Al finalizar
mi meditación de esta mañana, tenía claro que el tema de hoy para el blog sería
la conciencia. Pero cuando me he sentado delante de la computadora a escribir
tenía la sensación de que ya había escrito algo parecido, y me puse a buscar en
los archivos del blog, y efectivamente había una entrada con pensamientos
similares. Así que me he permitido recuperarla añadiendo aquello que bailaba en
“mi conciencia” esta mañana durante la meditación.
Todo es
conciencia, todo es para cada uno, tal como cada uno lo piensa y lo siente, todo
está en la conciencia. La conciencia es el factor común de todas las
experiencias. Siente que tú sólo “estás”………, que sólo estás simplemente
presente…….., que no está pasando realmente nada, que todo es producto de tu
conciencia. Observa que todo empieza y acaba en esa conciencia tuya que ahora
mismo está presente. Los coches que pasan, la Tierra girando alrededor del Sol,
una guerra al otro lado del mundo, tus pensamientos. Todo se desarrolla en tu
conciencia…….., en este instante………, ahora.
Pero tu
conciencia no siempre está presente, si tú te desmayas o te duermes, para ti no
existen ni los coches pasando, ni la tierra girando, ni las guerras, ni tu
pensamiento, para ti no existe nada de eso, mejor dicho, para ti no existe
nada. Y si no existe para ti, ¿Seguirán pasando los coches? ¿Seguirá girando la
Tierra? ¿Seguirán las guerras? Seguramente contestarás que sí, que sigue
pasando. Pero aunque siguiera pasando todo eso, a ti ¿Qué más te da si no te
enteras?
Además, ¿Cómo sabes que todo eso
sigue pasando?, ¿Por lo que te cuentan? Y ¿Cómo sabes que lo que te cuentan es
lo que está pasando realmente?, ¿Cómo sabes que tu conciencia y tu percepción
son similares a las de otra persona? Si fuera así, todos seriamos prácticamente
iguales, tendríamos los mismos coches, votaríamos al mismo partido, etc., etc.,
y no pasa, y si eso no pasa, ¿Por qué ha de pasar que dos personas con
distintos estados de conciencia sean conscientes al cien por cien de la misma
percepción?
Tu conciencia tampoco está presente
en otros momentos, en los que no te has desmayado, y ni tan siquiera duermes.
Tu conciencia no está presente cuando te dejas llevar por la ira, por la
indignación, por la rabia, por el odio, por el miedo, por el rencor, por el
enojo, por la irritación, por el resentimiento, por la envidia, por un deseo
incumplido, por el efecto espejo, que es cuando ves un defecto tuyo en otra
persona, etc., etc., etc. En esos momentos, no eres más que un animal siguiendo
tus instintos, en esos momentos dejas de ser persona, en esos momentos dejas de
ser consciente, sencillamente dejas de vivir como ser humano consciente, se te
ha escapado un espacio de vida, y lo malo de esto es que tendrás que repetir
ese espacio en otra vida o en otro momento en el que tendrás que pagas esa inconsciencia,
es por el karma que puedes generar con la otra persona que ha sido el blanco de
tu ira.
Tu conciencia es más, es tu aspecto
físico, es tu sufrimiento, son tus penas y tus alegrías, son todas tus
emociones, todo eso también es conciencia, también son tus pensamientos. ¿Qué
pasaría si apartaras la conciencia de todo eso?, ¿Qué pasaría si tu conciencia
estuviera siempre centrada en tu respiración, por ejemplo? Pasaría que no
tendrías conciencia de tu aspecto físico, pasaría que no tendrías sufrimiento,
ni penas, ni alegrías, ni emociones; porque sólo habría respiración, que es
donde tienes centrada tu conciencia. Y si no tienes, por ejemplo, conciencia de
tu cuerpo físico, ¿Qué crees que pasaría? Que no le darías poder a ninguna
sensación de tu cuerpo: No habría cansancio, no habría dolor.
En los aspectos emocionales, ya está
claro que todo depende solamente de nuestro pensamiento, de nuestra conciencia,
pero ¿Cómo afecta la conciencia físicamente? Podríamos llegar más allá……., como
por ejemplo, influir en el aspecto de
nuestro propio cuerpo. Las células del cuerpo están muriendo y naciendo de
manera permanente, y las que van naciendo, lo van haciendo con la información
de la célula madre: aspecto, enfermedad, etc. Pero la información de la célula
madre no es más que nuestra propia conciencia, ¿Qué pasaría si apartamos la
conciencia de nuestro propio aspecto?, ¿Nacerían las nuevas células con la
misma información que cuando fueron creadas, es decir, sanas, con la
información de la Conciencia Divina, o con la información actual de la
conciencia social?
Lo vamos a dejar aquí, porque para
llegar a afectar al cuerpo sería necesario un dominio total de la mente, y no
creo que sea el caso de ninguno de los que leemos este blog o escribimos en él.
Pero por intentar dominar totalmente
a la mente que no quede. Medita para conseguirlo, ¿Todavía no meditas? ¿Sabes
que grandes mujeres y hombres de la historia lo hacían? ¿Sabes que Jesús, y
Buda, y Tagore, y Gandhi, y San Francisco, y Santa Teresa, y tantos y tantos
más, meditaban? Por cierto, orar, (no como los papagayos), también es
meditación. La oración, la meditación y el silencio, son las únicas maneras de
dominar la conciencia, de dominar el pensamiento, de dominar la mente.
Si ya meditas, ¡enhorabuena!, si no
lo haces, ¡empieza ya! Puedes hacerlo solo sintiendo tu respiración, sintiendo
cada inhalación y cada exhalación, puedes incluso contarlas; y cuando te
encuentres que estás pensando, a la segunda o tercera respiración, vuelve al
principio, vuelve a comenzar por uno, una y otra vez, tantas veces como tu
mente te saque de donde tú has decidido estar: la respiración. Hazlo cada día,
no menos de once minutos.
En poco tiempo te darás cuenta de que
empiezan a llegar cambios a tu vida, física y emocionalmente, te darás cuenta de
que empiezas a dominar tu conciencia, y por lo tanto tu vida.