con bondad; y si tu bondad es motivo de ofensa o tortura para otras personas, mantente alejado de ellas.
No permitas que nada ni nadie te altere, ya que la persona que no controla sus impulsos es su peor enemigo. Cuando alguien te irrita, es porque ha contrariado alguno de tus deseos, por lo tanto es una faceta a trabajar: hay que eliminar los deseos.
Respétate y amate, y serás amado y respetado por los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario