En un principio es posible que te sea muy difícil llegar a
ser consciente de los pensamientos, sobre todo de esos pensamientos que te
pueden hacer daño, Pero si llegas a ser consciente de pensamientos de miedo, de
carencia, de orgullo, de envidia, en fin, de cualquier aspecto negativo, no te
enfades contigo ni con el pensamiento, solo tienes que quitarle la energía. Los
pensamientos ya sabemos que son energía,
por lo tanto si le quitamos la energía el pensamiento desaparece, y la
mejor manera de quitarle la energía a un pensamiento es llevar la atención a otro
sitio, por supuesto de manera consciente.
Ante los pensamientos que te abruman, ante
las preocupaciones que te angustian, puedes hacer dos cosas:
1.
Llevar la atención a tu respiración.
o
Esto es meditación. Para meditar no
es necesario sentarse apartado del mundo. La auténtica meditación se hace
mientras vives.
o
Siente el aire que entra por tu
nariz. Observa el lugar donde roza en tus fosas nasales, advierte la
temperatura del aire.
o
Siente el aire que sale, mejor
también por tu nariz. Observa también donde roza en tus fosas nasales, advierte
la diferencia de temperatura con el aire que entra.
o
Si aun así vuelven de manera rápida
los pensamientos cuenta las respiraciones, y cada vez que te pierdas o vuelvas
a pensar, vuelve a comenzar por uno.
2. Cambiar el pensamiento negativo
inconsciente por pensamientos conscientes de alta frecuencia del tipo “YO SOY
EL ALMA”.
o
Ante cualquier pensamiento negativo
contrarréstalo repitiendo en tu interior de manera consciente una afirmación
contraria: Si el pensamiento es de orgullo repite “YO SOY HUMILDAD”, si es de miedo
repite “YO SOY AMOR”, si es sobre la enfermedad repite “YO SOY SALUD”, si es de
carencia repite “YO SOY ABUNDANCIA”, “YO SOY PROSPERIDAD”. Pero repite cuantas
más veces mejor, ya que si tienes el pensamiento negativo es muy posible que
sea un hábito arraigado.
Supongo que eres consciente de que
con una sola vez que hagas esto no va a ser suficiente. Es un trabajo que
necesita mucha perseverancia. En un solo día pasan por nuestra mente miles de
pensamientos. Este trabajo se ha de realizar muchas veces a lo largo de un día.
La atención ha de ser permanente, no se puede bajar la guardia.
Llevamos en la búsqueda de Dios
cientos o miles de vidas, y en todas esas vidas hemos dejado que nuestra mente
campe a sus anchas. En la hora de ponerle coto a la mente, una vez que somos
conscientes de nuestro trabajo en la Tierra, no podemos creer, aunque nos
gustaría, que lleguemos a dominarla por cambiar un solo pensamiento Son muchos
los pensamientos que hemos de cambiar. Pero cuando seamos conscientes de lo que
queremos y logremos dominar el primer pensamiento, habremos dado un gran paso,
paso que nos ha costado toda la cantidad de vidas que llevamos viviendo en la
materia.