Los hombres y las mujeres a veces
descubren
que es difícil encontrar a la pareja
deseable para el matrimonio.
Puede ser cierto.
Pero hay otro componente en la
situación:
No es suficiente encontrar a la
persona adecuada,
nosotros debemos ser la persona adecuada.
Siempre he creído que no existe
ninguna diferencia entre el amor humano y el amor divino. Y eso es así porque
el amor es único, no existen diferentes tipos de amor. El error consiste en que
los seres humanos pensamos que el amor es una emoción, y no es tal, el amor es
energía, y no esa idea romántica que tenemos los seres humanos del amor. Como decía
en la entrada del poder del amor, el amor no se acaba porque es la fuerza de la
vida. El amor es la fuerza que mantiene girando en perfecto orden a los
planetas en el cielo. El amor es la fuerza de vida que mantiene los latidos del
corazón. El amor es la Fuerza Divina que se mueve en todos los seres humanos,
porque somos hijos de Dios, y Dios es Amor.
Pero está claro que ninguno de los
que nos movemos por esta vida en la materia, o casi ninguno, podemos hablar del
amor, como sensación, como energía. Podemos hablar de él de manera teórica, ya
que si hubiéramos conseguido sentir ese amor, nos faltaría muy poquito para
irnos y no volver nunca más, ya que habríamos llegado al final de nuestro
aprendizaje en la Tierra.
Por lo tanto, como todo el amor que los
seres humanos conseguimos dar y conseguimos sentir, es producto de un
pensamiento. Vamos a llamarlo en esta entrada amor humano, para diferenciarlo
del amor energía o mejor llamado Amor Divino.
El Amor Divino lleva intrínseco todas
las virtudes. No en vano, el Amor Divino es el amor que siente Dios por cada
uno de nosotros, por lo tanto en el Amor Divino esta la paciencia, esta la
tolerancia, esta la comprensión, esta la bondad, esta la falta de crítica y de
juicio, esta el servicio, en fin, todas las virtudes se encuentran reflejadas
en el Amor Divino. Sin embargo, en el amor humano no es tal. Por el mero hecho
de amar a nuestra familia o a nuestros amigos, con nuestra errónea idea del
amor, no estamos exentos de enojarnos con ellos, no estamos exentos de hacerles sentir
culpables por algo en alguna circunstancia, no estamos exentos de engañarles, no
estamos exentos de juzgarles, no estamos exentos de herirlos emocionalmente, de
estamos exentos de ejercer algún tipo de dominio o de control sobre ellos, no
estamos exentos de perder la paciencia con ellos, no estamos exentos de
gritarles, no estamos exentos de hacerles algún tipo de reproche. Cuando se ama
con el Amor Divino, nada de esto ocurre, porque el Amor Divino lleva implícitas
todas las virtudes. ¿Os imagináis a Dios perdiendo la paciencia, o gritando por
algo que hemos hecho mal, o reprochándonos alguna cosa?, ¿Os imagináis a Dios engañándonos?
Por lo tanto amar como amamos los
humanos, con el pensamiento, hace que tengamos que trabajar el resto de
virtudes si queremos, no solamente crecer y evolucionar, sino que nuestro amor
dure. Por ejemplo: piensa en esa pareja que comienza su convivencia, y que al
cabo de poco tiempo comienzan ciertas desavenencias, porque un miembro de la
pareja es ordenado y el otro no, o porque a uno de ellos le gusta seguir
saliendo de noche, aunque sea de vez en cuando con sus amigos, o sencillamente porque
uno aprieta el tubo de la pasta de dientes por abajo y el otro por el medio, o
que uno se crea superior por el hecho de ser hombre. Si no existe la paciencia,
o la igualdad, o la tolerancia, o la comprensión, en poco tiempo estarán
discutiendo, gritándose, posiblemente agrediéndose, ya sea de palabra o de
obra. ¿Cuánto les va a durar el amor?, les va a durar un suspiro. A esta
pareja, y a tantas y tantas, las ha engañado su pensamiento.
Debemos trabajar sobre todo la
paciencia, la tolerancia y la compresión. Para ello piensa que tu también haces
cosas que no le gusta como lo haces a tu pareja, y que si tu eres
comprensivo/a, paciente y tolerante, a tu pareja posiblemente le resultara mas fácil
ser paciente contigo, ser tolerante y comprensivo/a.
Animo, puedes hacer que tu relación
de pareja se dulcifique, y no digo que vaya a durar toda la vida, pero el
tiempo que dure será un verdadero gozo y no un sufrimiento lleno de reproches,
de críticas, y sepa Dios cuantas cosas más.