El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




sábado, 11 de diciembre de 2010

Nuestra misión: Cambiar el mundo

            Cada uno de nosotros encarna con distintas tareas a realizar, porque no tenemos una única misión que cumplir, son varios los trabajos que hemos de ir realizando a lo largo y ancho de nuestra vida en la materia.
            Nuestro transito por la vida es un conjunto de trabajos en varios frentes, en unos trabajos se avanza más, en otros no tanto, aunque, sin lugar a dudas, hay una tarea que se va desarrollando paulatinamente, es “el conocimiento de uno mismo”, conocer la propia inmortalidad, conocer nuestra esencia divina, conocer el secreto de la propia vida, conocer el camino para contactar con el alma; pero de manera simultánea se va obteniendo información sobre la vida física, conocer las reacciones, conocer las emociones, conocer el pensamiento.
            Solamente cuando el ser humano se conoce y se comprende a sí mismo, está en condiciones de conocer y comprender a los demás y sobre todo está en condiciones de conocer y comprender a Dios.
            La finalidad de la evolución, por lo tanto nuestra tarea más importante, es llevar al ser humano a la comprensión de su aspecto divino y poner bajo su control su naturaleza inferior: cuerpo, emociones, pensamiento.
El resultado de controlar la naturaleza inferior es la conexión con la naturaleza superior, es la conexión con el alma, y la conexión con el alma tiene una consecuencia que se expresa con una única palabra, amor, amor por todo, amor por todos. Es a partir de entonces, que el ser humano está en condiciones de reconocer a los demás como seres divinos, y ese reconocimiento es el que le va a impedir juzgar a los otros, y le va a llevar a desarrollar lo que sería su segunda tarea fundamental, ayudar a elevar el nivel de la humanidad, ayudar a evolucionar a sus hermanos, ayudar a los demás a conectar con su alma, enseñar a los demás lo que es el amor y como se consigue.
En nuestra evolución vamos todos juntos, no se trata de “unos ganan y otros pierden”, no, se trata de “ganamos todos o no ganamos ninguno”. No escondas información, no juzgues quien está preparado y quien no lo está. Tú da la información, que cada uno ya recogerá lo que esté preparado para recoger, es decisión de su alma, no tuya. Cambiar tú ayuda a cambiar el mundo, y empiezas a ayudar al mundo de manera inconsciente con tu energía y con tu ejemplo.
En la evolución, no hay calificaciones, ni certificados, ni títulos; en la evolución solo hay Amor y cuando este empieza a invadir al ser humano, se irradia y los demás empiezan a sentir esa energía.
Recuerda que en la evolución no son posibles las máscaras. No te puedes disfrazar ni de maestro, ni de discípulo, recuerda el ejemplo del “pirata” que dábamos en "Todo puede cambiar", tu energía llega antes que tus palabras, y si la energía que te inunda no es Amor, sólo vas a engañarte tú.
Si aun no has empezado a meditar, estás retrasando tu evolución, y ¡cada vez te queda menos tiempo! En una charla a la que asistí de un Chamán de Cuzco (Perú), contó una historia que nos viene muy bien en este contexto. Es la historia de un colibrí que vivía en un bosque. El bosque empezó a arder y de manera inmediata todos los animales emprendieron la huida. Todos, menos un colibrí, que iba volando hasta un lago cercano, cogía agua en su pico, volvía al bosque y echaba el agua en el fuego. Y así, mientras todos los animales huían, el colibrí iba haciendo viajes con su pico lleno de agua del lago al fuego y vuelta al lago para recargar el agua.  Los animales en su huida le iban diciendo: “Estás loco colibrí, ¿cómo te crees que tú sólo vas a apagar el fuego?”, y el colibrí respondía: “Yo sólo estoy haciendo mi parte, si cada uno hicierais la vuestra es seguro que salvaríamos el bosque”.
¿Estás haciendo tú tu parte? Tu viaje no es al lago, tu viaje es mucho más cerca, es ir a tu corazón. Por si no sabes el camino, esta meditación te va a ayudar. ¡Feliz viaje!
-          Siéntate como tengas costumbre, manteniendo la espalda recta.
-          Deja las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Los ojos cerrados o una décima parte abiertos.
-          La punta de la lengua apoyada en el paladar
-          Empieza respirando suave y lentamente, por la nariz, con una respiración abdominal.
-          Repite dentro de ti: “Pido a Dios que abra mi canal de luz”, “pido la ayuda de Dios, de mi Maestro Espiritual, de los Maestros Ascendidos, de mi alma, de mis guías”.
-          Las primeras respiraciones hazlas alargando la exhalación y dando permiso a tu cuerpo para que con cada exhalación vaya dejando ir toda la tensión.
-          Siente como con cada respiración tu cuerpo está más relajado que en la respiración anterior.
-          Cuando aparezca un pensamiento,  vuelve a tu respiración.
-          Vuelve a la respiración tantas veces como la mente te saque de ella.
-          Respira y date permiso para sentir tu cuerpo.
-          Respira, siente tu cuerpo, siente tus sensaciones.
-          Permanece así 5 minutos, respirando y sintiendo.
-          Y mira como delante de ti aparece una figura llena de luz, resplandeciente.
-          Es la Virgen María.
-          Permanece respirando, sintiendo, contemplándola, llenándote con Su Luz.
-          Pídele permiso para unir tu corazón al Suyo.
-          Cuando sientas que tienes el permiso mira como desde Su corazón sale un rayo de luz que entra en el tuyo.
-          Quédate sintiendo esa energía en ti.
-          Siente tu corazón.
-          Permanece el tiempo que te apetezca.
-          Cuando creas que tienes suficiente, da las gracias y mira como el rayo de luz se interrumpe.
-          La Virgen María puede permanecer un rato más o desaparecer.
-          Permanece un momento, 1 ó 2 minutos, respirando suave y lentamente, sintiendo como la energía del Amor empieza a distribuirse desde tu corazón al resto de células de tu cuerpo.
-          Da las gracias a los mismos que has pedido ayuda y suavemente abre tus ojos y empieza a mover el cuerpo.

1 comentario:

  1. gracias por tus palabras, por tus meditaciones, por las fotos... porque me coges de la mano y me llevas a dar un paseo al jardín más hermoso imaginable... BA.

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