Hay un refrán que
dice: “Dime de que hablas y te diré de qué careces”.
Hoy quiero hablar de humildad,
Porque en una
canalización que hice recientemente, el Maestro que hablaba desde el otro lado
de la vida, me dijo: “Tienes que trabajar tu humildad”.
Y, supongo que en mi
soberbia, me quedé petrificado, porque la humildad, es cierto que no es uno de
mis puntos fuertes, pero sí que durante mucho tiempo he estado trabajando uno
de los defectos opuestos a esta virtud, el orgullo. Ahora veo que el trabajo no
fue del todo efectivo. En la meditación posterior a la canalización, llegó a mí,
no importa cómo, que el trabajo sobre el orgullo no había sido completo por una
razón, conseguí eliminar una parte importante de orgullo, pero en el lugar
donde habitaba esa energía, que debía de haber sido sustituida por la virtud
contraria, la humildad, no hay nada.
Hay un vacío, un hueco,
que debía ser ocupado por la humildad, pero sólo trabajé la eliminación del
orgullo, y no la adquisición de la humildad, por lo tanto, no existe, o no
existe en el porcentaje adecuado, y otras virtudes, que si atesoro, como pueden
ser la compasión, la caridad, el servicio o la misericordia, no pueden, de
ninguna manera llenar ese hueco.
Antes de decidirme a
escribir esta entrada, busqué en La Biblia que podía encontrar sobre la
humildad, y este fue el resultado:
§ “Riquezas, honra y
vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Proverbios
22.4).
§ “Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4.6).
§ “Porque cualquiera
que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido” (Lucas
14.11).
§ “La soberbia del
hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra” (Proverbios
29.23).
§ “Mejor es humillar el
espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios” (Proverbios
16.19).
§ “Jehová asolará la
casa de los soberbios” (Proverbios 15.25).
§ “Pero los mansos
heredarán la tierra; y se recrearán con abundancia de paz” (Salmo 37.11).
§ “Antes del
quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”
(Proverbios 16.18).
§ “Cualquiera que se
humille (...) ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mateo 18.4).
Busqué también las cualidades del alma, y justamente,
la humildad es una de ellas, que además nos prepara para tener fe. Es
imprescindible tener humildad para creer lo que no vemos.
Son muchas las personas que alaban la virtud de
la humildad, yo entre ellas, pero, de alguna manera, está claro que
inconsciente, es posible que no la queramos poseer, ya que ella termina con el
ego.
La humildad es una virtud, que consiste en
aceptarnos con nuestras habilidades y nuestros defectos, sin vanagloriarnos por
ellos.
Ya estoy trabajando en
mi humildad, y lo estoy haciendo con la Regla de Oro: “Trata a los demás como
tú mismo deseas ser tratado”. Ya la he utilizado para otros trabajos, creo que
también servirá para la humildad.
Según vaya avanzando
en mi trabajo espero ser un poco más tolerante, más paciente y más condescendiente
con todos los que me rodean.
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