Todo fue
antes un pensamiento, todo es antes un pensamiento, todo será antes un
pensamiento. Cada emoción, cada palabra, cada acción, antes fueron pensamiento.
Si el
pensamiento, por si solo ya genera Karma, cuando se le permite que evolucione
hasta el miedo, hasta la palabra ofensiva o hasta cualquier acción en contra de
lo que sea, el Karma generado crece tanto como la ira que nos invade, tanto
como la envidia que nos corroe, tanto como los celos que encadenan la razón,
tanto como el miedo que paraliza cada célula.
Parece
entonces claro, sino quieres que el miedo te atenace, sino quieres que tu
corazón se desangre por los celos, sino quieres que la envidia te corroa desde
dentro, o sentir como rechina tu alma por la ira, no pienses. Pero sobre todo,
sino quieres generar Karma, no pienses.
Si ahondamos
solo un poquito en las palabras del Buda: “Somos lo que pensamos”, seremos
realmente conscientes de que somos nosotros mismos los auténticos hacedores de
nuestra vida, y no solo de la vida actual, sino de nuestras vidas futuras, ya
que vamos acumulando deudas que vamos a tener que ir cancelando poco a poco,
vida tras vida.
¿Por qué no
empezar ahora a cambiar nuestro destino? Para que te sea más fácil ten en
cuenta los siguientes puntos:
1) Somos seres espirituales disfrutando,
que no sufriendo, de una experiencia humana.
2) Nuestra vida no está circunscrita al
nacimiento y la muerte de la actual vida, sino que comenzó la primera vez que
encarnamos y terminará, no sabemos cuándo, pero mucho más allá de la muerte.
Por lo tanto, no tenemos prisa y tenemos tiempo, mucho tiempo para cambiar las
cosas. Pero cuanto antes empecemos mejor. Recuerda: “El camino, por muy largo
que sea, siempre comienza con el primer paso. Primer paso que te acercará
sesenta centímetros a la meta”.
3) Si empezamos a trabajar los
pensamientos ya, comenzará el cambio en nuestra vida ya. Pero no solo afectará
ese cambio a nuestra vida actual, estaremos
proyectando ese cambio a las futuras vidas, en calidad, porque serán mejores, y
en cantidad, porque serán menos.
4) En la entrada anterior que lleva por
título “Dos y dos no son cuatro en la Ley del Karma”, decíamos que el perdón
puede liberar de Karma e incluso no generarlo. Por lo tanto, como vas a estar
atento a tus pensamientos, cuando estos se descontrolen o te rindas a su poder,
pide perdón en cuanto seas consciente de tus errores.
Para controlar el pensamiento medita,
para ser feliz perdona. Y estas dos actividades, la meditación y el perdón te
van a llevar en volandas en muy poquitas vidas más a la presencia de Dios.
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