El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 2 de enero de 2016

Pensamiento y Karma


            Todo fue antes un pensamiento, todo es antes un pensamiento, todo será antes un pensamiento. Cada emoción, cada palabra, cada acción, antes fueron pensamiento.
            Si el pensamiento, por si solo ya genera Karma, cuando se le permite que evolucione hasta el miedo, hasta la palabra ofensiva o hasta cualquier acción en contra de lo que sea, el Karma generado crece tanto como la ira que nos invade, tanto como la envidia que nos corroe, tanto como los celos que encadenan la razón, tanto como el miedo que paraliza cada célula.
            Parece entonces claro, sino quieres que el miedo te atenace, sino quieres que tu corazón se desangre por los celos, sino quieres que la envidia te corroa desde dentro, o sentir como rechina tu alma por la ira, no pienses. Pero sobre todo, sino quieres generar Karma, no pienses.  
            Si quieres ser feliz, no pienses. Si quieres acercarte a Dios, no pienses.


            Si ahondamos solo un poquito en las palabras del Buda: “Somos lo que pensamos”, seremos realmente conscientes de que somos nosotros mismos los auténticos hacedores de nuestra vida, y no solo de la vida actual, sino de nuestras vidas futuras, ya que vamos acumulando deudas que vamos a tener que ir cancelando poco a poco, vida tras vida.
            ¿Por qué no empezar ahora a cambiar nuestro destino? Para que te sea más fácil ten en cuenta los siguientes puntos:
1)      Somos seres espirituales disfrutando, que no sufriendo, de una experiencia humana.

2)      Nuestra vida no está circunscrita al nacimiento y la muerte de la actual vida, sino que comenzó la primera vez que encarnamos y terminará, no sabemos cuándo, pero mucho más allá de la muerte. Por lo tanto, no tenemos prisa y tenemos tiempo, mucho tiempo para cambiar las cosas. Pero cuanto antes empecemos mejor. Recuerda: “El camino, por muy largo que sea, siempre comienza con el primer paso. Primer paso que te acercará sesenta centímetros a la meta”.

3)      Si empezamos a trabajar los pensamientos ya, comenzará el cambio en nuestra vida ya. Pero no solo afectará ese cambio a nuestra vida  actual, estaremos proyectando ese cambio a las futuras vidas, en calidad, porque serán mejores, y en cantidad, porque serán menos.

4)      En la entrada anterior que lleva por título “Dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma”, decíamos que el perdón puede liberar de Karma e incluso no generarlo. Por lo tanto, como vas a estar atento a tus pensamientos, cuando estos se descontrolen o te rindas a su poder, pide perdón en cuanto seas consciente de tus errores.
Para controlar el pensamiento medita, para ser feliz perdona. Y estas dos actividades, la meditación y el perdón te van a llevar en volandas en muy poquitas vidas más a la presencia de Dios.


viernes, 1 de enero de 2016

Dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma


            Dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma. El enunciado de la Ley del Karma dice que “Toda causa produce un efecto”. Según esta ley lo que hacemos, lo que pensamos y lo que decimos crea una energía que luego vuelve a nosotros como un boomerang. Puede parecer demasiado dramático y apocalíptico, y lo es, pero no en todos los casos.
            Es cierto que es la ley del Karma la que nos mantiene atados a la rueda de nacimientos y muertes, y es por lo tanto su aplicación la que está retrasando la finalización de nuestra carrera en la materia. Es cierto que todo es energía y que su manifestación siempre lleva algún engarce posterior, como el engarce de un eslabón a otro en la cadena, cualquier pensamiento, cualquier palabra, cualquier acción, son movimientos de energía que generan una reacción, un rebote, un efecto, que recae directamente sobre el emisor.
            La Ley del Karma es una Ley total y absolutamente proporcional, es una Ley total y absolutamente justa. Pero se me ocurre una pregunta que, es posible, que tú también te hayas hecho: ¿Qué pasa si un loco, de tantos como hay sueltos, quita la vida de manera violenta a una persona considerada un santo?, ¿Tendría que volver el santo en otra vida para cobrarse la deuda?, y si volviera y quitara la vida a su asesino ¿No iniciaría una nueva rueda de Karma?, y ¿Cuándo se acaba el Karma en un caso de asesinatos, uno al otro, el otro al uno y así sucesivamente?, cualquier acción que otra persona comete contra mí, ¿Es la primera acción o es la respuesta a una acción mía en otra vida anterior?


            Sin embargo, a pesar de lo justa y proporcional que es la Ley, podemos afirmar que dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma, y para entender tal afirmación posiblemente algunos ejemplos pueden ser más ilustrativos que líneas y líneas de teoría. Vamos a tratar de plasmar algunos casos. Por supuesto que ni son todos los que aparecen, ni aparecen todos los que son. Pero siempre se puede extrapolar el ejemplo, y si te queda alguna duda, escribe un e-mail o deja un comentario en la entrada.
            Un asesinato entre dos personas normales. (Puedes cambiar la palabra asesinato por robo, o por maltrato, o por engaño, o por cualquier otra). Bueno, ya sabemos que muy normales no son cuando se quitan la vida. Con el término normales queremos expresar que son personas a las que aún les queda un largo trecho en la materia. El señor A le quita la vida al señor B, por lo que sea, nunca hay ninguna razón que pueda justificar una muerte. En realidad no existen razones que justifiquen las malas acciones, las malas palabras o los malos pensamientos.
En una nueva reencarnación, posiblemente en la siguiente, aunque no necesariamente, en los Planes de Vida del señor B y del señor A, va a aparecer reflejado un encuentro, no contemplando, por supuesto, en ese encuentro el asesinato de vuelta del señor B al señor A, sino contemplando la petición de perdón del señor A, y la aceptación de ese perdón del señor B.
            Es bueno destacar que nunca, en ningún Plan de Vida, aparece contemplado ningún aspecto de venganza. Los Planes de Vida son Planes de crecimiento, de aprendizaje, de perdón, de acercamiento a Dios. En ellos solamente va a aparecer todo lo relativo al perdón, a la bendición, a la comprensión, al Amor. El Plan de Vida lo conoce el alma, pero esta al encontrarse encerrada por el ego en la materia no puede hacer más que sufrir desde su confinamiento, y mandar impulsos de ese Plan al corazón, pero el corazón no grita, solo susurra, y el susurro se pierde envuelto por el ruido que produce la vileza de las mentes.
También sabemos que los Planes de Vida se cumplen en un ínfimo porcentaje, otro gallo cantaría si se cumplieran a rajatabla, con cuatro o cinco vidas tendríamos más que suficientes. Volviendo a nuestros protagonistas, es muy posible que en su encuentro, el señor B recuerde en su inconsciente que el señor A le quitó la vida, y al primer desencuentro que tengan va a asesinar al señor A. Y así van a permanecer en esa rueda de “me matas”, “te mato”, hasta que uno de los dos pida realmente perdón y perdone a su vez.
Con independencia de que sea perdonado o no, para él, en ese momento, en esa vida, habrá pagado su deuda kármica por los asesinatos. Pero ¿Qué le ocurre al otro que ni pide perdón ni perdona? Seguirá en su rueda ahora con un nuevo “contrincante”, que ellos mismos se asignarán, al haber salido de la rueda el anterior. El nuevo “contrincante”, será otro que se encuentra prácticamente en las mismas condiciones: mantenía una rueda de asesinatos con otra persona que en un momento también pidió perdón y perdonó.
Algo similar ocurre cuando se comete un asesinato o cualquier otro atropello a una persona calificada de “santa”, que llena de misericordia va a perdonar de inmediato al agresor. El Karma que ha de pagar el asesino será ejecutado por una tercera persona, como el “contrincante” del párrafo anterior.
 Aunque para los seres humanos cada vida física nos parece nueva y que empieza de cero, no es tal. Tenemos un bagaje de vidas importante a nuestras espaldas, y cada una es continuidad de la otra. Desencuentros, maltratos, asesinatos, enfados, pueden ser acciones que llevamos repitiendo, con las mismas almas, decenas de vidas, (que no es demasiado comparado con los cientos que vivimos), sin llegar a pensar que es algo que se solucionaría con el arrepentimiento y el perdón.
A pesar de que el mundo científico trata de demostrar todo, aun nadie ha demostrado las bondades de los desencuentros con otras personas, más bien al contrario, Ya que empiezan a aparecer estudios que relacionan la salud física con el carácter y con el estado de ánimo. Por lo tanto, ¿Para qué seguir por ese camino?, terminémoslo de una vez y para siempre. ¿Cómo?, ya lo sabes ¡Perdona!, y si es algo penado por la sociedad, que sea aplicado al agresor todo el peso de la ley, pero no carguemos más con ninguna deuda kármica. Nos está atando a la materia, nos mantiene separados de Dios.