Me he permitido extraer
del Diario de Patricia (10) los dos párrafos que transcribo a continuación,
espero que a Patricia no le importe, pero es que me he sentido identificado con
la falta de conciencia que ella comenta que casi todos tenemos de apreciar la
belleza del momento:
“No es que pretenda no envejecer, porque si algo he aprendido
en este tiempo es a vivir el hoy, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada
día. Lo que realmente cuenta es apreciar cada instante, apreciar lo fascinante
que es el presente. Y esto es algo, que, a veces, se me olvida. Creo que a casi
todos nos falta tomar conciencia de la belleza de cada momento.
¡Es tan obvio que nuestro tiempo es limitado!, pero casi
todos lo olvidamos. La cantidad de tiempo en nuestra vida como humanos, es
limitada, y lo es por las mismas leyes de la vida, o por el destino, o que se
yo, la cuestión es que nuestra vida es muy corta como para perderla en cosas
banales. La vida se nos va como agua en las manos”.
Si, es claro que volvemos
a la vida una y otra vez, pero cuando estamos en la vida no recordamos si hemos
vivido antes o no, no recordamos si vivíamos sin cuerpo o no, no recordamos de dónde
venimos o adónde vamos, no recordamos nada más que la vida que tenemos, por lo
tanto nos da más o menos igual todo lo que haya pasado antes de la vida, porque
solo tenemos consciencia de la vida que vivimos.
Por lo tanto, podemos
decir que la vida actual es única, como únicos son cada uno de los momentos
contenidos en ella. Cada momento inconsciente es un retazo de vida no vivida,
cada momento de tristeza es un retazo de vida no vivida, cada momento de enojo
es un retazo de vida no vivida, y si en ese retazo de vida no vivida estuviera
contenido todo el aprendizaje de la vida, ¿De qué nos habría servido la vida?
Como dice Patricia,
nuestro tiempo es limitado, ni sabemos si será más o menos larga nuestra vida, pero
por muy larga que sea, es limitada, se pasa en un suspiro. Pasamos de la
infancia a la juventud, a la madurez y a la vejez en un plis. No podemos
desperdiciar ni un instante de nuestra vida, no aprovechar cada segundo es una verdadera
aberración.
Analiza tu vida. ¿La estás
viviendo de manera consciente al ciento por ciento?, Dejas de vivir cada vez
que te subes al carrusel de la mente, por cualquiera que sea la razón: dolor,
tristeza, sufrimiento, enfado, rememorar el pasado, aunque sean momentos
felices, porque no vives la realidad, vives los pensamientos; dejas de vivir
cada vez que juzgas, o comparas, o criticas, dejas también de vivir cada vez
que pasas de la contemplación a la opinión. ¡Cuánta vida desperdiciada!
Solo los niños aprovechan
la vida, aunque en ese momento ellos no lo saben y no lo entendemos los
adultos. Bendita sea Patricia que todavía se atreve a saltar cuando se siente
feliz y contenta. El resto de adultos viviríamos más plenamente la vida, si saltáramos
con ella en lugar de juzgar su atrevimiento.
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