El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 3 de marzo de 2011

La vida es perfecta

            La vida es perfecta, es completa, es total, ni le sobra ni le falta nada; somos nosotros los que decidimos experimentarla en formas diferentes, y lo hacemos de múltiples maneras, pero sobre todo lo hacemos en la dualidad del “bien” y del “mal”.
            “Esto está bien”, “esto está mal”, y bajo ese prisma actuamos durante toda nuestra vida, y es esa visión la que determina como nos encontramos. Cuando “creamos” algo que calificamos como “bueno”, nos sentimos bien, somos felices, estamos alegres; pero cuando nuestra “creación” se  decanta por algo calificado como “malo” llega a nosotros el sufrimiento, la tristeza o el dolor.
            Toda nuestra vida solo es fruto de nuestra propia creación. Es claro que no somos conscientes de ello, pero vivimos la vida que hemos decidido vivir, nuestras acciones de este momento están determinando nuestro mañana, y cuando recogemos el fruto de nuestras acciones, si ese fruto es de dolor, de desencuentros, de desengaños o de sufrimiento, en nuestra ceguera no somos capaces de comprender que sólo estamos recogiendo el fruto de nuestra siembra, de nuestro abono, del cuidado que hemos realizado de nuestras acciones en cada momento.
            Es claro que nuestra alma necesita vivir todas las experiencias, pero no es necesario que esas vivencias sean un sufrimiento continuo. Para eso la formula es vivir cada instante de la vida como si fuera el último, sin ningún condicionante, sin culpar a nadie de nada, sólo vivir ese instante, sólo estar; ni tan siquiera es necesario que investiguemos el por qué de la situación o de las acciones que nos han llevado hasta ese punto, sólo hay que aceptar el momento.
            Sólo así podremos comprobar que cuando parece que no hay esperanza aparecen apoyos o situaciones que nos llevan directamente a encontrar la salida de nuestro dolor, aparece la luz que nos va a permitir atravesar nuestra oscuridad. No son necesarios planteamientos del tipo “tengo que…..”, “debo de..…”, no es necesaria la idea de que necesitamos algo para cambiar la situación, porque esta cambia sola, y vamos a lograr cualquier cosa de manera instantánea en cualquier nivel de nuestra existencia, desde la cuestión más nimia hasta la más importante, porque no hay en la vida nada que sea más importante que nada, todo es sólo vida.
            Dios vive dentro de cada uno, desde el beato hasta el criminal, Dios vive en todos, sólo tenemos que aceptarlo, sólo tenemos que recordarlo y Dios se hace presente, porque nada en la vida es aprendizaje, sólo es necesario recordar, y en ese momento se acaba el sufrimiento.
            Hemos de permitir que se disuelvan las viejas formas de vivir con las que tan familiarizados estamos, y es cuando esas viejas ideas se desvanecen cuando realmente empieza la Vida, cuando se es consciente, cuando se alcanza la felicidad. Cuando conseguimos esto, el entorno, que todavía vive en las ideas que nosotros hemos abandonado, trata de hacer que volvamos al sufrimiento porque no puede entender en su inconsciencia, y por lo tanto aceptar, que salgamos del cercado conocido del dolor en el que ellos tan cómodos se encuentran, pero hay que aceptarlos, no ven más allá, necesitan el dolor como medio de subsistencia. Ya  llegará el día en que empiecen a plantearse su manera de vivir, entonces nosotros seguiremos estando a su lado para ayudarles en su trabajo de reciclaje, para ayudarles en su trabajo de encontrarse con ellos mismos, para ayudarles a volver a casa.
            La vida es Una, nuestro corazón lo sabe. El corazón sabe que tú y yo somos la misma cosa, el corazón sabe que no hay nada fuera de cada uno de nosotros, y siempre busca lo mejor para todos, porque lo que es bueno para ti es bueno para mí. Todos estamos embarcados en la misma nave con el mismo destino. Solamente el ser humano que vive desde la mente es capaz de odiar, de envidiar, de permitir que otro ser humano pase hambre, solamente el ser humano que vive desde la mente es capaz de matar.
            No tenemos que hacer nada para ser felices, sólo respirar, sólo aceptar, sólo mantenernos conectados a la Madre Tierra, sólo sentir a Dios en nuestro corazón, sin preocuparse por nada, sin cerrarse a la vida. Sólo así llegará la Luz a nuestra vida, sólo así conseguiremos la felicidad.  

martes, 1 de marzo de 2011

Despierta, estás viviendo una ilusión

            Crecer………., evolucionar……….., madurar……….. Siempre hablamos de crecimiento, de evolución y de madurez de carácter. Y también decimos siempre que el  hecho de cumplir años no implica ni madurez, ni crecimiento, ni evolución. Para crecer y evolucionar es imprescindible que en algún momento de la vida la persona empiece a tomar sus propias decisiones, y dejarse guiar por……., ¿el sentido común?, si, el sentido común, o esa voz interior, que es él quien te va a guiar de vuelta a casa.
            Pero para volver a casa, lo primero y principal es alcanzar a saber quién eres realmente, y por supuesto de dónde vienes, de cuál es tu casa, para volver a recorrer el camino de regreso.
            Saber quién eres, implica despertar. La inmensa mayoría de las personas duermen, ni tan siquiera nos atrevemos a decir que viven dormidos porque no es así, sencillamente duermen. No saben quienes son ni de dónde vienen, duermen guiados en su sueño por su mente poderosa, todo lo que viven es ilusión, y creen en su sueño que esa ilusión lo es todo, y se dejan guiar, y aconsejan y juzgan a los demás, sin saber que no viven, sino que tan solo duermen.
Pero esa ilusión es nada, sólo ilusión. Es ilusión su aprendizaje, ya que despiertos pueden tener acceso a todo el Conocimiento; es ilusión su mirar, ya que despiertos pueden ver más allá de la materia; es ilusión sus pensamientos que les hacen vivir una vida de creencias engañosas, ya que despiertos pueden vivir la Totalidad; es ilusión su amor, ya que despiertos pueden vivir el Amor Divino.
Es en la ilusión de ese sueño de donde nace el miedo, la crítica, la mentira, la defensa del espacio propio, los celos, la incomprensión, la desigualdad, el egoísmo, el sufrimiento, la tristeza, la desconfianza, el engaño, etc. Y todo esto, lo único que hace es retrasar, obstaculizar y empobrecer su conciencia, sus días, su vida.
Para poder acabar con todo eso, sólo hay que despertar. Incluso los que viven completamente dormidos pueden hacerlo, sólo es necesario que alguna vez pongan en duda quienes son realmente, ya que ese es el camino, saber quién eres, y alcanzar la meta de ser quien eres; de esta manera vas a tener la energía que te va a llevar a la dicha de crear la vida desde el Amor.
Despierta, vive desde el centro de tu Ser y comenzarás a ver los frutos; comenzarás a ser consciente de las sincronicidades, comenzarás a ser consciente de que eres guiado, y será más fácil para ti vivir tu tiempo, tu único tiempo: el presente; porque sólo existe hoy, lo que llamas pasado y futuro no existe, por eso has de romper con esa mente de ilusión que crea los pensamientos que te sujetan a las acciones de ayer o te proyectan al mañana.
Tu cambio es hoy, es ahora, es este el momento de empezar a tomar tus propias decisiones, y seguir los dictados de tu voz interior, sin dejar que aquellos que todavía están dormidos, viviendo su ilusión, influyan en tu nueva vida.
Y recuerda: es bueno pedir ayuda, al Universo, a Dios, a la Energía, a tus Guías o a quien creas conveniente, pero pide ayuda cuando te despiertes cada mañana, y da las gracias antes de dormir cada noche, aunque te cueste trabajo creerlo hay una cohorte de seres dispuestos a ayudarte, dispuestos a ayudarte a despertar, por nada, sólo por Amor, sólo por el placer de servirte; sólo tienes que pedir la ayuda y después entregarte, dejando que la vida sea, sin interferir con tu mente. 
             Cuando consigas dejar de vivir la ilusión, será cuando comiences a vivir. ¡Que sea ahora!, un segundo de retraso sólo será un segundo más de infelicidad.

domingo, 27 de febrero de 2011

Unidad

                En la Tierra o por encima de las nubes, en manos de Dios, de los Ángeles, de los Maestros. No existe el cielo separado de la Tierra, no hay separación. Todo es Unidad, un espacio y un tiempo únicos para todo y para todos, y en este lugar, se escribe con letras que nacen y surgen directamente del corazón, del corazón humano, del corazón de Dios. Y leemos y sentimos Amor.
                Y ya no cabe pensarlo, ni observarlo, ni atraparlo. Sólo sentirlo. Porque ya Es…….., en Todo. Y en ese Todo somos nosotros, ni vivos, ni muertos, ni amigos, ni enemigos. No hay diferencia entre nada, porque no existe la separación, porque todo Es.
                Escucha el susurro del aire, escucha ese vaivén, ese oleaje interior que en un instante se calma y en el siguiente es bravura. Siente su dulzura acariciando tu piel, inundando tu Ser con la fuerza y el poder de ser, con la fuerza y el poder de existir.
No hay lugar………, no hay espacio………, por bello que parezca a tus ojos, nada hay que pueda compararse a tu corazón. Nada es más que nada…….., nadie en más que nadie. Nada eres y eres todo, nada soy y soy todo, SOMOS TODO, unidad, integración, eres la rosa que contemplas con admiración, eres montaña que acoge, eres valle de reposo para el alma, eres agua que discurre por su cauce, eres viento que transporta las caricias, eres aire que a la vida das aliento, eres luz que necesita nuestra alma, eres padre, eres madre, eres hermano y hermana, eres pájaro que en cada rama encuentra su morada.
Dime tú si no eres nada………., vive………., siente………., vibra en cada ser que te conviertes y regálale a la tierra, a los seres, a la vida, regálale tu fragancia, la esencia de tu Ser.
Transfórmate a cada instante y siente tu poder.  No te pierdas en la separación a la que te conduce la mente, no te pierdas en el miedo que te atenaza y te impide avanzar, no te pierdas en el dolor que te impide ver tu grandeza y la de tus hermanos, no te pierdas en el sufrimiento que te separa del alma.   
No existe el miedo, no existe el dolor, ya no hay sufrimiento porque tú eres cada cosa que temías, eres la duda que te paraliza, eres cada dolor que oprimía tu pecho y cada sufrimiento que tu mente creaba.
Ahora te enfrentas a esa mente sin lucha, sin esfuerzo, sin pena, sin llanto, porque vives en ti, porque vives en tu Ser Supremo, porque vives en el Amor Divino.
Entrada publicada por Elisenda.

jueves, 24 de febrero de 2011

Juicio, critica, opinión,,,,,,,,,,, respeto

            Yo opino que…………, yo creo que lo que tendrías que hacer es…………., parece mentira que fulanito haga…………, no tienes razón en nada de lo que dices……….., hay que ver como viste………, no sé cómo no le da vergüenza………, lo mejor para ti sería………, vaya amigo que se ha echado……….
            Este es el deporte universal: Juzgar, criticar, opinar.
            ¿Quién ha dicho a nadie que su misión en esta vida sea ejercer de juez, ejercer de crítico, o ejercer de comentarista de la vida del resto del mundo?,  posiblemente nadie, y sin embargo, existen muy pocas conversaciones en las que no se juzgue a alguien, o no se le critique, o no se opine sobre lo que sería mejor para la vida de esa persona.
            Cualquier juicio, cualquier opinión, cualquier crítica, no es más que un reflejo de la propia persona, no es más que un reflejo de sus pensamientos, no es más que un reflejo de sus creencias.
            Pero, los pensamientos y las creencias de cada uno, ¿por qué han de ser aplicables al resto del mundo? Los pensamientos y las creencias de las personas no son más que una manifestación de su nivel de evolución, no son más que una manifestación de su carácter, y en ningún caso sirven para ninguna otra persona, porque cada persona está en un nivel de evolución determinado, cada persona vive una circunstancia específica en su vida, distinta a cualquier otra.
            Para que se termine el juicio, la opinión y la crítica, sólo hay que aplicar una regla, el respeto. Cuando se respeta se acepta, y ante la aceptación todo está bien. Cualquier cosa que haga cualquier persona, ha de ser aceptado y respetado, porque es algo que pertenece a su vida, a su aprendizaje y su evolución.
            Te proponemos un ejercicio sencillo, dedica un día a vivir sin juzgar, sin criticar y sin opinar lo que hagan los demás, a mirar con otros ojos, a respetar y aceptar cualquier cosa que hagan las personas de tu entorno, a colocarte en su lugar si por cualquier causa la mente pudiera contigo y surgiera la crítica. Ni tan siquiera tienes que comprender, solo respeta y acepta.
            El respeto y la aceptación es entrenamiento y practica, por lo que la crítica va a surgir, no te enfades contigo, si la crítica ha sido mental, pide perdón mentalmente y comienza nuevamente, observando lo mejor de la persona, focalizando tu atención en sus cualidades. Con la práctica, te acostumbrarás a observar las acciones de los demás como observas un día de sol, o las flores, o el vuelo de los pájaros, sin que te afecte lo más mínimo.
            Cuando consigas incorporar a tu vida el respeto y la aceptación, vas a sentirte libre, ya que el ejercer de juez permanentemente es agotador.
Dedica la vida a vivirla, no a vivir la vida de los demás. La vida es plenitud, y cada segundo que intentas vivir la vida de los demás dejas de vivir la tuya, dejas de vivir un segundo de tu tiempo que no volverá a repetirse, conviertes tu vida en una vida incompleta. La vida es demasiado hermosa para desperdiciarla, aunque sólo sea un segundo. Desperdiciar la vida juzgando, opinando o criticando a otros es además un trabajo insulso, ya que ese otro al que estás juzgando, es posible que siga viviendo su vida tan feliz, sin enterarse de tus críticas o pasando de ellas, porque sencillamente no las necesita; estás desperdiciando tu vida para nada.
Empieza ahora a mirar con otros ojos, empieza ahora a aceptar y a respetar, no esperes a mañana, no desperdicies más tu vida.




Dios escribe recto............... ¿Hacia dónde inclinas tú, tu vida?

Se dice, oímos, leímos… que Dios escribe recto con  renglones torcidos, y aunque a veces lo creemos como tal, a menudo sentimos que “eso no está bien”, simplemente porque no entendemos que significa……, pero qué más da…… No importa como escribe Dios. Es más, Él no escribe, ni tan siquiera dicta. Él es EL QUE ES. Acoge, ama, espera paciente y más que escribir, suscribe todo aquello que nosotros vamos decidiendo, aquello que nosotros vamos haciendo sin más.
Fuimos nosotros aquellos que elegimos escribir el guión de nuestras vidas. Como un borrador, en lápiz, antes de llegar aquí. Y no repasamos para ver si estaba bien o mal, como en el colegio. No, no lo hicimos porque lo elegimos sabiendo que era lo mejor para nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento. Y ahí sí que Dios observa y guía nuestra mano, más sin intervenir, sólo guiando nuestra mano sobre el lápiz y el papel.
Y  ahora, hoy, tu, yo, tu hermano, el vecino… y cada uno de los seres humanos con los que te cruzas cada día vamos reescribiendo nuestra vida. Con tinta permanente vamos repasando lo que un día fue un borrador. Porque aunque lo elegimos, aunque ya estaba escrito, seguimos siendo libres y Dios nos permite, a nosotros, torcer nuestros propios renglones, porque Dios es Libertad, y lo permite todo.
A veces, apretamos las manos para grabar en tinta, para grabar con sangre en nuestro corazón, aquello que vamos repasando porque nos sentimos felices, seguros de que ese es nuestro camino. Más otras veces, demasiado a menudo, nos tiembla el pulso al tener que escribir lo que vamos a vivir porque no “nos gusta, no nos apetece” porque lo identificamos con dolor y sufrimiento y creemos que “es malo”. Incluso si pudiéramos borraríamos completamente algunas líneas, o todas, de ese borrador que ahora nos parece mal escrito.
No hay nada mal escrito, no hay malas elecciones, no hay sufrimiento vano si tú lo elegiste. Ahora no te toca lamentarte por lo que ES, sino agradecer, agradecer permanentemente, agradecer y aceptar, pero con el corazón, no con la mente, porque TODO ESTÁ BIEN.  Porque si consigues, aunque sea un gramo de serenidad, si te permites sentirla, cualquier acontecimiento en tu vida, constantemente mal definido por tu mente como “bueno” o “malo”, contiene en ti todo tu ser, todo lo que tú necesitas para volver a casa, para volver al Amor, para volver a Dios.
No pienses que vas a escribir, ni como lo vas a hacer. Déjate guiar por lo que un día decidiste que iba a ser tu vida para tu evolución como alma, como espíritu. Como lo viva hoy tu cuerpo físico no es importante. Sencillamente lo vive, y si no pones tu mente, es muchísimo mejor de lo que tu mismo crees, o puedas llegar a imaginarte jamás.
La vida es muy sencilla. Cierra tus ojos, siéntete papel, siéntete lápiz, siéntete, sencillamente instrumento en manos de Dios, de los Ángeles, de tus Guías, de todos los Maestros y sobrescribirás y suscribirás tu propia vida con firmeza, con seguridad, con una sonrisa permanente en tu corazón, porque sabrás que todo está bien, sabrás que nadie ni nada te oprime ni te obliga a vivir nada de lo que tú no elijas.
Sentirás que, sólo tú, puedes escribir recto o torcer los renglones de tu propia vida y que de eso depende la verdadera felicidad. Una sola elección, una sola pregunta: ¿Hacia dónde? Hacia Dios o hacia ti mismo. Tú eliges.
Te amo, te amamos.
Entrada publicada por Elisenda.

domingo, 20 de febrero de 2011

Que nos une....... que nos separa

Que aquello que une el corazón, que no sea separado por la mente.
En todas las uniones, de cualquier tipo, ya sean de amistad, de familia, de pareja, interviene en mayor o menor medida el corazón. Es en esa unión realizada desde el corazón cuando se van encontrando las afinidades, cuando se va encontrando todo lo que une, los mismos gustos, las mismas debilidades, las mismas fortalezas. Si las personas fueran añadiendo en una lista cada una de las cosas que les unen, la lista crecería y crecería sin medida.
Sin embargo, también existen discrepancias, muchas menos, cuando el corazón deja de intervenir, y se vive la unión desde la mente, se observan otras realidades que no son tan afines. Si se añadieran, como en las afinidades, en una lista, resultaría una lista escueta, infinitamente más pequeña que la lista de las coincidencias.
Es posible convivir con las discrepancias si se mantiene la unión desde el amor, desde el corazón, desde el respeto, desde la comprensión, desde la entrega, desde la admiración. Es posible convivir con las discrepancias, si no se realizan viajes a la mente.
Pero la mente no quiere perder su poder. Si se vive desde el corazón, observando y disfrutando de las afinidades, la mente no tiene razón de ser, y eso no puede admitirlo, y entonces va a provocar………, va a empezar a probar la debilidad o la fortaleza de carácter de la persona, con pequeñas cosas, centrándose, al principio, de manera sutil, en las realidades discrepantes de la unión. Si la persona le hace el juego a la mente y comienza a dar vueltas a todos los “problemas” que esta le presente, va a ir incrementando su crítica, hasta que esa crítica llega a ocupar todo el espacio de la mente. ¡Ya está!, otra vez el dominio de la mente sobre el corazón, con un resultado claro, la erosión de la unión.
Llegados a este punto, no es necesario hablar del resultado: sufrimiento, críticas, separación, maltrato emocional, rencores, resentimiento, incluso odio.
Esto no quiere decir que todas las relaciones, sean del tipo que sean, tengan que ser eternas. La estancia en la Tierra encarnados, es para la evolución del ser humano, y este siempre se va a rodear de las personas que necesita para realizar su trabajo, trabajo conjunto, ya que es en la interacción de donde surge el aprendizaje, donde se realiza el crecimiento, donde se fortalece el carácter. Y tanto si la relación dura un día o toda una vida, esta se ha de vivir desde el corazón, desde las afinidades, desde aquello que une; y si llegara el momento del adiós, si se vive desde el corazón, no existirán los reproches, ni las críticas, ni los rencores; todo será ayuda y comprensión.
Pero sólo se vive este proceso de afinidades o desencuentros, cuando se vuelcan las esperanzas de felicidad o de estabilidad, en las personas con las que el ser humano se va relacionando. Cuando el ser humano consiga ahondar en su interior, y llegue a ese lugar en el que se encuentra el Amor, la Paz, la Felicidad y la Alegría, no existirán para él ni afinidades ni desencuentros con las personas con las que vaya interactuando, ya que no necesitará nada ni nadie para ser completo, y cada relación será un complemento y una oportunidad de crecimiento.

sábado, 19 de febrero de 2011

Paz interior

¿Cómo definir la paz interior?, podríamos decir que la paz interior es el bienestar emocional, o esa tranquilidad, tranquilidad profunda que llega cuando el ser humano logra desconectarse de la batalla que mantiene consigo mismo, la batalla que el ser humano mantiene con su mente. La paz interior llega cuando el ser humano se aparta mental, emocional y físicamente de lo que podríamos denominar “el pensamiento social”: el qué dirán, el afán de juicio y de crítica, culpar a todos de los errores propios, el deber de….., el miedo al futuro, lamentarse por el pasado, la envidia, etc., etc., etc. La paz interior llega con el conocimiento de que todo está bien, la paz interior llega con la comprensión  de que Dios lo tiene todo bajo control, aunque parezca que el mundo está a punto de explotar
Alcanzar la paz interior supera toda comprensión, de la misma manera que supera toda comprensión la felicidad y el Amor. Es imposible para el ser humano que vive bajo “el pensamiento social”, alcanzar la paz interior, la felicidad y el Amor, y ni tan siquiera comprender que pueda existir. Es necesario separarse de ese pensamiento social, dejar ir las preocupaciones, el miedo, el estrés, etc., para llegar a la paz interior y adquirir, entonces, conciencia de lo hermosa que es la vida, y de las incontables maravillas que nos ofrece.
¿Cuál es el camino para conseguir la paz interior?: Los caminos que te van a llevar a conseguir la paz interior: es vivir en el momento presente, es el silencio interior, es la meditación y es la oración. Recorrer cualquiera de estos caminos, ayudan a trasladar la atención al momento presente y ayudan al control de la mente. Te vuelven a traer a casa y te ayudan a soltar las preocupaciones y estar consciente de la presencia divina; son una manera excelente de desarrollar la conciencia y madurar el carácter, que son las puertas de la paz interior. No conocemos otro medio más eficaz para conseguir la paz interior. Destinar un rato cada día a esta actividad será el mejor de los remedios para todos los males que acechan al ser humano.
Al iniciar cualquiera de estos caminos vas a ser consciente de tus batallas internas, de tus debilidades, de cómo te culpabilizas por lo que crees que son tus errores, de cómo culpabilizas a los demás, del resentimiento por tus debilidades, de tu falta de voluntad para alcanzar la felicidad, de tus juicios y de tus críticas,
Sentir por primera vez el gozo que produce en el cuerpo, la mente y el alma, la paz interior, es una invitación a su continua búsqueda por encima de cualquier otra sensación terrenal que puede interponerse en esa búsqueda.
Pero, la mente y el cuerpo son débiles, y aunque puedas sentir ese principio de paz interior, puedes volver a las preocupaciones, al miedo, a las actitudes habituales de ataque y defensa; es normal, es el principio y todos los principios son duros, sólo hay que persistir en el camino elegido, y poco a poco irás consiguiendo que la paz sea duradera.
Mantener una vida bajo los parámetros del pensamiento social, genera un desgaste de energía enorme, ya que los conflictos internos agotan los recursos energéticos, hasta hacer, en muchos casos, enfermar al cuerpo físico. Es imprescindible declarar una tregua en esa batalla que se mantiene con uno mismo. El camino para conseguir la paz interior engendra energía. El incremento de energía es notorio, ya que no se derrochan recursos en preocupaciones, lamentaciones, culpabilidades o indecisiones.
Conseguir la paz interior es conseguir la paz del alma, es conseguir la paz que puede sanar a uno mismo y al mundo, y cuando esa energía se utiliza para realizar el bien, esa energía aumenta y aumenta, hasta conseguir un elevado nivel de espiritualidad en la persona. La paz interior te hace libre para ser feliz y ayudar a los demás en su búsqueda de la felicidad. El camino entonces a la realización, y a la finalización de este ciclo de nacimientos y muertes, está próximo para tí. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un camino para recorrer

            ¿Cuántas veces te has preguntado si estás recorriendo el camino adecuado, y si estás  realizando en tu vida aquello que estaba programado por tu Ser Superior?
Pero, una vez hecha la pregunta, ¿te permites obtener la respuesta?, ¿te mantienes en silencio para escuchar?, ¿te permites dejar espacio en tu mente para que lleguen las respuestas? Hay momentos en que te preguntas y no te permites obtener ninguna respuesta porque tu mente está llena de preguntas y más preguntas que no vacías, está llena de miedos, llena de preocupaciones, llena de prejuicios. 
En la vida diaria son muchas las personas que preguntan sin dejar espacio para las respuestas, es como los niños que preguntan pero no quieren ni escuchar las respuestas porque para ellos todo es como un juego. Y si, la vida es un juego……….., pero no un juego de niños………., sino un gran juego, donde cada uno debe ocupar su lugar y estar atento no solo al paso que debe dar en ese juego, sino del paso de todos y cada uno de los integrantes de esa gran partida, de ese gran juego que es la vida y que en consecuencia nos atañe a todos, a toda la humanidad.
Es posible que ya estés haciendo lo que corresponde, eso sucede cuando te olvidas de tu cuerpo físico y sus apetitos, cuando te olvidas también de todo lo material, a partir de aquí, entras en un estado de conciencia que te permite bucear hacia el centro de tu corazón donde está tu parte más divina, la parte amorosa que representa a tu SER SUPERIOR.
Y ¿cómo sabes que estás en el camino correcto?, estás en el camino correcto  cuando la vida no representa ningún esfuerzo, si todo se desarrolla tal como estaba previsto, la vida es fácil, alegre, feliz.
Sin embargo, no se desarrolla todo tal como estaba previsto en el Plan Divino  si la vida supone un esfuerzo, si genera sufrimiento,  si dependes de cualquier persona o cosa para tu estabilidad o felicidad. En este caso, lo aconsejable es parar, sentarse en silencio con uno mismo, entrar en tu interior, y preguntar qué es lo que te  distrae, que es lo correcto en tu camino; a partir de entonces, quédate en silencio, siempre llegan las respuestas. Y a partir de esa respuesta que tu Ser te da de forma amorosa, actúa sin perder ni un segundo en esa dirección.
Todos los caminos están entrelazados con el camino de nuestros hermanos, de tal manera que un solo pensamiento, una sola palabra, una sola acción, influye en la totalidad de nuestro mundo y en todo el Universo. Mantén este concepto, e intégralo en tu corazón. ¡Cualquier movimiento en tu energía repercute en todo el Universo!
Ama, respeta y se consciente de todos tus actos, responsabilízate de tu propia vida, sin importarte lo que hagan los demás.
El camino de la LUZ  es el Amor y la rectitud de conciencia, no importa si practicas o no alguna religión, sólo tienes que Ser.
Date permiso para Ser quien Eres y sigue tu camino sin dudas, olvídate de cómo, el corazón ya sabe, simplemente mantén la atención en el deseo de llegar hasta tu  corazón, permite que tu Ser te guie y confía en el resultado final que no puede ser otro que el camino elegido por tu Ser Superior.
Ya muchos de vosotros habéis cruzado al otro lado de las emociones, de las dudas y del miedo, habéis cruzado el umbral del penúltimo portal, permitiros ahora SER realmente vosotros mismos unidos a vuestros Seres Superiores, ya es tiempo  de emprender la ascensión a las esferas superiores con plena conciencia.

martes, 15 de febrero de 2011

Meditación en la perla azul

Todo en el Universo se encuentra en un orden perfecto, todo ocupa el lugar que le corresponde, ¡todo está bien!. Y ese orden perfecto del Universo, y el que todo ocupe el lugar que le corresponde y, se mantenga en el tiempo y en el espacio, solo es posible a una Inteligencia Superior, no a la inteligencia humana, la cual también es posible gracias a esa Inteligencia Superior.
Si pudiéramos tener alguna duda de esto, sólo tenemos que ver nuestro  planeta: Una bola azul, suspendida en el espacio, girando sobre sí misma, y girando a su vez alrededor de una bola de fuego enorme, y acompañada por otra serie de bolas, girando todas en un orden perfecto. ¿Puede hacer eso la mente humana?, es claro que no, que sólo puede mantener ese orden una Mente infinitamente superior a la humana.
Llegar al entendimiento de que algo mucho más grande que el ser humano es el Responsable de todo lo que Es, libera al ser humano de la responsabilidad de defender permanentemente “su parcela”, frente a los otros seres humanos, le libera de defender un trocito de tierra al que llaman nación o estado, le libera de defender un trozo de tela al que denominan bandera, le libera de esconder su conocimiento para que otros seres humanos no tengan acceso a él y le roben su poder, le libera de explotar a otros seres humanos, le libera del sufrimiento, le libera del miedo. Llegar al entendimiento de que hay una Grandeza superior libera al ser humano de todas sus preocupaciones y sus miedos y le acerca a la felicidad.
Cuando el ser humano llegue al entendimiento de que ha sido creado por esa Mente Superior, cuando entienda que sólo permanece confinado dentro de esa vestimenta que llamamos cuerpo durante una ínfima temporada comparada con su verdadera existencia, cuando entienda que su estancia en el Planeta es para hacer un trabajo, el ser humano habrá alcanzado la gloria.
Pero mientras el ser humano se crea el ombligo del mundo, y vea al resto como enemigos potenciales, seguirá matando por lo que él llama sus ideales, seguirá matando por defender lo que él llama su honor, seguirá explotando a otros y condenando al hambre y a la miseria a sus contemporáneos, seguirá maltratando el Planeta, seguirá explotando sus recursos sólo para amasar más dinero; y todo eso con una única consecuencia, el sufrimiento.
La liberación del ser humano es un trabajo…….., no…….., es EL trabajo más importante que el ser humano ha venido a realizar. Entender que es “un alma”, o “una chispa divina”, o “una energía”, y actuar desde ahí hace que el ser humano se libere completamente del miedo que le atenaza y le impide vivir, y dejar que la vida sea y fluya a través de él.
No es un trabajo difícil, lo difícil es creer que “no es el cuerpo”, y empezar a trabajar desde el alma.
Para eso se puede hacer la siguiente meditación que va a acercar al ser humano a esa alma que es la verdadera esencia del ser humano:
Meditación en la perla azul
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Deja las manos sobre los muslos, las palmas hacia arriba y los dedos en Gyan mudra, (junta las yemas de los dedos pulgar e índice, dejando el resto de los dedos juntos y estirados).
-          Los ojos cerrados.
-          Empieza realizando una invocación:
“Al Dios Supremo
A mi Maestro espiritual
A todos los Maestros espirituales
A los Grandes Maestros
A los Santos Ángeles y ayudantes espirituales
A mi Alma
A mi Ser Divino
Gracias por las bendiciones divinas
Gracias por la guía, por la ayuda y por la protección
Con gratitud, con respeto, con Amor,
Gracias”
-          Coloca la punta de la lengua en el paladar.
-          Lleva la atención a la perla azul.
-          La perla azul se encuentra situada en el centro de la cabeza, en la intersección de dos líneas imaginarias, una que va desde el entrecejo a la parte posterior de la cabeza, y la otra que va de la punta de la oreja derecha a la punta de la oreja izquierda.
-          Mantén la atención en ese punto, sin utilizar la voluntad, sin concentrarte demasiado, solamente relájate.
-          Explora y localiza ese lugar.
-          Sabrás si llegas a él, porque vas a experimentar paz interior, serenidad y gozo divino.
-          Permanece respirando en ese punto durante cinco minutos.
-          Y después imagina una llama de luz dorada en ese punto. Con la llama va a aumentar tu sensibilidad y va a permitir la unión con tu alma con más rapidez.
-          Concéntrate suavemente en esa llama dorada y siente la paz, la serenidad y el gozo divino.
-          Permanece el tiempo que te apetezca.
-          Antes de finalizar la meditación, es bueno que liberes el exceso de energía.
-          Levanta las manos dejando los brazos cómodamente a los costados, las palmas mirando al frente.
-          Imagina la Tierra delante de ti, y repite en silencio:
Que la Madre Tierra sea bendecida con luz divina,
Con amor y con poder divino.
Que la Madre Tierra sea regenerada
Sea rejuvenecida,
Sea revitalizada.
-          Aprovecha la energía para bendecir a las personas que bendigas después de cada meditación.
-          Ya sólo te queda dar las gracias, repite en silencio:
Gracias Señor por las bendiciones divinas
Gracias a mi Maestro espiritual y a todos los Maestros espirituales
Gracias a mi Alma
Gracias a mi Ser Divino.
Gracias.

domingo, 13 de febrero de 2011

No hay peor sordo que el que no quiere oir

Cuando encuentro a sordos que no quieren oír, o a ciegos que no quieren ver, se me olvida, a veces, de que todo está bien y de que cada persona está en su proceso, y me entra una tristeza infinita. Es cierto que no me dura mucho, y que además me sirve para desde mi interior bendecir a esa persona para que cuando sea su momento empiece a escuchar algún sonido o a ver alguna luz.
Está claro que cada persona está en posesión de su verdad, y que para cada persona esa es la verdad absoluta, y como es “su” verdad absoluta, aunque les esté llevando al sufrimiento van a mantenerla, sin escuchar lo que ellos consideran cantos de sirena de la new age, o verborrea de charlatanes de feria, aunque esos charlatanes de feria sean felices, y lo que vendan sea su fórmula de la felicidad. En “su” verdad, todo lo malo que llega a ellos proviene del exterior, y lo malo en estos casos suele ser abundante, es como si el mundo entero estuviera en su contra, pero no, ellos no van a cambiar “su verdad”, ellos no van a escuchar ninguna teoría que se desvíe ni un milímetro de lo que ellos desean oír. Estos son los sordos que no quieren oír o los ciegos que no quieren ver; están condenados al sufrimiento, al miedo, a defenderse de todo y de todos, están condenados a no vivir, están condenados a desconfiar, no viven, no saben vivir, sólo vegetan, esperando ese golpe de fortuna que les traiga de algún sitio, no sabemos cual, la felicidad.
Cuando te los vas encontrando, les escuchas en silencio y te cuentan como de mal les está tratando la vida, unos cuentan que por culpa de……… les va mal en el trabajo, que por culpa de……… su pareja se ha ido, que por culpa de………. sus hijos no siguen lo que él había previsto, que por culpa de…….. , siempre la culpa es de alguien, ellos todo lo hacen bien. Pobrecitos, están fracasando como personas, y lo peor es que no son conscientes.
No son conscientes y tampoco lo quieren ser, ni quieren oír que son ellos los únicos responsables de lo que les sucede en la vida, de que con su actitud lo único que atraen hacia sí es más miseria humana y más sufrimiento. Necesitarían hundirse en lo más profundo del pozo de sus emociones para desde su dolor, posiblemente dejar entrar las palabras que les anuncian que hay muchas maneras de vivir distintas a la suya, y que la suya no parece ser muy buena por los pobres resultados obtenidos en él mismo.
Os encontrareis muchas personas con esta tipología, son muy abundantes. Lo único que se puede hacer, es escucharles en silencio y dejar que descarguen su miseria en vosotros como si fuerais un cubo de basura, no entrar en ningún razonamiento, no suele servir de nada, y bendecirles en silencio, bendecirles cada día después de vuestra meditación, para que la potencia de la energía de la bendición vaya limpiando poco a poco la oscuridad de su alma.

viernes, 11 de febrero de 2011

El camino. Un cuento para despertar

            Señor, ¿hasta dónde lleva este camino?,  hasta la Gloria señor; y ¿falta mucho para llegar?, depende de sus pasos señor, y de su ritmo,  y de su fuerza, y de su corazón, ¡que sea feliz en el camino señor!
            No sabía cómo estaba ahí, caminando, en un camino que a veces era ancho y otras, estrecho, a veces bordeado de árboles, y otras seco, árido y pelado. Sólo recordaba que no era feliz, y alguien me dijo: “Si buscas la felicidad, la puedes encontrar en el camino de la Gloria”.  Y ni corto ni perezoso, abandone todo, mi trabajo, mi esposa, mis hijos y me fui en busca de la felicidad a recorrer ese camino, camino del que nada pudo explicarme nadie, pero como ya lo había probado todo, médicos, pastillas, diversiones, viajes, casi todo lo conocido, y yo quería la felicidad, me puse a caminar por ese camino. Mi esposa me había dicho: Espero que encuentres lo que buscas, yo te esperé mientras tanto.
Al segundo día de caminata, me encontré con un niño sentado a una orilla del camino. Era un niño triste, muy triste, la imagen de su tristeza desgarraba el alma.
-          Hola niño, ¿Qué haces aquí?
-          Te estaba esperando.
-          Pero, ¿cómo ibas a esperarme si no sabes quién soy, ni que iba a pasar por aquí?
-          Si se quién eres.
-          ¿Quién soy?
-          Eres yo.
-          ¿Qué?
-          Sí, soy tú cuando tenías diez años. ¿Te acuerdas el día que con la pelota rompiste un cristal de la casa del vecino, y te golpearon y te castigaron y te quitaron la pelota?
-          Si me acuerdo, yo lo hice sin querer, fue un día muy triste.
-          Y ¿qué pensaste?
-          Que no era justo, y por primera vez, mis padres que para mi eran los mejores del mundo, dejaron de serlo,
-          Y ¿no les has perdonado?
-          No.
-          Los mayores también se equivocan, y cargan sus problemas sobre los pequeños, pero nosotros, los niños, cuando ya entendemos las cosas tenemos que perdonar a los mayores, y sobre todo si estás en este camino. Si quieres llegar al final, has de aprender a perdonar.
-          Si yo les perdono, me prometes que vas a dejar de estar tan triste.
-          Si tú les perdonas, sólo por eso dejaré de estar triste, y tú lo sabrás porque vivo dentro de ti.
Y el niño desapareció del camino.
El caminante se retiró a un costado del camino, se sentó debajo de un árbol y rememoró la situación, y con la imagen de sus padres en su memoria empezó a decir en su interior: “Yo os perdono, os perdono por lo que me habéis hecho consciente e inconscientemente, ahora sé que no era vuestro deseo que llegara a mí la tristeza, yo os perdono. Y os pido perdón por todo lo que yo haya podido hacer también de manera consciente e inconsciente, os pido perdón por todos estos años de rencor. Yo os bendigo con amor, os quiero”. Nada más terminar de decir eso, sus ojos se inundaron en lágrimas, sintió una paz en su interior desconocida, era como si el niño que había visto en el camino saltara y se regocijara dentro de él.
Pero aun había algo dentro de él que no le permitía ni tan siquiera asomarse a la felicidad. Permaneció debajo del árbol meditando en silencio, y fueron pasando por su memoria muchos momentos, en los que él había sido injusto con sus hijos, y les pidió perdón. Siguió meditando y siguieron pasando por su memoria los momentos en que había sido injusto con otras personas, y siguió y siguió pidiendo perdón, hasta que  sintió un gran alivio interior, y una sonrisa se instaló en su rostro, después de muchos, muchos años de seriedad y de tristeza.
Por fin se levantó y siguió caminando y se encontró con otra persona que se cruzaba en su camino: “Señor, ¿falta mucho para llegar a la Gloria?”, “ahora ya le falta menos, señor”.
Dos días más de camino y se encontró con un ejecutivo sentado en un sillón en mitad del camino:
-          ¿Qué hace aquí señor?
-          Te estaba esperando.
-          ¿A mí?, y ¿Cómo sabía que iba a pasar por aquí?
-          Porque soy tu orgullo.
-          ¿Mi orgullo?
-          Si, tu orgullo, ese que no te permite reconocer lo que hacen de bien otras personas, ese que no te permite aceptar las ideas y sugerencias de las personas más próximas a ti, ese que no te permite entregarte a la vida y dejarte fluir en ella por tener que estar siempre a la defensiva, ese que te hace controlarlo todo, ¿me reconoces?
El caminante asintió con la cabeza, dio las gracias, y cabizbajo volvió a salir del camino para sentarse nuevamente debajo de un árbol y meditar en la situación. Y revivió cada acto de orgullo y comprendió que sólo estaba actuando en contra del libre fluir de la vida, que todo era miedo, miedo a perder lo que él creía que era su posición social, su posición en la familia, su posición en el trabajo; sin darse cuenta que cada vez era menos preguntado, era menos solicitado para colaborar, era más esquivado por su familia y por la sociedad, reconoció su inmadurez, sintiendo que algo se movía en el interior de su pecho y que activaba la humedad en sus ojos, y se prometió a sí mismo permanecer alerta para que no volviera a suceder.
Y volvió al camino, mucho más ligero, más alegre, más feliz, si, más feliz, era verdad caminando por este camino se puede encontrar la felicidad. Cuando de repente se encontró con un nuevo caminante que se cruzaba con él, y le preguntó:
-          ¿Falta mucho para la Gloria señor?
-          Ya estás en ella hijo mío.
-          ¿Ya he llegado?
-          Si, cuando reconociste tus errores y pediste perdón, cuando perdonaste a los demás, cuando reconociste tu orgullo y tu miedo, cuando aceptaste la vida como es y dejaste que empezase a fluir dentro de ti, cuando sentiste el amor dentro de ti, cuando te has prometido permanecer alerta. Todo eso te ha permitido entrar en la Gloria.
-          Perdone señor, pero para esto no hacia falta venir a este camino, podía hacerlo en el comedor de mi casa.
-          Estás en tu casa, estás meditando. Yo te bendigo, vuelve ahora a tu cuerpo y enseña a los demás esto que has aprendido. Bendito seas. 
El caminante sintió una fuerte sacudida en su cuerpo, abrió los ojos y se encontró sentado en su espacio de meditación. Sólo habían transcurrido treinta minutos. Sus ojos se llenaron de lagrimas, se levantó, entró en el salón donde su esposa y sus hijos veían la tele, se acercó a ellos, les abrazó, les beso y quedamente les iba diciendo: “Perdóname, te quiero” .

Máscaras

Cuando nacemos somos limpios y puros, las capas formadas de nuestra aura son brillantes, transparentes, cristalinas. Pero no nos dura mucho tiempo, a lo sumo, hasta que empezamos a andar, y a la vez que empezamos a andar empezamos a conocer una palabra nueva que vamos a escuchar y a repetir muchísimas veces a lo largo de nuestra vida: “NO”.
El “no” lleva implícito muchas cosas, en principio es la negación de la expresión natural del niño y eso hace que empiece a aprender a reprimir conductas y emociones, y empiece a colocarse una máscara, la máscara de la represión; con ella puesta el niño da comienzo a la represión de los impulsos que salen de su interior.
Pero el niño sigue creciendo y comienza su colección de máscaras de todo tipo y condición: máscaras que serán disintas, en función del escenario en que se encuentre, con los amigos, que, por supuesto, es distinta a la máscara de andar por casa, en casa tiene varias, la máscara para tratar con mama, la máscara para tratar con papa, la máscara para tratar con los hermanos, la máscara para tratar con los abuelitos; y el niño  sigue creciendo y se convierte en un adulto, y sigue acumulando máscaras, la máscara para tratar con los compañeros de trabajo, la máscara para tratar con su pareja, la máscara para tratar con su jefe, etc., etc., etc.
Representa tantos personajes, que ni la propia persona sabe como es, sólo es una representación de sí misma, ya que en función de la circunstancia, de la persona que tiene delante o el lugar en que se encuentra, irá colocándose una máscara u otra. Entonces ¿quién es realmente esa persona?, ¿la que actúa en casa cuando está sola?, ¿la que actúa cuando está con la familia?, ¿la que actúa en el trabajo?, ¿quién es realmente la persona?, ¿sabe la persona realmente quién es?
No, la persona no sabe quién es y ni tan siquiera como es. Físicamente la persona no sabe como es porque ella no se ve, lo único que ve es su reflejo, y ¿quién la dice que lo que refleja el espejo y ella ve, es lo mismo que ven los demás?; por lo tanto sabe cómo es su reflejo, pero no como es ella. Y en cuestión de carácter, tampoco sabe como es, la persona cree que es la imagen que ella se ha construido de sí misma, construcción realizada en función de las máscaras, lo que cree la persona que es, sólo es otro reflejo, en este caso mental.
Según va madurando la persona, a lo largo de muchas vidas, según va construyendo su carácter, va dejando máscaras, estas van desapareciendo, hasta que la persona llega un momento que arroja la última máscara y vive sin ellas. En ese momento, la persona ya es ella, ya no actúa, sólo vive. ¿Cuándo ocurrirá eso? Sólo ocurrirá en el momento en que la persona deje de vivir desde la mente y viva desde el corazón, en el momento en que sea Amor y ya no tenga miedo de mostrarse tal cual es, en el momento que sea consciente de su divinidad. Mientras no sea consciente de eso y viva temerosa de perder su empleo, de perder a su pareja, de que sus hijos no se casen con un buen partido, etc., seguirá usando máscaras, es normal, con algo hay que tapar la hipocresía.
Y si alguien piensa que es normal actuar de distinta manera según las circunstancias,  que estudie la vida de los grandes hombres y mujeres que nos han precedido, y busque cuando trataban de engañar haciéndose pasar por quienes no eran, que es lo que se hace con las máscaras.
Hay que ser como los niños, limpios, puros, brillantes, cristalinos y luminosos, para poder tener acceso al Reino de Dios, y eso sólo lo puedes hacer viviendo, sintiendo y actuando desde el corazón.