El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




domingo, 11 de septiembre de 2011

Curso Crecimiento interior (3) Vicios & Virtudes (I)

Vicios & Virtudes (1)

Los vicios, los miedos, las debilidades, son energía que nos envuelven como las capas de la cebolla, y se pueden ir eliminando poco a poco hasta que esas capas sean reemplazadas por pensamientos correctos, palabras correctas y acciones correctas.
La palabra vicio proviene del latín “vitium”, que significa «falla o defecto», aunque el significado social que se le ha dado a la palabra se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones.
Un vicio es todo hábito o práctica que se considera inmoral, depravado o degradante en una sociedad. Con menos frecuencia, la palabra puede referirse también a una falta, a un defecto, a una enfermedad o tan sólo a un mal hábito. El vicio es el antónimo (el opuesto) de la virtud.
Vicios son aquellos actos por los que una persona se daña a sí misma o a su propiedad. Como más tarde tendrás que hacer un repaso de tus vicios, de tus faltas, de tus defectos o tus malos hábitos, te detallo algunos que se consideran como tal: Arrogancia, avaricia, cobardía, corrupción, crueldad, egocentrismo, egoísmo, gula, infidelidad, intolerancia, lujuria, misantropía, negligencia, orgullo, pereza, vanidad.
Los vicios son normalmente placenteros, al menos por un tiempo y a menudo no se descubren como vicios, por sus efectos, hasta después de que se han practicado durante años, quizás una vida entera, o varias. Muchos, quizá la mayoría, de los que los practican, no los descubren como vicios en toda su vida. Y las virtudes, sus opuestos, a menudo, parecen tan duras y severas, y generan tanto trabajo para conseguir unos resultados que, con frecuencia, los percibimos como distantes e incluso invisibles a la mente de muchos, que no son reconocidas como virtudes. En realidad, los estudios de profundos filósofos se han dedicado (si no totalmente en vano, sin duda con escasos resultados) a esforzarse en trazar los límites entre las virtudes y los vicios.
A los vicios se oponen las virtudes, al miedo se opone el amor, y a las debilidades, se opone la fortaleza.
La formación del carácter es sacar a la luz nuestras cualidades divinas, cualidades que se encuentran en estado latente, y aproximan nuestra imperfecta naturaleza a la perfección Divina.
Arrastran miedo “qué pensará la gente”, arrastran dudas “y si esto me sale mal”, arrastran  orgullo “si doy esto a conocer podría perder este pedestal”, arrastran falta de amor hacia ellos mismos “es que yo no sé”, arrastran pereza “cuanto trabajo”, arrastran falta de fe “mejor no tocarlo podría salir mal”, arrastran falta de confianza “a mí no me pasa lo mismo, siempre me sale mal”, arrastran dolor “que vida tan dura”, arrastran apego “yo por los míos doy la vida” ………………………..
Cada persona ha de ser consciente del lugar en el que está y de cuál es su lastre, ya que si no, no se mueve, no deja ir ese peso. Por ejemplo, si una persona está en el camino del orgullo, no le puedes presentar el camino de la humildad porque no lo entiende, lo primero que tiene que tener claro es que su camino es curar su orgullo, tiene que reconocerlo, y eso es difícil. La dificultad para llegar a buen puerto no es que esa persona no trabaje, puede meditar cada día, el problema es que está trabajando en una dirección incorrecta, está trabajando en vacío.
Podríamos pensar que meditando sería suficiente para conseguir el crecimiento interior que se persigue, ya que al inundarnos en la meditación con otra energía de vibración más sutil, cercana a la energía divina, podría ir sanando todos los aspectos del cuerpo, tanto físico como energético. Es un error. La meditación es un abono, e incrementa todos los aspectos que existen en el ser, tanto buenos como malos. Podría ser contraproducente, podría incluso incrementarse su orgullo y pasar a tener orgullo espiritual, lo cual sería mucho peor.
Para saber realmente lo que hay que trabajar se ha de ser consciente de lo que realmente está impidiendo el desarrollo interior. Sólo conozco una manera, hay que pedir ayuda, ya lo hemos dicho un montón de veces, ya es hora de hacerlo: Pide a las personas cercanas a ti que te hagan una lista, con tus virtudes y tus defectos. Las guardas, les das las gracias, y después en la soledad de tu meditación ordenas tus defectos. Si eres de los que piensan que tú no necesitas hacer esto, que ya sabes de qué pie cojeas, este es tu primer defecto, cojeas de los dos pies.
Después solo tienes que elegir un defecto para empezar a trabajar. Acuérdate, has de aplicar la virtud contraria, al principio conscientemente, hasta que veas que realmente la visión de la vida empieza a cambiar. Sólo por el hecho de asumir que tienes ese defecto, has realizado casi el ochenta por ciento del trabajo. Pronto llegarás al siguiente camino. Y a partir de aquí la meditación será otra cosa.
Trabajo a realizar:
1.)    Elabora, con ayuda de los que te conocen, dos listas: Una con tus defectos y otra con tus virtudes.
2.)    Elige el defecto más importante para trabajar con él. Reconócelo, se consciente de cuando se hace más patente, y mantente alerta para observarte en todas las situaciones.
3.)   Y sigue realizando diariamente la meditación que has comenzado a hacer desde la primera entrada.
            Sólo tienes que sentarte, cerrar los ojos, colocar la punta de la lengua en el paladar, dejar las manos apoyadas en los muslos con las palmas de las manos hacia arriba, y respirar, lenta y suavemente, por la nariz, con una respiración abdominal, permitiendo que con la exhalación vaya saliendo toda la tensión de tu cuerpo. Y empieza a repetir en silencio: “Yo Soy Luz, Yo Soy Amor, Yo Soy el Alma, Yo Soy la Resurrección y la Vida”.
Recuerda que puedes hacerla el tiempo que quieras, pero intenta que el mínimo sean once minutos.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Conocimiento

             Hablamos, en muchísimas ocasiones, del conocimiento que le llega al ser cuando toma contacto con su interior, y decimos que ese conocimiento, nada tiene que ver, con todo el saber adquirido por la persona a lo largo del tiempo. Se puede ser un eminente profesor con una gran cultura, y no poseer en absoluto ni un ápice de conocimiento.

El verdadero, el auténtico conocimiento, comienza cuando el ser humano traslada su residencia habitual, de la cabeza al corazón. A partir de entonces suceden varias cosas:
-          Se empieza a manifestar Amor, por uno mismo y por el prójimo.

-          El campo energético cambia de vibración, volviéndose más sutil, pudiendo, de esta manera, percibir energías y conocimiento más acordes con la nueva vibración.

-          Tener un mayor contacto con el alma, y acceder así, a las experiencias y al conocimiento que esta tiene acumuladas a lo largo de muchas vidas.
¡Cuántas personas hay que se creen sabios y cultos, por toda una vida de estudio y, sin embargo, acostumbran a criticar y a juzgar sin piedad, sin conocer en absoluto la causa que pueda existir detrás de la actuación de cualquier ser!, ¿Dónde queda su sabiduría?, sencillamente no tienen. Su saber sólo es válido para deslumbrar a otros, que como ellos no saben, en absoluto, cual es su verdadero papel en esta vida. Les falta el auténtico conocimiento, la experiencia de vivir el Amor y la experiencia de Amar al prójimo como a sí mismos.
Una de las Leyes del Universo más importantes, es la Ley del Karma o Ley de la causa y el efecto.  Los seres humanos, siempre están observando el efecto, sin saber que siempre hay algo anterior que se denomina causa. Y es justamente la resultante de todas las causas, de todas las vidas del ser humano, las que dan como efecto la personalidad del ser, sus sentimientos, sus hábitos, sus actitudes, sus creencias, sus pensamientos.
Es muy triste que un ser humano, haciendo uso de su ignorancia, juzgue a otro ser humano. Leía en facebook, hace un par de días, la entrada de una amiga, que es un verdadero ángel, que decía: “Una niña de quince años de edad camina de la mano con su hijo, la gente la llama inmoral sin saber que fue violada a los trece años. La gente le dice gordo a un señor sin saber que tiene una enfermedad que le causa sobrepeso. La gente le rehúye a un señor con el rostro desfigurado sin saber que arriesgó su vida siendo bombero. La gente se burla de los niños especiales sin saber que son mejores que ellos”.
Solamente la divinidad del ser, puede ser el propio juez, y actuando en forma de conciencia, es el que reprende, es “la voz interior”, es “la voz de la conciencia”.
Nadie conoce las causas por las que otra persona es o actúa de determinada manera, y cuando buscamos la razón, o la causa escondida de una actuación, se sabe qué cosa hay que hacer para ponerle remedio o para ayudar. La misma Ley lo enseña: “Corrige la causa y remediarás el efecto”.
Solamente quien ha aprendido a penetrar en el silencio, se convierte en un hilo conductor de los beneficios de Dios en este mundo. Solamente ellos están en posesión del conocimiento, y solamente ellos, cuando hablan, lo hacen con bondad, acariciando con sus palabras. Los otros utilizan la lengua como un látigo, para plantar semillas venenosas, las cuales crecen en las mentes de tantos “sabios ignorantes” de la Verdad, de la Bondad y del Amor.
Puedes estudiar y leer lo que quieras, pero si realmente quieres adquirir conocimiento, el verdadero conocimiento, Ama más. 

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Fe es creer lo que no vemos

            ¡Cuantas personas hay que sufren!, ¡Cuantas hay que sienten en su alma la soledad como una pesada losa!, ¡Cuantos hay que desfallecen en medio de su lucha!, ¡Cuánto dolor!, ¡Cuanta tristeza!

Y a todos ellos es inútil explicarles que sólo están viviendo una ilusión, una fantasía, su propia fantasía, su propia película de ciencia ficción. A todos ellos es inútil explicarles que el dolor, el sufrimiento, la tristeza o la soledad, sólo son producto de su pensamiento, y que un pensamiento más allá, está la alegría, está la felicidad, está el amor. A todos ellos es inútil explicarles que son hijos de Dios, y que Él, el Padre, siempre está con todos nosotros, no importa dónde nos encontremos, no importa qué cosa es la que estamos haciendo, no importa cuál es nuestro pensamiento, no importa cuál es nuestra creencia. Él siempre está con nosotros.
En nuestro lamento, en nuestra petición de ayuda, en nuestras suplicas y oraciones, siempre, siempre somos escuchados y bendecidos por la Voluntad Divina. Porque Dios es la Fuerza, es la Energía que nos mantiene conectados entre nosotros, con la Naturaleza y, con su propio Poder.
            Pero ¿Por qué no lo sienten y siguen sufriendo?, ¿Por qué Dios, en su Divina Misericordia no termina, con el soplo de su aliento, con todo el sufrimiento?, ¿Por qué permite Dios tanta desigualdad? Porque Dios ha dado a los humanos el libre albedrio, para que hagan, piensen y digan con total libertad. Dios ha dado a los humanos libertad de pensamiento, libertad de palabra, libertad de acción. Somos los humanos los que elegimos, y no terminamos de creernos que somos hechos a imagen y semejanza de Dios. Nos falta la fe. Nos creemos entes aislados de todo y de todos que tenemos que defender nuestro espacio y luchar para conseguir un gramo de dicha.
            Y donde falta la fe anida el miedo, y el miedo cierra la puerta a la divinidad que siempre permanece al lado del ser humano. Porque es la fe la que abre la puerta que da acceso al interior de la persona, es la fe la que da acceso a la Energía Divina.
No importan los pensamientos que haya tenido la persona, ni el tipo de vida que haya llevado. Cuando la fe inunda al ser y este entra en contacto con su propia divinidad, se libera de manera inmediata del sufrimiento, del dolor y de la tristeza.
Pero es la persona, en su soledad, la que ha de actuar el interruptor de esa fe, porque esta no se compra en los supermercados, ni llega por acción divina en mitad de un discurso, ni se encuentra entre las páginas de un libro. La fe, la creencia de que no somos un cuerpo y de que somos hijos de Dios, es un trabajo individual, es un trabajo solitario e íntimo. Es el resultado de un trabajo interior que va a llevar a la persona a conectar con su propio corazón.
A partir de ese momento, se acaba el sufrimiento, se termina la espera de la felicidad, porque esta, que también habita en el interior del ser, sale de inmediato a la superficie, se reconoce lo maravillosa que es la vida, desaparecen la ira y el rencor, permutándose por el perdón a todos los que han lastimado a la persona, desaparecen el miedo al futuro, a la enfermedad, a la pobreza, al dolor y a la muerte, porque el alma es inmortal, porque se reconoce al cuerpo como el trampolín que permite dar el salto para vivir desde el alma.
Cuando la persona ha conectado con su alma, surge con la fuerza de un huracán, la necesidad de entregarse a los demás, la necesidad de servir, la necesidad de ayudar, y es entonces cuando la persona se lanza por las calles del dolor y del sufrimiento, tratando de hacer algo por aliviar esas emociones que ella mismo siente, como propias, lastimando su alma.
Y así, enseñando y consolando a sus hermanos, aligerando la carga de los que sufren, siente que su propia vida es necesaria, en la mirada de los niños o de los ancianos, escucha voces pidiendo a gritos un poco de amor, tras los harapos de los que mendigan en la calle escucha una súplica, frente a aquellos que tratan de vender cualquier cosa para sobrevivir ve el retrato de la miseria. Y ante tanto dolor, sintiendo la responsabilidad de su propia alma que le indica que ayude, que ayude, que ayude, se desborda como un torrente de amor hacia todos aquellos que reconoce como hermanos, sufre por los que sufren, llora por aquellos que ya no tienen lágrimas para derramar, hace suyos los problemas del mundo y se siente desfallecer cuando reconoce la magnitud de su misión.
Pero incluso, cuando sentimos ese desfallecimiento, sabemos que no estamos solos, porque tú, también estarás a nuestro lado.
¡Gracias!, ¡Bendito/a seas!

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?

           Estamos acostumbrados a calificarlo todo: Esto es bueno, esto es malo, esto es bonito, esto es feo, esto no se hace en tal sitio, esto es mejor que aquello o peor que lo otro.

Pero nada es con un calificativo al lado. Todas las cosas, todos los acontecimientos, son y punto. No existe nada bueno, ni nada malo, ya que cada calificativo sólo proviene de la mente de la persona que lo juzga, en función de sus experiencias y de sus creencias, en función de su vida, en función de su aprendizaje, y que por supuesto, puede ser muy diferente para otra persona.
Mientras calificamos cualquier cosa o cualquier acontecimiento, nos lo estamos perdiendo, y además de perdérnoslo, lo que percibimos ya no es tal cual, con su pureza, sino que lo percibimos a través del cristal del filtro de nuestra mente. Cada acontecimiento que pasa por nuestra vida, es único en ese momento, y además necesario para nuestra evolución y crecimiento, pero al percibirlo deformado por nuestra percepción, no lo aprovechamos, con lo cual, ha de volver otra vez a nuestra vida, porque si ese aprendizaje estaba programado, volverá y volverá hasta que el aprendizaje sea efectivo y total.
¿No tienes la sensación de que tu vida es una repetición de los mismos acontecimientos? Cuando aprendas la enseñanza que ese acontecimiento lleva aparejada, dejará de repetirse en tu vida.
Para eso, deja que la vida fluya y pase a través de ti, sin un solo comentario mental, sin una sola crítica mental, sin una sola comparación. Solo observa, vive y disfruta, dejando que la enseñanza llegue a ti, sin oponerte a aquello que la vida te presenta, sin rebelarte ante los acontecimientos.
Seguro que sabes esta historia, pero aquí quedaba que ni pintada: Había un viejo sabio en la China que tenía un caballo y un hijo. Todos sus vecinos le tenían lástima y siempre le decían: "Qué triste que todo lo que tienes es un hijo y un caballo". El viejo sabio siempre respondía con las siguientes palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?"
Un día, el caballo se escapó. Todos los vecinos se le acercaron con mucha compasión, diciendo: "¡Es terrible, tu único caballo se escapó y ahora solamente tienes a tu hijo. Es terrible!". Como siempre, el viejo encogió sus hombros y dijo: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".
Pasó una semana y el caballo regresó, y con él venían doce hermosos caballos salvajes. Los vecinos estaban muy emocionados y corrieron hacia el viejo proclamando su buena fortuna: "Es tan maravilloso, ahora tienes muchas posesiones". El viejo sabio respondió una vez más encogiendo sus hombros con las acostumbradas palabras: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".
El viejo sabio le dijo a su hijo que comenzara a entrenar a los caballos salvajes para que pudieran serles útiles. Un día, el hijo estaba montando un caballo particularmente salvaje, se cayó y se rompió ambas piernas. Cuando los vecinos supieron, llenos de lástima le decían: "Qué cosa tan horrible lo que le pasó a tu único hijo". El viejo sabio nuevamente se encogió de hombros y dijo: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".
Poco tiempo después, llegaron unos jinetes desde una villa cercana buscando a todos los hombres físicamente capaces para ir a la guerra y para ayudarles a proteger su villa de las bandas de ladrones que merodeaban por allí. Así fue como todos los jóvenes de las villas cercanas fueron a ayudar a la guerra excepto el hijo del viejo sabio, quien tuvo que quedarse en casa porque sus dos piernas rotas aun no habían sanado. Todos los jóvenes que fueron a la guerra murieron pero el hijo del viejo sabio vivió muchos años.
Entonces, cuando parezca que tu mundo se está derrumbando a tu alrededor y no puedes encontrarle ningún sentido a lo que te está pasando, siempre recuerda que no conoces la película completa y recuerda también las palabras del viejo sabio: "¿Qué es bueno, qué es malo, quién sabe?".
 

lunes, 5 de septiembre de 2011

Para ti

            A ti que llevas un dolor en tu alma, a ti a quien los trinos de los pájaros no logran hacer olvidar tu pena, a ti que sufres en silencio pensando que nadie comprende la magnitud del dolor que llevas, a ti que te sientes olvidado por los ángeles del cielo y por el Dios Omnipotente.

A ti van dirigidas estas palabras: Porque hasta aún el zumbido de las moscas en su volar silencioso, es escuchado por el oído atento de Dios de los cielos, y aunque El te ha hablado, aunque El ha dirigido hacia ti los rayos del sol para que alumbren tu interno, tú persistes en tu soledad ignorando esas muestras de amor infinito.
Aun cuando El ha hecho florecer miles de plantas a la orilla de tu camino, tú las has ignorado y has seguido de frente sintiéndote solo.
Aun cuando El ha puesto cerca de ti muchos niños con sonrisas en sus labios, tus ojos y oídos se han cerrado para todo aquello que no sea tu dolor.
Aun cuando Dios mismo te ha hablado desde muy adentro de tu ser, haciéndote recordar los momentos felices que has vivido en tiempos pasados, tu mente obstinada continúa reviviendo esos instantes de dolor que han cambiado tu vida y que ahora prefieres recordar, en lugar de pensar que el dolor ya pasó y lo que vives ahora es un mundo distinto, diferente, que sólo espera tu atención para volver a tomar color y alegría dentro de tu ser.
Mira que eres esclavo de los recuerdos y que éstos rondan tu cabeza como si fueran fantasmas de tristeza, que se regocijan en mantenerte en ese estado de depresión. Date unos instantes, tan sólo unos momentos, pon atención a estas palabras y dirige tu mirada a ti mismo preguntándote: ¿por qué sufro? y esa razón, por más poderosa que sea, se encuentra ya en tu pasado, en tu historia, es tan sólo un recuerdo, no es un presente, lo que en tu presente te aqueja, es la imposibilidad de aceptar eso que te ha pasado.
Ahora, sigue en estos momentos de reflexión pensando así: Mi vida es ahora distinta y no me es posible saber si mañana tendré alegrías o fracasos, por lo tanto, ¿debo gastar mi vida lamentándome de cosas que han pasado? o ¿buscaré vivirla aceptándola tal como Dios mismo me la ha dispuesto? De tu respuesta dependerá probablemente tu felicidad futura.
Eleva tus ojos al cielo y observa ese Sol que te alumbra, o esa Luna y Estrellas que adornan la cúpula celeste bajo la cual moras, míralas y piensa: ellas son eternas, han permanecido allí desde hace miles de años y continuarán allí miles de años más, mi vida es como el mar que se agita al llegar a la playa y se convierte en olas que suben y bajan y arrastran las arenas. Pero más adentro, en lo más interno de mi ser, mora el gran océano en calma, infinito, inmutable, sin los vaivenes de las olas en la playa, sin mis altibajos que mi conciencia humana me hace pasar.
¿Dónde estás misteriosa alma humana que moras dentro de mí y que sutilmente percibo sin llegar eternamente a comprender? Y ahora esta voz te responde: estoy tan dentro de ti, que ni el más interno de tus huesos lograría siquiera acercarse a la periferia donde resido; estoy en cada célula de tu cuerpo y aún estoy en cada átomo de luz que conforman esas células; soy tu conciencia Divina, soy tu Dios interior, soy tu contacto permanente con el Creador de todas las cosas, y soy también la garantía de tu felicidad, y tu paz interior se encuentra siempre dentro de ti.
¿Qué dolor puede ser tan grande que mi poder no pueda vencer?, ¿qué tristeza puede hundirte al grado de que sientas separarte de mí? Entiende que es tu resistencia a aceptar las cosas, la razón de tu tristeza; entiende también que en el girar de los mundos y en las leyes que gobiernan a este Universo, la separación de dos seres, las enfermedades del cuerpo y todo aquello que pudiera haberte causado esa tristeza, son manifestaciones temporales de una misma esencia que es eterna.
Penetra en los misterios del cosmos, siente tu grandeza cuando mires al mundo y sepas que tú eres responsable de esa creación; olvida momentáneamente tu pequeñez con todos los dolores que van asociados a ella, y elévate por las cumbres de las montañas más altas para percibir de una ojeada, el gran reino que fue puesto bajo tu cuidado.
¿Qué tristeza o que dolor puede ser tan grande, que te haga olvidar la gran responsabilidad que tienes para con el Universo? Hombre pequeño, reconoce que eres pequeño únicamente en tu comprensión, pero de la misma manera como una pequeña nuez rompe su dura cáscara para convertirse en un frondoso y majestuoso nogal, de la misma manera Yo espero y esperaré eternamente, a que tú rompas la dura corteza de tu inconsciencia, y puedas erguirte majestuoso, tomando plena posesión de tu Divinidad.
No importa lo que pienses, no importa lo que sientas, todo es temporal; hoy sufres, mañana reirás, y después volverás a sufrir, hasta que entiendas que esos cambios en tu conciencia, son derivados de tu escasa comprensión y al alejamiento que tienes de esa fuente interior desde donde te estoy hablando.
Recuerda siempre que no importa dónde te encuentres, no importa la situación, estado de salud o de conciencia en que estés morando, Yo moro dentro de ti, en cada átomo, en cada órgano; y en cada pensamiento que tú emanas, parte de mi energía va con él, soy tú mismo pero desde muy dentro de ti; por eso, ahora, que escucho tu dolor y siento tus reclamos, te hablo y hago un llamado para que abras tu mente y percibas la luz que te estoy enviando.
Los corazones humanos muchas veces actúan como cárceles cuando han sentido los rasguños de la incomprensión humana, pero si es triste contemplar la ignorancia de los hombres, más triste es observar corazones encarcelados. Quita las cadenas de tu corazón, vuelve a encender la antorcha del amor y entrégalo a cuanto ser encuentres a tu paso, porque debes saber que el amor es para el hombre, lo que el agua es para las plantas, es la vida, es la energía y es el motor de la existencia.
Recuérdalo siempre y cada noche, cuando presa de tu tristeza y de tu dolor vuelvas a sentir soledad, toma estas líneas y repitiéndolas en voz alta, repítelas una y mil veces, hasta que sientas que esta voz proviene de ti mismo, hasta que sientas Mi presencia en ti, y a mi amor inundándote y desbordándose de adentro hacia afuera.
Si lo haces, serás una flor renacida, la primavera volverá a llegar a tu vida y el frío invierno se alejará de ti. Un nuevo sol alumbrará tus pasos y la vida entera retomará su curso, porque una flor se ha abierto nuevamente.
Del libro “Llamas de Amor” – Mensajes de la Maestra Kwan Yin.


Al mundo le pido.........

            ¿Sabes qué espera el mundo de ti?, ¿Qué esperas tú del mundo?

Aunque es posible que una pregunta, así planteada, sobre el mundo, te parezca demasiado amplia. No lo creas, no lo es. Porque ¿Cuál es tu mundo? En principio puede ser todo el mundo,  pero es muy posible, que alguien que vive en las antípodas, de entrada, no esté esperando en concreto nada de ti, pero  si puede ser que esté esperando algo inconcreto.
Centremos, entonces, más la pregunta, ¿Sabes que espera TÚ mundo de ti? y ¿Qué esperas tú de TU mundo?
Tu mundo, ya es algo más concreto, es tu entorno, es tu familia, son tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus vecinos; tu mundo es también donde te desenvuelves, es toda la gente que se mueve a tú alrededor, conocidos o desconocidos. Ese es tu mundo. ¿Cierto?
Contéstate ahora a la segunda pregunta: ¿Qué esperas tú de tu mundo? Se honesto/a, a fin de cuentas, sólo tú vas a saber la respuesta. Seguramente esperas lo contrario de eso que es motivo de tus quejas: que no te hacen, que no te dicen, que no cuentan contigo, que te engañan, que te dejan solo/a, que ganas poco, que no reconocen tus méritos, que no te aman lo suficiente, que no te respetan, etc., etc.
Si no son estas tus respuestas, es posible que sean muy parecidas. Pero sea lo que sea que tú esperes del mundo, es lo mismo que tu mundo también espera de ti. Y no solamente tu mundo, sino también el mundo entero espera eso de ti.  
¿Ya sabes cómo funcionamos?, ¿Ya sabes cómo funciona la energía? Energías del mismo tipo se atraen, así que todo eso de lo que te estás lamentando, todo eso que consideras carencias en tu vida, solamente son el reflejo de lo que tú entregas al mundo. El Universo siempre te devuelve, lo que tú le estás enviando. ¿Quieres amor?, ama; ¿Quieres respeto?, respeta; ¿Quieres dinero?, se generoso/a; ¿Quieres no ser juzgado/a?, no juzgues.
Alguien tiene que empezar a invertir el giro de la rueda, desde el desamor al amor, desde la crítica al respeto, desde la guerra a la paz, desde la desigualdad a la tolerancia. ¿Por qué no empiezas tú? Empieza a amar, a respetar, a repartir tu diezmo, a no juzgar, empieza a comportarte con el mundo como quieres que el mundo se comporte contigo, y verás como tu vida cambia.
No te importen los comentarios y las críticas. ¡Las tendrás! Porque hay personas tan inmaduras, tan pequeñitas, con una energía tan putrefacta como sus pensamientos, que no van a alcanzar a ver, ni a sentir, la grandeza de tu cambio ni de tu crecimiento.
No des marcha atrás, sólo aléjate de esas personas, su energía contamina y no es bueno para ti. Recuerda que no estás aquí, en la Tierra, para satisfacer a nadie, ni a los que te alaban, ni a los que te critican, estás aquí, para realizar, precisamente, ese cambio, para tu madurez, para vivir desde el alma, para amar, para respetar, para ayudar. Estás aquí para satisfacer a Dios, porque eres un/a hijo/a de Dios, no un/a hijo/a de los hombres.
Y ten en cuenta, que Dios no tiene portavoces. Los únicos portavoces de Dios son tu corazón y tu alma. Los que se autoproclaman portavoces de Dios, dirigentes religiosos y políticos, que creen estar en posesión de la verdad absoluta, sólo  pretenden manipular y programar tu mente, para que acates su verdad, que es la que tiene al mundo es este estado de guerras, de hambre, de miedo, de corrupción y de desigualdad.
Así que a partir de este momento, escucha a tu alma, escucha a tu corazón, y no pidas nunca nada, sólo da, y te será devuelto con generosidad.

sábado, 3 de septiembre de 2011

El chakra del alma y los Maestros

            Antes de hablar del chakra del alma, vamos a refrescar, de una manera muy superficial, lo que sabemos de los chakras.

En nuestro cuerpo energético hay cientos de chakras. Si, ya sé que es posible que hayas leído, o te hayan enseñado que hay siete chakras, y desde esa creencia pienses que estoy loco. Aparca por un momento esa creencia, y lee, sin juzgar, sólo lee.
            Esos siete chakras que conoces, junto con alguno más que no te han enseñado, son los chakras mayores, o más importantes; pero los otros, los chakras menores, no dejan de ser importantes, aunque no lo sean tanto. Me explico: Los chakras mayores controlan, no solamente aspectos del cuerpo físico, sino también aspectos emocionales, aspectos de carácter, aspectos espirituales, etc., etc. Mientras que los chakras menores, menos importantes, afectan en la mayoría de los casos, solamente a un aspecto, o a varios, pero mucho más sutilmente que los chakras mayores.
Un ejemplo de chakra mayor puede ser el chakra base, que controla físicamente: los músculos, los huesos y la producción de sangre; emocionalmente está relacionado con la supervivencia y sus reacciones: como la lucha o la huida, los instintos, la necesidad de paz y de equilibrio a escala planetaria. Ignorar este chakra o sus elementos sería una amenaza a la propia supervivencia, bien a nivel individual o colectivamente como especie. Y un ejemplo de chakra menor, podría ser el chakra de la axila, que afecta físicamente al movimiento del brazo y poco más.

Llegados a este punto, ya podemos hablar un poco del chakra del alma: En el séptimo mes de embarazo, el alma encarnada entra en el feto, y su localización está en el duodécimo chakra. Este chakra se encuentra a unos treinta centímetros por encima de la cabeza.
            Este chakra parece una estrella dorada. Se le llama, en algunas tradiciones, “Estrella del alma”, y cuando una persona madura espiritualmente, la estrella dorada evoluciona a una perla dorada, a una bola dorada, a un brote dorado o a una llama dorada. En la terminología cristiana, esto es lo que se llama el “Fuego de Pentecostés”.
            Pero hasta que la persona no madura espiritualmente, este chakra está completamente cerrado, y empieza a abrirse cuando la persona empieza a construir su carácter, es decir, cuando empieza su madurez espiritual.
            El camino para madurar espiritualmente, es de sobra conocido: Meditación,  oración, silencio interior, cambiar los vicios por virtudes, abrirse al Amor Divino, llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza, son algunas de las herramientas que permiten que la persona construya su carácter, y que el chakra del alma inicie su apertura.
Como una vez iniciado seriamente el camino, es muy difícil volver atrás, la persona va a seguir evolucionando, entonces, el brote dorado literalmente florece y se abre hacia arriba como una pequeña flor de loto dorada.
            Desde el duodécimo chakra, el alma encarnada, irradia hacia fuera una luz que distingue a esa persona del resto de los mortales. Esa luz llama la atención de los Maestros, y uno de ellos elige a la persona para trabajar con ella. De aquí la frase:”Cuando el alumno está preparado, aparece el Maestro”. No somos nosotros los que elegimos un Maestro como guía para trabajar, es el Maestro quien elige, en función del tipo de luz que irradia la persona. Pero para irradiar esa luz, ha de haberse recorrido un buen trecho del camino espiritual.
            Cuando un Maestro elige a una persona, la hace saber, de manera clara y contundente tal circunstancia, haciéndola saber quién es y que espera de ella.
            Es posible que muchos/as de los/as que estáis leyendo esto, tengáis una hermosa flor de loto dorada encima de vuestra cabeza, y que ya seáis guiados/as y bendecidos/as por un Maestro. ¡Enhorabuena!, ¡benditos/as seáis!, vosotros ya sabéis de que hablo.
            A los que todavía no habéis llegado, seguir perseverando, merece la pena. Vivir en el Amor permanentemente, es algo tan grandioso, que se escapa de la racionalidad.
            A los que estáis leyendo esto pensando que es una tontería, ¡os bendigo!, porque algo hay en vuestro camino, que os ha hecho tropezar con esta piedra. 
 

jueves, 1 de septiembre de 2011

Curso crecimiento interior (2) El Caracter.

¿Qué es el carácter?:

La palabra carácter proviene del griego, y significa "imprimir, grabar o inscribir." Antes de la época del papel, existió la costumbre de grabar letras en piedras, o estamparlas sobre lápidas de arcilla. Cada letra tuvo una marca, identificándola, que la distinguía de las demás. Aún hoy, cuando hablamos de las letras del alfabeto, nos referimos a ellas como los "caracteres" del alfabeto, teniendo en mente que todas ellas se distinguen unas de las otras por su marca característica.
Como la constitución humana, con sus diversos principios o "herramientas", es igual para todas las personas, sería natural esperar que las personas fueran parecidas en toda forma.
Pero esto no es cierto. Vemos por todas partes grandes diferencias en características entre las personas, diferencias en disposición, temperamento, conceptos de vida, etc. También notamos enormes diferencias en dones, talentos y aptitudes naturales.
Esas diferencias no solamente existen entre adultos, sino que aparentemente también se dan entre niños.
Esas cualidades aparentes se muestran antes de que la educación o el medioambiente puedan haber tenido cualquier influencia. Ellas se desenvuelven desde dentro y no son el resultado de implantaciones externas.
De esta manera, uno de los hijos de los mismos padres puede tener una disposición alegre y feliz; otro, una más seria, o quizá una malhumorada. Uno de ellos puede ser pulcro y ordenado; mientras otro es descuidado; uno de ellos puede ser generoso; y otro, egoísta; uno de ellos puede ser temerario e informal; mientras otro es cauteloso y digno de confianza.
A menudo existen diferencias impresionantes, aún entre niños de la misma familia, ya sea en sus talentos, aptitudes o dones "innatos" naturales. La simple expresión "innatos" demuestra un reconocimiento del hecho de que tales cualidades no se adquieren, sino que deben haber existido aún antes del nacimiento. De esta manera observamos que algunos niños encuentran las matemáticas muy fáciles, mientras los idiomas les parecen difíciles. A algunos les gusta la música y el arte, mientras que otros son inclinados hacia la mecánica, algunos parecen estar dotados en muchas formas, mientras otros no tienen aptitudes particulares.
Las cualidades como el temperamento, disposición, talentos y aptitudes, cuando se toman colectivamente, distinguen a un individuo de otro, y constituyen su carácter. Ese carácter puede ser modificado mediante educación, entrenamiento y por el medioambiente.
Por lo tanto, el carácter de una persona lo constituyen las peculiaridades colectivas o cualidades que la distinguen de los demás.
Construimos nuestro carácter al repetir pensamientos, al repetir emociones y sentimientos, y por los hechos que resultan de ellos. Piensa en algo muy a menudo y durante suficiente tiempo, y ese pensamiento tendrá expresión, tanto así como la palabra o la acción.
Repite un hecho muy a menudo, frecuentemente, y se convertirá en un hábito.
Un pensamiento es pronto rechazado, un hecho es prontamente olvidado, pero dejan una marca en el carácter, aunque sea ligero. Cuando se vuelven costumbre, ellos se graban profundamente en la parte invisible de la naturaleza de la persona.
El carácter es la colección de hábitos y tendencias que hemos construido y grabado en todas las partes de nuestra constitución física y energética. Es la acumulación de hábitos del cuerpo, de las emociones y sentimientos, de los hábitos de la manera de pensar y de la moral, hábitos de obedecer a la voz de la conciencia, o de ceder a la tentación, como también, hábitos de entrenamiento en todos los campos del esfuerzo. Es lo que hemos construido en nosotros mismos, en esta y en anteriores vidas.
El carácter es el ropaje interno e invisible que el Ego teje alrededor de sí mediante sus pensamientos y acciones, hebra por hebra, fibra por fibra, justamente como la larva construye su capullo en el cual debe vivir más tarde. Durante la vida mejoramos este carácter, o lo degradamos y lo echamos a perder. Al final de la vida, el carácter todavía permanece como una acumulación de fuerzas y energías, y como tal, no puede ser aniquilado ni destruido.
¿Qué le sucede al carácter después de la muerte?
Las Enseñanzas Antiguas afirman que permanece inalterado y latente en otros planos internos, y allí permanece, hasta que el Alma decide que es momento de volver a tomar un cuerpo físico; y así, esa Alma reencuentra su patrimonio, ese carácter, el cual ha estado esperando por su dueño. Es como un cheque de viajero, enviado con anticipación, esperando en su destino a que llegue el viajero.
Es la "Voluntad y Testamento" que nuestro actual ser hace para su futura existencia, cuando ese Ego regrese a la Tierra como un niño recién nacido, el cual ahora empieza a automanifestarse nuevamente, es el "capital" con el que comienza su nueva reencarnación. La entidad recién nacida, por lo tanto, es virtualmente una reproducción de la entidad que ya existió previamente.
El carácter de una persona está profundamente arraigado y no cambia de un día para otro, o de hora en hora, como lo hacen nuestra manera de pensar y nuestros sentimientos. No podemos sacudirnos nuestro carácter como lo hacemos con nuestra disposición de ánimo, pero podemos cambiarlo y remodelarlo con el mismo método que utilizamos al construirlo. Si un edificio no es lo que debería de ser, y queremos remodelarlo o reconstruirlo, eso sólo puede lograrse al reemplazar partes defectuosas por unas nuevas y mejor diseñadas, y esto debe hacerse poco a poco.
No puede lograrse con un impulso sencillo, sino mediante un proceso lento y laborioso. Esta es la razón por la cual deberíamos ser muy cuidadosos con nuestra manera de pensar y con nuestros hechos cuando ocurren por primera vez. Debemos hacerlo de tal forma que no haya oportunidad de que sean reemplazados en un futuro.
No existen atajos para remodelar el carácter. Esa es la razón por la cual las resoluciones de Año Nuevo, aunque beneficiosas, son tan a menudo inefectivas. En nuestra euforia pasamos por alto la realidad de que lo que esperamos que cambie con un mínimo esfuerzo, fue construido por pensamientos y hechos, repetidos una y otra vez, durante largos periodos en el pasado. A fin de que funcione, el esfuerzo debe ser constantemente renovado y resueltamente continuado a lo largo del año, mes a mes, día a día.
Sin embargo, si una resolución no es completamente realizada, aún así es mejor a que no haya ninguna; porque ningún esfuerzo se pierde, y es al menos, un ladrillo reemplazado. Si entendemos la magnitud de la tarea que estamos llevando a cabo al cambiar hábitos viejos y establecidos, nos mantendrá alejados de perder el ánimo, aunque el avance nos parezca más lento de lo que esperamos, y nos ayudará a mantener siempre fresco el esfuerzo.
El destino del ser construye por esfuerzos propios.
Se ha dicho que nuestro carácter es lo que hemos hecho por nuestros propios esfuerzos, como un resultado de todos nuestros pensamientos y hechos, y sus hábitos consecuentes. Nuestro carácter nos da un "rumbo" o una inclinación en cierta dirección, y si se mantiene sin alteración, ese carácter determinará nuestro destino final.
Hay una porción de Sabiduría Oriental que dice:
Si siembro un pensamiento, cosecharé una acción;

Si siembro una acción, cosecharé un hábito;

Si siembro un hábito, cosecharé un carácter;

Si siembro un carácter, cosecharé un destino.
Si nos parece que vamos en una dirección equivocada, ello puede ser cambiado, pero para hacerlo, debemos cambiar primero nuestro carácter. Para hacer eso, debemos cambiar nuestros hábitos, nuestras acciones y nuestros pensamientos, lo cual, por supuesto, toma tiempo y requiere esfuerzo continuo.
Así, nuestro destino es finalmente determinado por nuestros propios pensamientos y acciones. No estamos "predestinados" a nada ni por nadie. A medida que cambiemos nuestro carácter, ya sea por uno bueno o por uno malo, así también autodeterminaremos, por esa sencilla razón, nuestro propio destino. 

Cuando se practica la meditación y se entra en un camino espiritual, se ha de practicar la construcción del carácter. 

La meditación es como el fertilizante de un campo, y lo mismo se abonan las buenas que las malas semillas, por lo tanto han de eliminarse las malas semillas cuanto antes, ya que sino se corre el riesgo de empeorar con la meditación. 

La construcción o formación del carácter es una manifestación del desarrollo espiritual. 

El carácter es la manifestación de la cantidad y calidad de contacto que tenemos con el alma. 

Cuando la persona está desequilibrada, enfadada, estresada, preocupada; la conexión con el Alma Superior se hace pequeña. 

Un carácter débil refleja un alma débil. 

Cuando la conexión con el alma es débil, la persona está a merced de la energía de los chakras de los cuerpos inferiores, el cuerpo emocional y el cuerpo mental, en vez de ser dominado por el alma. 

La razón por la que algunas personas se encuentran en problemas, es porque tienen fallos importantes en su carácter, pereza, orgullo, emociones no reguladas, insistencia en apoyar posiciones y afirmaciones ridículas. 

Las almas inmaduras se comportan inmaduramente, porque esa es su sabiduría. Son como bebés.
Trabajo a realizar:
            Sigue realizando diariamente la meditación que has comenzado a hacer desde la entrada anterior.
            Sólo tienes que sentarte, cerrar los ojos, colocar la punta de la lengua en el paladar, dejar las manos apoyadas en los muslos con las palmas de las manos hacia arriba, y respirar, lenta y suavemente, por la nariz, con una respiración abdominal, permitiendo que con la exhalación vaya saliendo toda la tensión de tu cuerpo. Y empieza a repetir en silencio: “Yo Soy Luz, Yo Soy Amor, Yo Soy el Alma, Yo Soy la Resurrección y la Vida”.
Recuerda que puedes hacerla el tiempo que quieras, pero intenta que el mínimo sean once minutos.




miércoles, 31 de agosto de 2011

El Karma y la pareja

            En la entrada anterior de las almas gemelas, hay un comentario que dice: “Podrías explicar que quiere decir que mi pareja sea karmática, es que ya hemos sido pareja en otras vidas, que tenemos que evolucionar juntos con nuestros más y nuestros menos, superando y corrigiendo cosas, por así decirlo, y que por encima de todo eso, está el amor. Gracias y un abrazo grande“

            Todas nuestras relaciones, tanto si son de pareja, como si no lo son, no se dan por casualidad, son relaciones que se establecen:
-          Para un aprendizaje o una enseñanza.
-          Para la realización de un trabajo o proyecto evolutivo determinado.
-          Por vínculos establecidos en vidas anteriores.
-          Por cuestiones kármicas.
Nada de lo que sucede en la vida, absolutamente nada, ocurre porque sí. Todo tiene una causa inicial, todo tiene un sentido profundo, tan profundo que trasciende a la normal comprensión racional, a esa comprensión superficial de la inmensa mayoría de los seres humanos, que sólo son capaces de vislumbrar los efectos que esas causas producen.
Lo cierto es que todas las relaciones, se hayan establecido por una o por otra causa, sólo tienen un objetivo concreto: la evolución del ser humano.
            Y como dice el Anónimo en su comentario:”tenemos que evolucionar juntos con nuestros más y nuestros menos, superando y corrigiendo cosas y, que por encima de todo está el amor”.
            Centrémonos en la relación de pareja: ¿Cómo se inicia normalmente?, se inicia con una fase de enamoramiento, con todos los estados que el enamoramiento produce: euforia, plenitud, valentía, poder, etc. Pero no dura mucho y al cabo de cierto tiempo, es posible que los estados de felicidad producidos por ese enamoramiento sean cada vez más espaciados, y además, empiezan a aparecer conflictos que dan lugar a incomprensión, tristeza y sufrimiento.
Ese tipo de relación, que es la relación normal de un buen número de seres humanos, es una relación, si no abocada con el tiempo al fracaso total, si abocada a insatisfacción y hastío. ¿Por qué?, porque toda la relación está basada en las creencias almacenadas en la mente, y en la relación, cada componente proyecta lo que es. Por supuesto, si los miembros de la pareja fueran lo suficientemente observadores, podrían comprobar como son y cuáles son sus malos hábitos, por el reflejo que la otra parte de la pareja proporciona con sus actitudes.
Para acabar con ese tipo de relación, hay que dejar de alimentarla desde la mente y alimentarla desde el corazón, desde el Amor, desde el Amor Divino. Así, sea cual haya sido la causa por la que se ha establecido la pareja: aprendizaje, enseñanza, trabajo evolutivo, vínculos de otras vidas o karma, será una relación, permitirme la expresión, divina. Así sabrán, que cuando terminen el trabajo que tenían realizar juntos, se acabe la relación, pero finalizará con Amor. Y si la relación dura toda la vida, no habrá insatisfacción, ni hastío, ni tristeza. Sólo habrá alegría y Amor.
Amigo/a Anónimo, y amigos todos: Con Amor, no hay que superar y corregir nada, porque no se espera nada de la otra persona, solamente se la Ama.

lunes, 29 de agosto de 2011

Almas gemelas

             ¿Por qué con tanta frecuencia no funcionan las relaciones de pareja?, ¿Por qué algo que comienza como un gran amor, o como el amor de tu vida, o como el reconocimiento de un alma gemela, se va disipando como el humo al cabo de cierto tiempo? La razón es muy simple, sencilla y llanamente son relaciones basadas en la dualidad, son relaciones basadas en la esperanza de recibir amor de la otra parte; no son relaciones basadas en el Amor Divino.

Las relaciones, normalmente, se idealizan en la mente, sin embargo, la realidad no se ajusta a lo que ha idealizado la mente. A la mente le gusta idealizar que esa pareja que ha encontrado y, con la que se encuentra tan bien, sea su alma gemela, y así, a partir de entonces, ya no tendrá que enfrentarse a las dificultades, o a los miedos que ha conocido en relaciones anteriores.
Pensar en la existencia de un alma gemela con la que formar una pareja, es algo muy romántico, pero no deja de ser una fantasía más de la mente para protegerse y, para seguir controlando, en lugar de abrir el corazón a lo que realmente es el Amor.
No queremos hundir las expectativas de nadie sobre su esperanza de encontrar a su alma gemela, pero hay un 99,99 por ciento de posibilidades de que no aparezca.
El alma es multidimensional, puede estar en varios planos a la vez, siempre en función de cuál es la enseñanza programada, en un determinado ciclo de vida. No es habitual que la misma alma se encuentra encarnada en dos cuerpos distintos en un mismo ciclo de vida, en la tercera dimensión, ya que lo normal es que se encuentren en dimensiones distintas. Pero el que no sea habitual, no quiere decir que no sea posible. En las últimas estadas del alma encarnada en la tercera dimensión, puede darse el caso de la misma alma, encarnada en dos cuerpos distintos, para adelantar, entre otras cosas, la liberación de Karma pendiente, o la profundización en el Amor Divino. Estas son las verdaderas almas gemelas.
Pero para que esto suceda, ese alma ya ha de haber alcanzado un grado de Amor muy importante. Todas las personas se pasan la vida buscando, suspirando y asomándose a cada esquina, para ver si aparece su alma gemela, pero lo que no saben, es que el alma gemela, no va a aparecer, y mucho menos con una bandeja en la que traiga el Amor que todos están esperando. El Amor que todos ansían, hay que conseguirlo antes, y después, cuando ya se sabe lo que es el Amor, ese Amor Divino, Incondicional, ese Amor que se siente porque sí, sin esperar nada a cambio, es cuando existe la posibilidad de que aparezca el alma gemela.
No puede aparecer el alma gemela, para vivir una vida de Amor, cuando no se sabe lo que es el Amor. De la misma manera que no se puede estudiar medicina si no se sabe leer.
Amigos míos, buscar en primer lugar el Amor dentro de vosotros, y lo demás, incluida la posible alma gemela, llegará como un regalo. Llegará cuando no se espere, cuando no se desee, cuando estéis preparados para amar a ese alma, porque ahora solo estáis esperando que os amen sin condiciones, o no, porque también es posible, que ni tan siquiera sepáis que es lo que estáis esperando. Pero es al revés, primero has de estar preparado/a para amar sin condiciones.
            Toda la enseñanza física y espiritual, se resume en cuatro letras A-M-O-R. Buscar ese amor en vuestro interior, en cada órgano, en cada célula, en cada átomo de vuestro cuerpo. Aprender a amaros a vosotros mismos por encima de todas las cosas, en cada aspecto de vuestra propia esencia, de vuestra divinidad, en cada aspecto de vuestra humanidad, hasta que sea ese Amor Divino el que dirija completamente vuestra vida. A partir de ahí, ya no buscareis el alma gemela, no la necesitáis, pero si llegara, entonces sí que estaríais preparados para reconocerla y para amarla.
            Así que en vez de buscar a tu alma gemela en los clubs de solteros, o en cada esquina, búscala dentro de ti, busca el Amor donde realmente está, que es en tu interior, y deja de perder el tiempo, ese tiempo que no va a volver, en buscar imposibles.
            Recuerda que haces camino al andar, y dependerá de tus pasos que el camino sea ancho y llano, o estrecho y lleno de vericuetos. Tu decides la vida que quieres vivir, una vida de ansiedad y búsqueda de imposibles, como tu alma gemela, en lugares inaccesibles, o una vida de dicha y amor, en la que no se ha de buscar nada porque ya lo tienes todo, y muy cerca, está en tu interior. Sólo resta conectar con ese interior.      
  

sábado, 27 de agosto de 2011

¿Un sueño o algo más?

            Iba caminando por un camino entre árboles, era un lugar en el que la naturaleza parecía haber expresado toda su belleza. Flores de todos los colores daban al ambiente una fragancia, que si me preguntaban cual era el olor predominante, sólo podría decir: que era un aroma celestial. Aves de plumajes exóticos llenaban el ambiente con un canto, que más parecía un coro de ángeles. Árboles gigantescos filtraban el sol para que la temperatura fuera siempre primaveral. De haber existido el paraíso, hubiera sido esto, sin lugar a dudas. En cualquier momento podían haber aparecido Adam, Eva y la serpiente.

Pero no, ellos no estaban, sólo estaba yo, disfrutando del momento, disfrutando del lugar. No sabía de dónde venía, no sabía adónde iba, ni que hacia en ese lugar, pero no me importaba en absoluto. Me veía vestido de blanco en un cuerpo que no sentía, en un cuerpo sin ningún tipo de molestia, ni calor, ni frío, ni hambre, ni sed. No tenía pensamientos, sólo disfrutaba de la belleza con cada poro de mi piel, y un solo pensamiento hubiera hecho que me perdiera en sus vericuetos, perdiéndome durante ese momento de la hermosura del lugar. ¡Nunca me había sentido tan bien!
Corría detrás de los pájaros, saltaba con las ranas, me sentaba en el suelo a disfrutar de la fragancia de las flores, o me tumbaba mirando como las ramas filtraban los rayos del sol.
Creo que me dormí en mi sueño, hasta que el ruido del roce de algo con las ramas hizo que abriera los ojos y prestara atención. Yo creía que estaba solo, pero no, allí, delante de mí apareció el caballo blanco más hermoso, más majestuoso y más impresionante que había visto nunca, con una crin y una cola largas, que se movían con la brisa, y además, tenía unas alas blancas, muy blancas, a los costados de su lomo, ¡era un caballo con alas!
Parecía disfrutar de mi cara de incredulidad, mientras doblaba sus patas delanteras e inclinaba la cabeza, invitándome a subir a su lomo. Por supuesto que el caballo no hablaba, ni yo relinchaba, pero  podía comunicarme con él. Su pelo era suave, me abracé a su cuello, sintiéndome aun mejor de lo que me encontraba en el paraíso que había encontrado. Sentía que me inundaba una paz, una alegría y un amor desconocidos hasta ahora.
Con suavidad, con dulzura, como si llevara sobre si una valiosa pieza de porcelana, empezó a elevarse, batiendo sus alas y moviendo sus patas como si estuviera trotando en una pradera. Se elevó y elevó, nuestra Tierra empezó a hacerse pequeñita, me hizo saber que daríamos un rodeo para ir al lugar a donde me llevaba, para que pudiera disfrutar del paseo. Dio varias vueltas a la Tierra para que pudiera admirar su belleza, pero ralentizaba su marcha, allá donde había guerras y los hermanos se mataban unos a otros, allá donde se estaba maltratando a la Tierra por su sobreexplotación, por la tala indiscriminada de bosques, por la polución generada por el bienestar del primer mundo, allá donde se hacinaba a la gente en campos de refugiados. El paseo era hermoso mientras no aparecía la mano del ser humano. Allá donde esta mano aparecía, comenzaba la destrucción, la guerra, la discriminación, el hambre, el maltrato, el dolor, la destrucción y la muerte.
No pude reprimir mis lágrimas por el dolor que la visión de la miseria humana producía en mí. La crin del caballo me envolvía acariciando mi cara para consolarme. Y por fin, cuando todavía no se habían secado mis lágrimas, el caballo alado empezó a descender sobre una especie de nube blanca y luminosa.
Una vez en tierra, o en nube, no sé muy bien, volvió a doblar sus patas delanteras y a inclinar la cabeza para que pudiera descender. Así lo hice y nada más apearme del caballo aparecieron ante mi unos seres, o no, porque sólo podía apreciar luminosidad, pero era tan intensa que me sentí envuelta en ella. En un instante, sentí mi unión con esos seres, era como si los conociera desde siempre.
-          Efectivamente, nos conocemos desde siempre, - dijeron -,  pero en el tiempo que llevas en la Tierra, has perdido la memoria de quien eres, has perdido la memoria de tu grandeza, de tu poder, de tu divinidad, al igual que todos tus hermanos allá abajo.

-          Pero tú, - prosiguieron -, con tus dudas, con tus preguntas, con tus experimentos, con tus luchas, con tu cabezonería, con tu voluntad, con tu paciencia, con tu valentía, con tus desafíos, y sobre todo con ese amor con el que has aprendido a conectar, has tenido destellos de quien eres, y en esos destellos has entendido que tienes un cuerpo, para a través de él, conectar con tu alma, justo con eso que ahora está aquí con nosotros. Todos somos alma, nosotros, tú, y tus hermanos en la Tierra.

-          En los últimos tiempos te has preguntado, nos has preguntado, casi suplicado, que era eso que tenias que hacer tan lejos de casa. Pero ¿Cuál es tu casa?, hijo mío, esta es tu casa, y la Tierra, toda la Tierra, sólo es el lugar donde tienes que llegar a recordar de dónde vienes y adónde vas, sólo es el lugar en el que tienes que aprender a amar, y después ayudar a recordar a tus hermanos, para que también despierten al amor.

-          Lo estás haciendo bien, pero aun tienes que amar más para confiar totalmente. Has dejado atrás casi todos los apegos, pero aun tienes apego a la duda de que has de hacer y al miedo de no hacerlo bien. Recuerda que todo siempre está bien. Recuerda que no estás sólo, ninguno en la Tierra estáis solos. Permanece atento a las señales y ama. Es todo lo que tienes que saber. Y ahora vuelve a tu cuerpo. Vuelve con el amor de todos nosotros.

-          No, – dije yo –, no quiero volver, quiero quedarme aquí por siempre.

-          Has de volver, cada vez estás más cerca de quedarte aquí para siempre, pero ahora, vuelve, mucha gente te está esperando. Te amamos.
En un instante me quedé solo y empecé a sentir que caía a una velocidad increíble, veía como iba acercándome a mi cuerpo, que un instante después despertaba con una fuerte sacudida.