El amor es para el niño lo que el
sol para las flores.
No le basta pan:
Necesita caricias para ser bueno y
para ser fuerte.
Concepción
Arenal
El medio mejor para
hacer buenos a los niños,
es hacerles felices.
Oscar
Wilde
Señor, dame un corazón de niño
y un
gran coraje para vivir como adulto.
Santa Catalina de Siena
Quien levanta la mano a un niño,
está golpeando su alma,
está golpeando a Dios.
Hari Krishan Singh
Recuerdo la llegada a la terapia de una pareja con su niño de dos años y
medio como si fuera ahora, porque la mirada triste, la mirada de miedo, la
mirada ansiosa de ese niño, como pidiendo ayuda, no se me va a olvidar en mucho
tiempo.
La razón de
su visita era que con dos años y medio, el niño no hablaba, y lo traían para
ver si podía hacer algo.
Toqué al
niño para ver que sentía, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Estaba
aterrorizado, era como si hubiera construido dentro de sí mismo una especie de
burbuja en la que se refugiaba, aunque para nada se sentía seguro, porque era
sujetado en brazos por los responsables de su miedo. Sus papas.
Era normal
que no hablara, lo extraño era que respirara. Cuando pregunté a los papas que
pasaba, la mama, mirando al padre dijo: Bueno…… mi esposo le habla un poco
fuerte.
Era
paralizante el miedo que sentía el niño, y les dije a los papas que sí, que le
haría terapia, pero que el trabajo importante era el suyo, tenían que cambiar
su actitud hacia el niño y darle amor.
Un niño no es un adulto bajito, y no se le puede exigir al niño como si fuera un adulto. El niño tiene que jugar, porque ese es su aprendizaje. En cuanto a la enseñanza de los adultos hacia el niño, no hay que olvidar que el mejor aprendizaje es el ejemplo.
Al niño se
le ha de tratar con amor, con paciencia y perseverancia. Nada de gritos, nada
de desesperarse, nada de represión física. Eso no quiere decir que no se le
corrija y se le llame la atención.
Hay que
educar con tolerancia. Cuando los niños hacen algo que disgusta a los adultos,
éstos suelen molestarse y actuar de manera impulsiva. Los adultos, por lo
general, no sabemos expresar adecuadamente nuestros sentimientos. Es normal
tener molestia o enojo, sobre todo si alguien ha hecho algo que pensamos es
incorrecto o que ha violado alguna de las normas establecidas en el hogar o fuera
de él; sin embargo, hay que saber expresar tales sentimientos. Primero debemos
aprender a ser más tolerantes, la gente puede equivocarse y los niños también.
Además, los adultos no tienen por qué tener siempre la verdad o la razón de las
cosas. Educar con tolerancia significa adentrarse al mundo de los niños y
respetarlo.
Amor,
ejemplo, tolerancia, perseverancia y paciencia, son las claves para educar y
hacer felices a nuestros niños.