El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 11 de diciembre de 2010

Nuestra misión: Cambiar el mundo

            Cada uno de nosotros encarna con distintas tareas a realizar, porque no tenemos una única misión que cumplir, son varios los trabajos que hemos de ir realizando a lo largo y ancho de nuestra vida en la materia.
            Nuestro transito por la vida es un conjunto de trabajos en varios frentes, en unos trabajos se avanza más, en otros no tanto, aunque, sin lugar a dudas, hay una tarea que se va desarrollando paulatinamente, es “el conocimiento de uno mismo”, conocer la propia inmortalidad, conocer nuestra esencia divina, conocer el secreto de la propia vida, conocer el camino para contactar con el alma; pero de manera simultánea se va obteniendo información sobre la vida física, conocer las reacciones, conocer las emociones, conocer el pensamiento.
            Solamente cuando el ser humano se conoce y se comprende a sí mismo, está en condiciones de conocer y comprender a los demás y sobre todo está en condiciones de conocer y comprender a Dios.
            La finalidad de la evolución, por lo tanto nuestra tarea más importante, es llevar al ser humano a la comprensión de su aspecto divino y poner bajo su control su naturaleza inferior: cuerpo, emociones, pensamiento.
El resultado de controlar la naturaleza inferior es la conexión con la naturaleza superior, es la conexión con el alma, y la conexión con el alma tiene una consecuencia que se expresa con una única palabra, amor, amor por todo, amor por todos. Es a partir de entonces, que el ser humano está en condiciones de reconocer a los demás como seres divinos, y ese reconocimiento es el que le va a impedir juzgar a los otros, y le va a llevar a desarrollar lo que sería su segunda tarea fundamental, ayudar a elevar el nivel de la humanidad, ayudar a evolucionar a sus hermanos, ayudar a los demás a conectar con su alma, enseñar a los demás lo que es el amor y como se consigue.
En nuestra evolución vamos todos juntos, no se trata de “unos ganan y otros pierden”, no, se trata de “ganamos todos o no ganamos ninguno”. No escondas información, no juzgues quien está preparado y quien no lo está. Tú da la información, que cada uno ya recogerá lo que esté preparado para recoger, es decisión de su alma, no tuya. Cambiar tú ayuda a cambiar el mundo, y empiezas a ayudar al mundo de manera inconsciente con tu energía y con tu ejemplo.
En la evolución, no hay calificaciones, ni certificados, ni títulos; en la evolución solo hay Amor y cuando este empieza a invadir al ser humano, se irradia y los demás empiezan a sentir esa energía.
Recuerda que en la evolución no son posibles las máscaras. No te puedes disfrazar ni de maestro, ni de discípulo, recuerda el ejemplo del “pirata” que dábamos en "Todo puede cambiar", tu energía llega antes que tus palabras, y si la energía que te inunda no es Amor, sólo vas a engañarte tú.
Si aun no has empezado a meditar, estás retrasando tu evolución, y ¡cada vez te queda menos tiempo! En una charla a la que asistí de un Chamán de Cuzco (Perú), contó una historia que nos viene muy bien en este contexto. Es la historia de un colibrí que vivía en un bosque. El bosque empezó a arder y de manera inmediata todos los animales emprendieron la huida. Todos, menos un colibrí, que iba volando hasta un lago cercano, cogía agua en su pico, volvía al bosque y echaba el agua en el fuego. Y así, mientras todos los animales huían, el colibrí iba haciendo viajes con su pico lleno de agua del lago al fuego y vuelta al lago para recargar el agua.  Los animales en su huida le iban diciendo: “Estás loco colibrí, ¿cómo te crees que tú sólo vas a apagar el fuego?”, y el colibrí respondía: “Yo sólo estoy haciendo mi parte, si cada uno hicierais la vuestra es seguro que salvaríamos el bosque”.
¿Estás haciendo tú tu parte? Tu viaje no es al lago, tu viaje es mucho más cerca, es ir a tu corazón. Por si no sabes el camino, esta meditación te va a ayudar. ¡Feliz viaje!
-          Siéntate como tengas costumbre, manteniendo la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Repite dentro de ti: “Pido a Dios que abra mi canal de luz”, “pido la ayuda de Dios, de mi Maestro Espiritual, de los Maestros Ascendidos, de mi alma, de mis guías”.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Cuando aparezca un pensamiento,  vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Respira y date permiso para sentir tu cuerpo.
-          Respira, siente tu cuerpo, siente tus sensaciones.
-          Permanece así 5 minutos, respirando y sintiendo.
-          Y mira como delante de ti aparece una figura llena de luz, resplandeciente.
-          Es la Virgen María.
-          Permanece respirando, sintiendo, contemplándola, llenándote con Su Luz.
-          Pídele permiso para unir tu corazón al Suyo.
-          Cuando sientas que tienes el permiso mira como desde Su corazón sale un rayo de luz que entra en el tuyo.
-          Quédate sintiendo esa energía en ti.
-          Siente tu corazón.
-          Permanece el tiempo que te apetezca.
-          Cuando creas que tienes suficiente, da las gracias y mira como el rayo de luz se interrumpe.
-          La Virgen María puede permanecer un rato más o desaparecer.
-          Permanece un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como la energía del Amor empieza a distribuirse desde tu corazón al resto de células de tu cuerpo.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Liberación del cuerpo por el proceso de la muerte

La muerte es el único hecho que podemos predecir con absoluta seguridad y, sin embargo, la mayoría de los seres humanos se niega a considerarlo, hasta que se enfrentan a la muerte de un modo inminente y personal.
La mente del ser humano está tan poco desarrollada, que el temor a lo desconocido, el terror a lo no familiar, y el apego a la forma, han provocado una situación, en la que uno de los acontecimientos más benéficos en el ciclo de vida es visto como algo que debe ser evitado y postergado el mayor tiempo posible.
La muerte, es una de las actividades que más hemos practicado. Hemos muerto muchas veces y moriremos muchas más. Muerte es, esencialmente, cuestión de conciencia. En cierto momento estamos conscientes en el plano físico; en otro, nos retraemos a otro plano y estamos allí activamente conscientes.
En la medida en que nuestra conciencia se identifica con el aspecto forma, con la materia, la muerte continuará manteniendo su antiguo terror. Tan pronto nos reconozcamos como almas y hallemos que somos capaces de enfocar a voluntad nuestra conciencia y nuestro sentido de percepción, en cualquier forma o plano, o en cualquier dirección dentro de la forma de Dios; la muerte ya no existirá, ya no conoceremos la muerte.
La muerte para el ser humano medio es un fin desastroso, pues implica la terminación de todas las relaciones humanas, la cesación de toda actividad física, la ruptura de todos los signos de amor y afecto, y el tránsito, (involuntario y disconforme), a lo desconocido y temido. Nos creemos que es lo mismo que salir de una habitación iluminada y agradable, cordial y familiar, donde están reunidos nuestros seres queridos, y pasar a la noche fría y oscura, solo y aterrorizado, sin saber lo que vendrá y sin ninguna seguridad.
Las personas olvidan por lo general que todas las noches, durante las horas de sueño, morimos en lo que respecta al plano físico y vivimos y actuamos en otro lugar. Olvidan también que han adquirido ya la facilidad de dejar el cuerpo físico, aunque aún no pueden conservar en la conciencia del cerebro físico los recuerdos de esa muerte y el consiguiente intervalo de vida activa, y no relacionan la muerte con el sueño.
Después de todo, la muerte es sólo un intervalo más extenso en la vida de acción en el plano físico; nos vamos “al exterior” por un periodo más largo. Pero el proceso del sueño diario y el proceso de la muerte ocasional son idénticos, con la única diferencia que en el sueño el hilo magnético o corriente de energía, a través del cual corren las fuerzas vitales, se mantiene intacto, y constituye el camino de retorno al cuerpo. Con la muerte, este hilo de vida se rompe. Cuando esto ha ocurrido, la entidad consciente no puede volver al cuerpo físico denso, y al faltarle a ese cuerpo el principio de coherencia, se desintegra.
El temor a la muerte está basado en:
El terror, en el proceso final del desgarramiento en el acto de la muerte.
El horror a lo desconocido y a lo indefinido.
La duda respecto a la Inmortalidad.
El pesar por tener que abandonar a los seres queridos o ser abandonado por ellos.
Las antiguas reacciones a las pasadas muertes violentas, arraigadas profundamente en el subconsciente.
El aferrarse a la vida de la forma, por estar principalmente identificados con ella en la conciencia.
Las viejas y erróneas enseñanzas referentes al cielo y al infierno, siendo ambas, perspectivas desagradables para cierto tipo de personas.

Pero la muerte no existe. Sólo es una entrada en una vida más plena. Sólo es una liberación de los obstáculos del vehículo carnal.
Para los seres no evolucionados, la muerte es un sueño y un olvido, porque la mente no está bastante despierta para reaccionar, y el archivo de la memoria está prácticamente vacío.
Para los demás, la muerte es la continuidad en su conciencia del proceso de la vida, y lleva a cabo los intereses y tendencias de esa vida. Su conciencia y sentido de percepción son los mismos e invariables. No percibe mucha diferencia, y a menudo no se da cuenta que ha pasado por la muerte.
Para el perverso y cruel egoísta, el criminal y esos pocos que viven únicamente para el aspecto material, se produce una situación denominada “atados a la tierra”. Los vínculos, que han forjado con la tierra, y la atracción hacia ella, de todos sus deseos, los obliga a permanecer cerca de la misma y de su último medio ambiente terreno. Tratan desesperadamente por todos los medios posibles, de ponerse en contacto y volver a penetrar en él.
En contadisimos casos, un gran amor personal por quienes han dejado, o el incumplimiento de un deber reconocido y urgente, mantienen a quienes poseen bondad y belleza, en semejante situación.
Para el ser evolucionado, la muerte es la entrada inmediata en una esfera de servicio y de expresión a la que ya está muy acostumbrado, percibiendo enseguida que no es nueva. En las horas de sueño ha desarrollado un campo de servicio activo y de aprendizaje. Ahora sencillamente funciona en él durante las veinticuatro horas, (hablando en términos de tiempo del plano físico), en vez de las breves horas de sueño en la tierra.
Otro temor que induce a la humanidad a considerar la muerte como una calamidad es el que ha inculcado la religión teológica, particularmente los Protestantes fundamentalistas y la Iglesia Católica Romana: el temor al infierno, la imposición de castigos, comúnmente fuera de toda proporción a los errores cometidos durante una vida, y el terror impuesto por un Dios iracundo.
Le dicen al hombre que debe someterse y que no hay escapatoria posible. Como bien sabéis, no existe un Dios iracundo ni un infierno. Sólo existe un gran principio de amor que anima a todo el universo; existe la Presencia de Cristo, indicando a la humanidad la realidad del alma y que somos salvados por la vivencia de esa alma, y que el único infierno que existe es la tierra misma, donde aprendemos a trabajar por nuestra propia salvación, impulsados por el principio de amor y de luz e impelidos por el ejemplo de Cristo y el anhelo interno de nuestra propia alma.
A medida que las erróneas ideas enseñadas por la iglesia vayan desapareciendo, será eliminado, de la mente del ser humano, el concepto del infierno y reemplazado por la comprensión de la Ley del Amor, que hace al ser humano lograr su propia salvación en el plano físico, lo cual conducirá a corregir los males cometidos durante sus vidas en la tierra. La energía del Amor, lo puede todo.
El actual temor a la muerte debe ceder su lugar a una inteligente comprensión de la realidad y ser sustituido por el concepto de continuidad, que niega toda interrupción, y acentuar la idea de que existe una vida, una Entidad consciente, que adquiere experiencia en muchos cuerpos.
La muerte constituye, actualmente para el ser humano, un momento de catastrófica crisis: La cesación y fin de todo lo amado, lo familiar y lo deseable, la irrupción en lo desconocido e incierto, y la abrupta terminación de todos los planes y proyectos. No tiene importancia cuánta fe pueda haber en los valores espirituales, ni como sea de claro el razonamiento de la mente acerca de la inmortalidad, ni tampoco la evidencia que tenga, (por sus estudios y lecturas), de la supervivencia y eternidad; siempre existe una duda, el reconocimiento de la posibilidad de que todo termina y la negación y fin de toda actividad, de todas las reacciones cardíacas, de todo pensamiento, emoción, deseo, aspiración y de las intenciones enfocadas alrededor del núcleo central del ser del hombre. El anhelo y la determinación de sobrevivir y el sentido de continuidad, todavía dependen, aun para el creyente más ferviente, de una probabilidad, de una base inestable y del testimonio de otros, que en realidad nunca han vuelto para contar la verdad.
El instinto de autoconservación tiene su raíz en un innato temor a la muerte; mediante la presencia de ese temor, la raza ha luchado hasta alcanzar el presente punto de longevidad y resistencia. Las ciencias que conciernen a la preservación de la vida, al conocimiento médico en la actualidad, y a las proezas de la comodidad de la civilización, todo, ha surgido de este temor básico. Todo, ha tendido hacia la conservación del individuo y su persistente condición de ser. La humanidad persiste, como raza y reino de la naturaleza, y el resultado de la tendencia a ese temor, trae la reacción instintiva de la unidad humana a la propia perpetuación.
Es necesaria una reflexión serena para que el tema de la muerte pueda configurarse en vuestra mente con más firmeza y sensatez, tratando de obtener un nuevo ángulo sobre el tema de la muerte, procurando cambiar el temor por lo que es el propósito y la belleza de la transición.
Después de eso, trataremos un día del proceso de la muerte tal como lo registra el alma.
(Es un extracto del libro “La muerte una gran aventura” de Alice Bailey)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Preguntas

                Nos pasamos la vida buscando la verdad, pero…………. ¿qué vida?..............., ¿qué verdad?............,  ¿qué es la vida?
            Podríamos pensar que la vida se inicia en un momento de amor, de placer y de locura, en la que un espermatozoide, parece ser que el más fuerte, tiene su particular momento de gloria y se introduce en un óvulo fertilizándole. La sabiduría de la naturaleza hace entonces que se desencadenen una serie de reacciones que dan lugar al cabo de nueve meses al nacimiento de un bebé.  ¿Cómo puede ser tanta perfección?, ya sé que todo tiene su respuesta científica, pero……….  Y ¿el principio?, ¿cómo se inició?, ¿cómo apareció el primer humano, o el primer animal, o la primera planta, o el primer grano de arena, o la primera célula, o el primer átomo?
            Es posible que después de aparecer como un bebé encantador en este mundo terrenal, hayas crecido, hayas estudiado para convertirte en un ser humano de provecho, trabajado casi hasta la extenuación, para conseguir un poco de dinero que te vas a ir gastando cada cierto tiempo en tus vacaciones, suspirando para que llegue tu jubilación, aunque curiosamente quieres jubilarte sin aceptar la vejez y la muerte, y luego un buen día llega esa muerte a la que siempre has temido y desapareces de la vida. ¿No es un poco estúpido?, ¿en todo este proceso no te has preguntado alguna vez si realmente esto es todo lo que hay?, ¿cómo es posible que de todos los planetas, satélites, estrellas, asteroides y cometas, sólo conocemos uno, la Tierra, en el que es posible la vida, o al menos esta vida que conocemos?, ¿y por qué tú has sido un@ de los elegid@s  para disfrutar o sufrir una vida consciente?, ¿habrá algo más?, ¿habrá otros tipos de vida?, ¿vendremos de algún sitio antes de nacer?, ¿seguiremos viviendo en algún otro lugar, con una forma distinta después de nuestro paso por esta vida?
            Quiero pensar que si has llegado a este sitio, y estás leyendo esto, ya te has hecho estas preguntas y muchas más, y que tienes respuestas, y que esas respuestas pasan por creer que existimos en otros planos y en otras formas, antes y después de la vida física, y que la vida sólo es un periodo de tiempo infinitamente pequeño, elegido por nosotros para no sabemos muy bien que. ¿Es posible que ya creas todo esto, o algo parecido?
            Hoy no es día de respuestas, hoy es día de reflexión:
Si tienes respuestas para estas preguntas, reflexiona sobre lo que es la vida: ¿un instante comparado con nuestra existencia eterna?, ¿un periodo de aprendizaje?, y ese aprendizaje ¿es obligado hacerlo con sufrimiento?, ¿puede hacerse con alegría?, ¿puede hacerse con amor?, ¿puede ser que el aprendizaje sea vivir con amor?
Reflexiona ahora sobre tu vida: ¿Eres feliz?, ¿sientes amor por todo lo que haces?, sabiendo todo lo que sabes ¿merece la pena que vivas una vida que no te resulta plena?,  ¿estás enseñando a tus hijos a ser felices, o a que sean seres humanos de provecho?, ¿estás haciendo feliz a la persona que has elegido para que te acompañe en un tramo de tu vida?, ¿sientes que todos somos hermanos?, ¿existe en ti algún tipo de discriminación hacia algún@ de es@s que son tus herman@s?
Si eres feliz en cada instante, si sientes amor por todo lo que haces, si tu vida es una vida plena, si has enseñado a tus hijos a ser tan felices como tú, si tu pareja de viaje es tan feliz como tú, si sientes que cualquier ser humano es tu herman@, si no sabes lo que es discriminar o criticar, ¡felicidades!, el final de tu peregrinaje en la materia está próximo.
Si no es así, ¡cambia!, porque si sigues haciendo las mismas cosas, siempre vas a obtener los mismos resultados. ¡Cambia tu vida!, ¡cambiala ya!


domingo, 5 de diciembre de 2010

Padrenuestro

            De esta oración derivó la versión actual del Padrenuestro. Está escrita en arameo, en una piedra de mármol, en Jerusalén, en el Monte de los Olivos.
De esta forma era invocada por Jesús, sin la interferencia de la Iglesia:
Padre-Madre, respiración de la Vida,
¡Fuente del sonido, Acción sin palabras, Creador del Cosmos!
Haz brillar tu Luz dentro de nosotros,
entre nosotros y fuera de nosotros para que podamos hacerla útil.
Ayúdanos a seguir nuestro camino
respirando tan sólo el sentimiento que emana de Ti.
Nuestro Yo, en el mismo paso, puede estar con el Tuyo,
para que caminemos como Reyes y Reinas con todas las criaturas.
Que tu deseo y el nuestro sean uno sólo, en toda la Luz, así como en todas las formas; en toda la existencia individual, así como en todas las comunidades.
Haznos sentir el alma de la Tierra dentro de nosotros,
pues, de esta forma, sentiremos la Sabiduría que existe en todo.
No permitas que la superficialidad y la apariencia de las cosas del mundo nos engañen, y nos libere de todo aquello que impide nuestro crecimiento.
No nos dejes caer en el olvido de que Tú eres el Poder y la Gloria del mundo,
la Canción que se renueva de tiempo en tiempo y que todo lo embellece.
Que Tu Amor esté sólo donde crecen nuestras acciones.
¡¡¡Que así sea!!!



sábado, 4 de diciembre de 2010

Todo puede cambiarse. ¿Cómo?

No importa lo que hayas podido hacer hasta el día de hoy, puede cambiarse, todo cambia en un instante.
            En un instante sale tu número de lotería, y te cambia la vida; en un instante la persona por la que suspirabas te dice “si” mirándote a los ojos, y te cambia la vida; en un instante un loco se salta un stop dándote de lleno, y te cambia la vida. Todo esto, sólo son cambios físicos, cambios en la materia, cambios que no son permanentes, cambios que van a durar, como máximo, el tiempo que dure tu vida física.
            También se pueden producir otro tipo de cambios, cambios que afectan a tu Ser, cambios permanentes, porque van a durar más allá de lo que dure tu vida física. Pero estos cambios no van a ser producidos por un golpe de suerte, ni por una conexión emocional, estos cambios sólo van a producirse por ti, en tu proceso de crecimiento.
            ¿De qué manera?: Cambiando tu proceso de pensamiento. Cuando cambias el proceso de pensamiento, cambia tu energía, es decir, cambias tú, porque tú eres energía.
            El cambio de pensamiento significa que tienes que pasar del “pobre de mí” a “yo soy un ángel”, tienes que pasar del “no puedo y no sé”, al “puedo y sé”, tienes que pasar del orgullo a la humildad y del miedo al amor.
            Tu energía eres tú. Rodeando tu cuerpo físico tienes una serie de capas que son el estandarte de tu pensamiento, y camina dos metros por delante de ti, de tal manera que toma contacto con las personas antes de que tú abras la boca para expresar cualquier pensamiento, porque antes de que lo hagas, tu estandarte ya ha dicho quien eres, y las personas reaccionan inconscientemente a eso que están recibiendo, que es tu tarjeta de visita.
            Las energías iguales se atraen, las energías distintas se repelen. Si, por ejemplo,  eres miedoso, otros miedosos te van a reconocer y se van a sentir muy a gusto en tu compañía, compartís el mismo tipo de energía; y ya puedes decir que eres un valiente, que tu carta de presentación está diciendo claramente que no, que tienes miedo. Es como ese señor, con una pata de palo, con un garfio por mano derecha, con un parche en un ojo, una espalda en el cinto, y enarbolando en su mano izquierda una bandera negra en la que aparece reflejada una calavera, ¿qué te viene a la cabeza que puede ser?, ¿el delantero centro de un equipo de futbol, o un pirata? Pues si ese señor empieza a hablar y dice que es un caballero o un jardinero, ya puede decir, ya…….. ¿Lo has visto claro?, tu energía es tan significativa como el aspecto del pirata, tu energía dice lo que piensas y sientes sin que tú digas nada, en definitiva  tu energía dice lo que eres. Tu energía es tu vestimenta.
            Cambia el pensamiento y cambiará tu energía, cambia el pensamiento y cambiará tu vida física, la actual y las siguientes, porque cambiará tu eternidad; porque lo que aprendes cada vida, es un aprendizaje que va a perdurar para siempre, vida tras vida. Las lecciones aprendidas son para siempre.
            Son varios los trabajos que puedes hacer para cambiar los procesos de pensamiento, disolver bloqueos e ir purificando tu aura. Todos ellos requieren un poco de voluntad y constancia para realizar el trabajo cada día, y otro poco de paciencia, ¡no esperes resultados al día siguiente!
            Como realizar un trabajo integral requiere demasiada voluntad, demasiada constancia y demasiada paciencia, lo mejor es trabajar los distintos aspectos de manera independiente, y cuando un aspecto está superado, pasar al siguiente.
            Por lo tanto, lo primero que has de tener claro, es el aspecto que quieres trabajar: la falta de autoestima, la impaciencia, la rabia, el orgullo, la falta de voluntad, el apego a, etc., etc.; y cuando lo tengas claro empieza tu trabajo, recuerda: con voluntad, con constancia y con paciencia.
            Como ya te puedes imaginar, todo pasa por la meditación. Resérvate un espacio de quince o veinte minutos cada día, lo ideal sería por la mañana antes de empezar tu jornada laboral, pero si por cualquier causa no fuera posible por la mañana, hazlo cuando te sea posible, mejor por la noche que nunca.
-        Siéntate como tengas costumbre, en el suelo o en una silla. En ambos casos intenta mantener la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Pide ayuda,  a Dios, a tus maestros, a los Maestros Ascendidos, a tu alma, a tus guías, a los ángeles, a los arcángeles, a los maestros de la sanación, a quien te apetezca y con quien te sientas conectad@.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Te sientes bien.
-          Cuando aparezca un pensamiento, (vendrán muchos, no te enfades), vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Delante de ti, lo más lejos posible, visualiza como se enciende un fuego de color naranja.
-          Piensa en el aspecto que quieres limpiar.
-          Imagina que ese aspecto es una hoja de papel.
-          Estás respirando suave y lentamente, y con cada exhalación imagina que esa hoja de papel sale de ti dirigiéndose al fuego y quemándose en él.
-          Sigue inhalando lentamente y exhalando la hoja de papel durante 5 minutos.
-         Al cabo de ese tiempo. APAGA EL FUEGO. ES MUY IMPORTANTE QUE VISUALICES, O PIENSES, O IMAGINES QUE EL FUEGO SE APAGA. Si no lo haces, cada vez que pases por él va a quemarse un poco de tu aura. ¡No se te olvide, apágalo!
-          Y a partir de este momento, vas a imaginar o a visualizar que cada vez que inspiras entra en ti la virtud contraria al aspecto que estabas quemando. Puedes imaginar que entra en ti la palabra inundándote con su energía y llenando tu cuerpo, o un color que es la energía de esa cualidad, o cualquier otra cosa que sea fácil para ti.
-          Sigue así durante otros 5 minutos.
-          Permanece después un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como te estás impregnando de la cualidad que ha ido entrando en ti con la respiración.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

Después durante el resto del día, cuando te acuerdes, yendo al trabajo, en los descansos, vete repitiendo en tu interior: “Yo Soy XXXXX”, siendo XXXXX la virtud que ha estado impregnando tu cuerpo. Por ejemplo si has estado respirando humildad, tu letanía seria: “Yo Soy humildad”.

Recuerda: voluntad, constancia y paciencia.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Otra vez Navidad

Otra vez Navidad. Pocas son las personas que viven estas fiestas con total indiferencia, el ambiente arrastra. Para unas personas son unas fiestas alegres y divertidas, para otras entrañables, para otras son unas fechas de añoranza, tristes para otras y odiadas también para algunas. 
La Navidad parece que tiene algunas cosas no muy buenas: un gasto desaforado en regalos inútiles que van derechos al último rincón de un cajón o directamente a la basura; un gasto desaforado en comida que solo sirve para fomentar la gula, comer hasta reventar juntando una comida con otra, un día detrás de otro; un gasto desaforado en juguetes para los niños, juguetes en exceso que los niños no necesitan para crecer y desarrollar su creatividad y que además fomentan muchas veces la desigualdad entre familias pudientes y otras que no lo son tanto; añoranza, es la fecha del año en la que más echamos en falta a los seres queridos que ya no están con nosotros; y seguramente muchas más cosas que a cada persona que lea esto se le puede ocurrir, (si te apetece puedes escribir esas cosas que se te ocurran en los comentarios). Pero la Navidad sí que tiene algo muy bueno, tan bueno, que sólo por eso casi merece la pena sufrir la retahíla de todo lo anterior. Es el deseo de amor y paz entre las personas.
Una vez al año, en Navidad, medio mundo desea al otro medio: paz, amor y felicidad. Podemos pensar que es una rutina, que no sale del corazón, pero es igual, está bien, sea de la manera que sea, la felicidad, la paz y al amor se desean a todo el mundo, y ese deseo de amor, es energía, y va extendiéndose como una nube, impregnando todo lo que toca con paz, amor y felicidad.
Como la Navidad es la época del año de los buenos deseos y los buenos propósitos. Podíamos este año, para variar un poco, hacer que algunos deseos se cumplan. “A Dios rogando y con el mazo dando”. Puedes sumar todo el dinero que gastas, en comida, en ropa, en regalos, en fiestas, en reyes, en lotería, y hacer un gasto más, da el diez por ciento de todo lo que te has gastado a alguna ONG, seguro que consigues que alguien cumpla su deseo, aunque sólo sea comer un día caliente. Y como propósito a final de año, además de proponerte ir al gimnasio, dejar de fumar y aprender inglés, proponte empezar a hacer meditación cada día, veinte minutos, si lo consigues, verás como tu próxima Navidad es otra cosa, el amor que desees saldrá de tu corazón y no de tu cabeza.
¡Feliz Navidad!

martes, 30 de noviembre de 2010

Nostalgia

La vida es un continuo, no para ni para coger impulso, la vida es como ir subidos en una cinta sin fin, avanzando, avanzando, siempre avanzando, aunque a veces, observando la cinta de la vida nos encontramos con personas que intentan caminar en el sentido contrario al del avance de la cinta, quieren volver hacia atrás, sienten nostalgia de algo que fue y que ya no es, y no quieren vivir, en su fuero interno han decidido no vivir la vida que tienen delante y volver atrás.
Tienen ese sentimiento de volver al pasado, sienten nostalgia, pero nostalgia es tristeza, es melancolía, es soledad, es aislamiento, es perdida, es idealización; creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, es negarse a crecer, es negarse a evolucionar, es renunciar a la vida. Mirando hacia atrás, la vida va pasando por delante de ellos sin enterarse, porque están, posiblemente, pensando en ese niño pequeño que corría entre las faldas de su madre, pero el niño se ha hecho hombre; o pensando en ese amor primero, pero el amor ha madurado; o pensando en aquella casa de la infancia, pero la han derruido porque se caía a pedazos. No se puede volver atrás porque el pasado no existe, sólo existe en su recuerdo, recuerdo que ni tan siquiera es la realidad, sólo es su realidad.
Si eres de los que vas en la cinta mirando hacia atrás, date la vuelta y empieza a vivir la vida, empieza a ver lo que tienes delante porque cada minuto que pasas mirando atrás te pierdes la belleza de una vida que no volverás a vivir, ese minuto que te has perdido podía haber sido el minuto en el que la vida te ponía delante el amor de tu vida, y te lo has perdido; o podía pasar por delante de ti la oportunidad que tanto esperabas, y te la has perdido; o podías recibir el mensaje de tu misión en esta vida, y te lo has perdido. Estás mirando atrás, al vacío, a la nada, y te estás perdiendo la luz.
En vez de añorar el pasado, agradécelo, porque es gracias a ese pasado que has llegado hasta el momento presente. Decisiones distintas te habrían llevado a otro punto distinto, así que agradece lo que ha pasado, ¡son tantas las cosas buenas que te han pasado!, seguro que hay muchas más cosas buenas que menos buenas, así que ¿por qué hacerle caso a las menos buenas?
El lugar donde estás ahora es el lugar idóneo para empezar el primer día del resto de tu vida, ¡decide que ese resto de tu vida sea feliz!, está en tus manos.
No te lo pierdas. La vida es una fiesta, y hay que vivirla conscientemente, no hay que pasar por ella mirando atrás, así solo cogerás tortícolis.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Un viaje de ida y vuelta

                Si tuvieras claro lo que realmente eres, tu vida daría un giro de 180º y las cosas que hoy son tan importantes dejarían de serlo.
            Pero ¿qué somos realmente? Somos chispas de Fuego Supremo, somos fragmentos divinos separados como entidades individuales. Vivimos desde el principio de la Creación en un plano de divinidad, pero siendo inconscientes a las vibraciones del resto de planos, y para poder ser conscientes en todos los planos y poder responder a todas las vibraciones divinas en el Universo teníamos que pasar por todas las experiencias. No todas las chispas divinas querían pasar por todas las experiencias, las que no han querido se han quedado en sus planos de divinidad, pero las que si queríamos, hemos bajado a la materia para crecer, evolucionar y alcanzar la perfección y ser así, al final de nuestro proceso de evolución, conscientes y sensibles en todos los planos.
            Por lo tanto, estamos en el mundo de la materia porque hemos elegido vivir, y con la elección de la vida, hemos elegido el sufrimiento, la risa, las lagrimas, hemos elegido sentir una caricia y el amor por un hijo, hemos elegido la alegría y el dolor. Todo es nuestra elección. Este impulso divino, buscando siempre la más amplia manifestación de vida, es perceptible en toda la naturaleza y se denomina “Voluntad de vivir”. Aparece en la semilla al asomar su brote hacia la luz, en el capullo rompiendo su prisión y expandiéndose a la claridad del sol.
            Pero una vez aquí, con las memorias borradas, vagabundeamos sin consciencia de lo que hemos venido a hacer, sin conciencia de lo que somos, sin conciencia de dónde venimos y adónde vamos. Nos creemos que somos una entidad separada que debe defender su espacio y a los que considera “los suyos”, sin saber que los suyos son todos los demás, ya que todos tenemos la misma procedencia y el mismo destino, todos tenemos la misma esencia y todos hemos sido creados por el mismo Padre, "todos somos hermanos".
            Estamos aquí temporalmente, y al final del trayecto sólo vamos a llevarnos nuestras experiencias, sin embargo, vivimos y actuamos como si hubiéramos venido aquí para quedarnos, acumulando bienes materiales, apegos y emociones.
            Estamos en un viaje de ida y vuelta y nuestras pertenencias materiales a la vuelta van a ser las mismas que a la ida. Nuestra maleta de vuelta sólo va a contener las experiencias del alma: más paciencia que a la ida, más amor, más voluntad, más misericordia, más hermandad. En el auto-examen que nos hacemos a la vuelta, con la memoria recobrada de lo que somos, no vamos a valorar el extracto de nuestra cuenta corriente, vamos a valorar las veces que hemos ayudado, vamos a valorar las veces que hemos sentido piedad y compasión por hermanos que decidieron nacer en lugares alejados de nuestros, con otro color, con otra cultura, con otra creencia; vamos a valorar las veces que hemos abierto la puerta de nuestro corazón a quien demandaba ayuda; vamos a valorar sobre todo el amor.
            Nunca es tarde para empezar a vivir como si no hubieran sido borradas tus memorias. Empieza a dejar hablar a tu corazón, al principio es como una vocecita, sin fuerza, que se opone a ciertas cosas, le llamamos “la voz de la conciencia”, pero si vas actuando según su dictado, va cogiendo fuerza hasta el punto que llegareis a ser un solo ser, indivisible, viviendo y actuando para alcanzar la perfección en el Amor Divino.

sábado, 27 de noviembre de 2010

La felicidad permanente es posible

Vivimos al dictado de nuestros deseos, que es como hemos aprendido a vivir,  es como nos han enseñado, porque las enseñanzas de vida, nos las da la propia vida y las recibimos con el ejemplo que tenemos siempre delante de nosotros: progenitores, educadores, líderes políticos y religiosos, líderes de opinión, medios de comunicación. Y todas sus enseñanzas nos llevan a la consecución de logros materiales para ¿conseguir la felicidad?, hay muy pocas enseñanzas sobre cómo conseguir una felicidad duradera, y no vienen precisamente de nuestros modelos, ya que ellos, realmente no nos enseñan a desenvolvernos ante la vida, nos enseñan la ley que hemos de aplicar: “la ley del más fuerte”.
Todas sus enseñanzas están basadas en crearnos necesidades y carencias; en eso sí que son verdaderos maestros, es normal que lo sean, lo llevan haciendo siglos, vida tras vida, y  los alumnos aplicados rápidamente hacen suyas esas carencias: El último modelo de coche, la casa en propiedad más grande y más cara, las vacaciones más alejadas de tu residencia; la pareja más alta, más guapa, con más dinero; los hijos más listos, con muchas actividades; etc., etc.
Y como ya te lo venden así: “Sea Vd. feliz viviendo en la urbanización Plim”, hasta que no consigues vivir en la urbanización Plim eres infeliz. ¿Cuántos deseos tendrás que cumplir para ser completa y permanentemente feliz?, ¿cumplirás tus deseos antes de cumplir 80 años?, ¿esperarás hasta entonces para ser feliz?
Párate un momento y reflexiona: Con la vida que llevas, viviendo al dictado de tus deseos y aplicando la ley del más fuerte, ¿estás consiguiendo tus deseos?, ¿te satisfacen?, ¿Cuándo consigues alguno, te sientes feliz las 24 horas del día, cada día?, ¿te decepciona no conseguirlos?, ¿has desterrado la ansiedad, el miedo, la inseguridad?
¿Cuál es el resultado de la encuesta? Si todo está bien, no sigas leyendo. Si sigues leyendo contéstate a esta otra pregunta: ¿has pensado en cambiar algo?, y a esta otra: ¿Qué pasaría si poco a poco fueras eliminando tus deseos?
Si eliminaras los deseos ya no habría decepciones por no conseguir algo, ya no habría infelicidad por no conseguir ciertos logros, no habría carencias, tendrías todo lo que necesitas para vivir, por lo tanto, serias feliz, y lo serias cada día, un día tras otro, el resto de tu vida.
¿Cómo eliminar un deseo?: Es un trabajo de reflexión y aceptación. Piensa en cómo has generado el deseo: Un buen día pensaste que necesitabas algo para……… y en la consecución de esos puntos suspensivos condicionaste tu felicidad. La eliminación del deseo es el trabajo contrario:
Empieza sabiendo cuales son realmente tus deseos, y para que seas consciente de todos haz una lista con todos ellos, a un lado los deseos materiales, al otro los emocionales y/o espirituales. Ordénalos después del más difícil de conseguir al más fácil, y ya estás en condiciones de empezar el trabajo:
1º Reflexión: Reflexiona sobre el primer deseo de la lista: ¿Es imprescindible conseguirlo?, ¿es cuestión de vida o muerte? Seguramente no lo es, ya que has vivido hasta hoy sin él, por lo tanto si es prescindible, prescinde.
2º Aceptación: Acepta que no lo necesitas para vivir, que puedes vivir perfectamente sin él, que ya no lo quieres.
La aceptación hace que sientas una especie de relajación, es la energía de ese deseo que te ha abandonado. Si queda algo de él, cada vez que se repita vuelve a la reflexión inicial. Y después vete por el siguiente deseo de tu lista, así hasta que hayas eliminado todos tus deseos.
Este trabajo de reflexión y aceptación, que de tan sencillo parece una tontería, es justo lo contrario a tu tontería de condicionar tu felicidad a la consecución del deseo.
Puedes deshacerte del deseo en un minuto, en una hora, en un día o en una semana; no debería durar más. Depende de tu honestidad para el trabajo.
Y cuando tengas claro que quieres ser feliz y empieces a trabajar, recuerda que siempre eres ejemplo de alguien, tus hijos, tus amigos, tus alumnos, tus subordinados, tus vecinos, tu pareja. Da ejemplo a los tuyos de cómo conseguir la felicidad sin condicionarla a tus deseos, de cómo vivir la vida sin aplicar la ley del más fuerte.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El poder de la bendición

Bendecir es practicar espiritualmente la bondad hacia otras personas. La energía que genera esta práctica es tan poderosa que incrementa la energía del chakra cardiaco en tal medida que permite percibir la sensación del Amor Divino, tanto en el emisor, la persona que bendice; como en el receptor, la persona bendecida.

Hay gran poder en la palabra bendición. Bendición significa:
-          Pedir el favor de Dios para alguna situación o condición.
-          Desear el bien a una persona o situación.
-          Hacer feliz o próspero.
-          Alegrar, glorificar y alabar.

Bendecir significa desear y querer el bien ilimitado incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna,  para los demás y para los acontecimientos de la vida.

 Quien sea bendecido es un ser privilegiado y consagrado. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en la persona con profundo reconocimiento, evocarla con gratitud y con amor. Significa además llamar a la felicidad para que venga sobre la persona.

Podríamos sencillamente decir que bendecir significa traer el bien a una situación, una condición o una persona.

Un simple "Dios te bendiga" expresado verbalmente, es la descarga del Poder Infinito del Universo, ansioso y deseoso de envolver a la persona que requiere de dicha bendición y a la persona que bendice.

Al despertar, bendice tu día; bendice a la gente al cruzarte con ella por la calle, en el autobús, en tu lugar de trabajo, bendice a todo el mundo. La paz de tu bendición será la compañera y la luz de su camino. Mientras paseas, bendice tu ciudad, bendice a los políticos, a los educadores, a los barrenderos, a los sacerdotes y a las prostitutas; bendice a todo el mundo.

Cuando alguien sea agresiv@ contigo, responde con una bendición silenciosa. Bendícelo total y sinceramente, porque esas bendiciones son un escudo que te protege de la ignorancia de sus maldades, y desvia la flecha que te han disparado.

Bendecirlo todo, bendecir a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema de la bondad, porque aquellos a los que bendices nunca sabrán de dónde vino aquel rayo de alegría que cambió su día, y tú no sabrás hasta que punto cambiaste su vida.

Cuando en tu jornada diaria surja algún suceso inesperado que te desconcierte y eche por tierra tus planes, ya sea en el trabajo, en tu casa o en la calle, bendice, porque es seguro que ese desconcierto no es más que una nueva lección de vida. Porque ese acontecimiento que te parece tan desagradable, de hecho es una programación tuya para aprender la lección que corresponde en ese momento.

Cuando veas a alguien que sufre y llora, o que da muestras de sentirse destrozado por la vida, bendícelo, llénalo de Energía Divina.

Y sobre todo no te olvides de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que eres tú.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Con un “Dios te bendiga”, puede ser suficiente, pero puedes dedicar un poco más de tiempo después de tu meditación, aplicando la formula que te presento a continuación:

-          Levanta las manos a la altura del pecho, con las palmas dirigidas al frente. Los brazos cómodos al lado del cuerpo.
-          Imagina que llega una Luz Divina a tu chakra corona y desde allí baja hasta tu pecho, y sale de tu corazón y de tus manos 
-          Piensa en un momento feliz que te haga revivir una emoción o sentimiento de alegría o felicidad, (puede estar relacionado con cualquiera, o con cualquier situación).
-          Siente la emoción de ese momento feliz.
-          Visualiza a la persona que quieres bendecir delante de tí y repite en tu interior, sintiendo esa energía que sale de tu corazón y de las palmas de tus manos:
-          “Yo te bendigo con paz, con amor, con alegría, con serenidad, con abundancia y prosperidad......”. Bendice con todo lo bueno que deseas para esa persona, como si fueras tu mism@”.

¡Qué Dios te bendiga!

lunes, 22 de noviembre de 2010

El idioma del alma

El idioma del alma es el silencio.
El silencio y la soledad son dos de las cualidades del alma. Cuando el Ser deja sus cuerpos físico, emocional y mental inferior, se recoge en el plano causal, en soledad y en silencio, descansando de su última encarnación y preparándose para la siguiente.
Mientras el Ser permanece aquí, encarnado en la materia, también puede ponerse en contacto con su alma, pero para ello ha de hablar el idioma del alma, el silencio.
Si hablas chino, te puedes entender con setecientos millones de personas, si hablas español te puedes entender con quinientos millones de personas, pero si dominas el silencio, si dominas el idioma del alma, te puedes entender con Dios.
Son muchísimas las personas a las que el silencio les asusta, y procuran por todos los medios tener siempre ruido: el ruido de la música a través de un MP3 por la calle, el ruido de la tele en su casa, simultaneando todo esto con el ruido de sus pensamientos. Son incapaces de soportar el silencio, en realidad, sólo es miedo, un miedo inconsciente de conectar con su alma.
Es posible que te pases la vida haciéndote preguntas: ¿Cuál es mi misión?, ¿qué hago aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿hay vida antes de la vida? Y es claro que si te haces las mismas preguntas un día y otro, es, o porque no has recibido respuesta, o si te han respondido no lo has escuchado. Te saco de dudas: Si te han respondido, siempre lo hacen, pero con tanto ruido como hay en ti, es imposible que escuches nada.
Cuando haces una pregunta en el mundo físico, esperas un momento, en silencio, y escuchas la respuesta. Haz lo mismo con tu alma, para el ruido de tu mente y espera, el alma siempre contesta, sólo has de estar atent@; si no callas, es imposible que te llegue nada aparte de tu ruido.
Es en el silencio cuando vas a recibir información, toda la información que necesitas conocer, a veces, sin que preguntes. Sólo tienes que practicar el silencio, de la misma manera que has practicado cualquier otro idioma, un día tras otro, con paciencia, con perseverancia.
Y así, de puntillas y en silencio, llegamos al mismo banco de trabajo: Dedica una parte de tu día a esa práctica. Siéntate en silencio, escuchando cada pensamiento, hasta que consigas que se vaya calmando tu mente. Lo vas a conseguir con la práctica, y entonces descubrirás que el sonido del silencio es el más hermoso de cuantos hayas podido escuchar, porque en él vas a sentir la melodía de tu alma, vas a sentir la melodía del amor, vas a sentir la Voz de Dios.