El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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jueves, 29 de junio de 2017

Miedo a ser Dios


Del libro: "Como mariposa tocando el alma"

Recuerda Fran que en sus inicios de, lo que bien se podría llamar, “su vida espiritual”, había un concepto que cada vez que lo escuchaba, se le removían las entrañas, y hasta le rechinaban los dientes.

Era la unión con Dios. El mero hecho de pensar que algún día, en la eternidad, iba a perder su individualidad, para ser parte de la Energía Divina, le aterraba, de la misma manera que a otros les aterra la idea de morir.

En realidad, no existía ninguna diferencia entre ambos terrores, porque son lo mismo. ¿Qué más da tener temor por abandonar el cuerpo, que temer abandonar la individualidad del alma?

Los dos son fruto de la ignorancia, son fruto de la ilusión de creer que los seres humanos son independientes y que no tienen nada que ver con Dios.

Porque, ¿qué puede ser más grande que ser Dios? Y ese es el final del alma como ente independiente, unirse a Dios, ser Dios. Es como dejar de ser un grano de arena para convertirse en un Universo eterno, en un Universo infinito.



Este fue mi recorrido mental, rememora Fran, para liberarme de ese miedo:

Todo es cuestión de creencias, porque con excepción de aquellos que han estado en el umbral de la muerte y han podido gozar, según cuentan, del Amor infinito que sienten al otro lado de la vida, los demás tenemos que creer, sin ver, sin sentir, sin saber. A eso se le llama fe.

Tengo claro que somos energía, ya existen muchos estudios científicos al respecto. Además, por mi trayectoria como sanador, en cada terapia siento la energía, y la puedo tocar, (la puede tocar cualquier persona, solo es cuestión de práctica). Tengo fe en que somos una energía desgajada de un Océano de Energía. A ese Océano de Energía, se le pueden dar muchos nombres, que también, por una cuestión de fe, me gusta llamarle Dios.

En más de una ocasión he podido sentir la energía de Grandes Seres, que son los Maestros, los cuales, habiendo finalizado su aprendizaje del Amor, siguen, de alguna manera entre nosotros, para ayudar a la humanidad a recorrer el camino por ellos finalizado.

Y, también, en más de una ocasión, o mejor dicho, en infinitas ocasiones, he puesto mi vida en manos de Dios. Le rezo, le pido, le invoco, le suplico, le reclamo, le insisto. Reconozco que, más de una vez, he intentado chantajearle, he intentado convencerle, he intentado pactar algún acuerdo. Alguna vez le he culpabilizado por mi desgracia, le he hecho responsable de mis fracasos, le he ignorado como pago por su ignorancia hacia mí, le he recriminado que mi vecino conseguía más cosas que yo, siendo ateo.

Ahora, al finalizar este párrafo, he sido consciente de que he sido muy pesado en mis rezos, en mis pedidos o en mis suplicas, pero muy parco en el momento de agradecer. Si, he agradecido, pero solo una o dos veces, como mucho, una vez conseguido algo que había pedido a Dios. Y ese algo, seguro que lo había pedido con insistencia, cincuenta veces al día, un montón de días. Y las escuetas gracias, no pasaron de “Gracias Señor”.

En mi recorrido mental, me hice este planteamiento: ¿Cómo puede ser que me de miedo perder mi identidad para unirme a Dios, cuando Dios se encuentra de manera permanente en mí? Bien sea para pedir, para reclamar o para agradecer. Cuando forme parte de esa Energía, seré Dios. Formaré parte de Dios. No, no hay que rasgarse las vestiduras. Solo hay que pensar en la gota de agua que se desprendió de una ola por el viento, y que vuelve a caer al Océano, de manera inmediata, vuelve a ser Océano. Pues los seres humanos cuando volvemos a la Energía, volvemos a Ser Dios.

Y yo, impregnado de una estúpida soberbia, tenía miedo dejar de ser Fran para volver a ser Dios.

Fue suficiente. Mantener ese pensamiento en mi mente fue, no solo haciendo desaparecer el miedo, sino que fue generando en mí el deseo de terminar cuanto antes mi andadura terrenal. 

El terror y rechinar de dientes se fue diluyendo lentamente en la conciencia de Fran, mientras poco a poco, iba integrando en su ser la Grandeza Divina. Y así, hasta hoy, que solo tiene un anhelo, esa unión con Dios. 

lunes, 16 de mayo de 2016

Buscar el Amor y encontrar a Dios

PERLAS PARA EL ALMA




Los seres humanos buscamos desesperadamente que nos amen, buscamos amar, buscamos la relación ideal basada en el amor, y ¿Lo encontramos?, no, encontramos un sucedáneo, aunque a veces es muy agradable. Si encontramos un sucedáneo es porque realmente no sabemos que es Amor.

El Amor no es una emoción, no es un sentimiento. El Amor es una energía, es la fuerza que mantiene girando en perfecto orden a los planetas en el cielo. El Amor es la fuerza de vida que mantiene los latidos del corazón. El Amor es la Fuerza Divina que se mueve en todos los seres humanos, porque somos hijos de Dios, y Dios es Amor.

Encontrar el Amor es encontrar a Dios. 


jueves, 12 de mayo de 2016

¿Infierno?

PERLAS PARA EL ALMA


¿Infierno? No hay más infierno que los pensamientos negativos que tienen como origen nuestras propias miserias: Ira, avaricia, orgullo, apegos, envidia, críticas, etc. Cada uno de estos pensamientos impregnan de energía negativa, de energía sucia, de energía enferma y de energía contaminada a nuestro sistema energético, afectando de manera definitiva al cuerpo físico enfermándolo y manteniendo a la persona cada vez más alejada de su alma y más alejada de Dios. Son el auténtico y definitivo infierno del ser humano ya que son los responsables de todas y cada una de las emociones negativas que mantienen a las personas atados al dolor y al sufrimiento.


¿Qué peor infierno que una vida de celos, o de miedo, o de odio? No es necesario quemarse en las llamas del inventado infierno, ya lo hacemos en las llamas reales de las emociones generadas por nuestros pensamientos.   

miércoles, 4 de mayo de 2016

Caminando......, caminando hacia Dios (1 de 2)

¿Por qué he de preocuparme? 
No es asunto mío pensar en mí. 
Asunto mío es pensar en Dios. 
Es cosa de Dios pensar en mí.
Simone Weil
        
A los seres humanos aunque no nos gustan los exámenes sí que nos gustan las evaluaciones, o sino las evaluaciones como tal, si nos gusta que alguien nos confirme si estamos en el camino correcto, si hemos avanzado un tramo importante, y si además nos dijeran que hemos adelantado a “fulanito”, ya sería increíble.

Pero no, en esta carrera que todos compartimos de volver al seno de Dios, no hay evaluadores, no hay adversarios, no hay meta, solo hay destino. El estudiante y el adversario, el evaluador y el evaluado son la misma persona, es uno mismo. Esta es una carrera contra nosotros mismos, este es un camino de soledad, es un trabajo de valientes, es una lucha contra un enemigo invisible, es un camino interminable para una sola vida, es un sendero lleno de recovecos, es una guerra sin cuartel, unas veces dura y otras menos dura, pero siempre reconfortante, porque aunque de la sensación de que no se avanza o que incluso hay días o temporadas en los que parece que se retrocede, no es tal, siempre se avanza, aunque no se sienta.


El camino que nos conduce a Dios parece sembrado de obstáculos, pero todos son superables, y en cada posta vamos recibiendo regalos, vamos recibiendo dones que son producto del propio crecimiento. Es posible que no se sea consciente de los dones que se van recibiendo, pero solo es por una razón: Se recibe el regalo o el don cuando la persona ha dejado de desearlo, cuando no lo espera y para ella la obtención de ese don es una consecuencia lógica y conocida.

Vamos por un momento a utilizar la imaginación. Imagina que la distancia que nos separa de Dios es cuantificable en un millón de kilómetros. Imagina también que cada kilómetro se corresponde con una determinada vibración de la energía, más rápida y más sutil cuanto más cerca de Dios, (esto es realidad), y más lenta y pesada cuanto más cercana a la materia, (esto también es real). Imagina que una persona que vive una vida total y absolutamente material, sin tener ningún tipo de conocimiento, y que ni tan siquiera sabe de su divinidad, ni por equivocación cree en ella, y tampoco sabe el papel que está representando en la materia, se encuentra en el kilómetro cero, es decir un millón de kilómetros separada de Dios. Imagina, por el contrario, que una persona que se encuentre en su última vida de encuentra solamente a cien kilómetros de Dios.

En la energía se encuentra todo el conocimiento. Imagina que podemos cuantificar ese conocimiento de cero a mil. Cero es el conocimiento que se encuentra en la energía que compone la materia, y mil es el conocimiento de Dios.

Según se avanza por el camino que conduce directamente a Dios, va cambiando la vibración, se va acelerando, se va volviendo más sutil, con la consecuencia lógica de acceder al conocimiento disponible en esa vibración. De ese conocimiento el caminante puede ser consciente de varias maneras: Puede comenzar a ver otras energías, puede comenzar a oír las voces de sus maestros y guías, puede tener sueños lúcidos, informativos y premonitorios, puede comenzar a tener certeza de cosas, que no sabe como las sabe, pero las sabe, puede sentir cada vez con más fuerza el estado físico, mental y emocional de las personas, puede volverse mucho más sensible a la energía que le rodea, se atreve a seguir con total confianza sus intuiciones porque tiene la seguridad de que son certeras, de la misma manera que su eficacia en las sanaciones, si es curador, se incrementa de forma exponencial, sabiendo las actuaciones que debe realizar el paciente para su sanación, o para su aceptación de la enfermedad.


¿Quiere decir que todos van a acceder a ese conocimiento? Si, con matices. Cualquiera que llegue a un nivel determinado de energía va a tener acceso a ese conocimiento, a esos dones, a esos regalos, a no ser que existan ciertas clausulas en su Plan de Vida que lo impidan, ya que el Plan de Vida es la auténtica hoja de ruta por la que se rige toda la vida en la materia.

Continuará.................


lunes, 25 de abril de 2016

Pensamiento único (Directos a la meta 2 de 2)

Podemos llegar al mandamiento único que nos dio Jesús:
“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”,
con un pensamiento también único:
“Amo a Dios y le bendigo con amor”

Decía que se trata de avanzar a paso ligero y recorrer en una sola vida tanto trayecto como veinte o treinta vidas con los pequeños aprendizajes anteriores.

         Para esto es imprescindible tener claras las respuestas a las preguntas del millón: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, y ¿Adónde voy?

         Las respuestas quiero suponer que todos las tenemos claras: Soy hijo de Dios, vengo de Dios y a Él he de retornar.

         Es decir, los espacios de vida física no son más que ese tiempo intermedio entre nuestra llegada desde Dios hasta nuestro regreso a Él. Ese trayecto, vida tras vida, podemos realizarlo lentamente con pequeños avances, o podemos hacerlo más rápidamente. Es nuestra decisión.

         Para hacerlo más rápidamente podemos llevar el enunciado de “energías iguales se atraen” a su máxima expresión. Hasta ahora tratamos de crear energías positivas con nuestros pensamientos y nuestra emociones para no atraer cosas malas y para atraer cosas para la vida física, es decir para vivir en paz y felices y para conseguir nuestros deseos.

         Estaréis de acuerdo conmigo que no es tan fácil como parece, que todo requiere trabajo, voluntad y paciencia.



         Pues bien, ¿Por qué no dedicamos nuestro trabajo, nuestra voluntad y nuestra paciencia para llegar directamente al final, para llegar directamente a Dios, dejando de caminar por caminos que serpentean y pasan varias veces por las mismas postas?

         Como energías iguales se atraen trabajemos para generar la energía de Dios y así Su Energía llegará a nosotros a manos llenas. Pero hará más: En la actualidad trabajamos para que el dinero llegue a nosotros, pues bien, con Dios seremos tan prósperos como Él, siempre según esté establecido en nuestro Plan Divino. En la actualidad trabajamos para tener a determinada pareja y que nuestros hijos tengan unas características determinadas, pues bien con Dios tendremos la pareja y los hijos que nosotros, junto a ellos, hemos programado para acelerar nuestro crecimiento, según esté establecido en nuestro Plan Divino. Y así será cada aspecto de nuestra vida, ya que dejaremos de vivir contra corriente tratando de tener la vida que nos gustaría vivir, para vivir según nuestra programación, la vida que hemos venido a vivir, que es, ni más ni menos, que la que necesitamos para terminar cuanto antes nuestro paso por la materia.

         Vivir en Dios y cumplir en un porcentaje elevado nuestro Plan de Vida es un salvoconducto para conseguir reducir a la mínima expresión el número de encarnaciones en la materia.

         Como lo que queremos será acercarnos a Dios, nuestro trabajo solo será generar una energía que vibre como la energía de Dios. Lo mejor para eso, será mantener en la mente un pensamiento único, el pensamiento en Dios. Pero no para pedir, ni para suplicar, ni para rogar. Que sea un pensamiento alegre, un pensamiento de vida, un pensamiento de amor, un pensamiento de gratitud.

         No es necesario orar ni realizar ninguno de los ritos establecidos por las religiones. No es necesario apartarse del mundo. Sólo se trata de llegar a Dios de la manera más fácil posible, y que mejor y más sencillo que hacerlo bendiciendo a Dios, con una fórmula que no tenga ninguna complicación, que no se olvide, como puede ser: “Dios mío, yo te bendigo con amor”.

         Manteniendo ese pensamiento en la mente, y repitiendo la bendición, hace que la Energía Divina llegue a nuestro ser sintiendo tal cantidad de amor, que a veces pudiera parecer que nos desborda. Inténtalo durante unos días, cuantas más horas mejor.  



         

Directos a la meta, sin peajes (1 de 2)

Existe algo mucho más importante
que una mente vacía de pensamientos,
y ese algo es una mente con un pensamiento único,
el pensamiento de Dios.

         Seguro que nadie duda ya de esa parte del Principio de Vibración que dice que “Energías iguales se atraen”, y es este principio la base de prácticamente todos los cursos, talleres, técnicas y métodos de crecimiento, de expansión de la conciencia, de construcción del carácter, de espiritualidad y sanación. Aprendemos a meditar para tratar de vaciar la mente de tantos y tantos pensamientos negativos con los que convivimos sin ser realmente conscientes, para que no atraigan la miseria que estamos generando. Aprendemos técnicas para atraer aquello que deseamos, a base de generar pensamientos conscientes positivos hasta conseguir la emoción correspondiente. Realizamos talleres para aprender a liberarnos de nuestros miedos y de nuestras limitaciones, que son muchas. Asistimos a clases de yoga y similares para liberarnos del estrés y mantener la serenidad y la calma. Leemos ávidamente un libro tras otro con lo que nuestra sabiduría en temas de “espiritualidad” se incrementa después de cada lectura, pero sin hacer prácticamente ningún uso de esa sabiduría, salvo impresionar a los demás. Y es posible que con todo esto consigamos algunos pequeños éxitos, es posible que consigamos ganar alguna “batallita”: Que se serene un poco la mente, que consigamos algunas de las muchas cosas que deseamos, que desaparezca el terror a la muerte y hasta que consigamos vivir una vida más serena. Pero… ¿Nos podemos conformar con eso?, y ¿Por qué no intentamos ganar la “guerra”?


         Si nuestra vida se circunscribiera al espacio de tiempo transcurrido entre el nacimiento y la muerte, sería más que suficiente, ya que el único objetivo de la vida sería vivir bien, sería vivir una vida feliz, carente de problemas y preocupaciones, una vida en la que consiguiéramos satisfacer todos nuestros caprichos.

         Pero el espacio de tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte solamente es una vida física, es como esa “batallita” que comentaba en el párrafo anterior. Nuestra vida abarca más, mucho más, muchísimo más, tanto como una eternidad. Esta es la auténtica “guerra”, y nuestro objetivo, no es vivir bien, o vivir una vida feliz, o conseguir nuestros caprichos. Nuestro objetivo es otro, nuestro objetivo es la unión con Dios, lo cual no quiere decir que tengamos que renunciar a esos pequeños placeres.

         Los cursos, talleres, técnicas y métodos de crecimiento y sanación, con los que nos movemos todos en la actualidad son una excelente herramienta para poder acercarnos a vivir una vida feliz, para ir vaciando la mente de pensamientos, incluso para realizar un tímido acercamiento a vivir una vida desde el corazón, una vida basada en el amor. Pero en caso de conseguirse, lo cual es bastante difícil para un porcentaje importante del total de personas que tratan de transitar por este sendero, puede ser válido para la vida actual, pero de poco alcance para nuestra eternidad, porque el aprendizaje del alma va a ser limitado, ya que se va a circunscribir a pequeñas ganancias, que si que vamos a mantener para nuestra siguiente vida, pero que nos va a obligar a volver muchas veces e ir caminando vida tras vida a paso lento.


         Y nuestro avance va a ser tan lento que nos va a obligar a encarnar un sin fin de vidas más, cuando podríamos intentar, incluso sin tantas técnicas, avanzar a paso ligero y recorrer en una sola vida tanto trayecto como veinte o treinta vidas con los pequeños aprendizajes anteriores.

Continuará....................

lunes, 11 de abril de 2016

Instrucciones para aprender a Amar (2 de 2)

         Todo lo que tenemos a nuestro alcance para iniciar la aventura de aprender a Amar como Dios nos Ama, es ese simulacro de amor que sentimos por los nuestros, y no necesitamos mucho más.

         Necesitamos  compromiso, porque para la realización de cualquier actividad en la vida es imprescindible asumir la obligación personal de implicarse para llevar esa actividad a buen término.

En este trabajo no hay nadie que te haga seguimiento, ni que te vaya examinando y poniendo nota para ver cómo y cuanto adelantas o para ver si necesitas refuerzo. Tú eres tu propio maestro, tu propio jefe, tu propio examinador y tu propio evaluador, y podrás engañar a cualquiera, pero no te puedes engañar a ti mismo y mucho menos a Dios.

         Necesitas observarte, necesitas paciencia, necesitas conocerte, necesitas enfrentarte a tus miedos, necesitas trabajar en silencio, sin alardear de nada porque el trabajo que vas a realizar es un trabajo entre tú y Dios.



         No te van a valer medias tintas porque te harán caer en el desánimo, ya que a diferencia de cualquier objetivo que se busca en la sociedad este no tiene premio material, ni el reconocimiento público que tanto nos agrada a los humanos.

         Necesitamos mantener la atención que es la que nos va a permitir ser conscientes de donde estamos, de hacia dónde queremos ir y de cuáles son los obstáculos con los que nos podemos encontrar en el camino.

         La atención es ese aspecto en el que tomamos conciencia de nuestra experiencia en el momento presente. Observar nuestros pensamientos, observar nuestras emociones, observar las distintas reacciones de nuestro cuerpo, y todo eso sin juzgar nada, sin calificarlo, sin ponerle nombre. Solo atención, solo presencia, solo estar, porque esto ya es Amor.

         Y sobre todo necesitamos practicar el amor que sentimos por los nuestros, para que un día, incluso sin ser conscientes de ello pase de ser un sentimiento, que es lo que nosotros sentimos, a ser una energía, que es lo que queremos dar.

         Practicar el amor es ponerte en los zapatos de quien tienes delante: de tus hijos, de tu pareja, de tus padres y de tus amigos. Deja a un lado tu propia creencia de cómo tienen que ser las cosas y como tienen que reaccionar ellos para ser dignos de tu amor y sencillamente amales, COMO A TI TE GUSTARÍA QUE TE AMARAN. Deja a un lado tus expectativas de que es lo que tienen que hacer, y de como tienen que reaccionar una vez que tú les has honrado con tu amor, y sencillamente cumple tus propias expectativas dándoles a ellos lo que tú esperas recibir, sin más. Se paciente como te gustaría que lo fueran contigo. Si tus hijos son pequeños, recuérdate cada segundo que no son adultos, que solo tienen cuatro, cinco, seis o equis años y posiblemente ni entiendan porque no tienen que tocar eso que tanto te enoja, explícaselo con paciencia, para que lo entienda un niño. A los adultos, colócate en su lugar, con la dificultad añadida de que no sabes cuál es el momento emocional por el que están pasando.

Acuérdate que eres tú quien está haciendo el trabajo para aprender a Amar, y lo estás haciendo por propia decisión, ellos no lo están haciendo, y posiblemente tarden en darse cuenta de que actúas con más caridad, con más respeto, con más comprensión, con más tolerancia, con más amabilidad, con más ternura, con más humildad y con más paciencia de lo habitual. Pero cuando sean conscientes de eso, o incluso antes, de manera inconsciente, van a reaccionar a lo que están recibiendo. Y lo que tú les estás dando es Amor. Energías iguales se atraen.

         Vas a caer muchas veces por un millón de razones que podrías justificar, no importa, no vas a justificar nada, levántate y sigue. Que cada caída sea un acicate, porque no se cae quien no camina, no se cae quien no arriesga.


Ya estás haciendo mucho, eres un valiente, te has puesto en camino. 


martes, 29 de marzo de 2016

La evolución del hombre (II)

La división más simple con la que nos podemos encontrar, en función de nuestra evolución es:
-      Los que se acercaron a Dios.
-      Los que siguen separados.

En el grupo de los que se acercaron a Dios están las almas que han finalizado su recorrido en la materia y ya se han unido a Dios o están cerca de hacerlo completando su trayecto en otros planos de existencia, y están también esas otras almas que se han quedado para ayudar a los que siguen en su proceso, entre los que se encuentran los Maestros por todos conocidos, en mayor o menor medida, aunque solo sea de nombre: Buda, El Morya, Hilarión, Jesús, María, Saint Germain, Djwhal Khul, Koot Hoomi, etc.

Como la Creación no ha finalizado, sino que es algo vivo y permanente, en el segundo grupo, de los que viven separados de Dios, permanecen una variopinta variedad de almas, desde los que están iniciando su recorrido hasta los que están próximos a finalizarlo, todos ellos trabajando en su evolución, con más o menos conciencia, e incluso sin conciencia de lo que están haciendo, pero todos tratando de volver a Dios.

Por lo tanto podríamos definir la evolución del ser humano como la distancia en la que el alma se encuentra separada de Dios.


         Antes de seguir con la evolución permitirme un aparte sobre Dios. Dios tiene que ver con el alma, con la espiritualidad, pero nada que ver con religión, con ninguna religión. Ha habido terribles dictadores en países católicos que iban a misa y a comulgar después o antes de firmar sentencias de muerte de seres humanos cuyo delito era pensar de diferente manera. Ningún delito, incluso los actuales de terrorismo, puede ni debe pagarse con la vida, eso sería ponerse al nivel de los asesinos, y estamos aquí para recordar, pero nunca para arrebatarnos la vida unos a otros, por muy loable que parezca la causa y por muy deleznable que haya sido el acto. Como reflexión: ¿Qué diferencia existe entre los dirigentes de los diferentes países que están bombardeando Siria, de uno u otro bando, y los dirigentes de países que no los acogen y los confinan en campos que llaman de refugiados?, ninguna diferencia, y lo más triste es que a ninguno de ellos, ni a los que disparan con bombas, ni a los que disparan con palabras, les van a aplicar ningún tipo de pena.

         Pero sigamos con la evolución: Los seres humanos somos según la energía que hay en nuestros chakras. Por lo tanto la evolución implica un cambio en nuestro sistema energético, porque cuando hablamos de orgullo, o de perdón, o de paciencia, o de compasión, estamos hablando de energía.

         Esta entrada solo trata sobre la evolución en general, no de cómo evolucionar, porque eso no supondría un post, eso implicaría editar una enciclopedia. Ya existen cientos de libros de autoayuda, que no es más que explicar aspectos de la evolución, y en muchos casos de cómo trabajar para ir creciendo. Sigue las instrucciones del libro que más te agrade y avanzarás en tu crecimiento. Pero recuerda que leer solo no es suficiente, ya que la evolución no es amasar conocimiento, sino ser cada día mejores y ser capaces de corregir los propios defectos.

         Pero como no puedo resistirme  a dejar pasar la oportunidad de ofrecer alguna sugerencia para acelerar nuestro proceso de acercamiento a Dios, permitirme solamente el enunciado de tres puntos:
1.    Localiza tus defectos que no son más que señales de cuan separado estás de Dios. Cuanto más cerca de Dios menos defectos. Cuanto más cerca de Dios más amor.
2.  Permanece atento para ver cuando salen a la luz, y de manera consciente cambia eso que intenta salir por la virtud contraria.
3.    Y medita. Pero recuerda que la meditación por sí sola no es suficiente, ya que la meditación es como un abono. Con el abono lo mismo crece lo bueno que lo malo que hay en ti, por eso hay que ir eliminando lo malo, de manera consciente.


Continuará………….


domingo, 13 de marzo de 2016

¿Por qué amarse uno mismo? (1)

Le preguntaron a Jesús sobre cuál es el primero de los mandamientos, y Jesús respondió: El primero es: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No existe otro mandamiento mayor que éstos.

Supongo que cuando Jesús contestaba esto ya debía de saber que al prójimo no se le ama en exceso, y que parece lógico, ya que tampoco nos amamos a nosotros mismos. ¿Sería alguien capaz de amar a otros si no se ama a sí mismo? Ciertamente no. ¿Por qué?

Solo se puede dar algo que se tiene, y amar a otros es darles amor, es darles respeto, es darles libertad, es valorarles. De la misma manera que no se puede dar una moneda si no se tiene, no se puede dar amor si no se tiene.


El amor es algo permanente, es tan permanente que es la energía que mantiene el Universo en perfecto orden, es tan permanente que Dios lo entrega, desde siempre, a nosotros, Sus hijos. Decía Einstein en dos párrafos de una carta que escribió a su hija Lieserl: “Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y que aún no ha sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor. Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, que es el amor querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida”. Al final de la siguiente entrada (¿Cómo se que me amo?), aparece la carta completa.

Esa energía tiene que existir en la persona para poder entregarla a los demás.

Ya tenemos claro entonces que el amor es una energía, que no un sentimiento, ya que el sentimiento solo es un estado de ánimo, es una alteración del ánimo producida por diferentes factores. El amor es inmutable, no se altera, todo lo que se puede hacer con él es entregarlo y conseguir que crezca.

Por lo tanto para amar ha de existir esa energía en el interior de la persona, y si existe solo es porque la persona ha acumulado la suficiente cantidad de energía, y la única manera de conseguirlo es amándose a sí misma. No se acumula amor por generación espontanea. Como todo en la vida, hay que trabajarlo.

Es entonces cuando las cualidades inherentes al amor las está recibiendo la persona de sí misma. Eso quiere decir que se respeta a sí misma, sin infringirse ningún tipo de vejación o autocastigo; que se valora en su justa medida, sin vanidad, sin soberbia, sin orgullo; que no se juzga ni se critica, porque sabe que todo está bien y que sus actuaciones están regidas por el amor, y si algo no está bien y ha de cambiarse, lo hará con amor, con voluntad, con disciplina, con caridad hacia sí misma, con benevolencia.

Ese trato que la persona que se ama se da a sí misma, va a ser el mismo trato con el que va a acercarse a los demás.

Y por supuesto en ese acercamiento a los demás y en el trato con el que va a dispensar a todos, no hay diferencia entre familiares, amigos o desconocidos. Cuando se ama no hay distinción.

Ya sé que esto es difícil, pero es así. Este es el verdadero motivo de nuestra estancia en la materia.

Pero tiene un inicio y no podemos saltarnos los pasos. No se puede amar a nadie si no nos amamos a nosotros mismos, por lo tanto el primer paso es trabajar en nosotros.


Continuará…….

viernes, 5 de febrero de 2016

Almas gemelas

Esta es la parte 2 de la entrada “La pareja: (Atracción espiritual)

Está claro que cuando dos personas se enamoran sienten algún tipo de atracción, sino no existiría el enamoramiento, bien puede ser una atracción física, o una atracción emocional, o una atracción intelectual, o una combinación de todas ellas, pero seguro que ninguno de los dos miembros de la pareja achacan su enamoramiento a una atracción espiritual.

Si acaso en su “locura inicial” pueden definir a la otra parte de la pareja como su alma gemela, eso es todo lo más que pueden acercar su enamoramiento a la espiritualidad. Bueno también pueden pensar que Dios ha decidido premiarles juntándoles y bendiciéndoles con ese amor. Todo está bien, hay que tener en cuenta que en las primeras etapas del enamoramiento se dicen muchas, permitirme la palabra “tonterías”.

Con respecto a que Dios ha decidido que se encuentren y disfruten de esa locura de amor, por supuesto que no, tal como ellos lo puedan pensar. Dios no hace de Celestina, en ningún caso, aunque para ellos es tan grande su amor, que podrían pensar que con ellos Dios ha hecho una excepción, no es así, Dios no hace excepciones.



Permitirme una pregunta, ¿Cuántas parejas rotas han pensado esto mismo en el inicio de su relación?, ¿Cuántas parejas que se soportan y se mantienen por la quietud pensaron eso mismo en el inicio de su relación?, ¿Cuántas han mantenido esa locura de amor más allá de seis u ocho meses?

Lo que suele ser más normal es que un noventa y cinco por ciento de las parejas que recién se enamoran piensen que se han encontrado con su alma gemela. Lo lamento, las almas gemelas tal como lo entienden los recién enamorados tampoco existen.

Los enamorados pueden pensar que las almas gemelas son dos almas que vibran en la misma sintonía y que su único anhelo es encontrarse para fundirse en una sola. No existe así, pero si hay almas, o mejor grupos de almas que vibran en la misma o parecida sintonía, pero no anhelan para nada encontrarse en la materia con otra igual para unirse en una vida física. El anhelo de todas las almas, vibren en la sintonía que vibren, es unirse a Dios, y todo lo que hacen en la vida, o mejor todo lo que programan para hacer en la vida física es avanzar en ese camino que les va a acercar a Dios.

También podrían pensar que son dos partes de una misma alma que también anhelan reagruparse para sentirse completas. Tampoco es así, pero si que existen almas que pueden dividirse en dos o en más cuerpos físicos diferentes, pero lo que menos quieren en juntarse, ya que si el alma ha decidido dividirse es para aprovechar varias opciones de crecimiento a la vez, o para pagar un excesivo Karma, para disminuir el tiempo de unión con Dios.

También pueden creer que se trata de dos almas tan afines que encarnan a la vez para encontrase también en la materia. Tampoco es así. Pero si que existen muchas almas que son afines por haber compartido muchas vidas juntas sin tener conflictos pendientes. Estas almas pueden volver a encontrarse en un ochenta por ciento de reencarnaciones, pero no lo hacen normalmente como pareja, aunque si como miembros de la misma familia. No lo hacen como pareja porque la pareja es una situación esplendida para crecer y ellos no crecerían mucho precisamente por su afinidad, pero si lo hacen en la familia o próximos a ella para ayudarse en su crecimiento.

Les iría mejor a todos los que se inician en la senda del amor pensar en vivir el presente para mantener ese amor que comienza cuanto más tiempo mejor, en cuidarle, en seguir mimando a su pareja, en comprenderse, en tolerarse, en conocerse para perdonar los defectos, (que con el tiempo van apareciendo), en alabar las virtudes de cada uno, y dejar de buscar en el pasado la razón de tanta “felicidad”.

La razón de tanta felicidad solo es una mezcla de deseo, de apego y de pensamiento. A partir de ese momento inicial es cuando realmente han de aprender a amar.


Continuará………… 


viernes, 30 de octubre de 2015

Aquí está la solución a tus problemas (4)

Decíamos en una de las entradas anteriores que el viaje hacia el interior, se realiza suavemente, deslizándose con la respiración consciente, después de dominar los pensamientos, manteniendo una atención constante y aceptando todo lo que el fluir de la vida nos ofrece, que no es más que aquello que nos envía el Universo, fruto de la atracción que nuestros pensamientos han generado con anterioridad.

Podemos resumir todo el párrafo anterior en una sola palabra “Atención”. Mantener la atención permanente en el fluir de la vida es el tobogán que nos permite deslizarnos hacia nuestro interior. Es paradójico, vivir la vida con total atención, que no es más que ser total y absolutamente conscientes de los sucesos de la vida en el exterior, hace que podamos llegar al interior y vivir esos sucesos desde dentro.

Y eso es así porque la atención está desprovista de pensamiento, que es el principal, y casi me atrevería a decir único, enemigo del ser humano, mucho más que cualquiera de lo que podamos calificar como peligro extremo, como podría ser encontrarnos de frente con un ladrón asesino, o estar flotando en el mar sentados en una barca de juguete en mitad de un tornado. Porque el asesino y el tornado todo lo más que pueden hacer es acabar con nuestro cuerpo y, sin embargo, los pensamientos ennegrecen la conciencia y destrozan la vida en el cuerpo.



Recordar, somos seres espirituales viviendo una experiencia humana. Cuando se acaba el cuerpo se interrumpe la experiencia en la materia, pero seguimos vivos con toda nuestra luz y nuestra conciencia al otro lado de la vida. Si se ennegrece la conciencia se va a necesitar más tiempo, más vidas, más experiencias humanas para volver a dejarla limpia y clara. Se retrasa, en definitiva, la unión con Dios.

Ya sabemos que para los que viven en la periferia de la conciencia asomados al exterior en el balcón de la vida, la vida física es lo más grande y solo pensar en perderla les aterra, pero llegará el día que piensen en la muerte como una liberación. Una liberación de la vida, que aunque sea una experiencia hermosa, no deja de ser un tanto monótona y pesada.

Sigamos con la atención: El secreto para mantener la atención, es dominar el pensamiento, y se domina el pensamiento con atención. Es una especie de círculo vicioso. Desde luego no se puede decir que nos lo pusimos fácil al otro lado de la vida. Es posible que con una mente menos poderosa hubiéramos terminado antes, aunque bien es cierto que el mérito no sería el mismo que con nuestra mente actual.

Como no podemos cambiar nuestra mente, ¡es la que tenemos!, no nos va a quedar más remedio que dominarla, y para eso podemos, y me atrevería a decir que debemos utilizar algunas herramientas que sirvan de apoyo para facilitar el trabajo: respiración y meditación.

Vamos a repetir algo súper conocido: “Todo es energía”. El pensamiento también lo es. Y tengamos en cuenta otra máxima: “La energía siempre sigue al pensamiento”. Esto quiere decir que donde va el pensamiento se va la energía. Por lo tanto, si cuando se tiene un pensamiento se piensa: “No quiero tener este pensamiento”, lo que se está haciendo es alimentar con energía extra al pensamiento. Es como decir: “No pienses en un elefante blanco”, ¿Qué es lo primero que viene a la mente?, pues un elefante blanco. Para eliminar un pensamiento se le ha de retirar la energía. Para eso lo mejor es llevar la atención a otro lugar que no sea el pensamiento, y el mejor lugar para desviar la atención, entre otras razones porque siempre está ahí, es la respiración. Si cuando se tiene un pensamiento, la persona es consciente de ese pensamiento, y quiere que desaparezca de su mente, solo tiene que llevar la atención a la respiración y mantenerla, y de inmediato el pensamiento se esfuma, como el humo.

¿Qué significa llevar la atención a la respiración y mantenerla? Significa meditar. La definición de la meditación lo dice: Meditar es mantener la mente limpia de pensamiento.

Por lo tanto, meditar para mantener la mente sin pensamientos, va a hacer que se viva la vida con total atención, y va a ser esa atención el lubricante que va a permitir el deslizamiento suave hacia el interior.


¡Bien, ya estoy dentro!, y ahora ¿Qué? ¿Cómo encuentro eso que estoy buscando?