Cuando se forme una pareja tiene que cambiar el objetivo actual:
Que lo único que desee cada miembro de la pareja
sea conseguir la felicidad del otro, no la propia
Dos personas se
conocen, se enamoran hasta el extremo de creerse almas gemelas, comprueban que
tienen gustos afines, que tienen las mismas aficiones, que les apasionan los
mismos temas y que le temen a lo mismo. Y por supuesto que, si en algo puede
ser que no sean coincidentes, entonces dicen que son complementarios. El caso
es que ven la vida de color de rosa, viven con una sonrisa permanente en su
cara, y asumen, sin ningún género de duda, que todo está bien y todo es
perfecto en su otra mitad.
Posiblemente
sea, si no el mejor, si uno de los mejores estados emocionales de los seres
humanos en su deambular por la materia.
Ante tal cúmulo
de coincidencias en sus sentimientos, y teniendo claro lo difícil que les es
vivir separados, deciden dar uno de los pasos más importantes que se pueden dar
en la vida, se van a vivir juntos, con o sin papeles, no importa. Lo importante
es estar juntos, verse cada día, amarse en la distancia corta.
Hasta aquí todo
es perfecto. Solo están cumpliendo uno de los apartados de su Plan de Vida.
¡Es una lástima que solo sea un pensamiento el
que genera esa emoción!, ¡Es una lástima que no se mantenga en el tiempo ese
pensamiento!, porque al cabo de cierto tiempo aparecen aspectos que en la vorágine
del enamoramiento inicial habían pasado por alto y ahora empiezan a hacer
mella, hasta el punto de que el pensamiento de amor comienza a ser sustituido
por otros pensamientos que ya no generan la misma emoción de amor, sino que generan
una sensación de fastidio, que se va tornando en molestia, para convertirse
finalmente en hartazgo, en cansancio, en aburrimiento, y en casos más dramáticos en odio.
La pareja, que
es una gran escuela para aprender realmente a Amar, para aprender a desarrollar
la paciencia, la tolerancia, la generosidad y el respeto, se convierte en un
campo de batalla, en el que se utilizan toda clase de armas arrojadizas,
incluso a veces, desgraciadamente, los propios hijos.
¿Qué pasó con el
alma gemela?, ¿Se equivocaron en su apreciación o no era tal?, ¿Dónde quedaron
los gustos y las aficiones afines?, ¿Adónde se fue el ser complementarios?
Es posible que
en ese “desamor humano” también se esté manifestando su Plan de Vida, es
posible que su unión sea temporal para aprender algo que la otra parte puede
enseñar, o para pagar alguna deuda Kármica, o para recibir algo que le deben. Pero,
(uno o los dos miembros de la pareja), lo están interpretando mal, porque les
está faltando algo que nunca sintieron: Amor. Porque practicaron el amor, pero
no practicaron el respeto. Porque se unieron para recibir el uno del otro, pero
no para ser generosos y darse el uno al otro.
Todo esto unido
a la sinrazón de la sociedad o al engaño de las religiones, que son coincidentes
en que dos personas que forman una pareja han de permanecer unidos mientras
dure la vida.
¡Que locura!, así
le va al género humano!
Habrá parejas
que hayan establecido, antes de venir a la vida, que si van a permanecer unidas
de por vida, pero las habrá que no. Y como eso no se sabe de antemano, sería
bueno que en el desamor cada parte de la pareja se colocara en los zapatos de
la otra parte, para explicar lo que necesitan escuchar, para tratarla como la
gustaría ser tratada, para darse en el desamor con la misma intensidad que en
el amor.
Del amor al odio
no hay un paso. Lo que pasa es que nunca existió el amor.
El fallo radica
en que los seres humanos se creen incompletos y por lo tanto piensan que
necesitan esa otra mitad para ser felices, para ser completos. Pero no. Los
seres humanos ya son “completos”, ya son perfectos tal como son, ni les sobra
ni les falta nada, por lo que buscar complementarse con otro ser humano es abocarse
al fracaso.
Primero hay que
aprender a Amar para poder dar Amor, hay que practicar el respeto para
respetar, hay que ser generoso con uno mismo para poder serlo con los demás, hay
que valorarse uno mismo para poder valorar al otro, hay que ser feliz para poder
hacer feliz a la otra parte.
Y cuando se
forme una pareja tiene que cambiar el objetivo actual: Que lo único que desee
cada miembro de la pareja sea conseguir la felicidad del otro, no la propia. Se
supone que la propia ya la tiene, ya que sino la tiene es posible que la relación se convierta en una relación
complicada.
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