Mi alma, mis libros, mis creencias, mi corazón y mis opiniones.
El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Aunque es cierto
que no existe el pecado, y que Dios Ama a todos Sus hijos hagan lo que hagan,
existe una ley que se denomina la Ley de la Causa y el Efecto, o Ley del Karma,
cuyo enunciado dice que es una energía trascendente (invisible e inmensurable)
que se genera a partir de los actos de las personas. Según esta ley, cada causa
genera un efecto, a cada acción le corresponde una reacción.
Teniendo en
cuenta que todo es energía, cada pensamiento, cada palabra y cada acción
generan energía, y a esa energía de acción le va a corresponder otra energía
proporcional que es la reacción.
Se ha de tener muy
presente cual es la finalidad de la vida del hombre. Permítanme recordárselo: Los hombres vienen a
la vida de la materia para aprender a Amar, pero no como ellos creen que es el
amor, no, han de aprender a Amar como Dios les Ama, por encima de todo.
Quien ha
aprendido a Amar, con toda intensidad, ha conseguido vivir desde el alma, lo
que equivale a decir que el hombre vive como lo que es, como un ser espiritual.
Quien ha
aprendido a Amar, atesora en sí todas las cualidades del alma, siendo las más
destacables para el viaje del hombre a través de la materia: Felicidad,
alegría, servicio, serenidad y paz interior.
Quien ha
aprendido a Amar vive en el respeto, la tolerancia y la comprensión.
Quien ha
aprendido a Amar, vive, sobre todo, sin miedo. Sin miedo a la enfermedad ni al
dolor, sin miedo a la pobreza ni a la riqueza, sin miedo a la muerte ni a la
vida. Y vive así, porque sabe que Dios se encarga de todo, ya que en el momento
en que el hombre deja descansar a su mente abre las puertas a la energía del
Universo, y sabe que todo lo que “necesite” le será dado.
Hasta que el
hombre aprenda a Amar va a seguir realizando viajes de la esencia a la materia.
Y en cada viaje a la materia, lo habitual, es que el hombre se aparte de su
Plan de Vida, por la ignorancia en que se encuentra sumida la sociedad en que
se integra.
La enseñanza a
los recién llegados a la vida está basada en lo que conocen sus enseñantes, es
decir, nada, porque viven una ilusión, y por tanto sus enseñanzas están
opuestas a la realidad de Dios. Toda la enseñanza está basada en el miedo e,
incluso, ahondan más en el miedo cuando hablan de Dios.
Ante esta
perspectiva los seres humanos viven auténticas vidas de dolor y sufrimiento,
llenas de envidias, celos y rencores, que lo único que generan es esa “energía
de acción”, que les va a generar la “energía de reacción” en su vida actual o
en las próximas.
El Karma es
Karma, no hay ni bueno ni malo. El Karma que se genera se ha de pagar. Si el
Karma que se ha generado ha sido debido a una acción negativa, se tiene que
recibir una devolución negativa. Si el Karma que se ha generado ha sido debido
a una buena acción, se tiene que recibir una devolución positiva.
El Karma se va
consumiendo según va aprendido el hombre a Amar. Aprender a Amar le va a llevar
al ser humano, una serie de vidas, desde que entra en la rueda del Amor
incondicional, ya que este irá aumentando en gradación en cada vida. Según sea
mayor su Amor, irá el hombre dejando de tener pensamientos negativos, hablará
con Amor y todas sus acciones estarán regidas por la bondad, con lo cual no
generará Karma negativo. Y en cuanto al Karma positivo, tampoco va a generar,
porque todo lo que haga en su vida, va a estar regido por el Amor, y no va a
esperar nada a cambio.
Por lo tanto, no
sufran porque hayan pecado, no existe el pecado, pero tampoco sufran por su
Karma, en lugar de sufrir, piensen, hablen y actúen con Amor.
El pecado que se define como la transgresión
voluntaria y con conocimiento de un precepto religioso. No existe.
En Teología
moral se lo considera un acto malo, o la omisión culpable de un acto bueno
obligatorio. Por extensión, se denomina pecado a todo aquello que se aparta de
lo recto y justo, o que falta a lo que es debido.
Existen pensamientos
erróneos, existen palabras con intención de ofender, existen malas acciones, y
si los representantes de las distintas creencias religiosas, les quieren llamar
pecados, está bien, pero no pueden atribuirle a Dios, de manera más o menos
interesada, la condena a perpetuidad, a no ser que se confiese el pecador, única
manera de quedar redimido de los pecados.
El Papa
Francisco, máxima autoridad de la iglesia católica, ha dicho recientemente que
Dios no condena a perpetuidad. Pero, permítanme que añada algo más, Dios no
condena nunca.
La tradición
judeocristiana, cuya fuente fundamental es la Biblia, ha entendido el pecado,
en términos generales, como el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios.
Pero la realidad
es que el hombre no necesita pecar para alejarse de la voluntad de Dios. El
hombre ya vive alejado de Dios, y no es por ser pecador, es sencillamente
porque no sabe quién es realmente, ni sabe quién es Dios.
Cree el hombre
que es un ser independiente de Dios, cuando lo que es, realmente, es una parte
de Dios.
Cree el hombre
que cada uno de los seres que le acompañan en la vida también son
independientes y ajenos a él, con lo cual tiene que proteger lo que él
considera suyo, y a los que considera los suyos, cuando la realidad es que
todos son lo mismo, hermanos, hijos del mismo Padre.
Cree el hombre
que lo que considera pecado le aparta de Dios, cuando lo único que le aparta de
Dios es su propia mente.
Cree el hombre
que tiene que buscar a Dios en los templos, en las catedrales, en las
mezquitas, en las iglesias, en las sinagogas, en los conventos, en los salones
de culto, en las basílicas, en los santuarios, o en las capillas, cuando lo
tiene bien cerca: Habita en su propio corazón.
Cree el hombre
que Dios premia a los buenos y castiga a los malos, cuando la realidad es que
Dios ni premia, ni castiga, porque no hay ni buenos, ni malos. Dios Ama a todos
por igual y su Amor es total e incondicional.
Todo lo que hay
son hombres que están realizando un camino de evolución y crecimiento para
acercarse a Dios, Y se tienen que acercar a Dios porque les ha separado de Él
la ignorancia, la mala fe y las creencias erróneas.
Todo lo que hay
son hombres aprendiendo a Amar, aprendiendo a compartir, aprendiendo a respetar.
Todo lo que hay
son hombres tratando de conectar con su alma, su parte divina, para, a través
de la belleza de su alma, poder contemplar la belleza de los demás, ya sean negros,
blancos, amarillos o mestizos, ya vistan con seda o con harapos, ya hablen como
Cervantes o Shakespeare, o sean mudos como una roca, ya tengan cuentas
millonarias o se peleen por un centavo, ya sean ateos o creyentes, ya sean
musulmanes o cristianos, ya sean comunistas o capitalistas, ya sean de derechas
o de izquierdas, ya sean honrados o ladrones.
Y estos hombres,
que tienen que aprender a vivir desde el alma, que no saben lo que es, ni donde
se encuentra; que tienen que aprender a Amar cuando desconocen lo que es el
Amor; que tienen que aprender a respetar cuando desconocen lo que es el
respeto; que tienen que ayudar a compartir cuando se les ha enseñado que lo
suyo es suyo y tienen que defenderlo; que tienen que aprender a perdonar cuando
solo les hablan de venganza; tienen un hándicap importante: LO HAN DE APRENDER
SOLOS, y encima con una guillotina sobre sus cuellos, que amenaza con cortarles
la cabeza si no hacen lo que nadie les ha enseñado.
Alguien puede
pensar que si no existe el pecado y que Dios Ama a todos hagan lo que hagan, para
que reprimirse y no robar o no engañar, para conseguir vivir en la opulencia y
sin doblar el espinazo.
Aunque es cierto
que no existe el pecado, y que Dios Ama a todos Sus hijos hagan lo que hagan,
existe una ley que se denomina la Ley de la Causa y el Efecto, o Ley del Karma,
cuyo enunciado dice que es una energía trascendente (invisible e inmensurable)
que se genera a partir de los actos de las personas. Según esta ley, cada causa
genera un efecto, a cada acción le corresponde una reacción.
Todas las situaciones por las que pasan
todos los hombres en la vida de la materia tienen una razón. Es una razón
desconocida e ininteligible para ellos. Es una razón Superior recogida en su
Plan de Vida, con la que el alma, que es la responsable de la aceptación de dicho
Plan, espera conseguir un avance en su evolución.
Es imposible reconocer a priori, la
causa por la que se producen determinadas situaciones en la vida del hombre. A
veces, una vez resuelta la situación, se puede llegar al entendimiento del
porqué ha llegado dicha vivencia en la vida. Aunque tampoco es muy común que
una vez resuelta se den vueltas de porqué ha pasado algo y no otra cosa.
Las situaciones positivas también están
determinadas por la misma ley, pero estas, al ser positivas y no causar
sufrimiento no van a hacer que la persona se detenga, ni tan siquiera un segundo,
en preguntarse porque ha vivido tal situación, ni porqué le ha tocado vivirla a
ella y no al vecino.
Sin embargo, las situaciones que los
hombres califican de negativas, de penosas, llenas de sufrimiento o de
incertidumbre, van a hacer que levante los ojos al cielo y pregunte ¿Por qué
Señor?, van a hacer que pidan con auténtica devoción que se resuelva su dolor,
van a hacer que se pregunten, una y mil veces, porqué les está sucediendo, van
a orar, a pedir, a rogar y hasta a maldecir, porque la situación sigue ahí,
inamovible, o avanzando muy lentamente.
Ya sea la vivencia positiva o negativa,
ya sea que se pregunten la razón o no, ya sea que sean conscientes o no de lo
que les está “tocando” vivir, les va a ser muy difícil entender la situación.
La mente humana, con todo y ser
magnífica y poderosa, está lejos de la Mente de Dios, y en ningún caso, y ante
ninguna situación, va a conseguir entender la razón. Es la Razón de Dios.
El Plan de Vida es un Plan Divino y los
hombres no están preparados para entender las razones de ese Plan, ya que es lo
mismo que querer entender los Planes de Dios.
Puede ser que las situaciones se alarguen
y alarguen, un día tras otro, un mes tras otro, un año tras otro. Eso es señal inequívoca
de que el aprendizaje que tal situación lleva implícito no se está realizando,
en la misma persona o en actores implicados.
Puede ser que se resuelvan, después de
cierto tiempo, y no vuelvan a presentarse situaciones similares nunca más, La
señal, también inequívoca, es que se ha aprendido, se ha crecido, se ha
evolucionado.
A veces, se resuelvan en falso, y al
cabo de cierto tiempo vuelven a presentarse, una o más veces de manera cíclica en
la vida de la persona. La señal es que no se ha extraído la enseñanza, y es muy
posible que sea una asignatura para la próxima vida.
¿Qué les queda entonces a los seres
humanos ante situaciones que les hacen sufrir?, ¿Cómo saber la enseñanza
subyacente de tal situación?
Ni se sabe, ni se puede saber cuál es
la enseñanza incluida en la situación. Solo queda la aceptación. La aceptación
lleva implícita la liberación del sufrimiento. De nada sirve rebelarse, ya que
el deseo de resolución, es eso, un deseo, patrocinado por el ego, promovido por
el orgullo, deseando “algo” que seguro no es necesario. Y en lugar de levantar
los ojos al cielo pidiendo a Dios que se resuelva, levantarlos diciendo “hágase
Tu Voluntad”.
Confíen en Dios. Él da a los hombres lo que necesitan, no lo que sus egos creen que necesitan.
Seguro que todos habéis despertado alguna
vez al final o en mitad de un sueño trágico o un sueño terrífico, y al ser
conscientes de que estabais durmiendo y, solo era un sueño, habéis sentido tal
alivio que habéis saltado en la cama alborozados, o sencillamente habéis seguido
acurrucados en la misma postura pensando “¡Uf! Gracias a Dios, solo era un
sueño”.
Pues eso es la vida amigos: “Un sueño”.
Un sueño en el que se mezclan episodios trágicos y episodios alegres, momentos
de dolor, eternidades de preocupación, o instantes de amor, por nombrar solo
algunas de las etapas que se van sucediendo en la vida de los hombres.
Llegará un momento en vuestra vida, en
esta, o en las venideras, en las que abriendo los ojos del corazón llegareis primero a la
comprensión de que solo estáis interpretando un papel, preparado minuciosamente
junto al Director de la obra, para pasar después de la comprensión a la
aceptación, más adelante de la aceptación a la entrega, y por fin con la
entrega llegareis a Dios. Y como sucede con el despertar en mitad del sueño terrorífico
pensareis: “¡Uf!, menos mal que todo era un sueño”.
Los problemas de los hombres tienen su raíz
en la acción que se produce con una sola palabra: “Separatividad”.
La
separación de Dios, el creerse seres independientes, deviene en enfermedades que
provienen por los bloqueos de la energía del alma. La independencia en la que
creen vivir les produce preocupaciones que no son más que proyecciones de su
mente, al igual que lo que llaman felicidad. Ambas, felicidad y preocupación,
son pura ficción, lo mismo que el amor que imaginan, que no es más que un
somero recuerdo del Amor que siente su alma por su Creador.
No
eres un ser independiente. No estás solo. El punto que ocupas en el planeta no
es el centro del Universo. Eres como una gota de agua en mitad de los mares, exactamente
igual a los miles de millones de gotas de agua que componen los océanos. No
tienes que defenderte, (ni atacar), a otros por ser de distinta raza, de
distinta religión, de distinta creencia política, de distinta cultura o de
distinta clase social.
Ellos
son tu espejo. Mírate en ellos. Y cuando comprendas que son iguales que tú,
hijos todos del mismo Padre, comenzarás a entenderlos, comenzarás a respetarles, comenzarás a perdonarles,
comenzarás a amarles.
Cuando se forme una pareja tiene que cambiar el objetivo actual:
Que lo único que desee cada miembro de la pareja
sea conseguir la felicidad del otro, no la propia
Dos personas se
conocen, se enamoran hasta el extremo de creerse almas gemelas, comprueban que
tienen gustos afines, que tienen las mismas aficiones, que les apasionan los
mismos temas y que le temen a lo mismo. Y por supuesto que, si en algo puede
ser que no sean coincidentes, entonces dicen que son complementarios. El caso
es que ven la vida de color de rosa, viven con una sonrisa permanente en su
cara, y asumen, sin ningún género de duda, que todo está bien y todo es
perfecto en su otra mitad.
Posiblemente
sea, si no el mejor, si uno de los mejores estados emocionales de los seres
humanos en su deambular por la materia.
Ante tal cúmulo
de coincidencias en sus sentimientos, y teniendo claro lo difícil que les es
vivir separados, deciden dar uno de los pasos más importantes que se pueden dar
en la vida, se van a vivir juntos, con o sin papeles, no importa. Lo importante
es estar juntos, verse cada día, amarse en la distancia corta.
Hasta aquí todo
es perfecto. Solo están cumpliendo uno de los apartados de su Plan de Vida.
¡Es una lástima que solo sea un pensamiento el
que genera esa emoción!, ¡Es una lástima que no se mantenga en el tiempo ese
pensamiento!, porque al cabo de cierto tiempo aparecen aspectos que en la vorágine
del enamoramiento inicial habían pasado por alto y ahora empiezan a hacer
mella, hasta el punto de que el pensamiento de amor comienza a ser sustituido
por otros pensamientos que ya no generan la misma emoción de amor, sino que generan
una sensación de fastidio, que se va tornando en molestia, para convertirse
finalmente en hartazgo, en cansancio, en aburrimiento, y en casos más dramáticos en odio.
La pareja, que
es una gran escuela para aprender realmente a Amar, para aprender a desarrollar
la paciencia, la tolerancia, la generosidad y el respeto, se convierte en un
campo de batalla, en el que se utilizan toda clase de armas arrojadizas,
incluso a veces, desgraciadamente, los propios hijos.
¿Qué pasó con el
alma gemela?, ¿Se equivocaron en su apreciación o no era tal?, ¿Dónde quedaron
los gustos y las aficiones afines?, ¿Adónde se fue el ser complementarios?
Es posible que
en ese “desamor humano” también se esté manifestando su Plan de Vida, es
posible que su unión sea temporal para aprender algo que la otra parte puede
enseñar, o para pagar alguna deuda Kármica, o para recibir algo que le deben. Pero,
(uno o los dos miembros de la pareja), lo están interpretando mal, porque les
está faltando algo que nunca sintieron: Amor. Porque practicaron el amor, pero
no practicaron el respeto. Porque se unieron para recibir el uno del otro, pero
no para ser generosos y darse el uno al otro.
Todo esto unido
a la sinrazón de la sociedad o al engaño de las religiones, que son coincidentes
en que dos personas que forman una pareja han de permanecer unidos mientras
dure la vida.
¡Que locura!, así
le va al género humano!
Habrá parejas
que hayan establecido, antes de venir a la vida, que si van a permanecer unidas
de por vida, pero las habrá que no. Y como eso no se sabe de antemano, sería
bueno que en el desamor cada parte de la pareja se colocara en los zapatos de
la otra parte, para explicar lo que necesitan escuchar, para tratarla como la
gustaría ser tratada, para darse en el desamor con la misma intensidad que en
el amor.
Del amor al odio
no hay un paso. Lo que pasa es que nunca existió el amor.
El fallo radica
en que los seres humanos se creen incompletos y por lo tanto piensan que
necesitan esa otra mitad para ser felices, para ser completos. Pero no. Los
seres humanos ya son “completos”, ya son perfectos tal como son, ni les sobra
ni les falta nada, por lo que buscar complementarse con otro ser humano es abocarse
al fracaso.
Primero hay que
aprender a Amar para poder dar Amor, hay que practicar el respeto para
respetar, hay que ser generoso con uno mismo para poder serlo con los demás, hay
que valorarse uno mismo para poder valorar al otro, hay que ser feliz para poder
hacer feliz a la otra parte.
Y cuando se
forme una pareja tiene que cambiar el objetivo actual: Que lo único que desee
cada miembro de la pareja sea conseguir la felicidad del otro, no la propia. Se
supone que la propia ya la tiene, ya que sino la tiene es posible que la relación se convierta en una relación
complicada.
El ayer ya no
existe, el mañana tampoco y, si me apuran, tampoco existe el presente. Existe
un continuo de tiempo, un continuo de conciencia. Sin embargo, los hombres son
incapaces de vivir ese continuo, ese mágico momento, siempre nuevo, que se va
desgranando ante su conciencia. Pero no lo ven, no lo perciben, no lo sienten
porque se quedan anclados en su pasado maniatando a su conciencia. Dan un salto
para intentar instalarse en el presente, pero tampoco lo consiguen, porque se vuelven
a anclar en otro pasado o, a veces, se pasan en el salto y aparecen en el
futuro.
Con lo cual
viven de recuerdos que solamente existen en su mente y de programaciones de
futuro que solo existen en sus deseos. Y la vida pasa y pasa sin que sean conscientes
de la belleza, de las sincronicidades y de las oportunidades que la vida, en su
eterno discurrir, les presenta una y otra vez.
Ese anclaje al
pasado o ese suspirar por sus deseos de futuro solo es apego. Se apegan a
situaciones, es igual que hayan sido agradables o no, ya no existen, y
enganchados a la situación pasada no pueden ver el ahora, no pueden vivir
porque tienen la vida ocupada, no pueden sentir porque tienen prisioneros a los
sentimientos, no pueden ver porque no miran, no pueden resolver porque tienen congestionada
y llena de ruido su mente.
Viviendo el "ahora" se desapega el hombre del ayer y se olvida del mañana, ¿Quién sabe si
existirá para él un mañana?, y en todo caso, serán sus acciones de hoy las que
determinen cómo será su mañana.
Viviendo
el “ahora” el hombre no solo se responsabiliza de sí mismo, sino que acepta
todo lo que la vida le presenta, que no es, ni más ni menos, que lo que el
mismo hombre había programado para su existencia.
Creen los hombres que necesitan un líder
que les conduzca por la senda adecuada, un gurú que les enseñe, un maestro que
les indique el camino, un jefe que les controle, un modelo al que imitar, un
ídolo al que admirar, una pareja para amar, un amigo con quien hablar, un
profesional que les comprenda, un sacerdote que les perdone, un alguien sobre
el que arrojar su dolor, un santo al que adorar, un dios en quien creer, un
enemigo al que culpar, un grupo para meditar, una cuenta corriente que les de
seguridad, un libro para aprender y una pastilla para dormir.
Y, si ellos así lo creen, así es.
Porque cada hombre sólo es el reflejo de su propio pensamiento y de su propia
creencia. Y así seguirá siendo hasta que el hombre entienda que no necesita
nada, que no necesita a nadie. Y no lo necesita porque el ser humano es un ser completo. Tiene todo lo que necesita para realizar
con éxito su Plan de Vida.
Puede, que en algún momento de su
existencia necesite de alguien, de manera puntual, para que le ayude a abrir
alguna puerta, pero, como seguro que ha leído u oído en multitud de ocasiones,
la puerta ha de franquearla él sólo, porque todo el trabajo importante a
realizar en la vida física es un trabajo en soledad, es un trabajo de introspección,
de comprensión y de aceptación.
Lo único que necesita el ser humano es tener
conciencia de lo que es, y aceptarlo, y eso lo podrá escuchar de sus modelos y lo
podrá leer en libros, pero no le va a servir para nada hasta que no lo integre
en cada célula de su cuerpo.
El ser humano es una parte de Dios. Dios
es su origen y Dios es su destino. Y todo el equipaje que necesita el hombre
para volver a Dios es el Amor.
el
dinero o la fama no eran tan importantes como respirar.
Lo
esencial sucede y lo demás es prescindible.”
―
Angus Young
La respiración es la vida.
Antes de relacionar las emociones y la
respiración, veamos primero que es la respiración.
Lo
primero que hace un bebé al tomar contacto con la vida física fuera del útero
de su madre es tomar una inhalación, y lo último que él mismo realiza cuando
abandona la vida es completar esa respiración con una exhalación.
Y ese ser humano, mientras dura su vida,
va a respirar, de manera autónoma, sin ser en absoluto consciente de su
respiración, entre 12 y 16 veces por minuto.
La
respiración es el proceso mediante el cual el aire entra en el cuerpo inspirado
a través de la nariz, (mejor que por la boca), y es conducido por la tráquea a
los pulmones, o mejor dicho a través de bronquios y bronquiolos hasta los
alveolos. A los alveolos es donde llega la sangre cargada de anhídrido
carbónico, (CO2), procedente de la combustión celular donde se cambia por el
oxígeno del aire, (inversamente a lo que realizan las plantas en la
fotosíntesis).
Es importante inspirar
y expirar por la nariz, ya que así el aire se filtra, se
calienta y se humedece, recuperando la humedad cuando se exhala.
Tipos
de respiración: Aun cuando anatómicamente no sea muy
correcto, se pueden dividir los pulmones en tres partes: superior, media e
inferior.
Por lo que, en función
de la zona pulmonar que se utilice la respirar, se puede hablar de tres tipos
de respiración: - Superior o clavicular.
- Media o costal. - Inferior o abdominal.
A
estas tres se puede añadir una más, la respiración completa, que engloba a las
tres.
Respiración
clavicular o superior: Es la que ofrece menor volumen para
el intercambio, haciendo intervenir los músculos de la zona superior, que no
son músculos de la respiración, acumulando tensión en cuello y hombros.
Se
produce un menor intercambio gaseoso porque se hace trabajar la parte superior
de los pulmones, que es, justamente, la parte más pequeña, con menor número de
vasos sanguíneos, por lo que existe un menor flujo sanguíneo en la zona.
Respiración media o
costal: Normalmente se da asociada a la superior o a la
inferior.
Respiración
abdominal o inferior: Es la más recomendada. A menor
gasto energético, ya que moviliza menos músculos y muy poco las costillas
flotantes, mayor intercambio gaseoso.
Se utiliza el
diafragma, que es el músculo de la respiración, y el desplazamiento de este
músculo hacia el abdomen es lo que produce la expansión y el estiramiento de
los pulmones con lo que el aire entra en ellos por succión.
Al haber un mayor intercambio
gaseoso, por ser mayor la superficie de los pulmones que intervienen en este
tipo de respiración, hace que sea necesario respirar menos veces que si se
realiza una respiración clavicular o superior.
De tal manera, que mientras una persona
que respira con la parte superior realiza tres respiraciones, otra que hace una
respiración abdominal respira solamente dos.
Respiración
completa: Es la respiración compuesta de los tres tipos anteriores. Se
comienza bajando el diafragma y llenando primero la zona inferior,
posteriormente la media y por último la superior.
La
respiración ideal es la respiración abdominal, ya que además de utilizar el
diafragma, que es el músculo específico de la respiración, tiene otros efectos: - Produce un rítmico masaje visceral que
ayuda a la digestión, a la circulación en el hígado y a las venas de la zona. - Sitúa el mayor intercambio en la zona
inferior de los pulmones, donde tiende a transitar un mayor volumen sanguíneo. - Es una respiración más vertical que
horizontal, ya que lleva el abdomen hacia delante y las vértebras lumbares
ligeramente hacia atrás; lo cual resulta importante a la hora de evitar el
agarrotamiento y la rigidez.
Existe
una profunda conexión entre el pensamiento y la respiración.
El ritmo de los movimientos respiratorios corresponde en una forma notable al
ritmo de los pensamientos.
Por lo tanto, si se
realiza una respiración clavicular, se respira más veces por minuto, con lo
cual, los pensamientos van a presentarse con más rapidez, y el trabajo para
controlarlos ha de ser mucho más intenso, mientras que, con una respiración
abdominal, los pensamientos aparecerán más lentamente, y serán más fáciles de
controlar.
La respiración
clavicular es la respiración que realiza un alto porcentaje de la población,
con lo cual, es fácil entender la razón por la que son esclavos de sus
pensamientos, de sus preocupaciones y de sus emociones.
Tan
profundo es el lenguaje de nuestra respiración, que se comporta de acuerdo, no
solo a como estamos, sino también a como somos.
Las
emociones tienen una incidencia muy importante en la respiración: El
miedo inhibe y bloquea la respiración, el estrés hace que se respire de manera
entrecortada, la ansiedad, la ira y la angustia, aceleran la respiración,
mientras que la tristeza la ralentiza.
La
respiración es un proceso inconsciente, pero a diferencia de otros procesos,
circulatorio, digestivo, etc., también se puede controlar de manera consciente,
porque no sólo está regida por el sistema nervioso vegetativo, sino también por
el sistema nervioso central.
Por lo tanto, de la misma manera que la emoción modifica
la respiración, se puede utilizar la respiración para modificar la emoción.
Al controlar voluntariamente la respiración, se tiene la posibilidad de
recuperar el equilibrio y gestionar la emoción.
Y
la mejor respiración para recuperar el control emocional es la respiración
abdominal. Es la respiración natural, es la que tienen los bebés cuando nacen.
Practicar esta
respiración es beneficioso para el organismo ya que ayuda a mejorar la
circulación y a oxigenar órganos vitales como el corazón y el hígado. En lo
emocional favorece la relajación, la concentración, elimina la tensión muscular
y combate la fatiga, la ansiedad y la depresión.
Practicar la respiración
abdominal de forma habitual favorece que se pueda ejercitar de forma natural en
los momentos en que es necesario tomar el control de la emoción.
Sin embargo, a pesar de
que la respiración utilizada habitualmente sea la respiración superior o
clavicular, se puede, en momentos de emociones desbordadas realizar una
respiración abdominal lenta, de manera consciente.
Para ello, puedes
sentarte o acostarte. En la posición de acostado es más fácil manejar la
respiración abdominal, así que, si tienes problemas para realizar ese tipo de
respiración, acuéstate:
- Coloca una mano en el
punto del ombligo para comprobar que sube y baja, y comienza a ser consciente
de la respiración.
- Inhala suave y
lentamente por la nariz.
- Realiza una pequeña
retención antes de expulsar el aire.
- Exhala lentamente
también por la nariz.
- Vuelve a realizar una
pequeña retención antes de volver a tomar aire.
En cinco minutos se comenzará a
estabilizar la emoción desbocada, pero puedes seguir el tiempo que consideres
oportuno.
Se pueden realizar respiraciones
específicas dependiendo de qué es lo que se quiere logar:
Cuando
la persona se siente estresada, enfadada, inquieta o ansiosa,
respirar por la fosa nasal izquierda.
Esta técnica es ideal para quienes tienen problemas para dormir o necesitan
relajarse.
- Sentados con la columna recta y los pies
apoyados en el piso.
- Tapar la fosa nasal derecha con el
pulgar derecho y mantener el resto de los dedos juntos y apuntando hacia
arriba.
- Respirar lenta y profundamente 26 veces
por la fosa nasal izquierda y la persona se sentirá totalmente tranquila y en
paz.
- Si se respira por la por la fosa nasal
izquierda durante 5 minutos, se calmará completamente.
Por lo tanto, para
activarse, respirar por la fosa nasal derecha. Esta
respiración resulta magnífica cuando la persona, pese a estar exhausta, no se
puede permitir parar. Va bien practicarla, por ejemplo, cuando a la persona le
entra el sopor a media tarde. Se practica como la anterior, tapando el orificio
izquierdo y respirando 26 veces por la derecha.
Normalmente
siempre tenemos una fosa nasal más abierta que la otra. Aproximadamente cada
dos horas cambia la fosa dominante, con lo que se equilibra la polaridad
energética.
En
situaciones de actividad debería dominar la fosa derecha y en otras más
tranquilas o inactivas, la izquierda. Por eso, es recomendable dormir con la
cabeza apoyada sobre el lado derecho, así se usa el izquierdo, más apropiado para
el sueño y el descanso.
Para controlar la ira
expulsar con fuerza el aire, y hacer una retención antes de tomar una nueva
inhalación cuando lo pida el cuerpo. Esa inhalación será de forma pasiva, sin
intervenir ni en alargar ni en acortar. Sola se controla la exhalación. Se
puede repetir hasta notar que llega la calma.
Para
refrescar el cuerpo, bajar la fiebre, e incluso como ayuda para dejar de fumar,
practica Sitali Pranayama. - Esta respiración consiste en inspirar
por la boca con la lengua rizada y ligeramente salida y expirar por la nariz,
sin meter la lengua. - Ayuda a dejar de fumar. Se puede
practicar siempre que se sientan deseos de fumar, ya que disminuirá el impulso
adictivo y desaparecerá la urgencia. - Es recomendable su práctica diaria para
mantener una buena salud. Puede que después de cada sesión se note un sabor a
cobre o metal en la lengua; son las toxinas que elimina el cuerpo. - Se puede realizar durante un mínimo de 3
minutos y un máximo de 31.
La
respiración lenta reduce las sensaciones de dolor.
Cuanta
más lenta es la respiración, la calma y la tranquilidad serán su reflejo
inmediato. Si se consigue reducir el número de respiraciones de 16 a 8 la
serenidad será la tónica habitual, y si se consigue llegar a 4 respiraciones
por minuto, la vida será un estado de meditación.
Meditaciones sobre la
respiración:
Respiración
cuadrada:
·Sentados con la espalda recta y los pies
apoyados en el piso.
·Inhala suave y lentamente por la nariz,
contando 6.
·Realiza una pequeña retención antes de
expulsar el aire, contando 6.
·Exhala lentamente también por la nariz,
contando 6.
·Vuelve a realizar una pequeña retención
antes de volver a tomar aire, contando 6.
Meditación
So Hung:
• INHALA pensando “So”
• EXHALA pensando “Hung”
Meditación
sencilla para mejorar la atención
• Siéntate cómodamente en una silla con
las plantas de los pies bien apoyadas en el suelo. Las manos apoyadas en los
muslos con las palmas mirando hacia arriba.
• Cierra los ojos y coloca la punta de la
lengua tocando el paladar.
• Lleva la atención a tu respiración.
• Siente como entra el aire por tus fosas
nasales (observa dónde roza y cuál es la temperatura del aire).
• Siente cómo expiras. Hazlo por la nariz.
(Observa también dónde roza y la diferencia de la temperatura con el aire que
entraba).
• Permanece atento a tu respiración.
•Cuando seas consciente de que aparece
algún pensamiento (porque seguramente aparecerán y puede que no seas consciente
hasta mucho tiempo después), vuelve suavemente a tu respiración.
• La mejor técnica para que desaparezca un
pensamiento es quitarle la energía, y eso se hace quitándole la atención. Es
decir, lleva tu atención a otro sitio, y como estás meditando en la
respiración, vuelve la atención a la respiración.
• Hazlo de 10 a 15 minutos en la mañana y
otros 10 a 15 minutos en la tarde.
Fijarse en la sensación
que se produce en los agujeros de la nariz al entrar y salir el aire de la
respiración.
Mantener la atención en
esa percepción sutil y observar la total duración de cada inspiración y de cada exhalación.
Si es difícil, se
pueden contar las respiraciones, o la respiración completa o contando la
inhalación y la exhalación; empezando de nuevo cada vez que se pierda la
cuenta.