Cosas cotidianas elementales
Les dije anteriormente que soy una buscadora de
la verdad de la vida, verdad que increíblemente halle gracias a la enfermedad y
alguien me la volvió a recordar no hace mucho: La gran verdad de la vida es que
somos hijos de un Dios. Increíblemente maravilloso. Para eso no hay adjetivo
terrenal posible. Claro que ahora estamos pasando por una experiencia humana
con retos y desafíos. Una vida fácil sería muy aburrido, ¿O no? No lo sé, no
conozco el aburrimiento, en serio, a pesar de que la mayor parte del tiempo lo
paso en casa. Salgo a diario a la calle aunque sea a la esquina de mi casa,
porque si permanezco en casa más de tres días, “enjaulada”, como le digo a mama
en broma, me dan tantas ansias que necesito salir a la calle, a pesar de que mi
casa es grande y tiene patio y jardín.
Pero nada se compara a la sensación de ver gente
apurada, el bullicio de la calle, los autos que van y vienen. Me encanta la
variedad de gente, de todos tamaños, de todo grosor, con toda clase de
vestimentas, niños, adultos, ancianos, muchachas, señoras, etc., ¡tanta mixtura!.
No sé porque cuando estoy observando a la gente
hago volar mi imaginación, todo me da curiosidad, y creo que ese es el secreto
de no aburrirme nunca. La imaginación y la curiosidad son la chispa que
mantiene al ser humano vivo. Bueno, la curiosidad con moderación, ya todos
saben que la curiosidad mato al gato.
Entre otras cosas, lo que más hago en casa es
leer todo lo que caiga en mis manos, leo el periódico, aunque me dicen que no
debería leer los diarios ya que solo traen malas noticias, pero deseo estar
informada de lo que está pasando en este planeta. Lo mismo pasa con los
noticieros, necesito verlos solo para informarme de lo que está sucediendo sin involucrarme
sentimentalmente mucho con lo que vea o escuche.
No digo que sea fácil no sentir nada cuando se
escucha la noticia triste de algo que le ocurre a alguien, pero el hecho ya ocurrió
y no creo que ayudemos mucho poniéndonos tristes, mejor haríamos enviándoles
pensamientos positivos para que se recuperen, según el caso. Por ejemplo en un
accidente de tránsito hay un dicho que dice algo así: Para que llorar sobre la
leche derramada, este refrán cae a pelo a esta parte porque ya pasó, ya fue,
mejor ayudas con tus buenas vibras de amor.
Además de leer los periódicos, leo las revistas
de los testigos de Jehová. Traen artículos interesantes, claro no con todas
estoy de acuerdo.
En días de sol suelo tomar dosis de vitamina D
para los huesos, el Inti padre de los incas es el más grandioso regalo que hizo Dios a la humanidad,
el lindo sol que nos alegra la vida. ¡Los días sin sol son tan grises!
Aunque ahora, por eso de la capa de ozono y el
cáncer a la piel está un poco peligroso tomar mucho sol, pero a horas adecuadas,
está bien aun así que si es un día de sol imagínenme cual lagartija en las
rocas calentándome del frio, cada año más intenso que el anterior.
Pero no solo me ocupo de mi parte intelectual,
el cuerpo físico es muy importante y tengo que moverme si o si. Mi mama me lo
recuerda a cada momento, tiene razón, para
evitar los problemas de la parte motora de mi cuerpo debo estar activa, subir y
bajar gradas aunque sea dar vueltas en mi patio. A ratos me da el impulso de
correr, supongo que es parte del mal de mi cuerpo, o quizás sean las ganas
locas de volar como una gorrioncilla pecho amarillo.
Cuando el jardín esta con arbustos silvestres, o
como dicen los jardineros “la mala hierba” esta crecida, me encargo de
arrancarlas, pero como los arbustos también son seres vivos les pido permiso,
ya que merecen respeto. Pido permiso a su “elemental” que es una especie de guardián
de la parte más sutil de la planta, guardián que casi nadie ve, excepto los
seres más puros. Mi perro debe de ser muy puro porque yo creo que ve hadas y a los
“elementales” de las flores, porque camina muy gracioso en el jardín, más
específicamente de puntillas, como si no quisiera despertar a alguien que
duerme en las flores, y además camina en
círculos. Es un chiste verlo.
Últimamente estoy planeando en lo que respecta a
la jardinería y a trabajar con la tierra, hacer junto a mi mama un pequeño
huerto en una partecita de la casa. Ya tenemos seleccionadas las plantas y
semillas que serán de: Planta de tomate, planta de manzano, de pera de agua, limones
nísperos y semilla de hierbas aromáticas, como menta, manzanilla, hierba buena,
romero, toronjil, salvia muña y cedrón; semilla o planta de lechuga, repollo,
zapallo, calabaza y rabanitos. No sé si algunas de estas plantas puedan crecer
por el clima. Supongo que en la época de invierno tendremos que protegerlo, y
lo bueno es que ya llega el tiempo de lluvia, así no tendré que regarlas, ¡que
pereza! Espero que este huerto pronto se haga realidad porque ahora es solo un
sueño, un sueño posible.
A parte de tener este plan para el futuro, por
el momento estoy concentrada en el hoy, que como dije anteriormente es lo único
real, al abrir los ojos lo primero que hago es agradecer a Dios por el nuevo día, es un regalo.
No me imagino cómo será que algún imprudente
medico te diga que te quedan tantos meses de vida, debe ser como arrancarte la
vida de raíz. Ahí es cuando más te aferras a la existencia, si es que tienes
motivación. Digo esto porque he conocido gente que se abandona a si misma, y su
único anhelo es la muerte. Pero ese es otro tema.
Hablando de cosas cotidianas básicas, esta la
alimentación. Soy una carnívora confesa, aunque se que debería ser vegetariana
por mi salud. Debo decir en honor a la verdad que tuve tres recaídas
voluntarias solo por un antojo. No pretendo quitarme la carne de un momento a
otro porque sé que eso podría alterar mi cuerpo y mis emociones, será, pero va a
ser algo paulatino.
Mucha gente, además de un naturópata me ha dicho
que debía dejar la carne en mi dieta, y antes mucho antes, casi con el comienzo
del mal, notaba que ciertos alimentos me caían mal: la leche, la carne y el
azúcar. Por eso cuando tengo que salir a la calle los evito, porque me ponen
pesada, y en la calle debo estar ágil para subir y bajar de la combi y si como
alguna de estas comidas me tendrían que cargar. Bueno exagero un poco, pero si
es verdad que el azúcar me marea.
Y aun es peor si tomo uno de esos jugos de
cajita de envase, ¡ah! Mucho, muchísimo peor, ya que si por casualidad como un
poco de mantequilla me pongo muy mal. Esto tiene su explicación y es que el
cerebro es pura grasa y si por ende se alimenta de grasa, que como la
mantequilla además es refinada y procesada me mata. Los especialistas afirman
que la mejor grasa para el cerebro es la de los frutos secos como las nueces,
castañas, almendras.
Así es como funciona mi cuerpo y he aprendido a
conocerlo con solo mirar mi abdomen. Sé si me contagie de un virus porque mi
barriguita esta roja y con granitos, entonces es claro que pronto estaré mal,
ya sea la gripe o salmonella, aunque nunca la tuve, pero una vez creí tenerla
porque tuve el estomago muy suelto. Hace como tres semanas me desperté cansadísima,
creí que iba darme la gripe, pero no, sentí un leve mareo y ese día visite “la
oficina”, o sea, el baño cuatro veces, casi quedo invisible y pensé que era salmonella
porque uno de los pollos que tengo en casa, tengo tres, el día anterior bebió
agua del mismo vaso que yo, y es posible que su pico hubiera estado en contacto
con sus heces. Pero no, al día siguiente ya estuve bien solo con tomar un poco
de suero casero. Ni una pastilla. Gracias a eso ayune todo un día completo. Es
posible que lo que tuve fuera solo un empacho por estar picando una y otra cosa
todo el día.
Por lo que como debía estar gordita, pero creo
que es algo hereditario, mama es delgada, y yo aunque quisiera subir unos cinco
kilos, no puedo ni me importa mucho, no está en mis prioridades.