“Mi
padre tenía razón...
el
dinero o la fama no eran tan importantes como respirar.
Lo
esencial sucede y lo demás es prescindible.”
―
Angus Young
La respiración es la vida.
Antes de relacionar las emociones y la
respiración, veamos primero que es la respiración.
Lo
primero que hace un bebé al tomar contacto con la vida física fuera del útero
de su madre es tomar una inhalación, y lo último que él mismo realiza cuando
abandona la vida es completar esa respiración con una exhalación.
Y ese ser humano, mientras dura su vida,
va a respirar, de manera autónoma, sin ser en absoluto consciente de su
respiración, entre 12 y 16 veces por minuto.
La
respiración es el proceso mediante el cual el aire entra en el cuerpo inspirado
a través de la nariz, (mejor que por la boca), y es conducido por la tráquea a
los pulmones, o mejor dicho a través de bronquios y bronquiolos hasta los
alveolos. A los alveolos es donde llega la sangre cargada de anhídrido
carbónico, (CO2), procedente de la combustión celular donde se cambia por el
oxígeno del aire, (inversamente a lo que realizan las plantas en la
fotosíntesis).
Es importante inspirar
y expirar por la nariz, ya que así el aire se filtra, se
calienta y se humedece, recuperando la humedad cuando se exhala.
Tipos
de respiración: Aun cuando anatómicamente no sea muy
correcto, se pueden dividir los pulmones en tres partes: superior, media e
inferior.
Por lo que, en función
de la zona pulmonar que se utilice la respirar, se puede hablar de tres tipos
de respiración:
- Superior o clavicular.
- Superior o clavicular.
- Media o costal.
- Inferior o abdominal.
- Inferior o abdominal.
A
estas tres se puede añadir una más, la respiración completa, que engloba a las
tres.
Respiración
clavicular o superior: Es la que ofrece menor volumen para
el intercambio, haciendo intervenir los músculos de la zona superior, que no
son músculos de la respiración, acumulando tensión en cuello y hombros.
Se
produce un menor intercambio gaseoso porque se hace trabajar la parte superior
de los pulmones, que es, justamente, la parte más pequeña, con menor número de
vasos sanguíneos, por lo que existe un menor flujo sanguíneo en la zona.
Respiración media o
costal: Normalmente se da asociada a la superior o a la
inferior.
Respiración
abdominal o inferior: Es la más recomendada. A menor
gasto energético, ya que moviliza menos músculos y muy poco las costillas
flotantes, mayor intercambio gaseoso.
Se utiliza el
diafragma, que es el músculo de la respiración, y el desplazamiento de este
músculo hacia el abdomen es lo que produce la expansión y el estiramiento de
los pulmones con lo que el aire entra en ellos por succión.
Al haber un mayor intercambio
gaseoso, por ser mayor la superficie de los pulmones que intervienen en este
tipo de respiración, hace que sea necesario respirar menos veces que si se
realiza una respiración clavicular o superior.
De tal manera, que mientras una persona
que respira con la parte superior realiza tres respiraciones, otra que hace una
respiración abdominal respira solamente dos.
Respiración
completa: Es la respiración compuesta de los tres tipos anteriores. Se
comienza bajando el diafragma y llenando primero la zona inferior,
posteriormente la media y por último la superior.
La
respiración ideal es la respiración abdominal, ya que además de utilizar el
diafragma, que es el músculo específico de la respiración, tiene otros efectos:
- Produce un rítmico masaje visceral que ayuda a la digestión, a la circulación en el hígado y a las venas de la zona.
- Sitúa el mayor intercambio en la zona inferior de los pulmones, donde tiende a transitar un mayor volumen sanguíneo.
- Es una respiración más vertical que horizontal, ya que lleva el abdomen hacia delante y las vértebras lumbares ligeramente hacia atrás; lo cual resulta importante a la hora de evitar el agarrotamiento y la rigidez.
- Produce un rítmico masaje visceral que ayuda a la digestión, a la circulación en el hígado y a las venas de la zona.
- Sitúa el mayor intercambio en la zona inferior de los pulmones, donde tiende a transitar un mayor volumen sanguíneo.
- Es una respiración más vertical que horizontal, ya que lleva el abdomen hacia delante y las vértebras lumbares ligeramente hacia atrás; lo cual resulta importante a la hora de evitar el agarrotamiento y la rigidez.
Existe
una profunda conexión entre el pensamiento y la respiración.
El ritmo de los movimientos respiratorios corresponde en una forma notable al
ritmo de los pensamientos.
Por lo tanto, si se
realiza una respiración clavicular, se respira más veces por minuto, con lo
cual, los pensamientos van a presentarse con más rapidez, y el trabajo para
controlarlos ha de ser mucho más intenso, mientras que, con una respiración
abdominal, los pensamientos aparecerán más lentamente, y serán más fáciles de
controlar.
La respiración
clavicular es la respiración que realiza un alto porcentaje de la población,
con lo cual, es fácil entender la razón por la que son esclavos de sus
pensamientos, de sus preocupaciones y de sus emociones.
Tan
profundo es el lenguaje de nuestra respiración, que se comporta de acuerdo, no
solo a como estamos, sino también a como somos.
Las
emociones tienen una incidencia muy importante en la respiración: El
miedo inhibe y bloquea la respiración, el estrés hace que se respire de manera
entrecortada, la ansiedad, la ira y la angustia, aceleran la respiración,
mientras que la tristeza la ralentiza.
La
respiración es un proceso inconsciente, pero a diferencia de otros procesos,
circulatorio, digestivo, etc., también se puede controlar de manera consciente,
porque no sólo está regida por el sistema nervioso vegetativo, sino también por
el sistema nervioso central.
Por lo tanto, de la misma manera que la emoción modifica
la respiración, se puede utilizar la respiración para modificar la emoción.
Al controlar voluntariamente la respiración, se tiene la posibilidad de
recuperar el equilibrio y gestionar la emoción.
Y
la mejor respiración para recuperar el control emocional es la respiración
abdominal. Es la respiración natural, es la que tienen los bebés cuando nacen.
Practicar esta
respiración es beneficioso para el organismo ya que ayuda a mejorar la
circulación y a oxigenar órganos vitales como el corazón y el hígado. En lo
emocional favorece la relajación, la concentración, elimina la tensión muscular
y combate la fatiga, la ansiedad y la depresión.
Practicar la respiración
abdominal de forma habitual favorece que se pueda ejercitar de forma natural en
los momentos en que es necesario tomar el control de la emoción.
Sin embargo, a pesar de
que la respiración utilizada habitualmente sea la respiración superior o
clavicular, se puede, en momentos de emociones desbordadas realizar una
respiración abdominal lenta, de manera consciente.
Para ello, puedes
sentarte o acostarte. En la posición de acostado es más fácil manejar la
respiración abdominal, así que, si tienes problemas para realizar ese tipo de
respiración, acuéstate:
- Coloca una mano en el
punto del ombligo para comprobar que sube y baja, y comienza a ser consciente
de la respiración.
- Inhala suave y
lentamente por la nariz.
- Realiza una pequeña
retención antes de expulsar el aire.
- Exhala lentamente
también por la nariz.
- Vuelve a realizar una
pequeña retención antes de volver a tomar aire.
En cinco minutos se comenzará a
estabilizar la emoción desbocada, pero puedes seguir el tiempo que consideres
oportuno.
Se pueden realizar respiraciones
específicas dependiendo de qué es lo que se quiere logar:
Cuando
la persona se siente estresada, enfadada, inquieta o ansiosa,
respirar por la fosa nasal izquierda.
Esta técnica es ideal para quienes tienen problemas para dormir o necesitan
relajarse.
- Sentados con la columna recta y los pies
apoyados en el piso.
- Tapar la fosa nasal derecha con el
pulgar derecho y mantener el resto de los dedos juntos y apuntando hacia
arriba.
- Respirar lenta y profundamente 26 veces
por la fosa nasal izquierda y la persona se sentirá totalmente tranquila y en
paz.
- Si se respira por la por la fosa nasal
izquierda durante 5 minutos, se calmará completamente.
Por lo tanto, para
activarse, respirar por la fosa nasal derecha. Esta
respiración resulta magnífica cuando la persona, pese a estar exhausta, no se
puede permitir parar. Va bien practicarla, por ejemplo, cuando a la persona le
entra el sopor a media tarde. Se practica como la anterior, tapando el orificio
izquierdo y respirando 26 veces por la derecha.
Normalmente
siempre tenemos una fosa nasal más abierta que la otra. Aproximadamente cada
dos horas cambia la fosa dominante, con lo que se equilibra la polaridad
energética.
En
situaciones de actividad debería dominar la fosa derecha y en otras más
tranquilas o inactivas, la izquierda. Por eso, es recomendable dormir con la
cabeza apoyada sobre el lado derecho, así se usa el izquierdo, más apropiado para
el sueño y el descanso.
Para controlar la ira
expulsar con fuerza el aire, y hacer una retención antes de tomar una nueva
inhalación cuando lo pida el cuerpo. Esa inhalación será de forma pasiva, sin
intervenir ni en alargar ni en acortar. Sola se controla la exhalación. Se
puede repetir hasta notar que llega la calma.
Para
refrescar el cuerpo, bajar la fiebre, e incluso como ayuda para dejar de fumar,
practica Sitali Pranayama.
- Esta respiración consiste en inspirar por la boca con la lengua rizada y ligeramente salida y expirar por la nariz, sin meter la lengua.
- Ayuda a dejar de fumar. Se puede practicar siempre que se sientan deseos de fumar, ya que disminuirá el impulso adictivo y desaparecerá la urgencia.
- Es recomendable su práctica diaria para mantener una buena salud. Puede que después de cada sesión se note un sabor a cobre o metal en la lengua; son las toxinas que elimina el cuerpo.
- Se puede realizar durante un mínimo de 3 minutos y un máximo de 31.
- Esta respiración consiste en inspirar por la boca con la lengua rizada y ligeramente salida y expirar por la nariz, sin meter la lengua.
- Ayuda a dejar de fumar. Se puede practicar siempre que se sientan deseos de fumar, ya que disminuirá el impulso adictivo y desaparecerá la urgencia.
- Es recomendable su práctica diaria para mantener una buena salud. Puede que después de cada sesión se note un sabor a cobre o metal en la lengua; son las toxinas que elimina el cuerpo.
- Se puede realizar durante un mínimo de 3 minutos y un máximo de 31.
La
respiración lenta reduce las sensaciones de dolor.
Cuanta
más lenta es la respiración, la calma y la tranquilidad serán su reflejo
inmediato. Si se consigue reducir el número de respiraciones de 16 a 8 la
serenidad será la tónica habitual, y si se consigue llegar a 4 respiraciones
por minuto, la vida será un estado de meditación.
Meditaciones sobre la
respiración:
Respiración
cuadrada:
·
Sentados con la espalda recta y los pies
apoyados en el piso.
·
Inhala suave y lentamente por la nariz,
contando 6.
·
Realiza una pequeña retención antes de
expulsar el aire, contando 6.
·
Exhala lentamente también por la nariz,
contando 6.
·
Vuelve a realizar una pequeña retención
antes de volver a tomar aire, contando 6.
Meditación
So Hung:
• INHALA pensando “So”
• EXHALA pensando “Hung”
Meditación
sencilla para mejorar la atención
• Siéntate cómodamente en una silla con
las plantas de los pies bien apoyadas en el suelo. Las manos apoyadas en los
muslos con las palmas mirando hacia arriba.
• Cierra los ojos y coloca la punta de la
lengua tocando el paladar.
• Lleva la atención a tu respiración.
• Siente como entra el aire por tus fosas
nasales (observa dónde roza y cuál es la temperatura del aire).
• Siente cómo expiras. Hazlo por la nariz.
(Observa también dónde roza y la diferencia de la temperatura con el aire que
entraba).
• Permanece atento a tu respiración.
• Cuando seas consciente de que aparece
algún pensamiento (porque seguramente aparecerán y puede que no seas consciente
hasta mucho tiempo después), vuelve suavemente a tu respiración.
• La mejor técnica para que desaparezca un
pensamiento es quitarle la energía, y eso se hace quitándole la atención. Es
decir, lleva tu atención a otro sitio, y como estás meditando en la
respiración, vuelve la atención a la respiración.
• Hazlo de 10 a 15 minutos en la mañana y
otros 10 a 15 minutos en la tarde.
Fijarse en la sensación
que se produce en los agujeros de la nariz al entrar y salir el aire de la
respiración.
Mantener la atención en
esa percepción sutil y observar la total duración de cada inspiración y de cada exhalación.
Si es difícil, se
pueden contar las respiraciones, o la respiración completa o contando la
inhalación y la exhalación; empezando de nuevo cada vez que se pierda la
cuenta.